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Cortometraje:¿Qué significa hacer algo #ComoNiña?

Por: Always Latinoamérica.

En Always damos inicio a una batalla épica para mostrar que hacer las cosas #ComoNiña es algo impresionante. Usar #ComoNiña como insulto es un golpe a la confianza de cualquier adolescente. Conoce más aquí: http://goo.gl/W5Pyxe Queremos asegurarnos que las niñas de todo el mundo mantengan su confianza a lo largo de la pubertad y toda su vida. «»En mi trabajo como documentalista, he sido testigo de la crisis de confianza en las niñas y los efectos negativos de los estereotipos de primera mano»», dijo Lauren Greenfield, directora de cine y directora del video #ComoNiña. «»Cuando se utilizan las palabras ‘como una niña’ para simbolizar algo malo, es profundamente descalificador. Estoy orgullosa de asociarme con Always para destacar como esta simple frase puede tener un impacto significativo y duradero en las niñas y las mujeres. Estoy muy emocionada de ser parte del movimiento para redefinir ‘como una niña’ en una afirmación positiva»». Así que dinos … ¿qué haces #ComoNiña? Durante los últimos 30 años, Always ha ayudado a las niñas a nivel mundial, entregando educación sobre la pubertad a millones de niñas adolescentes

Fuente de la reseña: https://www.youtube.com/watch?v=s82iF2ew-yk

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«El idioma del imperio

Por: Ilka Oliva Corado

Siempre he querido aprender francés para leer La náusea y Las palabras, de Sartre en su idioma, porque en las traducciones, por muy buenas que sean en algún momento se pierde la esencia, la pureza del texto que solo se mantiene al leerlo en el idioma en el que fue escrito originalmente. Pero más que todo para escuchar en su idioma las canciones de la gran Édith Piaf, porque no es lo mismo escuchar una canción y no entender lo que dice, aunque claro está, el idioma del corazón es universal y Édith es alma pura.

También he querido aprender portugués para leer en su idioma a la gran Clarice Lispector y a Carolina Maria de Jesus, porque no es lo mismo leerlas en traducciones.

No es lo mismo leer a Whitman en inglés que en español. Y perderse el encanto de la gran Nina Simone por no entender el idioma en el que canta. Qué decir de los pronunciamientos de Martin Luther King o de Rosa Parks.

Con esto quiero decir que no debemos pelearnos con los idiomas, porque los idiomas no tienen nada que ver con las oligarquías ni con las fronteras que nos impusieron. No tienen nada que ver con las dictaduras ni los genocidios. Al contrario, los idiomas nos acercan como pueblos, alguien tuvo que aprender inglés para traducir los textos al castellano de Martin Luther King, gracias a eso son leídos en ese idioma. Alguien tuvo que aprender francés para traducir al inglés los textos de Sartre, o al revés, aprender inglés para traducirlos del francés. Como quiera que sea, alguien tuvo que aprender otro idioma para poder hacer llegar a los pueblos las letras, la poesía, la música, en una forma de intercomunicación muy válida y necesaria.

Pongo el ejemplo de la literatura y la música pero me refiero a todo lo que nos rodea como humanidad. Me gustaría caminar por las calles de Mongolia y poder saludar a un vendedor de verduras en su idioma. Saber cómo preguntar por agua o por una dirección en japonés. Y más aún entenderlo a la perfección para poder leer en su propio idioma a Hayashi Fumiko y no en español, porque en la traducción se perdió algún caserío, una noche aciaga o una lágrima de la autora de Diario de una vagabunda.

Aprender por lo menos uno de los idiomas de los Pueblos Originarios de Latinoamérica o de cualquier lugar del mundo. Aprenderlo bien, no palabras sueltas. Cuando decimos «el idioma del imperio» refiriéndonos a Estados Unidos y culpamos a su pueblo y al idioma inglés por las dictaduras e injerencias, estamos acusando erróneamente basándonos en estereotipos, ignorancia y una equivocada identidad.

Porque ya hablamos el idioma del imperio, por decirlo así y explicarlo de la forma más sencilla posible; el castellano nos fue impuesto, salvo que nos comuniquemos cien por ciento en idioma de los Pueblos Originarios, pero no es así, nos comunicamos en castellano, al que nos referimos como nuestro idioma materno. Ahí una incongruencia muy grande y desconocimiento de la historia y la necedad de mantener y crear fronteras donde no las hay, al señalar tajantes no aprender inglés porque es el idioma del imperio.

Si aprendemos otro idioma, cualquiera que sea, abrimos la mente a otras culturas distintas a las nuestras pero no por distintas son ajenas, porque el ser humano tiene un hilar medular que lo unifica, por muy distinto que sea, eso es la diversidad. Crecemos con estereotipos, sí, ignorantes, sí. Crecemos con dogmas, todo impuesto por el sistema que busca dividirnos a la conveniencia de quienes tienen el poder que les hemos dado para dominarnos. Y hay formas de dominación masiva muy sutiles con efectos tan poderosos que son imperceptibles porque los aceptamos como norma social o patrón de crianza y los reflejamos en nuestros estereotipos. Por ejemplo: las fronteras y negarnos a aprender otros idiomas por cuestiones de dogmas.

Abrir la mente es abrir el corazón. No hay ningún beneficio en lo individual ni colectivo en pelearse con los idiomas y culparlos de lo que hacen quienes odian y exterminan desde una posición de poder que milenariamente les hemos dado. Ésa también es nuestra responsabilidad, porque lo que hacemos o no hacemos es político. Porque contra la cultura, contra la hermandad, contra el conocimiento, contra la socialización de los pueblos no ha podido ninguna guerra, ningún odio. Ahí radica nuestra fuerza y lo desconocemos o pretendemos desconocerlo.

El «idioma del imperio» no existe, existen los idiomas nada más y son las puertas que nos permiten conocer otros mundos y hermanarnos como humanidad. Hay acciones políticas también muy sutiles, que son formas de resistencia inexorables, el conocimiento es una de ellas. Pero disfrutar también lo es y el espíritu se llena de dicha cuando calmamos su sed; conocer otras culturas nos ayuda a entendernos, a entender nuestros pasos, los hilos que nos entretejen y así en lugar de crear fronteras aprendemos a ir acortando distancias porque al final de cuentas todos vamos hacia el mismo lugar aunque los caminos que transitemos sean distintos.

Fuente: https://www.aporrea.org/tiburon/a274598.html

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El poder colosal de nuestra voz

Por: Ilka Oliva Crado

Nos hemos acostumbrado a que otros opinen por nosotros, porque creemos que lo que nosotros tenemos que decir no es importante, que carece de consistencia y sentido: por no tener el grado de escolaridad, por no ser de tal clase social, por no ser de tal color de piel, de tal género, por tener tal peso, por tener tal edad, tal estatura, tal adicción; en uno de los tantos patrones con los que hemos crecido en este mundo de estereotipos, cobardía, clases sociales, presunción y patriarcado.

Y guardamos silencio, con el corazón a mil, con las palabras como borbotones anudándose en nuestra garganta, sin salir; por miedo, por vergüenza, por timidez, por no tener el valor de atrevernos a escucharnos a nosotros mismos y a que otros escuchen lo que tenemos que decir.

Y es así como nos vamos relegando, auto censurándonos, nos aislamos, nos convertimos en las masas que ven cómo otros hablan por ellas, cómo otros sí se atreven a decir; cómo otros sí elevan la voz, sí expresan su opinión, sí debaten, sí cuestionan, sí proponen, sí crean. Y lo que es peor, muchas veces en una inconformidad propia de la lucha personal y los demonios personales, a esas personas que sí se atreven las apedreamos por haber tenido las agallas de hacer lo que nosotros no. Y nos pudrimos por dentro, en el silencio, la ira y la frustración. De ahí que existan las drogas medicadas con las que permitimos nuevamente que otros nos digan qué sentimos, qué pensamos y qué debemos hacer con nuestras vidas.

Generalmente a esos otros les damos el poder de pronunciarse en nuestro nombre aunque muchas veces no estemos de acuerdo con lo que tienen que decir; el creer que no somos importantes y por ende no es importante tampoco lo que tenemos que decir nos paraliza y es así como vemos a distancia la imposición de un sistema que nos convierte en marionetas. En las masas frente al televisor. En las masas creyendo todo lo que dicen quienes manipulan la información. En las masas dando vueltas en los centros comerciales, ansiosas, añorando comprar lo que no necesitan.

En hijos que no se atreven a hablar con sus padres, en padres que no se atreven a conversar con sus hijos, en parejas sin comunicación que terminan engañándose y fingiendo estabilidad para no romper con lo que saben que es un farsa, en amistades de mensajes de texto. En estudiantes que no se atreven a cuestionar a su maestro, en docentes que son incapaces de cuestionar a sus alumnos. Porque el deber del docente es otro, no han dicho y no nos hemos atrevido a romper con lo que otros nos impusieron.

Y adentro nuestra voz devanándose por salir, reventándonos el pecho, doliéndonos los huesos, a flor de piel la enclaustramos una y otra vez.

Y así nos sucede y se nos pasa la vida, dejando que otros nos digan qué pensar, qué comer, cómo vestirnos, porque somos incapaces de escuchar nuestra propia voz. ¿Qué sería de nosotros el día que la dejáramos salir? ¿Qué seríamos como humanidad? ¿Cómo seres individuales? ¿Cómo género? ¿Cómo sociedad que se atreve a derribar patrones opresores? ¿Derribando clases sociales y estereotipos? ¿Cuándo seremos nosotros expresando para que otros escuchen lo que tenemos que decir? Ese día tal vez desaparezcan las drogas recetadas que nos mantienen sedados y excluidos de nuestro propio ser y de nuestra propia voz.

Ese día desaparecerían las fronteras que nos impusieron. Ese día empezaría el sueño de otro mundo inclusivo y tal vez, de perdida, en algún malaya, no veríamos más niños viviendo en las calles porque escuchando nuestra propia voz, sabríamos que los niños del mundo también son nuestros hijos.

Fuente: https://www.aporrea.org/actualidad/a273913.html

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Quiero ser científica como tú

Por: Cristina Vázquez.

La presencia de la mujer en las carreras científicas y tecnológicas es todavía escasa. Las jóvenes no se sienten identificadas con la figura del investigador científico aislado del mundo y sin habilidades sociales y los escasos referentes femeninos en los libros de texto no ayudan tampoco a que las chicas elijan unos estudios que ven muy difíciles y con dudosas perspectivas laborales.

El Instituto Lluís Vives de Valencia trabaja en este campo y durante una semana ha acogido a estudiantes de Portugal e Italia dentro del programa europeo Erasmus+ para incentivar las vocaciones científicas entre las jóvenes, dotándolas de referentes que las alejen de los estereotipos con que se asocian las carreras científicas y tecnológicas,

Y en busca de esa científicas de carne y hueso, cercanas y accesibles se fueron esta semana a la Facultad de Ciencias Físicas de la Universitat de València, donde la profesora titular María Jesús Hernández les enseñó en su laboratorio «la magia de la Física». La profesora les da instrucciones para calcular la aceleración de la gravedad, algo que sucede cuando te subes a una atracción de caída libre en Port Aventura o Disney.

«Tenéis que medir, repetir y probar de nuevo; aseguraros de que no ha sido una casualidad. Eso es lo que hace siempre un científico», le insiste la profesora a los alumnos extranjeros. En la mesa de al lado hay un contador Geiger, que permite medir la radiactividad, y objetos que hacen del laboratorio un escenario perfecto para las ilusiones ópticas, los experimentos con vapor de alcohol o experimentos de rozamiento con un taburete y pesas. Es la parte más divertida de la Física.

«Hemos observado que llega un momento en que las chicas van dejando las asignaturas científicas por la imagen de dificultad que tiene la ciencia», subraya Sira Muñoz, profesora y coordinadora de programas internacionales del IES Lluís Vives. «La gente no tiene una imagen real de lo que es la ciencia, les parece complicada. Hay niñas que cuando les dicen a sus padres que van a estudiar alguna carrera técnica o científica, estos las desaniman; les dicen que busquen otra cosa».

Muñoz reflexiona sobre los objetivos del programa europeo: «¿Cuál es el estereotipo de una científica? Si los únicos referentes de mujeres en ciencia para las niñas de hoy son Marie Curie, la primera mujer premio Nobel, pensarán que nunca llegarán y se desanimarán. Pero si se fijan en una profesora como María Jesús Hernández, que es madre, ha estudiado Físicas, trabaja en ello y es una cientíca, tendrán un ejemplo más cercano. Tenemos que acercarles la imagen de la ciencia o no se dedicarán a ello», enfatiza.

Laura, de 15 años, originaria de Pescara (Italia) y alumna de la ESO, es una de las estudiantes que participan en el Erasmus+. No sabe todavía qué estudiará de mayor: «Primero tenemos que verlo todo para elegir bien. Creo que la ciencia es difícil pero también interesante», comenta en uno de los descansos de la visita al campus universitario de Burjassot.

Con 12 años, María, una estudiante de Lamego (Portugal), ve este viaje a Valencia como «una experiencia increible para contactar con personas de otros paises, de otras culturas, y salir fuera de nuestra zona de confort, de nuestro país». «No tengo muy claro que estudiaré de mayor pero me gusta mucho la astronomía, el universo», afirma de camino al observatorio astronómico del campus.

Según datos de la Unesco, solo el 28% de los investigadores científicos en el mundo son mujeres y solo uno de cada cinco países entre Europa Occidental y Estados Unidos ha logrado la paridad de género en la investigación. Si bien hay carreras de ciencia paritarias o feminizadas, como Química, Medicina, Biología, Enfermería y Matemáticas, faltan de forma muy señalada en otras materias como Física, Informática e ingenierías de todo tipo.

“Desde la infancia se nos educa con expectativas distintas, cuando no debería ser así porque todos tenemos talentos diversos”, decía Milagros Sainz, directora del grupo de investigación GenTIC de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y coordinadora del libro Se buscan ingenieras, físicas y tecnólogas, en un reportaje publicado por EL PAÍS el pasado mes de agosto.

Este programa en concreto no sólo sirve para acercar a los alumnos a la ciencia sino también para mostrarles la dimensión europea, multicultural y plurilingüe que tiene. «Favorece el entendimiento y el diálogo y promociona los valores democráticos europeos», subraya la coordinadora.

Tras esta primera visita se llevarán a cabo dos más a las ciudades de Pescara en Italia y a Lamego en Portugal durante el presente curso y tres más el curso venidero. El proyecto incluye la participación directa de la dirección de los centros educativos, de 18 profesores y 96 alumnos y sus familias, así como un impacto indirecto estimado en 600 alumnos.

Fuente del artículo: https://elpais.com/ccaa/2018/12/01/valencia/1543673486_338161.html

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La indiferencia y su efecto bumerán

Por: Ilka Oliva Corado

Más que miedo y desconocimiento es pereza. Más que miedo es individualismo. Más que miedo es complicidad por conveniencia. Más que miedo es indiferencia en las sociedades devastadas por la mediocridad. Sociedades infestadas de racismo, clasismo, homofobia, estereotipos, haraganería, fascismo, cachurequería y doble moral.

Millones de burbujas flotantes donde habitan seres plagados de insensibilidad y desprecio, que piensan que están a salvo del horror de la miseria, la exclusión y la violencia porque ellos no son los otros; esos otros que ellos con su mediocridad y dogmas sentencian, excluyen y vulneran en nombre de las clases sociales, la mezquindad y el avasallamiento. Sociedades pasivas sin memoria que con su inacción solapan turbas de corruptos, ruines y genocidas; que violentan a los otros, siempre a los otros. Una inacción a conveniencia, siempre.

Los violentados son los otros: los que denuncian, los que luchan por la justicia, los que sueñan, los que abren caminos, los que tienen memoria, los que buscan la unidad de los pueblos, los que siembran esperanza: ellos son el enemigo por instinto. Por puro instinto saben que estar del lado de los vasallos les permitirá permanecer en la comodidad de sus burbujas flotantes. Hediondos todos al germen rancio de la infamia. Se lamen entre ellos, para impregnarse unos a otros de la peste de la insensibilidad y la desmemoria, para que la miseria de los otros nunca los alcance, pero saben perfectamente que los miserables son ellos, solamente ellos.

Estas sociedades cómplices, escogen a quienes los representarán en el gobierno, para que el sistema no se mueva ni un ápice de su lugar, para que los cimientos del patriarcado, la misoginia, el machismo, el racismo, el clasismo y la homofobia sigan intactos. Creen que sus burbujas son intocables y que sus dogmas los mantendrán a salvo, creen que nunca los alcanzarán: la miseria, el abuso y la exclusión. Creen que nunca necesitarán de los otros más que para que carguen en sus hombros las burbujas flotantes donde estos destilan la pestilencia del sopor del solapador. Creen que nunca pisarán el suelo de los mancillados, ellos los mancilladores.

Creen que jamás serán violentados, excluidos y empobrecidos. Creen que sus dogmas jamás se les voltearán. Que jamás enfrentarán la justicia de la vida. Que la mancilla no tocará a sus puertas. Que jamás se verán en la necesidad de un aborto clandestino. Que el amor que es el amor no respetará sus géneros ni sus clases sociales. Que el dolor no alcanzará sus burbujas. Que la violencia jamás las atravesará.

Creen que esas clicas criminales son leales y que jamás las traicionarán, se equivocan rotundamente. Esas sociedades mediocres también son utilizadas por la enorme maquinaria del status quo precisamente por sus dogmas. Son más utilizables que las masas que desconocen. Las burbujas flotantes aunque no lo soporten también son parte de ese todo que conforma el hilar de la humanidad.

Pero ya las está alcanzando el efecto bumerán que estas mismas han creado, pensando ilusoriamente que la destrucción masiva la vivirán los otros, simples burbujas flotantes. Y cuando la violencia, la injustica, el dolor, la exclusión y el escarnio partan en dos las débiles burbujas flotantes donde se resguardan, conocerán en carne propia lo que han obligado a vivir a los demás. Y no habrá grito que sea escuchado, y el dolor de la pérdida de un ser querido por la violencia que estas mismas han creado y solapado las hará corcovear de dolor. Y buscarán a sus desaparecidos desesperadamente. Tocarán mil puertas sin que se abra ninguna.

Y clamarán por justicia y gritarán hasta el cansancio y más. Y llorarán hasta quedarse sin lágrimas y se arrastrarán, vencidas, pudriéndose en sus dogmas; dogmas por las que fueron utilizadas por los enormes tentáculos del capital. Y verán por primera vez en sus vidas su vulnerabilidad de simples partículas de nada. Y aún así no aprenderán, por instinto, por ego, por dogmas seguirán arrastrándose imaginándose dentro de aquella burbuja flotante llena de mierda.

El efecto bumerán ya está en marcha.

Fuente: https://www.aporrea.org/ddhh/a269089.html

 

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Diez libros para educar en igualdad

Redacción: El Mundo

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, seleccionamos 10 libros que nos hablan de mujeres históricas, respeto en las relaciones, roles y estereotipos de género. Porque cuando compramos libros a nuestros hijos e hijas, además de entretenimiento debemos buscar que contengan valores de acuerdo a la educación que queremos darles.

1. Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes 2

Cuentos para educar en igualdad

Autora: Elena Favilli

Edad: De 7 a 12 años

La segunda parte de Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes nos trae cien nuevas historias de mujeres extraordinarias de todo el mundo. Desde Beyoncé, pasando por J. K. Rowling, hasta Madonna; desde Rigoberta Menchú pasando por Nefertiti hasta Isadora Duncan, retratadas por las 50 ilustradoras más importantes de todo el mundo. Después del éxito del primer libro en todo el mundo, la selección de historias de este segundo volumen fue realizada con las aportaciones de la gran comunidad de lectores y lectoras que #Niñasrebeldes #RebelGirls ha creado.

2. Jane Goodall: Una historia inspiradora

Libros para educar en la igualdad

Autora: Sabrina Kraus

Edad: De 5 a 9 años

Este libro cuenta la fascinante vida de la Dra. Jane Goodall, primatóloga y mensajera de la paz. Una historia inspiradora que lleva al lector por un viaje increíble y que transmite que los sueños se pueden hacer realidad. Porque nunca debemos olvidar que un sueño tiene el poder de nutrir la voluntad y la fuerza para poder lograrlo todo en la vida. Su mini cuestionario lo convierte en un libro ideal no solo para madres y padres, sino también para colegios. Con estas preguntas se puede iniciar una conversación muy valiosa e interesante con las niñas o niños y verás cómo sus respuestas te sorprenden en más de una ocasión.

3. Pequeña & Grande: Jane Austen

Pequeña y grande Jane Austen

Autora: Mª Isabel Sánchez Vegara

Edad: De 6 a 9 años

El undécimo título de una colección de cuentos con la que niños y niñas descubrirán quiénes eran y qué lograron las más grandes mujeres de la historia contemporánea. Diseñadoras, pintoras, aventureras y científicas. Mujeres únicas y maravillosas de las que aprender y con las que identificarse. Mujeres que, como Jane, convirtieron un pequeño sueño en una gran historia. Jane Austen fue una novelista inglesa nacida en la época georgiana. Sus novelas, llenas de encanto, retratan el ambiente de la clase alta rural del sur de Inglaterra y están consideradas obras esenciales de la literatura universal. Una autora que abogó por la educación de la mujer con aguda y sutil ironía, y cuyo talento hoy sigue conquistando a generaciones de lectores.

4. La historia de los Bonobos con gafas

20 Cuentos para educar en la igualdad 7

Autoras e ilustradoras: Adela Turin y Nella Bosnian

Edad: De 3 a 6 años

Ellos comían, viajaban y se modernizaban mientras ellas recolectaban comida y criaban a la prole. Pero los bonobos no aceptaban que las bonobas también pudiesen aprender y evolucionar. El legado de las autoras e ilustradoras pioneras en la creación de álbumes sobre igualdad y coeducación, todavía vigente.

5. La niña más pequeña de toda la escuela

Autor / Ilustrador: Justin Roberts

Edad: 5-8 años

A Sally McCabe nadie la veía. Era la niña más pequeña de toda la escuela. Pero Sally se fija en todo: desde las veintisiete llaves del conserje hasta los abusos que se cometen en el patio del recreo. Un día Sally se harta y decide plantarse. Aprovechando una oportunidad, hace frente a los abusones y así descubre que una niña pequeña puede lograr grandes cambios.

6. Las Princesas también se tiran pedos

Autor e ilustrador: Ilan Brenman

Edad: De 6 a 12 años

Todo un clásico ya en libros infantiles sobre igualdad. A la pequeña Laura le ha surgido una duda muy importante después de una larga discusión en clase sobre Cenicienta. Su amigo Marcelo les ha confesado que la famosa y delicada princesa se tiraba muchos pedos. Afortunadamente, el padre de Laura, al que le gustan los libros y las buenas historias, posee el libro secreto de las princesas donde Laura encontrará todas las respuestas.

7. Arturo y Clementina

Autoras e ilustradoras: Adela Turin y Nella Bosnian

Edad: De 3 a 6 años

De la mítica colección «A favor de las niñas», una historia fabulada que reivindica el rol femenino en la sociedad, combate los estereotipos sexistas y denuncia la discriminación. Porque aún se necesitan obras sobre coeducación e igualdad.

8. Te quiero (casi siempre) – Edición pop-up

Autora: Anna Llenas

Edad: 3-6 años

Lolo y Rita son muy distintos, por eso a veces se molestan. Un ejemplo de cómo las relaciones de amor se tienen que construir desde el respeto y la aceptación de las distintas personalidades de los que las forman, hasta entender que son precisamente estas diferencias las que los hacen quererse tanto y sentir el mágico efecto de los polos opuestos.

9. De mayor quiero ser feliz

Autora / Ilustradora: Anna Morató García

Edad: 3-6 años

Un libro con 6 cuentos cortos para potenciar la positividad y autoestima de los niños. Porque ser feliz no solo es estar contento cuando las cosas van bien. Un valor diferente para cada cuento: Lenguaje positivo, quererse a uno mismo, empatía, agradecimiento, confianza en un mismo y gestión de la frustración. Explica, de una forma muy sencilla y visual, estos conceptos en situaciones en que los niños se ven reflejados. Es un libro ideal, no solo para que los compren los padres para su hijos, sino también, profesores para sus alumnos y abuelos, para sus nietos.

10. Educar niñas

Autor: Steve Biddulph

Para padres

Tras el enorme éxito de Educar niños su autor se centra en las niñas. Desde su punto de vista «son las que actualmente están en apuros y viven en un mundo que tiende a mermar su confianza y echa su vida a perder». En Educar niñas descubrirás las cinco etapas de la infancia y cómo ayudar a tu hija a crecer desde la infancia hasta la edad adulta, cómo darle confianza y seguridad, ayudarla a forjar amistades y confiar en sí misma. El libro trata todos y cada uno de los temas más actuales: el acoso, los trastornos alimenticios, la imagen corporal, el alcohol, el manejo de las redes sociales y las relaciones satisfactorias con los chicos.

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España: Los libros de feminismo salen del «gueto» tras años de oscuridad

Redacción: Público

Ensayos, novelas, tebeos y teorías han encontrado su espacio en las estanterías para arrojar luz sobre el movimiento feminista, que comenzó su primera ola en el siglo XVIII y sigue en plena lucha hoy en día.

Los libros de feminismo, hasta hace poco relegados en librerías especializadas, han salido del «gueto» y ahora irrumpen con fuerza en el espacio público con títulos como «Morder la manzana», «Feminismo para principiantes», «Leonas y zorras» o reediciones de «Teoría King Kong» o «Mujeres que corren con los lobos».

Ensayos, novelas, tebeos y teorías han encontrado su espacio en las estanterías para arrojar luz sobre el movimiento feminista, que comenzó su primera ola en el siglo XVIII, y que en el XXI lucha, todavía, por la igualdad plena de derechos entre mujeres y hombres.

«Yo diría que, claramente, el feminismo ha conseguido ser central en muchos aspectos de la vida pública, de la política, la cultura y el arte, y también de la industria del libro. Eso tiene que ver con el avance y la hegemonía del feminismo, que es el resultado de una conquista de las mujeres», explica Clara Serra, filósofa, política y autora de «Leonas y zorras».

«El feminismo ha conseguido ser central en muchos aspectos de la vida pública, de la política, la cultura y el arte, y también de la industria del libro»

Ese título, editado por Catarata, no ha sido el único que ha irrumpido en la industria. «Morder la manzana», de Leticia Dolera; «Todos deberíamos ser feministas», de Chimamanda Ngozi Adichie o «Microfísica sexista del poder», de Nerea Barjola, también se agrupan en los estantes de pequeñas librerías o grandes cadenas.

Se unen a ellos los clásicos para leer con las «gafas moradas», que vuelven a reeditarse ahora que el feminismo ha conquistado el debate público.

«Hay nuevas ediciones de libros clásicos del feminismo, de Simone de Beauvoir, Kate Millett, Virginie o Despentes y sus libros de cabecera de las feministas, que ahora pueden ser libros accesibles para más gente», apunta Serra.

«Que los libros de feminismo salgan de los guetos donde estaban es bueno, siempre, porque queremos que todo el mundo lea un libro de feminismo. Creo que es una cosa a celebrar y a aprovechar, como una gran oportunidad para contar un montón de cosas que ahora sabemos que un montón de gente va a leer«, añade.

De todo tipo y para todos

Aunque, en este «boom» del feminismo, también «puede haber libros malos o regulares», reconoce Serra, y otros «más superficiales» que cumplan la «interesante función» de «contar por primera vez el feminismo a los lectores».

«Pero también tiene que haber más libros escritos por mujeres, no sólo de feminismo», apunta Serra, al tiempo que añade que el «matiz» de este auge es la «capitalización» y que «hay gente que se sube al carro» para sacar beneficios, pero «no hay que dejar de verlo como un éxito del feminismo».

'Morder la Manzana', de Leticia Dolera.

«Morder la Manzana», de Leticia Dolera.

Coincide con ella Nerea Pérez, periodista y promotora de los vídeos virales «Feminismo para torpes», que también pone énfasis en la «capitalización» del movimiento feminista, no solo en la industria editorial, sino en otras como la textil.

«Volverse mainstream tiene dos caras. Hay cosas igual de muy poca calidad, de pasarlo por encima o comercial, pero por otro lado es fantástico porque del millón de chavales que se han enterado de que Beyoncé es feminista o que han leído un ‘panfletillo ilustrado’, igual rascan más en el tema y conocen por lo que se está luchando de verdad«, explica.

No deja de ser una «buena noticia», porque «se están recuperando muy buenos textos y muy didácticos», apostilla Pérez, que menciona «Feminismo para principiantes», de Nuria Varela, o «Historia ilustrada del feminismo», de Marta de la Rocha.

En la calle

Libros que salen del «gueto», pero también, literalmente, a la calle. La Acampada Feminista Sol, que desde el pasado 22 de junio ocupa parte de la Puerta del Sol, organizó el 19 de agosto un intercambio de libros gracias a la colaboración de entidades como Librería Mujeres, Ciento Volando y Biblioteca de Mujeres.

'Feminismo para principiantes', de Nuria Varela y Antonia Santolaya.

«Feminismo para principiantes», de Nuria Varela y Antonia Santolaya.

«Morder la manzana»; «Teoría King Kong», de Virginie Despentes; títulos de Simone de Beauvoir, y otros en inglés de Virginia Woolf, se dieron cita en esta iniciativa que espera convertirse en un evento «periódico».

«La iniciativa tenía dos objetivos: el patriarcado no se esperaba que las mujeres se iban a juntar a hablar, y el capitalismo no se esperaba que íbamos a dejar de consumir. Esto —intercambiar— ya es otra forma de economía», explica Anna, una de las portavozas de la Acampada.

«Hace diez años no te ibas a encontrar una estantería con libros feministas, o en el ‘prime time’ de un telediario no iban salir feministas a hablar. Ahora la palabra feminista ya está casi en la boca de todo el mundo, y eso es muy interesante», concluye esta activista sobre una lucha que «no es un sprint, es una maratón».

Fuente: https://www.publico.es/culturas/mujeres-libros-feminismo-salen-gueto-anos-oscuridad.html

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