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De la opresión a la esperanza: el legado de Grandes Maestros Latinoamericanos a la NEM

Por: Adriana Yolanda Domínguez Cornejo

 

«Cada uno de los maestros latinoamericanos de los que este sencillo artículo habla, merecen con total justicia, artículos independientes y libros completos que describan a detalle sus excelentes aportes en la forja del pensamiento pedagógico decolonial…»

Opresión y esperanza representan dos conceptos que sintetizan de manera integral las ideas pedagógicas de grandes maestros latinoamericanos como Simón Rodríguez, Domingo Faustino Sarmiento, José Martí, José Carlos Mariátegui, Ignacio Ramírez “El Nigromante”, Ignacio Manuel Altamirano, Justo Sierra hasta llegar a Paulo Freire quienes, como buenos hijos de su tiempo y de su época, levantaron su voz por la educación de las infancias, juventudes así como de las mujeres y de los hombres adultos de esta región del mundo que intentaba (intenta) superar un colonialismo arraigado en su historia, en su piel y en su espíritu; ellos desenvainaron su pluma, esgrimieron un ideario educativo revolucionario que defendieron en la práctica, portando muchas veces el sencillo traje del profesor de aula; algunas más, el del guerrero en el campo de batalla o el del literato y poeta en la soledad de sus aposentos; otras tantas, el del militante, el del reo político, el del exiliado o el del repatriado o inclusive, el del funcionario público que edificó los cimientos del sistema educativo de su nación.

Todos y cada uno de ellos han heredado a las maestras y a los maestros de este cambiante siglo XXI, a partir de sus inspiradoras y paradigmáticas biografías, una aleccionadora congruencia entre la vida y la obra y especialmente, una vigencia de sus ideas pedagógicas que traspasan las fronteras geográficas y temporales hasta lograr alcanzar a una naciente Nueva Escuela Mexicana (NEM) que busca un genuino cambio educativo con mayor identidad en lo latinoamericano, en la educación popular, en los saberes comunitarios, a partir de un pensamiento crítico y decolonial, fundamentado en las epistemologías del sur y, especialmente, buscando, la reivindicación social y humanista que absolutamente todas las mexicanas y todos los mexicanos necesitamos y merecemos en este justo momento de nuestra evolución como país y sociedad a partir de los escenarios que toca el manto incluyente de la educación pública.

¿Y de dónde retomo las conceptualizaciones de “opresión” y “esperanza”? Ciertamente, de todos los maestros latinoamericanos antes mencionados porque de una u otra forma aluden en sus escritos a estas dos caras de la praxis educativa en la región latinoamericana, aunque particularmente quien los explica y los abraza a profundidad, es el último de la lista, el más reciente en su ser y acontecer y, posiblemente, el más reconocido y cercano para el profesorado: Paulo Freire. Por lo que, a continuación, detallo el sentido que el educador brasileño otorga a estos términos.

Veintidós años son el tiempo que separa la publicación de dos libros pilares para comprender la pedagogía decolonial nacida en Latinoamérica: Pedagogía del oprimido publicado en 1970 y Pedagogía de la esperanza. Un reencuentro con la Pedagogía del oprimido, en 1992; ambos textos, legado del maestro Paulo Reglus Neves Freire, mejor conocido como Paulo Freire (1921-1997). El primer libro detona el origen de una reflexión avasallante para cualquier lector: desde un enfoque dialéctico, o eres opresor o eres oprimido en cualquier contexto en el que te posiciones: económico, político, social y, enfáticamente, en el educativo. Una perspectiva ontológica y epistemológica verdaderamente telúrica, cimbreante para las conciencias de las y los docentes de cualquier época, más aún si niegan o justifican dicha opresión.

Ergo, Freire a lo largo de las memorables páginas escritas desde el exilio, en su Pedagogía del oprimido nos invita a romper esas relaciones antagónicas de poder, siempre verticales y violentas a través de una “praxis que es reflexión y acción de los hombres sobre el mundo para transformarlo” (Freire, 1987, p. 43). En efecto, una praxis basada en el encuentro dialógico y horizontal de iguales, que configura una educación que es problematizadora y liberadora a la vez, dejando atrás y para siempre, la de tipo bancaria, ésa que se caracteriza por ser un mero “acto de depositar en el cual los educandos son los depositarios y el educador quien deposita” (Freire, 1987, p.72); en otras palabras, abandonar las transferencias de “conocimientos” (que realmente son datos, información acumulada) en la mente del otro, al que se le resta autonomía en la construcción de su saber.

Respecto al segundo libro referido, con un Freire ya en la madurez de su pensamiento pedagógico y nuevamente radicado en Brasil tras el exilio, brinda testimonio de sus años de lucha por la educación popular y la alfabetización crítica con trabajadores desarrolladas en diversas latitudes del orbe, recapitula experiencias que lo llevan a la orilla en un mar de reflexiones y que le permiten replantear la Pedagogía del oprimido al agregar un espléndido complemento semántico con honda carga emotiva: de la esperanza, que de ninguna manera se contrapone a su posicionamiento respecto a la opresión, sino más bien lo fortalece, para animar la misión de todo educador progresista, diciendo que la “esperanza es necesaria pero no es suficiente. Ella sola no gana la lucha, pero sin ella la lucha flaquea y titubea. Necesitamos de la esperanza crítica como el pez necesita el agua incontaminada” (Freire, 1993, p.8).

De esta manera, llama a asumir esta esperanza crítica como educadores, una esperanza que indudablemente no es pasiva, sino activa; no es ingenua, sino perspicaz y precavida; no lucha por utopías sino por realidades concretas y asequibles; en fin, se trata de una esperanza como motor de acción para combatir y resistir las múltiples manifestaciones de la opresión que se camufla con rostros multiformes (de amabilidad, manipulación y engaño que esconden explotación y abuso colonial, capitalista o patriarcal) en todas las épocas y lugares y que la educación, potencialmente, puede hacer consciente y con base a esta toma de conciencia construir un mundo mejor, entendido como “un mundo donde mujeres y hombres se hallen en un proceso de liberación permanente” (Freire, 1993, p.62).

De manera análoga a Freire, Simón Narciso de Jesús Carreño Rodríguez, identificado mejor como Simón Rodríguez (1769-1854) analizó la opresión bajo la lente de la esperanza desde Venezuela, en una época que transitaba del colonialismo virreinal a la república independiente, primeramente como maestro y guía del libertador Simón Bolívar y brillantemente, como pensador vanguardista e independiente, que abrazó la educación popular como el espacio para conquistar una autonomía pedagógica latinoamericana sin imitar modelos europeos y lograr la inclusión de los pueblos indígenas, de pobladores de todas las razas y credos, particularmente los más pobres, dentro de las aulas (Puiggrós, 2005) y asimismo, rescatando la enseñanza de los oficios y saberes populares dentro del currículum escolar.

Igualmente, Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888) cimentó las bases de la educación en Argentina con ideas civilizatorias genuinas, encontrándose en la encrucijada de trascender su pensamiento reformista a partir de la función pública como presidente de su nación, esto es, trascender la esperanza, que no siempre es posible ni viable ni pertinente; José Julián Martí Pérez, el gran José Martí (1853-1895), prócer de la Guerra de Independencia de Cuba, quien, entre sus polifacéticas cualidades, así como su abundante literatura educativa, empoderó a las infancias con la edición de la espléndida revista La Edad de Oro (1889) generó auténtica esperanza para las niñas y los niños de su pueblo.

No omito mencionar a El Amuta (el maestro, en quéchua), José Carlos Mariátegui La Chira (1894-1930) quien desde el exilio bosquejó la educación peruana con los matices marxistas buscando la toma de conciencia de la clase trabajadora para conquistar su emancipación ideológica y cultural. Finalmente, delineo acaso, el pensar educativo de tres maestros que creyeron que, gran parte de la evolución de nuestro México tenía que emerger de los salones y las escuelas: Ignacio Ramírez Calzada “El Nigromante” (1818-1879) ferviente ideólogo liberal y acérrimo defensor de la educación indígena; posteriormente su discípulo, Ignacio Manuel Altamirano (1834-1893) encarnación de la formación intelectual autónoma como senda de emancipación de los pueblos originarios y, además, entre sus muchos aportes, fundador de la Escuela Normal de Profesores de México, la cual, por cierto, tuvo mayor auge e impulso durante el porfiriato, tiempo en el que Justo Sierra Méndez (1848-1912), El Maestro de América, discípulo a su vez de Altamirano, así como creador del proyecto de Universidad Nacional de México, buscó, comprometidamente, elevar los niveles educativos y culturales de los nacidos en tierra azteca durante los albores del siglo XX, a partir de su inserción en la función pública.

Cada uno de los maestros latinoamericanos de los que este sencillo artículo habla, merecen con total justicia, artículos independientes y libros completos que describan a detalle sus excelentes aportes en la forja del pensamiento pedagógico decolonial nacido en Latinoamérica, ya que estas líneas sólo aspiran a incitar la curiosidad de los lectores, para que exploren estas magistrales joyas en las vetas de una historia emergente de la educación, que otorga sólidas bases a una NEM que florecerá paulatinamente con la sensibilidad, creatividad y entusiasmo del magisterio nacional.

A manera de colofón: En estos días que circundan la conmemoración del Día del Maestro en nuestro país, solamente quiero decir que dedico estos renglones a mis estudiantes normalistas y pares docentes de todos los niveles educativos, exhortándoles a colorear su enseñanza con esperanza y determinación; a trastocar el matiz del monólogo por la luminosidad del diálogo en la clase; a trazar relaciones más simétricas en los ámbitos escolares evitando ser opresor (a) y tampoco permitir ser oprimido (a); a combatir de forma inteligente, con estudio, investigación, saberes y praxis educativa decolonial cualquier forma de injusticia o exclusión que lastime o inhiba la mente, el alma y la conciencia de sí mismos, de sus educandos o de sus comunidades; a ser innovadores y no tan conservadores; a problematizar para liberar; a sonreír más…

Referencias:

Freire, P. (1987). Pedagogía del oprimido. Siglo Veintiuno Editores.

Freire, P. (1993). Pedagogía de la esperanza. Un reencuentro con la Pedagogía del oprimido. Siglo Veintinuno Editores.

Puiggrós, A. (2005). De Simón Rodríguez a Paulo Freire. Educación para la integración iberoamericana. Convenio Andrés Bello. Colección Confluencias. Disponible en: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20190930040039/puiggros_de_simon_rodriguez_a_paulo_freire.pdf

TEMÁTICAS: NUEVA ESCUELA MEXICANA | PLAN DE ESTUDIOS 2022 | SEP
Adriana Yolanda Domínguez Cornejo
Adriana Yolanda Domínguez Cornejo
Maestra en Formación Docente y Especialista en Formación de Formadores. Docente de la Escuela Normal de Educación Física de Toluca, me apasiona el estudio, interpretación e investigación del amplio universo educativo desde nuevos enfoques.
Fuente de la información:  https://profelandia.com

 

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La Sociedad Venezolana de Educación Comparada

Una historia singular dentro del movimiento global

Por: Luis Bonilla-Molina[1]

  1. La educación comparada en Venezuela

La educación comparada en Venezuela ha tenido siete grandes dinámicas. Un primer momento, en los orígenes de la República cuando Simón Rodríguez (1769-1864), el maestro del Libertador Simón Bolívar, planteó una propuesta de educación popular para la educación caraqueña que contrastaba con el modelo lancasteriano de gran auge en los sectores oligárquicos, alternativa que no pudo concretarse por la correlación de fuerzas existentes a favor del conservadurismo y el eurocéntrismo imperante en ese momento. El esfuerzo de Rodríguez demandó un estudio de las “sociedades Americanas” (1828) y de las “Luces y Virtudes Sociales” (1834) en la región, que resultan fundamentales para re-construir una genealogía del sistema escolar venezolano

El segundo momento, marcado por el trabajo del maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa (1902-1993) quien a partir del estudio de las premisas educativas de John Dewey (1859-1952), propias del desarrollo del capitalismo industrial en los EEUU, elaboró una propuesta educativa para una sociedad con capitalismo tardío como la venezolana. El trabajo de Prieto sería decisivo en la redefinición del sistema escolar a partir de los requerimientos de la revolución democrática burguesa de 1958. El sistema escolar venezolano hoy sigue teniendo marcada influencia de las ideas del maestro Prieto.

 El tercer momento, signado por los estudios de Alejandro Togores realizados en el Instituto Pedagógico de Caracas, a finales de los años sesenta y setenta del siglo XX.  Su libro “Investigación y metodología en educación comparada” (1980) constituye un texto fundacional en la disciplina científica de educación comparada venezolana.

Un cuarto momento, la creación del Centro regional de Educación Superior para América Latina y el Caribe (CRESALC) a finales de los sesenta del siglo XX, adscrito a la UNESCO, con sede en caracas, que se convirtió en un espacio permanente de foros, debates y publicaciones sobre la realidad de las universidades en Latinoamérica, el Caribe y el mundo. Aunque nunca se planteó el tema metodológico comparado, el trabajo del CRESALC fue construyendo una cultura comparativista en la región y especialmente en Venezuela. A finales de la década de los noventa el CRESALC se convirtió en el Instituto para la Educación Superior para América Latina y el Caribe (IESALC), instituto tipo 1 de la UNESCO, cuya dinámica actual ha dejado ser un elemento dinamizador de los estudios comparados nacionales.

Un quinto momento, los trabajos durante las décadas de los noventa e inicios del siglo XXI de exalumnos y colegas de Togores, entre ellos destacan Gustavo González, profesor del Pedagógico de Maracay, quien realizó sus estudios doctorales y tesis comparada en la Europa del Este y quien se dedicaría posteriormente a formar a toda una generación de comparativistas, así como el esfuerzo sistemático de Antonio Fuguet vinculado a los comparativistas norteamericanos y canadienses.

Un sexto momento, lo determina el trabajo realizado a partir de la línea de investigación comparada sobre “Gerencia y Calidad de la Educación” que impulsamos en el Instituto Pedagógico Rural Gervasio Rubio (IPRGR), la cuál concentró su esfuerzo en la compilación de estadísticas internacionales de educación y al análisis de las mismas respecto a la realidad nacional venezolana. Además, en el Pedagógico de Rubio dieron clases de maestría Gustavo González y Antonio Fuguet, lo cual potenció el trabajo de la línea de investigación.  El núcleo de estudios comparados de Rubio, Estado Táchira, sería fundamental para la creación de la Sociedad Venezolana de educación Comparada.

  • Los orígenes de la SVEC

En el año 1998, al intentar realizar un estudio comparado sobre los modelos de gestión de la investigación universitaria en Colombia, Venezuela, Panamá y Cuba, nos encontramos con la dificultad de no encontrar en Venezuela, un libro actualizado sobre metodologías de estudios comparados. Eso nos llevó a contactar, vía correo electrónico, a destacados comparativistas a escala mundial a quienes se les propuso contribuir para un libro colectivo que sirviera de compendio teórico-metodológico en español sobre educación comparada.  Durante todo el año 1999 fueron llegando los trabajos de Jesús Garrido, Robert Arnove, Thomas Popkewitz, Jürgen Schriewer y Robert Verhine, a los que se sumaron los aportes nacionales de Cecilia Mendoza, Antonio Fuguet, Alexander Moreno, Carlos Lanz y Luis Bonilla-Molina. Se excusaron de no poder enviar sus trabajos en el tiempo pautado Mark Brye y Gustavo González. Omar Hurtado Rayugsen hizo la presentación del texto.  Cuando se intentó publicarlo en el Pedagógico de Rubio resultó imposible por temas burocráticos, lo cual hizo que la vela del libro soplara hacia otros horizontes.

Así llegamos con la propuesta de libro a las puertas del IESALC-UNESCO. Al ser recibidos por su director, para ese momento el cubano Francisco López Segrera, éste mostró interés por la obra y la impulsó para su publicación con el sello UNESCO y el nombre de “Educación Comparada, Identidades y Globalización” (2000).

En la cita editorial con el director del IESALC-UNESCO estaba presente el Dr. Carlos Tünnermann, una de las autoridades latinoamericanas de los estudios comparados. El intelectual nicaragüense, quien había sido el primer ministro de educación de la revolución sandinista, además de acceder a prologar el libro, promocionó una reunión de trabajo donde propuso redimensionar el trabajo que veníamos realizando. A esa reunión en el IESALC UNESCO (2000) asistimos Gustavo González, Omar Hurtado Rayugsen, Alexander Moreno y Luis Bonilla-Molina. Allí se acordó conformar la Sociedad Venezolana de Educación Comparada (SVEC) que formalizaría su registro unos meses después.

La primera directiva de la SVEC, además de los asistentes a la reunión con Tünnermann y Segrera, estuvo conformada por Cecilia Mendoza, Antonio Fuguet y Padrón. Desde su fundación se solicitaría la incorporación al Consejo Mundial de Sociedades de Educación Comparada, lo cual sería aceptado años después.

En 2001 el IESALC-UNESCO publicaría en formato de libro la tesis de maestría de Luis Bonilla-Molina, producción teórica resultante de la investigación sobre modelos de gerencia de la investigación universitaria en cuatro países, texto que se tituló título “Gerencia, Investigación y Universidad” (Edición IESALC-UNESCO). Este libro se convirtió en texto de muchos cursos de postgrado impulsando dinámicas de estudios comparados.

La SVEC es el séptimo momento de los estudios comparados en Venezuela, espacio de referencia académica e institucional en el país.

La SVEC realizó en 2007 su primera conferencia nacional, modificando sus estatutos y eligiendo nueva directiva. En el año 2010 la SVEC diseñó la Maestría en Educación Comparada, que fue aprobada por las instancias legales no solo de Venezuela, sino también de Cuba y Nicaragua, en el marco del programa gran nacional de educación del ALBA. Esta maestría contaría como profesores a Mark Bray, Robert Arnove, Juan Carlos Tedesco, Nolberto Fernández Lamarra, Gimeno Sacristán, Jurjo Torres Santomé, Francisco López Segrera, Gustavo González y Luis Bonilla-Molina, entre otros.  La maestría tuvo una edición en Venezuela, otra en Nicaragua y sigue vigente en Cuba con más de dos ediciones.

En 2015 la SVEC realizó su primer congreso, aprobando modificaciones estatutarias, a la par que se creó la orden Alejandro Togores para premiar a comparativistas y establecer nuevos mecanismos para elegir directiva. Se aprobó realizar cada diez años un congreso y anualmente conferencias, encargando a su presidente el impulso de un espacio autónomo permanente de intercambio y diálogo educativo, algo que hoy cumple el Centro Internacional de Investigación Otras Voces en educación.    La situación económica del país, abierta desde 2013 hasta la fecha ha dificultado la realización de su segundo congreso nacional y ha obligado a realizar los encuentros y reuniones de manera virtual. Se tiene previsto realizar el segundo congreso nacional extraordinario de educación comparada en 2023.

  • La SVEC en las ciencias sociales latinoamericanas

La Sociedad Venezolana de Educación Comparada (SVEC) ha sido un factor dinamizador de iniciativas y estudios sobre similitudes y diferencias de nuestras realidades educativas, en sociedades dependientes y neocoloniales como las Latinoamericanas y caribeñas. En el año 2005 organizó, en alianza con la Universidad Bolivariana de Venezuela, el Congreso Mundial de Educación, el cual contó con un centenar de invitados internacionales y más de tres mil docentes nacionales participantes.

Entre el 2006 y 2019, en alianza con el Centro Internacional Miranda (CIM), institución adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, se organizó la línea de investigación sobre educación internacional y realidad venezolana, en la cual los trabajos de Gustavo González y Omar Hurtado Rayugsen resultaron fundamentales para la identificación de nudos problemáticos y potencialidades pedagógicas.

El surgimiento en 2016 del portal Potras Voces en Educación (OVE) significó un esfuerzo vinculado a la SVEC que potenció la creación de una base de datos sobre reformas y cambios educativos. El portal OVE cuenta en la actualidad con más de 50.000 informaciones disponibles en su repositorio y ha sido visitada más de 35 millones de veces por docentes, no solo de Venezuela, sino de todo el mundo. Vista la experiencia de OVE, se decidió crear en febrero de 2017 el Centro Internacional de Investigación Otras Voces en Educación (CII-OVE), de perspectiva comparada, asociado al Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), espacio que sirve hoy de soporte institucional al trabajo de la SVEC.

En la actualidad Otras Voces en Educación, como espacio de análisis y estudios comparados, auspiciado por la SVEC, cuenta con dos observatorios[2], el Grupo de Investigación “Historia de la Educación y representaciones” y el Grupo de Contacto Internacional (GCI) que agrupa a un centenar de organizaciones sindicales docentes, colectivos pedagógicos y de educaciones populares.  A partir de este último espacio se organizó en 2020 el I Congreso Mundial contra el Neoliberalismo educativo, realizado de manera virtual en medio de la pandemia, en el cual participaron 11.800 personas; en la actualidad se organiza el Segundo Congreso Mundial contra el Neoliberalismo Educativo, para el año 2023 a realizarse en Panamá. El GCI permite el seguimiento en tiempo real a las reformas educativas y la perspectiva de los docentes de base al respecto.

La estrategia comunicacional ha sido fundamental en el trabajo comparado que se realiza. El canal de YouTube de Otras Voces en Educación cuenta con más de 20.000 suscriptores con una programación casi diaria de actividades de debate educativo internacional que nutre la investigación, reflexión y producción de conocimiento.  Los debates sobre educación en Latinoamérica se registran y tienen espacio tanto en el portal OVE, como en el centro de investigación CII-OVE y sus redes sociales, siendo un espacio de referencia continental en educación.

  • SVEC y pedagogías críticas

En medio de la ofensiva neoliberal sobre la educación pública presencial en la región, la Sociedad Venezolana de Educación Comparada (SVEC) desde su fundación y hasta la fecha se entiende como un espacio de estudio, reflexión y generación de conocimiento desde una epistemología de pedagogías críticas.

La realización en 2014 del I Informe Mundial de la calidad Educativa, significó no solo un reto metodológico e intelectual, sino un salto cualitativo en la conformación de equipos coyunturales para el estudio, investigación y análisis desde la perspectiva comparada crítica. El desafío es realizar en 2024 un segundo informe mundial en el tema.

En ese sentido, contamos con una permanente relación de intercambio de conocimientos y experiencias con colectivos de educaciones populares, grupos de trabajo en teoría crítica educativa y narrativas emancipadoras. Durante el año 2021, con motivo de los 100 años del nacimiento de Paulo Freire realizamos 33 webinarios que juntaron a más de 100 calificadas voces pedagógicas de Latinoamérica, Europa y África, esfuerzo que aspiramos sostener en el año 2023 con una jornada que permita valorar los aportes de Simón Rodríguez para generar estudios y alternativas ante la actual coyuntura educativa.

Durante el año 2021 realizamos entre la SVEC y CII-OVE el primer diplomado internacional sobre pedagogías críticas y educaciones populares, el cual contó con 312 estudiantes de 12 países, experiencia que continuamos en 2022 y se aspira sostener a través del tiempo.

Finalmente, queremos subrayar que el eje central de las investigaciones que está realizando actualmente la SVEC giran en torno al impacto que tendrá la llamada transformación digital en la educación, los sistemas escolares, la formación docente, los contenidos de enseñanza y las profesiones en el marco de la cuarta revolución industrial

  • Estudios comparados y cuarta revolución industrial

En el año 2015 la SVEC participó en el Foro Mundial de Educación (FME) realizado en Icheon, Corea del Sur. Los anuncios que hicieron las corporaciones tecnológicas sobre el horizonte digital de la educación en menos de una década, generaron preocupación dada las enormes desigualdades sociales y de acceso a la innovación en el sur global, así como el limitado acceso a internet en las instituciones educativas de Latinoamérica y el Caribe.

Durante ese año, la Sociedad Venezolana de Educación Comparada promovió el Manifiesto Mundial contra el “Apagón Pedagógico Global” (APG), el cual fue suscrito `por más de 207 referentes del campo pedagógico mundial, entre ellos Boaventura de Sousa, Henry Giroux, Peter McLaren, Moacir Gadotti, Jurjo Torres Santomé, entre otros. Este manifiesto fue entregado en julio de 2015, en París, a la Dra. Irina Bokova directora en ese momento de la UNESCO. Posteriormente, la SVEV lanzó la campaña contra el APG en Latinoamérica, iniciando una línea de investigación sobre “transformación digital, cuarta revolución industrial y sistemas educativos”.

Este esfuerzo permitió construir un conjunto de debates que posibilitaron una mejor comprensión de las implicaciones y consecuencias de la cuarentena por el covid-19 en la educación y la escolaridad. De hecho, la SVEC ha sido pionera en la denuncia de las nuevas formas de privatización educativa que se impulsaron bajo el paraguas de la pandemia del Coronavirus. Durante el año 2020 la mayoría de Estados Nacionales de la región se desentendieron de sus obligaciones constitucionales de garantizar las condiciones mínimas para garantizar el vínculo pedagógico y los procesos de enseñanza-aprendizaje, porque fueron las familias, docentes y estudiantes quienes tuvieron que asumir los costos de la conexión a internet, la compra de equipos de conexión remota y el acceso a plataformas virtuales; este modelo de privatización tiende a sostener en el retorno a la presencialidad.

La pandemia y el nuevo modelo de privatización educativa generaron una estratificación escolar sin precedentes entre los estudiantes que a) tuvieron acceso a computadora + internet + familia de apoyo, b) no contaron con apoyo familiar presencial a pesar de contar con internet + computadora, c) quienes no dispusieron de internet ni computadora y escasamente pudieron acceder a guías y algunas transmisiones por radio o televisión como vínculo pedagógico y, d) quienes no tuvieron vínculo pedagógico alguno. Esta estratificación puede reproducirse y ampliarse en el retorno a la presencialidad por las desigualdades sociales de estudiantes y la incapacidad de las instituciones educativas de igualar las condiciones de enseñanza, superando las diferencias por origen social y/o salarial.

La llamada transformación digital, de cara a 2030 teniendo enormes bondades y potencialidades, cuenta con la limitante que demanda igualdad de oportunidades, algo que aún en regiones como Latinoamérica estamos muy distantes de lograrlo. Por ello, los estudios comparados nacionales e internacionales sobre las dinámicas inherentes al curso-virtual que está tomando la educación resultan fundamentales para la formulación de políticas públicas que fomenten la inclusión y justicia social. Esta es la razón por la cual la Sociedad Venezolana de Educación Comparada dedica en esta etapa una parte importante de su esfuerzo académico a este tema.

  • Conclusión

La educación e investigación comparada en educación tiene plena vigencia y actualidad en Venezuela. Ha sido el resultado de un esfuerzo sostenido en el tiempo por la Sociedad Venezolana de Educación Comparada, facilitando procesos, formando talento y auspiciando la creación de marcos institucionales que permitan su sostenimiento en el tiempo.

Aún la capacidad de permear las políticas públicas es muy baja, pero ello se debe a procesos de contexto que escapan al control y posibilidades de modificación de la actividad académica que se realiza. Lo que, si se aprendió durante estas dos décadas de trabajo, es que la investigación y la educación comparada demanda un esfuerzo especial de estrategias comunicacionales para realizar un trabajo contra hegemónico en medio de una tendencia a la supremacía de los enfoques propios de las bancas del desarrollo.

El futuro de la educación comparada está vinculado a la academia, pero también a las instancias de formulación de políticas educativas. Por ello, el vínculo, intercambio, diálogo y aprendizaje con las otras organizaciones nacionales de educación comparada resulta fundamental. En esta perspectiva el trabajo del Consejo Mundial de Sociedades de Educación Comparada es crucial para construir puentes que nos permitan superar limitaciones propias de nuestros desarrollos desiguales.

Referencias

Bonilla Molina, L. (Compilador) (2000). Educación comparada, identidades y globalización. Ediciones IESALC UNESCO. Caracas. Venezuela.

Bonilla Molina, L (2001) Gerencia, Investigación y Universidad. Ediciones IESALC UNESCO. Caracas. Venezuela

Prieto, L (1994) Obras completas. Ministerio de Educación. Caracas. Venezuela

Rodríguez Simón (2010) Obra Completa. Ediciones Presidencia de la República. Caracas. Venezuela.

SVEC (2000) Estatutos de la Sociedad Venezolana de Educación Comparada. Rubio – Táchira. Venezuela

Togores, A (1980) Investigación y metodología en educación comparada. Ediciones IPC. Caracas. Venezuela


[1] Doctor en Ciencias Pedagógicas. Postdoctorado en propuestas y modelos de evaluación de la calidad educativa. Postdoctorado en pedagogías críticas y educaciones populares. Presidente de la Sociedad venezolana de Educación Comparada. Integrante del Consejo Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. Profesor Asociado de la Universidad Nacional Experimental de Caracas (UNEXCA- en Venezuela), Profesor Extraordinario de la Universidad de Panamá (Panamá). Profesor invitado del Instituto McLaren de Pedagogías Críticas y la Universidad Indígena Campesina (México), la Universidad de Tolima y Surcolombiana (Colombia). Director de Investigaciones del Centro Internacional de Investigación Otras Voces en Educación (CIIOVE), centro miembro de CLACSO y la CLADE

[2] Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) y El Observatorio Latinoamericano y Caribeño de Organismos Multilaterales, Bancas de Desarrollo, Corporaciones Tecnológicas y Filantropía

La Sociedad Venezolana de Educación Comparada

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Venezuela conmemora 166 años de la siembra del maestro Simón Rodríguez

Por: Así somos.

Este viernes 28 de febrero se cumplieron 166 años de la siembra del maestro Simón Rodríguez, pensador, ensayista y educador, tutor y mentor del libertador Simón Bolívar.

A propósito de esta fecha el presidente de la República, Nicolás Maduro, exaltó su legado docente por la educación liberadora e inclusiva.

En este sentido, escribió a través de su cuenta en la red social digital Twitter el siguiente mensaje:

Venezuela conmemora 166 años de la siembra del eterno maestro, Simón Rodríguez. El Gran Robinson de América que llevó su luz y sabiduría por todos los rincones del continente. La Revolución Bolivariana exalta su pensamiento, garantizando una educación liberadora e inclusiva.

 

Simón Rodríguez, también conocido como Samuel Robinson, nació en Caracas el 28 de octubre de 1769 y fallecido en Perú el 28 de febrero de 1854.

Su carrera educativa comenzó cuando el Cabildo de Caracas le otorgó el permiso para ejercer como maestro en la única escuela pública de la ciudad en 1791.

En 1794 presentó al ayuntamiento capitalino un estudio titulado Reflexiones sobre los efectos que vician la escuela de primeras letras de Caracas y medios de lograr su reforma por un nuevo establecimiento, en el que argumentaba la necesidad de crear nuevas escuelas y de formar buenos profesores con mejores salarios, de incorporar más alumnos a la educación y extenderla a todas las etnias, a la vez que debía disminuirse la enseñanza particular.

Simón Rodríguez fue el primero que quiso aplicar en América del Sur los métodos educativos que empezaban a utilizarse a comienzos del siglo XIX en Europa e intentó promover en Bolivia y Colombia las teorías sobre la educación de la infancia y el acceso al conocimiento de las clases populares.

Setenta años después de su fallecimiento, los restos de Simón Rodríguez fueron trasladados al Panteón de los Próceres en Lima, Perú, y al cumplirse un siglo de su fallecimiento, fueron devueltos a Caracas, donde reposan en el Panteón Nacional desde el 28 de febrero de 1954. /JML

Fuente de la reseña: https://www.vtv.gob.ve/conmemoracion-siembra-simon-rodriguez/

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Dimensión educativa de Simón Rodríguez en su tiempo histórico, desde una visión transdisciplinaria

Por: José Aquino

Cuando  hacemos referencia al  Maestro Simón Rodríguez, que en este mes de octubre de 2019 se cumple 250 años de su nacimiento, es necesario no solamente recordar esta fecha conmemorativa  con discursos descriptivos y alegóricos, sino destacar esta  fecha  con un análisis y estudio comparativo de su ideario, al igual que también  estudiar  la dimensión educativa dentro del contexto histórico en que le tocó actuar  tanto a finales del siglo  XVIII y primera mitad del siglo XIX. En tal sentido, en este trabajo se destaca en una  visión transdisciplinaria  su concepción educativa para Latinoamérica en momentos, cuando estos nacientes países alcanzaron y consolidaron su independencia de España. Desde esta perspectiva  la relación temporoespacial es clave para  comprender su acción educativa innovadora en momentos en que otros educadores valiosos también presentaban sus propuestas en referencia al hecho educativo.

Este proceso dialéctico estará determinado primeramente abordado por confrontación con  un modelo educativo  alternativo a  la concepción filosófica dominante , dentro del cual este insigne maestro defendía por considerar el más acorde  para combatir un modelo educativo  atrasado y descontextualizado del momento histórico que  estaba sucediendo no solo en América con el modelo colonialista impuesto por España sino también, en Europa por los distintos cambios ocurridos  a consecuencia  de  la Revolución Francesa y la consolidación de los ideales de la Ilustración. En sus reflexiones es un opositor consuetudinario  de  un proceso educativo  escolástico que   reproduce fielmente la  concepción del modelo español de mantener el control  férreo  en todas sus facetas del territorio  que inicialmente se encargaría de enseñar a leer, escribir y contar, y a aceptar la religión católica mediante textos, estilos cartillas y el catecismo o impulsar ( Ortuño, 2010) a través de un modelo educativo estratificado para cada uno de estos grupos étnicos,  el  cual especificaba el rol dentro de esta sociedad colonial.

En lo referente al modelo educativo instaurado por el sistema colonial al cual se oponía Rodríguez, donde el maestro  en las escuelas debía inculcar al educando en la clase la repetición al pie de la letra las lecciones desarrolladas sin que el libre pensamiento actuara dentro de una lógica real y concreta en la elaboración de las conclusiones finales de cualquier aspecto del conocimiento. Por tal motivo, este singular maestro propone en su ensayo una serie de propuestas novedosas, estrategias de aprendizaje al Cabildo de Caracas en el año 1794, entre las cuales   destaca también la de formalizar e impulsar la educación pública, la creación de nuevas escuelas y la formación de buenos profesores; de esta forma, argumentaba que se podría incorporar más alumnos de los diferentes sectores sociales al proceso educativo  y de esta manera lograr la disminución progresiva de la escuela particular, entre otros aspectos.

 

Estas reflexiones no deben ser estudiadas desde una simple propuesta particular  de este caraqueño que recibió la licencia para ejercer la educación de primeras letras en 1791 por la corporación municipal, producto de una corta trayectoria de educador. Estos planteamientos vienen dados por un conjunto de consideraciones basadas en profundos cambios que se debatían y se ponían en práctica en Europa, modelos educativos modernos que sustituían la orientación educativa escolástica de corte medieval, citada anteriormente, en momentos cuando el liberalismo inspirado en el racionalismo que da lugar al gran movimiento intelectual  llamado Ilustración   que nació  en Francia, Inglaterra y Alemania y se propagó por todo Europa  que impulsó cambios  en  lo económico, político, social y cultural durante el siglo XVIII y comienzos del siglo XIX con la finalidad de desmontar definitivamente el modelo instaurado desde la Edad Media, de los cuales el maestro Rodríguez había leído y analizado a través de la bibliografía actualizada  que  llegaba de manera clandestina  a las  colonias americanas y en especial a  la ciudad de Caracas.

En lo que respecta a ese modelo educativo propuesto por los grandes propulsores de la ilustración Jean Jacques Rousseau, Enmanuel Kant, Montesquieu, John Locke entre otros, en Europa con una caracterización político social inspirada en los principios de igualdad, libertad, fraternidad, experimentarán modelos de aprendizajes que cambiarán el enfoque puesto en marcha por el orden monárquico bajo el liderazgo del orden feudal  en las escuelas de Europa, a través de las propuestas educativas, centradas en fomentar las capacidades intelectuales de los educandos desde una visión integral en un contexto histórico de cambios geopolíticos impulsados por el liberalismo económico que exigía  un sistema productivo competente a los cambios de paradigma. Por tanto, Simón Rodríguez coincidía plenamente con estos grandes pensadores; en cuanto que el  proceso educativo debía ser laico sin las ataduras del clericalismo y del  estamentalismo, para formar un ciudadano capaz de asumir los retos que demandara el nuevo orden  inspirado  en el verdadero sentido humanista  que durante siglos no se había tomado en cuenta por haber jerarquizado el sentimiento religioso  sobre la libertad de pensamiento.

Una vez que sus propuestas no fueron tomadas en cuenta por el Cabildo de Caracas en 1795, comienza su peregrinar en busca de  mejorar sus conocimientos en un mundo de  libertades. Llega a Kingston, Jamaica donde aprende el idioma inglés y a su vez enseña el castellano a  unos niños en una academia .Sigue su recorrido a la ciudad norteamericana de Baltimore, donde trabaja en una imprenta  que le va ser de gran utilidad, porque sus conocimientos  le servirán para realizar los moldes  para imprimir sus libros posteriormente.  Luego en 1898  llega a tierras galas , específicamente en Bayona en tiempos de efervescencia política, donde se estaba gestando la Revolución Francesa. Por tanto, en el epicentro de estos hechos  históricos discute con intelectuales los nuevos enfoques de aprendizaje propuestos por los insignes pedagogos, entre los cuales se puede señalar al suizo, Johan Pestalozzi quien proponía ideas en cuanto al desarrollo individual y libertad en la educación de los educandos, para que estos puedan actuar y pensar abiertamente  con todo lo que les rodea; a partir de la observación de la experiencia y al  interés por las actividades escolares; por tanto no se enseña nada que los estudiantes no puedan ver (Ortega,2008).

De igual manera intercambiaba opiniones de otros destacados pedagogos como las de  Jean Jacques Rousseau que planteaba  la relación que deben tener   los educandos con el medio ambiente y la naturaleza, además de debatir la tesis propuesta por este ilustre pensador sobre el contrato social, en cuanto a la conciliación individual del ciudadano que debía tener con la comunidad en el ambiente escolar, con el fin de obtener mejor resultado en el proceso de aprendizaje se traslada a la ciudad de París, donde hace amistad con Fray Servando de Teresa de Mier, sacerdote mexicano con quien realiza trabajos de traducción en distintos idiomas, en  obras de gran importancia para la colectividad; de igual manera realiza estudios de perfeccionamiento de  asignaturas en especial en la química y la física que tenían gran demanda por darle importancia en esos tiempos a las ciencias naturales, de esta manera este gran maestro estaba con un conocimiento pleno de todos  los grandes cambios  que ocurrían no solamente en el plano pedagógico sino también de manera integral en todos los órdenes de ese momento histórico, partiendo del modelo liberal a finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX que obligó a generar cambios en las  nuevas estructuras sociales, políticas y culturales a través de la puesta en práctica de una  postura filosófica racionalista  de la cual se sustenta la Ilustración .

Por tanto, la estada de Rodríguez en  la capital  francesa va a ser importante, porque ahí va a reflexionar acerca de cuál es el rol que va tener en su lucha por cambiar  el régimen colonial en la América hispana, con el fin de que libere a  sus habitantes de la hegemonía española que durante más de 300 años ejerce el control con la monarquía. Rodríguez está convencido de que sin un cambio de gobierno de orden republicano no puede haber avances sustanciales en las escuelas en esos territorios y la mejora de calidad de vida de sus pobladores  con criterio de igualdad social. Estas consideraciones se las hace saber a uno de sus discípulos, a Simón Bolívar, cuando se reúnen en París en 1803, en que es necesario luchar por la independencia en esas regiones para liberarlas de la opresión y construir unas naciones prósperas, donde el ciudadano sea el eje de su propio destino. Una vez consolidada la independencia en 1823 en gran parte del territorio hispanoamericano regresa a este continente después de un largo peregrinaje  por tierras europeas, con el fin de aportar sus ideas de cómo debe ser el proceso educativo en estas naciones.

Este insigne maestro estaba convencido  que un cambio político era necesario para desarrollar un cambio  educativo, inspirado en principios expresados por Montesquieu, referente a que las leyes deben adecuarse al pueblo para que fueran decretados,  con el fin de que no resulten de una imposición ejecutiva; por tal motivo, este precepto rector esbozado por el gran maestro, en lo que respecta a la dinámica escolar debe resultar de consideraciones después de amplias  reflexiones compartidas  por la  idiosincrasia de los pueblos, de esta manera los ciudadanos respetarían y acatarían  un modelo educativo; del mismo modo, la educación debe adaptarse a las peculiaridades de cada nación, en particular con el fin de determinar las  potencialidades  y debilidades para establecer un modelo educativo pertinente; por consiguiente considera que ningún sistema educativo debe ser impuesto. De estos principios nace el carácter innovador de la propuesta educativa de este maestro cuando llegó a Colombia luego de su ausencia.

La mente de este gran maestro estaba llena de proyectos, los cuales quería ver puestos en práctica en el continente americano una vez obtenida la independencia, en su llegada a Bogotá en 1823 instala una escuela de oficios, la cual fracasa por falta de recursos, no se amilana ante las adversidades y sigue proponiendo proyectos educativos por regiones ecuatorianas, peruanas y bolivianas, los cuales fracasan por diferente índole, ya sea por la parte  económica o la incomprensión de los gobernantes provincianos y la sociedad, como fue el  caso específico en la ciudad de Cuzco al cuestionar su modelo pedagógico de inspiración roussoniana, sin tener la más  mínima argumentación lógica para desecharlo al catalogarlo los sectores conservadores de  inadecuados.

Tomando en cuenta lo anteriormente expuesto, debemos realizar un estudio comparativo de la dimensión pedagógica del maestro con otro educador que tuvo gran actividad docente durante el mismo tiempo histórico, el educador Joseph Lancaster, oriundo de Gran Bretaña, que realizó métodos pedagógicos en Inglaterra que lograron experimentarse no solo en Europa sino también en América, en momentos cuando Samuel Robinson empezaba a desarrollar su praxis escolar en tierras americanas; con el fin de determinar la dimensión educativa de este venezolano en su tiempo histórico a pesar de no haberse desarrollado a plenitud en el sistema escolar de esos tiempos; el modelo  educativo empleado por este europeo denominado Instrucción mutua en escuelas inglesas y aplicado también  con éxito  en Canadá, México, Argentina y Colombia entre otras naciones con  programas de instrucción  masiva   en momentos en que los centros educativos  no contaban con suficientes educadores para ocuparse de las labores docentes; por tanto tuvieron que utilizar monitores para cada grupo, estos eran alumnos destacados que enseñaban a los más pequeños, mientras recibían  las  orientaciones y supervisiones de los maestros; esto permitía que un solo docente pudiera trabajar con más de un centenar de escolares, la historiografía para la época señala que hasta 1000 educandos.

En este contexto tenemos que este método fue empleado por Lancaster para los niños en edad escolar de los sectores populares en Inglaterra en ese tiempo, por tanto  podemos decir que tenía un carácter clasista, ya que el presupuesto para el pago  de sueldos a los docentes era para  los hijos de las clases altas. Por tanto, este método de estudio utilitarista tenía un propósito y exclusividad definidos para un sector de la sociedad. En lo que respecta al continente americano precisamente en Bogotá, el general Francisco de Paula Santander, siendo presidente en 1825 asume el modelo por situación económica de otra índole, las  finanzas de Colombia estaban en condiciones precarias para el pago de los docentes debido a que  el gobierno  empezaba a recuperarse de los embates de la guerra de independencia. En cambio la propuesta pedagógica de Simón Rodríguez estaba centrada en la igualdad social, sin exclusión. Su modelo para todos los educandos  no tuvo éxito no solamente  por falta de recursos para él  pago de los docentes, sino también porque las autoridades provinciales y sectores pudientes cuestionaron sus métodos de aprendizaje, a pesar de compartir con estos  los ideales  de la Ilustración seguían manteniendo  mentalidades de corte  feudal (Montano, 2015).

Desde esta perspectiva, el método empleado por Lancaster estaba conformado por las normas más  rígidas con la  exclusividad para  enseñar leer y escribir a través de una serie de pasos que el monitor va evaluando paso a paso, para lo cual se guiaban de carteles o afiches. Este modelo de aprendizaje era básicamente  para la formación primaria en  lectura, escritura, gramática, dibujo, canto y aritmética,  bajo una de didáctica  memorista y repetitiva de carácter  rígido, mediante la estrategia de la obtención de premio y castigo en el aprendizaje, con el fin de lograr conductas esperadas de los niños en edad escolar; por tanto estaba limitada a un primer nivel de formación escolar. En cambio la propuesta pedagógica de Simón Rodríguez estaba centrada en la formación integral del estudiante en todo nivel del proceso educativo, buscando siempre ir  más allá del aprendizaje de las herramientas básicas, lectura, escritura y aritmética; irá a la creatividad y a la innovación tanto individual y colectiva, mediante  el aprender haciendo y transformando en contacto siempre con todo  lo que lo rodea a través  del afecto al lugar como eje de transformación no solamente del ambiente escolar, sino  también de la comunidad y la región, con una formación   basada en valores tanto ciudadanos como de republicanos libres,  para de esta manera deslastrarse de cualquier vestigio colonial, tal como lo señaló también su discípulo, Simón Bolívar, específicamente en la Carta de Jamaica, 1815, y en el discurso de instalación del Congreso de Angostura, 1819, (Aquino, 2019),

En consecuencia de expuesto, este ensayo trata de determinar desde una visión transdisciplinaria poder llegar a comprender  todas las dimensiones, desde la filosófica sustentada por este visionario educador, Simón Rodríguez, que en su momento histórico estaba  basada en la racionalidad para explicar el porqué  de las cosas, desde  una visión humanista  que  a través de la educación lograra la igualdad social en las recién independizadas  naciones y siendo el  modelo republicano la forma de  gobierno apropiado para dar al ciudadano un nivel de vida próspero y productivo con unos valores éticos que le darán el soporte necesario para mantener un orden institucional en libertad y de justicia social, tal como lo concibieron los libertadores.

Este ilustre educador, Simón Rodríguez, desde su comienzo en su rol de docente, entendió que la práctica  educativa  era indispensable  para la formación de ciudadanos críticos y creativos, por eso combatió el método de aprendizaje tradicional de formación filosófica escolástica,  impuesto  por los conquistadores  con el fin de mantener las estructuras coloniales y sistema de gobierno impositivo. Por tal motivo, siempre propuso un modelos alternativo de aprendizaje y en su praxis educativa implementó  propuestas innovadoras, para producir un cambio en las mentalidades de los educandos de este continente y así buscar alcanzar el máximo bienestar  posible de los pobladores de estas nacientes repúblicas como diría uno de los discípulos, destacado estadista y el más trascendente del continente americano en el siglo XIX y de vigente proyección aun para los tiempos actuales del siglo XXI,  Simón Bolívar.

Referencias bibliográficas

Bolívar, Simón (2009) Doctrina del Libertador. Tercera Edición, copias de la Biblioteca Ayacucho.

Echeverry, Alberto (1989) Santander y la instrucción. Bogotá. Foro Nacional de Colombia.

Escudero, Carlos (1978) Pensamiento pedagógico ilustrado. Quito: Editorial de la presidencia de la República.

Montano, Joaquín (2000) Joseph Lancaster

Ortega, Francisco (2008) Tomen lo bueno, dejen lo malo: Simón Rodríguez y la Educación Popular.

Rodríguez, Simón (1975) Obras Completas (dos volúmenes). Caracas.

Rodríguez, Simón (2004). Inventamos o Erramos, Caracas, Monte Ávila.

Rumanzo Gonzales, Alfonzo (1981) Maestro de America. Caracas Biblioteca Ayacucho.

Grases, Pedro (1994) Simón Rodríguez: escritos sobre su vida y su obra, Caracas; Consejo Municipal del Distrito Federal.

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Las voces de Penélope: De dónde vienen los “bachilleres” #30Ago

Por: Marisela Gonzalo Febres.

 

Carl Jung afirmaba que uno “…recuerda con aprecio a sus maestros brillantes, pero con gratitud a aquellos que tocaron nuestros sentimientos. Aludía a la enorme importancia que en la infancia y la juventud, tiene la relación del conocimiento con la afectividad, puesto que de acuerdo a la relación e impacto del maestro con lo intangible del ser humano, será su efectividad y trascendencia. Esto explica por qué los recordamos individualmente, en general con afecto y en otros, con rechazo. Dependerá del tamaño del recuerdo o del olvido -una forma de castigo-, de su paso por nuestras vidas, puesto que, a la larga, será más importante lo que dicho maestro es o ha sido, que lo que enseña…

La docencia no es una carrera sino una vocación que se mantiene a lo largo de la vida, incluso si ya no se ejerce formalmente, puesto que implica una continua transformación vital, resumida en la necesidad de aprender y enseñar más allá de las aulas. Proceso profundamente humano, dada su condición esencial de dar y recibir simultáneamente: aprendes mientras enseñas lo aprendido; enseñas mientras aprendes que aun cuando no puedas volver atrás, al menos tienes la posibilidad de retomar lo que en un momento dado dejaste en el camino de las elecciones y decisiones personales.

Los maestros, cuando lo son, juegan un rol tan importante como el de los libros en la vida de niños y adolescentes, por iluminar el mundo, mientras les lleva de la mano en los primeros vericuetos vitales. La culturas preocupadas por su devenir, le dan a los maestros un lugar privilegiado en la sociedad, cónsono con la responsabilidad de formar valores y trazar los caminos del conocimiento compartido, del saber con el hacer, de lo que Confucio parecía valorar más por ser consustancial al aprendizaje: “Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí.”El secreto está en enseñar haciendo, como decía también Don Simón Rodríguez.

A mediados del siglo XX se formalizaron e institucionalizaron en Venezuela los estudios magisteriales y su reconocimiento legal, abrió los caminos de centros de formación pedagógica y universitaria, al reconocernos como un país, cuyo complejo desarrollo ameritaba formación académica en todos los niveles. Incluyendo el preescolar, cuyo pensum de estudio exigió a los educadores, formación que incluía la psicología e historia de la pedagogía y corrientes educativas universales. La educación gratuita fortaleció el acceso y formación de todos los involucrados en las diversas instancias educativas. Desde el preescolar hasta los diversos posgrados universitarios, fueron ofrecidos, sin sospechar que bastó menos de un cuarto de siglo para echar todo por tierra, al punto de que hoy se habla de “docencia express”, como si se tratara de un taxi que llega más rápido a su destino: las 450 horas serían la versión del “kilometraje del conocimiento” adquirido.

Las cosas no venían por buen camino desde hace tiempo. Muchos  estudiantes de la Licenciatura en Educación, al constatar que en las Zonas Educativas publicaban los cargos sólo para los egresados de  las llamadas universidades bolivarianas, entendieron el mensaje implícito de abstenerse los provenientes de las universidades públicas autónomas, así que decidieron inscribirse en estas últimas para prepararse bien y paralelamente en la gubernamental, con el fin de encontrar trabajo, dadas las características político partidistas del acceso al empleo docente. Las cosas se complicaron por las consecuencias de vivir en un país en situación de Emergencia Humanitaria Compleja y el éxodo masivo de venezolanos profesionalizados, muchos con postgrados y salarios de hambreque, en el caso de los educadores de cualquiera de las tres instancias educativas, primaria, secundaria o universitaria, dan pena propia y ajena. El salario de un docente VI de educación secundaria, con postgrado, equivale hoy a $0,14 diarios, muy por debajo de la clasificación 2015 de “pobreza extrema” del Banco Mundial de las personas que devengan 1,90 $ al día.

Einstein insistía en que no se trataba sólo de enseñar alumnos, sino de proporcionarles las condiciones en las que pudieran aprender, asunto que pareciera ignorar el ministro de Educación, de ser cierta la propuesta de “formar” bachilleres como docentes de los próximos bachilleres. Ignorancia que incluye para quien fuera docente alguna vez y dirigente sindical, el hecho de que la educación es un acontecimiento de elaboración lingüística simbólica, que requiere ser alimentada de diversas fuentes que incluyen la experiencia vital, el discernimiento y la relación creadora con el conocimiento compartido.

La prensa regional dio a conocer la opinión de quien en el pasado fuera una destacada y dedicada docente de química en bachillerato, la diputada Bolivia Suárez quien denunció la aparición de los docentes “express”. Informó sobre la realización de inscripciones de estas personas que se van a formar en 450 horas, bachilleres, a quienes, dijo, les exigen únicamente el carnet de la patria y la cédula de identidad. Es obvio que el otrora dirigente sindical devenido hoy en ministro, se limpia la cara con el articulo 40 de la Ley de Educación, que considera “profesionales de la docencia”, a quienes posean títulos otorgados por las instituciones de formación docente creadas para ello, mediante un mínimo de cuatro años de estudios, sin contar las diferentes especializaciones que haya realizado después de haberse graduado”.

La explosión migratoria acentuó un problema que venía presentándose desde hace unos cuantos años: los jóvenes de bachillerato ya no tenían docentes de las áreas científicas ni suplentes. Muchos se “graduaron” de bachilleres en liceos públicos sin haber cursado materias como química, matemática, física, geografía, inglés ni castellano salvo una que otra “investigación” ayudada por “papá Google”. Confirmada o no la propuesta, es verosímil en nuestra experiencia de gobernados. Así mismo, que es evidente que todos sabemos de dónde vienen los jóvenes llamados a realizar los cursos “express”.

Los efectos de la corrupción pican y se extienden a lo largo del país incidiendo en el tema educativo. Según los datos ofrecidos por ENCOVI, se redujo la esperanza de vida en niños menores de 5 años y se pronostica para este año en 20.000, el excedente de muertes infantiles asociadas a la crisis. Según la investigación citada, la pérdida de cobertura educativa para los niños alcanza el 60% de deserción escolar y el 70 %, de ausentismo generado por el abrumador descenso de calidad de vida. El rezago escolar para los adolescentes de edades entre 12 y 17 años es de 26% para niños y 23% para niñas. El estudio determinó también que un 28% de los estudiantes, faltan a clases por problemas con el suministro de agua, 22% a la falta de comida y 15% por falta de electricidad.

Los gremios educativos han de hacer lo que les corresponde como educadores: informar, debatir, decidir y actuar. Un bachiller es una especie de “estudiante en tránsito” y si está mal preparado, está en el limbo. El gobierno tiene el deber de cumplir con lo establecido en la tan citada aunque maltratada Constitución: garantizar el acceso a la educación como parte del deber del Estado, tal como lo consagran los derechos fundamentales, especialmente si la educación está perdiendo su condición de patrimonio cultural y factor de desarrollo económico y social. Mercedes de Freitas, Directora Ejecutiva de Transparencia, resumió en una demoledora frase el origen de nuestra debacle: “La corrupción en Venezuela mata”. Y en materia educativa, añadiríamos, mata afectiva, literal y simbólicamente nuestra esencia y espíritu. Incluyendo el porvenir.

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Conoce el legado de Simón Rodríguez, maestro de América Latina

Por: Telesur

Fue uno de los intelectuales americanos más importantes de su tiempo e impartió ideales de libertad y educación popular.

El catedrático, escritor, filósofo y mentor venezolano Simón Rodríguez ha dejado un eterno legado en América Latina de lucha por la educación popular, que sigue vigente tras 165 años de su fallecimiento.

Rodríguez nació en Caracas el 28 de octubre de 1769, pero algunos historiadores afirman que fue en 1771. Era hijo de Rosalía Rodríguez y de un hombre desconocido, de apellido Carreño.

Sin embargo, su procedencia está rodeada de impreciones. Se dice que fue abandonado en las puertas de un monasterio, se crió en la casa de un clérigo de nombre Alejandro Carreño, quien se presume era su padre. Allí estuvo junto a su hermano Cayetano Carreño, que se convertiría en un famoso músico de la ciudad.

Los restos del maestro Simón Rodríguez fueron traslados el 28 de febrero de 1954 al Panteón Nacional de Venezuela, en la capital Caracas, desde el Panteón de los Héroes de Lima, Perú.

Legado social y educativo

Fue uno de los intelectuales americanos más importantes de su tiempo, por su profundo conocimiento de la sociedad hispanoamericana, que transmitió a Simón Bolívar al desempeñarse como su maestro y mentor. Por este motivo, popularmente es conocido como “El maestro de El Libertador», pero en realidad impartió por todo el mundo sus ideales de libertad y derecho a la formación de los ciudadanos por medios del sabler.

En 2003, el Gobierno venezolano impulsó la misión educativa Robinsón en honor a Simón Rodriguez. Un proyecto que hizo posible que la nación fuera declarada Libre de Analfabetismo por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco..

Rendimos tributo a la obra y el pensamiento creador del Maestro Simón Rodríguez, en el marco de los 165 años de su siembra eterna. La enseñanza profunda y el espíritu humanista que cultivó, se encuentra presente en los corazones de los pueblos de nuestra América.
Los viajes de Simón Rodríguez

En abril de 1801, el maestro viaja a Bayona (Francia), para por París y allí traduce la Atala de Chateubriand. En esa ciudad se encontró con Simón Bolívar en 1804 y desde ese momento se convirtió en una figura decisiva en el camino del futuro Libertador de América.

Rodríguez y Bolívar partieron en abril de 1805 a Lyon y Chambery para luego atravesar los Alpes y entrar a Italia. Cuando estuvieron en Milán presenciaron la coronación de Napoleón Bonaparte como rey de Italia.

Su peregrinaje por Europa también lo llevó a Alemania, Prusia, Polonia, Rusia e Inglaterra, donde se encontró con Andrés Bello. En 1823 retorna a América.

En 1835, tras el terremoto de Concepción, Rodríguez se marchó a Santiago de Chile, donde volvió a reunirse con Andrés Bello. De esta reunión nació el impulso de crear la Universidad de Chile.

Simón Rodríguez, a sus 82 años tenía un aspecto atlético y dictó una conferencia para la historia. El público fue deleitado con sus ideas revolucionarias y sus experiencias.

El maestro quiso volver a Europa en 1853 con la ilusión de que allí todavía se podía “hacer algo”. Pero se trasladó a Amotate, ciudad peruana, en la que falleció al año siguiente a los 83 años de edad.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/simon-rodriguez-venezuela-maestro-legado-america-latina-20190228-0025.html

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José Carlos Mariátegui- Serie Maestros de América Latina (Audio)

Perú/ Autor: Eduberlin / Fuente: Ivoox

unipe: Universidad Pedagógica Nacional
Publicado el 8 abr. 2016
La serie “Maestros de América Latina” narra la vida y obra de ocho pedagogos trascendentales para la historia de la educación latinoamericana. El repertorio está compuesto por Simón Rodríguez, Domingo F. Sarmiento, José Martí, José Vasconcelos, José Carlos Mariátegui, Gabriela Mistral, Jesualdo Sosa y Paulo Freire.

Sin idealizaciones simplificadoras, el programa intenta acercar a los docentes, pero también al público en general, las propuestas de estos pedagogos latinoamericanos de una manera amena y atractiva.

 

 

Fuente:

https://mx.ivoox.com/es/jose-carlos-mariategui-serie-maestros-america-latina-audios-mp3_rf_26013418_1.html

Fuente de la Imagen:

ove/mahv

 

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