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Entrevista a Alba Carosio: El patriarcado es tan astuto como el capitalismo

Por: Raúl Cazal

Alba Carosio es militante feminista desde los años sesenta. Practicó un feminismo comprometido con las luchas populares y con las mujeres más pobres y excluidas. Sin embargo, está consciente de que su alcance era limitado, hasta que llegó Hugo Chávez a la Presidencia de la República:

Las luchas de las mujeres por sus derechos preexistían a la llegada de Chávez, aunque no hay que negar que él le dio un impulso y apoyó esas luchas. Hay compañeras que afirman que lo hizo porque fue educado por mujeres a las que quería mucho y valoraba el esfuerzo que hacen las mujeres por la subsistencia en la sociedad, sobre todo las mujeres jóvenes. No hay que restarle importancia a este aspecto porque implica la dimensión de la humanidad. Comprendió la justicia de las luchas, porque una sociedad para que se pueda transformar tiene que superar esa relación primigenia que se establece, porque todas y todos tenemos madres, familia.

Si hay explotación y derechos cercenados de las mujeres en ese núcleo primigenio en el cual nos educamos y crecemos, entonces hay una idea de que el mundo es injusto y que eso no se puede cambiar, que se traslada a la adultez y a la vida social. Él lo entendió y es una idea que viene desde la Revolución Francesa, pasando por los anarquistas, las primaveras de los pueblos del siglo XIX y las revoluciones en nuestra región, que entiende que es necesaria la emancipación de la mujer para que la sociedad sea verdaderamente igualitaria, para que todas y todos seamos completamente iguales en derechos, pero que también se respete la diversidad.

Es doctora en Ciencias Sociales, profesora del Centro de Estudios de la Mujer de la Universidad Central de Venezuela e investigadora en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg). Actualmente es coordinadora del Grupo de Trabajo Latinoamericano CLACSO “Feminismos, resistencias y emancipación” y es directora de la Revista Venezolana de Estudios de la Mujer.

Sostiene que con la Revolución Bolivariana se llegó a lugares muy recónditos con la iniciativa de los Puntos de Encuentros que impulsó el Instituto Nacional de la Mujer y la Red de Usuarias de BanMujer (Banco de Desarrollo de la Mujer), antes de la creación del Ministerio del Poder Popular de la Mujer y la Igualdad de Género. Estas iniciativas recogieron información sobre la exclusión y la violencia contra las mujeres; los derechos y la igualdad de género para la transformación de la sociedad.

—¿Ha descendido la violencia contra la mujer en estas dos últimas décadas?

—No, a pesar del impulso y el apoyo a las luchas de las mujeres. Lo que se diferencia es que ahora es visible. Las historias antes no se veían, ni siquiera se contaban. Esto no sólo sucede en Venezuela, sino en América Latina y en diferentes partes del mundo. La incorporación de las mujeres a la vida social en general, tanto en lo económico como en lo político, también trae resistencia a que las mujeres tengan participación en estos espacios, es un factor que incide en la violencia.

La administración de justicia ha tenido un concepto muy patriarcal, que se debe transformar poco a poco. No se da de un día para otro. Y en este último año, tiene que ver con el confinamiento por la pandemia de Covid-19. Las Naciones Unidas ha informado que la violencia ha aumentado y en algunas partes se ha duplicado la violencia contra las mujeres. En Venezuela, que se registraba un centenar de casos graves y que algunos terminaban en muertes, se ha triplicado al año. Esto sin contar los casos que se han generado por la migración que ponen a la mujer en situación de vulnerabilidad.

—¿El confinamiento es una causa de la violencia?

No es una causa, pero sí una condición agravante. Es como la pobreza. No es igual el caso de una mujer que es víctima de violencia con su pareja y tiene facilidad de salir a la casa de un familiar, a buscar alternativas en la calle y otra cosa es estar más tiempo en la casa. No sólo con su pareja, sino con todos los miembros de la familia, en espacio reducido y con la angustia que produce la situación de la pandemia. La causa es el machismo, y la situación que ha provocado la pandemia, lo agrava.

Se dice que la violencia de género existe en todas las clases sociales, pero es muchísimo más grave en los sectores con menos recursos. Por ello se han creado en el mundo Casas de Acogidas en donde las mujeres se pueden refugiar cuando los niveles de violencia son muy altos y no tienen otro lugar a donde ir.

—¿En qué podría contribuir la legislación en materia comunal para transformar las condiciones de la vida de la mujer venezolana?

—No he leído los proyectos que están discutiendo en estos momentos, pero en principio hay que ser realistas con la legislación comunal. Los seres humanos, tanto hombres como mujeres no somos ángeles ni demonios. Tenemos momentos de mucha solidaridad y de amor al prójimo, pero también hay momentos de violencia, agresión, etc. Eso hay que verlo de frente, porque a veces puede considerarse que se crea una comuna y todos se comportan socialmente maravillosamente bien. La solidaridad, la generosidad tiene sus fases. A veces esta desaparece.

En el caso específico de Venezuela, hay muchas redes comunitarias que básicamente son las mujeres quienes la llevan adelante. Por ejemplo, el 80 por ciento de los Clap y los consejos comunales, en su mayoría, son organizados por mujeres. Hay que pensar su participación en las comunas, no sólo para que ellas hagan el trabajo sino para generar sistemas que apoyen la vida de la familia.

A nivel comunal debería haber sistemas de cuidados porque una sociedad socialista debe cuidar a sus miembros, empezando por aquellos que son más vulnerables o quienes más lo necesitan, como los que tienen alguna discapacidad o los ancianos, cuya atención generalmente queda a cargo de las mujeres de la familia y terminan agotadas de tanto trabajar.

Lo mismo sucede con el cuidado infantil, porque para tener iniciativas productivas es necesario tener mucha energía y tiempo disponible. Para la crianza y cuidado de los niños es necesario los niveles de socialización como las casas de cuidado diario, los Simoncitos y contar con el apoyo a las tantas tareas que tiene la mujer en la familia. Aleksándra Kolontái lo planteó muy bien en la revolución rusa, desarrolló un programa de alimentos que llamaban los “prepreparados” que aliviaban a las mujeres de la carga doméstica fuerte y que permitía liberar las energías para la producción.

—“Hace falta todo un pueblo para criar a un niño”, como reza el dicho popular.

—Tiene que haber corresponsabilidad entre los géneros, entre adultos, niños y jóvenes, entre las familias en la comunidad y con el Estado que es quien debe fortalecer los servicios como el agua, la electricidad, etc., que permiten desarrollar el trabajo. En pocas palabras, debe existir corresponsabilidad individual, familiar, comunal y estatal.

—Existe una sobreexplotación hacia la mujer al tener que ser trabajadora, esposa, madre, líder de la comunidad. ¿Se ha entendido esa corresponsabilidad en Venezuela para crear una sociedad de iguales?

—Faltan muchos caminos por transitar. Existieron iniciativas importantes como las Casa de Alimentación que paliaban situaciones de necesidad alimentaria y para que las mujeres se liberaran de esa carga doméstica y pudieran realizar otro tipo de actividad productiva. La situación económica, el bloqueo, tantas circunstancias, hicieron que estas mermaran. La mujer popular actualmente está sumamente exigida porque tiene tres jornadas de trabajo: la que realiza en el hogar; en el trabajo remunerado, que por la pandemia tienen que asistir a los lugares laborales con dificultades mayores; y luego, en la comunidad. Las complicaciones mayores las tienen hijos pequeños y adultos mayores a su cargo. Si ellas tuvieran el apoyo ayudarían al desarrollo económico del país.

—¿Podemos considerar violencia contra la mujer tanta carga?

—Es una violencia laboral.

—Es una sobreocupación.

—Claro. Primero que nada, encontramos la división del trabajo en donde deciden que unos trabajos son de mujeres y otros son de hombres, que es una división artificial. Todos podemos hacer las tareas indispensables para la reproducción social. Las mujeres generalmente están al doble de su capacidad física y emocional.

Uno de los hallazgos que podríamos decir de un estudio reciente es que desde el punto de vista emocional muchas se sienten cercadas por la cantidad enorme de actividades que realizan que no cesan nunca. Que cuando terminan una actividad, comienzan con otra inmediatamente. Que se agudiza en hogares que tienen precariedades económicas para conseguir alimentos, de vivienda, servicios, que es un tipo de violencia económica y laboral contra la mujer.

—La mujer pobre especialmente.

—Mujeres pobres que tienen que atender en las cajas de los supermercados, en puestos de comidas, en los aseos de los establecimientos, en los centros de salud… mujeres que están expuestas a contagiarse y están físicamente agotadas.

—La “e” excluye a la mujer

—Las redes digitales han impactado en los nuevos códigos del lenguaje. Pretendiendo ser inclusivo con la diversidad sexual, intentan desplazar al género femenino después que con la Constitución Bolivariana se logró igualar los géneros al ser nombrados: las y los, presidentas y presidentes, etc. Carosio, sin titubear, considera que “se vuelve a excluir a la mujer”.

—Vuelven a desaparecer las mujeres en el lenguaje.

—El castellano proviene del siglo X. El libro fundador de la lengua española es el Cid Campeador, mientras que El Quijote de la Mancha es de 1605. Tenemos muchos siglos escuchando hablar exclusivamente en masculino y obviando que existan mujeres.

El lenguaje inclusivo de género es de 1999 con la Constitución, es decir, de hace apenas 20 años. Y dos décadas no pueden ir contra siglos, el machismo y el patriarcado es tan astuto… es como el capitalismo, le da una gran vuelta que hasta lo pone atractivo e “incluyen” la diversidad sexual. Ahora, en vez de decir “todas y todos”, dicen “todes”, que no es ni hombre ni mujer sino nada. Las feministas, por lo menos la línea a la que pertenezco, queremos seguir siendo mujeres y compartir con los hombres y queremos tener nuestras diferencias porque sexualmente somos diferentes. Es una belleza la diversidad de la vida, de la relación incluso romántica.

—¿Cuál es la estrategia?

—El patriarcado tiene más siglos dominando que el propio capital, y su estrategia es que te hace parecer lindo, bello y bueno, cosas que al final te hacen daño. Los video clips que transmiten por YouTube ahora son tan agresivos contra las mujeres y las personas pobres que plantean un submundo del barrio, mezclando lo delictivo con lo agresivo, utilización de armas como símbolo sexual, imponiendo la dominación, romantizando la desvalorización. Por supuesto, con un solo cantante masculino con cuatro o cinco mujeres aparentemente relacionadas sexualmente con él, complaciendo de alguna manera la valoración del dinero conseguido con violencia y a través del dinero se consigue a las mujeres. Eso te lo presentan empaquetado como algo muy bueno y deseable.

—En el capitalismo el sexo y la violencia son sus armas de venta.

—La venta de la sexualidad a través de la fotografía y las diferentes formas de la pornografía son negocios. Primero, son las armas; segundo, las drogas; y tercero, la sexualidad. Incluso hay algunas redes sociales que se presentan como alternativas económicas para mujeres. Es toda una industria del capitalismo y a algunas muchachas te lo hacen parecer deseable porque en eso consiste el axioma publicitario, en “transformar una necesidad en deseo”.

—¿Cuál es tu mayor preocupación del futuro de las niñas y las mujeres?

—En este momento, tanto para Venezuela como América Latina, es la transformación de la sexualidad en una que sea placentera pero afectiva. En el año 2017, que es la última cifra que tengo, nacieron en Venezuela 5.200 niños y niñas de otras niñas menores de 14 años. Toda esa reproducción humana es violenta, porque no podríamos decir que una niña está en condiciones de ser madre. Las feministas tenemos una consigna: “Niñas, no madres”. Si ser madre para cualquier mujer es una enorme responsabilidad, imagínate para una criatura.

América Latina en general y Venezuela en particular, tiene esa problemática muy aguda, por no hablar de las de 15 a 19 años, que es muchísimo más alta, nacen alrededor de 120 mil niños y niñas. En edades en donde hay graves dificultades para ser madres, tanto económicas como emocional y física, están muy relacionados con la pobreza, falta de expectativas, dificultades educativas y la violencia. Es importante trabajar la desigualdad para que eso no ocurra, con cambios culturales que promueva la igualdad real, la que viene desde el corazón. No porque lo impusieron o manipularon por un slogan.

—¿A qué se debe que en Venezuela no existen prácticamente manifestaciones públicas por la legalización del aborto, mientras que en otros países son multitudinarias?

—Se debe al nivel de maduración y análisis social que todavía no hemos llegado. Todavía existe bastante desconocimiento sobre la biología. Es decir, todavía sigue existiendo la idea de que cuando se unen el óvulo y el espermatozoide, inmediatamente después del acto sexual, ya se tiene un ser humano, cosa que no es así.

El embarazo pasa por diferentes etapas al que se le desconoce, por ejemplo, que en las primeras 16 semanas no tenemos ningún ser humano. Se han planteado diferentes versiones a lo que sería interrumpir ese embarazo en donde han trabajado los grupos pro vida que ensombrecen todo lo que sería el conocimiento biológico de ese proceso. Pero lo que tenemos que entender las mujeres, es que nuestro cuerpo, es nuestro, de nadie más.

—¿Por qué la mujer cuando es víctima termina siendo enjuiciada?

—Todavía tenemos un Código Penal que es de 1936, en el que se han reformado algunos aspectos, pero el de la mujer, no, y ya vamos para un siglo. Es como si en todo este tiempo no hubiera cambiado nada, que las mujeres no tienen derecho a su propio cuerpo en el ejercicio de la sexualidad y si se portan mal, tienen como castigo el embarazo. Si no aceptan el castigo divino e interrumpen el embarazo pueden ir presas. La sexualidad sigue siendo un tabú y al mismo tiempo es comercializada como pornografía. Tenemos mucho que reflexionar sobre lo que implica la dignidad humana en el ejercicio de la sexualidad.

—¿Con estas reflexiones consideras que va a impulsar las movilizaciones?

—Estamos trabajando para que estas reflexiones lleguen a los lugares más recónditos. Pero también las influencias de los prejuicios religiosos que se impusieron en las comunidades más empobrecidas hacen la tarea en contra.

—¿En los movimientos feministas se reflexionan sobre el género y la clase?

—Nora Castañeda nos decía que debíamos analizar desde el enfoque de género, clase y etnia. En la teoría y la práctica feminista tenemos un enfoque interseccional que cruza las opresiones. Es decir, hablamos de la opresión de género junto con la de clase, etnia, territorio, edad, porque nosotras sabemos que no es lo mismo el tipo de opresión que sufre una mujer de clase media o alta y blanca, a lo que sufre una mujer indígena, que vive en un asentamiento precario y en condiciones de pobreza.

El género, es decir, la condición de la mujer, favorece la pobreza por un fenómeno que se llama la feminización de la pobreza. En el último censo en Venezuela arrojó como resultado que el 40 % de los hogares era matrifocales en donde las responsables de la manutención del grupo familiar era mujeres solas. Pero si vamos a los sectores más populares, encontramos que esa proporción es aún mayor, se estima que hasta un 60 % son mantenidos por mujeres. Allí se encuentra la relación indisoluble entre la opresión de género y de clase. Si eliminamos la opresión del género, seguramente vamos a contribuir con la equidad de clase, y viceversa.

Fuente e imagen:  https://portalalba.org/el-patriarcado-es-tan-astuto-como-el-capitalismo/

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Gunmen Kill 3 Afghan Women Media Workers

Gunmen Kill 3 Afghan Women Media Workers

ISLAMABAD – Officials in Afghanistan said Tuesday gunmen killed three women employees of a local television channel in separate attacks in eastern Nangarhar province.

Witnesses and police said the victims were on their way home from work when assailants targeted them in different parts of Jalalabad, capital of the Afghan province, and managed to flee.

The slain women were associated with private Enikass TV, which operates in the city.   The station called it a “sad day” and noted that it has “been targeted many times but this is the second time we lost our dear colleagues.”

One of the women was pulled out of the vehicle she was travelling in before being fatally shot, said Zalmay Latifi, the head of the media outlet.

Provincial governor Ziaulhaq Amarkhil told reporters an elderly passerby woman was also wounded.

No one immediately took responsibility for the afternoon deadly shooting incidents. A spokesman for the Taliban insurgency denied it had any hand in the killings.

Nangarhar police chief Juma Gul Hemat said an armed suspect was taken into the custody and an investigation was underway.

The United States condemned the killings, calling on the Afghan government to defend press freedom and protect journalists by conducting “open and transparent” investigations into these “vicious murders” to end impunity.

The U.S. embassy wrote on Twitter these attacks are meant to intimidate and intended to make reporters cower. The U.S. embassy said “the culprits hope to stifle freedom of speech in a nation where the media has flourished during the past 20 years. This cannot be tolerated.”

Tuesday’s attack is the latest in an ongoing wave of targeted killings of high-profile figures in Afghanistan, including journalists, civil society activities, religious scholars, judges and government officials.

The violence has forced many into hiding while some have fled the country. Kabul, the Afghan capital, has experienced most of the attacks.

The Afghan government and U.S. officials have blamed the Taliban for being behind the violence, charges the insurgents consistently have rejected.

The latest attack comes as America’s special envoy to Afghanistan, Zalmay Khalilzad, returned to Kabul this week in a bid to move a troubled Afghan peace process forward.

Khalilzad has been reportedly tasked by President Joe Biden to renegotiate a February 2020 deal with the Taliban that requires the remaining 2,500 American soldiers withdraw from the country by May 1.

The agreement was sealed by Donald Trump’s administration in his bid to end what he would often dub as American’s “endless war.”

The accord opened peace negotiations between the Taliban and representatives of the Afghan government in September, though the process has made little headway and has not helped reduce violence in Afghanistan.

The bloodshed prompted Biden soon after taking office in January to review the deal to examine whether the Taliban have held up their end of the commitments. The insurgents have cautioned against dumping the troop withdrawal deadline, saying it would escalate Afghan hostilities.

Fuente de la Información: https://www.voanews.com/press-freedom/gunmen-kill-3-afghan-women-media-workers

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Es política de Estado la violencia de género

Por: Ilka Oliva Corado

Es política de Estado en  sociedades con gobiernos neoliberales, la violencia contra la mujer y las masas empobrecidas y explotadas. Antes que el brazo armado está el recurso de la religión que manipula emocionalmente  a los excluidos pero que violenta doblemente a las mujeres por su género. En nombre de la fe, amparados por religiones misóginas muchos hombres ejercen la violencia de género a tal grado de llegar a los feminicidios. Eso no es nuevo, no estamos descubriendo el agua azucarada. Pero un Estado ausente, infestado de corrupción, donde se propaga el machismo, la misoginia, la homofobia y se alimenta el patriarcado sistemáticamente es el responsable de la violencia de género y todo su contexto.

Sin leyes que castiguen a quienes violentan a las mujeres en todas sus formas, la violencia de género continuará. Y el principal criminal es el Estado que con sus políticas niega el derecho al aborto, seguido de una planificación minuciosa de empobrecimiento de los sectores más explotados. Negarle el acceso a la educación a las niñas de los sectores más vulnerados. Obligarlas a parir manipulando a la población con que el aborto es un asesinato castigado por Dios, en lugar de informarles sobre sus derechos, sin inmiscuirse en sus cuerpos. El aborto es un derecho negado por Estados represivos donde gobiernan principalmente hombres machistas que lo utilizan como arma de castigo contra las mujeres por su género. Pero si una hija les saliera embarazada  la mandan a abortar a la mejor clínica del país o al extranjero y lo mismo con las cúpulas de la oligarquía.

Niñas sin acceso a la educación, sin alimentación sana, sin acceso a un sistema de salud, viviendo en casas que no cuentan con la seguridad mínima en entornos violentos sistemáticamente orquestados desde el Estado, son  niñas que jamás tendrán un desarrollo integral por ende tampoco serán mujeres realizadas, ni personal ni profesionalmente. Lo común será verlas siendo madres desde la adolescencia, por un abuso sexual, porque fue víctima del amor romántico tan patriarcal o porque fue casada a la fuerza, todo pero menos una persona feliz y realizada. Ninguna mujer puede ser feliz en esas condiciones.

¿Cómo puede ser feliz una niña con una madre que trabaja 16 horas en una maquila, en una fábrica, limpiando un edificio, un hospital, quemándose la vida en las fincas de cultivo? Una madre que sale de madrugada y regresa a altas horas de la noche a la que se le quita la oportunidad de compartir con sus hijos, de verlos crecer, de abrazarlos, de compartir tiempo de óseo con ellos. Si ella misma no lo tuvo, en esa cadena de abuso sistemático que es política de Estado.

Actitudes y acciones de abuso contra la mujer se cuentan por miles, no hay que llegar a los golpes para que se cuente como abuso, existe el abuso emocional también que es igual de dañino. Pero en nuestras sociedades la violencia ejercida desde el Estado en estas post dictaduras, también ha hecho que los hombres abusen a niñas, adolescentes y mujeres en entornos familiares porque saben principalmente que la vergüenza es una buena aliada y que con tal de que de las puertas hacia fuera no se enteren los demás, ellos pueden hacer lo que quieran de las puertas para adentro. Porque sigue siendo consejo sacerdotal o del pastor de la iglesia, perdonar, guardar silencio, mantener la familia unida a costa de los delitos que deben ser pagados con cárcel pero que si son ejercidos contra una mujer bien pueden ser perdonados por Dios.

Así es como vemos el aumento impresionante de abusos sexuales de niñas, por sus padres, abuelos, hermanos, por primos, adolescentes embarazadas abusadas dentro del propio hogar. Saben que no existe ley que los castigue porque las políticas de Estado son las de represión y violencia  a la población, las del empobrecimiento y explotación laboral porque entre más trabaje, más cansada está una persona, entre más hambre menos fuerza, menos tiempo y energía  para pensar, porque sin educación desconocen sus derechos y si esto se emplea adrede por género es mucho más beneficioso para un gobierno corrupto y criminal, tener niñas madres e infelices que adolescentes en camino hacia la educación superior y  a su desarrollo profesional: siendo madres son incapaces de cuestionar porque la pobreza las obliga a buscar la comida a deshoras para sus hijos, en cambio si se desarrollan profesionalmente tienen acceso a otro nivel de vida y exigen sus derechos y son cuestionantes de las políticas de Estado que si se lo proponen pueden cambiar.

Hemos llegado como sociedad a traspasar todos los límites porque los traspasó también el Estado, es por eso que un feminicidio no causa espanto, ni asombro ni indignación porque también dejó de sorprender que aterricen avionetas cargadas de droga y que las quemen después sin que se encuentre a los responsables. Porque dejó de sorprender que la misma policía o el ejército sean quienes custodien los cargamentos. Porque dejó de sorprender que los mismos miembros de las fuerzas de seguridad sean los que violen mujeres y no se les castigue. Entonces dice un civil: pero si ellos con uniforme violan por qué no puedo hacerlo yo con cualquier mujer, sea de mi entorno familiar o no. Si el mismo presidente ve que matan mujeres y no se pronuncia es porque no le interesa, entonces cualquiera sabe que puede violentar a la mujer que guste y no tendrá consecuencias.

Un crimen desde el Estado es negar alimentación, salud y educación a las niñas, pero también lo es voltear a otro lugar cuando las violentan por su género, cuando las golpean, las violan, las embarazan, las desparecen y las asesinan. Cuando sucede lo mismo con adolescentes y mujeres. Pero si un Estado no se pronuncia, ese gobierno debe ser cambiado de inmediato por la sociedad, entonces es el pueblo el que debe reaccionar y llevar al poder a gente capaz que entienda que es desde el Estado desde donde se deben ejercer las políticas que cambien la violencia sistemática hacia la mujer. Pero, ¿qué sociedad está dispuesta a hacerlo? Contra la violencia de género vemos a nivel mundial que son mayoritariamente las mujeres las que se pronuncian, porque los hombres sean de la ideología que sean son los más beneficiados con la inexistencia de leyes que castiguen semejante delito y aberración.

Pues serán las mujeres las que cambien las políticas de Estado de alimentar sistemáticamente la violencia de género.

Fuente:  https://cronicasdeunainquilina.com

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El Salvador: Cada día, 50 mujeres fueron víctimas de violencia entre enero y junio de 2020

América Central/El Salvador/15-01-2021/Autor(a) y Fuente: www.elsalvador.com

Entre enero y junio del año pasado se registraron 9,176 casos, de acuerdo con el Informe semestral Hechos de violencia contra la mujer. No solo incluye violencia física, sino también de otros tipos.

El confinamiento por la pandemia del COVID-19 se ha sumado a los patrones culturales ya existentes, como el caso del machismo, para que se repitan actos violentos contra centenares de salvadoreñas. Foto Referencia. Archivo

Cincuenta casos diarios de violencia contra la mujer fueron reportados en el primer semestre del año pasado, de acuerdo con el Informe semestral Hechos de violencia contra la mujer, de enero a junio 2020. El dato total es de 9,176 hechos, que incluye violencia sexual, física, patrimonial, laboral y otra, según el informe hecho por el Gobierno.

En 1,569 de los casos se trata de mujeres menores de 18 años.

Los datos que se recolectar a través de la Juntas de Protección de la Niñez y de la Adolescencia son igual de preocupantes; solo el año pasado, entre enero y septiembre, a través de esa institución se recibieron 6,779 casos por posible amenaza o vulneración de los derechos de infantes y adolescentes. Aquí se incluyen casos de violencia física ( 3,890); sexual (1,955), psicológica (1,194), emocional 761, moral (89) y cultural (2).

En el año 2019, hubo 562 mujeres que recibieron atención a causa de violencia sexual, en los diferentes establecimientos de salud del país. Los departamentos con mayor egreso fueron: San Salvador (27.9%), Santa Ana (13.5%), Ahuachapán (11.2%) y La Libertad (11.0%).

Pero también hubo 3,655 atenciones ambulatorias. El departamento con mayores atenciones es San Salvador (15.2%), seguido de Usulután (15.0%) y San Vicente (11.0%).

Las alcaldías apoyan de diferentes formas en el combate a la violencia sexual y la estrategia para detectar y ubicar a víctimas se desarrolla en el seno de los talleres que imparten, ya sea de panadería, bisutería u otras, pues es ahí donde acuden las personas atraídas por la oportunidad de aprender.

Luis Edgardo Silva, encargado de la Unidad de la Mujer, en el municipio de Delicias de Concepción, Morazán, explicó que “los talleres son un imán para que la mujer se acerquen. Para nosotros es un requisito que las mujeres deben de pasar un proceso de por lo menos ocho talleres de género para que tengan una base de cómo entender cuando hay agresiones y poder exigir sus derechos”.

El representante municipal comentó que cuando solo se ofrece el taller de género no existe demanda por parte de la población, por ello este tipo de talleres es parte de otro que brinda la comuna.

En el municipio de San Miguel, la Unidad de la Mujer y la Secretaria de la Familia de la alcaldía trabajan con otras organizaciones para ayudar a las mujeres violentadas y para orientarlas a trazar un plan de vida.

Las afectaciones psicológicas y el círculo de violencia llevan a que la víctima pueda desconocer su valor como persona, comentó Rosa Ochoa, encargada de la Secretaria de la Familia.

“Las mujeres violentadas son remitidas por la Oficina de Atención a Víctima o el ISDEMU. Nosotros les damos el seguimiento en formación. Y en paralelo el ISDEMU viene y les da charlas sobre sus derechos y cuales son las rutas de denuncia que pueden hacer de forma confidencial”, añadió Ochoa. A través de este mecanismo, el año pasado lograron ayudar a 12 mujeres violentadas.

“Cuando son remitidas, ellas vienen de un tratamiento psicológico de primeros auxilios. La mayoría vienen tímidas con miedos e inseguridades, mucho desconocimiento sobre sus habilidades y capacidades, y cuando se trabaja con ellas sus proyectos de vida, la mayoría no tiene claridad para que son buenas”, expuso.

En su mayoría las Unidades de la Mujer cuentan con programas preventivos o de acompañamiento si la víctima así lo solicita.

“Nosotros intervenimos a veces no de una manera directa porque puede existir riesgos sociales, pero transferimos la información a las autoridades pertinentes y ellos se encargan. Con nosotros es más que todo la orientación y si la víctima lo solicita se le da el acompañamiento, de lo contrario manejamos sólo cierta información, no manejamos la información precisa”, explicó a Luis Silva, de la alcaldía de Delicias de Concepción.

El año pasado, la municipalidad de San Francisco Gotera en Morazán, trabajó junto al ISDEMU un Plan de prevención contra la violencia, el cual se centró en capacitar a la mujer “para que conozca que no puede ser violentada y que hay diferentes tipos de violencia”, explicó Karina Flores, jefa de la Unidad de la Mujer, de esa comuna.

El plan fue diseñado para ser desarrollado en las comunidades con pequeños grupos de mujeres que estén informadas a donde acudir en caso de violencia sexual.

“Nosotros podemos recibir las denuncias acá y la trasladamos a la autoridades correspondientes, hasta el momento no hemos recibido ningún tipo de denuncia y podemos decir que el año pasado según la Policía Nacional Civil no hubo violencia en el municipio” , comentó Flores.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/eldiariodehoy/cada-dia-50-mujeres-victimas-de-violencia-enero-junio-2020/794914/2021/

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Ley de protección de la mujer en Irán: «Un primer paso, pero insuficiente»

El gobierno iraní aprobó el 3 de enero un proyecto de ley que tipifica como delito la violencia contra la mujer, incluida la acción o el comportamiento que cause «daños físicos o mentales» a las mujeres.

El gobierno iraní ha aprobado el 3 de enero un proyecto de ley que tipifica como delito la violencia contra la mujer, incluida la acción o el comportamiento que cause «daños físicos o mentales» a las mujeres. Sin embargo, el proyecto de ley no cumple las normas internacionales.

El proyecto de ley completo aún no se ha hecho público, pero en un resumen publicado en el sitio web del gobierno se afirma que «todo acto que cause daño físico o emocional o a la reputación de una mujer o que tenga como resultado la limitación de su libertad y sus derechos sociales se considera un delito».

Las activistas iraníes de los derechos de la mujer han hecho campaña a favor de dicha ley durante 16 años y el gobierno del Presidente Hassan Rouhani ha estado trabajando en el proyecto de ley desde las elecciones de 2013.

El proyecto de ley «Protección, Dignidad y Seguridad de las Mujeres contra la Violencia» ha estado bajo revisión desde septiembre de 2019, después de que el poder judicial anunciara que había completado su revisión y presentado el proyecto de nuevo al gabinete.

El proyecto de ley tendrá que ser aprobado ahora por el Parlamento para convertirse en ley y resultará un desafío, ya que hay una mayoría conservadora en el Parlamento.

La decisión de seguir adelante con el proyecto de ley – que, si se aprueba, será la primera ley de este tipo en el código penal de Irán – se dice que también ha sido favorecida por el movimiento #MeToo que lanzó campañas desde el pasado agosto.

También se dice que varios de los llamados asesinatos de honor de los últimos seis meses están detrás de la decisión de aprobar el proyecto de ley.

El proyecto de ley aborda el acoso sexual y la coacción a las mujeres para que realicen actos sexuales como delitos. El envío a una mujer de un mensaje sexual no solicitado, un texto o una fotografía, la exigencia de relaciones sexuales o el hecho de obligar a la mujer a realizar actos sexuales podría acarrear penas de entre seis meses y dos años de prisión y hasta 99 latigazos, así como multas monetarias.

Se ha exigido a la judicatura que cree y patrocine centros que ofrezcan apoyo a las víctimas de la violencia y a las mujeres vulnerables a la violencia, según el resumen del proyecto de ley publicado en la página web del gobierno iraní. Además, las fuerzas de seguridad también están obligadas a crear una unidad especial de policía femenina para proteger a las mujeres.

Masoumeh Ebtekar, vicepresidenta de Irán para asuntos de la mujer y la familia, dijo en un Tweet que el proyecto fue el resultado de cientos de horas de deliberación por parte de expertos legales y del gobierno y que estaba «dedicado a las merecedoras y pacientes mujeres de Irán».

Según Human Rights Watch «el proyecto de ley tiene varias disposiciones positivas, entre ellas la de formar un comité nacional interministerial para elaborar estrategias y coordinar las respuestas del gobierno a la violencia contra la mujer». También obliga a los ministerios y organismos gubernamentales a adoptar medidas para ayudar a prevenir la violencia y prestar asistencia a las mujeres, entre otras cosas mediante la formación de unidades policiales especiales para estos casos». También crearía órdenes de alejamiento y un fondo de apoyo a la mujer».
Sin embargo, el proyecto de ley no cumple las normas internacionales, dijo la asociación de derechos humanos y añadió que «si bien el proyecto de ley define la violencia contra la mujer de manera amplia y tipifica como delito diversas formas de violencia, no tipifica como delito algunas formas de violencia de género, como la violación en el matrimonio y el matrimonio de niños». Tampoco modifica la definición limitada y problemática de violación que figura en el código penal, que excluye explícitamente la violación marital».

HRW subrayó que «el castigo obligatorio para la violación es la pena de muerte, que puede disuadir a las mujeres de denunciar la violación». El proyecto de ley tampoco define la violencia en el hogar. Algunos de los delitos que establece violan el derecho a la intimidad y otras libertades protegidas, como proponer una «relación ilícita» y alentar o persuadir a una mujer a cometer actos contrarios a la ‘castidad’».

Fuente e imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/internacional/12/01/2021/ley-de-proteccion-de-la-mujer-en-iran-un-primer-paso-pero-insuficiente/

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Perú: Defensoría del Pueblo reporta más de 5 mil mujeres desaparecidas entre enero y noviembre de 2020

Defensoría del Pueblo reporta más de 5 mil mujeres desaparecidas entre enero y noviembre de 2020

La Defensoría del Pueblo ha expresado su preocupación por las 5016 mujeres, niñas y adolescentes reportadas como desaparecidas entre enero y noviembre del 2020. Asimismo, alerta sobre la conexión que existe entre esta forma de violencia con otras más graves, ya que, de acuerdo al último reporte ¿Qué pasó con ellas?, en un 26 % de los casos de feminicidios (33 de 127), las víctimas habían sido reportadas previamente como desaparecidas.

Cabe indicar que, de enero a noviembre, 1506 mujeres adultas y 3510 niñas y adolescentes fueron reportadas como desaparecidas de acuerdo a la sistematización realizada por la Defensoría del Pueblo de las notas de alerta de la página web de la PNP (adecuada al actual Sistema de Búsqueda de Personas Desaparecidas). Es decir, cada día, se viene reportando un promedio de más de 15 hechos de este tipo (más de uno cada dos horas, aproximadamente).

Solo en noviembre, 390 menores de edad fueron reportados como desaparecidos. De este número, un 83 % corresponden a notas de alerta sistematizadas sobre niñas y adolescentes mujeres, es decir, un total de 325 registros que reflejan el impacto por razones de género. Esta cifra representa un aumento del 12 % en comparación con octubre y se manifiesta principalmente en los departamentos de Lima, que pasó de 91 a 112 registros; Cusco de 13 a 18; Apurímac, de 10 a 14; Callao, de 7 a 11, entre otras.

Además, en noviembre, 190 mujeres adultas fueron reportadas como desaparecidas, lo que representa un 20 % más que el mes anterior. El incremento se evidenció principalmente en regiones como Lima, que subió de 60 a 76 notas de alerta sobre esta forma de violencia; Arequipa, de 9 a 15; Callao, de 3 a 9; Piura, de 4 a 8, entre otras.

Para la Defensoría del Pueblo, es preocupante el aumento de estas cifras, toda vez que muchas de estas desapariciones están ligadas a otras formas de violencia más atroces. En ese sentido, cabe advertir que, de las 127 víctimas de feminicidios registrados entre enero y noviembre, 33 habían sido reportadas previamente como desaparecidas, es decir un 26 %.

De otro lado, no menos preocupante resulta que, en lo que va del 2020, se hayan producido 188 tentativas de feminicidio (15 de estas en noviembre, siete más que el mes pasado). Asimismo, se han perpetrado un total de 50 muertes violentas (1 en noviembre), que aún siguen en investigación sin esclarecerse el contexto de la muerte.

La Defensoría del Pueblo reconoce el progresivo funcionamiento del recientemente implementado Sistema de Búsqueda de Personas Desaparecidas. No obstante, hemos solicitado que se subsanen algunas limitaciones. Una de estas está referida a la dificultad en el acceso y la difusión oportuna de las notas de alerta de personas desaparecidas en meses anteriores, ya que no se puede acceder directamente a estas, sino que deben ser buscadas por su nombre. Asimismo, se han advertido deficiencias en las fotografías colocadas para la búsqueda de las personas.

De la misma forma, es necesario fortalecer la sección ¿Cómo denunciar?, con datos como la no obligatoriedad de esperar 24 horas para denunciar los hechos o que la PNP tiene que recibir las denuncias y cumplir con diligencias urgentes e imprescindibles en casos en que la víctima sea una persona en situación de vulnerabilidad. Además, se debe colocar el Decreto Supremo N°003-2019-IN –que aprueba el Reglamento del D.L. N° 1428– y el Protocolo interinstitucional de atención de casos de desaparición de personas en situación de vulnerabilidad y otros casos de desaparición.

Adicionalmente, se recalca que, de acuerdo al D.L. N° 1182, los concesionarios de servicios públicos de telecomunicaciones tienen la obligación de proporcionar datos de geolocalización para favorecer el proceso de búsqueda y pronta ubicación de la víctima. No obstante, esto no se cumple debido a que el Ministerio de Transportes y Comunicaciones y el Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel) no han establecido las infracciones y sanciones frente a un eventual incumplimiento. Esta situación debe ser evaluada por ambos entes.

De otro lado, la Defensoría del Pueblo insiste en la necesidad de que se mantenga una capacitación permanente al personal policial y de los Centros Emergencia Mujer, Unidades de Protección Especial y la Línea 100. Ello debe realizarse con el objetivo de optimizar la atención y evitar que las denuncias o investigaciones se vean obstaculizadas por la persistencia de estereotipos, prejuicios de género y de la mirada adultocéntrica en el abordaje de casos que comprometen a la niñez y adolescencia.

Finalmente, la Defensoría del Pueblo reitera en que la desaparición de mujeres por particulares debe ser incluida en la Ley N° 30364 y en el Plan Nacional de Violencia de Género 2016-2021 como una forma de violencia de género. Esto permitirá darle mayor visibilidad al problema, especializar los servicios de atención y formular políticas públicas preventivas desde un enfoque interseccional, además de plantear mecanismos de acción en cada región de acuerdo con las particularidades del territorio.

Puede ver el reporte ¿Qué pasó con ellas? – noviembre 2020 en el siguiente link: https://www.defensoria.gob.pe/wp-content/uploads/2020/12/Reporte-N-10-Qu%C3%A9-pas%C3%B3-con-ellas.pdf.

Defensoría del Pueblo

 

Fuente de la Información: https://www.nodal.am/2020/12/defensoria-del-pueblo-reporta-mas-de-5-mil-mujeres-desaparecidas-entre-enero-y-noviembre-de-2020/

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Indonesia: Ending Violence Against Women

Ending Violence Against Women

Athira Nortajuddin

This file photo shows an Indonesian activist standing next to a banner that reads «We are human beings not commodities» in Jakarta. (AFP Photo)

You might have seen a few posts from friends or organisations on social media which highlight the colour orange alongside the hashtags #OrangeTheWorld and #GenerationEquality these past few days.

The campaign, “Orange the World: Fund, Respond, Prevent, Collect!” is the theme for 2020’s International Day for the Elimination of Violence against Women which falls on 25 November every year. Even some iconic buildings and landmarks will be “oranged” to recall the need for a violence-free future. This can be seen from the Pyramids and the Sphinx of Egypt which was lit up in orange to kick off the 16 days of activism against gender-based violence.

Violence against women and girls (VAWG) is one of the most widespread, persistent and devastating human rights violations today, affecting one in three women in her lifetime. The ‘Declaration on the Elimination of Violence Against Women’ issued by the United Nations (UN) General Assembly in 1993 defines violence against women as “any act of gender-based violence that results in, or is likely to result in, physical, sexual or psychological harm or suffering to women, including threats of such acts, coercion or arbitrary deprivation of liberty, whether occurring in public or in private life.”

VAWG comes in many forms that include intimate partner violence such as femicide and marital rape, sexual violence and harassment, human trafficking, female genital mutilation and child marriage.

Unfortunately, violence against women is a common problem in many parts of the world including the Asia-Pacific region. Over 37 percent of women in South Asia, 40 percent of women in Southeast Asia and 68 percent of women in the Pacific have experienced violence at the hands of their partners.

However, due to stigma, impunity and shame surrounding the issue, many cases go unreported with victims suffering in silence.

While gender-based violence can happen to anyone and anywhere, some women and girls are especially vulnerable such as young girls and older women, women who identify as lesbian, bisexual, transgender, migrants and refugees, indigenous women and ethnic minorities, those living with disabilities and those living through humanitarian crises.

VAWG has devastating physical, emotional, financial and social impacts on victims and communities. It negatively affects women’s sense of self-worth, their wellbeing and overall quality of life. Moreover, it affects the full participation of women and girls in education, employment, politics and civic life, which then leads to increasing poverty and inequality.

In A Pandemic

In recent months, many have stayed indoors due to virus fears. COVID-19 preventive measures such as movement control and social distancing have been implemented to curb the spread of the coronavirus. Unfortunately, this means that victims of abuse are trapped inside their homes with their abusers.

UN Women stated that there has been an upsurge in incidents during the pandemic, with some countries reporting a five-fold rise in calls to helplines in the first weeks of the coronavirus outbreak.

Closer to home, some ASEAN member states have also reported a rise in domestic violence cases since the pandemic began. According to a media report dated 24 November, domestic abuse reports in Thailand increased by 66 percent since March. In just the first seven months of 2020, there were 367 reported cases with 242 of them resulting in the death of the victim.

Whereas data from the Legal Aid Foundation of the Indonesian Women’s Association for Justice also showed an increase of domestic violence cases in the populous archipelago. Some 110 cases were reported in Indonesia from 16 March to 20 June. The three-month figure is almost half the number of domestic violence cases reported in 2019.

Ending violence against women and girls

Prevention

A number of efforts to eliminate violence against women and girls have been made across the world. They mainly focus on responding to and providing services for survivors of violence such as support and counselling. Some progress can be seen across the Asia-Pacific region. For instance, 90 percent of countries in the region now have dedicated laws on eliminating violence against women, compared to less than 50 percent a decade ago. A third of the countries in the region have also criminalised marital rape. Also, in 2015, ASEAN member states adopted the ASEAN Regional Plan of Action on the Elimination of Violence against Women.

Nevertheless, prevention is the only way to stop VAWG before it even happens.

“Addressing the structural causes, as well as the risk and protective factors, associated with violence,” is crucial to ending violence against women and girls completely, suggests UN Women.

“It requires political commitment, implementing laws that promote gender equality, investing in women’s organisations, and addressing the multiple forms of discrimination women face daily.”

Some prevention strategies include educating and raising awareness among all members of the public including women and men, and boys and girls. For instance, in the Asia-Pacific region, UN Women works with other UN agencies on the Partners for Prevention programme that aims to reduce the prevalence of gender-based violence in the region through behaviour and attitudinal change among boys and men, as well as increased institutional capacity and policy enhancements.

Fuente de la Información: https://theaseanpost.com/article/ending-violence-against-women

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