El monólogo neoliberal fascista de la educación de hoy

El capitalismo neoliberal fascista es un monólogo educacional que ciega y acalla voces aunque se vista de pantallas brillantes, publicidades alienantes y sonidos y ropajes envolventes. Breves reflexiones de autores que nos convocan a pensar qué hacer con las palabras, las imágenes y la convivencia en las escuelas.

Hay tres categorías conceptuales de mis lecturas recientes que considero importantes y que de hecho y teóricamente se pueden articular entre ellos y con otras nociones a modo de repensar lo obvio/invisibilizado/naturalizado en las aulas, rondas de convivencia e instituciones escolares. Como diría Fucks hay que “celebrar la sorpresa” de ponerlos en prácticas.

En primera instancia el concepto de “traumatismo” de Silvia Bleichmar. Cuánto y cómo de la situación socioeconómica atraviesa y emerge en las aulas/rondas y los sujetos; en palabras de Bleichmar “los tiempos que nos tocan vivir y los modos del sufrimiento que nos aquejan”. Hay efectos de las políticas neoliberales que son “devastadores, desubjetivantes”. Bleichmar al referirse al concepto de traumatismo piensa en “relación a los distintos modos con los que la realidad nos produce un impacto que nos desorganiza, dejándonos inermes para operar”. Y ahí se nos resquebraja la identidad de los docentes y de los jóvenes estudiantes. La idea es desde nuestra asimetría pensar con ellos en diálogos colaborativos qué nos suceden en estas situaciones traumáticas y sí a la crisis -en vez de pasividad- podemos convertirlas en materiales de estudio, de un darse cuenta, de pensamiento critico para ponerles palabras a los padeceres colectivos.

Asimismo, vale tomar la orientación de Perla Zelmanovich: “contra el desamparo”, en el sentido de emparentarla con los traumatismos que los amparos debieron ayudar a reducir. Zelmanovich se hace una pregunta clave: “¿Qué posibilidades tiene hoy la escuela de tejer esa trama de significaciones que atempera, que protege, que resguarda, y que posibilita por esa vía el acceso a la cultura, cuando la realidad se presenta con la virulencia que conocemos?”. Vaya interrogante, sí los traumatismos sociales suelen dejarnos cuasi al borde del precipicio y el vacío, cómo hacer desde nuestro oficio/profesión para salir de la “intemperie sin fin” (Juan L. Ortiz): con la poesía, los conocimientos, la palabra acompañada de actitudes, gestos, ficciones, acciones que liguen, y “ejercitando nuestro papel de mediadores con la realidad, porque esa mediación opera como pantalla protectora (Zelmanovich”). Nada fácil, pero hay que “ensayar junto con los jóvenes”, insisto como “pantalla protectora y amparo” y no como pantallas rutilantes de los brillos que confunden consumismo con “futuro” (Bleichmar).

Otra categoría conceptual es la construcción de una ética como cuidado y solidaridad (Bleichmar). Cuidar de la vida de los otros es pensar el sentido de la misma y el futuro a construir. Y frente a tanta crueldad (Ulloa) y pulsiones auto y destructivas que suelen verse en los jóvenes (sin soporte cultural) las escuelas, la educación pública, inclusiva y democrática para sí, es un derecho inalienable a defender desde las mismas aulas e instituciones. Bleichmar es terminante: “¿Es posible reconstruir una ética que tenga en cuenta al otro como ser humano, y que evite los modos de destrucción que se imponen en la actualidad? Vale decir, ¿es posible una ética donde cada ser humano no se sienta alguien que el otro emplea para lucrar, o alguien que el otro emplea para gozar, sino alguien con quien uno trabaja y goza?”. Pareciera que Bleichmar da en un punto de urgencia: el de afirmar que otra realidad y orden social y escolar es posible, que otros lazos humanos son posibles, y dándole una vuelta de gira a la pelota de las incertidumbres se atreve a afirmar: “Me parece que la ruptura de lazos solidarios en la Argentina es algo que está atravesando a todo el mundo, que forma parte de la desubjetivación. Cuando digo ruptura de lazos solidarios, me refiero a que sólo se da lo que sobra. La solidaridad no es solamente dar lo que a uno le sobra: la solidaridad es poder privarse de algo de uno mismo, y aquí no me refiero solamente a dinero u objetos, sino también a tiempo y capacidad de escucha”.

En fin: frente a los traumatismos sociales, al “acostumbramiento al horror” que trae aparejado el modelo neoliberal: amparar, dar la palabra, promover la solidaridad y escuchar antes que prejuzgar…

Y si decimos escuchar es comprensión del otro/a, de sus palabras, lo que dice, lo que silencia, lo que siente, lo que le duele, lo que explícitamente e implícitamente trae desde su marco de referencia. Y entre ese marco de referencia (habitus diría P. Bourdieu), el de los estudiantes, y nosotros hay un entre donde no solo interjuega lo personal/familiar sino lo social/simbólico que a veces nos muestra a nosotros-los docentes-anticipándonos con saberes y conocimientos que distan mucho de las condiciones concretas de vida los pibes y sus círculos/universos culturales. Hay que evitar que las rondas de convivencia sea la imposición de un vivir que se escabulla de la indagación mutua. Y en este tercer elemento conceptual también se articulan los anteriores: indagación mutua es un proceso de conversación “junto-en-esto- (…) que supone hospitalidad o, como sugiere Derridá, hospitalidad incondicional (Harlene Anderson)”. Indagación mutua es amparo, ética, solidaridad, ser un buen anfitrión, curiosidad en ambas direcciones, pelota bien tratada (y no trato vero cruel), respuestas para participar y no guiar el diálogo, asimetría productiva, grupo/espacio sostén, cuerpos mirándose y abriéndose a los otros/as, el amor como posibilidad más allá del desprecio del libre mercado.

Precisamente en estos días un grupo de alumnos (cinco en principio, pero solo tres vinieron a hablar conmigo cuando me acerqué al aula) me plantearon que una adolescente como ellos, de otro segundo año del secundario, los agredía verbalmente y muy pocas veces físicamente, desde julio de este año. Llevó su tiempo, se animaron a contarlo, escuché y respeté sus palabras/pedido…y sobre todo escuché que nunca querían “castigo” para esa joven… ¿será que ellos percibieron y comprendieron que algo ajeno y algo propio genera ese comportamiento en R? Cuando a los gestos “inadecuados” de R se le responde de esta forma, con comprensión y amor, los pibes nos están dando un ejemplo de que paso a paso la pelota puede ser bien tratada en la “cancha de la educación pública”, que nos somos intrínsicamente víboras como apuntan los libremercadistas, y que nuestro oficio debe ensayar con ellos los caminos de la ética solidaria y transformadora. R aún no sabe ni tiene que saber (por ahora) que no todo es ojo por ojo o diente por diente. Hay que enlazar desde la ternura.

Andrés Sarlengo: Periodista, docente, Técnico Superior en Psicología Social.

Fuente de la información:  https://rebelion.org/

Fotografía: Rebelión

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Educar no es “tragar sapos”

Educar en las escuelas públicas argentinas es un gran desafío.

Con pandemia o sin ella: nuestra labor -la de miles de docentes y educadores- se mueve entre los intereses de la clase dominante que diseñan las políticas educacionales, nuestra mirada ético pedagógica, los gremios capturados por la burocracia y el economicismo, las escuelas como instituciones que reproducen la ideología hegemónica pero que a la vez contienen y refugian a niños y jóvenes de la clase trabajadora cada vez más explotada, empobrecida y arrasada subjetivamente.

¿Cómo enfrentar, grupalmente y colectivamente, esta situación? Situación que hace años definimos como crimen educativo y Romina De Luca como degradación educativa.

A los alumnos se les hace difícil aprender y a nosotros enseñar. Esa unidad dialéctica, hoy, en nuestro país, tiene una base material que pocos incluyen cuando se da clases: “Según UNICEF, la pobreza infantil es del 62,9% y alcanza a más de 8 millones de chicos en Argentina”, titulaba Infobae a mitad de agosto de 2020. No se puede ni se debe enseñar/aprender sin tener en cuenta las condiciones concretas de existencia de nuestros pibes y pibas. ¿Qué sentido tiene la matemática, la lengua y las ciencias en un contexto social como el que estamos viviendo?

E igual hay que seguir, enseñar a pensar, a leer, a tratar que cada alumno vaya alcanzando su autoría/palabra/pensamiento, dicho de otro modo, una conciencia crítica que se irá forjando a medida que crezcan y al llegar a adultos no sean solo mano de obra barata sino sujetos de poder que deseen cambiar esta realidad enajenante en la que nos sumerge la burguesía. Y en esto queremos ser claros: los docentes debemos luchar por salarios dignos, por escuelas en condiciones dignas de su tarea y para que no nos usen de preservativos del sistema educativo. No debemos ir a las escuelas a reproducir la ideología de la colonización burguesa, sino por el contrario, con nuestra propia mirada ir avanzando en una disputa de otro tipo de sociedad. Son ellos –los gobernantes- quienes nos condujeron a esta crisis socioeducativa; no nuestro accionar como educadores. En todo caso, vea bien, la burocracia sindical docente es la que participa –reforma tras reforma- de los entongues entre el empresariado y la casta política.

En una de las entrevistas que le hiciera a Juan Carlos Sánchez, el “Profe” me contestó sobre la “política educativa tras el retorno de la democracia”:

Lo que sucedió es conocido. Un brutal recorte de contenidos y una gran desvalorización del ser docente obraron para una educación como la actual. La Ley Federal y la actual Ley Nacional constituyeron la herramienta para el deterioro de lo que denominan “calidad educativa”. La Ley Federal permitió la existencia de tantas currículas como provincias y municipios. Una anarquía de principio a fin. La Ley Nacional dictó un marco de referencia pero no modificó la dispersión curricular establecida por la ley derogada y existen grandes inconvenientes para la circulación de los estudiantes en el Sistema Educativo Nacional, entre otras problemáticas. Lo cierto es que los saberes de los egresados de las escuelas primarias y de las escuelas medias no alcanzan el nivel necesario para adquirir los nuevos que se ofrecen en el nivel superior. Si a ello le sumamos la falta de oportunidades para los sectores postergados, nos encontramos con una clara segmentación del conocimiento; por un lado, los niños y jóvenes de las grandes mayorías que alcanzan a obtener el título secundario ven reducidas sus oportunidades a nivel laboral y escolar y por otro, el proceso tiende a estrechar el acceso al nivel superior con el fin de permitirlo a quienes provengan de las clases media alta y alta, limitando el ingreso de estudiantes de las clases bajas, de los pueblos originarios y del colectivo con discapacidad. Sin dudas, el mejor examen de ingreso resultó ser ese recorte de saberes que, en la práctica, opera como un fuerte condicionante para la prosecución de estudios superiores. Evidentemente, se ha perfeccionado el sistema de restricciones educativas de la dictadura por otros medios…”.

Queda claro a qué apuntan los señores de traje, corbata, y hasta de sport coucheados, con las políticas educativas actuales. Nos quieren ignorantes, apáticos, que les sirvamos de empleados rebajados, y pegados al celular. Eso sí, de sus bocas saldrán discursos progresistas, de inclusión educativa, de derechos ampliados, de todos a las escuelas, ciudadanos del conocimiento del siglo XXI. De sus bocas saldrán esas frases hechas con una sonrisa de TV. Pero si miramos sus manos…tienen el color de la tinta de la firma de un genocidio por goteo al que nos dirigen con una organización social que requiere “manos hábiles” (como ya dijimos) para rubricar decisiones y contar dinero espurio o bien hacer click para que llegue la transferencia inmediata.

Evidentemente el crimen educativo no ha terminado y continua disparando sus armas contra nosotros. ¿Vamos a quedarnos observando solamente como cargan sus balas o vamos a dar pelea hasta ganarles y que ellos se traguen sus sapos mercadotécnicos?

Fuente: https://rebelion.org/educar-no-es-tragar-sapos/

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Argentina. Los canallas y las escuelas

Por Andres Sarlengo

Las políticas educativas son diseñadas actualmente por un maridaje entre los Estados y las corporaciones empresariales. Sus fines principales –aunque pasen inadvertidos- son adaptar el sistema educativo al sistema productivo explotador y controlar vía pirámide burocrática los procesos de enseñanza- aprendizaje en las aulas. En otras palabras: garantizar plusvalía y consenso para que los poderosos […]

Las políticas educativas son diseñadas actualmente por un maridaje entre los Estados y las corporaciones empresariales. Sus fines principales –aunque pasen inadvertidos- son adaptar el sistema educativo al sistema productivo explotador y controlar vía pirámide burocrática los procesos de enseñanza- aprendizaje en las aulas. En otras palabras: garantizar plusvalía y consenso para que los poderosos predominen.

Hablar de políticas educativas es entonces primordial sí queremos ir construyendo una mirada crítica de la realidad concreta.

“Porque tal como él investiga (Martín Almada), las políticas educativas son producto de una estrategia continental ordenada por instituciones del gobierno mundial, que administran la subordinación cultural, en diferentes terrenos-incluido el pedagógico”, subraya Claudia Korol en el prólogo a Paraguay, Educación y Dependencia (1).

De la Operación Cóndor a la Operación Masacre Cultural, vale afirmar. Un crimen educativo que asesina en toda América latina. Canallas que quieren una escuela pública servil a la plutocracia.

Paulo Freire acierta: “No fue, por ejemplo, suelo decir, la educación burguesa la que creó o conformó a la burguesía, sino la burguesía la que, al llegar al poder, tuvo el poder de sistematizar su educación (2)”.

Queda claro que las políticas educacionales vienen desde arriba hacia abajo y acorde a los intereses de la ideología dominante. Con Macri, Kirchner, Menem, o Fernández la idea de “inclusión educativa y formación de ciudadanos” es una falacia encubridora de la opresión y sujeción al capitalismo mundial integrado.

Hay dos autores que explicitan la relación modo de producción- sistema de enseñanza. Heinz Dieterich precisa: “mediante una inferencia hipotética-deductiva, fundamentada en la lógica del sistema y la evidencia histórica: la estructura de producción y realización mundial del capital determina la estructura ocupacional mundial, la que a su vez condiciona la estructura del sistema educativo mundial, del cual los sistemas educativos nacionales son funciones o subsistemas dependientes (3)”.

De ahí, por caso, cuando Daniel Filmus dijo en 2004 en una asamblea del Banco Interamericano del Desarrollo (BID): “Me estoy entrevistando con una cantidad de empresarios increíble que piden discutir el tema educativo porque es uno de los cuellos de botellas más importantes para que la economía argentina siga creciendo al nivel que está (…) Con el grupo Techint, la Asociación Empresaria Argentina (AEA) y la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) estamos trabajando para encontrar núcleos de escuelas técnicas, a las que podamos actualizar tecnológicamente y con las que articulemos pasantías en las fábricas. Nuestro proyecto es que, fuera del horario de clase, las escuelas se conviertan en centros de formación profesional para los que quedaron marginados del sistema educativo (4)”.

Filmus y los K…y obviamente Macri y Bullrich. “Yo no me paro como ministro de Educación. Me paro como Gerente de Recursos Humanos. Eso es lo que soy para ustedes (5)”, lanzó el Ministro de Educación en la 22 º Conferencia Industrial organizada por la Unión Industrial Argentina en noviembre de 2016. Y sin esperar más parece darle la razón al aserto del sociólogo Dieterich: “Si tenemos la mejor educación tendremos las mejores empresas del mundo. Para eso debemos preparar recursos humanos de excelencia. Debemos recorrer juntos el camino. Estoy agradecido de estar parado acá (5)”.

Para estos señores educar es formar “empleados” para el capital donde es mala palabra la clase trabajadora que se organiza y pelea. Para ellos las escuelas deben moldear las subjetividades de niños y jóvenes al servicio de la “excelencia”. León Rozitchner lo define brillantemente: “Quiero decir: comprender cómo se originan en distintos sistemas de producción las formas de pensar, categorizar, ordenar las relaciones entre los sujetos y el sistema, en sus diversas instituciones, y el modo en que los sujetos del sistema van interiorizando las categorías y la comprensión de su modo de ser como sujetos, de sus modos de vivirse y comprenderse a sí mismos y a la sociedad. Para decirlo más claramente: cómo, a la formación del aparato productivo, le es complementaria, necesariamente, la formación del “aparato psíquico (6)”.

¿Será que la escuela e instituciones educativas ayudan “necesariamente” a interiorizar un pensamiento obediente al poder del capital?

Podemos asegurar que muchos funcionarios y gobernadores eso pretenden aunque se “disfracen” de progresistas y socialistas.

Entrecrucemos dos titulares: 1- La provincia destinará más de 1.300 millones a infraestructura escolar (La Capital, Rosario. 18-02-2017) 2- La hegemonía del sector agroexportador en Santa Fe (Sus ventas al mundo aumentaron en 2016 y sumaron más de 11.500.000 millones de dólares). Rosario 12, 19-02-2017.

¿Será que Miguel Lifschitz (gobernador de Santa Fe) invierte más en “infraestructura escolar” para mejorar la “excelencia empresarial” que se ve en esas ganancias del extractivismo asesino?

No en vano la Ministra de Educación de Santa Fe Claudia Balagué participó en Washington (Estados Unidos) del “Diálogo Regional de Política de la Red de Educación: tendiendo puentes entre los sectores público y privado para promover la calidad de la educación”. Allí en noviembre de 2016 expuso en el panel “Escuela, mundo del trabajo y construcción de ciudadanía (7)”. El clan Rockefeller y su Council of the Américas está detrás de esos intereses…
En definitiva, políticas educacionales al servicio de las corporaciones empresarias. Canallas, canallitas y canalladas, diría Ricardo Horvath.

Notas:
1. Editorial Quimantú, octubre 2013. Chile.
2. La importancia de leer y el proceso de liberación. Siglo XXI editores. 2003.
3. La sociedad global. Educación, Mercado y Democracia. Noam Chomsky-Heinz Dieterich. Contrapuntos. 1995.
4. La falta de capacitación “es un cuello de botella”. La Nación. Miércoles 31 de marzo de 2004.
5. Bullrich, ante empresarios: “No les hablo como ministro de Educación, sino como gerente de Recursos Humanos”. Página 12. 23-11-2016
6. Freud y el problema del poder. Plaza y Valdez. 1987
7. La ministra de Educación participó del Diálogo regional de Política de la Red de Educación que se lleva a cabo en Estados Unidos. 08-11-2016. Portal www.santafe.gov.ar

Fuente: http://kaosenlared.net/argentina-los-canallas-y-las-escuelas/

Imagen: https://encrypted-tbn3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcQePKX8U9svxN_tc4T_ksTA3y277cdhDlGi9wCOI-2rfT1qVgMOeg

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Argentina. Pobreza y educación: Breve excursión sobre ciertos mitos

Por Andres Sarlengo

El 48 % de los niños en el país pervive en la pobreza. Y con el macrismo se redoblan estos índices: 297 pobres se suman cada hora. Varias preguntas nos interpelan como docentes y educadores: ¿Qué hacer? ¿Puede la educación librarnos de este “flagelo”? ¿Cómo enseñar entre tanto empobrecimiento humano? ¿Qué papel le queda a […]

El 48 % de los niños en el país pervive en la pobreza. Y con el macrismo se redoblan estos índices: 297 pobres se suman cada hora. Varias preguntas nos interpelan como docentes y educadores: ¿Qué hacer? ¿Puede la educación librarnos de este “flagelo”? ¿Cómo enseñar entre tanto empobrecimiento humano? ¿Qué papel le queda a la escuela pública frente a esta situación oprobiosa? ¿Cómo fomentar el aprendizaje y el pensamiento crítico en aulas que se parecen más a “galpones digitalizados”?

Veamos que dicen los “oficialistas”, porque decirle burgueses, puede sonar irrespetuoso. Para Manuel Álvarez Trongé, presidente de Educar 50, se deben implementar “tres ideas para la acción: 1) Declaración de emergencia educativa. 2) Las mejores escuelas entre los más necesitados 3) Tecnología y educación” (…) así (…)”la buena educación es el mejor camino para erradicar la pobreza si se hace planificada e integralmente con otras asistencias como la social, de salud y de empleo joven” (1).

Seamos contundentes a modo de intento de respuesta: nadie es pobre por su “baja” educación (en sí mismo) sino como resultado de las relaciones sociales de producción que nos explotan. El historiador Alejandro Belkin recuerda algunas cifras: “Hay 628.000 patrones en Argentina y 16.548.000 de trabajadores a su servicio (2)”. Se es pobre o no en ese entramado de relaciones de poder; entre el capital y los trabajadores surge la miseria colectiva de los laburantes y la riqueza de un grupúsculo que como afirma Darío Balvidares “traman el destino de los demás”. La plutocracia en definitiva nos domina.

¿Los poderosos quieren en verdad las “mejores escuelas públicas” para los niños necesitados, hijos de trabajadores?
En vez de “Más educación, menos pobreza (1)” hay que desentrañar la conexión plutocracia –educación o cuál es la pedagogía del capital.

Hasta ahora podríamos decir que el sistema educativo argentino contribuyó a la “modernización dependiente” del país, como si la educación fuese una variable más en la producción de mercancías, en busca del “desarrollo”. La “tres ideas para la acción de Trongé “–modernización tecnológica con cambio social planificado y las mejores escuelas para los niños pobres- en ningún momento y sentido cuestionan el origen del problema: la estructura socio económica producida por el capitalismo. Tomando a Martín Almada, abogado y pedagogo paraguayo, y vía metodología comparada “para esta concepción (de Trongé y el macrismo) la educación se justifica en cuanto habilitación de recursos humanos para aumentar la productividad de la mano de obra. Enarbolarán la bandera de que “la educación es la base del desarrollo”, frágil argumento de los reformadores de la educación, inspirados en los principios conservadores de tipo pedagogista, modernizante, es decir, desarrollista”. De ahí, las declaraciones frente a empresarios e industriales del Esteban Bullrich: “No les hablo como Ministro de Educación, sino como gerente de Recursos Humanos (3)”. También el Ingenieros en Sistemas espetó el 20 de enero pasado: “Estamos convencidos de que la pobreza tiene raíz educativa, igual que los problemas de terrorismo e inmigración (4).

Cabe insistir: no es la escuela quién genera pobres sino el sistema productivo que a la vez que produce mercancías nos forma alienados y cuasi indigentes. En todo caso, las aulas son símil de “galpones” donde los alumnos y docentes sufrimos nuestra pobreza por unas horas.

Y no es casualidad que Trongé, Sánchez Zinny (Director Ejecutivo del Instituto Nacional de Educación Tecnológica) y Bullrich cuasi coincidan. Las provincias en la Argentina –dice el Ministro Nacional- llegaron a un acuerdo “en los valores, competencias y habilidad que deben tener los jóvenes para salir del secundario (4)” mientras que Sánchez Zinny en su artículo “Para el nuevo mundo, nueva educación” subraya: “Esta realidad se percibe todavía más en los institutos terciarios y en las universidades: están muy lejos de las demandas laborales, con carreras largas en años y horas, y poco relacionadas con las competencias y los escenarios del dinámico mundo productivo de las próximas décadas. Además no ponen el énfasis en habilidades socioemocionales, sino en otras que rápidamente se vuelven obsoletas en la actual economía del conocimiento (5)”. El titular del INET quiere una escuela más “productiva” aún, en otras palabras, más ganancia empresarial.

En síntesis, encubiertamente o explícitamente, los discursos emergentes del poder de la plutocracia le dan a “la educación el poder de sacarnos de la pobreza hacia el desarrollo”; aunque en verdad vienen a ocultar la relación que determina nuestro presente: 628.000 patrones definen -con el Estado y el gobierno a su favor- el porvenir de 16.548.000 de trabajadores”. Y si uno hilara más fino no son más de 500 corporaciones quienes someten nuestros cuerpos.

Como sostiene León Rozitchner: “El propietario del Todo está determinando, con su figura y su poder, la subjetividad de cada súbdito”.

Y Trongé, Bullrich y Sánchez Zinny escriben para esos propietarios, y para colmo lo hacen de nosotros, los “pobres”. Es hora de otra escuela pública donde la burguesía, sus corporaciones y sus amanuenses ya sean el pasado. Una escuela de los trabajadores será así cuando derrotemos a la plutocracia.

Notas:
1. Más educación, menos pobreza. Clarín. 04-02-2017
2. Situación ocupacional de la población urbana total. 4º trimestre de 2010. Fuente: TEL en base a datos del Ministerio de Economía y procesamientos propios de la EPH-INDEC
3. Página 12. 23-11-2016
4. Argentina impulsará un acuerdo en el G 20 para crear una formación docente global. Télam.
5. La Nación. 21-01-2017

Fuente: http://kaosenlared.net/argentina-pobreza-y-educacion-breve-excursion-sobre-ciertos-mitos/

Imagen: 2.bp.blogspot.com/-N8WZydZqyHg/UCNoh_9ndxI/AAAAAAAACHE/p2QQpCsmdfU/s1600/Pobreza_en_escuelas3+IPS.jpg

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