Bolivia: El único camino es profundizar el proceso revolucionario

Por: Eduardo Paz Rada

La lucha de recuperación de la democracia en Bolivia fue obra y acción de los sectores populares de campesinos, trabajadores, indígenas, mujeres y marginados urbanos.

En el contexto de la crisis económica y sanitaria al gobierno boliviano del MAS, encabezado por Luis Arce y David Choquehuanca que asumió el pasado 8 de noviembre, se le presenta el desafío de profundizar el proceso nacionalista y antiimperialista de los años 2006-2019 frenado y golpeado durante un año por el Golpe de Estado, en un panorama incierto respecto a la puesta en vigencia plena de la Agenda Patriótica 2025 establecida durante el último gobierno de Evo Morales Ayma y en un momento de crisis en el des-orden internacional.

Las transformaciones sociales, económicas, culturales y políticas ocurridas en los gobiernos del MAS permitieron a Bolivia recuperar los recursos naturales y las empresas estratégicas, iniciar un proceso de industrialización, implementar una democracia participativa de los movimientos populares y de todas las regiones del país, redistribuir la riqueza reduciendo drásticamente la pobreza y la extrema pobreza y desarrollar políticas soberanas frente a las presiones del imperialismo norteamericano expresadas también en la activa participación en los proyectos de integración latinoamericana y caribeña.

La Agenda Patriótica del Bicentenario 2025 establece alcanzar resultados sólidos, relacionados a los Objetivos del Milenio de Naciones Unidas, como la erradicación de la extrema pobreza, universalización de los servicios básicos, de la salud y de la educación, así como la soberanía financiera, productiva y alimentaria basada en la industrialización y el fortalecimiento del mercado interno y del Estado Nacional.

El gobierno de facto, producto del Golpe de Estado de noviembre de 2019, que duró apenas un año, desmanteló gran parte de los avances conseguidos paralizando la planta industrial de urea y fertilizantes y el proyecto de industrialización del litio del Salar de Uyuni, reduciendo las actividades de las empresas estatales de hidrocarburos, telecomunicaciones, energía y transporte aéreo y favoreciendo la libre exportación agroindustrial y entregando tierras a los latifundistas del oriente. A eso se agregan los hechos de corrupción en compras sanitarias para combatir la pandemia, en compras de material de bélico para reprimir al pueblo y en obras públicas.

La lucha de recuperación de la democracia en Bolivia fue obra y acción de los sectores populares de campesinos, trabajadores, indígenas, mujeres y marginados urbanos, organizados en la Central Obrera Bolivia (COB), el Pacto de Unidad (PU) y el Movimiento Al Socialismo (MAS) y movilizados masivamente en agosto de 2020 para imponer la fecha definitiva de elecciones y determinar la expulsión del gobierno de facto encabezado por Jeanine Añez. En las elecciones de octubre ganaron los candidatos del MAS con el 55% de votos.

Las tareas no son fáciles y, si bien el gobierno ha dado respuestas importantes y rápidas a los aspectos inmediatos relacionados a enfrentar la segunda ola de la pandemia del coronavirus y a reactivar las actividades económicas y el mercado interno con la dotación de bonos económicos, créditos blandos y plazos mayores a deudores, deberá emprender acciones estratégicas para profundizar el proceso de liberación nacional enfrentando a la oposición virulenta de los grandes medios de comunicación, del poder bancario y financiero y de la oligarquía y el imperialismo que aún están al acecho.

– Eduardo Paz Rada es sociólogo boliviano y docente de la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia y América Latina.

Fuente: https://www.alainet.org/es/articulo/210728

Comparte este contenido:

YPFB, cuidar la energía vital de Bolivia

Por: Eduardo Paz Rada

Después de doce años del gobierno de Evo Morales Ayma, la nacionalización de los hidrocarburos del primero de mayo de 2006 es, indudablemente, la medida económica más importante de la gestión porque se ha convertido en la fuente principal de los recursos necesarios para llevar adelante las políticas públicas con la distribución de fondos entre las alcaldías, gobernaciones y universidades, para la redistribución de los excedentes al conjunto de la población y para desarrollar inversiones en salud, educación, deporte, servicios básicos e infraestructuras diversas.

Junto a la convocatoria a la Asamblea Constituyente y la industrialización del gas, fueron los mandatos de la agenda de octubre de 2003 determinada por la insurrección popular que expulsó a Gonzalo Sanchez de Lozada y a los partidos neoliberales que manejaron irresponsablemente el país durante veinte años. Dos de estas decisiones se han cumplido y la tercera está en proceso de ejecución, junto a la que se implementa la expansión masiva del uso del gas barato en todo el territorio nacional y para toda la población.

La empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) ha recuperado la importancia que tenía antes de su entrega a las transnacionales y de su despedazamiento e, inclusive, ha desarrollado mayores potencialidades como empresa corporativa que integra verticalmente la industria petrolera, sin embargo es también una empresa muy sensible a la burocratización, la tecnocracia y autonomía de gestión, a una administración inadecuada y al surgimiento de hechos de corrupción, como se ha podido advertir con las renuncias o destitución de varios de sus presidentes y de otros funcionarios.

Asimismo, las recuperadas empresas YPFB Andina y YPFB Chaco, que realizan operaciones con otras empresas transnacionales del sector y que se administran bajo la conducción de un Directorio y de Gerencias responsables de sus actividades, tienen bajo su responsabilidad las decisiones estratégicas del sector que pueden definir el destino de la energía vital del país. Igualmente la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) es responsable de la fiscalización del sector.

Por estas razones corresponde cuidarlas y preservarlas desarrollando políticas y decisiones muy claras desde el gobierno. Esto significa asegurar la información más amplia y detallada sobre su manejo, establecer procedimientos de administración transparente para el conocimiento de toda la población y crear mecanismos de control social e institucional, los mismos que deberán ser totalmente independientes de cualquier vinculación con la propia empresa para evitar compromisos y complicidades que pongan en riesgo su independencia.

Por otra parte, los miembros de los directorios de YPFB, de YPFB Andina e YPFB Chaco, como representantes de la sociedad y el Estado, de los cuales no se conoce prácticamente nada, deberán informar y rendir cuentas regulares y periódicas para que el pueblo boliviano conozca cómo está su empresa emblemática, De la misma manera se deberá conocer el manejo de las actividades de Transporte, Refinación, Industrialización (fertilizantes y urea y separación de líquidos), Distribución y Comercialización, así como de la ANH para no tener sorpresas negativas o de frustración para Bolivia.

Eduardo Paz Rada, Sociólogo y docente de la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia y América Latina.

*Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=234401

Comparte este contenido:

“Dialéctica de una aventura”, una historia universitaria

Por: Eduardo Paz Rada

La universidad pública boliviana y especialmente el movimiento universitario ha tenido un rol protagónico en los procesos políticos del país en el contexto de las movilizaciones obreras y campesinas por definir un horizonte socialista, en la lucha contra las dictaduras y en la construcción de la democracia, sin embargo en las dos últimas décadas ha perdido su relación con los movimientos vitales de las organizaciones populares de la sociedad y un proceso de despolitización ha marcado las tendencias de su existencia, reduciendo así su potencial de referencia reflexiva e intelectual.

Los pactos obrero-campesino-universitarios y la participación de la Federación Universitaria Local (FUL) y la Confederación Universitaria Boliviana (CUB) en la Central Obrera Boliviana (COB) de los años sesenta fueron clave para la derrota de la dictadura barrientista, para la formación de la Asamblea Popular, para la nacionalización de la Gulf Oil, para el debate en torno a la liberación nacional y el socialismo, en los años setenta para la resistencia y reconquista de la democracia y los derechos sindicales y políticos y en los ochenta frente al neoliberalismo.

El periodo neoliberal ha influido fuertemente para desmontar la tradición universitaria de los debates nacionales y estratégicos presentes en la Revolución Universitaria de 1970, en la resistencia a las dictaduras proimperialistas de Banzer Suarez y Garcia Meza que intervinieron violentamente las Universidades y en la recuperación de la democracia como tribuna de análisis de las perspectivas políticas propuestas por organizaciones políticas, sindicales y populares.

En este marco de referencia se ha publicado el libro “Dialéctica de una aventura: Cincuenta años de historia de la Carrera de Sociología de la UMSA”, cuyo autor es quien escribe esta columna en La Época, en el que la problemática planteada establece que, en el proceso socio-histórico de Bolivia y de la UMSA, la Carrera de Sociología ha conseguido ubicarse en un lugar centra en la constitución y el desarrollo de la disciplina sociológica en el país y como referente latinoamericano, e identifica y analiza los factores de continuidad y ruptura que han atravesado su existencia institucional y académica, tomando en cuenta los ritmos históricos producidos en Bolivia.

Se trata de una investigación en torno a los distintos aspectos y dimensiones de la vida universitaria, ampliándose hacia una perspectiva más profunda y de largo plazo, especialmente si tomamos en cuenta los cambios y reformas en la Carrera han estado condicionados, en muchos casos, por los procesos políticos del país, ascenso popular y revolucionario, golpes militares y dictaduras, apertura y reapertura democrática, liberalización y privatización de la educación superior en Bolivia y ascenso de movimientos sociales y populares en contextos de fortalezas y debilidades institucionales universitarias.

De ahí que, aprovechando la celebración de los cincuenta años de creación de la Carrera de Sociología, se pretende realizar un aporte para estudiar, analizar y debatir el lugar de la universidad en nuestro país, con una perspectiva crítica y autocrítica y una reflexión orientada a recuperar las tradiciones de compromiso y lucha del movimiento universitario con los ideales mayores del pueblo boliviano.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=228298&titular=%93dial%E9ctica-de-una-aventura%94-una-historia-universitaria-

Comparte este contenido: