Neurociencias y el neuroaprendizaje en los niños

Chile / 29 de abril de 2018 / Autor: Franco Lotito C. / Fuente: Gran Valparaíso

“El aprendizaje es experiencia, todo lo demás es información” (Albert Einstein, físico alemán, ganador del Premio Nobel de física).

 

“No hay separación de mente y emociones; las emociones, pensamiento y aprendizaje están relacionados” (Eric Jensen, académico norteamericano, creador del modelo “Enseñanza Basado en el Cerebro”).

¿Alguna vez se ha preguntado usted –como papá o como educador– qué es lo que sucede al interior de la mente de los niños cuando escriben, pintan y dibujan como si fuera un juego? Pues bien, ese órgano llamado cerebro representa una verdadera maravilla del desarrollo humano, por cuanto, cuando el niño realiza las actividades más arriba señaladas, como si fueran un juego, el cerebro: 1. Produce serotonina, un neurotransmisor que reduce la ansiedad y que regula el estado de ánimo de las personas. 2. Facilita la participación de la acetilcolina, otro neurotransmisor que favorece los estados de atención y memoria y, por ende, del aprendizaje significativo. 3. Genera endorfinas y encefalinas, neurotransmisores que  promueven en los seres humanos el estado de bienestar y la sensación de calma, reduciendo el dolor y la tensión, propiciando, al mismo tiempo, el trabajo de tipo creativo.

Se ha demostrado –sin lugar a dudas–, que los niños pequeños son como esponjas que aprenden jugando y absorben todo aquello que se les ponga por delante. Pero para ello requieren de ciertas condiciones que no siempre se les entrega.

Un ejemplo claro, es el hecho que el tiempo promedio de atención sostenida de un niño oscila entre los 15 y los 20 minutos, en función de lo cual, lo ideal sería que las “clases” se dividieran en bloques de no más de 20 minutos, de modo tal, de permitir que los niños rindan al máximo de sus capacidades y que su profesor pueda estar en condiciones de volver a ganar y/o recuperar la atención y concentración de los menores.

Importante al respecto de este punto, es lo siguiente: ¿cuántos menores tiene a su cargo la persona responsable de educar a estos niños? Le doy un dato a tener en cuenta: el exitoso modelo Danés de educación exige la presencia de una parvularia a cargo de ¡tres niños!

Ahora bien, el juego de los niños al “como si…” ellos fueran esto o lo otro, es el disfraz ideal con el que el docente camufla, por así decirlo, el aprendizaje a edades tempranas, donde el menor aprende por sí mismo y de manera espontánea, sin forzar el proceso de enseñanza-aprendizaje.

El cerebro nos depara, además, otra maravilla: las neuronas espejo (o neurona especular), es decir, aquel sustrato cerebral que tiende de manera inconsciente a imitar a aquellos sujetos que tenemos ante nosotros y que se activa cuando la persona observa algún gesto, acción o actitud realizada por otro individuo y que a continuación, dicho individuo tiende a reproducir, es decir, a través de estas neuronas espejo “conectamos” nuestras acciones con las acciones de los demás. Esto, a su vez, es lo que nos permite comprender de mejor forma a quienes tenemos ante nosotros.

El descubrimiento de las neuronas espejo, es relativamente reciente y fue descubierto por el neurocientífico italiano Giacomo Rizzolatti de la Universidad de Parma en el año 1996, a través de lo que se ha dado en llamar el efecto –o fenómeno– “serendipity”, es decir, un descubrimiento científico que se hace por casualidad: mientras estudiaba otro problema científico, el Dr. Rizzolatti terminó encontrándose de frente con estas maravillosas neuronas espejo, que luego dieron la vuelta al mundo científico.

Los avances en la neurociencia han demostrado las conexiones  existentes entre las emociones, el aprendizaje, el pensamiento racional, el medioambiente y la toma de decisiones que cada persona realiza a lo largo de su vida… hasta el punto de revolucionar nuestra comprensión del rol que juegan los afectos en la educación y su enorme efecto en el cerebro.

Hoy sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la voluntad tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro. La zona prefrontal –donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se inventa futuro, donde evaluamos estrategias para solucionar los problemas y tomar decisiones–  está influenciada por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional. Por lo tanto, si un docente, una parvularia, un profesor, toma conocimiento de todos estos factores que se han señalado más arriba, estas personas estarán en condiciones de elevar de manera automática las posibilidades de que sus estudiantes incrementen de manera relevante los aprendizajes significativos en las aulas de clase, es decir, aquel tipo de aprendizaje que no se olvida,  dando lo mismo, si estamos hablando de niños en el jardín infantil, en educación básica o media. Incluso universitaria.

Por lo tanto, la evidencia neurobiológica sugiere que el aprendizaje, la atención, la memoria, etc., están profundamente influidos por el proceso de la emoción –o lo que comúnmente se conoce como el PENSAMIENTO EMOCIONAL–, lo que determina quela relación entre neurociencia y educación sea muy estrecha.

Su estudio ha contribuido a la comprensión del cerebro y su funcionamiento, aportando al campo de la educación conocimientos fundamentales acerca de las bases neurobiológicas de la conducta, de la memoria, del lenguaje, los afectos y otras funciones cerebrales que pueden ser estimuladas (¡o inhibidas!) en la sala de clases (o en el hogar).

Hoy en día, se considera que la principal contribución que la neurociencia puede hacer a la educación es “iluminar” la naturaleza misma del aprendizaje. El aprendizaje sería, entonces, el puente de conexión que une a la neurociencia con la educación.

La razón de lo anterior es muy simple. Cuando uno analiza –con algo de mayor profundidad– qué es lo que significa realmente el concepto “aprendizaje”, de inmediato salta un dato importante a la vista, por cuanto, la descripción (o definición) de aprendizaje,  hace referencia a “un cambio interno de conducta que es más o menos permanente, producto de la experiencia”. A su vez, se dice que el aprendizaje es “más o menos permanente”, porque, en la medida que no se practica o se ejercita aquello que se aprendió, el riesgo que se corre es muy elevado de que la persona termine por olvidar todo aquello que una vez se le enseñó. De otra manera ¿cómo se explica en pleno siglo XXI la existencia de millones de personas que apenas saben leer de corrido? Son los llamados “analfabetas funcionales”, es decir, personas que una vez aprendieron a leer y a escribir, pero que por desuso, olvidaron, simplemente, el aprendizaje realizado.

Entonces, ¿qué es lo que se busca a través de combinar el aprendizaje con la neurociencia?La idea de fondo es “transformar” de manera dinámica a la Educación para entender CÓMO LOS NIÑOS APRENDEN, con el fin de que puedan florecer seres humanos completos, felices, inteligentes y armoniosos.

En este sentido, el cerebro es un órgano complejo que tiene mucho que decir en relación con el desarrollo de ciertas habilidades humanas,  tales como el razonamiento, la aparición del lenguaje, el desarrollo cognitivo, la motivación, la conducta, las actitudes, etc. Y la neurociencia, lo que hace, es preocuparse de investigar los mecanismos por los cuales el cerebro humano aprende y memoriza, percibe y clasifica,  comprende y asigna significados, condición que la relaciona directa y naturalmente con las Ciencias de la Educación.

En función de lo anterior, la educación preescolar debe aprovechar la ilimitada capacidad infantil para aprender. En las primeras etapas de la vida, el cerebro es de tal plasticidad que, en principio, posee una capacidad para conocer y experimentar que es absolutamente extraordinaria. Es como una tábula rasa, abierta y bien dispuesta a recibir toda clase de estímulos, en virtud de los cuales se van construyendo las redes neuronales del cerebro humano. Cuando un bebé llega al mundo, su cerebro es un conglomerado de billones de neuronas a la espera de formar un tejido mental de alta complejidad. Estas neuronas, a su vez, muestran un potencial infinito: si son usadas, se integran dentro de los circuitos cerebrales. Pero si NO SE USAN, se PIERDEN y se MUEREN en un proceso irreversible conocido como “poda neuronal” o “poda cerebral”.

Por lo tanto, ¿cuál deberá ser la actitud y/o labor del docente o maestro en la sala de clases? ¡ENCANTAR a sus alumnos para que ellos se MOTIVEN por aprender y, por esta vía, fortalecer su desarrollo cognitivo y socio-emocional!

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Neurociencias y el neuroaprendizaje en los niños

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El exitoso modelo Danés: una educación preescolar y básica de calidad

Dinamarca – Chile / 25 de marzo de 2018 / Autor: Dr. Franco Lotito C. / Fuente: Gran Valparaíso

“Niños chilenos de entre 12 y 14 años que llegan a octavo básico no saben leer ni escribir… ¿mala educación, malas políticas estatales o falta de ética profesional? ¿O todas las anteriores?” (Publicado en diversos canales de televisión y diarios de circulación nacional el día miércoles 7 de marzo de 2018).

Esta fue la reveladora noticia que fue entregada a la opinión pública, una noticia, que no sólo es desastrosa, sino que es, simplemente, repudiable e inaceptable: niños de varias escuelas públicas de diversas comunas de Chile que han llegado a octavo básico NO SABEN LEER NI ESCRIBIR.  Es decir, jóvenes de 13, 14 y 15 años son simples analfabetos. Esto en plena democracia y en pleno siglo XXI. Es por esta razón, que deseo comparar el modelo danés de educación  con nuestro sistema educacional, en función de lo cual, más adelante presentaré las bases de dicho modelo educativo.

No puedo comenzar este escrito, sin poner sobre el tapete de la discusión el drama –y la vergüenza personal– que les tocará vivir en carne propia a los miles de jóvenes analfabetos chilenos, quienes representan un claro ejemplo de la total ineptitud, indolencia e impudicia con la cual las autoridades del gobierno de la ex presidenta Bachelet “administraron” el tema de la educación. Pero esto no es todo. El Ministerio de Educación debió reconocer hace muy poco que “más de 400 mil personas adultas no saben leer ni escribir en nuestro país”. Directo, claro y… catastrófico.

Como todos saben, parece un desperdicio de tiempo intentar hablar acerca de la “calidad” de la educación en nuestro país, sea que hablemos de la  “calidad” en educación básica, media o universitaria. La razón es muy simple: lo único que, al parecer, les interesaba a las autoridades responsables, era que los niños y jóvenes “pasaran de curso”, no importaba cómo. Tampoco les importaba si salían ignorantes y analfabetos de algunas de las instituciones de educación, sea que hablemos de Básica o Media, e incluso universitaria.

Es más. A partir de 2019 entrará en vigor un decreto del Gobierno de Bachelet que elimina la repitencia automática de los alumnos, aún cuando no cumplan con los requisitos de asistencia a clases y/o de notas. Este nuevo decreto, de acuerdo con diversos expertos, no hará otra cosa que aumentar significativamente el número de niñas y niños que no sabrán leer ni escribir en nuestro país, es decir, tendremos abundancia de gente analfabeta que, en estricto rigor, representarán “mano de obra barata e ignorante” para las élites gobernantes y económicas de este país.

Pregunta… ¿qué diablos van a hacer estos niños cuando salgan de cuarto medio –si es que egresan alguna vez– y quieran ingresar a la Universidad, si  ni siquiera saben leer de corrido y menos aún escribir correctamente? Y hoy estamos hablando de educación gratis universitaria para el 60% de la población más vulnerable del país. Más bien, parece una burla a los jóvenes analfabetos.

Esto es lo que sucede cuando las cosas se hacen mal. Muy mal. Dando lo mismo, si el gobierno de turno es  de “izquierda” o de “derecha”.

Veamos ahora qué sucede cuando las cosas se hacen bien, con compromiso, con responsabilidad, con seriedad, usando la cabeza,  en lugar de usar las “patas” –perdonando la expresión– y otras partes del cuerpo humano que no corresponden al cerebro, precisamente. Es el caso del “Modelo danés de Educación”.

Dinamarca se ha convertido en uno de los países símbolos en el mundo –junto a Finlandia, Singapur, Noruega y Suecia–, que gracias a una fuerte política de inversión económica en educación preescolar y básica, logró disminuir totalmente la brecha educacional y social entre los niños de menores y de mayores recursos.

Tanto es así, que el modelo danés se convirtió en el ejemplo más exitoso de intervención social del mundo, por cuanto, el gobierno de este país decidió trabajar EN FAVOR de TODOS sus ciudadanos, volcando sus esfuerzos en mejorar la calidad de la educación, es decir, la mejor fórmula jamás “inventada” para sacar a la gente de la pobreza, del desamparo, la ignorancia y del subdesarrollo.

El modelo danés se basa en dos principios fundamentales: 1. Conseguir cobertura para todos los niños y, 2. Excelente calidad de la educación por IGUAL PARA TODOS. Sin importar, si los colegios se encuentran en la capital de Dinamarca o están ubicados en algún pueblo remoto y perdido en las montañas nevadas. Dinamarca invierte entre el 4 y el 7% de su Producto Interno Bruto en temas que para el gobierno de este país son relevantes: educación, capacitación, investigación y desarrollo.

Probablemente esta cifra podrá parecer “exorbitante” para nuestra clase política y gobernante, sin embargo la alta rentabilidad que esto tiene para el país, es simplemente EXTRAORDINARIA, puesto que los futuros profesionales que surgen de esta inversión en educación devuelven –cuando mayores– con creces el dinero invertido en los niños de prebásica y básica a través de los altos impuestos que pagan las personas en este país, con lo cual, se reduce la pobreza, disminuye la inequidad, así como el reparto desigual de la riqueza de una nación, al tener profesionales altamente calificados. Y no sólo esto: también se reduce la delincuencia, el alcoholismo, la drogadicción y, lo que no deja de ser importante, el RESENTIMIENTO de los pobres en contra de la élite privilegiada.

Y… ¿cómo se garantiza la calidad de la educación? Pues bien, el gobierno danés decidió imponer normas muy exigentes en su sistema educacional. Mientras que en los países de la OCDE se pide, por ejemplo, una parvularia cada 8 niños, en Dinamarca se exige UNA POR CADA TRES NIÑOS. ¿No le parece una maravillosa forma de exigir calidad en la educación?

Por otra parte, la fórmula exigida para estudiantes de básica y media es que los profesores no se hagan cargo, más allá de 15 a 20 estudiantes por curso, de modo tal, que los docentes puedan preparar sus clases en forma óptima y puedan seguir formándose de manera continuada. Un profesor danés (sueco, finlandés, noruego, etc.) gana tanto como un ingeniero o un médico, y está obligado a seguir capacitándose y formándose, lo que significa, que a lo menos, debe tener el grado académico de magíster si es que quiere ser maestro y, a lo menos un grado de doctor, investigaciones y publicaciones a su haber, si es un académico o docente universitario. ¿No le parece una excelente manera de lograr calidad en la educación?

El Dr. Gosta Esping-Andersen –sociólogo danés y asesor de diversos gobiernos europeos– ha demostrado con sus estudios, análisis e investigaciones que el “modelo danés permitió dar iguales oportunidades a todos los niños en una etapa crucial de su desarrollo”, donde se estimulan por igual las capacidades cognitivas de los menores, así como también sus habilidades socioemocionales.

De eso se trata, justamente, de hacer las cosas bien, con el fin de evitar “ensillar el caballo al revés”, tal como se ha hecho en Chile. De poco –o nada– sirve tener una “educación universitaria gratis”, si el futuro estudiante ni siquiera es capaz de entender lo que lee y, lo que es peor, apenas puede leer “de corrido”… si es que aprendió a leer.

En función de lo anterior… ¿cómo se le pide perdón a los miles  y miles de niños y adolescentes chilenos que irán por la vida –en pleno siglo XXI– como simples analfabetos, siendo incapaces de escribir ni siquiera su propio  nombre?

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El exitoso modelo Danés: una educación preescolar y básica de calidad

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Finlandia: La nación con la mejor educación del mundo, y en Chile… ¿Cuándo?

Chile / 19 de noviembre de 2017 / Autor: Dr. Franco Lotito C. / Fuente: Gran Valparaíso

“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo” (Nelson Mandela, primer presidente negro elegido democráticamente en Sudáfrica).

¿Sabía usted que en los años 30 este país nórdico –donde las temperaturas pueden bajar hasta menos 30 grados bajo cero– era un país muy pobre económicamente, y cuya mortalidad infantil era muy alta, con 65 bebés muertos por cada 1.000 nacimientos? Sin embargo, los partidos políticos y los sucesivos gobiernos de esta nación, muy preocupados por el bienestar de su población, decidieron poner sus rencillas y legítimas diferencias a un lado, con el objetivo comenzar a trabajar, de ahora en más, en forma colaborativa y en beneficio de TODOS los finlandeses, especialmente, en relación con el bienestar de su población infantil, es decir, su capital humano y  el futuro de Finlandia. A tal punto lograron esta unidad y acuerdos políticos de trabajar de manera colaborativa, que en las siguientes décadas los índices mejoraron de una manera sustancial y muy significativa. Hace tan sólo algunos meses atrás, Mika Gissler, profesor del Instituto Nacional de la Salud y Bienestar en Helsinki, capital de Finlandia, identificó una serie de razones para que esto sucediera:

1. En el año 1938, el gobierno finlandés decidió entregar a las madres de escasos recursos  una “Caja de Maternidad” que contenía una serie de elementos esenciales para el cuidado del bebé: ropa para bebés (trajes para la nieve, gorro, guantes, calcetines, botas aislantes, mono unisex, etc.) pañales de género, toallas de baño, sábanas, juguetes, libros de imágenes, cepillos para el pelo, productos para el baño, un colchón pequeño, etc. Asimismo, esta caja podía ser usada como cuna y como la primera cama del bebé. Posteriormente, en el año 1949 el gobierno decidió entregar a todas las futuras madres –indistinto de su condición socioeconómica y clase social–, la Caja de Maternidad, así como cuidados prenatales en los diversos servicios de salud del país. Por lo tanto, durante los últimos 75 años las mujeres finlandesas embarazadas han estado recibiendo “Cajas de Cartón” por parte del Estado, y muchos estudiosos y especialistas argumentan que esta política ha tenido dos grandes efectos: (a) Ha colaborado para que Finlandia tenga hoy en día una de las menores tasas de mortalidad infantil en el mundo. (b) Esta tradición “institucionalizada” de la Caja de la Maternidad buscó dar a todos los niños finlandeses un comienzo de vida justo y equitativo, sin que importara su condición social.

2. En los años 60 entró a funcionar un Sistema de Seguridad Social, así como también una red centralizada de hospitales, que brindaba todos los cuidados y controles necesarios para el bienestar de la madre y su bebé.

3. Apenas iniciado el siglo XXI, el gobierno decidió retirar todos los pañales desechables y reemplazarlos por pañales de género con el fin de evitar la contaminación ambiental que ello producía y cumplir, de esta forma, con los nuevos lineamientos de protección del medio ambiente desarrollados por el gobierno finlandés.

A este gran salto en los cuidados maternos y de los bebés, se le sumó otro gran factor: un cambio radical en la forma de enseñar en los colegios públicos de Finlandia, cambio que le ha permitido a los niños finlandeses obtener resultados educativos simplemente sobresalientes a nivel internacional, no obstante que  estos niños comienzan su educación formal recién a los siete años, tienen jornadas escolares más cortas, vacaciones más largas, los profesores les dan muy pocas tareas para la casa y no tienen que dar exámenes finales.

Y aquí otra cosa novedosa: aún cuando su modelo educacional ha demostrado ser todo un éxito, tal como lo prueban los estudios internacionales PISA, PIRLS y TIMSS, Finlandia no se cansa de innovar en relación con su sistema educativo, un sistema educativo completamente público, por lo demás, que ha sido estudiado por decenas de países extranjeros durante los últimos diez años –incluido nuestro país– con el fin de identificar las buenas prácticas educativas que han hecho del sistema finlandés de educación un modelo tan exitoso, digno de admiración e imitación. Nótese además, que el MISMO colegio público recibe en sus aulas tanto al hijo de un obrero, como al hijo del dueño de la empresa o al hijo de un senador o al hijo de un ministro de gobierno. Nadie queda atrás. Ningún niño.

Es así, por ejemplo, que desde hace algo más de un año –y a pesar de tener un sistema educacional altamente exitoso–  TODOS los centros educativos de Finlandia comenzaron a introducir un nuevo método de enseñanza conocido con el nombre de phenomenon learning, es decir,  algo así como “aprendizaje fenomenológico” y del “aprender haciendo”. Este es un método a través del cual las materias “tradicionales” son reemplazadas por la realización de “proyectos temáticos”, proyectos en los que los alumnos se apropian y se “sumergen” –por decirlo de algún modo–, en el proceso de aprendizaje.

Una parte de este nuevo enfoque (o reforma educacional) surgió por la necesidad de adaptarse a la era digital, en la que los niños ya no dependen tanto de los libros para aprender. Paralelamente, el gobierno de Finlandia decidió modificar el formato de las aulas, diciendo “adiós a las paredes”. ¿Qué significa esto? Que las escuelas finlandesas se encuentran hoy en día en medio de una gran reforma siguiendo los principios de “open-plan” o de “espacio abierto”, donde las tradicionales salas de clases cerradas se han transformado en espacios multifuncionales y multimodales, espacios que se enlazan unos con otros mediante paredes de cristal y divisiones que son flexibles y movibles, donde el mobiliario que se utiliza es ajustable a las necesidades de los niños y que incluyen sofás y pufs, espacios que en nada se asemejan a las típicas escuelas con salas cerradas y repletas de pupitres individuales como las nuestras.

El jefe de arquitectos de la Agencia Nacional de Educación de Finlandia, Reino Tapaninen, entrega la siguiente explicación: este tipo de espacios abiertos y flexibles, le permite a los profesores y estudiantes elegir libremente el espacio más adecuado para efectos de realizar un determinado trabajo o un proyecto específico en función de si es algo individual, si es un trabajo (o proyecto) en equipo o si van a trabajar en grupos más numerosos. La razón de fondo es muy sencilla: dado el hecho de que los niños tienen formas distintas de aprender, los espacios flexibles permiten formar distintos tipos de equipos, basándose en la forma en que los menores aprenden, o bien, en función de las maneras en cómo ellos prefieren trabajar o pasar su tiempo de estudio. Si este cambio lo miramos desde el punto de vista tradicional, terminaremos aceptando que las salas de clases cerradas y con pupitres fueron –y en muchos países lo siguen siendo– espacios diseñados para satisfacer las necesidades de los profesores, no así, las necesidades de los estudiantes.

Por lo tanto, la apertura de los espacios de aprendizaje apunta a que los colegios respondan, específicamente, a las necesidades individuales de los estudiantes, permitiendo el desarrollo de nuevos ambientes de aprendizaje y métodos de trabajo, donde a los niños se les enseña a asumir la responsabilidad de su aprendizaje y se los motiva a utilizar capacidad de reflexionar y a incrementar su proceso de autocontrol (o autorregulación de impulsos).

En estricto rigor, lo anterior implica aumentar la participación de los alumnos en su propio proceso de aprendizaje: son ellos quienes establecen las metas, son ellos quienes resuelven los problemas a los cuales se enfrentan y son ellos quienes completan su aprendizaje en base a ciertos objetivos específicos, guiados, naturalmente, por un profesor altamente preparado.

Adicionalmente, a los espacios abiertos y flexibles, se suma el uso de alfombras en el suelo –en lugar de vinilo duro–, eliminando, de esta forma, el ruido causado por el movimiento del mobiliario y de la gente caminando por los distintos espacios, lo que ha conducido, que las escuelas finlandesas se hayan convertido en “espacios sin zapatos”, es decir,  los niños se sacan los zapatos cuando entran a los espacios destinados al aprendizaje, o bien, usan un calzado suave destinado sólo para el interior de los colegios.

Cuando uno comienza a analizar de manera detenida la forma que tiene Finlandia de enfocar la educación de su niños, muy pronto nos damos cuenta de por qué razón los niños y niñas finlandeses obtienen resultados de excelencia en todas las pruebas internacionales en las que participan, sea que se trate de ciencias, de comprensión de lectura, de matemáticas o de resolución de problemas.

Con gran envidia sólo puedo decir: ¡Muy bien por Finlandia y que sigan teniendo el gran éxito educativo que hasta ahora muestran con sus niños!

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Finlandia: La nación con la mejor educación del mundo, y en Chile… ¿Cuándo?

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