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Así se elige un rector

Por: Ignacio Mantilla

Las universidades en el mundo entero han adoptado diversos mecanismos para designar a su rector. Asimismo, haciendo uso de su autonomía, han definido períodos para el cargo o limitado su reelección. En la Universidad Nacional de Colombia, por ejemplo, el estatuto general estableció el período del rector de tres años, con la posibilidad de reelegirse por una única vez, limitando así a seis años, como máximo, el tiempo para que una misma persona ocupe el cargo de rector en forma continua.

Justamente en el próximo mes de abril termina el actual período rectoral, mi segundo período consecutivo en ejercicio del cargo. La elección de mi sucesor la hará el Consejo Superior Universitario a finales del mes de marzo. El plazo para la inscripción de los aspirantes terminó esta semana y se presentaron 11.

Ahora empieza el proceso de socialización ante la comunidad universitaria de los programas propuestos. Esta etapa terminará con la realización de una consulta electrónica a estudiantes, profesores y egresados. Los resultados de esa consulta son ponderados, dando a la opinión de los profesores el mayor peso, del 60 %, a la opinión de los estudiantes la mitad de este peso y a la opinión de los egresados un peso del 10 %.

Los cinco candidatos que obtengan el mayor respaldo en la consulta son los únicos nombres que puede considerar el Consejo Superior, salvo que quien tenga el mayor respaldo de los estudiantes no llegare a estar entre estos cinco. Si así fuere, se reemplaza al quinto por el ganador entre los estudiantes para conformar el grupo final de los cinco candidatos.

Es claro que la consulta como mecanismo no contempla una elección directa por parte de la comunidad académica y que tiene como única finalidad seleccionar un grupo de cinco candidatos para que el Consejo Superior Universitario elija al rector.

La exigencia de una elección directa de las directivas universitarias, en contra de métodos colegiados, es un recurrente campo de controversia en muchas de nuestras universidades latinoamericanas.

Al llevar a cabo una rápida revisión de los métodos de designación de rector en otras latitudes y, en especial, en universidades de alto reconocimiento académico, nos encontramos con que, en contra de lo que pueda pensarse, son más numerosas las universidades que, en uso de su autonomía, optan por métodos de designación de sus directivas concentrando la responsabilidad de la decisión en unos pocos integrantes de la comunidad académica que conforman estamentos colegiados de amplia respetabilidad y profundo conocimiento de la universidad, de su entorno y de sus proyecciones.

Por ejemplo, en la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), una de las universidades más importantes de América Latina, es la Junta de Gobierno de la universidad la que efectivamente designa a sus rectores desde 1947, fundamentada en el conocimiento de la universidad, en consultas a los entes universitarios y en entrevistas con los candidatos y personalidades del medio académico.

La Universidad de Harvard cuenta con dos juntas de gobierno: la Corporación y la Junta de Supervisores. La corporación se encarga de elegir al rector o presidente de la universidad después de que un comité de búsqueda le entrega, para su consideración, los nombres de los candidatos. Algo similar sucede en el MIT (Massachusetts Institute of Technology), otra de las instituciones de educación superior de gran reconocimiento internacional.

Los comités de búsqueda o fichaje para la posterior decisión de órganos de gobierno es un elemento común en la mayoría de universidades norteamericanas y europeas, excluyendo, tal vez, a las italianas y algunas españolas.

En nuestra región, además del caso de la UNAM, la Universidad de São Paulo, en Brasil —otra de las más importantes del mundo—, presenta un método en el que los estamentos universitarios llevan a cabo una votación ponderada que da a la opinión de los profesores el mayor peso, para depurar una terna de la cual el gobernador del estado de São Paulo designa al rector.

En la Universidad de Chile el rector es nombrado por el presidente de la República, de una terna que se conforma a partir de la votación de los profesores pertenecientes a las tres más altas jerarquías de la universidad y que tengan cierto tiempo de antigüedad.

Entre las universidades de más alta calidad de América Latina, tal vez lo más cercano a una elección directa con participación universal es la llevada a cabo en la Universidad de Buenos Aires, en donde el rector es elegido por la Asamblea Universitaria, un ente colegiado numeroso que tiene representación de todos los estamentos universitarios y de sectores sociales externos a la universidad.

En España se ha venido adoptando la elección directa. Por ejemplo, en la Universidad de Salamanca, que este año cumple 800 años de existencia, se pondera la opinión de los miembros de la comunidad, dando un peso de más del 50 % a la opinión de los profesores de mayor categoría y realizando una segunda vuelta cuando ningún candidato obtiene la mayoría absoluta. Allí la opinión de los estudiantes tiene un peso cercano a un tercio del que tiene la opinión de los profesores de todas las categorías.

Las universidades de más amplio reconocimiento académico en el mundo son en su mayoría ejemplares en su estabilidad institucional y un factor de gran importancia para lograrla ha sido el uso de métodos de selección de sus directivas que privilegian la búsqueda de los mejores y los más preparados, y que no caen en la tentación de elegir a los más populares dentro de un solo estamento, en unas elecciones internas, evitando así la introducción de los vicios de la política en las universidades.

Ante la expectativa que despierta en la Universidad Nacional de Colombia la elección de mi sucesor, tengo la tranquilidad que me da la certeza de saber que el Consejo Superior Universitario, en su sabiduría, tomará la mejor decisión para designar al próximo rector para el período 2018-2021 de la Universidad Nacional, patrimonio de todos los colombianos.

Fuente artículo: https://www.elespectador.com/opinion/asi-se-elige-un-rector-columna-736961

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Gandhi, el personaje del siglo XX

Por: Ignacio Mantilla

Por estos días, más exactamente el 30 de enero, se conmemoran 70 años de un hecho que conmovió al mundo como pocos: el asesinato de Mohandas Karamchad Gandhi, más conocido como Mahatma Gandhi, líder de la no violencia, quien consiguió la independencia de la India después de luchar pacíficamente durante décadas, usando como única arma la verdad y el amor a los demás.

Su asesinato trascendió a todos los continentes y lo convirtió en un mártir de la humanidad. Y no es para menos, pues fue incuestionable el impacto que causó su muerte, pocos meses después de la liberación de la India y a escasos tres años de haberse puesto fin a la Segunda Guerra Mundial.

En el momento de su asesinato, este ideólogo pacifista ya se erigía como líder ejemplar que se anteponía a los métodos violentos usados por otros poderosos líderes. Con la consigna “La verdad te hará libre” y sin derramar ni una gota de sangre, consiguió lo que parecía imposible, mientras otros líderes, tras baños de sangre, no lograron lo que creyeron posible.

Su multitudinario funeral se llevó a cabo al día siguiente de su muerte. Se dice que dos millones de personas se agolparon a lo largo de los ocho kilómetros que recorrió el cortejo fúnebre hasta el lugar donde, siguiendo la tradición india, su cuerpo fue incinerado.

De su muerte fue acusado Nathuram Godse, nacionalista de ultraderecha, quien, indignado ante la separación de Pakistán, planeó su asesinato. Godse fue ejecutado en noviembre de 1949.

Gandhi no sólo era el artífice de la independencia de la India; era también un líder religioso para la población de mayoría hindú, querido y admirado por personas de todas las religiones y castas.

India es hoy el segundo país más poblado del mundo, después de China. Supera los 1.300 millones de habitantes y se afirma que en pocos años ocupará el primer lugar, teniendo en cuenta la tasa de crecimiento actual. En el año de 1800, la India contaba con 150 millones de habitantes y en 1947, año de su independencia, tenía 500 millones de habitantes, sumando la población de entonces de Pakistán y Bangladés, que hoy no forman parte de la India y que son también países muy poblados. Pakistán tiene actualmente cerca de 200 millones de habitantes y Bangladés unos 30 millones menos.

Estoy seguro de que en cualquier clasificación que se realice sobre los grandes personajes del siglo XX, sin importar el criterio que se elija para hacerla, aparecerá Gandhi en los primeros lugares de la lista, aunque es también probable que la sola contabilidad de citaciones de su nombre, por ejemplo, nos dé insospechadas sorpresas y la cifra sea superada por citaciones de líderes condenables.

Lo cierto es que ahora, cuando se cumplen siete décadas de su muerte, su mensaje está más vivo que nunca. Sin duda aún sentimos admiración por su capacidad de resistencia pacífica ante el dominio inglés, así como los métodos pacifistas utilizados para denunciar la situación desigual e injusta que vivía la población india. Su asesinato marcó el fin de una época y el inicio de una nueva, en la que, gracias a su conquista, Nehru pudo conducir una India libre e independiente.

En Colombia, el año de 1948 también traería, dos meses después del asesinato de Gandhi, la fatídica noticia de la muerte de Jorge Eliécer Gaitán, asesinado en el centro de Bogotá, avivando aún más la violencia que combatía Gandhi, la que él definía como el miedo a los ideales de los demás. Y en las últimas décadas nos hemos alimentado de noticias aterradoras de actos violentos que no deben repetirse.

Las enseñanzas de Gandhi son relevantes para nuestro país, para nuestro proceso de paz y en especial para la recomposición social y la reconciliación de los colombianos. Qué bueno fuera entonces que, aprovechando la conmemoración, realicemos en Colombia eventos que nos permitan conocer y reflexionar sobre la filosofía de la verdad y la no violencia, cultivada por Mahatma Gandhi.

La Embajada de la India y el Centro de Estudios sobre India de la Universidad Externado de Colombia han tomado ya esta iniciativa y anuncian un evento con la participación de reconocidos expertos.

Ojalá este 2018, año de grandes decisiones políticas en Colombia, sirva para consolidar la paz, retomando el mensaje de Gandhi: “No dejes que se muera el sol sin que hayan muerto tus rencores”.

Fuente: https://www.elespectador.com/opinion/gandhi-el-personaje-del-siglo-xx-columna-735677

Imagen: https://ciudades30.com/historia/quien-fue-mahatma-gandhi/

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Un siglo de autonomía

Por: Ignacio Mantilla

En el mundo universitario, este nuevo año nos ofrecerá múltiples escenarios propicios para reflexionar sobre la manera como las universidades realizan sus labores hoy, y muy especialmente sobre la moderna forma de entender sus funciones misionales.

Entre los eventos que tendrán lugar en 2018, hay que resaltar especialmente un encuentro internacional de gran importancia, al que me quiero referir. Se trata de la Tercera Conferencia Regional de Educación Superior, CRES 2018, que se realizará en el mes de junio en la ciudad de Córdoba (Argentina).

La conferencia, considerada el evento más importante del Sistema de Educación Superior de América Latina y el Caribe, se realiza cada 10 años, y permitirá debatir sobre la situación regional de la educación superior y delinear un plan de acción para la próxima década.

Será también la oportunidad para conmemorar el primer centenario de la reforma universitaria que se inició en la Universidad Nacional de Córdoba, más conocida como la Reforma de Córdoba, y que dio origen a la conquista de la autonomía universitaria, extendida en las décadas posteriores a las demás universidades públicas latinoamericanas.

Esa es la razón por la cual se ha decidido que sea la Universidad Nacional de Córdoba la sede de la Conferencia y que, un siglo después de su proclamación, la autonomía universitaria sea uno de los grandes temas a debatir.

Desde la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (Udual) hemos declarado nuestro interés en participar abordando una amplia variedad de temas. Asuntos como el aporte que pueden brindar las universidades para que los gobiernos aprovechen el conocimiento que ellas generan y lo integren a objetivos de desarrollo sostenible, y la misión social que hoy lleva a cabo la universidad latinoamericana y su responsabilidad ética para garantizar una educación pertinente y de calidad, serán objeto de discusión.

Uno de los temas que sin duda serán ampliamente expuestos en el evento es la autonomía universitaria como responsabilidad y desafío. Su reconocimiento en la reforma de Córdoba de 1918 es parte esencial de la naturaleza histórica de las universidades públicas latinoamericanas. Aparecerá, por supuesto, en el programa el debate en torno a la calidad y la necesidad de los sistemas de aseguramiento de la misma y de los incentivos para su estímulo.

Muy importante será el debate en torno a la evaluación y la acreditación frente a los indicadores únicos que vienen imponiéndose en el mundo sin reconocer la diversidad. Me refiero a los polémicos ránquines universitarios, que en su mayoría minimizan la importancia de la cobertura y la equidad social y privilegian los indicadores más relevantes en las universidades anglosajonas, desconociendo el contexto regional de América Latina.

Un encuentro de tal dimensión deberá incluir otros temas que siempre están presentes en los foros universitarios, tales como la función imprescindible de la investigación, tanto básica como aplicada, y sus incentivos para generar conocimiento; los retos y nuevas estrategias pedagógicas frente a los avances tecnológicos; la regionalización de la educación superior; los posgrados y la formación especializada al más alto nivel; la internacionalización, y la movilidad académica de estudiantes, profesores y funcionarios.

El año 2018 también es un año de importantes conmemoraciones y jubileos. En efecto, nos reuniremos para conmemorar el cumpleaños 800 de la Universidad de Salamanca, la más antigua de todas las universidades iberoamericanas. Al igual que la celebración del cumpleaños de una madre o de la mayor de las hermanas, será una oportunidad para compartir nuestros logros y experiencias y renovar objetivos misionales comunes. Y a la lista de celebraciones hay que sumar el bicentenario de la Universidad de Bonn, como institución que representa ese vasto grupo de universidades alemanas nacidas o refundadas hace dos siglos siguiendo el modelo educativo ideado por Wilhelm von Humboldt. Un modelo universitario que, en alguna medida, las universidades latinoamericanas hemos heredado y adoptado.

Las universidades, como representantes de la solidez del mundo académico, demuestran su importancia universal cada vez con mayor fuerza. Sobrevivir a tantas décadas, guerras y vicisitudes es motivo suficiente para el júbilo que transmite la celebración de estas efemérides.

Desde la sesquicentenaria Universidad Nacional, patrimonio de todos los colombianos, nos unimos a estas celebraciones de 2018 y extendemos desde ya un abrazo fraterno de felicitación a las comunidades académicas de esas instituciones hermanas.

Fuente: https://www.elespectador.com/opinion/un-siglo-de-autonomia-columna-734299

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La idea de justicia en el acceso a la universidad

Por: Ignacio Mantilla

Nuestras expectativas, propósitos y retos se renuevan al iniciar un nuevo año. Esto es común entre la mayoría de las personas, pero existe un grupo, principalmente de jóvenes, para quienes sus propósitos en 2018 serán decisivos en sus vidas. Me refiero a quienes este año buscarán un cupo en la universidad, una tarea que debería ser más fácil, sin traumatismos. Pero desafortunadamente se ha convertido en una auténtica competencia por quedarse con el “premio” de ser admitido a la institución preferida y así poder iniciar la carrera soñada.

En Colombia, la dificultad para conseguir el cupo se ha convertido en un tema de permanente debate general, abordado desde diferentes visiones y en múltiples escenarios, que por fortuna toca en muchos casos el fondo de los problemas de nuestro sistema de educación.

En efecto, se discute sobre casi todas las variables que atormentan a los jóvenes que quieren ingresar a la universidad y a sus familias, entre ellas los elevados costos de las matrículas en las universidades privadas, la dificultad de obtener un cupo en una universidad pública, los proyectos de ley que podrían buscar establecer el crédito contingente al ingreso como solución para costear una carrera, el papel del Gobierno a través del Ministerio de Educación, el rol del Icetex, la opción de estudiar en el exterior frente a la imposibilidad de hacerlo en Colombia, la importancia de estudiar en una universidad acreditada en el estándar de alta calidad, las bondades y defectos de programas como Ser Pilo Paga, etc.

A estos temas se suman los debates internos que sostenemos quienes ejercemos como directivos en los centros de educación superior, sobre la pertinencia de nuestros procesos de admisión. En la Universidad Nacional, por ejemplo, permanentemente se discute sobre la conveniencia de mantener el actual examen de admisión como el filtro más importante. Especialmente, si el resultado de esta prueba debe ser el único criterio para poder elegir una carrera determinada.

Como se observa, son muchas las aristas y las decisiones intermedias, muchas de influencias externas, que finalmente se deben tener en cuenta para tomar la mejor decisión que definirá la vida profesional de los jóvenes colombianos que este año iniciarán o intentarán iniciar una carrera en Colombia o el exterior.

Al reflexionar sobre este tema, encuentro un extraordinario paralelo con la maravillosa ilustración que hace Amartya Sen, premio Nobel de Economía, en su obra monumental llamada La idea de la justicia. Se trata de determinar quién, de un grupo de tres niños, es el merecedor de una única flauta que ellos se disputan. Sen aprovecha este ejemplo para preguntarse si hay una solución única, verdaderamente imparcial, en una sociedad llamada “perfectamente justa”.

La primera niña del grupo, Ana, reclama la flauta para ella, argumentando que es la única de los tres que sabe tocarla, como lo confirman los otros dos. Refuerza su argumento quejándose de lo injusto que sería no entregar la flauta a la persona que sí puede sacar provecho del instrumento.

Bob, el segundo niño del grupo, dice que él debe tener la flauta porque es el más pobre. A diferencia de los otros dos, no tiene ningún juguete.

Carla, la tercera niña, reclama el instrumento musical, pues fue ella quien estuvo trabajando duramente durante meses para fabricar la flauta con sus propias manos, lo cual es confirmado por Ana y Bob, y ahora, al terminar su trabajo, dos usurpadores quieren aprovecharse de su labor y arrebatarle la flauta.

El argumento de Ana es un pensamiento económico, basado en la utilidad que se puede derivar del bien. El de Bob es un argumento que antepone como esencial la condición de igualdad, independientemente de las capacidades o el trabajo. Y el argumento de Carla se basa en la teoría según la cual los bienes deben ser de quien trabaja para tenerlos.

Ahora bien, supongamos que la flauta es el cupo en una misma universidad para estudiar la carrera de Medicina. Sólo hay un cupo y, aunque los resultados en las pruebas de admisión de los tres jóvenes son similares, hay elementos y condiciones de justicia que pueden ayudar a decidir cuál de los tres aspirantes debe ser el admitido.

Ante el comité de admisiones de la universidad, Andrea expone sus argumentos: ella es la única de los tres que tiene un buen nivel de inglés, obtuvo el mayor puntaje de los tres en las pruebas Saber 11, siempre ha querido estudiar Medicina y tiene claro, incluso, cuál especialidad haría en un posgrado futuro. Fue la mejor estudiante de su colegio y de los tres es quien mayor vocación tiene para la medicina, por lo tanto, ofrece la garantía de haber elegido correctamente la carrera. Es quien mejor uso podría darle a la flauta.

Bernardo es beneficiario del programa Ser Pilo Paga, el primer miembro de su familia que puede estudiar en una universidad. Además, es el más pobre de los tres. Cuando supo que tenía esa oportunidad, se decidió por Medicina.

Catalina ha trabajado desde muy pequeña para poder terminar su bachillerato y sostener a dos hermanos. También ahorró toda su vida para pagarse una carrera. Es una chica brillante. Es la mayor de los tres y el semestre pasado le negaron el cupo.

Ante esta situación, ¿cuál sería la decisión justa? ¿Cuál de los tres aspirantes debe tener el cupo para iniciar los estudios de Medicina?

Son diversas las visiones, conceptos y teorías que han surgido sobre la justicia, desde Aristóteles, pasando por Marx y John Rawls, hasta Amartya Sen, pero, mientras en Colombia se siga fabricando sólo una flauta para tres, será difícil decidir qué es lo justo en la disputa por un único instrumento.

La Universidad Nacional, patrimonio de todos los colombianos, otorgó el doctorado honoris causa a Amartya Sen. Esperamos poder discutir estas contradicciones de nuestra realidad social y económica este año, cuando reciba esta distinción.

Fuente: https://www.elespectador.com/opinion/la-idea-de-justicia-en-el-acceso-la-universidad-columna-733103

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Inocentadas universitarias

Por: Ignacio Mantilla

La fecha del 28 de diciembre, consagrada a los santos inocentes, se conmemora en casi todos los países iberoamericanos con diferentes tipos de bromas y principalmente con graciosos engaños, acompañados de la recurrente exclamación: ¡pásela por inocente!

Las universidades son un espacio donde habitualmente también se realizan muchas bromas, aunque no precisamente en esta fecha. Las más famosas en diversos países son las que nosotros llamamos “primiparadas”.

En la Universidad Nacional era común, por ejemplo, que un estudiante con varios semestres cursados se hiciera pasar por profesor el primer día de clases y se presentara ante el grupo de “primíparos” para darles a conocer y exigirles una bibliografía inexistente, que debía adquirirse de forma obligatoria al día siguiente. Recuerdo con gracia que dicho listado estaba construido con nombres de futbolistas famosos como autores de textos de matemáticas, por ejemplo: El cálculo de Franz Beckenbauer, Álgebra lineal de Johan Cruyff, Teoría avanzada del dibujo técnico de Michel Platini, entre otros.

Después iniciaba una falsa clase con conceptos avanzadísimos y absurdos, pero expuestos con tal seriedad y velocidad que, cuando por fin aparecía el verdadero profesor, ya los angustiados estudiantes habían llenado unas cinco páginas tomando apuntes a toda carrera y el pánico estaba presente en todos ellos. Con una gran carcajada, el impostor abandonaba el salón y el verdadero profesor iniciaba su clase, dando tranquilidad a todos los asistentes.

Pero esta práctica se hizo tan común que ya los nuevos estudiantes eran advertidos de las primiparadas que les iban a hacer. Fue esta la razón por la cual, en una ocasión, se presentó una joven profesora ante el grupo de sus estudiantes y ellos creyeron que se trataba de una primiparada, así que no le prestaron atención. Ella tuvo que abandonar el aula y regresar acompañada del director del departamento para que los incrédulos estudiantes tuvieran confianza, la aceptaran y le dejaran iniciar el curso.

Otras bromas que han venido desapareciendo son las monedas pegadas al piso, que los estudiantes que recién ingresan tratan de levantar infructuosamente, o el intercambio de los letreros que guían hacia los edificios, con el propósito de hacer extraviar a los primíparos.

En la Universidad de Mainz (Alemania) era costumbre recibir a los nuevos estudiantes en la Facultad de Matemáticas alterando el orden de los botones en el ascensor, de tal manera que cuando se querían dirigir al cuarto piso, al oprimir el número 4 terminaban en el segundo piso, donde funcionaba el Departamento de Psicología.

Es común también la descripción caricaturizada de los profesores y estudiantes, de acuerdo con las áreas del conocimiento a las que pertenecen. Hay una sana rivalidad entre algunos grupos y tanto los unos como los otros hacen chistes sobre sus colegas o compañeros. Por ejemplo, es conocida la rivalidad entre arquitectos e ingenieros, entre físicos y matemáticos, o entre abogados y politólogos.

Para no herir susceptibilidades, siendo matemático, y con el perdón de mis colegas, comparto con ustedes un cuento que nos describe sin favorecernos y que me lo contó hace muchos años un amigo físico. Es la siguiente:

Dos físicos experimentales ensayaban un globo que construyeron con mucha dedicación. Se dice que el globo se elevó en forma exitosa a tal punto que superó el recorrido previsto y tomó una dirección desconocida debido al fuerte viento que lo desvió. De la alegría inicial de los físicos por la velocidad y altura que alcanzó su original invento, pronto pasaron a la angustia que les causaba no saber qué lugar estaban sobrevolando.

De repente vieron a un hombre trabajando en un enorme cultivo y uno de los físicos le gritó desde el globo: “Señor, señor, por favor dígame qué lugar es este. ¿En dónde estamos?”. El hombre soltó su azadón y se quedó contemplándolos en silencio.

El globo se alejaba y en su desesperación el otro físico insistió: “Señor, por favor, mire que necesitamos saber dónde vamos a descender. Díganos, ¿dónde estamos?”. Finalmente, cuando ya casi no podía oírse, el campesino levantó la mano, señaló el globo y les dijo: “Ustedes están en un globo”.

Con una inocultable desilusión le dijo uno de los físicos a su compañero de aventura: “Oye, ese tipo debe ser matemático, ¿cierto?”. El otro respondió: “¿Por qué lo dices?”. Y entonces su interlocutor sustentó: “Fíjate que pensó largo rato la respuesta y es absolutamente correcta, pero no nos sirve para nada”.

La rivalidad, la preferencia o el gusto por una u otra área han hecho famosas muchas anécdotas, fruto de la realidad o de la ficción, pero que muestran la realidad del mundo universitario con humor, propiciando el diálogo, eludiendo la violencia y construyendo puentes de tolerancia para que también quepan las bromas y la risa.

Así, por ejemplo, existe una historia que me parece excelente para entender la rivalidad de dos excelentes universidades que están ubicadas en Boston:

En un supermercado de la ciudad estaba un joven de cabello largo con su carrito de mercado completamente lleno, pues acababa de recibir la mesada de su beca y quería comprar de una vez lo necesario para todo el mes, pero hacía la fila para pagar en una caja con un gigantesco aviso que decía: “Caja rápida, máximo 10 artículos”. Cuando finalmente le llegó su turno, lo interrogó la cajera: “Joven, ¿es usted estudiante?”. Y él respondió: “Sí, señora, ¿por qué?”. Y entonces la cajera exclamó en un tono suficientemente alto como para que todos oyeran: “Pues estudia usted en Harvard y no sabe contar o estudia usted en MIT y no sabe leer”.

El humor debe seguir siendo parte de la vida universitaria y los santos inocentes nos invitan a reír. ¡Felices fiestas!

Fuente: https://www.elespectador.com/opinion/inocentadas-universitarias-columna-731059

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Historias y relatos sobre el tamal

Por: Ignacio Mantilla

Al llegar la época navideña revive la fuerza de las tradiciones, con todo lo que ello implica, y al mismo tiempo disminuye la fuerza de voluntad para evitar ciertos alimentos —que dizque nos hacen daño o engordan— y renace el deseo de probar todos los manjares hogareños propios de la celebración de la época.

Y cuando estamos en el exterior, obligados a pasar fuera de casa las fiestas de fin de año, estos deseos y añoranzas son aún mayores. Conscientes de esta debilidad, ingeniosos colombianos han logrado, desde hace algunos años, enlatar el tamal, uno de los platos de mayor consumo en esta época.

Un amigo, desde Alemania, me dijo el año pasado que me agradecía el envío del tamal en lata, pero que aun cuando encontró un pedazo de hoja de plátano en el interior, para darle el sabor, ese tamal enlatado, servido empeloto al lado del tradicional stollen alemán, le había arrancado más lágrimas que sonrisas al evocar los verdaderos tamales santandereanos que se comían en su casa.

El tamal se consume en Colombia y en países de América Latina como México, Chile, Cuba, Venezuela, Ecuador y Puerto Rico, entre otros, con variaciones tanto en la forma y el tamaño como en el relleno, pero con dos elementos comunes: la envoltura en hojas de plantas y la masa de maíz. En Colombia hay una gran variedad de tamales desde la región Caribe hasta Nariño, pero también de otros deliciosos manjares que guardan algún parecido, como los indios y los envueltos, los primeros dentro de hojas de repollo y los segundos en los ameros o cáscaras de la mazorca. Y seguramente pocos de los lectores han comido los envueltos de mazorca “de sal”, rellenos de un guiso de carne de cerdo, arroz y huevo, que se preparan únicamente en Santander.

Otro curioso y práctico envuelto lo conocí hace unos años, cuando fui con un grupo de estudiantes de la sede Medellín de la Universidad Nacional a una salida de campo al centro agropecuario Cotové, en Santa Fe de Antioquia. Antes de salir de Medellín, el decano de Ciencias Agrarias nos entregó a cada uno lo que en la región llaman el fiambre: se trata de una hoja de plátano que envuelve el almuerzo del día: arroz, fríjoles, plátano y carne. ¡Qué fantástica y genial idea! Este “atadito” adquiere un sabor muy particular que le da la envoltura en la hoja de plátano (sabor a salida de campo paisa).

Pero, volviendo a los tamales, quiero compartir la información que hace algunos años recibí del profesor Santiago Díaz Piedrahíta, un botánico muy culto que fue decano de Ciencias en la Universidad Nacional y presidente de la Academia Colombiana de Historia. El profesor Díaz era un gran conversador y creo que su enorme modestia nos privó de un mayor legado. Un buen día, en su oficina, tomándonos un tinto, el profesor Díaz despertó mi interés por conocer el origen de algunos alimentos al oír una a una la descripción de las propiedades de las hojas que se usaban para envolver el tamal. Al terminar su intervención, le pregunté dónde podía conocer más de ese tema, y me obsequió un ejemplar del libro de su autoría Las hojas de las plantas como envoltura de los alimentos. Se trata de un trabajo excepcional que este gran investigador colombiano emprendió como una interesante travesía para mostrar, científica, antropológica y literariamente, cómo algunas hojas de las plantas han acompañado la cotidianidad de los colombianos y sus elaboraciones gastronómicas a lo largo y ancho del país. Con gran acierto, el Ministerio de Cultura publicó una reimpresión de este trabajo en 2012.

A propósito del tamal, el profesor Díaz Piedrahíta nos recuerda en ese mismo texto que es “uno de los alimentos indígenas que han perdurado y está llamado a conservarse como joya de la cocina criolla”, y describe cómo cambia su contenido según la región. Y como bien lo señala, existen redondos, cuadrados, esféricos y cónicos. Además, hasta su forma de amarrarse cambia con el lugar en el cual los preparen.

Entre las hojas que más acompañan al tamal se encuentran las de musa, más conocidas como hojas de plátano. También algunas bijao y conga. Además de las pertenecientes a la especie Canna: chisgua, risgua, rede, achira y capacho.

Algo valioso del trabajo de Díaz es que no sólo trae a cuentas los aportes científicos sino la cultura popular, entre ella un jocoso fragmento de la Oda al tamal, de Juan José Botero: “¡Esponjado tamal!, yo te saludo. ¡Salve mil veces, oloroso envuelto! Bienvenido si traes en tu vientre dos grandes presas y un carnudo hueso”.

Antropólogos y chefs parecen coincidir en que el tamal, que era preparado por las comunidades indígenas, se fue transformando con las variedades alimenticias que se tenían en cada región. Sobre este punto particular, el profesor Díaz Piedrahíta tenía varias tesis. Una de ellas era que el tamal sólo había aparecido después de la Conquista como recurso empleado por los indígenas para usar los alimentos que los españoles dejaban sobre la mesa y que ellos recogían en hojas de plátano. Así puede explicarse, por ejemplo, la presencia del garbanzo en el tamal santandereano.

El papel de los alimentos ha ido de la mano de la construcción del ideario de la nación. La investigación de los orígenes de nuestra gastronomía fue, en parte, uno de los propósitos de la Comisión Corográfica liderada por Manuel Ancízar, el primer rector de la Universidad Nacional. En la diversidad de los platos que hoy circulan en la mesa de los hogares y restaurantes del país podemos comprender la riqueza que traen nuestras diferencias regionales.

No puedo dejar de confesar que lo más peculiar y novedoso que recientemente he conocido es la extravagante combinación que compone lo que en el Tolima llaman “remontado”: un plato de lechona con un enorme tamal tolimense encima.

Fuente: https://www.elespectador.com/opinion/historias-y-relatos-sobre-el-tamal-columna-728689

Imagen: http://www.onic.org.co/pueblos

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Lo más leído en la Universidad Nacional

Por: Ignacio Mantilla

Al terminar este período académico he recordado las largas jornadas que acompañaban anteriormente la finalización de un semestre en la universidad. Para la mayoría de los estudiantes había un especial nerviosismo provocado por la preparación de los exámenes finales que definirían la aprobación de las asignaturas cursadas. El estrés de las pruebas se compensaba con la organización del viaje de regreso a casa de los padres para pasar vacaciones de fin de año y recibir los mimos maternos saboreando de nuevo las delicias gastronómicas típicas con sabor a infancia.

Superar exitosamente el último reto académico era una condición necesaria para poder disfrutar de esas anheladas vacaciones. Las trasnochadas tan frecuentes de los estudiantes para preparar los exámenes eran características comunes en todas las carreras y altas dosis de café acompañaban esas largas noches de esfuerzo y ansiedad.

Y aunque las cosas han cambiado mucho, sigue existiendo ese elemento común a muchas de las generaciones de estudiantes universitarios colombianos. Tal vez por eso ha sido tan exitoso el programa de bibliotecas abiertas 24 horas, implementado en la Universidad Nacional. Naturalmente, el actual bienestar universitario atiende a los grupos de estudiantes trasnochadores proporcionándoles café y refrigerios.

Uno de los aspectos que antes caracterizaban especialmente la época de exámenes era precisamente la difícil competencia para hacerse al libro de texto disponible en la biblioteca. Ante la existencia de pocos ejemplares, había que hacerle “cacería” al libro para poder tenerlo en los días previos al examen. Recuerdo las afanosas carreras de los estudiantes hacia las bibliotecas para sacar prestados algunos libros, principalmente los muy costosos y difíciles de adquirir. No bastaba apiñarse frente al mostrador, también había que tener experticia en el manejo de los antiguos ficheros para facilitar las búsquedas.

En tiempos en que los libros de texto y notas de clase eran una rareza, el profesor Yu Takeuchi fue uno de los primeros en escribir y ensamblar en su propia casa, y con la ayuda de su familia, algunos de los libros que eran de consulta obligada en ese tiempo. Aún conservo muchos de ellos que, además, Takeuchi nos obsequiaba generosamente cuando nos acercábamos a su oficina a consultarle algún problema. Su trabajo era admirable. La digitación la hacía él mismo en una antigua máquina de escribir en la que había que intercambiar las fuentes para poder escribir los símbolos matemáticos. Algunos que no era posible encontrar se escribían a mano, al igual que se dibujaban las gráficas que fueran necesarias.

Como el profesor Takeuchi acostumbraba comenzar los exámenes un viernes en la tarde y dar tiempo hasta el lunes siguiente a primera hora para su entrega, asegurándose así de que no fuésemos a acudir a otros profesores en busca de ayuda, la cacería de los libros disponibles en la biblioteca era una tarea vital.

Si bien las cosas han cambiado, adquirir un libro mientras se cursaba el pregrado no era fácil. En Bogotá, en los diversos mercados del libro se podían encontrar abundantes libros usados a bajo costo. También había buena oferta de libros baratos, procedentes de la desaparecida Unión Soviética, o novelas piratas. Sin embargo, los textos con alta demanda eran costosos y difíciles de adquirir.

Quise revisar esta semana cuáles habían sido los libros más prestados en el primer semestre de este año y cómo había cambiado la dinámica. En la actualidad tenemos herramientas que nos permiten llevar las cuentas de los libros más consultados y de esta forma mejorar la disponibilidad del catálogo.

En las sedes de la Universidad Nacional fueron estos los más requeridos: en las sedes Amazonia y Medellín, el libro más prestado fue Cálculo de una variable, de James Stewart. Además es el más consultado en la Universidad en sala. En Bogotá, el libro Calculus, de Tom M. Apostol, seguido de los Diálogos de Platón, son los más pedidos para llevar a casa. En la sede Caribe es el libro Principios de economía, de Gregory Mankiw, el que encabeza la lista. Química, de Raymond Chang, en la sede Orinoquia y, orgullosamente, en la sede Palmira, el libro más prestado es un ejemplar de una egresada: Estadística descriptiva para ingeniería ambiental con SPSS, de Viviana Vargas Franco.

Ahora bien, también podemos analizar los préstamos por área del conocimiento. En el campo de las artes, el libro de Ernst Gombrich, La historia del arte, es el más prestado en la sede Bogotá, y en la sede Manizales, el libro para arquitectos Zaha Hadid Complete Works, de Philip Jodidio.

En el campo de las humanidades, por ejemplo, en la sede Palmira, el libro Amor líquido, de Zygmunt Bauman, ha sido uno de los referentes para entender la forma en que los humanos hemos venido llevando nuestras relaciones contemporáneas.

No podríamos dejar de mencionar que el libro más prestado en la Universidad Nacional durante el primer semestre del año, en el campo de la literatura, es el clásico 1984, de George Orwell, quien narra desde la ficción los rasgos de los sistemas autoritarios y la visión del Gran Hermano. Esta obra, seguida de Cien años de soledad, ha sido la más pedida en el último lustro. En el campo de las ciencias aplicadas, en Medellín y Palmira, Termodinámica, de Cengel, es el libro más prestado.

Por último, el libro que más ha sido pedido por los estudiantes para préstamo externo durante los últimos cinco años ha sido Cálculo de una variable, de Stewart.

Así podríamos seguir dando algunas referencias para mostrar la dinámica en las bibliotecas de la Universidad que han venido cambiando y modernizándose con el tiempo, llegando a ofrecer catálogos actualizados que se pueden consultar desde casa y que permiten realizar rápidos préstamos interbibliotecarios.

El Sistema Nacional de Bibliotecas de la Universidad Nacional de Colombia, patrimonio de todos los colombianos, se ha convertido en una estrategia que permite dejar atrás la visión de la biblioteca como un salón con estantes repletos de libros y se ha encargado de proveer herramientas investigativas útiles para el mundo de hoy.

Fuente: https://www.elespectador.com/opinion/lo-mas-leido-en-la-universidad-nacional-columna-727537

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