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Guía básica para utilizar el periódico como recurso didáctico en el aula

18 de octubre de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

Por: Ingrid Mosquera Gende

Podemos destacar dos formas esenciales de usar los periódicos en el aula. Por un lado, mediante la lectura, manipulación y trabajo con periódicos existentes y, por otro lado, mediante la creación de periódicos por parte de los alumnos. Dos actividades complementarias que pueden ser tratadas individualmente, dada la gran cantidad de posibilidades que conllevan.

El periódico como instrumento de trabajo o recurso didáctico sirve para desarrollar un aprendizaje global y transversal, pudiendo englobar, como veremos, distintas asignaturas y colaborando a que los estudiantes sean capaces de observar la realidad desde diferentes puntos de vista, así como de reflexionar, igualmente, sobre la objetividad y la subjetividad de las informaciones. La cantidad de actividades que pueden realizarse a partir de él son muy variadas.

Por lo tanto, centrando nuestra atención en introducir los periódicos en el aula, quizás la primera pregunta que puede surgir es qué periódicos emplear y a qué edades comenzar con este tipo de actividades.

¿Qué periódico es el más adecuado? ¿Cuál es la mejor edad para introducirlo en clase?

Sobre la elección del periódico, no deseamos entrar en controversias, podrán tratarse de diarios deportivos, por ejemplo, o locales, regionales, nacionales o extranjeros. Un diario local puede contribuir a relacionar a nuestros alumnos con la actualidad de la zona, en la línea del aprendizaje-servicio, tanto para saber las posibilidades culturales como para conocer los acontecimientos que estén teniendo lugar en nuestra ciudad. Todos ellos, en todo caso, nos servirán para:

  • Informarnos sobre acontecimientos culturales – conocer las opciones culturales y noticias relacionadas con la cultura: posibilidad de visitas a museos, exposiciones o teatros, reseñas de libros o programas, etc.
  • Proponer actividades sobre geografía – a nivel local, regional, nacional o internacional: dónde tiene lugar una noticia, localizar el lugar en un mapa, etc., dando lugar a posteriores actividades basadas en ello.
  • Practicar diferentes lenguas – bien sea a nivel regional, nacional o internacional. Debemos recordad que estamos tratando con material auténtico. Los periódicos pueden ser muy útiles para mejorar la propia lengua o lenguas extranjeras de un modo muy motivador para los estudiantes. Las posibles actividades relacionadas con la lengua son infinitas, desde ejercicios de comprensión lectora, de vocabulario, de búsqueda de información, hasta actividades de pronunciación y entonación o relacionadas con el estilo periodístico, la redacción, la ortografía o la puntuación. Del mismo modo, las noticias pueden dar lugar a interesantes debates para la práctica de las destrezas orales.
  • Relacionar acontecimientos actuales con otros de la historia – se puede intentar acercar la historia a los alumnos, estableciendo comparaciones y diferencias con acontecimientos o personajes famosos, entre otras posibilidades, pudiendo desarrollar trabajos, proyectos o debates al respecto.

Sobre la edad de introducción de los periódicos en el aula, cada docente deberá decidirlo. Mi opinión es que la dificultad no está en el material, sino en lo que pretendamos hacer con él. Por ejemplo, si introducimos el periódico en el aula de infantil y mandamos a los alumnos, en grupos, buscar la foto de un animal, sabrán hacerlo. De ese modo, habrán estado en contacto con un periódico real, con material auténtico, de forma lúdica, y estaremos despertando en ellos el interés o la curiosidad por la lectura y la información. También les podemos mandar contar las vocales en una página determinada o en un anuncio, por tener las letras más grandes. En este sentido, un periódico deportivo también puede resultar interesante a determinadas edades por los temas y las fotografías.

¿Qué elementos del periódico se pueden utilizar?

Otra cuestión a tener en cuenta son las secciones del periódico, secciones fijas como el tiempo o la programación televisiva también pueden ser muy propicias para actividades geográficas o relacionadas con los números o las matemáticas: ¿Qué van a echar el jueves a las tres de la tarde? ¿Va a llover mañana en nuestra ciudad? ¿Y en Madrid? Todo se puede hacer de forma lúdica y motivadora para los alumnos. No nos olvidemos de los pasatiempos.

Sin referirnos a ninguna sección en concreto, los anuncios pueden resultar muy atractivos y fáciles de leer por el tamaño de las letras y la presencia de imágenes relacionadas, al igual que los titulares, que pueden dar mucho juego: imaginar la noticia leyendo el titular, debatirlo, hablar sobre ello, escribir la noticia, entre muchas más posibilidades.

Si comparamos noticias de diferentes periódicos, podremos, con alumnos más mayores, comparar titulares, noticias o portadas, todo en la línea de despertar y desarrollar el pensamiento crítico de los estudiantes.

El hecho de que el periódico cuente con letra e imágenes nos ayudará a responder a diferentes estilos de aprendizaje. Además, si los alumnos pueden tocar el periódico, también se estará teniendo en cuenta el estilo táctil y la aproximación multisensorial (todos los ávidos lectores sabemos que el periódico tiene un olor característico y un tacto especial). En ese mismo sentido, ¿No hemos pintado de pequeños un bigote o un diente en un periódico o en una revista? No desaprovechemos el blanco y negro para poder presentar, al final de la clase, un periódico colorido, lleno de dibujos, colores y comentarios de los propios niños: vamos a hacer un triángulo alrededor de la A y un círculo alrededor de la E, vamos a pintar de azul todas las O y dibujar ojos a la nariz de la U, probablemente en los titulares claro, no olvidemos el tamaño de la letra en la mayoría de los periódicos.

¿Y si algo sale mal?

Pero, además del tamaño de la letra, ya mencionado, hay otras dificultades a la hora de llevar el periódico al aula:

  • ¿Y si hay información o imágenes que no son adecuados para los alumnos?
  • ¿Tenemos que comprar veinte o treinta periódicos todas las mañanas?
  • ¿Tenemos que comprar veinte o treinta periódicos de cada editorial para poder compararlos?

Creo que estas dificultades son superables: podemos no ofrecerles el periódico entero, llevemos siempre el del día anterior, si es necesario, para poder mirarlo nosotros antes y descartar alguna página si lo vemos necesario, adaptándolo a las edades, o expliquemos ciertas secciones o imágenes para que puedan comprenderlo y valorarlo. También se pueden tapar ciertas zonas con pegatinas opacas o pintarlas con rotuladores negros, si es un aspecto muy concreto.

Con respecto a la cantidad de periódicos necesaria, dependerá de los recursos del centro, aunque se debe recordar que el periódico es fácilmente divisible en secciones y páginas, y se presta al trabajo en grupo, así que no debe suponer un problema en ese sentido. Además de la posibilidad que supone hoy en día el acceso público y gratuito a periódicos en internet, que no responderá a todos nuestros objetivos, pero podrá servir, en muchas ocasiones, para llevar a cabo interesantes actividades, pudiendo comparar, igualmente, periódicos en papel con otros digitales.

Algunas recomendaciones finales

Resumiendo, algunas recomendaciones básicas para el uso del periódico en el aula, serían las siguientes:

  • Introducirlo desde Educación Infantil, de forma lúdica.
  • Adaptar las actividades a las edades involucradas, de manera creativa.
  • Llevar diferentes periódicos, realizar comparaciones y acceder a periódicos online.
  • Revisar el periódico, dentro de lo posible, antes de ponerlo a disposición de los alumnos.
  • Trabajar en grupos cooperativos.
  • Promover el debate, la creatividad y el pensamiento crítico de los alumnos.
  • Sacar el máximo partido de las diferentes secciones, imágenes, anuncios y titulares.
  • Emplear el periódico en diferentes asignaturas, de forma transversal.

Como docentes, nuestro papel será el de despertar el espíritu crítico en los alumnos, su interés por la lectura y ayudarles a apreciar la relevancia de estar informados en una sociedad en la que la verdad siempre tiene, al menos, dos versiones.

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/guia-basica-utilizar-periodico-recurso-didactico-aula/

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Cambiando los roles, enseñando se aprende: el alumno profesor

12 de julio de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Por: Ingrid Mosquera Gende

Cuando se me ocurrieron diversas formas de hacer a mis alumnos partícipes activos del proceso de enseñanza, creí estar aportando ideas muy novedosas, hasta que comencé a realizar una búsqueda por internet, pudiendo ver muchos ejemplos de experiencias similares:

  • En el colegio Ábaco, los alumnos de Primaria proponen sus propios problemas de matemáticas para los compañeros.
  • En el colegio Los Sauces, los estudiantes de cuarto de Educación Secundaria Obligatoria recorrieron todos los cursos, inferiores y superiores, para explicar a sus compañeros la Constitución de 1978.
  • En el colegio El Regato, los alumnos de Bachillerato enseñaron a los más pequeños todo lo relacionado con el mundo de las abejas, por medio de talleres.
  • En el Instituto Superior de de Formación Docente 127, los estudiantes de grado de profesorado de inglés, matemáticas y lengua brindan apoyo a estudiantes en riesgo de exclusión social, económico o académico, de entre doce y diecisiete años, durante todo un curso académico.
  • En diferentes universidades, como las de LeónSalamancaBarcelona o Granada, existen proyectos de tutorización, evaluación entre pares, trabajo en grupo o exposición de temas a los compañeros.

En mi caso particular, el interés de la iniciativa radica en dos aspectos concretos. Por un lado, se trata de alumnos de los grados de maestro en educación Infantil y Primaria, por lo que van a ser profesores, así que, no solo consiguen mejorar su aprendizaje, sino que también ponen en práctica su labor docente. Y, por otro lado, se trata de una universidad online, por lo que debo ser creativa a la hora de proponer medios, recursos e ideas para que los estudiantes colaboren de forma activa en la enseñanza y, consecuentemente, en el aprendizaje de sus compañeros. Algunos ejemplos concretos de mi experiencia están recogidos más abajo.

Esta metodología puede tomar el formato de peer tutoring o responder a los nombres de aprenseñar, aprendizaje entre iguales, coenseñanza o coaprendizaje, pero el objetivo es, en todo caso, que el alumno aprenda enseñando y ayudando a compañeros o a terceros. Como ya adelantamos, la idea no es novedosa, en gran medida, todos los profesores somos conscientes de que aprendemos junto a los estudiantes y gracias a ellos. Como docentes, todos podemos recordar alguna materia que hemos tenido que estudiar previamente con cierta profundidad para poder explicársela de forma adecuada a nuestros alumnos. Así también nos lo dicen los porcentajes que indican que sólo recordamos un 10% de lo que leemos, frente a un 90% de lo que enseñamos.

Ventajas de aprender enseñando 

Algunas ventajas de aprender enseñando son las siguientes:

  • Motivación y autoestima: Los estudiantes ven que su aprendizaje tiene una finalidad práctica y que sirve para ayudar y mejorar la vida de otros. Se sienten útiles y protagonistas.
  • Empatía, observación y experimentación: Mejora el conocimiento entre compañeros y la comprensión de los problemas de los demás. Los alumnos se ponen en lugar del docente, entendiendo mejor su papel, sus obligaciones y sus responsabilidades. La inversión de roles ofrece al discente una perspectiva diferente del aula, del profesor, de los compañeros e incluso del propio centro.
  • Interacción, comunicación, colaboración y difusión: La necesidad de tener que comunicar y explicar los conocimientos ayuda a desarrollar las competencias comunicativasy sociales de los alumnos, mediante una interacción y una colaboración activas. Por otro lado, en la actualidad, casi cualquier tipo de iniciativa lleva implícito el uso de las nuevas tecnologías, posibilitando que el material creado, la explicación dada o la actividad corregida sean fácilmente transferibles y, consecuentemente, útiles y reutilizables.
  • Profundidad: El aprendizaje no es pasivo o receptivo, sino que se convierte en activo, al tener que explicarlo posteriormente a otros, por lo que el alumno suele realizar un estudio más completo, detallado y amplio de los contenidos, sin memorizar, comprendiendo para poder explicar y responder a preguntas y dudas que puedan plantearse. De este modo, se emplea una metodología activa en la que los estudiantes son los protagonistas, no solo de su aprendizaje, sino también de la enseñanza.
  • Reflexión, autonomía y desarrollo del pensamiento crítico: Los alumnos reflexionan sobre su papel docente, sobre el contenido, sobre la metodología, la asignatura y sobre la educación en general. Al  mismo tiempo, elaboran su propio material para impartirlo y compartirlo y, por lo tanto, para aprenderlo. De esta forma, los alumnos tienen que entender el contenido a explicar, discerniendo lo principal de lo secundaria, así como siendo capaces de localizar y distinguir fuentes fiables de no fiables.

Ideas para el aula

En cuanto a cómo implementar estas propuestas en el aula, ofrecemos algunas ideas para hacer a nuestros alumnos protagonistas de la enseñanza:

  • Explicaciones: Los alumnos preparan un tema o un material concreto para explicar a los compañeros de forma presencial o virtual. En este sentido, algunos de mis estudiantes preparan vídeos sobre temas de las asignaturas, que posteriormente visionamos en nuestras clases grupales online.
  • Elaboración de material didáctico: Los alumnos preparan contenido de la asignatura, para que los compañeros puedan ampliar sus conocimientos o entender el material desde otra perspectiva. Puede ser material impreso o trabajar usando las nuevas tecnologías. En mi caso concreto, los estudiantes colaboran conmigo en UNIR Revista para, de este modo, profundizar en temas de las asignaturas, mejorando sus conocimientos, al mismo tiempo que se ofrece una explicación más detallada y ampliada a los compañeros. Algunos ejemplos de sus colaboraciones hacen referencia a clasificaciones de los estilos de aprendizaje, diferentes destrezas de la lengua (expresión oralexpresión escrita o comprensión oral) u otros aspectos relevantes de carácter educativo.
  • Preparación de exámenes: Los alumnos proponen preguntas para los exámenes, deciden el formato o debaten sobre la puntuación.
  • Preparación de actividades: Los estudiantes preparan actividades o juegos para los compañeros.
  • Corrección de actividades entre iguales y coevaluación: Los alumnos se corrigen, justificando sus puntuaciones. Los estudiantes suelen disfrutar poniendo nota a los compañeros. Por norma general, suelen ser más estrictos que los propios docentes.
  • Supervisión del aula y actividades: En el aula presencial, los alumnos pueden moverse por el aula para resolver las dudas de los compañeros, como haría el docente. En la educación online, se pueden emplear foros, chats o redes sociales, por ejemplo.
  • Trabajo cooperativo: En muchas técnicas de aprendizaje cooperativo, los estudiantes enseñan a sus compañeros de grupo. Esto se puede dar en cualquier tipo de actividad en la que estemos trabajando con grupos heterogéneos, tanto presencialmente como online.
  • Docencia compartida: Profesor y alumno se turnan para presentar  contenido o lo presentan desde diferentes perspectivas. Igualmente, el docente puede estar junto al alumno para completar su exposición.
  • Tutoría entre iguales y apoyo académico: Los estudiantes aconsejan o  ayudan con la comprensión de la asignatura a alumnos de cursos inferiores o del mismo curso, siendo un aprendizaje, no solo para el estudiante que recibe el apoyo, sino también para el alumno que lo imparte.

Personalmente, el resultado ha sido excepcional, la implicación de los alumnos es extraordinaria y su motivación máxima. El hecho de que sus compañeros vean sus vídeos les hace trabajar mucho la edición, la presentación y el contenido. En cuanto a las colaboraciones en la Revista, a los estudiantes les hace muchísima ilusión ver sus trabajos publicados. Todo ello supone un aprendizaje directo y profundo del tema tratado, sin necesidad de estudiarlo de forma memorística. Ellos aprenden enseñando, sus compañeros hacen una valoración muy positiva, infundiendo también una gran dosis de autoestima a los creadores. Además, los materiales quedan disponibles para posteriores cursos, con permiso de sus autores, y nosotros, como docentes, también aprendemos de la experiencia, sorprendiéndonos de los resultados obtenidos. En mi caso concreto, el hecho, como decía, de que sean alumnos de grados de profesorado de Infantil, Primaria o Secundaria añade más relevancia a la experiencia, preparándoles y ofreciéndoles la oportunidad de poner en práctica su labor docente. Igualmente, la búsqueda activa a través de internet les introduce en el mundo de la investigación, enseñándoles a localizar información adecuada y a discernir fuentes fiables de no fiables, como se comentaba anteriormente.

En relación con este tipo de iniciativa, también debemos plantearnos qué tipo de apoyo vamos a suministrarles: podemos ofrecerles enlaces, una estructura o índice de partida, mantener una comunicación constante con ellos para responder sus preguntas, corregirles bocetos o ayudarles con la redacción académica, entre otras cuestiones.

Con todo ello, una vez se haya decidido llevar a cabo la experiencia, se debe valorar cómo se va a evaluar, algunas posibilidades serían las siguientes:

  • Coevaluación por parte de los compañeros: La forma debe determinarse de antemano.
  • Reducir la materia de examen: Si todos los alumnos participan y preparan diferentes aspectos de un mismo tema, este contenido podría quedar fuera del examen.
  • Porcentaje de la nota final: El trabajo podría suponer un tanto por cien de la nota final de la asignatura.
  • Puntuación extra: Se podría sumar una puntuación determinada a la calificación final de la asignatura.

Son solo cuatro ejemplos de los muchos posibles, debiendo ser adaptados a las circunstancias concretas de enseñanza y aprendizaje. Además, teniendo en cuenta las diversidad en el aula y los diferentes estilos de aprendizajeno todos los alumnos tendrían por qué realizar el mismo tipo de aportaciones (algunas podrían ser clases en directo, otras grabaciones, otras entradas en un blog, entre otras muchas opciones). Sea como sea, es importante que el método de evaluación sea claro y conciso para los alumnos antes de que se pongan a trabajar.

Si permitimos que nuestros estudiantes tomen la iniciativa, nos sorprenderán, aprenderemos todos juntos, formando personas autónomas, críticas, seguras de sí mismas y emprendedoras.

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/cambiando-los-roles-ensenando-se-aprende-alumno-profesor/

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Deberes: hacia una nueva conceptualización para aprender fuera del aula

31 de mayo de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Por: Ingrid Mosquera Gende

Últimamente, se está debatiendo mucho sobre los deberes, tanto sobre la posibilidad de poner menos, como de cambiar el tipo de deberes o, incluso, de eliminarlos.

En gran medida, los deberes se encuentran, desde mi punto de vista, anticuados, ya que suelen implicar actividades repetitivas del material teórico visto en clase, sin promover demasiado la reflexión o la creatividad. Un problema que se ve agravado según avanzamos en las diferentes etapas, encontrando, paulatinamente, una mayor teorización de las actividades. Así, pienso que un cambio en la concepción y desarrollo de los deberes podría resultar muy positivo y beneficioso para los alumnos. Sin embargo, cabría preguntarse si las actuales tareas van en consonancia con las demandas y objetivos del propio sistema educativo. Es decir, ¿es posible cambiar los deberes sin cambiar otros aspectos de la educación?

En todo caso, la necesidad de un cambio más profundo no puede ser excusa para la inacción, puesto que, en las leyes referentes a las diferentes etapas educativas, vemos reflejadas interesantes competencias, como la digital, comunicativa, de conocimiento e interacción con el mundo físico o la competencia social, entre muchas otras, que ya podrían dar pie a un trabajo más práctico. Sin embargo, en muchos casos, estas competencias no abandonan el aula, no se aprovechan para la propuesta de unos deberes que posibiliten el desarrollo de tales destrezas.

Igual que en muchos aspectos metodológicos, son los profesores los que marcan la diferencia. Con su innovación y dedicación, pueden originar un cambio en esa monótona tendencia. Aunque, muchas veces, no tienen libertad para ello, pues hay una programación, un centro y un sistema que les impide moverse con una libertad total. Por eso, tanto para que se produzca un cambio en los deberes, como para que le acompañe el necesario cambio metodológico, se precisa una transformación de fondo, porque, sino, seguimos remendando una tela ya muy raída.

De todos modos, como decíamos, nunca se puede poner ese cambio de raíz como pretexto, de ahí que todo lo que se haga sea importante, repercutiendo, directamente en el presente y futuro de los estudiantes, que se pueden beneficiar ya de las modificaciones que se lleven a cabo, por pequeñas que sean.

Los deberes deben..

En este sentido, desde mi punto de vista, los deberes son importantes, necesarios e imprescindibles, pero necesitan un giro en su contenido e incluso en su forma, evolucionando hacia unos deberes más creativos e imaginativos. Un ejemplo de ello sería lo que se está haciendo en un pequeño colegio público de Australia, en el que se ha sustituido el término de homework por el de homelearning, un concepto en el que se incluyen las actividades que hace el alumno fuera del aula como parte de su aprendizaje, teniendo que justificar la consecución de las mismas. Es decir, consideran que los deberes no emanan únicamente de la clase y de las asignaturas concretas. Creo que en el fondo de su filosofía  se encuentra el hecho de que el ser humano siempre está aprendiendo, en su vida, independientemente de las actividades que esté realizando. Y, por ello, consideran que muchas tareas llevadas a cabo fuera del aula también deben entenderse como deberes y ser valoradas. Ese es, precisamente, el planteamiento que yo realizo al distinguir y acuñar los términos de macrodeberes y microdeberes, proporcionando ideas para su gestión e implantación en nuestro sistema educativo, adaptando la idea original australiana a nuestro contexto, dejando a un lado los antiguos deberes (microdeberes), para otorgar el papel protagonista a unos macrodeberes (homelearning) que toman en consideración todas las actividades que el alumno realiza fuera del aula, con su familia, amigos, en equipos o en solitario.

Por lo tanto, deberes sí, pero con una evolución, que debería darse también en el sistema y en la metodología, pero, mientras esto no suceda, los profesores nos podemos ir adelantando, como siempre, preparando a los alumnos para el mundo real y dándonos cuenta de que fuera del aula también se aprende.

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/deberes-hacia-una-nueva-conceptualizacion-aprender-del-aula/

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Critical Thinking: aprender a cuestionarse la información

03 de mayo de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

Por: Ingrid Mosquera Gende

Continuando en la línea de mi anterior post sobre gamificación, hoy deseo poner en cuestión la novedad del llamado Critical Thinking. De nuevo, en vez de juego, gamificación, en vez de correr, running…. pero, en este caso, ¿qué es lo que teníamos en vez de Critical Thinking? ¿y en qué consiste el Critical Thinking?

Desde hace años, se viene indicando la necesidad de que los alumnos aprendan a aprender, hace ya mucho tiempo que la información está en la red, disponible para todos y, por lo tanto, no resulta tan importante el contenido cómo la forma de acceder a él y la capacidad de distinguir lo fundamental de lo accesorio, lo real de lo inventado o las fuentes fiables de las no fiables. Es decir, el estudiante tiene toda la información en internet, pero debe saber buscarla, discernir y decidir sobre su relevancia, para ser capaz de escoger la adecuada, de un modo crítico.

El Critical Thinking, o pensamiento crítico, supone el desarrollo de diferentes habilidades en los alumnos, entre otras, ser capaz de:

  • Analizar
  • Reflexionar
  • Formular preguntas
  • Discernir la fiabilidad de fuentes
  • Definir
  • Explicar
  • Decidir

En esta ocasión, no considero que se esté añadiendo gran contenido a una idea ya existente. Creo que se le está dando un nombre anglosajón, lo que lo hace más atractivo, y pienso que, quizás, en este caso, para lo que sirve esta nueva metodología es para aunar y aglutinar diferentes ideas y pinceladas que se encontraban presentes en la mente de muchos docentes, sin llegar a conceptualizarse y sistematizarse.

Además de eso, estimo que la aportación más interesante del Thinking hace referencia a ofrecer ideas sobre cómo desarrollar esa actitud crítica y esa reflexión en nuestros estudiantes desde el aula. En este sentido, algunas indicaciones al respecto suponen que el profesor debe:

  • Promover la reflexión con preguntas abiertas y hacer que los alumnos se cuestionen el contenido. No hay que creer todo lo que se lee y no todo lo que se nos explica tiene que ser blanco o negro, existen tonos intermedios. Mediante actividades de búsqueda de contenido, por ejemplo, se les puede ayudar a distinguir entre la objetividad y la subjetividad en las informaciones, así como a discernir su relevancia y la fiabilidad de las fuentes.
  • Crear un ambiente motivador en el que el alumno desee aprender, despertando su interés e incentivando su curiosidad, al mismo tiempo que se fomenta su creatividad e imaginación.
  • Conducir a los alumnos hacia su propio aprendizaje, favoreciendo su autonomía y actuando como intermediarios y no como transmisores de contenido, como guías hacia la construcción de su propio conocimiento.
  • Colaborar en el autoconocimiento de los alumnos, ayudándoles a aprender a aprender y a aprender a pensar. No todos los estudiantes tienen los mismos estilos de aprendizaje ni las mismas estrategias o técnicas. Debemos ayudarles a encontrar su propio camino hacia el aprendizaje. Al mismo tiempo, desarrollarán los sentimientos de empatía y tolerancia, implementando la colaboración y la cooperación entre los estudiantes, así como su capacidad de superación de la frustración y del estrés, mediante el autoconocimiento, destacando la importancia de ser positivo y abierto ante nuevos retos y dificultades que se les presenten en la vida, tanto personales como laborales.

Como ejemplos concretos para el aula, se aportan, entre otras, ideas como:

  • Contrastar noticias actuales procedentes de diversos medios, viendo distintos programas de televisión o escuchando diferentes programas de radio – para comparar puntos de vista y enfoques.
  • Establecer debates sobre temas de actualidad e interés para los alumnos – para promover la tolerancia, la empatía, el debate, la escucha activa y el respeto por opiniones diferentes a las propias.
  • Analizar páginas web y otras fuentes – comparando referencias, siendo capaces de valorar su importancia y credibilidad.
  • Definir términos y presentar contenidos oralmente por parte de los alumnos – para crear y construir un contenido propio de calidad, aportando ideas, redactando y explicando de forma adecuada, sea por escrito o de forma oral.
  • Preparar preguntas de examen por parte de los estudiantes – para involucrarlos en su propio aprendizaje, haciéndolos partícipes del mismo, promoviendo la autoevaluación y la valoración del contenido proporcionado, distinguiendo lo principal de lo secundario.
  • Analizar imágenes, fotos o lenguaje no verbal – para desarrollar diferentes estilos de aprendizaje y conocer diferentes estrategias de estudio, acercándoles el arte y haciéndoles conscientes de que el aprendizaje no solo se produce a través de la palabra.
  • Usar metodologías como el aprendizaje cooperativo, la clase invertida, la resolución de problemas o el aprendizaje por proyectos – para fomentar el diálogo, el debate, el aprendizaje por descubrimiento y la autonomía.

Creo que el fin último de cualquier metodología hoy en día debe ser la autonomía. Esa es la pieza fundamental que falta en el puzzle, los alumnos de hoy estudian para profesiones que aún no existen. Por lo tanto, no deberían estudiar para ellas, deberían prepararse para ellas, prepararse para lo impredecible y lo novedoso, sin hundirse al enfrentarse a nuevos retos y a adversidades. Eduquemos a los alumnos para la vida real, una vida que aún no sabemos cómo va a ser, eduquémoslos y preparémoslos para lo impredecible y proporcionémosles las herramientas para un aprendizaje continuo, autónomo y equilibrado.

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/critical-thinking-aprender-cuestionarse-la-informacion/

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Metodologías educativas: ¿por qué escoger solo una?

29 de marzo de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Por: Ingrid Mosquera Gende

En la actualidad, están surgiendo muchas metodologías educativas supuestamente revolucionarias. A grandes rasgos, se puede decir que una metodología tiene que tener en cuenta las diferentes competencias que se quieran desarrollar, al mismo tiempo que debe implementar el aprendizaje de ciertos conocimientos de una materia en concreto, sin olvidar la atención a la diversidad, los diferentes estilos de aprendizaje y los intereses de los alumnos.

Cada una de esas nuevas metodologías defiende que esos objetivos se pueden conseguir mediante su uso. Hasta cierto punto, se podría decir que son aspectos alcanzables, tanto con cualquier metodología como con ninguna. Y es que, al final, en gran medida, un porcentaje muy alto del éxito de una metodología no depende de su teoría, sino de su puesta en práctica, y esa es labor del docente. El profesor es el que va a lograr que una metodología funcione, no por la metodología en sí misma, sino por su manera de aplicarla, por su adaptación a un contexto concreto de enseñanza y aprendizaje, por su flexibilidad y por su capacidad de cambio y reestructuración sobre la marcha. Un profesor es un observador creativo y, en muchas ocasiones, espontáneo: tiene que estar preparado para salir al paso “de lo que surja”, con los recursos que tenga a su alcance.

Sin duda, las denominaciones impactantes con las que se etiqueta a esas nuevas metodologías hacen que nos fijemos más en ellas, con nombres contundentes y llamativos como visual thinking, gamificación, critical thinking o flipped learning, encandilando a los estudiantes con nuevos recursos, materiales y tecnología punta. La teoría metodológica puede ser interesante y atractiva en su presentación, como acabamos de ver, y puede resultar muy útil y motivadora para los estudiantes, pero la práctica depende del docente. Y no es blanco o negro, no es aplicar ocho puntos mágicos o seguir una infografía. Es observar cómo reaccionan los alumnos en cada momento, modificar, cortar una hoja en trozos y escribir rápidamente algo para ampliar una actividad, cambiar el tema porque no resulta atractivo para los estudiantes, usar la pizarra o llevar algo preparado por si internet no funciona…es el día a día.

Además, dependiendo de los estilos de aprendizaje de esos alumnos, de sus distintas personalidades e intereses, puede no resultar tan sencillo. Hasta una metodología basada en la gamificación podría resultar repetitiva o aburrida. Tener en cuenta diferentes metodologías puede aumentar la motivación y las competencias implicadas, preparando al discente para enfrentarse a diferentes formas de enseñanza y aprendizaje, pero nunca debemos perder la perspectiva. En referencia a eso, dejamos una pregunta en el aire, para la reflexión: la metodología o los recursos ¿son siempre un medio o pueden llegar a ser un fin en sí mismos?

Retomando el tema, según los puntos anteriores, creo que no es aventurado decir que cada aula y cada profesor suponen una multimetodología en sí mismos. Y lo veo positivo. Probamos diferentes ideas, experimentamos, buscamos los mejores resultados, los más motivadores para los alumnos.

Pero ninguna metodología es perfecta.

Metodologías tradicionales y actuales se entremezclan, y deben entremezclarse, desde mi punto de vista, para ofrecer una experiencia más enriquecedora para los estudiantes. La autonomía implícita en la clase invertida o flipped learning, la tolerancia y capacidad de trabajo en grupo del aprendizaje por proyectos o del aprendizaje cooperativo, las competencias digitales que acompañan a CALL, la personalización del aprendizaje, tomando en consideración las inteligencias múltiples, o la competencia lingüística en su máxima expresión mediante AICLE o aprendizaje bilingüe o plurilingüe, entre muchas otras posibilidades, como trabajar sin libros de texto o sin asignaturas ni exámenes.

La base del triángulo es el docente. Podemos tener una metodología de cabecera pero, irremediablemente, muchas otras dejarán, y así debe ser, su pincelada a lo largo del curso. Esto enriquece la docencia y amplía las competencias y el aprendizaje de los alumnos.

Un último detalle, dentro de lo posible, que no nos impongan la metodología. Debemos sentirnos cómodos con ella. No todos enseñamos del mismo modo y eso no quiere decir que unos seamos mejores que otros ni que una metodología sea mejor que otra. Podemos tener una metodología y unos recursos modernos, pero el profesor puede ser un portento hablando y ofrecer unas clases magistrales que enganchen a sus alumnos, mientras que todos, docente y estudiantes, pueden perderse con nuevas ideas y recursos. No debemos permanecer anclados en el pasado, por supuesto que no, pero, con una metodología base, sea la que sea, donde nos sintamos cómodos, todo lo demás irá llegando, como siempre, mediante la experiencia y la experimentación.

La multimetodología es un hecho y una necesidad, derivada de la realidad de las aulas y de la increíble y admirable capacidad de los docentes para adaptarse a su contexto. La teoría se construye desde la práctica. La práctica la hacemos los docentes. La innovación está en las aulas. Nos pertenece. Los profesores la generamos, la modificamos y la mejoramos, luego, probablemente, serán otros los que escribirán sobre ella.

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/metodologias-educativas-por-que-escoger-solo-una/

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