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Científicas convertidas en actrices para visibilizar a la mujer en la ciencia

Por: Laura Román

Cinco científicas de la Universidad de Sevilla se ponen en la piel de Hipatia, Ada Lovelace, Marie Curie, Rosalind Franklin y Hedy Lamarr en ‘Científicas: presente, pasado y futuro’. El proyecto está compuesto por una obra de teatro, un cómic y un cortometraje destinados al alumnado de Primaria y Secundaria con el fin de atraer el interés de los estudiantes por la ciencia.

¿Sigue calando el mensaje de ‘las ciencias son para los chicos y las letras para las chicas’? Es cierto que los estereotipos asociados el ámbito científico siguen existiendo y en el caso de la vocación de las mujeres aún es escasa, tal y como indica el último informe de ‘Científicas en cifras’ realizado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

Pero, ¿cómo se puede acabar con dichos estereotipos? Desde el conocimiento y con iniciativas como ‘Científicas: presente, pasado y futuro’: un teatro científico que tiene como objetivo visibilizar el trabajo femenino en la ciencia (tanto en el pasado como en el presente) permitiendo que los estudiantes de Primaria y Secundaria conozcan la labor de cinco científicas del pasado de la mano de cinco mujeres investigadoras del presente, pertenecientes a la Universidad de Sevilla. De esta idea han surgido posteriormente dos iniciativas más: la creación de un corto (una versión audiovisual y resumida de la obra de unos 20 minutos de duración) y el cómic ‘Cientificas’ que funcionan como materiales complementarios a la obra.

La idea

Francisco Vega es el autor de la obra de teatro y también el coordinador del equipo de científicas. Técnico Especialista de Laboratorio en la Universidad de Sevilla, se dio cuenta de que las conferencias en el ámbito universitario relacionadas con la visibilización de la mujer en la ciencia siempre eran para adultos. ¿Cómo transmitir ese mensaje a los niños? “La forma de conectar con el público infantil y juvenil tenía que ser amena y, por ello, se me ocurrió la idea de presentarles a cinco científicas del pasado a través de cinco científicas del presente y usando el teatro para conseguirlo”, cuenta.

Y para ello era muy importante que las actrices que representaran en el escenario a Hipatia, Ada Lovelace, Marie Curie, Rosalind Franklin y Hedy Lamarr fueran científicas reales de la Universidad de Sevilla, donde se representaría la función. “Contacté con la catedrática de la Facultad de Química Adela Muñoz y con María Carmen Romero, Isabel Fernández, Clara Grima y María José Jiménez, docentes de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática para montar la obra, escribir los guiones, elegir las imágenes, la música y decidir el atrezzo”, explica  Vega.
Científicas: presente, pasado y futuro

Llegó el día del estreno: el 11 de marzo de 2016. “Hicimos dos representaciones para un total de 800 estudiantes de Primaria y Secundaria. Creíamos que la idea iba a quedar ahí, pero nos llamaron de los MUNCYT (Museo Nacional de Ciencia y Tecnología) para representar la obra y después seguimos en la Escuela de Informática, en otros centros de nuestra universidad y en varias universidades más”, explica Vega.

La llegada del comic ‘Científicas’

El cómic ‘Cientificas’ tiene dos objetivos fundamentales: servir de utilidad tanto a los centros que van a ver la obra como a los que no pueden asistir: “Queríamos llegar a los centros educativos que no tuvieran plaza para que pudieran trabajar esta actividad en el aula (ya que el cómic cuenta con una guía didáctica con actividades). Y para los que sí tienen la oportunidad de vernos, se trata de un material de trabajo para preparar la actividad antes de venir o para seguir trabajando en el aula después de disfrutar la obra”, subraya Vega.

Cómic Científicas

El cómic también se puede emplear en distintas materias. Como indica su ilustradora Raquel Gu: “Puede utilizarse para trabajar en clases de historia, para reforzar la comprensión lectora e, incluso, para adaptarlo como obra de teatro en el aula”.

El aporte educativo: el mensaje

María José Jiménez es matemática y profesora titular en la Universidad de Sevilla, además de una de las actrices. En su opinión, el mensaje que mejor resume esta iniciativa es claro: “Dar visibilidad a las mujeres dedicadas a la ciencia y a la tecnología. Solo si se visibilizan en estos papeles, de forma natural, se pueden alcanzar estas metas”. Además, propone que en el aula se haga uso del cómic a través de una lectura colectiva o como guion para que los estudiantes representen alguna parte de la obra.

«Ellas son el pasado. Nosotras representamos el presente. Pero lo mejor, está por llegar. Porque con vosotros y vosotras comienza el futuro». Así finaliza la obra y también es el mensaje que destaca Isabel Fernández, otra de las actrices, matemática y profesora titular en la Universidad de Sevilla. “Creo que sintetiza muy bien el espíritu de la obra. Dar a conocer a las científicas del pasado, pero también mostrar a las científicas del presente, para proporcionar referentes reales y cercanos, y fomentar el interés por la ciencia”.

Una cuestión que esta matemática hila con un último mensaje y que va dirigido a las chicas que quieren dedicarse a la ciencia en un futuro. “Les diría que no se dejen llevar por estereotipos, porque aún hay muchos, a veces son sutiles y cuesta detectarlos. No hace falta ser súper brillante, ni ser alguien competitivo, ni, por supuesto, renunciar a tener una vida completa”, finaliza.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/cientificas-convertidas-actrices-visibilizar-mujer-ciencia/15

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La Teoría del Aprendizaje Social: en qué consiste y cómo se aplica

Por: Laura Román

Aprender un deporte, cómo comportarse alrededor de una mesa o incluso cómo cepillarse los dientes forman parte de un aprendizaje inconsciente e implícito en todos los seres vivos conocido como Aprendizaje Social y que el psicólogo Albert Bandura ya descubrió hace unos décadas.

¿Puede un niño en edad infantil reaccionar de forma violenta ante un muñeco? ¿Más aún cuando un adulto ha actuado de esta manera? Así lo comprobó el psicólogo canadiense Albert Bandura, padre de la Teoría del Aprendizaje Social, con el experimento del ‘Muñeco Bobo’ entre los años 1961 y 1963.

En este experimento, un grupo de adultos fueron grabados mientras se relacionaban de manera violenta con un muñeco de plástico y con apariencia de payaso. Después, un grupo de niños de entre tres y cinco años de edad procedentes de la guardería de la Universidad de Stanford visualizaron las imágenes y entraron en contacto con el muñeco. Por otra parte, otro grupo de niños de la misma edad no las vieron. ¿El resultado? Los niños que sí habían visto los comportamientos agresivos actuaron de la misma forma, incluso idearon nuevas maneras de agresividad ante el muñeco; mientras que los no las habían visto tuvieron una conducta tranquila y normal con Bobo.

Con este experiencia, Bandura pudo demostrar en qué consiste la Teoría del Aprendizaje Social, también conocida como Aprendizaje Vicario o de Observación. “Es un aprendizaje básico e inconsciente ya que obtenemos información sobre las conductas y la manera de comportarnos a través de la observación”, señala el psicólogo Rafael Guerrero.

El aprendizaje de un modelo

Tal y como indica Guerrero, esta teoría se centra en el Aprendizaje Social inconsciente e implícito con el que contamos todos los seres humanos y que está relacionado con las personas que conforman nuestro entorno. “Aprendemos un modelo. No es lo que me cuenta el profesor sino cómo me lo cuenta”.

Así, el psicólogo lo destaca como un aprendizaje muy potente, que en el caso del aula, puede incluso conllevar una serie de riesgos: “Un profesor está haciendo que 30 personas estén aprendiendo de manera simultánea determinadas habilidades y eso tiene un riesgo. Si el docente lleva a cabo un comentario desafortunado o una mala conducta ante sus estudiantes, eso también se aprende”.

Aprendizaje Social

De este modo, los niños y los adolescentes son capaces de extraer como enseñanzas las conductas, maneras de relacionarse con los demás o comportamientos de los adultos en las distintas parcelas de la vida (hábitos de higiene o formas de comportarse en determinados momentos, por ejemplo) y sin darse cuenta de ello.

Guerrero pone como ejemplos la enseñanza de un deporte o hábitos propios del entorno doméstico.“¿Cómo aprenden los niños a cepillarse los dientes? Primero se dan cuenta del hábito y luego adquieren la habilidad: cogen el cepillo, echan la pasta y se cepillan de la misma forma que sus padres o hermanos…” O incluso la forma de comportarse alrededor de la mesa. “La socialización comienza en la mesa. Aprendemos a comunicarnos, a expresarnos, conocemos los tiempos de espera o incluso nos frustrarnos alrededor de la mesa”.

Niños y adolescentes: los que más aprenden por observación

Albert Bandura señala en su teoría la curiosidad y las expectativas como un factor determinante para que este tipo de Aprendizaje Social funcione. “El neonato viene con una emoción básica que se llama curiosidad, la que te abre las ventanas para prestar atención y aprender”, explica Guerrero. Es decir, el bebé va almacenando modelos y conductas de su entorno adulto que, aunque no recuerde cómo las adquirió, les puede influir en el futuro.

En relación a los niños con necesidades especiales, como los estudiantes con autismo, Flor de Liz Santiago, trabajadora social y experta en este trastorno, indica que estos niños también reproducen comportamientos que han adquirido por observación, aunque se les enseñe de un modo distinto: “Los niños con TEA, por ejemplo, aprenden mejor a través de las imágenes porque para ellos son más visuales. Se puede enseñar a un niño con autismo cómo tiene que lavarse las manos reproduciendo dicha conducta, pero con ilustraciones. Para ello es necesario conocer las necesidades de cada uno, sus áreas de fortalezas y sus limitaciones”.

La no necesaria figura del referente

Es cierto que los referentes, en el caso de los adolescentes, juegan un papel importante a la hora de adquirir un modelo de comportamiento o conducta. Sin embargo no es del todo determinante para adquirir conductas que provengan de este aprendizaje. “Los adolescentes se desvinculan de los padres para vincularse a otros modelos, que pueden no conocer como su cantante o deportista favorito, pero también entre iguales”, destaca el psicólogo.

Aprendizaje social referentes

Además puntualiza que cualquier persona ‘lanza’ aprendizajes de manera constante y que pueden ser captados sin necesidad de ser considerado un referente. “Se da a lo largo de todo el proceso vital y tanto lo bueno como lo malo se puede aprender a través de este tipo de Aprendizaje Social”.

Fuente e imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/teoria-aprendizaje-social-consiste-como-se-aplica/
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Entrevista a Joaquín Ortega: “La crianza consciente es una crianza a favor de la familia”

Por: Laura Román

Para Joaquín Ortega, la crianza consciente forma parte de la ‘edad invisible’, el primer periodo vital de los niños hasta los tres años de edad y que revela elementos cruciales para el crecimiento de los niños. Pero, ¿por qué tiene que ser esta edad ‘invisible’? Nos lo cuenta en esta entrevista.

La llegada de un nuevo miembro a la familia siempre conlleva grandes cambios para los adultos. Y así lo analiza el educador  y escritor Joaquín Ortega en su libro ‘La edad invisible. Crianza consciente en la primera infancia’ poniendo especial atención a la etapa comprendida entre los cero y los tres años de edad.

Pregunta: Afirma que la ‘edad invisible’ es esa etapa que abarca los tres primeros años de vida. ¿Invisible para los niños o para las familias? ¿Por qué razón ocurre?

Respuesta: La llamo la ‘edad invisible’ porque comprende tres años de adaptación vertiginosa y esa intensidad es la responsable de que, en ocasiones, esta etapa pase desapercibida. Las familias actuales viven una realidad que se desenvuelve a una velocidad frenética y se ven sometidas a muchas presiones. Estas presiones tienen una vertiente tanto externa, por exigencias profesionales y sociales, como interna, por las propias expectativas que tienen las familias, tanto de ellos mismos como padres como del bebé en su figura de niño ideal en que esperan que se transforme. Esto acelera el ritmo en el que se desarrolla la crianza, y evita la calma y serenidad que preceden al verdadero disfrute que puede obtenerse en esta etapa.

P: Dicho concepto lo relaciona con la crianza consciente, ¿en qué consiste?

R: Es a la vez un viaje y un ejercicio de introspección, es tomar la decisión de detenernos a considerar el cambio que supone incorporar un nuevo miembro a nuestra familia. En un ritmo vertiginoso y pese al sacrificio y la entrega de las familias, se pierden de vista en ocasiones las necesidades de los más pequeños porque les incorporamos a nuestro propio ritmo de vida, a nuestra prisa.
crianza

P: ¿Cuáles son los pasos que seguir para que ese periodo no pase por alto?

·         Observación. Estos años pasan desapercibidos porque nos olvidamos de observar a los bebés mientras juegan, mientras se relacionan con el mundo. Prestar atención a sus frustraciones sin facilitarles el éxito ni evitar el fracaso, comprobar su reacción frente a los estímulos, entender sus ritmos… Observar para conocer quién es el niño o niña que tenemos a nuestro lado, sin proyectar en él o ella los deseos que tenemos todos para nuestro hijo o hija ideal.

·         Acompañamiento. Es estar a su lado sin intervenir. No significa atender todos sus deseos tan pronto los expresan, sino descubrir sus necesidades y satisfacerlas para que se sientan queridos y seguros, dentro de unos ritmos y límites sanos y acordes con la familia a la que pertenecen.

·         Juego libre. El juego es la clave, la herramienta fundamental para entender y acompañar a los niños y niñas entre 0 y 7 años. Un juego libre, a través del cual empezarán a relacionarse con el mundo y con las personas que les rodean, pero no por ello caótico, sino acorde a sus aptitudes y habilidades, a sus ritmos.

«La ‘edad invisible’ comprende tres años de adaptación vertiginosa y esa intensidad es la responsable de que, en ocasiones, esta etapa pase desapercibida»

P: Habla de ‘ajuste’ cuando las familias y los educadores tienen que entender y adaptarse a las necesidades de los niños en la primera infancia. ¿Cuál sería el ‘ajuste educativo’ correcto para estas edades?

R: Las necesidades básicas de un niño son: alimentarse de forma saludable, descansar el tiempo necesario, estar y sentirse limpio, disfrutar de un entorno seguro (en lo físico y en lo emocional) y jugar. De este modo, la calidad en los alimentos es directamente proporcional a la calidad del combustible que necesitan nuestros hijos. Pero no sólo es importante lo que comen – apostando siempre por la calidad y la variedad – sino cómo lo comen, por eso, es importante transmitir valores relacionados con los tiempos dedicados a la comida.

El descanso es un punto de fricción en las familias, dado que es muy difícil poner en común los horarios de los adultos con los de los más pequeños, y ahí es donde entra el trabajo de gestión de tiempos, la previsión por parte de los adultos. Pero en esta tarea no están solos: es función de los educadores acompañar a las familias en este proceso y ayudarles en la coordinación y adaptación de todos los miembros de la familia a un nuevo ritmo común.

En el equilibrio niño-adulto está el cuidado: el niño tiene que pasar de momentos en que está sucio a que luego el adulto le asista a limpiarse, generando entonces el entendimiento de la existencia de un proceso en el que el niño puede ensuciarse porque luego el adulto le ayudará en el aseo.

Y jugar, jugar y jugar. El juego es así de importante porque es el trabajo de los niños y niñas. Los niños que juegan crecen en autoestima, calma, habilidad, felicidad, en la fortaleza de su propio físico. Para ellos todo lo que hay es el juego, con la ventaja añadida de que cada minuto que están jugando están creciendo, se están desarrollando.

P: ¿Es necesario que los niños hasta los tres años tengan una rutina? ¿Cuál es su función?

R: Los ritmos, adecuados al momento en que esté el niño o niña le dan seguridad, pero en esta búsqueda del ritmo no debemos olvidar la observación a la necesidad del momento y atenderla. ¿Cómo saber en qué momento está nuestro hijo o hija y qué ritmo necesita? Mediante nuestra atención, observación, escucha y estableciendo unos límites coherentes, firmes y, por supuesto, en los que nosotros creamos.

crianza familia

P: ¿Cuáles son los aspectos emocionales que hay que cuidar en esta, ‘edad invisible’?

R: Estos primeros años sientan las bases de la relación con nuestros hijos e hijas. Dentro de sus necesidades básicas está la seguridad y el amor; con nuestra entrega podemos atender su salud emocional y cultivar una relación sólida mediante:

  • La prioridad por el cuidado. En estos primeros años de vida es fundamental el sueño, la alimentación, la higiene; lo son ahora y lo serán el resto de la vida. Darles la importancia que tienen, y sobre todo hacerlo con amor, ayudará a crear unos hábitos y entornos saludables.
  • La comunicación. En un principio será fundamentalmente no verbal por su parte, por la nuestra hay que intentar comunicarnos con ellos de forma sincera, tanto en lo que decimos como en la coherencia entre lo que decimos verbalmente y lo que comunicamos con nuestros gestos. Además, hay que intentar comunicarnos siempre desde el respeto.
  • Comprensión. Intentar ponernos en su lugar, comprender dónde y cómo está el niño o niña. Podemos no compartir o no estar de acuerdo, pero hay que intentar tener presente que, para él o ella, en su situación, en el momento que está viviendo, es algo importante.
  • Confianza. En el niño, en su capacidad, en lo que nos transmite; estar ahí para lo que necesite demostrando que puede confiar en nosotros. Confianza también en nosotros mismos, en lo que hacemos y queremos para nuestro hijo o hija.

P: ¿Podría darnos tres consejos o prácticas educativas para las familias con hijos de 0 a 3 años?

R:  Ritmos. Cada familia tiene un ritmo, que es el correcto siempre y cuando esté en línea con la esencia de cada uno de sus miembros, con quiénes son y no con las exigencias ni las expectativas que reciben. Saber adaptarse a los ritmos de un nuevo miembro en la familia sin perder estos ritmos propios.

Belleza. Una práctica indispensable es la diversión. Siento que es esencial divertirse mucho en familia. Si los adultos conseguimos pasarlo bien mientras acompañamos a nuestros hijos en actividades como las comidas, el juego, el aseo…, entonces los niños se divertirán con nosotros. El amor en familia se alcanza en los momentos más insospechados, disfrutemos de la belleza de compartir los actos y momentos sencillos.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/joaquin-ortega-crianza-consciente-es-crianza-a-favor-familia/

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La escucha activa: respeto, empatía y concentración en el aula

Por: Laura Román

Escuchar de manera activa conlleva una serie de habilidades relacionadas con la empatía, el interés o la concentración hacia lo que nos están contando. Explicamos en qué consiste y cómo aplicarlo con el alumnado o los hijos gracias a los consejos de la psicóloga Rocío Rivero.

Oír no es lo mismo que escuchar. Según las definiciones de ambos conceptos en la RAE, oír es, literalmente, “percibir con el oído los sonidos” mientras que escuchar es “prestar atención a lo que se oye”. El segundo de los términos se puede aprender a través de la ‘escucha activa’, una práctica que trata de enseñar a los seres humanos a realizar dicha acción desde la compresión y que requiere una serie de habilidades que se pueden entrenar en el aula o en familia, como la atención, la participación, la empatía o la concentración.

¿En qué consiste la escucha activa?

Esta forma de comunicación interpersonal, que fue creada por el psicólogo estadounidense Carl Rogers en la década de los cuarenta, se centra en aprender a escuchar. Para ello y según explicó el propio Rogers: “Escuchamos no sólo con nuestros oídos sino con nuestros ojos, con nuestra mente, corazón e imaginación”. Es decir, este tipo de técnica se basa en una serie de comportamientos por parte del oyente que preparan a la persona para escuchar y para concentrarse en el mensaje de su interlocutor realizando un vínculo especial con sus emociones.

escucha activa

La escucha activa requiere de atención, intención y también de la capacidad para no juzgar al otro. Rogers declaraba que la tendencia natural del oyente de evaluar al que está hablando o de aprobar o desaprobar lo que está diciendo lo consideraba como una de las principales barreras en una comunicación interpersonal de éxito.

¿Cómo se puede aplicar en el aula?

Rocio Rivero es psicóloga y muchos de los centros educativos en los que trabaja ponen en práctica la técnica de la escucha activa entre los estudiantes por los beneficios que aporta en distintos aspectos académicos y personales. “La escucha activa favorece la asimilación de contenidos porque obliga al estudiante a estar atento no solo al mensaje, si no también a los gestos y a las emociones de la persona que nos lo está transmitiendo. Y cuando conectamos un contenido con las emociones, el proceso de aprendizaje mejora ya que se fija en la memoria”.

escucha activa aula

Rivero también establece una serie de aspectos positivos en el propio desarrollo personal de estudiante: “El alumnado que practica la escucha activa es más respetuoso con los demás, desarrolla un buen grado de empatía con la persona a la que está escuchando y tiene más seguridad en sí mismo porque siente que lo que cuenta es interesante para sus compañeros”.

La experta aconseja introducir esta técnica en el aula a través del juego o establecer una serie de indicaciones para comprobar que el alumnado está atendiendo realmente. “Hay que hacer hincapié en que los estudiantes miren a la persona que está hablando para enterarse bien de lo que está diciendo y cómo lo está diciendo. Por ejemplo, podemos pedirles que tomen notas porque serán ellos quienes tengan que exponer un tema al resto de compañeros”.

En el caso del alumnado de Infantil se puede hacer uso del dibujo. “Tras escuchar lo que se le dice, tendrán que dibujar algo relacionado con ello, además de una carita con la emoción que han sentido o creen haber sentido mientras el docente les hablaba”.

Mensajes ‘activos’

La escucha activa se fomenta a través de características basadas en el interés, la no interrupción y el entendimiento hacia el interlocutor. Para aplicarla en el aula o en casa, Rivero propone colocar un tablero en la pared con mensajes como los siguientes:

  • ‘No se puede interrumpir al que habla’
  • ‘Cuando alguien habla, el resto escuchamos sin juzgar’
  • ‘No puedo estar hablando todo el tiempo. Tengo que dejar tiempo para los demás’.
  • ‘Cuando no entiendo algo lo pregunto y no me quedo con la duda’.
Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/educacion-emocional/escucha-activa-respeto-empatia-concentracion-aula/118929.html
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