09 de septiembre de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com
En la actualidad, los maestros/as están llevando la educación en la línea de la investigación, la manipulación, el trabajo cooperativo y todas esas líneas metodologías que forman parte de las pedagogías alternativas y que cada vez más se están trasladando a los colegios públicos y concertados.
Basta poner en el gran “sabelotodo” Google la palabra huerto infantil y vemos como aparecen miles de páginas basadas en este tipo de actividad en los colegios con millones de ideas sobre qué plantar, dónde y cómo hacerlo con niños. La posibilidad de tener un huerto en el colegio o en el aula aporta una serie de oportunidades y experiencias a los niños para construir muchísimos aprendizajes y no sólo aprendizajes de jardinería, horticultura y botánica.
Pero no sólo podemos realizar esta actividad en colegios o actividades extraescolares, también podríamos plantearnos tener un huerto en casa para trabajar con nuestros hijos y utilizar esto para tener la posibilidad de comer alimentos cultivados por nosotros. ¿Sabéis de que modo sube esto el autoestima y la motivación de los más pequeños?
¿Qué nos puede aportar un huerto escolar?
El huerto escolar es un recurso que nos facilitará la consecución de objetivos, entre otros muchos, tales como:
- Aportar a los niños la experiencia de obtención de productos que consumen en la vida diaria.
- Favorecer hábitos de cuidado, respeto y mantenimiento.
- Conocer experimentalmente el proceso de crecimiento de las plantas.
- Favorecer la autonomía, la motricidad y la observación a través del uso de herramientas necesarias para el cultivo.
- Dar importancia a los alimentos naturales cultivados en relación con el medio ambiente.
- Valorar el trabajo en equipo y aprender de los errores (cuando una planta no germina).
La creación de un huerto escolar es un recurso motivador y altamente estimulante que nos aporta de manera global otros muchos conocimientos: aprendemos vocabulario relacionado con el huerto y leemos información sobre la plantación de unas u otras plantas (lengua), contabilizamos semillas y plantas (matemáticas), nos relacionamos con el entorno, desarrollamos actitudes de cuidado medioambiental, elaboramos actividades relacionadas con el consumo, la alimentación, el reciclaje, etc.
Además de todo esto, el huerto fomenta la actitud investigadora de los más pequeñoshaciendo que los alumnos propongan dudas, pregunten, comprueben si algo funciona o no, conecten ideas, resuelvan problemas y saquen sus propias conclusiones. Dependiendo del nivel serán preguntas, dudas y conclusiones más o menos elaboradas.
Así mismo, podemos ver cómo favorece el trabajo colaborativo y cooperativo: se irán rotando las actividades (regar, plantar, limpiar las malas hierbas, recoger verduras, etc.), solucionando las problemas que surjan, consiguiendo que los alumnos sean los verdaderos protagonistas.
Ya tenemos claro que es altamente motivador y muy útil en el ámbito educativo, pero ¿es fácil tener un huerto escolar? ¿Y si no tenemos espacio? ¿Y si no tengo conocimientos sobre huertos?
Actualmente tenemos la suerte de tener internet y esto nos aporta la posibilidad de tener toda la información a nuestro alcance y encontrar un millón de páginas y recursos, pero yo me quedo con los siguientes por la utilidad que aportan al tema:
- El huerto de Pelo y Tola: Sergio Moreno Delgado y Maite Fernández del Olmo nos han diseñado este cuento para empezar un huerto infantil en casa o en el cole. En primer lugar encontramos un cuento para poder ubicar a los más pequeños en lo que vamos a hacer para poder pasar a la segunda parte formada por actividades para jugar en el huerto. Así mismo cuenta con una serie de consejos para cultivar teniendo en cuenta la ubicación (interior, exterior, etc.) y la época del año.
- El huerto en casa al estilo Montessori: Cristina Tébar, conocida por su libro Montessori en casa. El cambio empieza en tu familia, nos trae esta guía práctica e ilustrada que te muestra actividades para cultivar un huerto urbano dispongas o no de un espacio grande en el patio, da opciones para plantar en macetas para colocar en la ventana e incluso en el interior. Así mismo, aporta una guía de hortalizas, verduras y plantas aromáticas con fotografía y sus características para que sea cual sea tu ubicación geográfica puedas elegir qué plantas son más adecuadas por las características ambientales de las que dispongas (humedad, luminosidad, etc.)
Estos dos recursos nos muestran que no es necesario poseer un gran espacio, ni una situación ambiental idílica, ni unos recursos exagerados… Sólo hacen falta ganas de trabajar y mostrar a tus alumnos que con la propia experiencia podemos aprender cosas maravillosas.
Además de estos recursos, encontramos en la red muchísimas experiencias realizadas en colegios, donde nos cuentan cómo lo han llevado a cabo, consejos para ponerlo en práctica, en qué han fallado y cómo podemos mejorar esa experiencia.
Fuente artículo: http://blog.tiching.com/tener-un-huerto-escolar-es-posible/