SER maestro, SER humano

Por: Ventura Alfonso Alas* 


Ser maestro significa construir, en el espíritu y la inteligencia del niño,
el panorama cultural necesario para capacitar
su ser en el nivel social contemporáneo.
Ojalá que quienes leen estas líneas hayan encontrado
alguna vez un verdadero maestro, uno que sentía su misión;
que la vivía. Un maestro como deberían ser todos los maestros.
El hombre es inteligencia, pero también sentimiento,
y anhelo metafísico, y sentido religioso.
Julio Cortazar, Esencia y misión del maestro, 1939.

A propósito he querido dejar pasar el día célebre para el día del maestro en El Salvador (22 de junio). No ha sido casualidad, porque entre otras razones quería aprovechar para saludar a todo el magisterio latinoamericano a través de este espacio; ya que en otros países tiene fechas distintas su celebración.

Por primera vez en El Salvador se estableció un “receso educativo” de una semana, comprendida entre el 20 y el 24 de junio. No dejaron de haber maestros y directores desconcertados, el fin de semana previo aún había incertidumbre. Nunca se había dado una semana de receso en ese marco.

Han habido celebraciones individuales, grupales, institucionales (escolares) y a nivel ministerial (departamentales y nacional). Han participado financieras, empresarios, diputados, alcaldes, gobernadores y evidentemente los titulares del ministerio de educación de diferentes jerarquías.

Todos los participantes (discursantes) han coincidido en agradecer la labor docente, que es una profesión poco valorada por la sociedad, que el maestro representa la columna vertebral del sistema educativo, en la necesidad de dignificar la labor docente… mariachis y otros géneros musicales han desfilado por los escenarios de las celebraciones, regalos sorpresas y refrigerios; ha sido la tendencia.

¿Y ahora qué sigue? Justamente esta semana, los maestros han retomado labores en las parvularias, escuelas e institutos de todo el país. Reconozco y valoro todo esfuerzo que vaya encaminado a festejar a los compañeros docentes, a (re)conocerles su labor social, la importancia que tienen en el tejido de la sociedad… Sin embargo será muy importante cuestionar(nos); sobre la relevancia que debería tener esta fecha en el marco de reflexiones profundas que nos encaminen a la transformación de este sistema educativo salvadoreño.

Desde que me he dedicado a estudiar educación y ejercer la docencia en diferentes niveles educativos; voy leyendo y escuchando voces sobre la necesidad de reformas educativas que transformen la educación de este país. Ya he transitado varios esfuerzos, desde la reforma educativa del año 95, que representaba en aquel momento un instrumento de transformación y que respondía a la necesidad de formar una sociedad que apenas había firmado los acuerdos de paz.

De allí en adelante muchos cambios se han incorporado, planes y proyectos se han diseñado en diferentes escritorios; consultores internaciones (de distintas financieras multilaterales) han visitado los despachos ministeriales para asesorar sobre lo mejor que le conviene al país en materia educativa. El currículum nacional (programas de estudio), la evaluación, inglés, computación, formación inicial y actualización docente… han sido los principales temas en el debate gubernamental.

Parece que todos los sectores de la sociedad coincidimos en la importancia de la educación, que se deben inyectar más recursos, que se deben mejorar salarios a los maestros, que se debe mejorar la infraestructura de las escuelas, cualificar los recursos de aprendizaje… ¿Reforma educativa? ¿Reforma curricular?

Desde los acuerdos de paz para acá, en la memoria educativa más reciente; cuanto plan, programa o proyecto ha sido diseñado y ejecutado; también ha sido llamado a desaparecer en cuanto surge uno nuevo. Pareciera que aparecen y desaparecen como las modas. ¿Será que solo hemos estado cambiando los odres? ¿Que el producto sigue siendo el mismo y reemplazamos el empaque?

Ahora mismo será muy importante reflexionar como magisterio salvadoreño si nuestra forma de ejercer la docencia, nuestros enfoques educativos, nuestra manera de compartir los aprendizajes siguen siendo los mismos de hace 20 ó 30 años. ¿Estamos haciendo hoy lo mismo que hicimos ayer y haremos mañana lo que hacemos hoy?

Evidentemente la pandemia por covid-19 ha venido a destapar las debilidades del sistema educativo que intentamos ocultar por muchos años, nos desnuda y nos coloca nuevos retos y desafíos en relación a la educación en modalidad virtual. Reconozco la gravedad del problema y en medio de todo esto pedirle al maestro que mejore su práctica educativa pareciera injusto; sin embargo, demostrado está que todos los cambios que se han inyectado bajo decreto y con un efecto cascada han estado condenadas al fracaso, parcial o total.

Como lo he dicho antes, para mejorar el sistema educativo pasa por resolver los principales problemas estructurales que tiene esta sociedad, es una tarea titánica, se han tirado gobiernos y colocado otros con esas esperanzas y finalmente esos sueños quedan petrificados en esas urnas.

Por eso hay que SER maestros. Considero desde mi limitada experiencia colocar en este espacio de debate al menos 4 dominios básicos para ejercer la docencia, el orden en que los presento no corresponden a una jerarquía de prioridad, se complementan entre sí:

  1. Dominio Curricular: Me parece imprescindible que un maestro debe tener claridad no solamente de ¿qué enseñar? ¿quién aprende? ¿Cómo aprende? ¿cuándo enseñar? y otros cuestionamientos a que nos somete el currículum nacional; sino también a los enfoques que está adscrito.

Elemental es que el maestro de ciencias sociales domine geografía, economía, sociología, ecología…; que el maestro de lenguaje lea, escriba, cuente cuentos, relate historias y leyendas, declame poesía…; que el especialista de matemáticas, sea matemático; que las ciencias naturales estén en manos de profesores que sepan de biología, de ecología, de química… Me refiero a que el maestro encargado de una disciplina o un grado específico tengan el dominio curricular-disciplinar del área que le corresponde compartir. Claro está que el maestro no es todólogo, pero debe tener dominio elemental de su asignación en el aula.

  • Dominio Metodológico: ¿Cómo compartir los conocimientos? ¿Cómo construir caminos que nos lleven al conocimiento? Estos cuestionamientos nos llevan a puntualizar que es importante que el maestro disponga de un abanico de posibilidades para dinamizar sus clases. Mucho se habla del tedio y aburrimiento de los estudiantes, de metodologías tradicionales y activas. De enseñanza, de aprendizaje.

Claro está que no voy recomendar algo específico porque estoy en contra de las recetas educativas, de los libretos ministeriales. Construir nuestra propia metodología ya es un buen camino. En sintonía con el dominio anterior, si hay que preguntarnos si metodológicamente estamos desarrollando un currículum o simplemente  ejecutamos un libro de texto.

Cabe preguntarnos si estamos en un proceso de extensión o comunicación.

  • Dominio para la disciplina escolar: Muchos de los problemas escolares se originan por la falta de referentes teóricos y prácticos por parte de los docentes para canalizar emociones y expresiones de los estudiantes, así como resolver conflictos específicos en el aula o escuela. Un grito o una risa escandalosa de un estudiante han sido, en muchas ocasiones, motivos para merecer un castigo.

No estoy juzgando, ni mucho menos condenando a los colegas maestros, reconozco la carga de emociones a lo que son sometidos diariamente; por sus estudiantes, por los padres y madres de familia y en muchas ocasiones incluso desde sus mismos compañeros de trabajo. Esta situación ubica al maestro en una posición que le exige formarse y aprender lecciones de su propia práctica para mejorar permanentemente la relación docente-estudiante-padre o madre de familia.

  • Comunicador: Por excelencia, el dominio de la palabra, independientemente del nivel o área en que se desenvuelva el maestro; saber expresar con claridad de manera expedita, concisa y precisa sus ideas; sin duda que será un eje que va a vertebrar todo su quehacer docente. Saber comunicar(se) por escrito y de forma oral e impulsar esa relación dialógica con sus estudiantes, le permitirá avanzar hacia un rol como problematizador del proceso de construcción del conocimiento.

Avanzar de una pedagogía de la respuesta (a preguntas que los estudiantes no se hacen), a una pedagogía de la pregunta, nos coloca en la ruta del conflicto cognitivo.

Podría enlistar cualidades que haya leído en algún lado que considero que debe cumplir un perfil docente. Copiar un decálogo y ampliar su conceptualización. Este escrito no pretende ser un libreto. Intento colocar en el debate elementos poco visibilizados en estos contextos.

No quiero repetir frases y retórica trillada para el maestro, pero es indudable que nuestra labor está directamente relacionada con la actividad humana, con el crecimiento intelectual, con las habilidades y destrezas de un individuo, con el fortalecimiento emocional y espiritual de la sociedad. Todo esto nos obliga a SER humanos.

En cada espacio que tenemos con nuestros estudiantes, nos encontramos con la obligación legal y moral de seguir construyendo esta humanidad, de continuar tallando al ciudadano, de hacer educación prohibida si es necesario y posible (popular alternativa). Dejar de competir, porque cooperar es esencia humana.

*Subdirector del Portal Insurgencia Magisterial para El Salvador. Chalatenango. El Salvador


Fuente de la información e imagen: https://insurgenciamagisterial.com

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Educación y cooperación: la importancia de las ciencias sociales en la educación básica

Por: Ventura Alfonso Alas

Desde que me inicié como docente en 2002 en una escuela rural, pude constatar que a nivel sistémico las ciencias sociales estaban en un segundo plano, si de categorizarlas se tratara. Luego seguirían Educación Física y Artística. Pero para efectos de este análisis vamos a concentrarnos en Estudios Sociales. Esta clasificación no corresponde a algo prescrito por el MINED, sino más bien a pautas que ha venido dando el sistema educativo salvadoreño.

Mientras que Ciencias, Lenguaje y matemática tienen 5 horas clases asignadas semanalmente; Estudios Sociales solamente tiene 4. En un año se acumulan 40 horas presenciales menos con que cuenta estudios sociales. Este ya corresponde a un elemento de análisis que si se trata de las limitantes del tiempo escolar ¿Por qué entonces no se le resta a matemática? ¿Por qué no se sacrifica ciencia o lenguaje? ¿Por qué tiene que ser Estudios Sociales? Los teóricos y tomadores de decisiones tendrán sus propios argumentos. No pretendo generar una polémica en donde se defiendan o ataquen las disciplinas y su grado de importancia, más bien quiero poner sobre la mesa del debate elementos de reflexión y que juntos vayamos construyendo preguntas y respuestas.

El Ministerio de Educación no solamente de manera implícita, sino de forma explícita habla del fortalecimiento de Matemática y Lenguaje. Nuevamente surge la pregunta ¿Por qué no fortalecer Estudios Sociales? Hay todo un proceso de monitoreo sobre el avance de estas dos disciplinas desde el primer grado. Programas especiales dedicados al cálculo y la lecto-escritura que se ejecutan año con año; ¿Y para Estudios Sociales? Se desarrollan además las escuelas talento, donde se profundiza el conocimiento de matemática y ciencia.

Después de varios años en la escuela pública he podido constatar la necesidad de disponer de más tiempo y recursos para hablar de política, de economía, de historia, de geografía, de sociología, de derechos humanos, de ecología… con los niños y jóvenes. La presión programática de contenidos de las otras disciplinas limitan el desarrollo de lo esencial de la educación, las ciencias sociales.

Con todos estos elementos en mente planteados anteriormente, en el año 2014 emprendí un proceso de investigación sobre la actitud cooperativa en el aprender de Estudios Sociales con jóvenes de tercer ciclo de educación básica en el Centro Escolar San Antonio Los Ranchos de Chalatenango. El resultado que valoré como de los más esenciales en esta investigación sería cambiar no solamente la forma de abordar el proceso de aprendizaje, sino también el enfoque educativo. Aprendizaje por Enseñanza, cooperar por competir.

Entre otros hallazgos cuali-cuantitativos, a continuación destaco algunos apuntes de reflexión sobre los cuales se consideran a las Ciencias sociales como la piedra angular de la educación:

  1. Las ciencias sociales se encargan de estudiar al hombre en sus relaciones: su historia, sus pensamientos, su expresión… Debe ser entonces este el punto de partida para el desarrollo de las demás disciplinas. Desde la parvularia y los primeros grados de escolaridad, durante el proceso de aprendizaje de lecto-escritura al escribir o leer mecánicamente la palabra ´casa´ analizar este término en toda su dimensión.  Los procesos de lecto-escritura deben estar acompañados de profundas reflexiones a través del diálogo, de manera que se logre la comprensión de un término por simplista que parezca. Es decir, se puede ir avanzando del analfabetismo absoluto y funcional a una alfabetización verdadera.
  2. Para la biología lo que le da sentido a la vida es el conjunto de cñelilas y organos que conforman el cuerpo, los religiosos abogan por el alma y el espíritu. Las ciencias sociales construyen a las personas como seres complejos, son las que le dan contenido al ser humano y su historia. ¿Cómo entenderíamos los movimientos sociales? ¿Las relaciones económicas? ¿El comportamiento de los partidos políticos? ¿Cómo explicaríamos las invasiones y las guerras civiles? Ya el fallecido maestro uruguayo Eduardo Galeano diría que estamos hechos de historias.
  3. La Cooperación genuina se inscribe como uno de los valores que determinan la convivencia entre los seres humanos, su esencia rescata el valor de las (inter)relaciones entre los miembros de una sociedad entre sí y con la ecología. Las ciencias sociales pueden aportar al análisis de este enfoque de vida y plantear alternativas.
  4.  Metodológicamente también se puede partir de un enfoque de cooperaci genuina como base de todo proceso de aprendizaje en la educación básica. Ningún aprendizaje se construye en el vacío o de manera soltaria; se necesita de la mediación entre los sujetos para producir aprendizajes.
  5. En la educación básica y de ser posible desde la parvularia, se debe impulsar un manejo bñasico conceptual de términos a nivel económico, social, político, histórico… Esta fase de la educación es muy importante introducir nociones importantes de las ciencias sociales.
  6. Las ciencias sociales permiten al SER el conocimiento, interpretación, análisis… de los diferentes contextos que lo construyen como tal: sociales, económicos, políticos, culturales, entre otros. Desde la educación básica es muy importante este análisis alrededor de la dinámica familiar y comunitaria como contextos inmediatos de donde los estudiantes emergen y se desenvuelven. Es muy importante la comprensión que los fenómenos sociales adoptados por la comunidad y las familias obedecen a una corriente global. Analizar este impacto de lo glocal es de suma importancia, debe ser una tarea impostergable en las escuelas de educación básica. … programas concéntricos…
  7. La educación básica  latinoamericana intenta vaciar de esa complejidad a lo humano y en su lugar solo deja el consumo. Esta tandencia es la que debe ser analizada y discutida seriamente por el claustro de docentes que imparten las ciencias sociales en las escuelas, plantear el impacto en la sociedad y replatear el enfoque y abordaje con los estudiantes.
  8. La axiología de la educación debe materializarse desde las ciencias sociales principalmente. Si bien es cierto que es una columna vertebral que cruza todas las disciplicas educativas, su esencia surge de las ciencias sociales, por lo tanto su materialización, desarrollo e impulso también corresponde fundamentalmente a esta disciplina. Es desde las ciencias sociales donde se dede construir mejores personas, hombres y mujeres de bien.  ¿Cuál es el aporte positivo a la sociedad de un científico que aporta todo su conocimiento a la industria de las armas de guerra? ¿Cómo aporta a la sociedad un economista-publicista que piensa cada día como introducir un nuevo bien o servicio de consumo a la sociedad? ¿Y qué podemos decir de un perdiosita de alto nivel que miente y falta a su compromiso ético con la sociedad por mantener un puesto de trabajo y ostentar buenos salarios? Sólo cito ejemplos de algunos profesionales, no significa que los demás no fallen a su conjunto de principios y valores humanos.

Los matemáticos y lingüistas, los biólogos y químicos… no deben sentirse aludidos porque no estoy cuestionando la importancia de sus ciencias, sino el descuido de las ciencias sociales. Más bien con esta reflexión quiero posicionar a las Ciencias Sociales en el debate educativo también y su importancia para la construcción de SER(es) que a su vez conforman las sociedades.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/educacion-y-cooperacion-la-importancia-de-las-ciencias-sociales-en-la-educacion-basica/

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