Cuarentena y crisis educativa

Por: Zuleika Matamoros

En días recientes Nicolás Maduro junto a su ministro de educación Aristóbulo Istúriz informó la decisión de suspender las clases presenciales por todo lo que resta de año escolar (en Venezuela es de septiembre a julio).

Se anunció la creación del programa «Cada familia una escuela» en el que les estudiantes serán «atendides» a través de diversos medios digitales: tv, mensajes de textos y whatsapp. La preocupación que prevalece en la sociedad es el modo de hacer efectiva esta medida. En Venezuela el servicio de energía eléctrica, internet y telefonía son deficientes, a lo que se suma el hecho de que la profunda crisis económica y la eliminación de hecho del salario ocasione que gran parte de la población no puedan acceder a tener un teléfono inteligente o computadora.

A la cuarentena le precede una profunda crisis educativa

En el contexto educativo, la cuarentena a causa del Covid-19 le ha venido «de perlas» al gobierno nacional, dado que en el país se atraviesa por una crisis profunda, siendo uno de sus aspectos más relevantes el déficits de docentes.

Esta situación es la consecuencia de las condiciones laborales a la que han sometido al magisterio venezolano. Salarios de menos de 8 dólares mensuales, eliminación de hecho de las prestaciones sociales, incumplimiento de todos los beneficios contractuales, eliminación del HCM (Hospitalización, Cirugía y Maternidad) decadencia de los servicios del IPASME (Instituto de Previsión y Asistencia Social del Ministerio de Educación).

En el marco de esa precaria realidad les docentes deben dar clases en instituciones que presentan fallas de servicios de agua, infraestructura, sin recursos materiales y además con la implementación de un sistema de supervisión y lineamientos totalmente violatorios de la autonomía en el aula e irrespetuosos al propio ejercicio de la profesión docente.

La realidad es que maestras y profesores en estas condiciones se han visto obligados a «renunciar», pero de fondo significa un despido indirecto y masivo del gremio docente, siendo sustituido por jóvenes insertades en el programa denominado «Chamba Juvenil» que apenas han terminado el bachillerato o con personas con nula o poca preparación, eliminando de hecho toda praxis pedagógica sustituida por la mera repetición de contenidos.

Sindicatos y Federaciones corresponsables de la precaria situación de les docentes

Muchos se preguntan las razones por las cuales los docentes no han salido en protestas a nivel nacional en el contexto de esta dura realidad, la respuesta está en el abandono de la praxis sindical.

Desde hace más de dos décadas el gremio docente adolece de canales de comunicación, intercambio y debate dada la nula práctica de los sindicatos y federaciones. Durante décadas nuestros salarios desmejoraban ante el silencio de quienes fueron y, en muchos casos, aun son parte de las direcciones sindicales. 7 federaciones y decenas de sindicatos actuaron desde siempre a espaldas de la base magisterial. Los contratos colectivos se «discutían y se discuten» en la cúpula, sin asambleas, sin ningún mecanismo de comunicación con las bases. Ellos han sido la correa de transmisión de las políticas que han desparecido todo el poder adquisitivo de les trabajadores en su conjunto, pero que el magisterio es uno de los más golpeados, amén de ser conformado mayoritariamente por mujeres. Es por ello que ante la miserable vida a la que se condena al docente no le sucede una gran movilización, protestas y paros.

Ante este vacío, los sectores de la derecha que se aglutinan alrededor de la oposición tradicional ha intentado capitalizar ese descontento, lo que ha dado como resultado una «vanguardia docente» capitalizada por sectores que apoyan la política de Juan Guaidó, quien ya ha demostrado que tampoco resolvería las necesidades de les trabajadores. Basta leer su «Plan País» o ver como sus aliados han tratado a los suyos. Trump que deja en la calle a más de diez millones de trabajadores en medio de la pandemia o Piñera que reprime, encarcela y asesina al pueblo chileno cansado de sus políticas neoliberales , Lenin Moreno que deja caer ecuatorianos muertos en las calles con total indolencia o Colombia en la que asesinan líderes campesinos y sociales. Tales son los aliados de la figura política de la derecha en este país y a la que la podrida cúpula sindical del gremio docente le levanta la mano y pretende poner nuestra incipiente lucha a sus servicios.

En estas condiciones todo el aparato burocrático del Estado es sostenido con trabajo casi gratuito y allí los docentes son los sostenedores del sistema educativo. La «renuncia masiva» de docentes fue la forma en la que la base magisterial, sin dirigencia sindical que se pusiera a la altura, encontró como solución, pero que ha puesto en jaque al sistema educativo.

En ese contexto el coronavirus le cayó «de perlas». La cuarentena ha logrado regalarle tiempo al gobierno que se niega rotundamente a pagar un salario que tan siquiera cubra la Canasta Básica como mínimo; esta conquista que logramos plasmar en la Constitución hoy es pisoteado por el gobierno y por las federaciones y sindicatos.

Del Plan «Cada Familia Una Escuela»

A nivel mundial, la virtualización de la educación es un plan que se cocina a «fuego lento» por los grandes entes mundiales del capitalismo como lo es el FMI y el BM desde hace años para intentar «abaratar» los «gastos» educativos en una abierta política de desinversión en el sector educativo. El Covid-19 lo ha acelerado y su llegada luce intempestiva para lo cual las grandes corporaciones ya están «preparadas». En esta virtualización de la educación acelerada por el coronavirus quedan excluidos millones de estudiantes en el Mundo, específicamente de los sectores más pobres del planeta.

En ese contexto, Venezuela implementa el plan «cada familia una escuela» medida a la que le precede el despido indirecto y masivo de miles de docentes a través de la política de Salario Cero, la imposición de una educación vertical bajo la mampara de «líneas educativas» en la que les docentes no tienen mecanismo de participación alguno, con profundas deficiencias en la infraestructura escolar, sin recursos de mantenimiento y sin recursos pedagógicos. A todas luces la suspensión de clases presenciales desde el mes de marzo al mes de julio responde a aspectos que están más allá de la propia pandemia.

La suspensión de actividades presenciales le dará la oportunidad de terminar el año escolar en un limbo en el que cada maestro debe ingeniárselas para atender a sus estudiantes. De manera gratuita y con recursos propios o prestados debe buscar a cada une y mandarle actividades que no han tenido un «espacio de aprendizaje» y que después servirá de sustentación de la promoción de los estudiantes al grado inmediatamente superior.

Ni estudiantes ni docentes pueden llevar la pesada carga de esta nueva modalidad de autogestión educativa. Millones de estudiantes y miles de docentes viven en tan precarias condiciones que solo podrán entrar en esta antipedagógica jornada algunos pocos.

El programa de» Canaimitas» (laptops para estudiantes entregada por el gobierno) se fue abandonado paulatinamente y ya la gran propaganda, se redujo a menos escuelas beneficiadas con la entrega del recurso y más medios para propagandizar un programa que no le garantizó a todes el recurso. Docentes quedaron también fuera de la entrega de dichos recursos porque se sobreentiende desde la cúpula, que cada quien debía adquirir una computadora con sus propios recursos. Estos aspectos entre otros no condujeron a que el programa Canaimita entrara en el aula tan siquiera como apoyo tecnológico al quehacer educativo.

Así las cosas el programa «cada familia una escuela», es una entelequia. Surge de la lógica propagandística del gobierno y no del diseño de una política educativa tendiente a tener espacios de aprendizaje.

Lo peor, es la política de persecución que ejecutan directores y supervisores, sosteniendo como Hércules el pesado rollo propagandístico para «mostrar» resultados de un programa que solo podrá ser cumplido por pocos. Tristemente el hecho pedagógico en el sistema educativo venezolano está herido de muerte.

Lo que queda claro, que la propaganda gubernamental cada vez es de peor calidad y no puede esconder su intención de dejar en manos de les docentes esta pesada carga. Dice haberse reunido con «sectores», con «expertos nacionales e internacionales», habla de sus intercambios con la UNESCO y con UNICEF pero no es capaz de resolver el grave problema material de existencia que tenemos les trabajadores de la docencia. Para muestra está la aprobación de millones de euros para fortalecer el PAE, en lugar de ejecutar medidas que garanticen que en medio de la cuarentena podamos comer maestros, estudiantes y toda la masa trabajadora empobrecida por una política sostenida en nuestra contra y que ha hecho que comer balanceado en un día se convierta en un verdadero lujo en este país.

¿Cómo hacemos?

Ante este panorama les docentes debemos armar un gran movimiento que sobrepase a todas las direcciones sindicales. Necesitamos darle cuerpo a nuestro malestar y eso lo podemos lograr organizades porque de lo contrario, no podremos superar las cosas que llegaron y que pretenden quedarse para siempre.

En estas condiciones no podemos ejercer la docencia y la imposición del Ministerio de Educación no la podemos cumplir. Nos corresponde unirnos alrededor de la defensa de la educación y eso empieza por la recuperación de nuestro salario, de nuestras condiciones y por el derecho pleno a participación protagónica desde la base docente en las decisiones que se tomen.

Fuente: https://www.aporrea.org/educacion/a289108.html

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Balance 8M2020

Por: Zuleika Matamoros

Marzo del año 2020 mostró en la calle a las mujeres fisurar la polarización impuesta.  Este 8M dejó estampadas nuestras demandas y exigencias y nos dejó la tarea pendiente de construir un 8M2021 con más fuerza, pero también con más lucha y rescate de los espacios democráticos de debate, discusión y acción. Pero en clave de balance cabe preguntarse si esta acción fue juntas y hermanadas o, por el contrario, fue el producto de desencuentros y cortocircuitos de un espacio en el que no se puede obviar la pluralidad y la diversidad.

El 8M en Venezuela comienza a tener un nuevo significado

En los últimos años hemos visto desde lejos las grandes movilizaciones y paros  de mujeres que se han realizado en otros países y que han agitado los cimientos del sistema patriarcal. Aunque en Venezuela aún prevalece con mucha fuerza la desconfiguración de la fecha con aires de celebración, el esfuerzo de algunas organizaciones e individualidades feministas le pusieron voz a las demandas de las mujeres. Si el año pasado el incipiente intento terminó invisibilizado por el mega- apagón, acontecimiento nacional que le impuso a la población aun más miseria y precariedad, este año logramos hilar más fino e introducir de manera subyacente el debate sobre hacer un 8M en diversidad o dejarle la fecha al secuestro del gobierno y de su partido PSUV.

Del año 2019 al 2020 el salto fue cualitativo, y a pesar de los desencuentros y roces que se vivieron en la preparatoria y durante el mismo acto, todo parece indicar que podemos imprimirle más fuerza  al movimiento más heterogéneo que se ha dado en los últimos tiempos por estos lados, aunque aún pequeño e incipiente. Desde Marea Socialista en el impulso de Juntas y a la Izquierda estamos determinadas a forjar las alianzas que surgieron y que a la postre son imprescindibles para luchar contra un sistema que nos oprime y nos impone una vida miserable en el silencio del no encuentro, de la no exigencia  y de la no lucha que impera en Venezuela a causa del ahorcamiento sistemático de las libertades democráticas.

El aprendizaje de los espacios preparatorios

Aunque desde nuestra mirada las asambleas realizadas, aun no cualifican para denominarse de tal forma, los encuentros realizados en distintas sedes de las organizaciones participantes marcaron las coincidencias, y también las tensiones que transversalizaron la concentración del 8M2020.

La primera gran coincidencia es el repudio, el rechazo contra los femicidios, dar a conocer las cifras alarmantes que se han conocido por investigaciones independientes, asimismo en contra de la violencia machista que afecta a miles de mujeres y que en la gran mayoría de los casos se encuentran en la más absoluta impunidad. Además exigir la publicación de cifras oficiales ya que su invisibilización expresa que no existe voluntad para diseñar políticas públicas para terminar con este flagelo.

Esta concomitancia nos permitió expresarnos y pudimos comenzar a tejer un relacionamiento que nos hace reconocernos dentro del marco de la lucha por la defensa de los derechos de las mujeres.  Este intercambio nos dio la oportunidad de intercambiar y comenzar a construir lo que bien pudiese ser la génesis de la ampliación de la participación de acciones tendientes a visibilizar el tema de los femicidios y de pedagogizar sobre todas las formas y expresiones de la violencia machista. Es un avance que va dejando atrás la resistencia que ha prevalecido a unir distintas voces ante este flagelo que da cuenta del asesinato de una mujer cada 23 horas. Si algo quedó claro es que el movimiento de mujeres en Venezuela es diverso y complejo, pero lo que sí sabemos es que juntas lo haremos mejor.

La tensión que surgió desde el inicio es la que tiene que ver con la responsabilidad del Estado en la violación de los derechos de las mujeres y sus consecuencias. En el centro del debate algunas organizaciones se oponían a que se levantaran banderas distintas a estas coincidencias gruesas. Para ellas fue un punto de honor emplazar al Estado pero no hacerlo responsable por ello.  Emplazan al sistema de justicia para que cesen los retardos procesales y las corruptelas que han ocasionado impunidad en la mayoría de los casos, pero no consideran al gobierno de Maduro corresponsable de esta situación y de los otros temas que mantienen a la mujer venezolana en la más absoluta vulnerabilidad.

Las diferencias comenzaron a expresarse en cada exigencia que se sumaba a las anteriores. La denuncia de la profundización de la feminización de la pobreza. La exigencia por un salario que cubra la Canasta Básica, sobre todo en un país en el que el sueldo de un mes no alcanza ni para comprar cinco panes, no tenía cabida este 8M según ellas. Para nosotras es central ya que la mujer venezolana es sometida a la múltiple explotación al tener que buscar alternativas para sobrevivir. Lo decimos con determinación: Nuestra forma de ver la lucha feminista va en la dirección contraria al feminismo alienante que nos piensa por fuera de la clase trabajadora, como si nosotras mismas no lo fuéramos.

Otro de los desencuentros surgió con  la exigencia clara de la distribución gratuita para todas de anticonceptivos, ya que en Venezuela el acceso a los mismos está mercantilizado y, por ende, con los salarios paupérrimos que tenemos es imposible obtenerlos, además de la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo. Consideramos que junto a una educación sexual integral sería la forma de acabar con la terrible condena a la maternidad obligatoria a la que estamos sometidas. También la exigencia de la atención materno-infantil de calidad en el sistema público de salud. Todas estas demandas se enmarcan en la denuncia de la violencia de Estado hacia la mujer venezolana.

Para Marea Socialista en el impulso de Juntas y a la Izquierda era necesario que este 8M transcendiera la visión de la izquierda campista que defiende a ultranza al gobierno de Maduro. Así participamos y promovimos un debate en el que fueron estos los principales conflictos: el que desde la izquierda coloca el centro en una lógica campista y la izquierda que presionaba para intentar construir en la dimensión de la autonomía y la independencia tanto del gobierno como de la derecha tradicional.

Por nuestra posición y la determinación que estuvieran presentes en el 8M tuvimos que confrontar con mucha fuerza las irrespetuosas e inaceptables acusaciones de ser de “derecha”, machistas y patriarcales. Para nosotras claramente es inaceptable que se continuara con la invisibilización de las exigencias de las mujeres en medio de la más brutal crisis perpetrada por el gobierno de Maduro con su política antiobrera y que golpea con más fuerza a las mujeres y por las sanciones impuestas por la política intervencionista de Guaidó y toda la derecha que se escuda detrás del gobierno de Trump con sus títeres del Grupo de Lima (que por cierto hoy enfrentan grandes movilizaciones en su contra en sus propios países).

Necesario es organizarnos

Llegamos a la concentración del 8M, a pesar de haber decidido ir separadas. Desde Juntas y a la Izquierda entendemos que el debate, amén del mal método de algunes, parió una forma de abrir una fisura en la polarización impuesta. Además le arrebató el día internacional de las mujeres del secuestro del PSUV. Mucho nos toca por hacer al respecto y se presenta como mandato histórico porque existe claridad meridiana que nuestra fuerza son las alianzas que hemos tejido y se seguirán tejiendo.

Para ello, Juntas y a la Izquierda seguiremos empeñadas en construir un sujeto feminista que pueda levantar las voces de las trabajadoras precarizadas y empobrecidas, además que se ve en el conjunto de la clase trabajadora. Saber que el 8M es en esencia un espacio de reunión de heterogeneidades y diferencias que debe servirnos de aprendizaje.

Es por ello, que valorar en su justa medida el hecho de que las más jóvenes del espacio del feminismo relacionado con la institucionalidad hayan jugado un papel importante en el hecho de no separar las acciones, es un paso que se pudo dar y que tiene suprema importancia. Que la determinación de quienes decidimos no bajar nuestras banderas de lucha en el día internacional de la mujer fue el motor para que este 8M gritáramos al país y al Mundo que estamos decididas a existir, que no nos callaremos.

Nuestro desafío

El desafío es organizarnos y expresar nuestras exigencias en las calles y en todos los espacios públicos posibles. Que la lucha contra el patriarcado y el Capital se construye día a día. Que el mismo ímpetu que se usa para exigir justicia para todas las mujeres víctimas de femicidios y violencia machista, es el mismo que tenemos para confrontar al gobierno con la política que nos ha llevado a la mujer venezolana a ser de las más pobres a nivel mundial, que es el mismo con el que enfrentamos la mercantilización absoluta de los anticonceptivos y la falta de voluntad para que tengamos derecho a decidir si queremos ser madres o no, con la que enfrentamos el no acceso a una atención materno infantil de calidad. Esa es la forma de romper la polarización, lo otro, lo que se nos había propuesto era una actividad que pretendía invisibilizar a las mujeres que padecen estas situaciones privilegiando el hecho de defender a un gobierno machista, patriarcal pero sobre todas las cosas neoliberal y extractivista.

Nos queda mucho por hacer, nos queda mucho por construir y desde ahora consideramos que estamos en las preparatorias del próximo 25N y 8M. Desde Juntas y a la Izquierda nos organizamos desde la perspectiva feminista, ecosocialista, de la clase trabajadora, antimperialista e internacionalista,  con todo lo que ello implica.

Es por ello que te invitamos a unirte que nos conozcamos, que nos juntemos  y te sumes con tus aportes, tus opiniones a la construcción de Juntas y a la Izquierda en Marea Socialista.

Whatsapp: 04129636155

Fuente e Imagen: https://mareasocialista.org/2020/03/14/balance-8m2020/

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El conflicto docente, las federaciones, Maduro y Guaidó

El conflicto docente, las federaciones, Maduro y Guaidó

 Zuleika Matamoros

Estos dos primeros meses del año escolar han estado marcados por paros y concentraciones del gremio docente para exigir el cumplimiento del contrato colectivo y el cumplimiento de lo instituido en el Art. 91 de la CRBV, en la que se establece que el salario mínimo debe cubrir el costo de la Canasta Básica. A este reclamo se le añaden elementos muy importantes,  relacionados directamente con la defensa de la educación pública, gratuita y de calidad. El estudiantado venezolano recibe clases en infraestructuras educativas en pésimas condiciones, con incorporación de docentes exprés, en ausencia absoluta de recursos para el aprendizaje,  falta de profesores porque han emigrado hacia otras actividades a causa de los bajos salarios, ausencia de actividades extracurriculares, incumplimiento del Programa de Alimentación Escolar…

En ese contexto se han realizado paros escalonados y concentraciones frente a la sede del Ministerio de Educación, acciones de protesta pacíficas, en las que se ha manifestado la intención de la mayoría de las federaciones y de la burocracia sindical de cabalgar el descontento y las necesidades de las maestras y maestros, para poner la movilización al servicio de la desgastada figura de Guaidó. Así lo hicieron el año escolar pasado y ello resultó en una acción divisionista y desmovilizadora de los docentes y del conjunto de la clase trabajadora.

Las pésimas condiciones de vida de las y los docentes tienen responsables claros

La realidad del magisterio venezolano y sus precarias condiciones tiene responsables claros: Por un lado, el gobierno de Maduro con una política de ajuste a los trabajadores y de violación de los Derechos más elementales de los trabajadores. Por el otro lado,  federaciones y sindicatos que han estado por décadas en la más profunda inacción sindical, quienes han permitido no solo el incumplimiento del contrato colectivo vigente, sino que han sido complacientes con cada una de las medidas de hambre, de presión y atentatorias contra las libertades democráticas que han sido tomadas por la patronal contra el gremio.

Esta cúpula obsoleta es la muestra de una política podrida que ha tenido consecuencias directas en la vida de las y los maestros. Sus luchas interburocráticas son pugnas claramente de derecha en las que, aunque parezca que algunos apuestan por revivir y reanimar las protestas, lo que procuran es colocarlas a la orden y disposición de Guaidó, y otros las usan como una manera de presionar al gobierno a sentarse a negociar nuestra miseria y precariedad, como parte de sus roles de administradores de las convenciones colectivas que andan tras sus propios intereses como dirigencia. Son la otra cara de una de las más salvajes formas de explotaciones a las que nos han sometido en la historia contemporánea venezolana.

Definitivamente, con el gobierno de Maduro estamos condenados al hambre, a la miseria, a la entrega de nuestros recursos naturales, a la pérdida de los derechos democráticos. La importancia de los recientes paros y concentraciones es que han logrado expresar el hartazgo de las y los docentes. La respuesta gubernamental ha sido un férreo control y chantaje donde están involucrados no solo el patrón Estado a través del Ministerio de Educación, sino que convocan a integrantes de las UBCH, colectivos, CLAP, miembros de Consejos Comunales y de todas las estructuras de base del partido de gobierno que se han formado aprovechándose de la necesidad de la gente. Constituyen el ejército paralelo o esquirol que complementa los cuerpos represivos.

Pero la salida a esta grave crisis económica, política y social no es con Juan Guaidó, autoproclamado y elegido del Grupo de Lima. No es por esta vía que las y los docentes y el resto de las y los trabajadores tendremos salida a nuestra desgracia. Ya los aliados de Guaidó y de la derecha venezolana han demostrado cómo actúan en Ecuador y ahora en Chile, donde el gobierno de Piñera ha reprimido, encarcelado, asesinado, torturado y violado a quienes se levantan contra sus ajustes. El más reciente ejemplo lo tenemos en Bolivia en donde,  cabalgando el descontento de la gente por las inconsecuencias de Evo Morales,  han dado un Golpe de Estado y quienes se han proclamado como gobierno hoy arremeten en contra del pueblo trabajador e indígena en nombre de la “democracia” y de “Cristo Redentor”.

Es hora de organizarnos desde la base de manera autónoma e independiente. La defensa de nuestros Derechos contractuales, sindicales y salariales, el respeto al ejercicio de la profesión docente, la defensa de la educación en la que se desarrolle el pensamiento crítico, pasa necesariamente por construir nuestro propio espacio y movimiento docente.

Autor: Zuleika Matamoros

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“Un maestro que lucha es un maestro que educa”: ¿Estamos educando?

Hoy 15 de enero de 2018 es  día del Maestro. Otro, en el que no faltarán los discursos sobre la “vocación” o sobre el “apostolado que significa ser maestro”.  Sin embargo vale recordar el origen de esta fecha, que tiene que ver con quienes siendo maestros de primaria, aprovecharon las pocas libertades democráticas durante la dictadura para organizarse como gremio docente y luchar por las deficiencias del sistema educativo de la época.

Una ojeada por el origen del día del maestro

A pesar de las diferencias que puedan separar a una gran parte del magisterio venezolano con la Federación Venezolana de Maestros (FVM) en la actualidad, es justo reconocer la relación entre el origen de esta Federación y la “celebración” del día del maestro, sobre todo hoy, en tiempos en que el magisterio venezolano está siendo víctima y testigo de una crisis que orada todo el proceso educativo y  en que el fantasma del totalitarismo nos acecha. Es necesario, entonces, voltear a ver la historia y recordar cómo los maestros actuaron en tiempos de ostracismo y dictadura.

Ampliamente documentado está que el 15 de enero de 1932, un grupo de educadores fundó la Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria (SVMIP). Lo rescatable de esta acción es que estos maestros lo hicieron en medio de las duras y difíciles condiciones que imponía la dictadura de Juan Vicente Gómez.

Así, la primera junta directiva de la Sociedad quedó integrada de la siguiente manera: presidente, Miguel Suniaga; vicepresidente, Víctor Manuel Orozco; secretario José Antonio López; subsecretaria, Isabel Delgado Sarmiento; tesorera, Ana Gertrudis Ohep; bibliotecaria, Virginia Martínez. Y fue Luis Beltrán Prieto Figueroa quien propone el nombre de la naciente sociedad, amén de la participación de otros integrantes del magisterio venezolano.

Posteriormente, lanzan la publicación de una revista de educación que se llamó Revista Pedagógica, lo que significó que se colocara en las manos un primer instrumento que logró propagandizar y difundir la recién fundada Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria (SVMIP) a nivel nacional e internacional, desde la perspectiva de los temas sobre problemas, innovaciones y métodos educativos, como una forma de contribuir al mejoramiento de la calidad en la enseñanza.

Y dando pasos hacia la consolidación de la recién creada organización de maestros, en 1934, se realizó un Seminario Pedagógico para efectuar investigaciones educativas, las conclusiones de este seminario puso en evidencia a través de los docentes de la época las serias deficiencias de la gestión del Ministerio de Instrucción Pública. En 1935, como es de esperarse en una dictadura, el Ministro Rafael González Rincones fue la cara de la censura y emitió un decreto ordenando a los maestros renunciar a la sociedad, bajo pena de perder sus cargos. Las persecuciones, el acoso y la acechanza  no se hicieron esperar, no obstante el trabajo prosiguió con menos intensidad en lo público y con las limitaciones que impone la clandestinidad.

Al morir Juan Vicente Gómez y asumir la Presidencia de la República Eleazar López Contreras, en medio del nuevo clima político y abierto un clima de libertades democráticas se funda la  Federación Venezolana de Maestros, el cambio de nombre se realizó luego que la SVMIP, encabezada por Luis Beltrán Prieto, convocara la Primera Convención Nacional del Magisterio el 29 de julio de 1936, a realizarse en Caracas el 25 de agosto de ese año. Comenzaba de esta manera la historia de la organización magisterial llamada Federación Venezolana de Maestros.

La Primera Convención del Magisterio produjo interesantes documentos como fueron: la Tabla de los Derechos del Niño, la Situación Económica del Magisterio Venezolano, en el que por primera vez se planteó el aumento salarial para los docentes y se propuso declarar el 15 de Enero como Día del Maestro en reconocimiento al génesis de la SVMIP. Esta propuesta entró en vigencia oficialmente años después por Decreto presidencial de Isaías Medina Angarita.

Y no se pudo vaciar de contenido el día del maestro

En el año 1945, justo antes de la Revolución de Octubre, el mismísimo  presidente de la República, Isaías Medina Angarita,  en el mes de  junio a través del proyecto de Ley de Fiestas Públicas que se debatía en la Cámara Legislativa se pretendía cambiar la efeméride para el 29 de noviembre, con motivo del natalicio del maestro Andrés Bello.

Luis Beltrán Prieto Figueroa, defendió con argumentos que el 15 de enero se debía rendir honor a la lucha emprendida por organizaciones de maestros que surgieron en el país tras años de represión gomecista, a través de una carta enviada al historiador, escritor, abogado y político trujillano Mario Briceño Iragorry, para ese momento, presidente de la comisión redactora de dicho proyecto de ley, en la que el maestro Prieto Figueroa narró la historia de lo que había significado la federación del Magisterio Venezolano.

«Nada se ha hecho en Venezuela en materia de educación y acaso nada se hará que no tenga raíz en aquel movimiento. El magisterio surgía como organización de solidaridad y responsabilidad. Con nuestras escasas cuotas contribuíamos a la formación del fondo común para la ayuda mutua, para socorro de los compañeros enfermos, destituidos, perseguidos. Iba creciendo el espíritu gremial y con él nuestra decisión de no volver al coloniaje, a la barbarie»…»Los maestros venezolanos, veneramos a Bello, el maestro del Libertador, el sabio, el investigador forjador de cultura, pero para nosotros su día natalicio no significa nada organizativamente (…) Espero que con la vieja cordialidad de nuestra amistad esta carta sirva para que usted rectifique, no su fervor bellista, que comparto, sino en el propósito de hacer la tolerancia una virtud venezolana, comprendiendo y haciendo comprender a los demás que la opinión de los otros, que la opinión popular tiene un sentido, tiene unos derechos que deben ser respetados”,afirmo Prieto Figueroa en su carta.

Así es que cada 15 de enero se celebra el día del maestro en Venezuela.

El magisterio hoy después del “aumento salarial del 900%”

Los retos del gremio magisterial hoy son insoslayables. Esta afirmación se hace desde el punto de vista de la educación como hecho pedagógico  y del ejercicio de la profesión docente como un constructo humano y social.

Los maestros somos asalariados, trabajadores que también debemos luchar por nuestras reivindicaciones laborales, y tenemos todo el Derecho de hacerlo con los métodos de quienes vivimos únicamente de nuestro trabajo. Hoy, nos encontramos desprotegidos, ni la FVM ni ninguno de los sindicatos y organizaciones gremiales voltean hoy sus ojos a los maestros que ganan salarios de verdadera miseria.

Los maestros hoy trabajamos en condiciones deplorables:  sin recursos, sin protección social ¿se preguntará el ministro actual y las organizaciones gremiales cómo llegamos los maestros todos los días a la escuela con los altos costos de pasajes y con la grave situación de transporte? ¿Se preguntarán si comemos y nos alimentamos con un salario que no cubre la canasta alimentaria mensual? ¿Se preguntarán cómo hacemos con la salud cuando en el país no hay medicinas? ¿Se preguntarán cómo hacemos con la salud cuando el IPASME  «atiende» con todas las precariedades? ¿Qué pensarán que hacemos ante una emergencia de salud cuando nuestro HCM cubre la irrisoria cifra de lo que cuesta un examen de rutina básico en cualquier laboratorio? ¿Cómo piensan que enterramos a nuestros muertos o como nos entierran a nosotros mismos cuando nos vamos de este mundo si el seguro funerario no alcanza ni para un ramo de flores? ¿Sabrán que no podemos pagar talleres, posgrados de actualización docente? ¿Sabrán que el salario que ganamos no nos permite comprar libros? ¿se enterarían que muchos maestros ni siquiera cuentan con una computadora?¿cómo pensarán que serán las experiencias pedagógicas entre niños mal nutridos y maestros con hambre?.

Hace poco salía el flamante Ministro de Educación, Elías Jaua afirmando que nos había aumentado el salario el 900%,  además que era mucho más de lo que nos correspondía por contrato colectivo. Propaganda oficial que deja por fuera el alto índice de inflación (2660%) y que también desconoce que  quienes estamos subsidiando la educación pública en este país, en gran medida somos los maestros. Cuando sacamos de otros ingresos (sí, debemos trabajar, en otros lugares. El doble o triple de lo que nos corresponde) para costear el pasaje para llegar al colegio o comprar ese marcador de pizarra, esa tiza que no la provee el ministerio de educación, estamos subsidiando la educación pública de hecho.

La inevitable pregunta: ¿qué hacer?

Es por ello, que requerimos de organizarnos. De aprovechar también las libertades democráticas que nos quedan para que en el seno del magisterio venezolano renazca el espíritu de lucha colectiva, el espíritu de organización y que salgamos de esta camisa de fuerza que ha significado salarios indignos, condiciones materiales de existencia deplorables, pero además el total maltrato al maestro quien le está siendo violada de manera sistemática su autonomía de la práctica docente y que hoy es interceptado por colegas que en nombre de la secuestrada “revolución” se han convertido en policías del pensamiento.

¡Es hora que este gremio alce la voz! Que  nos organicemos, que comencemos por escucharnos, que intervengamos esos sindicatos y que usan nuestras cotizaciones para afianzarse como una exqusita aristocracia gremial y que actúa a espaldas del maestro y de la maestra.

¡Queremos y debemos celebrar el día del maestro luchando, no obedeciendo!,  ¡queremos celebrar el día del maestro con niños y niñas que puedan comer tres veces al día!,  ¡queremos que nuestros muchachos en las escuelas se les abra el mundo de oportunidades que hoy tienen prohibido! ¡que nuestros muchachos en las escuelas tengan la oportunidad de obtener las herramientas necesarias para aprender y aprehender el mundo!

Solo así lograremos grandes saltos en la tan pregonada y propagandizada conciencia. No hay saltos en la conciencia magisterial si no hay lucha contra el hambre. No hay saltos en la conciencia magisterial si no luchamos contra condiciones de vida miserables a las que nos somete este gobierno. No hay saltos en la conciencias de nuestros chamos, de nuesrro pueblo si no luchamos en contra de los responsables de las políticas hambreadoras y autoritaristas.

Algunas veces he escuchado a nuestros colegas maestros en Argentina y Brasil, que luchan en sus países,  gritando una consigna que dice que un maestro que lucha es un maestro que educa.

Podemos comenzar a re-unirnos y dignificar el ejercicio de la profesión docente. La invitación es a conocernos y  reconocernos de manera autónoma. Por fuera la de la burocracia ministerial y de la burocracia sindical a quienes le podemos disputar las direcciones de nuestras herramientas de organización y lucha.

¡Celebremos el día del maestro auto-convocándonos! ¡Salud!

Fuente: https://www.aporrea.org/educacion/a257891.html

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