www.telecinco.es/25-04-2016/
La ayuda debería multiplicarse por siete para alcanzar el objetivo de garantizar 12 años de calidad educativa para 2030
La Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha denunciado este lunes la caída experimentada por la ayuda internacional destinada a la educación, que ha pasado de suponer el 9,5 por ciento al 8,2 por ciento en 2014.
Según Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM) de la UNESCO, en 2014 se destinaron 600 millones menos. El apoyo a la educación primaria y secundaria ha descendido un 5 por ciento desde 2013, lo que supone una caída aún mayor en comparación con la que ha sufrido la educación en general. La cantidad de niños que se quedan sin escolarizar asciende a los 59 millones, según las últimas cifras obtenidas por el Instituto de Estadística de la UNESCO.
Ante esta situación, el GEM ha calculado que la ayuda a la educación debe incrementar al menos seis veces para poder cubrir la brecha de 39.000 millones de dólares que supondría alcanzar el objetivo global de ofrecer 12 años de calidad educativa de cara a 2030. Sin embargo, los últimos análisis indican que, en vez de aumentar, los niveles de ayuda se encuentran por debajo del 8 por ciento en relación con los niveles del año 2010. Para llevar a cabo este propósito los niveles de ayuda deberían multiplicarse por siete.
«Es descorazonador ver que la ayuda internacional a la educación está yendo en una dirección totalmente errónea. Esto hará el progreso en educación extremadamente difícil, si no imposible, para muchos países que aún dependen del apoyo económico ofrecido por los donantes. Las indicaciones sobre el flujo de ayuda que va a tener lugar este año no son optimistas», ha comentado el director del Informe, Aaron Benavot.
AYUDAS MAL DISTRIBUIDAS
El apoyo a la educación no llega donde más se necesita. Pequeñas cantidades de ayuda a la educación más básica se han distribuido en los países más pobres, donde la necesidad es mayor, pero se trata de un sexto menos de la asistencia prestada entre 2002 y 2003, según UNESCO.
El balance de ayuda recibida en el África subsahariana descendió de un 49 por ciento en el año 2003 a un 28 por ciento en 2014, a pesar de que la región cuenta con la mitad de los niños sin escolarizar que hay en todo el mundo.
Entre 2013 y 2014, Francia, Japón, Países Bajos y España redujeron las ayudas un 40 por ciento. En el caso de Reino Unido, el descenso fue de un 21 por ciento, lo que desbanca a los isleños como los mayores donantes y sitúa a Estados Unidos a la cabeza, con un aumento de las ayudas a la educación básica del 23 por ciento.
La asistencia destinada a cada niño no está llegando tal y como debería, de acuerdo con la agencia de la ONU. El promedio en Mongolia, donde el número de alumnos en terminar los estudios era del 97 por ciento en 2010, recibe 45 dólares. En Chad, sin emgargo, la cantidad de alumnos que terminaba los estudios en 2010 era del 28 por ciento. Allí cada niño recibe 3 dólares, según datos obtenidos en 2014.
«Los gobiernos de todo el mundo deben comprometerse y prometer visibilidad para la educación durante los próximos 15 años, una planificación que es crucial si se tienen grandes ambiciones en relación al progreso de cara a 2030. ¿Creen que esos objetivos se pueden lograr si no hay suficientes fondos para llevar a cabo el trabajo?», ha aseverado Benavot.