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Argentina: Ajuste: la Universidad Nacional de La Rioja decidió recortar su actividad por el costo de la luz

Noticia/ 22 de abril de 2016 / Por: El diario24.com 

La institución tuvo que restringir el horario de clases por la noche tras recibir una factura de un millón de pesos. El aumento representa el triple de lo que se pagó la última vez.

La Universidad Nacional de La Rioja decidió recortar su actividad por la noche tras recibir una factura de la luz por un millón de pesos. El aumento representa el triple de lo que se pagó la última vez.

El secretario general de la Universidad de La Rioja, Carlos Vilte, informó que esta Casa de Altos Estudios decidió reducir el horario de clases y del área administrativa por el aumento de la tarifa de luz.

Tras recibir una factura de casi un millón de pesos, las clases en esta universidad se extenderán sólo hasta las 22. «Pagábamos 242 mil pesos de luz y este mes llegó a casi un millón de pesos», detalló Vilte. El aumento representa el triple de lo que se pagó la última vez.

Vilte dijo, además, que la propia universidad está trabajando intensamente para poner en funcionamiento paneles fotovoltaicos en el alumbrado público del predio.

Esta semana, la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) denunció que el monto del presupuesto que se presentó este año para la Universidad de Buenos Aires «no alcanza ni para pagar los aumentos de luz, en tanto tiene tan sólo un 0% de aumento respecto al 2015».

 

Fuente: http://www.d24ar.com/nota/argentina/374254/ajuste-universidad-nacional-rioja-decidio-recortar-actividad-costo-luz.html

Foto: http://www.d24ar.com/d24ar/fotos/notas/2016/04/22/374254_20160422205303.jpg

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Argentina: Los Rectores Universitarios, en la comisión de presupuesto del senado, preocupados por los fondos

Noticia/ 5 de mayo de 2016 / Por: Página 12

Las autoridades universitarias fueron recibidas por los senadores y expusieron sobre los problemas presupuestarios que atraviesan por el impacto del aumento de las tarifas. Hoy habrá paro de docentes y no docentes en la UBA.

Después del encuentro mantenido con el Presidente, los rectores universitarios llevaron al Senado su preocupación por la situación presupuestaria del sector. Las autoridades universitarias fueron recibidas por los senadores de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara y explicaron que los fondos aprobados por el Congreso para 2016 quedaron desfasados ante el avance de la inflación y el incremento de las tarifas de servicios públicos, y que aún no se lograron mejoras salariales para los docentes y los trabajadores de las casas de estudios. El presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), Guillermo Tamarit, contó que se está “terminando una ronda de reuniones para intentar solucionar los temas que nos afectan” y que “la paritaria docente esperamos resolverla la semana que viene”.

Tanto autoridades académicas como estudiantes y docentes vienen alertando sobre el impacto de las medidas económicas de los últimos meses sobre las universidades y sus comunidades. Anteayer, los rectores fueron recibidos por Mauricio Macri: el Presidente anunció un refuerzo de 500 millones de pesos para el presupuesto universitario –que este año es de 51,9 mil millones–. El anuncio fue considerado insuficiente por las organizaciones docentes y estudiantiles, mientras los rectores dividieron sus reacciones: el bloque de radicales y aliados valoró la mejora de fondos y se mostró esperanzado ante los compromisos oficiales de solucionar los problemas de las instituciones; por su parte, el grupo de rectores peronistas y sus aliados señaló que el incremento resuelto por Macri “queda muy por debajo de la inflación acumulada en lo que va del año” y destacó que “ninguno de los problemas” planteados “ha tenido respuestas precisas ni suficientes” por parte del Gobierno: se referían, sobre todo, a la escasez de fondos para funcionamiento, al atraso en las transferencias de recursos y a la ausencia de aumentos salariales.

La reunión de ayer, en el Senado, se realizó en el Salón Illia y se enmarcó en el debate sobre tres proyectos de ley: uno presentado por Juan Manuel Abal Medina (FpV) para eximir a las universidades del aumento tarifario fijado por el Gobierno; otro de la senadora María Inés Pilatti Vergara (FpV) para declarar la emergencia económica en materia energética para las universidades nacionales; y la propuesta de Silvia Elías de Pérez y Angel Rozas (UCR-Cambiemos) para modificar el Régimen tarifario específico para entidades de bien público e incorporar a las instituciones educativas.

El presidente del CIN, Tamarit, abrió las exposiciones y destacó los diálogos entablados con funcionarios del Gobierno en busca de soluciones.

El rector de la UBA, Alberto Barbieri, aseguró que “el aumento de tarifas implica 150 millones de pesos para la Universidad de Buenos Aires”. Daniel Martínez, de La Matanza, explicó que “la realidad que afrontamos las universidades del conurbano es que recibimos más del 700 por ciento de aumento en las tarifas”. El rector de la Universidad de Tierra del Fuego, Juan José Castelucci, sostuvo que “nos encontramos con una universidad con un presupuesto muy comprometido”, mientras el titular de la Universidad de Avellaneda, Jorge Calzoni, advirtió que “el problema son los pibes que están dejando de cursar por el tema del aumento del boleto y el tema de las becas”.

El presidente de la comisión del Senado, Juan Manuel Abal Medina, dijo que “el gobierno nacional debe garantizar el buen funcionamiento de todo el sistema universitario y es evidente que las soluciones propuestas son insuficientes. La situación de las universidades supera ampliamente la necesidad de eximirlas de los aumentos tarifarios”. Para la próxima semana, los senadores prevén convocar a funcionarios del Gobierno para avanzar en el tratamiento de la situación.

 

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/elpais/1-298559-2016-05-05.html

Fotografía: http://www.pagina12.com.ar/fotos/thumb/232/20160505/notas/na04fo01.jpg

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La UNESCO denuncia la caída de la ayuda internacional a la educación

www.telecinco.es/25-04-2016/

La ayuda debería multiplicarse por siete para alcanzar el objetivo de garantizar 12 años de calidad educativa para 2030
La Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha denunciado este lunes la caída experimentada por la ayuda internacional destinada a la educación, que ha pasado de suponer el 9,5 por ciento al 8,2 por ciento en 2014.

Según Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM) de la UNESCO, en 2014 se destinaron 600 millones menos. El apoyo a la educación primaria y secundaria ha descendido un 5 por ciento desde 2013, lo que supone una caída aún mayor en comparación con la que ha sufrido la educación en general. La cantidad de niños que se quedan sin escolarizar asciende a los 59 millones, según las últimas cifras obtenidas por el Instituto de Estadística de la UNESCO.

Ante esta situación, el GEM ha calculado que la ayuda a la educación debe incrementar al menos seis veces para poder cubrir la brecha de 39.000 millones de dólares que supondría alcanzar el objetivo global de ofrecer 12 años de calidad educativa de cara a 2030. Sin embargo, los últimos análisis indican que, en vez de aumentar, los niveles de ayuda se encuentran por debajo del 8 por ciento en relación con los niveles del año 2010. Para llevar a cabo este propósito los niveles de ayuda deberían multiplicarse por siete.

«Es descorazonador ver que la ayuda internacional a la educación está yendo en una dirección totalmente errónea. Esto hará el progreso en educación extremadamente difícil, si no imposible, para muchos países que aún dependen del apoyo económico ofrecido por los donantes. Las indicaciones sobre el flujo de ayuda que va a tener lugar este año no son optimistas», ha comentado el director del Informe, Aaron Benavot.

AYUDAS MAL DISTRIBUIDAS

El apoyo a la educación no llega donde más se necesita. Pequeñas cantidades de ayuda a la educación más básica se han distribuido en los países más pobres, donde la necesidad es mayor, pero se trata de un sexto menos de la asistencia prestada entre 2002 y 2003, según UNESCO.

El balance de ayuda recibida en el África subsahariana descendió de un 49 por ciento en el año 2003 a un 28 por ciento en 2014, a pesar de que la región cuenta con la mitad de los niños sin escolarizar que hay en todo el mundo.

Entre 2013 y 2014, Francia, Japón, Países Bajos y España redujeron las ayudas un 40 por ciento. En el caso de Reino Unido, el descenso fue de un 21 por ciento, lo que desbanca a los isleños como los mayores donantes y sitúa a Estados Unidos a la cabeza, con un aumento de las ayudas a la educación básica del 23 por ciento.

La asistencia destinada a cada niño no está llegando tal y como debería, de acuerdo con la agencia de la ONU. El promedio en Mongolia, donde el número de alumnos en terminar los estudios era del 97 por ciento en 2010, recibe 45 dólares. En Chad, sin emgargo, la cantidad de alumnos que terminaba los estudios en 2010 era del 28 por ciento. Allí cada niño recibe 3 dólares, según datos obtenidos en 2014.

«Los gobiernos de todo el mundo deben comprometerse y prometer visibilidad para la educación durante los próximos 15 años, una planificación que es crucial si se tienen grandes ambiciones en relación al progreso de cara a 2030. ¿Creen que esos objetivos se pueden lograr si no hay suficientes fondos para llevar a cabo el trabajo?», ha aseverado Benavot.

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Por un San Jorge más social

Aragondigital/Tribuna Digital/23 de abril de 2016/Por: Enrique Guillén Pardos

Hace unos días una persona a la que admiro y respeto desde hace años me preguntaba como un cariñoso reproche por qué no escribía desde hace tiempo ningún artículo. Repitió la pregunta con la misma insistencia con que detallaba cómo miraba muchos días este diario para ver si aparecía mi opinión o apelaba a mi obligación moral de tomar posición sobre lo que está pasando. Le prometí que haría pronto lo que me pedía y con estas líneas empiezo a cumplir gustosamente con él.

Precisamente por eso, me siento obligado a llamar la atención sobre el carácter nada social que tiene este año el programa con el que las instituciones aragonesas celebran el Día de la Comunidad. Sé que él estaría bastante de acuerdo con esta valoración, porque he visto siempre su compromiso con los débiles y su honesta búsqueda de la verdad. Eso le llevó en su día a formar parte de los sacerdotes que apoyaron al cura de Fabara frente al entonces arzobispo Pedro Cantero o a trabajar en la mina de mi pueblo cuando, para los poderosos, el lugar de un sacerdote era la iglesia.

Apropiándome de su mirada –le pido disculpas, aunque no dudo de que me entenderá–, he de reconocer mi sorpresa por algunas paradójicas coincidencias de este San Jorge 2016. Mientras el Gobierno y las Cortes de Aragón repiten el protocolo anual para la celebración institucional de el Día de Aragón –incluido el acto fiesta de La Aljafería–, los periódicos de estos días vomitan noticias sobre los problemas económicos de la educación o la sanidad pública aragonesa y de quienes prestan los distintos servicios sociales.

Los directores de los institutos públicos se han quejado de no recibir el dinero que debió llegar el año pasado, la Plataforma Salud Universal ha denunciado que seis mil aragoneses no tienen aún acceso a la sanidad pública y los disminuidos psíquicos representados en Adislaf se han encerrado de forma indefinida para que el Gobierno de Aragón les pague los 735.000 euros que les adeuda también desde 2015. Mientras, el presidente de la Comunidad, Javier Lambán, dedica su discurso institucional a hablar de un aragonesismo que aproveche todas las potencialidades de los aragoneses.

Para quien piense que uso interesadamente los hechos o los datos, todo lo escrito en el párrafo anterior procede de titulares periodísticos. Y si alguien aduce que precisamente por eso presenta la realidad de forma instrumentalizada, debe tener en cuenta que esas noticias son las que han oído y leído estos días los aragoneses. En otras palabras, mi sorpresa y decepción, mi posición crítica, quizá sea parecida a la que muchos de ellos han podido tomar o sentir.  Desde luego, no parece esta la mejor forma de celebrar San Jorge –las instituciones por un lado, la realidad social más acuciante por otro– ni tampoco el camino adecuado para que los aragoneses se identifiquen con quienes los gobiernan y lo que representan, la autonomía.

Sé que los datos anteriores son escasos y parciales para generalizar a partir de ellos. Sin embargo, parece bastante evidente que las carencias presupuestarias del Gobierno de Aragón las está pagando, sobre todo, la parte del estado social que gestiona la Comunidad Autónoma. Basta recordar las dificultades con las que se viene prestando todo lo relativo a la dependencia, pese a que bastantes de esos casos podían ser incluidos en lo que Podemos suele llamar emergencia social.

Repartir la pobreza siempre resulta más que complicado. Con todo, dudo que quejarse del sistema de financiación autonómica o de la escasa aportación del Gobierno de Rajoy a la prestación por dependencia –comparto ese punto de vista– sean razones suficientes para justificar que partidos de izquierda –los que gobiernan y los que le dan apoyo parlamentario en las Cortes de Aragón– apenas estén resolviendo las injusticias y carencias provocadas por los recortes del PP.

Si esos partidos preguntaran a los aragoneses sobre qué ha cambiado en Aragón en políticas sociales desde las pasadas elecciones autonómicas, dudo que obtuvieran respuestas gratificantes. Principalmente, porque la mayoría de los problemas sociales siguen ahí tan graves y amenazantes como entonces. O más. Y porque igual que ven continuidad en la forma de celebrar el Día de Aragón, también tienen la sensación de que en el Edificio Pignatelli han cambiado mucho más las personas que las políticas.

Las instituciones necesitan ser útiles a sus ciudadanos o corren un alto riesgo de perder su respaldo. La autonomía no se libra de esa exigencia. Ahora mismo, la desafección ciudadana convierte en un sueño apoyos sociales a la demanda de más autonomía o contra el trasvase como los que se han vivido en el pasado. Eso, sin duda, avisa de la debilidad actual de las instituciones aragonesas y de la propia autonomía como proyecto colectivo compartido.  Por todo esto, hacía falta una celebración menos oficial, más social, del Día de Aragón.

Fuente. http://www.aragondigital.es/noticia.asp?notid=144035&secid=21

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