Saltar al contenido principal

Todos podemos hablar de educación, pero no todos podemos hablar de pedagogía

Colombia / 17 de septiembre de 2017 / Autor: Yesid González Perdomo / Fuente: La Silla Vacía

La institución escolar no deja de ser un escenario conservador y negado al cambio, así lo hacen saber las diferentes corrientes pedagógicas que, desarrolladas en el pasado, siguen tan vigentes como en el momento en que fueron postuladas.

El proceso educativo inicia con el nacimiento y termina con la muerte, por eso todas las personas pueden hablar de educación, mas no de pedagogía.

En una sociedad donde las redes sociales y los medios masivos de comunicación tienen una influencia descomunal sobre el conjunto de la sociedad, es de vital importancia revindicar la escuela como un escenario indispensable para desarrollar el pensamiento analítico y crítico, más an, cuando las relaciones educativas y escolarizadas son sujeto de diversas reflexiones, influencias e interpretaciones a través del tiempo.

Como lo plantea el maestro Estanislao Zuletala educación es un campo de combate en disputa por las diferentes fuerzas sociales[1]. Lo extraño, es que son los maestros/as los que hablan menos de educación y pedagogía y estamos perdiendo la batalla con los periodistas, sociólogos, abogados, economistas y  empresarios que investidos por el poder político de turno, deciden el futuro de la institución educativa; es un deber moral ganar o volver al protagonismo que el  maestro/a  tiene como intelectual.

Es primordial para el futuro docente entender la importancia del saber pedagógico en el desarrollo profesional de su práctica cotidiana. Es una gran posibilidad para abrir caminos que conduzcan hacia la dignificación de la carrera docente, encontrando los elementos conceptuales necesarios para entablar un diálogo no subordinado con las ciencias de la educación.

Es evidente que la crisis de la escuela parte de alguna manera de la “despedagogización” de la misma, la inserción de modelos empresariales a través de indicadores de calidad y mapas de procesos, pueden dar cuenta de un sofisma renombrado como calidad de la educación[2]; es indiscutible, son la tendencia en el ámbito escolar de la actualidad, modelos como el ISO o el EFQM, son tan solo la punta del iceberg de la Escuela- Empresa.

Estos modelos erróneamente limitan la escuela a los resultados en pruebas censales, someten la pedagogía al entrenamiento burdo de exámenes, produciendo el fracaso con honores del pensamiento crítico y el espíritu liberador de la misma. En este escenario, es preciso construir modelos alternativos que respondan a los intereses de la comunidad educativa sin excederse en la tendencia paidocentrista, será la búsqueda de una nueva escuela que exprese las necesidades de una sociedad diferente, donde la injusticia y exclusión sean la excepción y no la regla.

Ahora bien, no hay que desconocer que la institución escolar no deja de ser un escenario conservador y negado al cambio, así lo hacen saber las diferentes corrientes pedagógicas que, desarrolladas en el pasado, siguen tan vigentes como en el momento en que fueron postuladas. No han dejado por un instante en ser revolucionarias, debido a que son pocas las escuelas que se piensan el cambio. Por ejemplo, un médico del siglo XVIII no podría ejercer hoy con la instrumentación actual, mientras que un maestro en las mismas condiciones encontraría un tablero, unos pupitres y unos infantes indispuestos por no estar en su recreo.

Poner a punto la escuela para los retos que la sociedad global nos impone, solo será posible con licenciados comprometidos con la pedagogía, la escuela y la sociedad. Arrancar de raíz la educación bancaria e instrumental dependerá en gran medida de quienes se enfrenten a los retos de estudiar una licenciatura, de allí, que insistir en  el maestro como intelectual de la cultura, capaz de poder pensarse su labor, sus contenidos, su espacio de trabajo, su evaluación y hasta la formulación de la política pública en educación, es un reto de enormes dimensiones.

Para finalizar, es claro que pensarse  la educación desde la escuela y por un profesional docente fuera del despacho del MEN o la SED, es un sacrilegio de considerables proporciones, debemos construir una propuesta colectiva de país en torno a un nuevo sistema educativo, uno que abarque todos los aspectos que nos han negado por falta de financiación:  un estatuto docente que garantice una vida digna para todos los licenciados, un modelo pedagógico propio que no niegue los aportes de los clásicos pensadores pedagógicos, pero que al tiempo, pueda responder a nuestras particularidades como sociedad, ofrecer la infraestructura necesaria que permita cerrar las brechas de la educación entre ricos y pobres, la gratuidad y universalización de todos los ciclos educativos, incluyendo la universidad, garantizar los elementos básicos de la canasta educativa (uniformes, útiles, refrigerios, rutas, acceso a museos, etc.), si logramos estas condiciones, estaremos pagando la deuda eterna que la Violencia y la corrupción nos han impuesto por años.


[1] ZULETA, Estanislao. Educación y democracia. Hombre Nuevo Editores. IX edición, Medellín,2009.

[2] VEGA, Renán. Doctoritis Crónica. Simulación, Política y Academia en Colombia. Editado por ASPU-UPN, Bogotá, 2016.

Fuente del Artículo:

http://lasillavacia.com/silla-llena/red-de-la-educacion/historia/todos-podemos-hablar-de-educacion-pero-no-todos-podemos

Fuente de la Imagen:

Anarquismo, Educación y Pedagogía

Comparte este contenido:

«La escuela tradicional es homogeneizadora y necesitamos chicos creativos»

 Por Gabriel Levinas

Hace unos días, Gonzalo Aziz intentó entrevistar a chicos de entre 12 y 15 años en la Casa de Tucumán, sobre el significado que tenía ese lugar histórico. Ninguno de ellos supo qué responder pero tampoco logró desembarazarse con creatividad de la pregunta como solíamos hacer nosotros a esa edad. ¿Qué está pasando?

La escuela es muy ineficaz, tanto para incorporar conocimientos de la historia como para el desarrollo de la capacidad expresiva de los chicos. Las investigaciones muestran que la escuela en general enseña unos contenidos fácticos que no tienen mucho sentido para los chicos: vos contás batallas y fechas, sin poder incluirlas en un relato con sentido para ellos y resulta que los chicos lo que aprendieron hoy se lo olvidaron mañana. Pero además, la escuela empieza a no enseñar a los chicos el uso tanto de la lengua oral como de la lengua escrita. Entonces estamos frente a una institución escolar que no está a la altura de los tiempos porque si bien se propone incluir, no puede incluir en el saber. Y a la vez, el saber que esta transmitiendo la escuela no son los saberes que requiere la sociedad contemporánea que requiere menos contenidos y más capacidad de competencia para comunicar, inventar y crear. La escuela tradicional es una escuela de homogeneización y ahora necesitamos chicos creativos.

Ken Robinson decía que los chicos que estamos preparando hoy son los que van a tener que dirigir empresas, colegios y universidades dentro de treinta o cuarenta años. Nosotros no tenemos ni idea de cómo va a ser ese mundo… Entonces ¿cómo se hace para formar chicos para que estén bien preparados para enfrentar problemas que ni siquiera sabemos cuáles van a ser?

Si vos necesitás formar a un chico que pueda leer una realidad que está cambiando constantemente, ubicarse frente a ella y dialogar, necesitás un chico que esté haciendo ese ejercicio en el aula. Enfrentarse a problemas de la vida real, no al problema de tres simple, y darle solución en diálogo con otros chicos. En este nuevo paradigma los chicos son activos, participan de la producción del conocimiento, de la solución de problemas, identifican problemas de su mundo socio-cultural y los tratan de resolver nvestigando, creando hipótesis y poniéndolas a prueba. Lo que podemos enseñarle a un chico que no sabe qué mundo se va a encontrar es la capacidad de leer ese mundo y de buscar formas de dialogar con él, que está cambiando todo el tiempo.

¿Por qué no se entiende, ni se le da el lugar que le corresponde a la creatividad?

La creatividad es necesaria para todas las actividades. Ninguna persona que haya inventado algo lo hizo por seguir un método sino porque tuvieron la creatividad de pensar: «hay que ir por este camino y hay que hacer esta pregunta» y eso no viene en el método sino en la capacidad creativa. El asunto del arte está cada vez más presente en las escuelas, pero equivocadamente se piensa que solo la creatividad está allí. Yo creo que no es materialmente difícil porque se trata de cambiar la escena del aula, de pasarle el saber a los chicos, que los chicos investiguen, utilicen inteligentemente internet, creen hipótesis, las pongan en juego y produzcan el conocimiento que necesitan, pero hay mucho miedo de dar ese paso. Los argentinos somos muy conservadores y con la escuela somos terriblemente conservadores.

¿Entonces resulta innecesario evaluar a los chicos por los conocimientos adquiridos? Porque por más que los tuviera y pasara el examen, no le sirven para nada.

Bueno efectivamente, pero ahí hay un punto interesante para pensar en todo América Latina. Si vos pensás en las innovaciones educativas de la región, podés agruparlas en dos grupos: una sociedad que para todo se necesita dar cuenta del mérito que se tiene para lograrlo a través de exámenes y pruebas, cuyo ejemplo más relevante en Chile, u otro modelo que es el sistema de las tutelas. Tenemos los chicos en la escuela, como no aguantan les ponemos tutores, y como éstos no alcanzan le ponemos coordinadores de tutores, y toda una ortopedia para que los chicos aguanten. Esos modelos, a mi entender, tienen que ver con países que están preocupados con mantener la escuela como un espacio de disciplinamiento. Entonces, esa escuela, no puede dar lugar al cambio y a la creatividad. Lo que están haciendo países como Holanda y Finlandia, es pensar en modelos educativos distintos en los que casi no hay exámenes y tienen los mejores resultados en las pruebas internacionales. Han articulado aprendizaje a gratificación y no a castigo como hacemos nosotros. Hay una discusión que tenemos que dar en la Argentina, que tenemos esta cultura de adorar el pasado que nos prometía una grandeza que no tuvimos. Si vamos a hacer una escuela que repite la escuela de principio de siglo, nos va a ir mal, porque la cultura y los chicos eran otros.

¿Cómo hacés para que los maestros que hay en la actualidad, que están más emparentados con la vieja escuela, entiendan la importancia de la creatividad y la participación del alumno en la construcción del aprendizaje?

Habría que pensar qué hizo la escuela moderna para instalarse. Yo creo que hay que hacer una capacitación, pero no una capacitación como la histórica de dar cursitos sino una que capacite al docente como pensamos que él debe dar las clases, y ver el aula como un espacio con chicos que están con un proyecto llevándolo adelante, usando la tecnología para averiguar lo necesario, produciendo materiales orales, escritos y audiovisuales, y un docente que está acompañando eso.

Tomado de: http://www.infobae.com/sociedad/2016/07/13/la-escuela-tradicional-es-homogeneizadora-y-necesitamos-chicos-creativos/

Comparte este contenido:
OtrasVocesenEducacion.org