Por qué Euskadi ha dejado de ser un referente en las evaluaciones internacionales

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

PISA 2015 y PIRLS atestiguan la caída de Euskadi. Dificultades en la comprensión lectora del alumnado señalan la necesidad de revisar el modelo lingüístico.

El años pasado, a finales, se publicaba el último informe PISA, sobre datos de 2015. La sorpresa pilló a propios y extraños con el pie cambiado, Euskadi, una de las autonomías con mejores datos en educación, en todos los niveles y variables, caía prácticamente hasta la última posición del ranking, dentro de las comunidades autónomas.

Un pequeño gran terremoto para una comunidad pequeña que invierte más que nadie en su alumnado, cerca de 10.000 euros, duplicando las inversiones de comunidades como Madrid o Andalucía.

Un sistema que es y ha sido referente en innovación educativa desde hace décadas, en el que la Formación Profesional tiene un lugar destacado en el sistema, una educación con la mitad de los centros en régimen de concierto, con un fuerte sentimiento de pertenencia a un sistema común de educación.

Hace unos días PIRLS, que mide la competencia lectora, volvía a poner a la autonomía en el centro de las miradas. Su puntuación es la peor de todas las autonomías: 517 puntos. Por debajo de Andalucía (525) y de Catalunya (522).

Las alarmas volvieron a sonar en Euskadi, al menos en parte del Departamento de Enseñanza. Llevan desde los datos de PISA 2015 intentando dar con las posibles razones que han dejado las cifras de País Vasco en las pruebas internacionales entre las más baja.

¿El modelo lingüístico?

También se debe a que hubo un cierto movimiento de contestación en contra de la prueba de evaluación que, de una manera y otra, podría haber afectado al desarrollo de las pruebas, a la motivación de familias y alumnos a la hora de enfrentar dichos test.

Pero ambas razones no parecen suficientes para justificar este cambio. Y menos si se tienen en cuenta los datos de PIRLS, prueba ajena a la OCDE, que se celebra cada cinco años y está en manos de la IEA y no de la OCDE.

A partir de este momento comienza a tomar más peso la hipótesis, dentro de la consejería, de la necesidad de mirar con mayor atención al sistema lingüístico vasco, la apuesta más importante de la autonomía desde hace años. Y esto es así porque la escolarización en euskera podría estar afectando a la comprensión lectora de los alumnos y, por efecto cascada, estar afectando al resto de competencias que miden las pruenas internacionales, así como las evaluaciones de diagnóstico.

Hoy por hoy, según datos oficiales del Departamento de Educación, aproximadamente el 80% del alumnado de Infantil está escolarizado en el modelo D. Este es el modelo en el que toda la enseñanza es en euskera, y el castellano se enseña como lengua. En Primaria supone en 73% del alumnado y en la ESO, casi un 66%. La progresión en los últimos años ha sido de crecimiento constante de la escolarización en el modelo D.

Tan constante y claro que ha dejado al modelo A, de escolarización en castellano con el euskera como asignatura en prácticamente residual (quitando las enseñanzas especiales, en donde la proporción se invierte), o el modelo B, en el que hay parte de la enseñanza en un idioma y otra parte en el otro.

Según las hipótesis que se manejan, los últimos resultados de la escuela vasca podrían deberse a factores relacionados con el alto crecimiento de la matrícula en el modelo D. Esta ha supuesto, entre otras cosas, una importante inversión en la acreditación de muchos docentes. Lo que no está claro es que estos docentes tengas unas competencias en euskera tan buenas como en castellano.

Esto se sumaría al hecho de que el alumnado no cuenta en casa con que se hable en euskera. Es en la escuela en el único lugar en el que tienen la inmersión. “No se pueden dar más horas al euskera en la escuela” aseguran fuentes del Departamenteo. No se puede porque no las hay. La escuela ha hecho buena parte de lo que podía y tal vez es el momento de que la apuesta por defender, mantener y aumentar el uso del euskera en la sociedad se haga en otros ámbitos, más allá del educativo.

Junto a que no se pueden dar más horas de euskera en el colegio, hay que pensar que la mayor parte de los chicos y chicas que están en el modelo D hablan la mayor parte del tiempo, al salir de las clases, en castellano, lo que tampoco facilita las cosas.

Según estas mismas fuentes, es necesaria una reflexión improtante sobre los objetivos del sistema educativo vasco después de ampliar la escolarización en euskera todos estos años. Tal vez poniendo más el foco en las acreditaciones docentes, por ejemplo. O en meditar hacia dónde debe moverse el modelo lingüístico. Contanto, en este sentido, con que las familias demandan cada vez más tiempo en inglés dentro de la escuela, lo que supondrá, eventualmente, complejizar todavía más un sistema lingüístico bastante complejo ya.

A esto, dicen fuentes del Departamento, puede unirse el hecho de que el haber obtenido tan buenos resultados en otras pruebas, así como viendo cifras como las que tienene de abandono educativo, fracado o idoneidad, ha habido cierta complacencia desde la Administración a la hora de pensar en mejoras.

Falta de un plan estratégico después de una legislatura dedicada a la crítica a la LOMCE, que hizo que los esfuerzos del Departamento dejaran a un lado la política educatia vasca para hacer crítica a la política venida desde el Ministerio.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/12/13/por-que-euskadi-ha-dejado-de-ser-un-referente-en-las-evaluaciones-internacionales/

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Los “mejores” docentes están sobrerrepresentados en la privada

Por Pablo Gutiérrez del Álamo

Un estudio determina que la «calidad» de los docentes produce una variación del 6% en los resultados de los alumnos en el informe Pirls 2011. Formación permanente y experiencia son elementos que mejoran la calidad docente.

Es más fácil encontrar profesores que tienen un mayor impacto en los resultados de los alumnos en las evaluaciones internacionales en centros privados (concertados o no) que en los públicos. También lo es, encontrarlos en aquellos centros en los que las familias tienen mayores índices socioeconómicos y culturales que en el resto.

Es una de las conclusiones que se extraen de la monografía La calidad del profesorado en la adquisición de competencias de alumnos. Un análisis basado en Pirls 2011 elaborado por los profesores Jorge Calero y Orial Escardíbul y editado por las fundaciones Ramón Areces y Europea Sociedad y Educación.

El estudio intenta determinar cuál es el impacto que un determinado docente tiene sobre el alumnado en relación con los resultados en competencia lectora que estos tienen en el informe Pirls del año 2011. Para hacerlo se han controlado todo el resto de variables que pudieran estar influenciando los resultados (la más importante de ellas siempre es la relacionada con el índice socioeconómico y cultural de las familias), de manera que los investigadores han determinado que los docentes suponen una variación del 6% en la media (500 puntos en la escala Pirls) en los resultados de sus alumnos.

El estudio, además, ha comparado el impacto de los docentes “mejores” y “peores” en relación a los resultados de sus alumnos. De esta forma, el grupo de docentes con un percentil 75 en la escala de “calidad” determinada por este estudio, frente a los de percentil 25, la diferencia de puntos de sus alumnos es de prácticamente 30, siendo el valor de España 513. La diferencia en los extremos es mayor, y comparando los del percentil 95 frente a los de percentil 5, la variación es de 80 puntos.

A parte de la influencia del docente en los resultados, el estudio determina que estos docentes se encuentran en los centros educativos privados, así como en aquellos cuyas familias tienen mejores posiciones socioeconómicas y culturales. Es decir, los mejores están donde menos se les necesita.

Entre las razones para que esto sea así, el profesor de la universidad de Barcelona ha apuntado a causas como la mayor capacidad de las direcciones escolares a la hora de conformar los equipos educativos que existe en la privada, frente a la pública. También a otros motivos como las condiciones laborales o la posibilidad de elección de los propios docentes.

Los centros privados tienen una mayor capacidad para atraer a personal y fijarlo al proyecto. Consiguen formar equipos estables en el claustro, frente a una pública que, en los últimos años y desde 2010, ha pasado de una interinidad del 8% a una de más del 25%.

Preguntado por la posibilidad de que el sistema de acceso a la función pública docente no esté garantizando que los mejores docentes accedan a las aulas, Calero ha dejado claro que las oposiciones son un sistema de selección, al igual que la privada tiene sus propios sistemas. “El sistema de oposiciones es un fitro, no el único ni necesariamente el mejor”, afirmó, aunque “el estudio no dice que la oposición sea un mal filtro”.

Entre las características que podrían influir, aunque no era este el objeto del informe, en la calidad de los docentes, se encuentran una mayor experiencia enseñando, la formación permanente y que hayan hecho una formación específica en relación a la comprensión lectora, ámbito al que se circunscribe la evaluación de Pirls.

Para Jorge Calero sería deseable evitar el conocido como Efecto Mateo, es decir, que quienes mejor lo tienen consiguen mejores recursos, y hacer que los mejores docentes o los que parecen influir más positivamente en los resultados de los escolares, estén más representados en la pública o en aquellos centros de entornos no más desfavorecidos. Eso sí, no está claro cómo conseguirlo, y no apuesta específicamente por utilizar incentivos económicos.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/02/22/los-mejores-docentes-estan-sobrerepresentados-en-la-privada/

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