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¿Intuitivo o analítico?: descubre qué hemisferio predomina en tu personalidad

Por: Paco Pepe Gil

Al menos una parte de las características más llamativas de nuestra personalidad depende de cuál de los dos hemisferios del cerebro predomina en ella. A continuación, todo lo que debes saber sobre literalidad cerebral y su influencia directa en la manera en que pensamos y nos comportamos.

Es bien sabido que el cerebro consta de dos mitades o hemisferios conectadas entre sí por un extenso haz de fibras nerviosas llamado cuerpo calloso. El hemisferio izquierdo gestiona el pensamiento analítico mientras que el lado derecho se inclina más por la intuición. El predominio de uno sobre otro influye en nuestra personalidad y nuestra forma de actuar.

La lateralidad cerebral se refiere al diferente funcionamiento que tiene cada uno de los hemisferios del cerebro humano. Pero esa lateralidad no es total y ambas partes se reparten muchas funciones y colaboran y se comunican entre ellas para desempeñar bien cada tarea concreta. ¿Qué hace exactamente cada hemisferio? ¿El predominio de uno u otro es una constante en la personalidad o existen circunstancias que pueden hacer que varíe?

 

Qué hemisferio predomina en ti

Por lo general, se relaciona el cerebro con las capacidades y funciones de la persona pero también es el órgano que controla la inteligencia, la memoria y los sentidos, de manera que condiciona en gran medida nuestra personalidad, nuestra forma de ser. El que alguien sea más creativo que lógico, más práctico que idealista, más atrevido que tímido depende hasta cierto punto de su estructura cerebral, un terreno que todavía un buen número de incógnitas.

Lo que sí se sabe es que la personalidad viene muy condicionada por hemisferio cerebral dominante. Así, por ejemplo, en las personas diestras –factor también a tener en cuenta- el sector izquierdo es el que se ocupa del lenguaje y es, por tanto, un cerebro racional y lógico que piensa en serie, reduciendo todo a números, palabras y letras. Por el contrario, si alguien está dominado por el hemisferio derecho se mostrará más intuitivo y no tan verbal, capaz de recurrir a pensamientos en patrones e imágenes y más proclive a centrarse en lo general que en lo particular.

El cerebro es un centro de mando muy curioso, capaz de suplir sus propias carencias. Así, una lesión en el hemisferio izquierdo puede provocar que se `borre´ la letra de una canción y sin embargo la melodía permanezca absolutamente nítida. Por el contrario, si la zona dañada es el lado derecho, que está vinculado al arte, a la música, la contemplación y la meditación, la persona puede olvidarse totalmente de la tonadilla, pero la letra no se borrará.

 

Misiones diferentes, una finalidad compartida

En su vida cotidiana, las personas utilizan continuamente un hemisferio más que otro. Muchas funciones que desempeñamos a diario, como hablar, escribir, escuchar música están lo que se podría denominar como lateralizadas. Por ejemplo, el lenguaje hablado o la capacidad artística, la capacidad de síntesis y muchas tareas de visión espacial dependen del hemisferio derecho, que es igual de capaz que su socio y que además es más integrador y está especializado en las sensaciones y concibe las situaciones, integra varias fuentes de información (olores, sonidos, etc.) y las computa como un todo.

Otras funciones, como el cálculo matemático o el análisis, están asignadas al hemisferio izquierdo, que también está especializado en el manejo de la lógica, el procesamiento de la información, el pensamiento proporcional, la organización de la sintaxis, el control del tiempo, la toma de decisiones y la memoria a largo plazo.

Es curioso como cada parte del cerebro realiza sus funciones y sus capacidades. El hemisferio izquierdo controla mejor su parte del cuerpo que el derecho y funciona mucho mejor en tareas de memoria cuando el contenido es verbal. Sin embargo, el derecho rinde mucho más en misiones de capacidad espacial, es decir en cuestiones de distancia y dirección, y también en el campo emocional, ya que interpreta de forma sobresaliente las expresiones faciales, los estados de ánimo y los cambios de humor.

Por lo general, siempre hay un hemisferio dominador en nuestra conducta y generalmente es el izquierdo entre el 80 y el 87% de las personas. Sin embargo ambos lados siempre están conectados entre sí y funcionan como procesadores de información independientes con funciones complementarias. Es decir, que trabajan de forma coordinada, en equipo, y cuando uno de ellos resulta dañado se altera la función correspondiente aunque esta lesión no tenga lugar en el lado superior en el desempeño de dicha tarea.

Un dato a tener en cuenta es que el lado que prevalece, generalmente el izquierdo, parece estar más estrechamente asociado con la consciencia.

¿Se puede cambiar la dominancia?

No hace demasiado tiempo, se pensaba que la lateralización del cerebro era una característica específica de los seres humanos y que el resto de animales no tenían esta diferencia. Esta es una teoría que se basaba, principalmente, en la prominencia del hombre. Actualmente, está bastante desfasada. Lo que está claro es que en una persona diestra, el hemisferio dominante es el izquierdo y tienen más habilidad y mayor rendimiento con la mano, la pierna, el oído y el ojo derecho. Justo lo contrario de lo que les ocurre a los zurdos.

Un factor a tener en cuenta es que cerca del 40% de los sujetos no tienen establecida plenamente una dominancia por parte de uno de los dos hemisferios. O la tienen mezclada.

El cerebro es un órgano transformable y que se adapta mucho más de lo que se creía y no solo de niño, sino también de adulto. Se ha intentado cambiar la dominancia mediante la meditación y el aislamiento y se ha tratado de adormecer el lado izquierdo con la falta de estímulos y la privación sensorial para motivar el hemisferio derecho.

Todavía hay mucho terreno para explorar y aprender del cerebro aunque se ha progresado muchísimo en las últimas décadas. Actualmente se conocen mejor las zonas asociadas a distintas funciones y las especializaciones que tienen cada hemisferio, su relación entre ellas y como afectan a la personalidad, aunque aún se desconoce cómo actúan concretamente. Se sabe, eso sí, que alteraciones orgánicas en el cerebro provocan cambios de comportamiento, unas veces severos y otras muy sutiles.

Funciones específicas de cada hemisferio

– Derecho: controla el espacio, la intuición, la inteligencia global, el sentido artístico. Es el encargado de analizar toda la información que recibimos. Tiene un carácter desestabilizante y donde se asientan los sentimientos negativos.

– Izquierdo: controla el tiempo, el lenguaje, el pensamiento analítico, el cálculo, sabe lo que hay que hacer y cómo hacerlo, los procedimientos. Ofrece estabilidad y tranquilidad. Es el lugar donde se asientan los sentimientos positivos.

Fuente: https://www.elperiodico.com/es/port/vida/20190715/hemisferio-cerebral-personalidad-lateralidad-piscologia

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Emoción y razón

31 de diciembre de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Javier Pombo

El equilibrio inteligente entre la mente racional y la emocional: una aproximación al desarrollo de las competencias sociales del individuo.

Tan negativa es la emoción desaforada
sin el freno de la razón, como la razón
sin el impulso de la emoción”

Anónimo

No pocas personas consideran que el desarrollo de la razón y la emoción[1] en el hombre son procesos independientes y en cierta medida antagónicos. Sin embargo, gracias a las influyentes aportaciones  de científicos, neurólogos, filósofos y psicólogos, hoy se puede evidenciar la convergencia existente entre estas dos dimensiones esenciales de la existencia humana.

Hoy en día, estudios sobre el análisis del comportamiento humano consideran en primer lugar la subjetividad, ya que al momento de la toma de decisiones el hombre no solamente tiene en cuenta los analisis racionales, sino que dependiendo del momento, la situación y la circunstancia, la carga emocional termina superponiéndose a la lógica de la razón.

Con lo anterior, se evidencia que el papel de la toma de decisiones no es un problema de poca monta, ya que por medio de ellas los hombres trazan los destinos y el sentido de sus propias vidas y, entre otras cosas, deciden la manera de invertir sus ingresos y los mandatarios que los van a gobernar.

Es decir que las acciones humanas contienen algo más que juicios, planes estratégicos, procedimientos y convicciones, ya que las mismas están cargadas de un contenido emocional de donde resulta fiable afirmar que la razón sin sentimientos es ciega.

A hora bien, se puede afirmar que el actuar del individuo está constantemente  acechado por la incertidumbre sobre en qué momentos es la razón quien domina la emoción y en qué casos es más dominante la emoción y más ineficaz la razón; incertidumbre que podríamos formular en el siguiente cuestionamiento: ¿Cómo lograr mantener el equilibrio inteligente entre la mente racional y la emocional favoreciendo el desarrollo de las competencias sociales del individuo?

Para intentar responder lo anterior, vamos a revisar algunos autores que han hablado al respecto. Rubinstein dice que la emoción aparece como el nivel de conciencia subjetiva (sentimiento- feeling), que la persona experimenta frente a un estímulo tanto interno como externo, que se puede llegar a evidenciar y manifestar desde diferentes dimensiones, por ejemplo, la dimensión fisiológica (en los cambios corporales internos), en una dimensión expresiva y motora (en la manifestaciones conductuales externas), y en una dimensión cognitiva (funcionamiento mental)[2].

En la misma dirección, Joseph LeDoux, destacado neurobiólogo de la Universidad de Nueva York, explica que el concepto emoción abarca una respuesta corporal, compuesta de una parte vegetativa (sudoración, vasoconstricción o vasodilatación de los vasos sanguíneos de la piel, que producen respectivamente, palidez o enrojecimiento, temblor, etc.) y una respuesta motora, que da lugar a la expresión somática, gestual de las emociones (expresiones faciales, posturas, gestos de protección)[3].

Aristóteles, por ejemplo, en la Retorica considera que las emociones son la reacción inmediata del ser vivo con situaciones que pueden ser favorables o placenteras, y otras que por el contrario pueden ser desfavorable o dolorosas, la cual basta para poner en alarma al ser vivo y disponerlo para afrontar la situación con los medios a su alcance. Aristóteles concibe que las emociones posean elementos racionales como creencias y expectativas, razón por la que es considerado el precursor de las teorías cognitivas de la emoción.

Descartes, por su parte en las Pasiones del Alma, presenta a las emociones como afecciones, es decir, modificaciones pasivas causadas en el alma y por el movimiento de las fuerzas mecánicas que obran en el cuerpo. La función de las emociones es incitar al alma a permitir y contribuir a las acciones que sirven para conservar el cuerpo o hacerlo más perfecto. Considera que existen seis emociones simples y primitivas: el asombro,  el amor, el odio, el deseo, la alegría y la tristeza y que todas las demás están compuestas o son derivadas de estas.

Muchas de las obras existentes en la filosofía moderna insisten en la idea latente o explícita de que las verdades profundas no son únicamente intelectuales sino que son producto de una existencia multidimensional y emocional. Tal vez la más representativa de entre todas estas doctrinas sea la de Spinoza, quien a partir de un análisis sobre las pasiones humanas en La ética demostrada según el orden geométrico, presenta la intima relación entre las emociones y las acciones políticas.

Por otra parte, las doctrinas que niegan el significado de las emociones consideran que el mundo es racionalmente perfecto y que garantiza de manera absoluta la existencia y realización del individuo. Es decir, que el mundo al ser racional no contiene amenaza alguna para el hombre. Desde esta perspectiva, se evidencia cómo para los estoicos las emociones no tienen significado ni función alguna, puesto que la naturaleza ha proveído de modo perfecto a la conservación y al bien de los seres vivos, brindando a los animales el instinto y al hombre la razón. Por lo tanto, para el estoicismo, las emociones son consideradas como perturbaciones del ánimo, como opuestas a la razón.

Alberto Maturana nos invita a reflexionar con respecto a lo meramente racional, indicando que, frecuentemente, se declara que lo que distingue al ser humano de los otros animales es su naturaleza racional. Pero realmente decir que la razón caracteriza a lo humano es una anteojera, y lo es porque nos deja ciegos frente a la emoción que queda desvalorizada como algo animal o como algo que niega lo racional, es decir, que al declararnos seres racionales vivimos una cultura que desvaloriza las emociones y no vemos el entrelazamiento cotidiano entre razón y emoción que constituye nuestro vivir humano y no nos damos cuenta de que en el fondo “todo sistema racional tiene un fundamento emocional”.

Otras importantes investigaciones, como las del psicólogo Goleman en compañía de Mintzberg y otros especialistas, plantean que el ser humano tiene dos mentes. La primera de ellas: la mente emocional (emotional mind), que actúa como un motivador, una fuerza impulsora que da vida, ya que trasmite pasión, alegría e iniciativa, describiendo y valorando el estado de bienestar en la que se encuentra cada sujeto; distinguiéndose por percibir sensaciones, relaciones, generar corazonadas, ser  poderosa, influyente, a veces ilógica y rápida descartando la reflexión deliberada y analítica que es el sello de la mente racional, siendo propensa a la creatividad y a la intuición. Estas aptitudes se le atribuyen al hemisferio derecho.


[1] El término “emoción” tiene su origen en el verbo latino “motere” que viene a significar: impulso que induce a la acción. Por otra parte, elOxford English Dictionary define “emoción” como cualquier agitación o trastorno de la mente.

[2] Cf. Gonzalez Gil. Javier. Acercamiento a nuestras dos mentes: un mapeo neurobiológico de la emoción inteligente. Articulo Académico Consultado. Chía, Cundinamarca. Universidad de la Sabana.

[3] Cf. Revista Electrónica: www.rac.es/ficheros/doc/00472.pdf. Emociones y Cerebro. p. 59, 61.

“…al momento de la toma de decisiones el hombre no solamente tienen en cuenta los analisis racionales, sino que dependiendo del momento, la situación y la circunstancia, la carga emocional termina superponiéndose a la lógica de la razón”.

La segunda: la mente racional (rational mind), de la que somos típicamente más conscientes y que es más destacada en cuanto a la lógica, deducción y reflexión, pues es capaz de analizar y meditar. Estas aptitudes se atribuyen al hemisferio izquierdo, definido este ultimo por el neurólogo británico Jhon Huglings Jackson (1878) como la parte motriz capaz de reconocer grupos de letras formando palabras y grupos de palabras formando frases, tanto en lo que se refiere al habla, la escritura, la numeración, las matemáticas y la lógica, como a las facultades necesarias para transformar un conjunto de informaciones en palabras, gestos y pensamientos.

Psicólogos como Peter Salovey y John Mayer (1990) adoptan una visión más amplia de inteligencia tratando de reinventarla en función de lo que hace falta para alcanzar el éxito en la vida, revelando el novedoso concepto de Inteligencia Emocional (Emotional Intelligence).

Goleman (1995) difunde y define la Inteligencia Emocional como la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos. El psicólogo estima que la inteligencia emocional se puede organizar en cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación, y gestionar las relaciones. Sus características son: la capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de perseverar en el empeño a pesar de las posibles frustraciones, de controlar los impulsos, de diferir las gratificaciones, de regular nuestros propios estados de ánimo, de evitar que la angustia interfiera con nuestras facultades racionales y la capacidad de empatizar y confiar en los demás. De otra parte, su importancia se sustenta en la relación que existe entre sentimiento, carácter e instintos morales11.

En efecto, esta surge en respuesta al nuevo movimiento vanguardista de la alfabetización emocional y para lograr que nuestras dos mentes racional y emocional operen en  armonía y  equilibrio permitiendo obtener resultados positivos en nuestra vida, en donde la mente emocional le imprima energía a la racional y, esta última, ordene el comportamiento de las emociones. Por tanto, la dicotomía racional y emocional debe ser eliminada. Además se hace imprescindible destacar que[] los seres humanos poseen diferentes niveles de desarrollo de esta.

* Con el apoyo de Daniel Alberto Cardona Gómez.

 Bibliografía

GOLEMAN, Daniel. La inteligencia emocional. Barcelona: Vergara, 2004. P.397.

Artículos Consultados:

http://milton_leonardo_c.tripod.com/psicologiavirtual/publicaciones/2mentes.html

Gonzalez Gil. Javier. Acercamiento a nuestras dos mentes: un mapeo neurobiológico de la emoción inteligente. Articulo Académico Consultado. Chía, Cundinamarca. Universidad de la Sabana.

www.ciencias.uma.es/publicaciones/encuentros/ENCUENTROS86/mente.htm.

Mente emocional o mente racional.

www.tudecides.com.mx/articulos-ejecutivos/management/2120-los-hemisferios-cerebrales-en-el-trabajo-gerencial.html

www.comunidadsmart.com/articulos_detalle.php?id=205

Alianza entre los sentimientos y la razón.

www.misrespuestas.com/que-es-la-razon.html

www.scribd.com/doc/11736878/Resumen-Retorica-Aristoteles

www.mailxmail.com/curso-inteligencia-emocional-1/mente-racional-mente-emocional

Revistas Electrónicas:

www.rac.es/ficheros/doc/00472.pdf.

Emociones y Cerebro.

http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/casado47.pdf.

Un  breve recorrido por la concepción de las emociones en la filosofía occidental. 10p.

Libro Electrónico:

www.scribd.com/doc/7397629/Humberto-Maturana-Emociones-y-Lenguaje-en-Educacion-y-Politica.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/articulos-informativos/emocion-y-razon

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