Para reinventar educativamente al mundo, re-creándolo paradigmáticamente

Iliana Lo Priore Infante y Jorge Díaz Piña.

“Sin el cuidado que rescata la dignidad de la humanidad…

no se inaugurará un nuevo paradigma de convivencia”

Leonardo Boff, El cuidado esencial.

En un artículo publicado que lleva por título ¡Eduquemos para reaprender a habitar el mundo!, en el que enfatizamos el plano ontológico del habitar el mundo o la Pachamama, asumimos que era imprescindible cambiar de formas de pensar y actuar en el mundo para preservar la vida porque las que han prevalecido hasta ahora nos han llevado a la catástrofe y el desastre colectivos en todos los planos vitales que hoy padecemos.  Con ello planteamos que el primer principio que nos debe orientar es el de defender la existencia vital de todos por encima de cualquier circunstancia adversa que pueda implicar su extinción en cualquiera dimensión o magnitud, y que la asunción de este principio debe ser enmarcado en la fuerza defensiva que brinda la vida en comunidad, como segundo principio. Más estos enunciados por sí solos no bastan si no se asumen bajo concepciones orientadoras globales  de las prácticas y las relaciones sociales de los habitantes del planeta ante la gravedad de las diversas crisis junto a la pandemia, que se nos han superpuesto amenazadoramente sobre la existencia de todos y de la naturaleza.  Concepciones  globales sobre los diferentes ámbitos en que la vida humana se manifiesta, claro está, tomando en consideración los diferentes contextos socioculturales que configuran la diversidad dignificadora de las comunidades, pueblos y naciones.  Una manera de articular pertinentemente lo universal con lo particular, lo uno y lo múltiple.

Para ello, propusimos el imperativo de asumir el desarrollo de nuevos tipos o matrices de racionalidad, o lógicas de pensamiento y formas de razonamiento, también denominado plano metateórico o epistémico, y preteórico o epistemológico, por ejemplo, las Epistemologías del Sur propuestas por Boaventura de Sousa Santos, la del Presente Potencial y la Conciencia Histórica de Hugo Zemelman, de la Pedagogía Liberadora de Paulo Freire, de la Ética de la Liberación de Enrique Dussel, la de la Lógica Intelectiva del Análisis Político del Discurso de Ernesto Laclau, la de la  Transdisciplinariedad de Rigoberto Lanz, etcétera, y la construcción de novedosos paradigmas teórico-metódicos emergentes, en tanto articulaciones coherentes y consistentes de categorías, conceptos y nociones para interpretar o explicar la realidad, aquí enunciamos nuestra propuesta aproximativa del paradigma ECOPROTECTOR INMUNITARIO. Todo esto en el marco sentidizador de que PENSAR LA EMANCIPACIÓN EXIGE EMANCIPAR EL PENSAMIENTO. Y el pensamiento se emancipa a sí mismo haciendo que resuenen en él, junto con su corporeidad,  las alteridades de  los otros cuerpos, en contra del divorcio modernista mente-cuerpo cartesiano, y  los  ecos vibrantes por energéticos y sensibilizadores de la naturaleza.

Entre las racionalidades y los paradigmas existe la relación de plano de fundamentación o sustentación epistemológica de las primeras respecto de las segundas para producir conocimiento.  Hasta ahora en la producción de conocimientos científico-tecnológicos ha hegemonizado la racionalidad instrumental y los paradigmas positivistas de la ciencia que se han articulado con las lógicas de reproducción depredadora del modelo anticivilizatorio de la explotación de las energías de la naturaleza y de los hombres con el propósito de acumular capital y poder para unos cuantos.  Las epistemologías nombradas anteriormente (Epistemologías Sur…), se han articulado  como contrarias a  la racionalidad instrumental y a los paradigmas positivistas, y se han reivindicado como emancipadoras o liberadoras de la naturaleza dominada y de los hombres y mujeres explotados.

El paradigma crítico Ecoprotector inmunitario que sugerimos para la discusión y su recreación colectiva y las prácticas educativas liberadoras, se suscribe fundamentalmente de la racionalidad sensible, epistemología producida por Michel Maffesoli, y de los aportes de las otras epistemologías emancipadoras mencionadas. Es de destacar que a la racionalidad sensible maffesoliana la renombramos racionalidad sensible-afectual para darle relevancia a un tipo de relacionamiento social que consideramos trascendental para transformar la sociedad, como lo es la resonancia transcorporal o trans-subjetiva afectual o empática (sentir y sentirse juntos). La razón sensible-afectual  supone a su vez una sensible intelección en quien trata de entender la incidencia conformante de lo sensible en la realidad; de aquí que exige la congruencia de lo sensible  con lo inteligible. Asimismo, el paradigma crítico Ecoprotector inmunitario, reivindica las interpretaciones críticas de los pensadores indoafrolatinoamericanos y caribeños que han sistematizado y recuperado los legados ancestrales y contribuciones actuales de las renuencias y resistencias ideológico-culturales de los pueblos indoafrolatinoamericanos y caribeños, y sus actualizaciones desde los paradigmas decoloniales o antigloborrecolonizadores y antipatriarcales. No obstante esto, al paradigma que se propone lo transversalizan principalmente y críticamente las conceptualizaciones de la ecosofía de Félix Guatari, de la biopolítica de Michel Foucault y la inmunitaria de Roberto Espósito. Como resulta evidente, en consecuencia, y tratando de no ser eclécticos,  el agenciamiento de la interdiscursividad y la epistemología de la complejidad de Edgar Morin sirven de marco referencial de consistencia y coherencia a las estrategias articuladoras de las diversas concepciones o perspectivas epistemológicas y paradigmáticas en juego, junto a nuestras interpretaciones y construcciones.

En el contexto discursivo de este artículo tenemos limitaciones para explayarnos sobre cada conceptualización señalada  o sus imbricaciones complejas, por esto abreviaremos nuestras consideraciones y esperamos  para otro tipo de publicaciones poder desarrollarlas plenamente según nuestra interpretación,  por tanto,  trataremos sucintamente de exponer nuestra aproximación  paradigmática.

Nuestro paradigma es una teorización posible, en primer lugar, y en segundo lugar, es traducible a una apertura  de concreciones también posibles.

Desde nuestro punto de observación epistemológico-teórico,  el concepto de Presente Potencial y la Conciencia Histórica de Hugo Zemelman, en cuanto horizonte de oportunidades transformadoras que plantea a los sujetos la realidad social en movimiento debido a las contradicciones que se manifiestan a través de las crisis y que los emplaza a dar testimonio de sus opciones de compomiso escogidas, que según nuestros criterios o perspectivas analíticas, nos da posibilidades también para afianzar la perspectiva de la  Ecosofía de Félix Guattari (1996).  Por cuanto su definición,  demanda  la necesidad de definir, criticar y reconfigurar las existencialidades subjetivas ya que en las subjetividades se expresan las múltiples determinaciones y exigencias de la problematizada realidad en un marco ecológico integral histórico de relaciones ecosóficas ambientales, sociales y mentales, y  para proteger y redefinir, por consiguiente, la vida planetaria o local en la actualidad, que contemple a la naturaleza recuperada como otredad, y civilizatoriamente a las sociedades proyectándolas en otro mundo posible para el habitar contrario a la explotación de la Tierra o Pachamama y de los seres humanos.

Con relación al desarrollo de la subjetividad en la infancia, Guattari (2003) expresa lo siguiente:

“Esta subjetividad, que el psicoanalista y etólogo de la infancia Daniel Stern denomina el “yo emergente”, la debemos regenerar constantemente. Reconquistar la mirada de la infancia y de la poesía en sustitución de la óptica seca y ciega al sentido de la vida del experto y el tecnócrata” (p.38)  

Subjetividades existenciales, orientadas hacia su regeneración por nuevos saberes autopoiéticos y relaciones sociales afectuales, tan importantes en una educación-otra, porque definen las perspectivas emancipadoras a través de ella si  cambia liberadoramente en todos sus aspectos a partir de concebir transformadoramente a la escuela como habitar empático-afectual y de saberes críticos producto de la re-enunciación ecosófica del mundo y prácticas pedagógicas no parametrales.

Habitar que para afianzarse como opción de vida alternativa a la alienación de la existencia humana debe rivalizar por la hegemonía sociocultural y política contra la acepción de biopolítica formulada por Michel Foucault (2007), para quien ésta se configuró como control y poder de gestión gubernamental de la vida y de la muerte, de decidir quién muere y quien vive, como ha quedado evidenciado en el trato discriminatorio con los contagiados por el COVID-19 (se deja morir a los adultos mayores por falta de tecnología para su asistencia médica, entre otros), y asumiendo a las poblaciones como conjunto de cuerpos dóciles y útiles para instrumentarlas como fuerzas productivas y reproductivas principalmente económicas del orden social dominante, lo que igualmente ha sido evidenciado por las razones de productividad-rentabilidad del capital dadas como suficientes para que cese la cuarentena y se vuelva a los lugares de trabajo y empleo pese a que el riesgo de contagio no ha sido superado.

De allí que esa biopolítica del poder (o biopoder), que puede desarrollar, según Foucault (2000) en el texto Defender la sociedad, “lo monstruoso y, en el límite, virus incontrolables y universalmente destructores” (p.229), debe ser neutralizada y anulada por una política protectora de la vida que la contrarreste, como pudiera ser si nos  guiamos por la estrategia inmunizadora-comunitaria con base en la relatividad y revertibilidad de las prácticas sacrificiales del Estado-inmunizador, y de la misma comunidad cuando se asume  también como inmunitaria-sacrificial ante algunos de sus integrantes, expuestas  en el análisis de Roberto Espósito, para la cual proponemos la superación de la ambivalencia contradictoria de la preservación individualista (encierro del cuerpo en sí mismo) y la ecoprotectora comunitaria (el cuidado de todos por todos a través de la afectualidad solidaria), el yo/los otros, de individualidad-comunidad, immunitas/communitas (communitas hace referencia a lo común mientras immunitas refiere aquí a lo propio), confrontando el biopoder de la modernidad depredadora que rechaza lo común porque allí radica el riesgo de la permanencia de su prevalencia, en el peligro de la relación comunitaria por emancipadora.

Relación emancipadora que trata de ser contrarrestada por vía de la acción anticomunitaria y los dispositivos de inmunización negativa de la biopolítica del Estado moderno o Leviatán que principalmente busca en la inmunización su legitimidad soberana (la potestad de “hacer vivir y dejar morir”), de allí la estrategia de la “inmunizadora reclusión” de los cuerpos o aislamiento de los demás con pandemia o sin pandemia, por paradójico que parezca, recordemos la existencia foucaulteana de los otros encierros disciplinarios o “normalizadores” inmunitarios: el hospital, el cuartel, la escuela, la cárcel, etcétera.  De allí que Espósito (2006) señale ambivalentemente que “la inmunidad no es únicamente la relación que vincula la vida con el poder, sino el poder de conservación de la vida” (p. 74).

Hay que revertir alternativamente esa inmunización negativa aislante, individualista, disciplinadora y dominadora de los cuerpos del biopoder para hacer prevalecer hegemónicamente la inmunidad comunitaria no-sacrificial como contrafuerza con multiplicidad de estrategias que incluyen las nuevas relaciones sociales afectuales, los contrapoderes democráticos,  los saberes alternativos y  las prácticas recuperadas y re-creadas por las  ciencias  y las tecnologías reconvertidas ecoambientalmente y antipredatorias  para enfrentar las amenazas de las “pandemias” de distinto signo (prácticas pedagógicas antieducativas en las escuelas, económicas que anteponen la ganancia capitalista frente a las necesidades humanas generando pobreza y miseria, de las alienaciones mediáticas contraculturales, de mercantilización de las relaciones humanas, científico-tecnológicas depredadoras y contaminantes de la naturaleza y de la vida humana, sociales por discriminatorias e indignificadoras de las personas, políticas por antidemocráticas  o contrarias al autogobierno del demos, sanitarias por sacrificiales, etcétera).  En el contexto geohistórico de la reactualización de los acervos culturales indoafrolatinoamericanos y caribeños reivindicados por su pertinencia ecoprotectora ante su subalternidad por la dominación de un atávico colonialismo que siempre los ha indignificado y que subsiste como colonialidad del ser, del saber y del poder todavía, y a la que las Epistemologías del Sur contraponen la perspectiva deconstructiva de su dominio y relevo reivindicativo en el pensamiento y las prácticas de sus luchas emancipadoras.

A esta juntura de la complejidad, agenciada autopoiéticamente por nosotros, repetimos,  proponemos denominarla paradigma crítico Ecoprotector Inmunitario, que auspiciamos en el marco liberador de una concepción educativa amplia que forme para  re-habitar ecosóficamente el mundo como lo planteamos en el artículo referido al inicio de éste.

Este paradigma surge para direccionar una forma de razonamiento y acciones para evitar la dispersión ante la multiplicidad de rutas y direcciones que se presentan por la complejidad de la situación desafiante que se nos antepone en los ámbitos a reconfigurar, educativos, sociales, sanitarios, económicos, derechos humanos y de la naturaleza, etcétera. Una forma de razonamiento empático-afectual que propicia la emancipación de la sensibilidad y la inteligibilidad  contraponiéndolas a las lógicas reproductoras en el proceso de comprensión que nos interpela.

Ante la pregunta que formula Leonardo Boff (2002), “¿Qué energía articulará la trascendencia y la inmanencia, la historia y la utopía, la lucha por la justicia y la paz, para que construyan al ser humano en plenitud?” (p. 156), nosotres respondemos: ¡la del cuidado afectual!

¡Ante las crisis y la escuela que nos interpela: eduquemos en el paradigma ecoprotector inmunitario!

Referencias:

Boff, L. (2002). El cuidado esencial. Ética de lo humano, compasión por la tierra. Madrid: Editorial Trotta.

Espósito, R.  (2006). Bios. Biopolítica y filosofía. Buenos Aires: Editorial Amorrortu.

Foucault, M.  (2000). Defender la sociedad. Buenos Aires: Editorial FCE.

_________   (2007).  Nacimiento de la biopolítica. Buenos Aires: Editorial FCE.

Guattari, F.  (1996).  Las tres ecologías. Valencia: Editorial Pre-Textos.

________ (2003). Prácticas ecosóficas y restauración de la ciudad subjetiva. Quaderns d’arquitectura i urbanismeNº. 238. Barcelona: Ediciones Reunidas/ Grupo Zeta.

 

Palabras claves: Paradigma emergente de la ecoprotección inmunitaria, afectualidad, cuidado afectual, epistemología de la racionalidad sensible-afectual, ecosofía, biopolítica.

Correos: ilianalopriore11@gmail.com  y  diazjorge47@gmail.com

Fuente imagen: http://www.iescartuja.es/2012/04/13/proyecto-de-innovacion/

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