Entrevista a Inger Enkvist: “Los alumnos son, en última instancia, los responsables de su educación”

Fuente: El Diario de la Educación

Esfuerzo y responsabilidad del alumnado y las familias, además de un profesorado más y mejor preparado con algunas claves para Inger Enkvist. Así como más exámenes en toda la obligatoria y marcar itinerarios diferentes.

Inger Enkvist, hispanista y profesora sueca, defiende la profesión docente como una labor de intelectuales, cultos y bien preparados. Un sistema educativo con itinerarios que dé a cada alumno todo lo posible para que desarrolle sus capacidades. Defiende el conocimiento frente al aprendizaje por competencias.

A finales de octubre participó en el XVII Encuentro Nacional de Inspectores de Educación en donde habló del papel de los diferentes agentes de la comunidad educativa en el aprendizaje.

Hablaste del papel de las familias en el sistema educativo…

Hablé de los diferentes grupos que intervienen en educación; del Estado, de los profesores, de los padres y de los propios alumnos. Para decir que si las cosas van bien o mal no solo depende de un grupo, y es fácil que la culpa la tiene el Estado, que tienen un mal sistema; o que la tienen los profesores… pero destaca la importancia del apoyo familiar, y que esto es una responsabilidad, no es una estadística. Los propios alumnos son, en última instancia, los responsables de su educación. Y si no hacen un esfuerzo, que tampoco pidan que haya un buen resultado. Esto no es solo una opinión, se ha comprobado y es de sentido común.

¿Las familias deben preocuparse más?

Sí. Hay una investigación británica de los años 50-60 en la que miraron niños de 7 años en los que había diferencias. Estas se debían no a un déficit de su lenguaje normal, social, si no a que algunos habían empezado más tarde su desarrollo intelectual, y otros habían avanzado mucho.

Hay también una investigación norteamericana, de Kansas en los 60, en una idea de acabar con las desigualdades, con bebés de 6 meses. Hicieron una grabación de una hora durante dos años y medio. Con 42 niños de diferentes grupos sociales. El resultado es que a los 3 años algunos tenían vocabulario activo de 700 palabras, mientras que otros de 2.100 palabras.

Lo verdaderamente interesante es que encontraron un dato que no buscaban: los que que tenían un vocabulario de 700 palabras, habían oído algo así como 10 millones de palabras. El otro grupo, 30 millones. Además de lo genético, tenemos que algunos niños simplemente no han tenido acceso a más material que este. Si tus padres no te dirigen 20 millones de palabras extra antes de los 3 años esto no es culpa de la sociedad; pero es un dato que debemos tener en cuenta y debería hacernos cuidar mucho la calidad del profesorado en todos los niveles, también en primaria.

Si la familia no respeta a sus hijos tanto como para hablar con ellos, estar con ellos, porque por quererlos… ¿cómo lo compensas con medidas sociales? Otras investigaciones del mismo tipo vienen a decir que la atención de los padres, tanto de cariño como intelectual, y el esfuerzo del propio alumno para leer y aprender cosas intelectuales, son muy importantes para el desarrollo del alumno.

El concepto socioeconómico, que se utiliza muchísimo, es un concepto político porque se quiere evitar la idea de la responsabilidad personal.

Se dice en investigaciones como PISA que si se cuenta el índice socioeconómico los resultados se igualarían más, pero los niños no viven en una burbuja en la que esto pueda sustraerse…

Por eso hablo de un psicólogo norteamericano que se llama Laurence Steinberg que escribió hace algunos años Beyong de classroom: Why School Reform Has Failed and What Parents Need to Do (Más allá de la clase: Por qué las reforma escolar ha fallado y qué deben hacer las familias). Estudió cuántas horas dedicaban los alumnos a sus tareas. Adolescentes de 13 y 14 años, unos 20.000 jóvenes. Llega a la conclusión de que los que llama anglos, de origen étnico europeo, trabajan mucho pero no con los estudios. Participan en cosas de arte, deporte, trabajan, hacen mil cosas y se dedican a estar con los amigos… están muy ocupados. Pero dedican muy poco tiempo al estudio y, aunque no les sale mal, sí regular. Están muy por debajo de su capacidad de aprender. Los contribuyentes les pagan los estudios, y a ellos no les apetece aprovechar esa posibilidad.

Mientras, los alumnos asiáticos recién llegados a Estados Unidos sí se dedican a los estudios. Una escuela que es muchas veces pública, obligatoria, gratuita, necesaria para conseguir una plaza en la universidad, para tener un puesto fijo… las personas autóctonas lo toman como algo evidente, sin valor, sin importancia. Y los recién llegados ven el enorme valor de todo eso y lo aprovechan a fondo. Esto demuestra que es el puro esfuerzo la gran diferencia entre los anglos y los vietnamitas, los coreanos, los chinos. Es el esfuerzo. Y también quizás el apoyo de los padres. Diría que las familias anglo queremos a nuestros hijos pero no les exigimos tanto.

¿Cómo cambiamos la mentalidad de unos jóvenes?

La solución está en la educación. Con algo tan sencillo como tener unos exámenes exigentes, restringir un poco la entrada a la universidad en vez de abrir las puertas a quien se acerque por ahí… esto no cuesta dinero.

El ministro Wert decía que si la PAU la pasaba tanta gente es que no funcionaba bien…

Claro, claro… es obvio. Cuando alguien oye que el 95% pasa y puede seguir, uno no piensa en el nivel de estímulo que tiene un examen; no es solo comprobar que a una edad los alumnos de un país tienen ciertos conocimientos. La idea es que con el examen trabajen más, que se esfuercen más y que aprendan buenas costumbres de trabajo. Lo que veo en la universidad.

No es solo que tengan menos conocimientos, es que no tienen esta costumbre automática de trabajar, de ponerse una meta. Esto es una técnica y si aprendes a hacer esto en la ESO, no te cuesta luego nada..

Hay quien critica ciertos exámenes porque segregan o dejan fuera a ciertos alumnos…

Sí, esto se dice, por todas partes, lo repiten y lo repiten, pero esto es una falacia, a mi modo de ver. Hay miedo a la desigualdad. Esto es hipocresía. Si tienes miedo a una posible desigualdad es que sabes que ahí está, pero no quieres hablar de ella. Además, si sigues como si no fuera un problema, no vas a hacer nada para disminuir la desigualdad.

En Singapur, un país poco popular porque allí se esfuerzan, tienen un lema: cada alumno debe tener la posibilidad de llegar a su nivel óptimo. Tener un lema así quiere decir que tú aceptas la idea de que los alumnos son diferentes, pero al mismo tiempo dices que lo que podemos ofrecerles es llegar hasta donde puedan, no sin esfuerzo. Cada uno tendrá que esforzarse.

Si aceptamos ese lema, aceptamos itinerarios, usando una palabra maldita: proponer diferentes caminos para que puedan llegar a su nivel óptimo, porque lo que es inaceptable, despreciable, es que sabemos que los alumnos con dificultades para estudiar se quedan estancados en su aprendizaje, quizá a los 10 años de edad: sin saber leer de manera fluida, sin tener las cuatro reglas de cálculo… aunque les des más horas no se enganchan al grupo, al revés. El resto la escolarización es un puro esperar, un intentar que no te vean, pasar desapercibido. No un regalo por parte de la sociedad, sino algo horrible. Hemos introducido en los países occidentales la idea de una talla para todos.

¿Cómo ha sido esto?

Yo creo que eso se basa en parte en un pensamiento mágico, porque vemos el cociente intelectual, el número 100 y de alguna manera sabemos que los que tienen 130 se aburrirán; y se dice de manera cínica que de todos modos ellos se arreglarán. Pero también los hay de 70, 75 y 80 y tienen mucho más difícil defenderse, sus familias lo tienen más difícil para encontrar un centro adecuado para ellos y las opciones para su vida profesional son menores. Y se dice que la escuela única es para ellos, pero no es para ellos, porque no se ha comprobado que esto les favorezca, es una suposición, una afirmación de unos ideólogos que dicen que esto es lo bueno. Esto es cínico, es no tener conmiseración, no querer ayudarles.

¿Cuál sería la solución, tener tres sistemas diferentes?

Sí. Yo diría que a los 11 o 12 años hay que ofrecer esas tres ramas. Vamos a exigir a todos un poco más de lo que les viene fácil, para que todos hagan lo mejor posible y sientan el placer de aprender y salir adelante. Y siempre tener abierta la puerta para pasar a otro camino. Porque nadie quiere mantener a nadie en un camino, en una elección que después de un tiempo no es la mejor.

Se dice de esto que es condenar a los del camino más lento a no ir a la universidad. Pero si la cuestión es saber leer de manera fluida y entender información social, comercial, política. Debemos darles eso para que sean ciudadanos y personas competentes.

Se dice que además, de las metodologías, hay un problema con los contenidos. Los alumnos con ellos…

Dicen eso, sí, lo sé. Creo que están equivocados. Es cierto que muchos alumnos se desconectan y no se interesan por el contenido, pero eso es porque no han empezado a aprender. Si empiezas a aprender algo, el profesor puede conectar con lo que ya sabes y, además, te acostumbras a sentir un placer aprendiendo. Tanto por el aprendizaje en sí como porque te acuerdas de lo que has aprendido antes. También por tener un 9 sobre 10 (risas).  Pero claro, un niño que no ha sentido eso con una profesora, que le dice: “Es aburrido pero lo tenemos que hacer”… claro, ¿cómo se va a interesar el niño por eso?

Una maestra o un profesor que lleva a su grupo con una sonrisa y dice el viernes: “¿Os acordáis de que el lunes no sabía algo y hoy casi todo el grupo lo sabe? Y la semana próxima podremos dejarlo y dar un paso más”.
Hay que construir un entorno social afectivo e intelectual alrededor del niño e incluirlo en el grupo de niños que aprenden bien con su maestra. Van a vivir felices.

Parece que hay un choque entre quienes habláis más de contenido, más intelectual si se quiere, y el aprendizaje por competencias.

Es una diferencia tanto intelectual como ideológica. La moda de las competencias vino de la OCDE, una organización económica. PISA mide competencias y, en parte, estas se basan en los conocimientos, pero en parte es algo práctico, como algo que se hace con las manos, que se entiende trabajando. Es un tipo de mistificación: decir que hay algo diferente del aprendizaje intelectual es disminuir la importancia de este. Y ahí hay una relación con una idea política de que todo el mundo es igual, todos son iguales y todos pueden tener competencias, habilidades… Creo que esto es un engaño.

Lo que necesitan todos es desarrollar al máximo su inteligencia y sus conocimientos y después de esto, pueden hacer diferentes cosas con lo aprendido. Pero no quiere decir que haya un atajo: que puedes ir a las competencias sin pasar por el conocimiento. Da un poco la idea de que hay algo al lado de la inteligencia y los conocimientos, las competencias. Esto es puro engaño, no puedes tener una competencia que no se base en la comprensión y la inteligencia.

Los socialistas que están detrás de PISA y la OCDE no entienden bien lo que es realmente. Están tan ideologizados que se engañan a sí mismos porque no entienden bien cuáles son los mecanismos.

Insistes mucho en la necesidad de que los profesores sean una figura intelectual. Hablas sobre la formación en Finlandia.

Hay ejemplos en varios países. Me han dicho que en Corea, la parte mejor del sistema es la primaria, porque para sus docentes hay una cuota: todos los que entran tendrán un trabajo después y un salario muy bueno. Es atractivo entrar porque tienes la vida arreglada. Mientras, para la secundaria, estudian muchos pero sin saber si entrarán en la profesión. Hay más inseguridad y un nivel un poco menor.

Según Diane Ratvich, historiadora de la educación, dice que la década de oro de la educación en EEUU fueron los años 30, porque con la crisis muchas empresas cerraron y gente muy inteligente de otras áreas, de pronto, quiso ser profesor. Durante estos años y antes de la guerra, intelectualmente tuvieron excelentes profesores. Y, además, se dio algo menos de inmigración. Se dio a la vez, una población estudiantil más estable y un nivel claramente más cualificado en el profesorado. El resultado fue muy bueno,

Esto concuerda con Finlandia. Elegir a los profesores entre los mejores del bachillerato es exactamente esto. Elegir a los mejores antes de la formación. Lo mismo hacen en Singapur, que ofrecen una paga durante los años de formación, pueden reclutar a algunos muy buenos. Y después de formarlos y dejar que trabajen unos cuantos años, pueden seguir como empleados del Ministerio de Educación, escribir manuales o ser formadores de profesores. Cuando empiezas con una base muy fuerte intelectualmente, todo lo demás prácrticamente se arregla solo. Porque es gente de confianza, gente inteligente.

¿Es mejor valorar el expediente frente a la experiencia?

Yo diría que sí. Si les hacen una prueba de conocimientos se podrían presentar tanto los que han trabajado muchos años como los nuevos. Un buen profesor, con muchos años de experiencia, debería saber mucho; y algunos jóvenes, aunque hayan pasado recientemente por la universidad, quizá no sepan tanto. Así que es muy justo hacerles una prueba de conocimiento…

Los profesores se siente siempre criticados: por las familias, por las administraciones…

Es así. No creo que la percepción de los docentes sea equivocada. Para corregirlo se necesitan, por ejemplo, exámenes escritos al final de la escuela obligatoria, de la ESO, a los 11 años también, y al final del Bachillerato, para que se viera al profesorado como una ayuda necesaria para que el hijo obtenga un buen conocimiento y pueda defenderse en los exámenes. Si no hay exámenes, si los resultados a penas importan, solo para algunas pocas carreras, y si ve que un alumno puede quedarse en el grupo a pesar de que trabaje poco… esto es como burlarse de los profesores.

Y aquí estamos de vuelta con los itinerarios. Es bastante cruel eso de repetir curso. Ayuda a veces, pero quizá es un signo de que el chico está en un programa que no le conviene. Si no hay una opción entre diferentes itinerarios, quizá un chico que no trabaja bien en un itinerario, pudiera trabajar mejor cambiando la dirección, más que repetir. Con la repetición quizá algo más aprenderá, pero será mejor empezar con algo ligeramente distinto.

Últimamente hay mucha apuesta por la innovación educativa, como metodologías activas…

Esto no está probado. Si no, estaríamos en la cumbre de la educación internacional. Con tanta innovación como tenemos.

Hay un estudio de John Hattie que dice que no es la inversión en tecnología, sino la clase magistral, la atención y el estudio cuidadoso lo que da buenos resultados. Otro estudio de Hanusek y Bosman, economistas especializados en educación, y dicen que no es más inversión en un sistema que no funciona, o en tecnología, ni en los sueldos, sino hacer otros cambios. Son los exámenes externos rigurosos, esto es lo más importante.

Eso de la innovación educativa es una manera de intentar ganar dinero chantajeando o seduciendo a personas que representan al sector público que pagan con el dinero de los contribuyentes.Es lamentable…

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/12/07/los-alumnos-son-en-ultima-instancia-los-responsables-de-su-educacion/

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Entrevista a Pablo Pérez: El profesor está más solo que nunca, en su tarea de educar

08 junio 2071/Fuente: webdelmaestrocmf

En el conversatorio “Ser profesor hoy”, el filósofo y educador mencionó tres aspectos preocupantes sobre la tarea docente y dejó claro que el rol del maestro es enseñar la verdad.

El doctor Pablo Pérez, exdecano de la Facultad de Ciencias de la Educación de UDEP, especialista en temas de Filosofía y Psicología, afirmó que el profesor está más solo que nunca, en su tarea de educar, pues antes “también lo hacían la familia y la sociedad.

Sin embargo, hoy, la mayoría de las primeras no educa y la sociedad, engaña. Tenemos que enseñar nosotros solos (los maestros) y, además,  compitiendo con lo que se dice fuera. Por ello, debemos estudiar mucho más”, dijo a los más de 150 estudiantes y docentes que asistieron al conversatorio.

Durante su exposición, mencionó otros dos aspectos de su especial preocupación respecto a la tarea que le corresponde cumplir al maestro, actualmente.  Dijo que el profesor “debe ponerse en contacto con la verdad, pero esta escasea mucho en el mundo. Por ello, tenemos que dedicarnos a encontrarla o nos quedaremos sin profesión; no tendremos qué enseñar”. Educar, recalcó, es enseñar verdades claves que le sirvan al hombre como guías para siempre.

Anotó que si la tarea del filósofo es buscar la verdad, la del educador es enseñarla. El hombre, dijo, “está hecho para buscar la verdad; y, al hallarla, alguien tiene que decirla y enseñarla; para lo cual,  hay que conocerla muy bien”, concluyó.

En otro momento de su exposición, recomendó a maestros y alumnos no adaptarse a la forma ‘líquida de la sociedad’ (que supone adaptarse a todas las ideologías, al individualismo, al consumismo y las modas, etc.) que es contraria a la búsqueda y enseñanza de la verdad. “Adaptarse a cualquier cosa no es el fin de la Educación”, subrayó.

Asimismo, se refirió a otra cuestión importante: “Es preocupante que la educación se preocupe más por los métodos que por el conocimiento de la verdad. El método no nos dice cuál es la verdad, solo se adapta a lo que la sociedad quiere en un determinado momento. Hay que preocuparse de que el maestro sepa cuál es la verdad; si la conoce bien siempre encuentra la forma de enseñarla”.

Si queremos que el profesor sea cada día mejor ha de ser más sabio, anota el doctor Pérez, “debe darse cuenta de que tiene que saber mucho sobre el hombre y el mundo. Esto le permitirá poder orientar a los educandos en los problemas de su vida diaria”.

Falta humanidad en el mundo

El docente universitario también recomendó a los maestros respetar cada etapa de formación: nido, inicial, primaria, secundaria universitaria. Explicó que cada una tiene su porqué, su objetivo. Son etapas distintas del desarrollo humano en la que los estudiantes deben aprender y desarrollar aspectos imprescindibles para su vida futura que no se pueden dejar para después. Una etapa, expresó, no debe ser la mera preparación para la etapa siguiente, de lo contrario lo que dejaron de aprender no lo aprenderán nunca. ¡No descuiden esto, profesores!, exhortó.

Reiteró que lo fundamental es que sepan sobre sí mismos, pues al mundo le falta humanidad y no técnica, por lo que “debemos hacernos sabios en humanidad”. Y, además, recordar siempre que “el maestro debe ser un maestro de verdad y del amor, pues no hay nada mejor que formar con amor a la gente”, puntualizó.

Fuente:http://webdelmaestrocmf.com/portal/profesor-esta-mas-solo-nunca-tarea-educar/

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Lola Urbano: “Hoy día todo el mundo sabe de educación y le dice al profesor cómo hacer su trabajo”

25 de octubre de 2016/Fuente: el diario de la educación /Por: Daniel Cela. El Diario de la Educación

Lola Urbano (Posadas, Córdoba. 1959) es directora del CEIP Tomás de Ybarra, de Tomares, desde hace dos años. Apenas lleva un curso estrenando su proyecto educativo. Está al frente de 40 maestros y 790 alumnos, al frente y en la retaguardia y a los lados, porque no para. Empezó en el 84 en un colegio de Cádiz y lleva 32 años de maestra, ha pasado por ocho centros escolares, casi todos de la provincia de Sevilla. “Yo sin la escuela no respiro, me encanta”, dice cada vez que se le calienta la boca criticando el sistema.

He leído cosas suyas. Parece que tiene una visión muy descorazonada de la escuela de hoy. ¿Qué es lo que no le gusta? ¿Cómo puede cambiarlo usted o qué necesita para cambiarlo?

La escuela en sí misma me gusta, me encanta, llevo toda la vida en una escuela u otra y siempre encuentro la manera de sentirla como un lugar seguro, a pesar de que cada día es en ella una inmensa aventura, no siempre agradable. Lo que no me gusta y que afecta a la escuela es lo que la rodea y le impide el crecimiento: un absoluto despiste acerca de quién es el verdadero protagonista en una institución como esta. No me gusta que la escuela dependa de las ideas políticas de turno, aunque ella misma es política. Quizá debería decir partidos en vez de política. No me gusta la brecha de oportunidades y falta de autonomía de las escuelas públicas con respecto a las privadas.

Una directora de escuela pública apenas puede mover ficha para financiar proyectos emprendedores y buscar su financiación mientras en otras escuelas se permite casi todo, sean concertadas o privadas. ¿Cómo es posible que los colegios concertados puedan comprar iPads y los públicos no? Este ejemplo puede ser algo burdo, pero es muy claro y se puede hacer extensivo a otras cosas. En la pública estamos maniatados hasta las trancas, nos inventamos cosas a diario, pero algunas necesitan financiación y nosotros no podemos financiar nada. Los fondos que reciben nuestros centros son ridículos, y de este sólo el 10% lo podemos invertir en material inventariable. No puedo fichar a especialistas ni invertir en recursos asociados a proyectos propios.

¿Todos los defectos de la educación son responsabilidad de la escuela?

No. No me gusta, por supuesto, la mercantilización de la educación. Para muchas familias, la educación de sus hijos forma parte del status social, por eso se acaba mercantilizando todo, porque creen que la educación es mejor si tienen más ordenadores, más especialistas, más idiomas, mejores instalaciones… El uso de niños y niñas en televisión en programas estúpidos pretenciosamente familiares y educativos. El mercado de libros de texto. La lluvia de maquinaria TIC de poca calidad y sin saber quién se hace cargo de ella. El bilingüismo sin recursos y sin planificación pensada. Todas las inversiones en programas estrella se han hecho pensando en eso, en el estrellato, y no en el alumnado.

Comprar ordenadores que (casi) nadie sabe usar en la escuela (que no es nivel usuario) o pretender ilustrar en Historia de España en un idioma que nadie controla (mientras sigue bajando el nivel de dominio de la lengua materna) me parece una ordinariez, por decirlo suavemente. Me sorprende que las familias piquen en cosas tan elementales y crean que eso es una educación de calidad.

¿TIC? Por supuesto, y TAC y TEP. Pero ahora tenemos que ser TIC sin TIC, porque lo que nos queda después de los recortes son cuatro pizarras digitales y un puñado de tablets obsoletas, las obsotablets. ¡Yo he llegado a usar mi Iphone de router para el colegio! Y aún así estamos obligados a poner un cartel en la puerta diciendo que nuestro centro es TIC. ¿Inglés? Sure! Pero no de cualquier manera y a cualquier precio. El problema es que sobre papel, en la normativa, todo está claro y es bonito y hasta bueno. Pero la realidad es la que manda y la que de verdad forma o no al alumnado, y esa poca gente quiere verla. No se piensa en niños y niñas. Se piensa en votos, por eso no mejoramos.

¿Qué hay del papel de las familias? ¿Hasta dónde llega su responsabilidad?

No me gustan las familias que hacen dejación de funciones, en un extremo, y las que quieren hacer el trabajo de los profesionales, en el otro. Hoy día, todo el mundo sabe qué hay que hacer en educación y, algunas personas quieren obligar a maestros y maestras a hacerlo según ellas lo entienden ignorando al profesional que se supone que debemos ser. Afortunadamente son las menos. No me gusta el tratamiento que se le da en los medios de comunicación a problemas tan graves como el acoso, cayendo repetidamente en el amarillismo y generalizando sobre malas prácticas en vez de ilustrar con las buenas, que las hay y son cada vez más y mejores.

En una sola frase, diría que el problema de la escuela es que las comunidades educativas tienen mal colocadas las piezas por orden de importancia. En la parte de estímulo a niños y niñas, no ayuda que casi todo el mundo esté todo el día acariciando una pantalla con el dedo. Es sorprendente como esta frase hace reír al alumnado de 6º una vez que les demuestras con dos preguntas que son nativos y analfabetos digitales.

Desde dentro, ¿cómo valora la formación del profesorado?

Yo he conocido muchos más maestros buenos que malos, es más, diría que no hay maestros malos de por sí. Hay compañeros que se han quemado más rápido que otros y, obviamente, estamos en una profesión blindada en el funcionariado que te permite un día cruzarte de brazos y decir: yo voy a hacer lo justo. Yo misma he estado a punto de dejarlo varias veces, pero luego llega algo nuevo, un cambio, y eso me vuelve a despertar la curiosidad, las ganas, el entusiasmo.Los cambios, la necesidad de probar cosas nuevas es lo que te ata a la escuela. Quizá si las leyes nos durasen más de tres meses, no habría tanto profesor escéptico.

No me gusta la formación inicial del profesorado o que la continua sea voluntaria y todavía creamos que algo de la escuela nos pertenece. No me gusta que no rindamos cuentas a casi nadie ni que sea una profesión mal mirada en España. Ni me gustan los proyectos colaborativos con Baden-Baden mientras no miras al maestro de la clase de al lado. Creo que hay cierta confusión en las redes (de las que soy adepta) acerca de lo que es innovación educativa y, en algunos casos, se vuelve a olvidar al protagonista de la cosa, que es el alumnado y no el maestro o la maestra. Estoy desarrollando alergia a los premios educativos.

Le he oído criticar el calendario escolar y los espacios dentro de la escuela. ¿El problema empieza en el tiempo y el espacio educativos?

El tiempo es muy cerrado y los espacios también. ¿Puede encerrarse el aprendizaje en una cajita de pocos metros con 27 niños y niñas y hablar de una cosa distinta cada 45 minutos? Hay poca, muy poca autonomía en los centros para paliar el déficit que supone el estricto horario que impone la normativa. Cuando un tema va creciendo y vas ganando el interés sincero de los 27, suena el timbre y tienes que irte a emocionar a otros 27 del mismo modo. Eso no es natural y aprender sí lo es. O que maestros y maestras que son artistas en un tema no puedan regalarlo al alumnado porque no son especialistas. Es terrible.

Y las aulas, ¿cree que limitan las posibilidades para enseñar?

Sobre los espacios, cada vez es más difícil ampliar el horizonte de aprendizaje del alumnado salvo por la inmensa ventana que supone el uso de Internet. Pero el exceso de celo constriñe el movimiento. Por ejemplo, una vez me echaron de un parque donde un lunes a las 10:30 de la mañana estaba con 26 niños y niñas leyendo El Quijote en un tono y una concentración dignos de admiración a sus diez años. Tuvimos que irnos porque no era legal, porque el parque podría necesitarse para otras cosas, porque no me había acompañado Protección Civil en los 300 metros que separaban el parque del colegio… porque los mayores tienen un miedo terrible a todo lo que no pueden controlar (no sabrán que nada es controlable). Hemos perdido frescura y es una pena, además de un error técnico gravísimo.

Usted defiende que los colegios mezclen a alumnos de distintas edades dentro de una misma aula. Explíquemelo…

Cuando se mezclan niños y niñas de distintas edades en trabajos puntuales o fijos a lo largo del curso mejora la convivencia, como mínimo. También la mentorización es muy positiva. En nuestro colegio el Plan de acompañamiento del alumnado de tercer ciclo al alumnado de Infantil en su adaptación, traslados a actividades, lectura, etc., es muy positivo y se nota especialmente en alumnado que en otras circunstancias no se implica tanto en la clase. Cuidar y ser cuidado es siempre un plus de bienestar y se aprende mejor desde el bienestar que desde la incomodidad o la tristeza.

Hay centros que han apartado los libros de texto y trabajan sobre proyectos. ¿Ese sería un camino?

Ese es el camino, pero no es fácil ni real en un 100%. Al no ser generalizado ni tenerlo clarísimo el grueso de las comunidades educativas, yo votaría por un sistema mixto que prepare al alumnado casi para cualquier cosa. Hoy van de un centro educativo a otro y, aunque el proyecto educativo indica el camino, los profesionales son diversos y su nivel de formación no es el mismo, por tanto creo que la mejor opción es dar al alumnado todas las herramientas posibles que incluyen pintar un cuadro porque me da la gana a la hora del recreo y exámenes tipo test también. Cuanto más conoces, mejor te desenvuelves. Evidentemente, el libro de texto como apoyo mínimo es a lo máximo que soy capaz de llegar.

Todos los oficios tienen un referente, ¿Cuál es el suyo? ¿A quién quiere parecerse como maestra? ¿Qué colegio o qué sistema escolar le gusta y por qué?

Como maestra no he pensado nunca en a quién me quiero parecer. Siempre he pensado en cómo hacerlo para no dañar a ningún niño o niña y después, para no aburrirles mientras aprenden una pila de cosas aunque no sean de la asignatura que toca. Aprendo de mucha gente, sean conocidos o no, me fijo en sus maneras, en cómo tratan a los niños y en la cantidad de ego que emanan. Si es gente serena, les sigo en silencio y copio sus ideas. Así he cambiado muchísimo como persona, creo que a mejor, aunque me queda mucho camino. Colegios y sistemas escolares perfectos no existen. Me gustaría un sistema educativo inclusivo y público de verdad que rayara la excelencia humana y de paso, la cultural y académica.

¿Qué ha cambiado más en los últimos 30 años: el perfil del alumno o el del maestro?

Obviamente, el de las familias que, a su vez, fueron alumnos y alumnas. El perfil del maestro o la maestra es muy resistente. Si la formación inicial fuera mejor, si el acceso al trabajo estuviera mejor diseñado y no fuera para siempre, si socialmente no fuera un trabajo para mujeres sin aspiraciones (el porcentaje es altísimo, en principio, y me lo cuentan alumnas de Grado), si no creyéramos que no pasa nada, sería más flexible. Creo que se acerca el momento de que esto pase, pero aún queda. Las administraciones son muy cobardes con algunos temas y este es uno de ellos (la religión en la escuela, el pacto educativo, son otros).

¿Cree que la escuela educa en igualdad, cree que reconoce y ataja los comportamientos sexistas?

No, no lo hace. Una vez más la escuela es fiel reflejo de la sociedad en la que vive, no es un ente abstracto. Se llena cada mañana de niños y niñas que viven en familias que tienen unas creencias y una ideología muy claras, y eso choca a veces con un proyecto educativo inclusivo, igualitario, coeducativo. A algunas familias les pasa lo contrario. Todavía hay personas que creen que las mujeres no necesitamos ser nombradas, que ayudar en casa es compartir tareas, que ir al colegio con falda de tablas es lo mismo que hacerlo con ropa cómoda, etc. Eso, en lo superficial. En lo profundo, no es tema para esta entrevista.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/2016/10/18/lola-urbano-hoy-dia-mundo-sabe-educacion-le-dice-al-profesor-trabajo/

Fotografía: youtube

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