Dimensión cultural y evolutiva de la Economía del Bien Común

La aparición del covid19 marca el punto de bifurcación en este momento evolutivo de la historia de la humanidad. Es la chispa que provoca la necesaria transformación del actual sistema del capitalismo financiarizado y globalizado, incapaz de reformarse y adaptarse funcionalmente, para evitar que las consecuencias sociales de la crisis económica y la descomposición institucional internacional puedan ser soportables para la mayoría de la población. Porque esta se ve amenazada con un lúgubre futuro. Se abren dos posibles caminos: la barbarie o la hermandad de toda la humanidad cohesionada en torno a una economía y sociedad orientada por y para la Vida, por el Bien Común. En ambos casos será un proceso de naturaleza cultural. Nuestros actuales valores hegemónicos desaparecen y serán sustituidos. Desde 2015 la élite financiera globalista trabaja en ello para dirigir y conducir los cambios en su propio y exclusivo interés. La posibilidad de triunfo de la unidad para el bien común de la humanidad dependerá de la movilización y protagonismo social de todas las culturas, razas y civilizaciones, que transformen la mayoría del 99% en constructora de la nueva institucionalidad sobre nuevos valores dominantes. La transición será un proceso evolutivo a partir del existente, eliminando lo perjudicial para la Vida, supervivencia y cohesión social, cambiando lo valido del sistema actual para que sea más eficiente, y desarrollando la metodología y herramientas de la EBC para atender las exigencias del sistema productivo y las demandas sociales del nuevo tiempo. La unidad de toda la Humanidad cohesionada como UNA dará pie a nuevas emergencias cuánticas y capacidades inimaginables hoy. Porque la Unidad es mucho más que la suma de las partes.

Yuval Noah Harari escribe “Sapiens. De animales a dioses. Una breve historia de la humanidad” [1] en 2013, de la que se han vendido más de diez millones de ejemplares y traducido a más de treinta idiomas, y su continuación “Homo Deus. Breve historia del mañana” en 2015 [2], mismo año de la ya famosa conferencia de Bill Gates sobre la amenaza de una pandemia mundial provocada por un coronavirus. En esta narrativa de Yuval N. Harari se reescribe la historia de la humanidad con una visión de darwinismo social, los fuertes sobreviven los débiles mueren. En la segunda se quiere construir la “narrativa” de una humanidad individualista, egoísta y sin ética (defiende que los Derechos Humanos es una convención intersubjetiva a la que se le ha acabado su tiempo, igual que a todas las religiones) gobernada por el Big Data (habla de dataismo como nueva religión) en una sociedad clasista donde una minoría, que dispone de los recursos necesarios, cuasi inmortal por los avances de la ciencia en la cuarta revolución industrial, viviría en un nuevo Olimpo gobernando a las masas que vivirían entre sus miserias y frustraciones con una renta básica para consumo. Desde 2015 en el Foro Económico Mundial se viene debatiendo sobre desigualdad, cambio climático, Renta Básica, etc., temas no considerados con anterioridad. Harari escribe su último libro “21 lecciones para el S. XXI” [3] en 2018 al que todos los grandes medios de comunicación escrita y audiovisual dedican grandes espacios de promoción, incluso tiene una página propia el libro en Wikipedia. Henry Kissinger de 96 años, dirigente durante años del Club Bilderberg, publica el 3 de abril un artículo de opinión en Wall Street Journal [4] donde defiende que el covid19 provocará un nuevo orden mundial liberal.

Contextualicemos. En 2007/8 se produce la gran depresión económica de la que no hemos llegado a salir, que mantiene al sistema en la UCI con continuas transfusiones financieras desde los Bancos Centrales y Reserva Federal repartiendo dinero a las entidades financieras y grandes Corporaciones a través de las Expansiones Cuantitativas (QE) provocando un mar de deudas privadas y públicas impagables. Los efectos del cambio climático cada vez son más evidentes y provoca movilizaciones masivas internacionales cuestionando el sistema. Las guerras locales no se ganan, provocan destrucción de los Estados-naciones y migraciones masivas de sus poblaciones. La institucionalidad internacional se viola, ningunea y se deja de financiar. Las movilizaciones desde 2011 (15M, Ocupa Wall Street, chalecos amarillos, feminismo, cambio climático, …) se universalizan cuestionando el sistema. Christian Felber había presentado en 2010 su libro Economía del Bien Común, mientras, también en 2010, presentaban en la ONU Leonardo Boff y Miguel D´Escoto su propuesta de Declaración del Bien Común de la Tierra y Humanidad. Comienza la cuarta revolución industrial. China empieza a implantar su Nueva Franja y Ruta de la Seda, recrudeciendo la lucha por la hegemonía entre las distintas élites internacionales. Putin en Rusia consolida y amplía su apoyo social, convirtiéndose en rival militar de EE. UU. El Parlamento británico aprueba la convocatoria del referéndum para el Brexit. Donald Trump se instala en la Casa Blanca en 2016. Las élites nacionales-continentales parecen doblarles el pulso a las élites financieras globalistas. En 2013 Harari escribe su primer libro y desde 2015 es ponente en el Foro Económico Mundial dirigido por las élites financieras globalistas. El partido Syriza gobierna en Grecia, y Podemos surge con fuerza en España.

Carlos Tuya, casualmente, publica también en 2015 su libro “Evolución, cultura y Socialismo. La dimensión ideológica de las ciencias humanas y sociales” [5] de donde se puede extraer la narrativa alternativa a la planteada por Harari, y basada en las modernas teorías de la evolución de las sociedades humanas, a la luz de las ciencias neurológicas, biológicas y sociológicas.

La historia de la aparición y evolución de la Vida es la historia de la complejidad basada en cooperación y simbiosis, en seres que desarrollan nuevas capacidades emergentes como consecuencia de las uniones cada vez más complejas, en las que intervienen las mutaciones genéticas provocadas por virus. Los especímenes que logran adaptarse a las nuevas condiciones progresan. Hasta que aparece el Homo con un cerebro capaz de crear herramientas y un lenguaje articulado y conceptual que propicia un sistema social. A la evolución biológica se le une la evolución social, que se convierte en la forma característica de evolución de nuestra especie. Sociedades cada vez más amplias y complejas. Lo que evolucionan son las sociedades, no los individuos. Y esto es posible por la dimensión cultural de nuestro cerebro. No evoluciona el cerebro sino lo que hace el cerebro en contacto con otros cerebros gracias a la sociabilidad del ser humano. Porque el ser humano piensa y actúa, actúa y piensa. Su voluntad determina los cambios. Y llega a ser la única especie que logra modificar su propio medioambiente, interfiriendo así en la evolución de las demás especies. Y hemos llegado a este momento de irresponsabilidad en que hemos provocado la extinción de muchas especies y nos ponemos en peligro nosotros mismos como especie.

La evolución de las sociedades humanas se produce cuando se dan las condiciones objetivas para la transformación a un estadio superior, pero de forma probabilística, porque somos nosotros mismos los agentes del cambio, y lo hacemos enfrentados a otros que se oponen, y enfrentados a otros que pugnan por dirigir los cambios en otra dirección. No siempre el cambio es para bien de la mayoría. La historia tiene ejemplos de retrocesos. De nosotros y de nuestra fuerza depende el propósito final que tenga la transformación social. Vendrá determinada por los valores que al final triunfen. La cultura, ciencia y técnica, se carga de ideología. Y en la resolución de esta lucha ideológica poscovid19 nos jugamos el futuro, si es que lo tiene, de la humanidad. Lo que digan los científicos y técnicos nos dicen los Jefes de Estado de todos los países es lo que se hace frente al covid19. Pero ¿quién pone al frente de la OMS a su director? ¿Y Harari es otro científico?

Creamos el futuro imaginándolo. Convirtiéndolo en la utopía-meta por la que merece la pena caminar, esforzarse y luchar. Hoy solo hay dos visiones holísticas de ese futuro que defienden intereses sociales diferentes, acompañado por una tercera de los que quieren involucionar a un pasado imposible encerrándose en sus nacionalismos. La de la élite financiera globalista representada por Harari, basada en una estrategia de miedo y parálisis social que posibilite su implantación en su propio beneficio, ya que se considera a sí misma como dueña del mundo; y la de Felber, Boff y D´Escoto aunando las parciales de ecologistas, feministas, derechos humanos, economía social y solidaria, sindicales y multitud de movimientos y organizaciones sociales de todo el mundo. Las distingue su modelo cultural, su dimensión moral. Porque cultura es la manera en que interpretamos la sociedad en la que vivimos y nuestra función en ella. Qué producimos, con qué medios técnicos y para quienes. Y la narrativa que la justifica y legítima.

En la evolución social lo que cambia y se transforma es la sociedad, no los individuos considerados de forma aislada, por lo que los virus ya no cumplen su papel de catalizadores para el salto cualitativo de la especie como defiende Harari. Y en esta transformación evolucionamos sus integrantes a través de su nueva cultura, entendida como conceptos, normas y valores dominantes. Al cambiar los valores, motivaciones y objetivos sociales estaremos realizando una profunda transformación espiritual de toda la sociedad humana y de las personas individualmente consideradas. Por eso, y dentro del 99%, se encuentran todas las creencias religiosas que existen hoy, llamadas a un profundo diálogo intercultural e interreligioso para aflorar e integrar la ética del Bien Común de la Humanidad, el “demos” de esa Humanidad UNA.

Felber al escribir en 2010 La Economía del Bien Común intenta imaginar como podría funcionar ese otro mundo mejor posible. Y con su acción, consciente o no de lo que hacía, desata y libera la guerra ideológica para su plasmación. Quién no tiene estrategia propia juega con la estrategia de sus rivales oponentes. Sus acciones son reactivas, a la defensiva, mientras se ve cada vez más encerrado y maniatado. La Economía del Bien Común se ha presentado a las instituciones y empresas. Al principio bien acogida, pero al final ninguneada. No podemos engañarnos a nosotros mismos. No se impondrá si no hay un clamor masivo para ello. ¿Y como llegamos a miles de millones de seres humanos de la multitud de razas, lenguas y nacionalidades cuando muchos no saben ni leer ni escribir, o simplemente no están habituados a razonar? A través de sus creencias mas profundas transmitidas verbalmente de generación a generación. Recuperando la sabiduría ancestral de los pueblos, de todas las culturas, razas y civilizaciones.

Notas:

[1] Yuval Noah Harari. Sapiens. De animales a dioses. Una breve historia de la humanidad. Penguin Random House Grupo editorial S.A.U. 2014 España. Comentario de Carlos Martínez Shaw en el País https://elpais.com/cultura/2014/09/10/babelia/1410363451_494455.html

[2] Yuval Noah Harari. Homo Deus. Breve historia del mañana. Penguin Random House Grupo editorial S.A.U. 2017 España. Comentario de Jorge Wagensberg en el País https://elpais.com/cultura/2016/10/19/babelia/1476869722_225744.html

[3] Yuval Noah Harari. 21 lecciones para el S. XXI. https://es.wikipedia.org/wiki/21_lecciones_para_el_siglo_XXI

[4] Henry Kissinger Opinion. Wall Street Journal 03.04.2020 https://www.wsj.com/articles/the-coronavirus-pandemic-will-forever-alter-the-world-order-11585953005

[5] Carlos Tuya. Evolución, cultura y socialismo. 2015. https://www.iberlibro.com/servlet/BookDetailsPL?bi=17480609528&cm_sp=seedet-_-plp-_-bdp

Fuente: https://rebelion.org/dimension-cultural-y-evolutiva-de-la-economia-del-bien-comun/

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Fernando Moreno Bernal

Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales