Cuidemos el futuro de nuestros niños

Por: Alieto Guadagni. 

 

Las leyes educativas son claras y no dejan lugar a dudas, es hora de entender que incumplirlas es un pasaporte a la pobreza y la exclusión social.

Sin mejor educación no podremos abatir ni la pobreza ni la exclusión social en este globalizado siglo XXI. Nuestro pobre desempeño en las pruebas internacionales que miden la calidad educativa es un serio llamado de atención, ya que tenemos una deuda hacia los niños, a los que estamos aislando de un mundo nuevo que requiere capacidades intelectuales cada vez más exigentes, capaces de innovar, de crear; en un mundo donde el bien más valioso es el intangible capital humano acumulado por la educación.

Comencemos por lo elemental, el cumplimiento de las leyes. En el año 2005, se sancionó la ley que expresaba que el incremento de la inversión en educación, ciencia y tecnología establecido hasta el año 2010, sería destinado a “lograr que, como mínimo, el 30% de los alumnos de educación básica tengan acceso a escuelas de jornada extendida o completa, priorizando los sectores sociales y las zonas geográficas más desfavorecidas” (ley 26.075, art.2, inc.b).

Al año siguiente, el 14 de diciembre de 2006, fue sancionada la Ley de Educación, la cual ratificó expresamente esa meta en su artículo 26, donde se dispone: “Las escuelas primarias serán de jornada extendida o completa (JEE/JC) con la finalidad de asegurar el logro de los objetivos fijados para este nivel por la presente ley”.

Estamos lejos de lo establecido legalmente y de lo internacionalmente comprometido. ya que en diciembre de 2010, nuestro país suscribió las metas fijadas para el 2021, en la Cumbre de Jefes de Estado de los Países Iberoamericanos realizada en Mar del Plata. La meta acordada para la JEE/JC fue: “en el 2021, entre el 20 y el 50% de las escuelas públicas primarias tendrá jornada completa”.

La realidad es otra, ya que el Ministerio de Educación informa en su Anuario Estadístico Educativo de 2018 que, en las escuelas primarias, apenas el 13,9% de los niños gozaba de los beneficios de la JEE/JC. Estamos lejos del cumplimiento de estos acuerdos y leyes, escaso cumplimiento que además muestra desigualdades si se observa cada provincia, ya que Tierra del Fuego, Córdoba y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires arrojan cifras de cumplimiento entre el 48 y el 78% en las escuelas estatales, en tanto que en Neuquén, Corrientes, San Luis, y Buenos Aires, sólo entre el 2,5 y el 7,2% de sus alumnos primarios concurrían a escuelas estatales con régimen de JEE o JC.

En la CABA el 48,3% de los alumnos de escuelas estatales tiene JEE/JC, pero si se cruza la General Paz, encontramos en el Conurbano una situación critica, ya que apenas 6,3% de los niños tienen este beneficio, es decir casi la octava parte que en la CABA. Estamos en presencia de una situación preocupante en el Conurbano, donde reside el núcleo concentrado de la pobreza y la exclusión social.

No es fácil explicar las diferencias existentes entre las provincias, que son responsables de la escuela primaria, por ejemplo, Catamarca registra que 22,8 alumnos de cada 100 de las escuelas primarias estatales tienen el beneficio de la JEE/JC, mientras que en Neuquén, la provincia con la mayor riqueza hidrocarburífera del país (Vaca Muerta), son beneficiados apenas 2,5 niños. Algo similar ocurre cuando se comparan dos provincias muy importantes por su desarrollo no solo agropecuario sino tambien industrial, mientras que en Cordoba los alumnos primarios de escuelas estatales beneficiados por la JEE/JC son el 49,50 del total, en Santa Fe son apenas 8,5%. A pesar de esto Santa Fe tiene mas cargos docentes que Cordoba (12 alumnos por cargo versus 14 alumnos).

Es razonable suponer que se requiere una mayor dotación docente donde se ha avanzado en el cumplimiento de las leyes que promueven la universalización del régimen de JEE/JC, pero esto no es así, ya que también en esto aparecen cifras dispares entre las provincias, por ejemplo Cordoba y la CABA tienen similar cobertura de la JEE/JC, pero la CABA tiene apenas 8 alumnos por cargo docente, mientras que Cordoba tiene muchos mas (14).

Algo similar ocurre cuando se compara Tierra del Fuego, donde hay 9 alumnos por cargo docente para cubrir un 78 por ciento de alumnado en JEE/JC, con Catamarca, donde hay menos alumnos por cargo docentes (6), pero menos estudiantes primarios estatales gozan de esta escolaridad. Como se observa la mayor dotación de cargos docentes en proporción al alumnado, no esta asociada con una mayor cantidad de niños beneficiados por la JEE o JC.

Nuestro atraso en la implementación de la JEE/JC, mas los cierres de escuelas publicas por conflictos laborales asegura pocas horas de clase anuales; no se trata de comparar nuestro calendario escolar “efectivo”, es decir no el legal que nunca se cumplió en todo el país, con países europeos o asiáticos, sino con Cuba, Colombia y Chile que registran 1000 o mas horas anuales, o con México, mientras que el nuestro “efectivo” es apenas alrededor de 660 horas. Mas horas de clase no aseguran automáticamente avances educativos, pero menos horas en la escuela consolidan el atraso educativo, particularmente el de los pibes humildes cuyo futuro depende de una buena escuela.

Existen buenas intenciones, por eso sancionamos leyes y comprometemos el cumplimiento de metas con la esperanza de que nuestros niños reciban más y mejor educación. Pero lo cierto es que ni podemos siquiera cumplir el calendario escolar legal, con los mínimos 180 días de clases que dice la ley y como hemos visto, estamos lejos de cumplir con la meta fijada para la universalización de la JEE/JC.Las leyes educativas son claras y no dejan lugar a dudas, es hora de entender que incumplirlas es un pasaporte a la pobreza y la exclusión social. Esperemos que en la campaña electoral que ya se inicia se presenten propuestas concretas para defender el futuro de nuestros niños.

Fuente del artículo: https://www.clarin.com/opinion/cuidemos-futuro-ninos_0_sv2ZFli9W.html

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Sin educación no habrá crecimiento

Por: Alieto Aldo Guadagni. 

 

Desde hace varias décadas que tenemos problemas para aumentar de una manera sostenida nuestra producción de bienes y servicios y también para abatir la pobreza y la exclusión social, que están aumentando en los últimos tiempos.

El retroceso de nuestro país en el escenario internacional ha sido considerable, ya que en 1980 la participación de nuestro PBI en el PBI global era nada menos que el doble que la actual. Con la excepción de Venezuela, somos el país que mas ha retrocedido en América Latina.

La pobreza asociada con este estancamiento económico no sólo es alta sino que además se concentra en los niños, ya que cada dos niños uno es pobre: esta exclusión social compromete nuestro futuro. La pobreza afecta principalmente a quienes no pudieron avanzar más allá de la escuela primaria. Según el Barómetro Social de la UCA, en los últimos años la pobreza afectaba a la tercera parte de las familias, pero esta proporción descendía a 18 % entre quienes habían completado la escuela secundaria, mientras trepaba al 47% entre quienes no la habían completado.

Un buen sistema escolar asegura altos niveles de conocimientos a sus alumnos, pero no se puede agotar en ésto, sino que además debe apuntar a eliminar aquellas desigualdades en los niveles de conocimientos de los alumnos que dependen del nivel socioeconómico de sus familias. Nuestra pobreza y la indigencia se concentran en quienes tienen una escasa escolarización. Los pobres son hoy más que pobres transitorios, ya que en muchos casos son familias enteras, que por más de una generación han estado excluidas del nuevo y difícil mundo del trabajo de este siglo.

Cuando la pobreza es coyuntural, sí se pueden encontrar soluciones de corto plazo con planes sociales; pero cuando la pobreza es estructural, como la que nosotros padecemos, son necesarias otras líneas de acción que apunten a la raíz del flagelo de la pobreza y la marginalidad social.

La propuesta superadora se centra en la educación, ya que de la pobreza no se sale con subsidios, que son útiles pero no alcanzan. El requisito mínimo es la escolarización completa de los adolescentes. En este siglo, por lo menos la graduación secundaria es imprescindible para poder acceder a buenos empleos. La escuela secundaria es esencial para que los jóvenes adquieran las competencias que les ofrezcan posibilidades de insertarse en este mundo laboral, caracterizado por acelerados avances tecnológicos.

La escuela secundaria debe ser no solo inclusiva sino también de una calidad educativa que no dependa del nivel socioeconómico de las familias. Pero hoy nuestra escuela secundaria no es inclusiva ni de calidad. El bajo nivel educativo es un pasaporte directo al desempleo y la pobreza . Existe una enorme desigualdad en la graduación secundaria entre las escuelas estatales y privadas, de cada 100 niños que ingresaron a primer grado en una escuela privada en nuestro país en 2005, se registraron 68 graduados secundarios en el 2016, pero esta proporción colapsa a apenas 32 en las escuelas estatales. Estamos en presencia de un sistema escolar con dos niveles distintos y separados, por esta razón no debe sorprender que haya pocos estudiantes pobres en nuestras Universidades.

Nuestros adultos que hoy son pobres y excluidos no terminaron ayer la escuela secundaria, pero debemos lograr que mañana sus hijos se gradúen en escuelas secundarias de buen nivel educativo. Así podremos quebrar este círculo de reproducción intergeneracional de la pobreza. La igualdad de oportunidades es esencial en una sociedad donde la justicia social no sea simple retórica. Sin inclusión educativa no podremos abatir una pobreza que hoy es laboralmente excluyente. Por esta razón nuestros pobres son hoy verdaderos excluidos.

En este siglo XXI es cada vez mas importante la Universidad, y por esta razón debemos enfrentar una preocupante situación caracterizada por nuestra escasa graduación universitaria, no solo cuando nos comparamos con países industrializados sino también con países latinoamericanos como México, Colombia, Brasil y Chile. Estos países no sólo tienen más graduados universitarios que nosotros sino que además avanzan año a año más rápido en la graduación universitaria. Tengamos presente que en este siglo crecen los países capaces de acumular capital humano altamente calificado gracias a su sistema educativo de calidad.

La tarea que enfrentamos es grande, ya que además no podrá haber en los próximos años un sostenido crecimiento económico sin inversión, particularmente en capital humano preparado para los grandes cambios tecnológicos que ya vive el mundo globalizado, no sólo en las antiguas naciones industrializadas sino también en las emergentes como China, India y Corea, mas países latinoamericanos que vienen creciendo de una manera más sostenida que nosotros en los últimos años.

Los años que vienen serán críticos, ya que estará en juego nuestra capacidad de aprender de los errores del pasado, y encauzar nuestra economía por el sendero no solo del crecimiento económico, sino también de la igualdad de oportunidades. Para todo esto será esencial el fortalecimiento de nuestra educación. Pronto habrá elecciones, esperemos poder dejar atrás los discursos superficiales y que se presenten propuestas consistentes y bien fundamentadas que nos expliquen lo que debemos hacer para superar este retroceso educativo y volver a crecer con más producción y mejores empleos. Si queremos abatir la pobreza, tenemos que expandir sostenidamente el PBI, pero esto exige mejor educación para todos. Esperemos propuestas, no retóricas sino concretas, que sean ambiciosas pero también realistas.

Fuente del artículo: https://www.clarin.com/opinion/educacion-crecimiento_0_aO4jwgI8e.html

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El liderazgo asiático en educación

Por Alieto Guadagni

Este siglo XXI es el siglo de la ciencia y la tecnología, los avances son cada vez más acelerados, por ejemplo en el área de la robotización de los procesos industriales, de la comercialización y los servicios. Año a año se destruirán cada vez más empleos no calificados y aumentará la demanda por más recursos laborales de alta preparación. Esto significa que el nivel educativo de un país será esencial para determinar el ritmo de crecimiento del futuro nivel de vida de su población.

Las naciones que avanzan y reducen la pobreza, mejorando al mismo tiempo la equidad en la distribución del ingreso, lo hacen siempre fortaleciendo el proceso de acumulación de capital. Pero en una visión integral del proceso de desarrollo, el capital es algo más importante que la mera acumulación de bienes materiales, como máquinas, fábricas, puertos, rutas, oleoductos, trenes, centrales eléctricas, minas y pozos petroleros. En este siglo el capital humano es más importante que este capital físico, ahora bien, este capital humano es aportado esencialmente por la educación.

El avance económico de una nación hoy no depende principalmente de la existencia de abundantes recursos naturales (agro, minería, pesca, hidrocarburos), sino del nivel de calificación de su fuerza laboral. Por esta razón es importante prestar atención a los resultados de la denominada Prueba TIMSS (Estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencias Naturales), que periódicamente realiza una evaluación internacional de los conocimientos de estas asignaturas. Esta prueba comenzó a implementarse en el año 1995, y se aplica cada cuatro años. La ultima prueba tuvo lugar en el año 2015 y participaron alumnos del nivel primario y secundario de 56 naciones, de todos los continentes.

Este año se publicaron los resultados de esta última TIMSS. Un importante indicador de esta prueba es el porcentaje de alumnos de nivel primario que obtuvieron un puntaje que los ubica en el nivel “avanzado” en Matemáticas. Los cinco primeros lugares le corresponden en este caso a países asiáticos (Singapur, Hong Kong, Corea, Taipei y Japón).

Lo mismo ocurre en el caso del nivel secundario, ya que los cinco primeros lugares, también le corresponden a estos cinco países asiáticos.

El liderazgo asiático en el nivel de conocimientos de los alumnos, tanto del nivel elemental como el medio se viene afianzando ya desde hace tiempo. Esta mayor acumulación asiática de capital humano, pero también de capital físico, fortalecerá año a año aún más el avance de las economías asiáticas comparado con el antiguo mundo “occidental”. En las próximas décadas el centro del poder económico mundial estará en el Asia.

Fuente del artículo: https://www.elimparcial.es/noticia/192713/opinion/el-liderazgo-asiatico-en-educacion.html

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Tres desafíos pendientes: calidad, deserción e inclusión

Autor: Alieto Guadagni

Estamos recordando el centenario de la denominada Reforma del 18. En junio de 1918, los estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba publicaron el Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria, un mensaje desde la juventud universitaria de Córdoba a los “hombres libres de Sudamérica”, que proclamaba: “Los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan”. A un siglo de la Reforma Universitaria, creemos importante considerar la situación de nuestra universidad, que enfrenta tres desafíos: calidad, deserción e inclusión social. El siglo XIX fue el de la escuela primaria, mientras que el siglo XX fue el de la secundaria, y este siglo XXI es el de la universidad. Es en este siglo del conocimiento en el que las personas educadas y sus ideas aportan no sólo a su desarrollo profesional, sino también a la riqueza de las naciones. Por esta razón, podemos decir que la universidad nunca fue más importante y el valor de una educación universitaria nunca fue tan elevado como en este tiempo que nos toca vivir.

Nos estamos quedando rezagados en América Latina, ya que Brasil, Chile, Colombia y México vienen avanzando en su graduación universitaria a un ritmo muy superior al nuestro. Si tenemos en cuenta el tamaño de las poblaciones, matriculamos más estudiantes universitarios que esos países. Pero, si consideramos la población, Colombia, Chile, Brasil y México están graduando muchos más profesionales universitarios que nosotros. Nuestro retroceso se acentuó ya que, por ejemplo en el 2003, por cada 100 graduados argentinos, Brasil graduaba 679 y Chile apenas 42. Pero en 2015, Brasil ya graduaba 920 estudiantes cada 100 de los nuestros; mientras que Chile ascendía a 71 graduados cada 100 de los nuestros. De este modo, Brasil incrementó su graduación universitaria en el período 2003-2015 más del doble que nosotros.

Esta gran diferencia en el avance en la graduación universitaria nos está diciendo que nuestro ritmo de acumulación de capital humano bien calificado es inferior al de nuestros vecinos. Incide negativamente que nuestra deserción universitaria sea muy alta. Esta deserción es inferior en Chile, Colombia, Brasil y México, donde más de la mitad de los ingresantes concluyen normalmente su carrera universitaria; mientras que entre nosotros apenas la terminan 3 de cada 10 estudiantes. Nuestra elevada deserción está vinculada a que, después de un año de estudiar en la universidad estatal, 51 de cada 100 alumnos no aprobaron más de una sola materia; mientras que en las privadas esta cifra corresponde a 31 de cada 100 alumnos. Pero incluso hay universidades en las que este indicador es aún mayor del 50% y supera el 70%.

Brasil, Chile, Colombia y México vienen avanzando en su graduación universitaria a un ritmo muy superior al nuestro.
Nuestra universidad tiene alta deserción, pocos graduados en las carreras científicas y tecnológicas y muy pocos alumnos pobres completan los estudios, a pesar de la gratuidad.

No hay progreso económico y social sin fortalecimiento de la universidad. Por eso, es preocupante constatar que nuestra universidad enfrenta importantes carencias: tiene pocos graduados por la alta deserción estudiantil, tiene pocos graduados en las carreras científicas y tecnológicas esenciales en el mundo globalizado y son pocos los pobres que completan los estudios, a pesar de la gratuidad.

A un siglo de la Reforma del 18, nuestras universidades enfrentan grandes desafíos. Por eso, hay cuatro objetivos mínimos a los cuales hay que apuntar en el futuro: disminuir la deserción estudiantil universitaria, promover una mayor calidad en los conocimientos de nuestros graduados, facilitar el acceso de jóvenes humildes y estimular la graduación en las nuevas carreras científicas y tecnológicas.

Nuestro atraso educativo puede ser superado. Pero la solución vendrá de la mano de una sostenida voluntad política de construir una nación no sólo próspera, sino también socialmente inclusiva y con igualdad de oportunidades. Esa será la mejor celebración del centenario de la Reforma.

Fuente: https://www.rionegro.com.ar/tres-desafios-pendientes-calidad-desercion-e-inclusion-LN5258904

 

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Alieto Guadagni: «La educación argentina discrimina a los pobres»

América del Sur/Argentina/ Por Alieto Guadagni/12.06.18/Fuente: www.infobae.com

Lejos de la excelencia que transformó a la Argentina en un país de avanzada y modelo de la Región, la educación atraviesa hoy una grave e inédita crisis. DEF dialogó con Alieto Guadagni, miembro de la Academia Nacional de Educación y director del Centro de Estudios de la Educación Argentina de la Universidad de Belgrano. Por Susana Rigoz

Como cada año, el comienzo de las clases pende de un hilo en los principales distritos del país. Si bien la discusión se restringe al tema salarial, los expertos coinciden en que el sistema necesita reformas y ajustes para responder a las demandas de la sociedad.

Desde una perspectiva amplia, Alieto Guadagni brindó a DEF su opinión sobre las principales deficiencias de nuestro modelo educativo y propuso una serie de políticas que han tenido éxito en otras latitudes.

-La escuela argentina, emblema de excelencia e igualdad de oportunidades, fue involucionando a través de los años. ¿Cómo describiría su realidad actual?
-Nuestro país tiene una larga tradición educativa que registró un hecho novedoso en el año 2003, cuando comenzó una fuga de la escuela pública, algo que no había sucedido desde la sanción de la Ley 1420 de educación gratuita, común y obligatoria en 1884. De tener una matrícula pública en constante crecimiento anual, a partir de 2003, fue disminuyendo y se fueron del primer grado estatal alrededor del 20 % de los inscriptos.

-¿A qué se debe esta fuga?
-Claramente el sistema educativo argentino es dual y, como lo indican todas las evaluaciones, el nivel de conocimiento de los chicos de las escuelas privadas es superior al de las escuelas públicas. En las pruebas implementadas por la Unesco a los alumnos de tercero y sexto grado en 1997, la Argentina salió segunda, detrás de Cuba. En la última, realizada a mediados de 2013, Cuba no se presentó, Chile obtuvo los mejores resultados y Argentina descendió al octavo lugar. El nivel de conocimiento de nuestros chicos es muy bajo y no, en comparación con Alemania o Suiza, sino con México, Perú o Chile. Este diagnóstico fue ratificado a nivel nacional por el último Operativo Aprender de 2016.

-¿Qué medidas considera primordiales para fortalecer la escuela pública?
-Uno de los grandes inconvenientes que tenemos en la primaria estatal es el incumplimiento flagrante de la ley que dispone la jornada escolar extendida. En 2006, la Ley Nacional de Educación estableció que hacia 2010, el 30 % de los chicos debían tener jornada doble. Hay una gran desigualdad en la Argentina. Basta un dato para comprender de qué hablamos: mientras en la Ciudad de Buenos Aires casi el 50 % de los alumnos primarios estatales tienen jornada extendida, cruzando la avenida General Paz, solo gozan de ese beneficio el 2 o 3 %. Estamos muy lejos de cumplir la meta establecida y lo más grave es que ni siquiera se debate cómo hacerlo. El problema de nuestro país es que las leyes no se cumplen.
Otro tema importante es que tenemos el calendario escolar más corto del mundo. Calendario corto, sobrecargado de feriados y con huelgas, cuyos días no trabajados no se reponen. En estos momentos hay una gran oposición a recuperar estos días perdidos, hecho que ni siquiera genera una gran demanda de parte de los padres. La sociedad es bastante indiferente respecto a la escuela. Estas medidas que menciono no aseguran una mejora en el nivel de la educación, pero sin dudas, son una condición básica y necesaria para alcanzarla.

-¿Cómo se entiende el bajo rendimiento escolar cuando somos uno de los países de América Latina que tiene mayor cantidad de docentes por alumnos?
-Es cierto, lideramos en Latinoamérica y en muchas naciones, sin embargo eso no impacta en el nivel de conocimiento de los chicos, porque la mejora viene por la calidad y no por la cantidad. En la Argentina el régimen de formación docente es muy pobre: tenemos más de 1000 institutos terciarios cuando en los países que progresan, la docencia es una carrera universitaria. Hay que hacer una gran reforma organizativa orientada en ese sentido y lograr lo que consiguieron los países que salieron adelante como Finlandia, Corea y Ecuador, donde solo pueden ser docentes los primeros promedios de la escuela secundaria. A largo plazo, esto implica que los mejores sueldos de la administración pública estarán destinados a los docentes, pero para ello deben estar mejor capacitados. Es una reforma estructural que puede durar 10 o 15 años.

 «El nivel de conocimiento de nuestros chicos es muy bajo y no en comparación con Alemania o Suiza, sino con México, Perú o Chile»

-¿Cuáles considera que son los principales problemas de nuestra escuela media?
-La escuela secundaria tiene dos características graves: los adolescentes saben poco y hay una profunda discriminación contra los más pobres. De cada 100 niños, terminan la secundaria entre 40 y 42 chicos, cifra cierta, pero engañosa porque esconde una gran variable: en las escuelas privadas egresan 70 de cada 100, mientras que en las públicas solo terminan 30 de cada 100 de los que ingresan a primer grado. De los que abandonan, un altísimo porcentaje se concentra en los chicos más humildes. Si miramos las cifras por provincia, hay algunas como Misiones o Santiago del Estero donde casi todos los que van a escuelas privadas se reciben, mientras que de las estatales lo hacen un 10 o 15 %.

-La primera premisa entonces es cómo logramos hacer obligatoria en serio la enseñanza secundaria.
-En cuanto a la calidad de la educación nada más evidente que la prueba PISA de 2012 (no hablo de la última de 2015, porque la Argentina fue expulsada debido a que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, consideró que la muestra presentada no permitía garantizar la comparación con la evaluación de 2012), donde el 66 % de los estudiantes argentinos tiene una nota insuficiente en Matemáticas, en tanto que el promedio de ignorancia a nivel mundial es del 23 % y en los países asiáticos solo entre el 3 y el 6 %. Creo que estos son los principales problemas de la escuela secundaria.

-Hizo referencia al Operativo Aprender, que midió el aprendizaje de los estudiantes de primaria y secundaria. Este tipo de mediciones es utilizado en todos los países como herramienta para decisiones de política educativa y permite a las familias conocer la situación de la escuela de sus hijos. En la Argentina, no se permite la difusión de los resultados por considerarla «estigmatizante». ¿No debe ser un derecho la transparencia en la información?
-Por supuesto. El Operativo Aprender fue un censo, el más grande de la Argentina, que incluyó alrededor de 500 mil alumnos de sexto grado y más de 300 mil de secundario. La imposibilidad de acceder a la información brindada está avalada por el artículo 98 de la Ley Filmus que habla de resguardar la identidad de las instituciones. Esta prohibición no incluye a la propia escuela, por lo que los directores de las 40.000 instituciones educativas públicas y privadas tienen las evaluaciones a disposición; sin embargo, casi ninguna familia se tomó el trabajo de averiguar el resultado de su escuela en este operativo. Los padres argentinos dicen dos cosas al mismo tiempo: la primera es que la educación es un desastre; y la segunda, que el colegio al que mandan a sus hijos es fenómeno.

-Esta falta real de interés por el tema se manifiesta en todos los estratos de la sociedad, incluida la clase política.
-Porque la clase dirigente es seguidora no rectora. Cuando Sarmiento y Roca hicieron la Ley de Educación 1420 no le preguntaron a la gente. Esa es la grandeza de un estadista: adelantarse a los intereses de la sociedad. La clave de la buena política es ver el futuro, y cuando el político en vez de enfocarse en eso, solo mira el resultado de las próximas elecciones, estamos fritos.

-En su libro, La educación argentina en el siglo XXI, usted propone, entre otras acciones destinadas a mejorar el funcionamiento escolar, que los establecimientos avancen en la autonomía de gestión. ¿Cómo se implementaría esta herramienta?
-El régimen argentino es burocrático y centralizado, se gasta mucho en estructuras superiores y poco en las aulas, que es el lugar donde hay que invertir. La gran cantidad de gente con funciones fuera del aula explica la alta cifra de docentes respecto de los alumnos, porque es una estadística que comprende a todos los que están con cargos docentes: inspectores, supervisores, etc. Creo que debemos avanzar hacia un régimen en el cual el director de la escuela tenga mayores facultades que las que tiene en la actualidad y las estructuras superiores se dediquen a la programación y control, pero no a la gestión. Hay muchísimos ejemplos en el mundo donde el 20 o 25 % del currículum lo determina la propia escuela (Finlandia, por ejemplo), con una gran participación de los padres y de la cooperadora. Se trata de un modelo de alto grado de autonomía en la gestión, no en los resultados: cuanto más se delega, más se controla.

-¿Cuáles son las medidas más urgentes que deberíamos implementar para cambiar un diagnóstico tan preocupante?
-Para empezar a cambiar hay que difundir la realidad mostrando la radiografía y los análisis que determinan que el nivel de colesterol y triglicéridos están muy altos y que es urgente empezar una dieta. Difundir el estado de situación, decirle a nuestra clase dirigente: «Presten atención al futuro del país, miren a Brasil, a Colombia, a México. No se preocupen por Suiza y Finlandia. Miren a nuestros vecinos que se van a quedar con las inversiones porque van a tener una fuerza laboral mejor capacitada». ¿Cómo vamos a salir de la pobreza sin desarrollo pujante futuro y cómo vamos a alcanzarlo si no hay inversiones de riesgo que buscan, en el siglo de la ciencia y la tecnología, el capital requerido?

El ciclo superior

-¿Cómo ve la situación de la universidad?
-El sistema nuestro está armado para no tener graduados universitarios. Argentina es el país de América Latina que tiene más estudiantes secundarios en proporción a la población y, sin embargo, es el que tiene menos egresados. Brasil gradúa 80 % más que nosotros; Chile, 70 %; Colombia, 110 % y México, 60 % más. ¿Cómo se explican estos números? Es sencillo, todos ellos –al igual que más de 100 países del mundo– para pasar de la escuela secundaria a la universidad deben dar un examen de validación.
Hay gente que opina que eso es sinónimo de restringir. Restringe el que hace ingreso irrestricto, porque el mensaje que manda a los estudiantes del último año del secundario es que no es importante estudiar para ir a la universidad. Nosotros tenemos un tremendo problema de deserción en la universidad. La mitad de los estudiantes no aprueba más de una materia cuatrimestral después de estar un año. Carecen de metodología y disciplina de estudio. De cada 100 que ingresan a una universidad privada se van a recibir 40, y 60 van a desertar. En una universidad pública, a mismo ingreso, los valores son de 28 y 72, respectivamente.

-¿Cuáles son los principales problemas que debemos afrontar?
-Son tres: primero, no tenemos graduados universitarios. Segundo, no tenemos egresados en carreras científicas y tecnológicas (ciencias, matemáticas, ingenierías).Le doy una sola cifra: tenemos 120 mil graduados, de los cuales alrededor de 60.000 pertenecen al área de ciencias sociales. Ingenieros hidráulicos, 5. Todo el mundo habla de Vaca Muerta, pero nuestros ingenieros en petróleo no pasan de 30. En definitiva, nuestra matrícula universitaria es del siglo XIX no del XXI. Y tercero, no hay pobres en la universidad, porque la gratuidad a los pobres no les alcanza y a los ricos les sobra.Dicho de otro modo, es un buen mecanismo de transferencia de ingresos a los más acomodados, que son quienes predominan en la universidad y que en su mayoría vienen de escuelas privadas. Yo propongo copiar el modelo uruguayo, el Fondo de Solidaridad Universitaria, que le permite a la universidad uruguaya becar con 280 dólares por mes al 20 % de sus estudiantes. ¿Quién paga? ¿Los contribuyentes que en su gran mayoría no van a ir a la universidad? No, los graduados universitarios, que aportan 120 dólares por año por toda su vida profesional. Pero para eso hay que tener un espíritu solidario, y en la Argentina, cada vez que se quiso implementar esta propuesta fue automáticamente abortada porque no se consideraba políticamente viable.

-Hablando de la gratuidad universitaria, un tema de debate permanente es el de la situación de los extranjeros que estudian en el país. ¿Qué opina al respecto?
-Los inmigrantes en nuestro país tienen el mismo beneficio que los argentinos. En Uruguay, por ejemplo, no es así, para poder ingresar a la Universidad de la República, salvo en el caso de los exiliados políticos por alguna dictadura, se exige una residencia mínima de tres años en el país. Entonces sí acceden a la gratuidad como los uruguayos. En el resto de los países –Brasil, Colombia, México, Chile– no pueden hacerlo porque deben dar los exámenes de evaluación secundaria.

 «No hay pobres en la universidad, porque la gratuidad a los pobres no les alcanza y a los ricos les sobra»

-¿Cómo revertir esta situación?
Con políticas, pero para eso es necesario que haya una demanda social y, lamentablemente, la sociedad argentina no está madura para pedir una mejora en la educación ni asumir el tremendo desafío que implica el futuro. Estamos mandando al difícil mundo globalizado actual a adolescentes que van a tener serios problemas por una razón muy sencilla: en el siglo XXI progresan los países que tienen recursos humanos capitalizados con buena educación, no los que tienen recursos naturales. Argentina no sale adelante con Vaca Muerta, lo hace con un buen sistema educativo, como lo demuestra el caso de Corea que, sin tener nada, tiene mucho mejor nivel de vida que Nigeria al que le sale el petróleo por las orejas.

-¿Es optimista?
-Siempre hay que serlo porque si no, no se puede trabajar. Esa es una idea que le robé a Noam Chomsky. Si creyera que un problema es insoluble, no tendría la voluntad de cooperar en su solución. Creo que debemos realizar una verdadera epopeya educativa.Necesitamos convencer a la clase dirigente de que asuma la realidad y vaya más allá de lo que pretende la sociedad. Un estadista es el que mira el futuro, el que se preocupa por pensar dónde va a estar la argentina en 2050, porque ese es el país de los chicos que hoy tienen 10 años. ¿Cómo será el país en el que van a vivir? ¿Qué les vamos a dejar? Ese fue el gran sueño de Sarmiento. Él la tenía tan clara que cuando vio llegar a los inmigrantes dijo: «Los hijos de estos nos van a gobernar». Y no se equivocó, los últimos cinco presidentes son hijos de inmigrantes de primera generación. Hay una frase de Sarmiento con la que bien podemos cerrar el reportaje: «Por cada escuela que se abre se cierra una cárcel».

Fuente del artículo: https://www.infobae.com/def/desarrollo/2018/02/24/alieto-guadagni-la-educacion-argentina-discrimina-a-los-pobres/

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Menos alumnos, más cargos docentes y sueldos bajos

Argentina / 18 de febrero de 2018 / Autor:  / Fuente: Infobae

Estamos realizando un importante esfuerzo del gasto público en educación, lo cual es meritorio, aunque no se evidencien mejoras en el nivel educativo de los alumnos primarios

Es creciente la preocupación por tener un buen sistema educativo, con mejoras en la calidad de la enseñanza que incluya también a los sectores más humildes de la población. Un buen sistema educativo exige, por lo menos,  tres requisitos: docentes bien preparados, docentes bien remunerados y una adecuada relación entre cantidad de alumnos y cantidad de cargos docentes. Por esta razón es importante prestar atención a lo que ha venido ocurriendo en los últimos años en nuestro país.

Comencemos por señalar que, debido al éxodo de muchas familias de la escuela estatal, desde el 2003 hay cada vez menos alumnos en las escuelas primarias estatales. Nada menos que 433 mil menos que en 2015. Si en el 2003 había 100 niños en primer grado, en el 2015 había apenas 81.

Al mismo tiempo, el plantel total de cargos docentes creció un 19%, con 45 mil más cargos en el 2015 que en el 2003. Como se ve, estamos en presencia de un gran esfuerzo presupuestario de los gobiernos provinciales, que son los responsables directos del nivel primario, que ha significado incrementar el gasto dedicado a la educación.

Como hay menos alumnos y al mismo tiempo más cargos docentes, observamos que, en el 2003, cada cargo docente en las escuelas estatales correspondía a 16 alumnos primarios, mientras que en el 2015 esta relación disminuyó a 12 alumnos por cargo. Como son las provincias las responsables de la educación primaria, estas cifras nacionales pueden encubrir grandes diferencias cuando se considera en particular cada una de las 24 jurisdicciones provinciales.

En América Latina el panorama es muy distinto, ya que nosotros tenemos, en las primarias estatales en el promedio nacional 12 alumnos por cargo, mientras en Chile hay 2o; en Brasil, 21; en Colombia, 24; y en México, 27. En Canadá hay 17, en Gran Bretaña hay 18 y en Francia, 19.

Estamos en presencia, en nuestro país, en los últimos años, de un importante esfuerzo del gasto público en educación, lo cual es meritorio, aunque no se evidencien mejoras en el nivel educativo de los alumnos primarios, como lo han puesto en evidencia muchas veces las diversas evaluaciones, sean nacionales o internacionales. El panorama se complica cuando se observa que, comparando con otros países, las remuneraciones de nuestros docentes son en general bajas.

El desafío que enfrentamos es claro: mejorar los sueldos docentes acompañando al mismo tiempo un esfuerzo organizativo para expandir la matrícula escolar en todo el país sin aumentar, en muchas provincias, el plantel total docente. Todo esto exigirá al mismo tiempo fortalecer la capacitación de los docentes y cumplir el calendario escolar, evitando los frecuentes cierres de las escuelas que tanto perjudican a los niños pobres que acuden a la escuela pública.

Fuente del Artículo:

https://www.infobae.com/opinion/2018/01/30/menos-alumnos-mas-cargos-docentes-y-sueldos-bajos/

Fuente de la Imagen:

https://flavioluisbuccino.blogspot.mx/2012/02/otras-miradas-sobre-el-salario-docente.html

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