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El video que reivindica el papel fundamental de los profesores en esta vuelta al cole atípica

Por: Carolina García

Gestionando Hijos lanza un campaña para que los padres y las madres entiendan la necesidad urgente de que maestros y familias trabajen en la misma dirección

Muchos colegios de distintas comunidades ya han abierto sus puertas en esta vuelta al cole atípica. Un retorno a las aulas que pone el foco en las acciones para proteger a niños, niñas y adolescentes frente al coronavirus y en que los alumnos consigan, en cierta medida, recuperar el ritmo normal que han perdido tras seis meses de parón escolar por la pandemia y el descanso estival. Y en medio de todo este escenario surge la figura fundamental de los maestros y maestras para lograr que ambas acciones, evitar contagios y educar, sean posibles.

Una campaña elaborada por Gestionando Hijos, plataforma formada por educadores que pretende ayudar a padres y madres en la vida escolar de cada menor, ha querido subrayar su papel tan importante en estos días tan excepcionales que vivimos. La iniciativa, denominada Son profesores, busca con un video reivindicar su profesión en la situación derivada de la pandemia por la covid-19, “un gran reto para la educación que solo podrá ser enfrentado con la colaboración entre familias y profesorado”. El corto, cuya duración es de poco más de medio minuto, ha sido lanzado en redes y pretende además hacer un llamamiento a la colaboración esencial de padres, madres, alumnos y profesores: “Un equipo educativo más necesario que nunca”.

Reconocer la figura y papel de los profesores y profesoras

Con este vídeo, sus impulsores prentenden ayudar a que todos recordemos que los maestros y maestras son quienes guían y acompañan a los jóvenes “en su crecimiento personal, les ayudan a descubrirse, a aprender, a ser personas que conviven en sociedad…”. “Los profesores no están al servicio de la política, sino que viven, trabajan y actúan al servicio de la educación”, se recuerda en el corto.

Leo Farache, director de Gestionando Hijos, señala que “la clave para superar este gran reto de forma beneficiosa para los niños, las niñas y, por ende, para la sociedad, pasará necesariamente por fomentar relaciones sanas y constructivas entre las familias y las escuelas, creando un buen equipo educativo capaz de solventar las dificultades que se presenten”. Y añade que “es urgente e inteligente reconocer a los profesores, que reciban nuestro estímulo positivo y la sensación de que en la educación todos estamos a una: educar a nuestros alumnos e hijos para que sean los protagonistas de un mundo mejor”.

Según explica, la campaña es necesaria porque el reconocimiento del papel del profesor en España es mejorable: “De acuerdo con los datos que tenemos, a ocho de cada 10 profesionales de la educación les gustaría trabajar más en equipo con las familias. Hay que saber que los padres son los principales responsables de la imagen y valoración del profesorado, seguidos de los políticos y de los propios profesores, quienes sienten que su prestigio es más bien bajo, de 2,5 sobre cinco”. E, incluso, “el barómetro social de Ipsos concluye que tanto madres y padres como los propios alumnos han perdido respeto a la figura del profesor. Podemos intuir, por tanto, que el necesario, ilusionante y, seguramente, fructífero equipo educativo tiene muchas áreas de mejora”.

Para este experto, la mejor manera de cooperar y de hacer equipo es creando un ambiente propicio de colaboración y tomando acciones en cada escuela y familia, para que esa relación mutua se lleve a cabo: “Muchos expertos educativos crearon el pacto por la educación en equipo, un punto de partida interesante con unos mínimos para que la relación sea cordial, creativa y productiva, en beneficio de los alumnos; que, no olvidemos (y es una ironía), son los hijos de las madres y padres. [Ese pacto puede verse y descargarse en www.equipoeducativo.com]. “Y claro que podemos recuperar el tiempo perdido por la pandemia. Cada uno de nosotros tenemos muchas oportunidades y responsabilidades para construir una mejor sociedad educativa. España y el mundo necesitan que muchos seamos activistas educativos”, añade Farache.

“Primero debemos ponernos todos a su disposición. Segundo, hay que reconocer su trabajo; tercero, ofrecer nuestro tiempo y talento, utilizando un tono constructivo y, por último, recordar que no todos los profesores son buenísimos ni buenos. Esto no ocurre en ninguna profesión con 800.000 personas trabajando. Pero son los educadores de nuestros hijos y van a ser mejores si establecemos una relación constructiva con ellos”, prosigue el experto.

Padres, profesores, posibles conflictos y la covid-19

Para Farache, es muy difícil ponerse en la situación de tantas madres y padres que viven momentos muy diferentes. “Si una madre o padre lleva a su hijo con fiebre, lo está haciendo muy mal, pero quizás lo haga por subsistencia porque, si no, no va a poder dar de comer a sus hijos. Y allí entramos en juego todos”. “Si el empresario lo entiende”, prosigue, “y no afecta a esa madre o padre, va a poder quedarse en casa. O si esa madre o padre encuentra a un vecino que se haga cargo del niño, también lo hemos solucionado. La Administración tiene que regular que eso no ocurra, que ningún progenitor vea afectada su vida laboral por cuidar a su hijo enfermo. La gran mayoría de las personas queremos hacerlo bien y esas personas en situación precaria necesitan que no se lo pongamos difícil para cumplir correctamente como ciudadanos”, concluye.

El llamamiento de Gestionando Hijos lo respaldan educadores, divulgadores y especialistas como Alberto Soler, Catherine L’ Ecuyer; Alba Castellvi o Amaya de Miguel, entre otros.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/09/11/mamas_papas/1599818137_441318.html

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El cansancio y la vuelta al cole, principales causas del estrés emocional de las madres

Por: Carolina García

Una última encuesta de Malasmadres, realizada a 10.000 sujetos, indica que el 86% de las mujeres se sienten apáticas, tristes y desmotivadas

La pandemia de coronavirus no solo está dejando tras de sí secuelas físicas (en algunos casos terribles), sino también secuelas psíquicas en toda la población; y las madres no escapan de este sufrimiento, porque la crisis sanitaria ha llevado el cuidado a otro nivel. Desde que el pasado 14 de marzo las familias se vieran sometidas a un confinamiento obligatorio y necesario, al cierre de los colegios, a la prohibición de los niños a salir a la calle, a ser profesores, cocineros, economistas y cuidadores, los niveles de estrés emocional han ido en aumento. Y aunque ha afectado a ambos sexos, parece que este sufrimiento ha sido mayor en las mujeres.

Así lo indicaba un trabajo realizado en mayo por las profesoras del Departamento de Sociología y Antropología Social de la Universitat de València (UV) Cristina Benlloch y Empar Aguado que, junto con la politóloga-jurista Anna Aguado, concluían que las mujeres con menores que teletrabajan soportaban la mayor parte del estrés del confinamiento. La investigación, que se publicó en un artículo en la plataforma de divulgación científica The Conversation, pretendía conocer cómo afectaba el confinamiento al trabajo y a la conciliación familiar. Tras el análisis, las expertas concluían “que el seguimiento escolar de hijos e hijas en edad educativa lo hacen sobre todo las madres y que en algunos casos las mujeres están teniendo que facilitar el teletrabajo a sus parejas”. Este hecho, según las autoras, se convirtió “en un elemento de ansiedad y estrés añadido al hecho de teletrabajar”.

Ahora, en una nueva normalidad inmersa en plena pandemia, el Club de Malasmadres y DKV han querido analizar la salud mental de las mujeres españolas –cómo se sienten las madres– y lo que han descubierto es que el estrés emocional se ha disparado en estos meses: “El 86% de las mujeres a estudio –unas 10.000 contestaron la encuesta– se sienten apáticas, tristes o desmotivadas”, según informan en un comunicado. Es decir, que se sienten más cansadas que antes del confinamiento: siete de cada 10 participantes describieron su cansancio como “alto”.

Exactamente, y según sus resultados, el 71% de las mujeres está “mucho más cansada” que antes del confinamiento, y el 43% prevé que no va a lograr desconectar durante sus vacaciones. Para las malasmadres, estos resultados ponen número a una realidad que se palpa en el ambiente: “Las mujeres han llegado a agosto extenuadas”.

Entre las razones descritas por las mujeres está la carga de trabajo o, lo que es lo mismo, la suma del teletrabajo más cuidados, tareas domésticas y educación de hijos e hijas. Y la incertidumbre tampoco ayuda a que se encuentren mejor: una de las principales causas de estrés para las madres es la vuelta al cole. Sus conclusiones también indican que, aunque en menor medida, las progenitoras también están preocupadas por el desgaste emocional y la falta de tiempo y de espacio para una misma y así poder desconectar. Entre las soluciones que las madres citan para sentirse mejor están, en primer lugar, poder estar solas sin hijos ni pareja; en segundo lugar, dormir; en tercero, hacer lo que quieran; en cuarto, poder desconectar y en quinto, conseguir silencio.

Hace dos años, el Club de Malasmadres y DKV Salud pusieron en marcha el proyecto La Hora de Cuidarse, con un claro objetivo: “Que las mujeres en general, y las madres en particular, incorporemos hábitos saludables en nuestras rutinas diarias. El autocuidado es un derecho y no un privilegio. Con esta iniciativa trabajamos cada día para visibilizar y concienciar sobre ello”, apunta Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres.

“Lo cierto es que el confinamiento y la incertidumbre que sigue atormentando a las familias españolas, y principalmente a las madres, hacen que los datos de esta encuesta cobren más relevancia. Y la preocupación mayor es la vuelta o no a las aulas”, según indican en el texto. Las malasmadres demandaron hace unos días una solución al Ejecutivo español. “Nos preguntamos qué piensa hacer el Gobierno si los colegios llegan a cerrar por la crisis del coronavirus y hay que activar un plan online o semipresencial y los padres y madres tienen que ir a trabajar. Urgen medidas que garanticen a las familias la conciliación”, señala Laura Baena.

El problema de la conciliación familiar, o más bien de la incapacidad de conseguirla, es una queja constante de miles de familias en España, que se ha puesto aún más de relieve con la actual crisis. La pandemia ha forzado a muchas madres y padres a teletrabajar, cuidar, ser monitores de tiempo de libre y profesores de sus hijos a la vez y en un mismo lugar: el hogar. “Las familias NO somos prioridad en esta sociedad. Nunca lo fuimos. Y ni siquiera una pandemia global como la del coronavirus ha hecho que esto cambie”, explicaba Baena hace unas semanas. Son cuatro millones de familias con hijos en España “a las que se nos ha dejado solas ante el problema de la conciliación”, añadía. Y la realidad es que han pasado ya más de cinco meses desde el comienzo de la crisis y las familias todavía siguen sin un plan.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/07/29/mamas_papas/1596029642_165954.html

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Estos son los siete consejos de Harvard para salir a la calle con los niños durante la pandemia

Por: Carolina García

Los expertos aconsejan que para conseguir salidas seguras hay que llevar siempre una mascarilla y gel hidroalcohólico en el bolso, y mantener los dos metros de distancia social

La Escuela de Salud de Harvard (Boston, Estados Unidos) ha publicado esta semana sus recomendaciones para que los niños y niñas puedan salir seguros y tranquilos de casa. Siete pautas que, si se cumplen, ayudarán a cuidarnos y a cuidar al resto de la sociedad. Los menores de 14 años pueden dar un paseo en España desde el pasado 26 de abril, un alivio que implica que estos pequeños pueden pasear una hora al día, siempre con un adulto y en un radio de un kilómetro de su casa. A pesar de las recomendaciones del Gobierno, que no para de recordar que seguimos en plena pandemia del coronavirus, algunos progenitores ya incumplieron el pasado domingo las directrices, saliendo a pasear dos adultos con sus hijos, juntándose familias enteras e, incluso, viéndose corrillos de niños jugando juntos. No fue lo mayoritario, pero estos escenarios se dieron.

La desescalada del confinamiento comienza en España el próximo 4 de mayo y debemos estar atentos. El cumplimiento de las normas es vital para combatir al virus y, como recuerdan los expertos de la Escuela de Salud de Harvard, “salir a la calle puede ser una gran idea tanto para la salud mental como física tuya y de toda tu familia. Pero, como para cualquier acción que se toma en este tiempo de la covid-19, debe hacerse de forma segura”.

Estas son las siete recomendaciones que plantean estos expertos. E insisten: “Reflexiona sobre ellas antes de ponerte los zapatos y salir a la calle. Pueden parecer muchas, pero merece la pena seguirlas cuando salgas de casa para hacer algo de ejercicio, simplemente salir o divertirte».

  1. Ten cuidado con todo lo que tocas desde que sales hasta que vuelves a casa. Para aquellos que viven solos, esto no puede suponer una gran hazaña. Pero para aquellos que viven en grandes comunidades, habrá que estar atento. «Por ejemplo, con los botones del ascensor o a los pomos de las puertas”, citan los expertos. También proponen un juego para hacer con los niños y niñas: “Imaginar que todas las superficies están muy calientes y necesitas protección para tocarlas, como puede ser llevar guantes o tener un pañuelo de papel a mano”.
  2. Siempre lleva contigo un gel hidroalcohólico, “de esta manera podrás lavarte las manos, siempre que lo desees”.
  3. Elige un sitio en el que haya la menor cantidad de gente para pasear: “Puede ser algo difícil en las zonas urbanas, pero siempre se puede encontrar un rincón”.
  4. Mantén siempre la distancia mínima de dos metros cuando salgas a la calle.
  5. Sal a la calle solo con gente que vive contigo. Esta es una reiteración que ha hecho de forma constante el Gobierno de España, “solo salir con convivientes”. “Es tentador encontrarnos con nuestra familia, mientras paseamos”, prosiguen los expertos, “y puede que los niños tengan un problema grave con esto, porque estén deseando hablar con niños o ver a sus amigos”: “Habla con tus hijos de una forma fácil sobre las consecuencias que podría tener esta acción”.
  6. No toques cosas. Solo se puede caminar, “no está permitido subirse a un tobogán, sentarse en un banco ni compartir el balón”. La razón esencial es porque no sabes quién lo ha tocado y cuándo. Para los expertos, tener un gel hidroalcohólico a mano es vital para cuando a los niños y a otras personas se les olvida este punto.
  7. Lleva contigo una mascarilla. “Lo mejor es que se quede en tu bolso junto con las botellas de agua y algo de comida”, prosiguen los autores, “pero si en algún momento no puedes mantener la distancia de seguridad de dos metros, siempre puedes sacarla y ponértela”. De acuerdo con las asociaciones de pediatría de EE UU y de España, los menores de dos años no deben llevar mascarilla por razones de seguridad, pero “para los demás, no está de más llevarla, por si acaso”, concluyen.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/04/29/mamas_papas/1588147590_432011.html

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Ojo con sobrecargar a los niños con deberes durante la cuarentena

Por: Carolina García

El juez Emilio Calatayud alerta de que los menores ya tienen bastante con combatir el coronavirus. Varias expertas piden una racionalización justa de estas tareas

«El sistema de educación a distancia que se ha implantado para los niños en este confinamiento está siendo el mayor error de todos los que se están cometiendo. Todo se basa en hacer deberes y que los padres les enseñemos lo que tienen que hacer”. “Pensad que los adultos sí salimos. Poco, muy poco, pero salimos. Al supermercado, a tirar la basura, a pasear el perro. Pero hay niños y niñas sin terraza siquiera que no han tomado el aire ni unos minutos desde que empezó todo esto. Hay que frenar con los deberes”. Las quejas por la gran cantidad de deberes son una realidad en las redes sociales. Cada día, muchos padres y madres reconocen estar sobrepasados por tener que combinar teletrabajo y tareas escolares durante la cuarentena. Y muchos otros inciden en el hecho de que los niños llevan ya semanas encerrados sin salir de casa y que les estamos echando sobre la espalda mucha responsabilidad. ¿Se están adecuando correctamente las tareas escolares a la situación actual de confinamiento?

Una de las voces que ha entrado en el debate ha sido el juez Emilio Calatayud. El magistrado, defensor acérrimo de los maestros y la educación, ha recalcado, en el blog que publica con asiduidad en el periódico Ideal de Granada, que en esta etapa tan excepcional “los niños ya tienen bastante con el deber de luchar contra el coronavirus”. La crítica del juez se produce en un momento en el que España vive su peor semana, en cuanto a infectados y fallecidos, desde que comenzó la crisis del Covid-19. Calatayud, al que su carácter transgresor en sus opiniones siempre le acompaña un revuelo de polémica, ha querido en esta ocasión recalcar primero la admiración y respeto que siente por los maestros y profesores y los reconoce como imprescindibles, “pero para cuando esto pase”. “Pero ahora, por favor”, prosigue, “¡ojo con el exceso de deberes, maestros!”.

Para el juez, los menores ya tienen bastante con el deber de luchar contra el coronavirus. Y los felicita por ello: “Estar confinados es para ellos quizá más incómodo que para los adultos, pero saben que su papel es muy importante para evitar que se extienda el contagio entre sus abuelos”. No se olvida tampoco de los hijos de médicos, cajeras, policías, etcétera, y como estos “ven poco a sus padres y eso tampoco es fácil de sobrellevar”. “Y luego están todos los que han perdido a algún familiar. Los niños y los adolescentes aprenden todos los días una lección, pero también nos dan lecciones todos los días. Cuidemos también de ellos”, incide el juez.

Las expertas piden una racionalización más justa de estas tareas

Efectivamente, “en cuanto a los deberes, estamos ante una situación nunca antes vivida tanto por la necesidad de confinarse, pero sobre todo por la urgencia con la que se produjo”, explica Yolanda Salvatierra, psicóloga infantil. La visión de esta experta es que se ha intentado mantener la actividad al máximo como un mecanismo de defensa psicológica para no venirse abajo. “El sistema educativo reaccionó en ese sentido”, prosigue Salvatierra, “incidiendo en la necesidad de que se pudiera seguir en casa con el ritmo de las clases y que así no se parase el curso escolar. Pero es importante entender que haya que rebajar ritmos”.

Para la experta es esencial reorganizarse en casa y entender que cada familia lo tiene que hacer a su manera porque las realidades son distintas: “Ante situaciones tan duras y difíciles como esta epidemia que afecta a las relaciones y al contacto social, se necesitan tiempos y espacios para poder manejar la ansiedad, los miedos, la tristeza. Sí es interesante que las escuelas sigan ahí, en contacto con las familias, ofreciendo recursos, dando respuesta a las dificultades que aparezcan, pero sobre todo tranquilizando para que esas tareas no sean un factor más de presión psicológica”.

El mejor aprendizaje es entender lo que ocurre. “Los niños necesitan sentirse seguros y protegidos, adaptándose a las nuevas circunstancias y a los cambios que se van produciendo en las rutinas que los padres van ajustando”, explica Salvatierra. También en esta situación tenemos la oportunidad de dedicar tiempo de juego con ellos y pedirles que colaboren en las tareas domésticas, de esta manera, y, según la experta, “ fomentaremos los vínculos familiares y ayudaremos a cohesionar el manejo de las emociones de todos”.

La experta incide en la importancia de mantener los horarios de despertarse y acostarse así como de utilizar calendarios para situarse en el día de la semana. “Más que deberes, es más interesante que los profesores envíen objetivos a conseguir y propongan pautas. Hemos de ayudar a las familias a gestionar esta situación, no agobiarlas con más trabajo del que ya tienen”, concluye la experta.

Comunicación necesaria entre familia y profesorado

Ruth Alfonso Arias, educadora de familias de Disciplina Positiva y educadora de Infantil, añade que, los primeros días, las familias vivieron en un caos: “Muchos padres y madres comenzaron a recibir tareas por diversas plataformas sin parar, experimentando grandes dificultades para compaginar trabajo y deberes escolares”. La experta recuerda que esta situación de crisis es también una situación muy difícil para los docentes, una situación a la que nunca se habían enfrentado, motivo por el cual no se debe de dejar de valorar su gran esfuerzo: “Sin embargo, todo lo que estamos viviendo debe llevarnos a una reflexión más profunda y priorizar sobre qué es lo que prima en estos momentos. Una buena comunicación entre familia y profesorado podría acabar con las quejas de los padres”.

“Hay que tratar de llegar a un consenso para que esta situación pueda llevarse de la mejor manera posible para todos”, prosigue Alfonso, “pero, sobre todo, hay que pensar en los niños, en los que poca atención se está poniendo en esta crisis”. “Estos días, están viviendo grandes aprendizajes, que no olvidarán jamás y que no están presentes en ningún libro. Todos estamos pasando por difíciles situaciones, igual es momento de aflojar”, termina la experta.

Eva Bailén, diputada en la Asamblea de Madrid y portavoz de Educación por Ciudadanos, admite que “con la actual situación de confinamiento, los deberes se han convertido en los protagonistas indiscutibles de esta inusual actividad escolar desarrollada en casa: ahora mismo todo lo que los estudiantes hacen tiene la apariencia de este tipo de tareas”. Además, Bailén, también promotora de la campaña por la racionalización de los deberes en change.org y autora de varios libros como Cómo sobrevivir a los deberes de tu hijo, reconoce que estos días es más difícil que nunca garantizar que los deberes sean justos: “Que las tareas escolares produzcan aprendizajes significativos, que sean creativas, o que estén adaptadas a las necesidades y dificultades de cada niño”.

Para la experta, es imperativo apelar “al sentido de la responsabilidad hacia los alumnos y exigir que exista coordinación entre los maestros o profesores, que se estimen los tiempos que tendrán que dedicar los alumnos a las tareas y que estas se ajusten a la edad de cada menor”.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/03/24/mamas_papas/1585050846_129972.html

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La música mejora el desarrollo cerebral de los bebés prematuros

Por: Carolina García.

Un estudio elaborado en Suiza es el primero en el mundo en encontrar que escuchar melodías produce cambios en las conexiones neuronales

En las unidades de cuidados intensivos neonatales (UCI neonatales) hay mucho ruido: puertas que se cierran y se abren, gente hablando, aparatos de aire, entre otros. Un ruido que puede afectar a los bebés prematuros que se están recuperando o desarrollando en las incubadoras. Los más afectados por este entorno son los grandes prematuros, aquellos que nacen antes de la semana 32, lo que significa que no se han desarrollado del todo ni física ni cognitivamente.

A pesar de que la evidencia científica asegura que los avances médicos han mejorado mucho su supervivencia, todavía estos pequeños son más sensibles a padecer dificultades en su desarrollo neuronal. Y para que este mejore, expertos y profesores de Ginebra (Suiza) han decidido confiar en la música, pero escrita especialmente para ellos. En Suiza, según explican, unos 800 bebés son grandes prematuros al año, lo que se representa el 1% de los nacimientos en el país. Por ejemplo, en España, son unos 500 los que nacen prematuramente cada año.

“Nacer entre la semana 24 y 32 de gestación, es decir, que todavía quedarían de dos a cuatro meses para un embarazo a término, significa que su cerebro está menos desarrollado”, aseguran los autores en un comunicado. “Su manera de desarrollarlo, prosiguen, es en la incubadora, con unas condiciones muy diferentes de si estuvieran en la barriga de su madre. Si juntamos la inmadurez del cerebro y un ambiente que sensorialmente no es adecuado, podría ser una de las explicaciones del porqué las conexiones neuronales no se desarrollan normalmente”, añaden.

La idea de partida de los investigadores era cómo hacer para que el ambiente de los pequeños en la UCI mejorara. Y sabían que la música era una opción, ¿pero cuál? “Fuimos muy afortunados porque contamos con el compositor Andreas Vollenweider, con experiencia en proyectos musicales con población vulnerable y que mostró mucho interés en crear música para los grandes prematuros. El compositor contó con la ayuda de una enfermera especializada en cuidados intensivos”, según los autores.

La melodía tenía que estar adaptada a ellos y acompañarlos cuando se despertaban, cuando se iban a dormir, y que sonara durante las fases sueño-vigilia. Los instrumentos finalmente elegidos fueron la flauta punji o encantadora de serpientes –el que mejor funcionó–, el arpa, y trozos de campana. El compositor hizo tres piezas de ocho minutos de duración. El estudio se basó en diferenciar dos grupos de pequeños, unos escucharon la música cinco veces a la semana y otros, nada. Las resonancias que hicieron tras el experimento mostraron «diferencias en las conexiones neuronales en el cerebro de los bebés».

La investigación, publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), ha tenido conclusiones sorprendentes para los mismos autores: “Los resultados revelan que las redes neuronales de los bebés prematuros que han escuchado esta música, y en particular en cuanto a las funciones sensoriales y cognitivas, se están desarrollando mucho mejor”. “Y fue increíble”, relatan, “los niños más excitados consiguieron calmarse”. Es más, “se incrementaron las conexiones entre la red cerebral de prominencia (es aquella que permite discernir la importancia de los estímulos) y las redes auditivas, sensoriomotoras, frontal, tálamo y el precúneo (una parte del cerebro que permite relacionar la información exterior con la de los sentidos). Tanto, que la organización de las redes neuronales era muy similar a la de los bebés nacidos a término», explican. Los primeros niños que participaron en el proyecto tienen ahora 6 años, a la edad en que los problemas cognitivos comienzan a ser detectables. Ahora, tras los resultados, los autores tendrán que evaluarlos de nuevo.

«Este estudio tienen una conclusión muy novedosa porque es la primera vez en el mundo que se investiga el efecto de la música en prematuros con resonancias magnéticas y se demuestra que existe un cambio en el cerebro», explica Juan Arnáez, neonatólogo y director de la Fundación NeNe, organización sin ánimo de lucro cuyo principal objetivo es la formación, investigación y divulgación de los problemas neurológicos del recién nacido. «Sabíamos que la música era buena para el cerebro a cualquier edad, pero no cómo lo hacía. No conocíamos qué cambios se producen realmente en un cerebro en desarrollo», subraya el experto.

«Es un avance muy importante porque el ruido, o cómo evitarlo, en las UCI neonatales es algo que se lleva estudiando mucho tiempo. Los grandes prematuros se caracterizan, entre otras cosas, porque tienen inmadurez en las conexiones neuronales y más riesgo de padecer una hemorragia por la fragilidad de sus vasos sanguíneos», continúa Arnáez. Al nacer, «y pasar del vientre materno, donde el ruido queda amortiguado por el líquido amniótico, a una incubadora puede ser algo muy brusco para el pequeño. Y solucionar esta contaminación sonora en las unidades es fundamental», explica. «Lo que hay que seguir investigando es qué efecto real tiene la música a largo plazo».

Según expone el experto, en España hay hospitales que ponen música en sus UCI neonatales, pero no es algo generalizado: «Lo que si se está haciendo es: reducir la luz, tapando la incubadora; permitir a las familias que puedan estar en la unidad las 24 horas; que los prematuros puedan tomar leche de sus madres desde el minuto cero y que existan mecanismos que controlen los decibelios para controlar el ruido». «En definitiva, hay que asegurar el bienestar de estos pequeños todo lo posible», concluye.

La música también es buena para los niños mayores

Efectivamente, estudios anteriores ya habían concluido que el hecho de que los niños reciban clases de música incrementa y crea nuevas conexiones cerebrales. La Sociedad Norteamericana de Radiología (RSNA, por sus siglas en inglés) en 2016 concluía que “experimentar la música a una edad temprana puede contribuir a un mejor desarrollo del cerebro; a la optimización de la creación; al establecimiento de redes neuronales, y a la estimulación de las vías existentes del cerebro”.

Otro estudio, elaborado por el Instituto de Aprendizaje y Neurología de la Universidad de Washington (Seattle, EE UU) y publicado National Academy of Sciences concluyó que “ciertas melodías mejoran el procesamiento cerebral de pequeños de nueve meses, tanto en lo que se refiere a la música como a nuevos sonidos del habla”. La investigación sugería “que experimentar patrones rítmicos musicales mejora la habilidad de detectar y predecir patrones rítmicos del habla. Esto significa que escuchar música en edades muy tempranas puede tener un efecto global en las habilidades cognitivas de los bebés”, concluían entonces los autores de este estudio.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2019/05/29/mamas_papas/1559124287_130243.html

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El diagnóstico del autismo a los 14 meses es posible y mejora los resultados para el niño afectado

Por: Carolina García. 

Un estudio de EE UU concluye que la detección de TEA a esta edad es altamente estable, lo que sugiere que es factible

 

Uno de cada 160 niños en edad escolar padece Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) en el mundo y sus síntomas suelen comenzar en la infancia y persistir hasta la adolescencia y la adultez, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La edad media de los afectados cuando se determina el diagnóstico está entre los dos y tres años. Según un último estudio de la Universidad de California (San Diego, EE UU), publicado en Jama Pediatrics, esta edad de diagnóstico se podría adelantar a los 14 meses. “A esa edad, el diagnóstico ya es estable y tenerlo facilita la intervención más temprana, favoreciendo su evolución”, afirman.

«Históricamente, los niños con autismo normalmente ni siquiera comienzan su tratamiento hasta los tres o cuatro años, cuando gran parte de su trastorno ya se ha asentado. Cuanto antes se puedan abordar los problemas de TEA, mejor será para el niño afectado”, ha explicado una de las autoras del estudio, Karen Pierce, profesora de Neurociencias de la Universidad de California, a la CNN.

El estudio de cohorte se ha realizado con 2.241 bebés con y sin TEA, evaluados entre 2006 y 2018,. Para los expertos, los diagnósticos fueron más estables cuando se daban entre los 12 y 36 meses de vida que en aquellos niños que lo obtuvieron más tarde, según se explica en las conclusiones del estudio. “Un diagnóstico a los 14 meses de vida es factible y puede ofrecer la oportunidad de probar la utilidad y perspectivas del tratamiento del TEA más pronto, ofreciendo un beneficio terapéutico mejorado”, explican los expertos en el texto.

Además, señalan que “la evidencia sugiere que el TEA tiene sus orígenes en la vida prenatal, probablemente durante el primer o segundo trimestre del embarazo, y los niños comienzan a mostrar los síntomas de la enfermedad en sus primeros cumpleaños, como no responder a sus nombres o no interactuar positivamente con otros”. “Nuestros hallazgos sugieren que la detección y el diagnóstico de TEA pueden comenzar de manera confiable desde los 14 meses. Nuestro próximo desafío es determinar los mejores tratamientos y el grado en que dicho compromiso temprano beneficia a los niños pequeños y sus familias a largo plazo”, concluyen los expertos en Jama Pediatrics.

El TEA hace referencia a un conjunto amplio de condiciones que afectan al neurodesarrollo y al funcionamiento cerebral. Esto supone que las personas que lo padecen sufran dificultades en la comunicación e interacción con los demás, así como en la flexibilidad del pensamiento y de la conducta. Algunas estimaciones, incluso, sitúan su incidencia en uno de cada 59 nacimientos.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2019/05/01/mamas_papas/1556706175_653544.html?id_externo_rsoc=whatsapp

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“El germen del acoso escolar está en que no tratamos bien a nuestros hijos”

Por: Carolina García.

 

Aunque el acoso escolar, denominado bullying, es un término relativamente nuevo, ya que se acuñó sobre 1980 en Reino Unido, para Tania García, pedagoga experta en educación respetuosa y fundadora de la escuela para familias Edurespeta, el acoso, que celebra este jueves 2 de mayo su Día Mundial de Concienciación, es algo que ha estado siempre presente. “Y para su erradicación se necesita que haya una transformación radical en la sociedad. Ahora cada vez hay más casos y se dan a edad más temprana, incluso en algunos casos puede ser fatal. El error es que nos centramos en cambiar al acosado o castigar al acosador, lo que en mi opinión no sirve para nada. La clave está en educar desde el respeto en casa y en el colegio ”, incide la experta.

En España, el Ministerio de Educación ha informado esta semana que ha detectado 5.557 posibles casos de acoso escolar en un año, de los que siete de cada diez (73%) llevaban produciéndose durante meses o años, y la mitad (54%) prácticamente a diario (datos recabados a través del Teléfono contra el Acoso Escolar del Ministerio, el 900 018 018). El dato supone un descenso a casi la mitad respecto al mismo período del año anterior, cuando se atendieron 25.366 llamadas. El Ministerio achaca esta bajada a que varias comunidades autónomas pusieron en marcha sus propios teléfonos contra el acoso.

Para García, “el germen del acoso escolar está en que no tratamos bien a nuestros hijos”: “Les tratamos sin respeto, a gritos, con cachetes, con castigos, lo que les lleva a normalizar la violencia”. Ante esto, para la experta se pueden dar dos situaciones que afectan al menor. La primera es convertirse en el acosado, asimilando como normal que los demás les traten mal o, por el contrario, que se convierta en el acosador, porque la única forma que tiene de comunicarse es maltratando a los otros, “porque no conoce otra manera”.

Cómo tratamos a nuestros hijos no solo tiene consecuencias en la infancia y la adolescencia, sino que afecta a la evolución del propio individuo, una evolución en la que muchas veces se sostiene en el tiempo la baja autoestima o el sentimiento de culpa. “Son personas que, por ejemplo, han sido acosadas en el colegio y luego lo son también en el trabajo de adultos. No han sido educadas desde el respeto: sin etiquetas, sin chantajes, sin malas palabras”, reitera la experta.

«Vivimos en una sociedad en la que está normalizada la violencia. Yo siempre pongo un ejemplo. Si estamos en un centro comercial y vemos a un señor que intenta o pega a su pareja nos parece muy mal, e incluso, intentamos ayudarla. Si en vez de una mujer es un animal, nos parece peor. Pero, en cambio, si vemos a un padre dando una torta o un cachete a su hijo, nos parece normal”, prosigue García. Según explica, estamos perpetuando, somos responsables directos, de toda esa educación que permite el castigo, el grito, técnicas horribles de castigo como la silla de pensar etc., “y esto tiene que cambiar”: “Nunca es tarde para educar en el respeto. Y hacerlo, no solo afectará al futuro de nuestros hijos, sino que afecta también al hoy, a su presente”.

García recomienda que para educar desde el respeto se tengan en cuenta:

  • Hay que ser empáticos. Tener empatía no significa estar de acuerdo con lo que está ocurriendo, “pero sí entender por lo que está pasando. Ponernos en la piel del otro”.
  • El acompañamiento emocional: “A lo mejor, muchas veces, no entendemos lo que le pasa a nuestro hijo y él no sabe explicarlo, pero estamos ahí, puede contar con nosotros”.
  • Siempre hay que mantener la calma, “tenemos que comprender que nuestro hijo está creciendo, que por ejemplo, si es muy pequeño, están saliendo a la luz sus emociones, es un pequeño que emocionalmente está floreciendo”, por lo que es normal es que no las controle.
  • Trabajar la autoestima. Hacerle ver que lo que siente, que lo que es, que lo que le pasa es valioso.
  • Asertividad. El lenguaje asertivo, elegir muy bien las palabras, y la escucha activa, son fundamentales para educar en el respeto. Saber estar, prestarle el 100% de atención.
  • Tratarle como te gustaría que te trataran a ti: “El ejemplo lo es todo”.
  • Enseñarle a poner límite con los demás. “Un ejemplo es cuando casi les obligamos a besar a los abuelos, por el simple hecho de serlo. El beso, como cualquier otro gesto, que nos afecta, debe ser libre”.
  • Por último, debemos ser coherentes: lo que digamos es cómo debemos actuar.

El trabajo en el hogar es responsabilidad de los padres, pero en el aula, del colegio, “hoy por hoy las medidas para contrarrestar el acoso son pobres. Normalmente, los profesores pueden ver el acoso. Lo que pasa es que al haber normalizado la violencia no saben cuándo avisar o actuar. Mi consejo es que desde que vemos el primer gesto feo, ese que hace sufrir al niño, un desplante, un vacío, en ese momento, ya hay que actuar. Son signos de alarma, no lo podemos dejar pasar. Y, por supuesto, el trabajo hay que hacerlo de forma conjunta entre los padres, la escuela y los niños”, concluye rotunda García.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2019/04/30/mamas_papas/1556623570_764007.html

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