Aprender a aprender. Cuatro informes recientes señalan el camino para mejorar la calidad de nuestra educación.

Por: Guillermo Perry

La mayoría de los niños latinoamericanos entran hoy a la escuela primaria y secundaria, pero apenas el 35 por ciento salen con las habilidades que exige el mundo contemporáneo.* Hemos invertido enormes recursos para asegurar que haya suficientes escuelas y maestros, pero los niños no están aprendiendo lo que necesitan. Es un desperdicio enorme y un limitante mayúsculo para que lleguemos a ser una sociedad próspera y equitativa. El reciente Informe Mundial para el Desarrollo califica esta tragedia como “la crisis del aprendizaje”.** Superarla debería ser la prioridad central de nuestro próximo gobierno.

Al revisar la evidencia disponible, el informe citado concluye que hay dos requisitos fundamentales para el aprendizaje: 1) Niños capaces de aprender y motivados para hacerlo; 2) Maestros capaces de enseñar y motivados para hacerlo. Todo lo demás (infraestructura, computadores, textos, educación a distancia, currículum) contribuye al aprendizaje solo en la medida en que haga más productiva la relación maestro-alumno y fortalezca sus motivaciones. A conclusiones similares llegan otros tres reportes recientes al respecto.***

Jim Heckman, premio nobel, señala que décadas de estudios en las disciplinas de psicología, neurología y economía permiten afirmar que un porcentaje muy alto del desarrollo de las capacidades cognitivas, emocionales y sociales se produce durante el embarazo y los primeros años de vida. Los niños que crecen rodeados de cariño, apoyo y estímulo a aprender, y que reciben una buena nutrición, aventajan por mucho a los demás en su posterior rendimiento escolar y laboral.

Esas diferencias resultan muy difíciles de revertir después, aun con buenas escuelas y universidades, por cuanto más del 80 por ciento del desarrollo cerebral ocurre en los primeros años de vida. Por eso, los programas públicos que tienen mayor rentabilidad social son los de atención prenatal y a la primera infancia.

Estos programas garantizan la nutrición y salud del niño y estimulan su capacidad de aprendizaje. No obstante los esfuerzos recientes, nuestros Centros de Desarrollo Integral y Hogares de Bienestar atienden menos del 60 por ciento de los niños vulnerables y padecen graves deficiencias que les restan efectividad.****

Los estudios también muestran que, aun cuando otros factores afectan la calidad de la enseñanza, lo fundamental es la capacidad y motivación del maestro. Por eso, los países en donde los niños obtienen los mejores resultados en las pruebas Pisa son aquellos donde, además de buenos programas integrales para la primera infancia, los mejores estudiantes de cada generación se dedican a la enseñanza, se los prepara en facultades de excelente calidad, se los escoge y promueve por méritos, se los apoya con tutores en los primeros años de práctica, se les brindan buenos programas de actualización diseñados con base en evaluaciones periódicas, se los remunera tanto como a ingenieros o abogados y se premia su buen rendimiento con estímulos monetarios y no monetarios. No menos importante: la sociedad les tiene un gran respeto y estimación. Así sucede en Finlandia, Suecia, Corea, Israel, Alemania y demás países reconocidos por la calidad de su educación, pero no en América Latina.

Buenas aulas, textos, computadores y otras ayudas, al igual que clases pequeñas y jornadas únicas, contribuyen a mejorar la calidad de la educación, siempre y cuando haya maestros competentes y motivados y alumnos capaces de aprender y motivados para hacerlo.

Las prioridades son claras, pero la frecuente improvisación y la interferencia de los intereses políticos y sindicales no nos han permitido avanzar más. Ellos también necesitan aprender.

P. S.: ojalá Humberto de la Calle le gane hoy al clientelismo liberal.

* BID, 2017
** Banco Mundial, 2017
*** BID y 3IE, 2017; NBER, 2014
**** Bernal, R. 2017

Fuente del Artículo:

http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/guillermo-perry/aprender-a-aprender-es-la-base-para-mejorar-la-educacion-152810

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Paz, pedagogía y educación

Por. Guillermo Perry

La culminación de la negociación entre el Gobierno y las Farc, la inminente entrega de los fusiles y la desmovilización de la guerrilla más vieja del mundo son excelentes noticias para Colombia y la humanidad. Debemos reconocerle al Presidente su compromiso con este propósito y a los negociadores del Gobierno, su entrega y competente dedicación durante estos largos años. Y a los dirigentes de las Farc, el atreverse a dar este histórico paso.

Ahora nos toca a los ciudadanos decidir si respaldamos o no el acuerdo en el plebiscito del 2 de octubre. El Gobierno ha acogido la reiterada recomendación que hicimos varios columnistas de que le corresponde hacer pedagogía sobre el contenido del acuerdo y sus consecuencias, y no publicidad política con eslóganes genéricos a favor de la paz. Es importante que los ciudadanos entiendan que la desmovilización de las Farc es solo el primer contado de la construcción de la paz: que consolidarla requerirá enormes esfuerzos de todos, pero que ellos redundarán en una mejor vida para nuestros hijos y nietos.

La campaña pedagógica oficial debe estar a cargo de los negociadores del Gobierno, que tienen una altísima credibilidad entre los colombianos. La sociedad civil, que aspira al éxito del desarme y la construcción de la paz, debe jugar también un papel central en ese esfuerzo. Y los partidos políticos que apoyan el Sí deben sumarse a la tarea pedagógica y refrenar sus impulsos de utilizar la campaña para propósitos políticos de corto plazo.

El uribismo también tiene una responsabilidad histórica. Debe dedicarse ahora a explicar serenamente sus argumentos por el No, así como qué seguiría después en caso de triunfar, para precaver un desenlace traumático como el que ocurrió con el ‘brexit’. Sería imperdonable que continúe basando su oposición en afirmaciones falsas sobre el contenido de los acuerdos y eslóganes altisonantes pero vacíos.

Una condición indispensable para la construcción de la paz, y para acelerar nuestro desarrollo económico, es la de lograr el acceso de todos los niños colombianos a una educación de calidad. Por eso he apoyado en esta columna las iniciativas de la Ministra de Educación para avanzar en esa dirección. Y por eso aplaudo hoy el programa educativo de la actual administración distrital.

Bogotá ha mejorado mucho en cobertura de la educación pública, pero no en calidad. Los resultados de las pruebas Saber 11 indican que está detrás de ciudades como Tunja, Bucaramanga y Pasto. En el índice sintético de calidad ocupa apenas la posición 14 entre las entidades territoriales.

El nuevo plan prevé acciones en cuatro áreas claves para la calidad: 1) mejorar la formación de los maestros, ofreciendo becas adicionales a las que otorga el Ministerio para pilos que estudien educación, apoyos para mejorar las licenciaturas ubicadas en el Distrito y becas para la formación de posgrado de los mejores maestros; 2) tutores para los maestros novatos; 3) complementos a los incentivos monetarios por resultados en calidad que ha instituido el Ministerio, y 4) la creación de tres centros de Innovación Educativa y la ampliación y el mejoramiento del programa de Colegios Públicos en Administración.

El Polo y Petro prorrogaron los contratos de 22 colegios en concesión porque estaban obteniendo resultados muy superiores al promedio en las pruebas Saber 11, en menores índices de deserción y en mejor clima escolar, y tenían el apoyo irrestricto de la comunidad. Uno de ellos es el mejor del Distrito, 10 están entre los 20 mejores y los 22, entre los 75 mejores. El Concejo debe aprobar ahora las propuestas de la Administración y exigir que las prácticas que producen estos buenos resultados se adopten en otros colegios públicos, con la asesoría de los Colegios en Administración.

Fuente: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/paz-pedagogia-y-educacion-guillermo-perry-columnista-el-tiempo/16685066

Imagen: www.camarapereira.org.co/es/img-VcwxEgIhDEDR21Aa0EIbKgtbb-BkIAJOIBnJLtfXsbP5xSu-U7T6MOrKaBSz9DaaTEhJ4UvDGjNOOPpwArfixXtXf31GuGOhG-H7yrJlWGtBtc6gheDvsykLZqCdhslMlAhCCOfDS8sH.jpeg

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