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Cambiar las metodologías para mejorar los resultados: aprendizaje cooperativo y apertura del centro

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

La colaboración del alumnado entre sí, de las familias, de personas voluntarias o asociaciones, se han convertido en marca de la casa de centros como el CEIP Manuel Núñez de Arenas.

Manuel Núñez de Arenas es hoy seguramente un personaje desconocido. Hace 100 años fue uno de los padres de la Escuela Nueva, también, un socialista convencido y miembro del Partido Comunista. Además, fue docente de francés en España y de español en Francia. Exiliado al país vecino durante la dictadura de Primo de Rivera y tras la caída de la República.

Hoy es el nombre que llevan dos colegios. Nos hemos acercado al que está en Madrid, en el barrio de El Pozo, y que el año pasado cumplió 50 años.

En la puerta nos reciben unas docentes, nos indican la puerta de conserjería, en donde esperamos a que nos atienda Marta González de Eiris, la directora. Vamos con un grupo de madres que quieren visitar el colegio para tomar la decisión sobre si matricular a sus criaturas de 3 años para el próximo curso.

Hay decoración y plantas por todas partes. En el exterior, columnas de colores, también algunos ladrillos pintados de dos de los edificios principales del colegio.

El Núñez de Arenas lleva seis años inmerso en una espiral de renovación que les ha llevado de tener problemas con los resultados académicos de su alumnado a convertirse en uno de esos centros de referencia en el sur de Madrid.

Desde hace unos tres años, nuevas familias empiezan a interesarse por un colegio que no usa libros de texto, que trabaja por proyectos, con grupos interactivos y con la ayuda de asociaciones, familias voluntarias, erasmus checos, estudiantes en prácticas y todo aquel que quiera echar un cable. Hace ya algún tiempo que sus iniciativas han llamado la atención de los medios de comunicación y estos han hecho que más y más familias piensen en este colegio como una interesante posibilidad.

Marta acompaña a las madres por el centro contándoles, por ejemplo, que la biblioteca del centro está adscrita a la red de la Comunidad de Madrid, de manera que no solo la usa el alumnado, sino que está abierta al barrio. O que trabajan todos los años en grandes proyectos de investigación propuestos o nacidos de los intereses de niñas y niños. También que hacen un importante trabajo en relación a la justicia social mediante un concepto. Durante los primeros 15 días de cada curso. Este año ha sido el respeto.

Después, en octubre, llega el momento en el que los alumnos lanzan ideas sobre las que quieren aprender: el espacio, los animales, las joyas, las plantas… estos son algunos de los que surgieron. Después de tener la lista, se vota cuáles se trabajarán. A principio de curso se decidieron a investigar sobre el espacio. Ahora están con los animales y las plantas.

En infantil las cosas funcionaron de forma diferente. Un alumno llevó un día un muñeco con forma de pulpo que despertó el interés de sus compañeros y compañeras. Desde ahí, la maestra propuso investigar sobre los pulpos (y sobre el fondo del mar). En otra clase fue gracias a un niño que le encantan los superhéros e iba un día sí y otro también con una capa a clase.

Entre los resultados de este trabajo, los pasillos, los techos, las aulas, se llenan de pulpos, peces, estrellas de mar, capaz, jirafas o cocodrilos. Plantas colgantes o lianas.

El año anterior, por ejemplo, el gran proyecto del centro fue el 50 cumpleaños del colegio. Cada grupo, cada etapa decidió sobre qué quería saber en torno al aniversario: las vivienda de El Pozo en los años 60, la asociación de vecinos, los animales, las calles…

Un grupo de madres visita el centro para conocer sus metodologías.

Pero, todo esto, ¿de dónde sale?

El Núñez de Arenas es un colegio no muy grande. Desde hacía algunos años, parte del claustro venía planteándose la necesidad de cambiar las prácticas el centro. Los resultados no eran buenos, si querían cambiarlo debían cambiar la metodología.

Y hubo suerte. En estos momentos, llegaba Isabel Vizcaíno, una maestra con bastante formación sobre aprendizaje por proyectos, que ayudó a Marta y a otros docentes como Ignacio Fernández, jefe de estudios en ese momento, a terminar de quitar los libros de texto, tanto de infantil como de primaria.

Y junto al trabajo por proyectos, llegaron otras metodologías o herramientas y, con esto, la necesidad de más formación. Marta asegura que el cambio en el Gobierno de Madrid se ha notado en el sentido de que ahora se ofrecen cursos sobre nuevas metodologías para docentes, también dentro de la formación para nuevos directores.

Así que fueron desarrollando, y siguen, formación en función de lo que quieren aprender los docentes, de manera que este año ha habido recordatorios sobre metodología Montessori o Freinet. por ejemplo.

Y claro, la pregunta sobre los resultados en el centro es obligada. Marta asegura que ha habido, fundamentalmente, mejoras en el proceso de lecto-escritura de los niños y niñas. Pero habla, sobre todo de un efecto más sutil, relacionado con el tipo de familias y alumnos que se acercan al centro.

Si hace unos años la matrícula de niñas y niños gitanos era del 80%, ahora está más o menos sobre el 60%, pero, asegura, no porque haya menos, sino porque el porcentaje de payas y payos ha aumentado.

Un efecto que toda la comunidad agradece, payos y gitanos. Es verdad que los primeros acaparan algunas de las actividades que se realizan, como las lecturas en infantil, o los perfiles de voluntariado para los grupos interactivos. Pero hacen, al mismo tiempo, todo lo posible para que las madres y padres gitanos participen, quitándose vergüenzas. “Yo seré licenciada en no sé qué y tú te dedicarás a la venta ambulante, pero aquí somos madres de niños de la misma clase”, resume Marta, que asegura que nunca estuvo en el ánimo del claustro cambiar la población del centro al adoptar nuevas metodologías, sino “dar lo mejor posible al alumnado que teníamos”.

En estos años se han renovado metodologías utilizando el aprendizaje por proyectos u organizando al alumnado en grupos cooperativos, o haciendo que las aulas de primaria no sean para un grupo, si no para un área de conocimiento y que niñas y niños vayan de una a otra para utilizar materiales comunes (aprendiendo entre otras cosas a respetarlos y cuidarlos).

Además de esto, cuentan con el apoyo de personas voluntarias para atender y ayudar a los grupos interactivos. De hecho, este año llegó un estudiante de República Checa para trabajar en el Núñez de Arenas. También trabajan con la Fundación Secretariado Gitano, cuya sede es bastante cercana, o en red con centros de la capital bajo el proyecto “Hermanadas por la justicia social” y han desarrollado proyectos colaborativos y de crowdfounding como el Bosque de Z-Oma, para “pintar” los árboles de uno de sus dos grandes patios. Árboles por los que han tenido que pelear con el Ayuntamiento de Madrid que quería talar decenas de ellos porque estaban enfermos o secos. Han conseguido salvar algunos. O proyectos como el de la orquesta de instrumentos reciclados, que también les ha valido la mención en los medios de comunicación.

Es difícil saber qué pensaría Manuel Núñez de Arenas de un centro como este, con su nombre, pero seguramente lo apoyaría por el enorme esfuerzo que su claustro hace para superar las dificultades de un alumnado con un entorno socioeconómico y cultural desfavorable.

El Núñez de Arenas tiene las puertas abiertas para quien quiera ayudar.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/04/17/cambiar-las-metodologias-para-mejorar-los-resultados-aprendizaje-cooperativo-y-apertura-del-centro/

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Robotización y ecología, retos de la sociedad y la educación

Por: Pablo Gutiérrez Álamo

La iniciativa Diálogos por la educación de La educación que nos une pretende extender la discusión sobre el sistema educativo ahora que se está hablando tanto de pacto.

Yayo Herrero (Ecologistas en Acción) y Francisco López Rupérez (expresidente del Consejo Escolar del Estado) hablaron de los retos que nos esperan a la vuelta de la esquina, una robotización, automatización, de gran cantidad de procesos y trabajos, en un mundo que está aguantando unas tensiones ambientales, sociales y políticas que hay que tener presentes.

Ambos fueron los encargados de abrir el ciclo de Diálogos por la Educación organizado por La educación que nos une, en colaboración con el Ateneo de Madrid, el Ayuntamiento y El Diario de la Educación.

Ante una creciente robotización y automatización de los procesos productivos en un futuro muy cercano, López Rupérez defendió una educación apoyada por igual en dos pilares: los conocimientos y las competencias personales. Capaz de dar herramientas, en ambos sentidos, para estos desafíos que las personas de los países desarrollados habrán de enfrentar, en un mercado de trabajo de alta cualificación. Conocimientos profundos para poder alcanzar trabajos de cierta cualificación, al mismo tiempo que competencias relativas a la gestión de la incertidumbre.

Pero ¿seremos capaces de sostener la vida en este escenario de mecanización? Yayo Herrero centró su mirada en la necesidad de proteger la vida, los ecosistemas, y mirar a las personas, fundamentalmente mujeres, que son responsables principales de la reproducción y sostenimiento de la vida. Una mirada puesta en qué clase de sociedad queremos, con la que definir qué educación necesitamos.

En un futuro que efectivamente parece cada vez más mecanizado y robotizado, Herrero se pregunta si será sostenible dados los costes en materiales y energía que supondrá esa enorme transformación.

En cualquiera de los dos casos, la educación tiene un papel principal, no tal vez como responsable de todos los cambios y mejoras, pero sí como transmisora de los valores que la sociedad quiere transmitir.

También vive en un momento de encrucijada que la obliga a grandes transformaciones. Tanto Francisco López Rupérez como Yayo Herrero entienden que ha de haber una mayor implicación e interconexión entre las enseñanza de las humanidades y de las ciencias, un mayor peso de la investigación neurocientífica relacionada con la importancia de las emociones en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Todo esto con un currículo “insoportablemente extenso”, en palabras de López Rupérez, que debe pensarse de otra manera, para generar aprendizajes profundos para evitar “surfear por la superficie” de los contenidos. Un diseño curricular que podría hacerse por etapas educativas, y no por cursos concretos.

Un currículo, reflejo de lo que la sociedad cree que es importante, dijo Herrero, quien ve la necesidad de que se conecte con los problemas que vivimos (escasez de materiales, de energía fósil, de aumento de las desigualdades y la violencia), frente a un conocimiento parcelado por materias.

Un aprendizaje, además afirmó Herrero, que debe estar conectado con los cómos, un aprender haciendo, colaborando el alumnado y conectado con el entorno de cada centro. Eso sí, que no olvide la importancia de los conocimientos, como base imprescindible sobre la que trabajar las competencias, dijo López Rupérez.

En definitiva, vivimos un momento de profundo y acelerado cambio que nos exige pensar profundamente en qué sociedad queremos y qué educación necesitamos para alcanzarla.

La próxima mesa se desarrollará el 29 de marzo y tratará sobre la doble red, pública y concertada y los retos que también se plantean en un ciclo temporal que ha endurecido las posiciones sobre el papel que debe cumplir cada una de ellas.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/03/10/robotizacion-y-ecologia-retos-de-la-sociedad-y-la-educacion/

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Haciendo del cine una herramienta transformadora

Por: Pablo Gutierrez Álamo 

Luces apagadas, resplandor de luz sobre la pantalla ennegrecida por la oscuridad, silencio… Barcelona, mediados del siglo XX, blanco y negro, silencio. Barrio Chino. Este podría ser el inicio de una de las sesiones del proyecto CinEd, un proyecto europeo de cine y educación que comienza su andadura en España de la mano de la asociación A bao a qu. De hecho lo es.

Se trata de los primeros compases de En construcción, filme de 2001 del director José Luis Guerín, una de las dos películas españolas que participan en este proyecto. La otra, El espíritu de la colmena, de Víctor Erice, de 1973. Junto a ellas, filmes de otros siete países europeos. El objetivo: llevar el cine europeo de autor al mayor número de estudiantes posibles.

Desde hace algunos meses se está haciendo la prueba piloto en Galicia, de manos de Cgai, la filmoteca gallega, que ya ha pasado las dos películas españolas y que en los próximos meses continuará.

Y en Madrid, han estado trabajando también con En construcción. De hecho, hace unos días tuvieron un encuentro chicas y chicos con José Luis Guerín en el Cine Doré, la sala de la Filmoteca Nacional, en el que pudieron preguntarle dudas surgidas tras el visionado de su documental.

Preguntas sobre la elección de personajes, sobre los sonidos que se escuchan a lo largo del filme y su importancia a la hora de sostener parte de la historia, cómo se rodaron algunas de las secuencias o sobre los motivos para que unas historias se desarrollen más que otras.

Fanny Figueras es profesora de Visual y Plástica en el Instituto Broggi de Barcelona. Viene a Madrid para la presentación del programa, al igual que Guerín, con la intención de alentar a la participación. Ella lleva cinco años trabajando con el cine en su centro, de la mano también de A bao a qu, con el programa de Cine en curso. El uso del cine la ha hecho cambiar su práctica, “ahora trabajo con grupos más pequeños, incorporando el consenso, en vez de la votación”, por ejemplo.

También, dice, usar el cine la ha ayudado a abrirse a otras formas de trabajar el currículo, tirando más del proceso que del contenido y a entrelazar materias dentro del centro, a crear “relaciones entre el cine con el dibujo artístico o con historia del arte”. tirando de estas relaciones entre materias hace que el aprendizaje “tenga más sentido para el alumnado”.

“El conocimiento no es tan parcelado por materias”, dice, aunque admite que han sido 5 años de proceso de cambio de forma de trabajo. “Es algo que tiene que tocar alguna sensibilidad tuya, como docente, para que apuestes por ello”. Ahora, que una vez hecho, constata “cómo puede cambiar la mirada a mis alumnos, cómo los transforma, cómo llegan en 1º de Bachillerato y cómo salen”.

La piedra de toque, además del interés del docente, está en confiar en las capacidades del alumnado. “Cuando les das la consigna de ver algo desde el punto de vista de la luz, del encuadre, de la paleta de colores… ellos cambian”. “Tienen una actitud más activa, les interpela lo que ven. Están acostumbrados a ser consumidores de cine”.

– Hablabas también de su manera de expresarse.

– Sí, su lenguaje, su vocabulario. Cuando vemos algo, escriben, lo comentamos juntos en clase, qué hemos visto en un fragmento o en una peli, anotamos ideas en la pizarra y, luego, reescriben sus primeras impresiones.

Se trata de un trabajo con el que el alumnado mejora sus capacidades de expresión, pero además, puede ayudar en otras materias como Filosofía, o en su caso, en la clase de catalán o de castellano. “A través del cine aprenden a mirar, a escribir”.

José Luis Guerín conversa con alumnos sobre En construcción.

Núria Aidelman y Laia Colell son las culpables, o las responsables si se quiere, de buena parte de todo esto. Son las impulsoras de A bao a qu, la asociación que, por una parte, ha organizado los programas de Cine en curso, entre otros, y que, en España, es la responsable de CinEd. El proyecto está liderado por el Institut Francaise. Cuenta ya con películas francesas, portuguesas y rumanas, además de las españolas.

– A bao a qu es uno de los personajes de El libro de los seres imaginarios de Borges y Margarita Guerrero.

Se trata de un ser que acompaña a las personas de alma pura hasta la parte más alta de la Torre de la Victoria desde la que se divisa el paisaje más maravilloso del mundo. Ellas quieren hacer esa labor, acompañar a docentes y centros educativos en el viaje de la utilización del cine, de las artes en general, para ver el paisaje más maravilloso del mundo.

– El arte, la creación, la cultura es un paisaje maravilloso y el a bao a qu está esperando a quienes quieren descubrirlo, pero a la vez, todo depende del visitante, explican ambas.

Opinan que tanto CinEd como Cine en curso son proyectos complementarios. El segundo, que es el buque insignia, supone, entre otras cosas, la estancia continuada y regular de un cineasta a un centro educativo para trabajar con el alumnado, además de una formación y estrecha relación con el profesorado para compartir visiones e inquietudes. “Un proyecto que por definición puedes hacer en un número limitado de centros, con mucho acompañamiento”.

CinEd, sin embargo, pretende un alcance mucho mayor. El visionado de las películas solo requiere la inscripción del centro educativo, pero también de cualquier entidad como Cgai en Galicia o la Cineteca de Matadero Madrid, para acoger visionados destinados a escolares. El trabajo de la asociación aquí será movilizar a la mayor cantidad de centros y polos posibles.

Algo, incluso, que podría verse como unas modernas Misiones Pedagógicas. Quieren dedicar un esfuerzo especial a los escolares de las localidades que presumiblemente lo tengan más complicado por no tener cerca ninguno de estos centros culturales.

Trabajo con concejalías de ayuntamientos pequeños y con docentes que quieran cambiar sus prácticas y que sean quienes acaben movilizando otro tipo de equipamientos culturales.

Confianza, tiempo, expectativas

Son tres claves que Laia, Nuria y Fanny destacan de los proyectos con cine y adolescentes. Sobre todo, cierto cine de autor que obliga al alumnado a enfrentar el cine de otra manera, con tiempos mucho más lentos, con imágenes y sonidos que ha de interpretar más allá de la obviedad de tanta imagen como les llega.

Confianza que adultos, tanto docentes, como familias han de tener o devolver, a sus adolescentes. “Parte de nuestro acompañamiento tiene que ver con que confíen en los alumnos. Vamos a tener expectativas; vamos a atrevernos a hacerlo”. Y, claro, luego, ha de haber tiempo para la reflexión, “no se trata de lanzar dos o tres preguntas”.

– Estuvimos 45 minutos para comentar un visionado de 3 minutos… 45 minutos. Pero es que no podíamos parar -explica Fanny.- Solo les tenemos que abrir la puerta. Si no se lo proponemos, no sabrán que existe.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/03/03/haciendo-del-cine-una-herramienta-transformadora/

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Los “mejores” docentes están sobrerrepresentados en la privada

Por Pablo Gutiérrez del Álamo

Un estudio determina que la «calidad» de los docentes produce una variación del 6% en los resultados de los alumnos en el informe Pirls 2011. Formación permanente y experiencia son elementos que mejoran la calidad docente.

Es más fácil encontrar profesores que tienen un mayor impacto en los resultados de los alumnos en las evaluaciones internacionales en centros privados (concertados o no) que en los públicos. También lo es, encontrarlos en aquellos centros en los que las familias tienen mayores índices socioeconómicos y culturales que en el resto.

Es una de las conclusiones que se extraen de la monografía La calidad del profesorado en la adquisición de competencias de alumnos. Un análisis basado en Pirls 2011 elaborado por los profesores Jorge Calero y Orial Escardíbul y editado por las fundaciones Ramón Areces y Europea Sociedad y Educación.

El estudio intenta determinar cuál es el impacto que un determinado docente tiene sobre el alumnado en relación con los resultados en competencia lectora que estos tienen en el informe Pirls del año 2011. Para hacerlo se han controlado todo el resto de variables que pudieran estar influenciando los resultados (la más importante de ellas siempre es la relacionada con el índice socioeconómico y cultural de las familias), de manera que los investigadores han determinado que los docentes suponen una variación del 6% en la media (500 puntos en la escala Pirls) en los resultados de sus alumnos.

El estudio, además, ha comparado el impacto de los docentes “mejores” y “peores” en relación a los resultados de sus alumnos. De esta forma, el grupo de docentes con un percentil 75 en la escala de “calidad” determinada por este estudio, frente a los de percentil 25, la diferencia de puntos de sus alumnos es de prácticamente 30, siendo el valor de España 513. La diferencia en los extremos es mayor, y comparando los del percentil 95 frente a los de percentil 5, la variación es de 80 puntos.

A parte de la influencia del docente en los resultados, el estudio determina que estos docentes se encuentran en los centros educativos privados, así como en aquellos cuyas familias tienen mejores posiciones socioeconómicas y culturales. Es decir, los mejores están donde menos se les necesita.

Entre las razones para que esto sea así, el profesor de la universidad de Barcelona ha apuntado a causas como la mayor capacidad de las direcciones escolares a la hora de conformar los equipos educativos que existe en la privada, frente a la pública. También a otros motivos como las condiciones laborales o la posibilidad de elección de los propios docentes.

Los centros privados tienen una mayor capacidad para atraer a personal y fijarlo al proyecto. Consiguen formar equipos estables en el claustro, frente a una pública que, en los últimos años y desde 2010, ha pasado de una interinidad del 8% a una de más del 25%.

Preguntado por la posibilidad de que el sistema de acceso a la función pública docente no esté garantizando que los mejores docentes accedan a las aulas, Calero ha dejado claro que las oposiciones son un sistema de selección, al igual que la privada tiene sus propios sistemas. “El sistema de oposiciones es un fitro, no el único ni necesariamente el mejor”, afirmó, aunque “el estudio no dice que la oposición sea un mal filtro”.

Entre las características que podrían influir, aunque no era este el objeto del informe, en la calidad de los docentes, se encuentran una mayor experiencia enseñando, la formación permanente y que hayan hecho una formación específica en relación a la comprensión lectora, ámbito al que se circunscribe la evaluación de Pirls.

Para Jorge Calero sería deseable evitar el conocido como Efecto Mateo, es decir, que quienes mejor lo tienen consiguen mejores recursos, y hacer que los mejores docentes o los que parecen influir más positivamente en los resultados de los escolares, estén más representados en la pública o en aquellos centros de entornos no más desfavorecidos. Eso sí, no está claro cómo conseguirlo, y no apuesta específicamente por utilizar incentivos económicos.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/02/22/los-mejores-docentes-estan-sobrerepresentados-en-la-privada/

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El número de mujeres en la investigación está estancado desde 2009

En las universidades públicas la mujer está infra-representada en los cargos de más responsabilidad, al revés que en las privadas, en donde hay paridad. En ambos casos, tienen menos peso en órganos unipersonales de gobierno.

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  • Alrededor del 40% de las personas que se dedican a la investigación en España, en cualquiera de los ámbitos (público, universitario, en empresas privadas o en instituciones sin ánimo de lucro) son mujeres. Así lleva el dato desde 2009. Invariable. Esta es una de las principales conclusiones del informe Científicas en cifras 2015, publicado el pasado martes.

    Si entramos en los datos pormenorizados, es en el sector empresarial donde la infra-representación de las mujeres se hace más evidente. Ellas representan el 31% de media, frente al 69% de hombres.

    Entre las posibles razones de esta situación, ya comentaba Marta Macho, matemática de la Universidad del País Vasco en una entrevista que publicamos hace pocos días, se encuentran la falta de ejemplos de mujeres científicas desde la infancia, las dobles y triples jornadas que pesan sobre las mujeres mayoritariamente o la falta de tiempos de calidad para dedicar a los diferentes campos de investigación.

    La universidad privada mejor que la pública

    Entre las varias conclusiones del informe, se desprende que hay menos mujeres en las áreas de investigación de las universidades. Disminuyendo cuanto más arriba se llega de la escala. En el curso 2014-2014 ellas eran el 21% del profesorado catedrático. En las universidades públicas. El porcentaje de mujeres en la universidades privadas en este tipo de cargos es del 43%.

    Eso sí, el informe asegura que “en ambos tipos de universidades las investigadoras están infra-representadas en todos los órganos unipersonales de gobierno analizados”: vicerrectoras (38%), decanas/directoras de centros (28%), directoras de departamento (28%) y
    directoras de Instituto Universitario (21%).

    Esto en cambio en la segregación vertical, es decir, en cuanto a la posibilidad de acceder a las escalas superiores y de gobierno para las mujeres. Pero también hay una segregación vertical relativa a las áreas de conocimiento en las que trabajan mujeres y hombres.

    De esta forma, en las universidades públicas, dentro de las Ingenierías y carreras Técnicas, las mujeres suponen el 23%; en las Ciencias Naturales, el 34%; en las Ciencias Agrícolas, el 36%; en las Humanidades, el 46%; el 45% en el caso de las Ciencias Sociales y, finalmente, el 41% en las Ciencias Médicas y de la Salud.

    Mientras que las mujeres tienden a concentrarse, dice el informe, más que los hombres en las Ciencias Sociales, ellos lo hacen más en las Ingenierías y en la Tecnología.

    El informe Científicas en Cifras 2015 sobrevuela otras muchas cuestiones relativas, por ejemplo, al techo de cristal de las mujeres, a su peso dentro de otros ámbitos como al investigación dentro de las Administraciones, de las empresas o de las instituciones sin ánimo de lucro.

    Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/02/09/el-numero-de-mujeres-en-la-investigacion-esta-estancado-desde-2009/

    Imagen: https://sites.google.com/site/portafoliofg/_/rsrc/1426036604824/mujeres-en-la-investigacion-cientifica/Mujeres-cientificas-discriminacion-y-estereotipos.jpg

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    Libre, socializada y en alto: pasos para mejorar los niveles de lectura

    Por Pablo Gutiérrez del Álamo

    La lectura es una de esas cosas en la que solemos pinchar. Las causas, como en cualquier fenómeno social, son muchas y complejas. Podíamos hablar de un nivel educativo y cultural que hasta hace muy poco era muy escaso. De una dictadura que imponía un modelo social basado no precisamente en la formación de la mayor parte de la población y que terminó con un alto porcentaje de personas sin alfabetizar.

    Hay poca cultura de uso de las bibliotecas públicas, como constatan estudios y estadísticas. Hace unos días se presentaba el informe sobre la situación de la lectura del Gremio de Editores (todavía faltan meses para que el texto completo esté publicado y accesible) en el que se analizan muchos aspectos relacionados con la lectura. Entre ellos, el educativo.

    Se trata de un texto encargado a Fernando Trijullo, profesor de Didáctica de la Lengua y la Literatura en la Universidad de Granada en el que hace un repaso a la legislación vigente en relación a la lectura y a las bibliotecas escolares. Como era de esperar, este análisis no ofrece muchas luces y sí muchas sombras sobre el estado, en la legislación, del fomento de la lectura en el sistema educativo. La Lomce no habla de las bibliotecas escolares, por ejemplo.

    El caso es que la lectura, como se repite hasta la saciedad, es pieza clave para el aprendizaje. Se mide en PISA y se señala los niveles no satisfactorios de comprensión lectura del alumnado español en esta destreza. También asegura la OCDE que hay relación entre el número de libros en casa del alumnado y sus resultados en la prueba.

    “Nos está fallando”, dice Pilar Pérez Esteve del sistema educativo en relación a la lectura. Pilar hoy es orientadora en un instuto público de Valencia, aunque hace algunos años fue la coordinadora del portal virtual leer.es. Ha estado en la administración pública educativa, así como en todos los niveles dela enseñanza.

    Foto: Agencia de Noticias ANDES / CC Flickr
    Foto: Agencia de Noticias ANDES / CC Flickr

    Qué y cómo

    Para ella, “los chavales leen mucho, pero menos de lo que podrían” y cree que esto se fundamenta en, al menos, tres pilares: la libertad de elección de las lecturas y un buen acompañamiento; la enseñanza de la lectura en todas las materias, puesto que no es lo mismo leer matemáticas que El Quijote; y nuevas alfabetizaciones llegadas de la mano de Internet y de las TIC. “Hoy, ejemplifica, entras en un periódico digital y te encuentras un vídeo que no es de adorno, apoya a una información. Te encuentras una serie de etiquetas que has de saber para qué sirven, de secciones…”.

    Para Isabel Vizcaíno, maestra de primaria, hay algunas cosas que los centros educativos, al menos en Primaria, deberían recuperar de etapas anteriores. Una de estas cosas es la lectura en alto, momento en el cual, la maestra lee a niñas y niños algún texto. En su centro, el CEIP Manuel Núñez de Arenas en Madrid, dedican la primera hora de cada día a la lectura. Varios días, a hacerla en alto. Cree esta maestra que la lectura en alto hace una importante labor de gusto por la lectura, a través de la voz hablada.

    Algo en lo que coincide Pérez Esteve, quien hace hincapié en las lecturas dramatizadas, que hacen crecer las ganas en niñas y niños de alcanzar niveles de competencia que les permitan llegar al mismo punto. Por supuesto, graduando ese esfuerzo. La persona adulta puede leer buena parte de un texto y el niño o la niña se va introduciendo, primero con palabras, con oraciones, párrafos y páginas.

    También hacen otras actividades, como la lectura en grupo con adultos, aunque sea en voz baja. “Tenemos claro lo de ir al cine en grupo y luego comentar. ¿Por qué no hacerlo también con la lectura?”. Este es otro de los acercamientos que proponen y llevan a cabo en el colegio.
    Algo parecido a lo que se propone desde comunidades de aprendizaje con las tertulias literarias dialógicas, en las que, capítulo a capítulo, niños y niñas van desgranando títulos de la literatura clásica y comparten con sus compañeras y compañeros sus impresiones sobre cada pasaje, de forma que van descubriendo significados y comprendiendo el texto y a sí mismos.

    Tan importante es el cómo, como el qué. Otra de esas eternas discusiones entre las lecturas obligatorias y la lectura libre. Para Guadalupe Jover, profesora de Secundaria de Lengua y Literatura, las lecturas obligatorias no tienen por qué ser un problema. Algo sobre lo que publicó hace unos días El Diari de l’Educació un buen artículo de Mireia Manresa.

    Entiende que depende de cuáles y para qué. “Hoy por hoy la escuela es la única institución a la que se le reconoce la capacidad de ‘detener’ el tiempo y empujar a la inmersión en las páginas de un libro”. “Es verdad que ‘obligación’ y ‘lectura’ son palabras que se avienen mal”, concede, como en su día escribiera Daniel Pennac (Como una novela): “El verbo leer no soporta el imperativo”. Pero Jover también tiene claro que algunas de esas lecturas obligatorias son una oportunidad para conseguir “que quien nunca ve el momento de coger un libro entre las manos, lo haga”.

    Hay quien cree que este tipo de imposición es más sencillo para los docentes, pero la vida no es así. “Mis alumnos me dicen, comenta una docente que prefiere no decir su nombre, que las lecturas que les gustan las esconden para no tener que hacer un trabajo sobre ellas”.

    Para Isabel Vizcaíno y Pilar Pérez un dato elemento es el de la elección libre por parte del chicas y chicos de aquello que quieran leer, así como la de no llegar hasta el final si el libro no nos gusta. Cosas que de adultos están permitidas, no así ni en la infancia ni en la adolescencia.

    “Si hablamos de fomentar la lectura-placer, esto se consigue gracias a la libertad de elección y a la buena compañía”, asevera Pérez.

    Fernando J. López, exdocente de Lengua y Literatura en secundaria y, hoy, escritor, cree que el currículo “pincha” al insistir en ciertos clásicos de la literatura en determinados niveles. “Es un currículo rígido que no contempla la literatura juvenil”. También critica el acercamiento cronológico a la literatura, de forma que en 3º y 4º se estudie literatura medieval o barroca, aunque “este alumnado no ha estudiado qué es el Barroco”.

    Pilar Pérez afirma que hay que tener en mente que no solo existe la literatura, si no que hay otras lecturas: para aprender o para participar, por ejemplo. Lecturas que quedan fuera del sistema educativo. Y, citando a Neus Sanmartí, afirma que un docente, por ejemplo, de ciencias o de matemáticas no puede eximirse de su responsabilidad de enseñar a leer textos de ciencias o de matemáticas.

    Y habla de nuevos formatos de lectura llegados con las nuevas tecnologías, que generan lecturas híbridas a las que tenemos que acostumbrarnos y que necesitan de nuevas estrategias de lectura. “Hay docentes que no están formados en cuestiones como estas, pero están obligados como profesionales que son”, afirma.

    Una duda queda en el aire y, de nuevo, señala al libro de texto. Por una parte, facilitador de la enseñanza y, por otra, simplificador del aprendizaje. Hay quien cree que su uso excesivo es una de las patas que provocan el escaso uso de otros espacios y materiales de lectura. Pero a quien entiende que “cuando un profesor tiene 180 alumnos, el libro de texto es últil; es más complejo que eso. Los libros de texto no matan la curiosidad”.

    Biblioteca de la Escuela Footjills / Foto: Mia y Steve Mestdagh
    Biblioteca de la Escuela Footjills / Foto: Mia y Steve Mestdagh

    Dónde

    Y por supuesto, además del qué y el cómo, manteniendo esta conversación sobre literatura y lectura, se llega al dónde. Bibliotecas escolares, rincones cómodos, cálidos y acogedores, lugares de encuentro e intercambio de ideas, títulos y experiencias.

    “Es pavoroso, sentencia Guadalupe, el abandono de las bibliotecas escolares en muchas comunidades autónomas -aunque no en otras-. Y este abandono es un grave atentado contra la compensación educativa, una responsabilidad irrenunciable de la escuela”.

    “El problema es que las bibliotecas escolares no funcionan”. Juan José Lage ha sido docente, premio nacional de fomento de la lectura en 2007 y responsable de varias de estas bibliotecas durante 35 años, de forma voluntaria, en Asturias. “Cuando yo me jubilé, nadie quiso hacerse cargo de la biblioteca y lleva ya seis años cerrada. ¿Qué te parece si hay un profesor de inglés que se jubila y nadie quiere hacerse cargo?”.

    Según Lage, tener una biblioteca escolar que funciona supone una mejora de los índices lectores. Para este experto, la solución para estos espacios pasa por formación específica en los estudios preparatorios, así como en la formación permanente. También que quien se encargue de la biblioteca tenga tiempo para hacerlo (“seis horas semanales serían lo mínimo”) y que hubiera formación sobre literatura infantil y juvenil; animación a la lectura y narración oral; juegos de escritura creativa, y conocimientos sobre las técnicas de clasificación, ordenación, etc.

    Este uso de las bibliotecas más allá de ser espacios que salvaguardan la cultura es puesto como ejemplo por las personas con las que hablamos. La creación de diferentes espacios en la biblioteca, entiende Pilar Pérez Esteve, es importante. “No me enfrento igual a leer la cartelera de cine, a buscar algo en Internet o a leer una novela”. Todas estas situaciones requieren de lugares diferenciados, de ambientes dentro de la biblioteca que inviten a ello.

    En el CEIP Manuel Núñez de Arenas, donde trabaja Isabel Vizcaíno, tienen dentro una biblioteca pública que pueden utilizar los niños y niñas del centro. Se trata de un lugar, dice, que tiene diferentes espacios, lugares de lectura en los que te puedes tumbar con tu libro, mesas grandes en las que trabajar en grupo con los compañeros, pequeños sofás donde leer…

    “El mobiliario es clave, esencial” afirma Pilar Pérez Esteve. “Espacios diferentes para lecturas diferentes”. “Rincones agradables, luces a medida”. Resulta una cuestión “esencial y se está cuidando muchísimo”.

    “La lectura en silencio y el préstamo son del siglo pasado”.

    Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/01/18/lectura-libre-socializada-y-en-alto-algunos-pasos-para-mejorar-los-niveles-lectores/

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    De sufrir la escuela a vivirla o de cómo el aprendizaje-servicio cambia a quien lo practica

    Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

    ‘Cuídate, cuídalo’ es un proyecto que ha pretendido mejorar la salud a través de la mejora de la alimentación y del ejercicio físico, además de abrir el centro hacia el entorno en el que se encuentra.

    Una de las mayores obsesiones de muchos centros tiene que ver con conseguir motivar a su alumnado hacia el aprendizaje. En no pocas ocasiones, lo que ocurre en las escuelas y en las “vidas reales” de niñas y niños está separado, a veces, por un abismo.

    Pero, a grandes males, grandes remedios. Una posibilidad de mejora de la motivación hacia el aprendizaje es el uso del aprendizaje-servicio, como lo atestiguan en el pueblo granadino de Pinos Puente.

    Tienen 400 niños y niñas de entre 6 y 12 años y un único colegio para todos. El CEPR San Pascual Bailón. Un centro de compensatoria y denominado de difícil desempeño. Con alumnado en situaciones complejas, con un 30% en riesgo de exclusión y con un nivel demasiado alto de absentismo.

    Ante semejante situación, los docentes, principalmente José Fuentes y Enedina Escobar, decidieron tomar cartas en el asunto y proponer a chicos y chicas embarcarse en una actividad de aprendizaje-servicio. El objetivo primero, mejorar la situación de salud y alimenticia de todo el grupo, pero no solo.

    Comienzo

    Enedina y José ya habían participado el año pasado en un proyecto de aprendizaje-servicio, pero como padres, en el CEIP Atalaya. Proyecto, además, ganador de la anterior edición de los premios de la Red Española de Aprendizaje-Servicio. A esto se suma su participación en un curso sobre la mejora del entorno gracias al uso de la ciencia.

    Dadas estas dos circunstancias, así como la constatación de que entre el alumnado había un alto índice de obesidad infantil provocada por una dieta no muy aconsejable y por la falta de unos hábitos de ejercicio físico decidieron tomar medidas. Así que, desp9ués de hacer un estudio sobre la situación del alumnado y de convencer al claustro y a las familias de lo interesante de hacer algo al respecto, se pusieron manos a la obra. En varios frentes.

    Por un lado, con la creación de un parque donde hacer ejercicio dentro del propio centro educativo. Para eso pidieron ayuda a las familias, que fueron las encargadas de conseguir materiales para los elementos del parque (neumáticos grandes, palés…).

    También les pareció interesante poner en marcha en el mismo lugar, un pequeño huerto, en el que personas del pueblo ayudaron con tierra, abono natural y otros elementos en donde plantar.

    Por supuesto, familias, alumnado y personal docentes fueron responsables de, en una jornada de trabajo, poner todos esos elementos en su sitio, tras haberlos diseñado.

    Pero como buen proyecto de aprendizaje-servicio, no podía quedarse en el mero trabajo con el alumnado y sus familias, de manera que parte del esfuerzo fue encaminado a mejorar también la salud de vecinas y vecinos del pueblo. Para ello, tras la creación de una maqueta a escala del pueblo, y con el asesoramiento del Ayuntamiento, se eligieron algunos puntos concretos de interés. Con dichos puntos, el alumnado creó un itinerario saludable y cultural, que el resto del pueblo pudiera recorrer y, además de hacer ejercicio, gracias a unos códigos QR, pudiera aprender diferentes cosas de pueblo, sobre su historia y su cultura.

    Como parte del esfuerzo hacia afuera, el alumnado del San Pascual Bailón intervino en la IV Semana de la Salud que organiza el Ayuntamiento, con diferentes talleres sobre hábitos saludables.

    Además, también se divulgó su trabajo en las Jornadas Crea, Innova, Educa de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada.

    Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/01/13/de-sufrir-la-escuela-a-vivirla-o-de-como-el-aprendizaje-servicio-cambia-a-quien-lo-practica/

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