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Niñas serpiente, acrobacias y cuchillos en Costa de Marfil

Érase un poblado en el centro oeste de Costa de Marfil habitado por los miembros de los Yacuba Dan, uno de los grupos étnicos más importantes y prolíficos a esta parte del Golfo de Guinea. Un lugar donde aún acontecen bailes de máscaras así como otras ceremonias animistas para pedir la protección de los espíritus, agradecer la llegada de nuevas cosechas, ayudar a los enfermos o enterrar a sus muertos. Así sucede desde hace siglos, o quizá milenios, en el corazón más indómito de África Occidental. Aunque en el caso de este pequeño aldea, la cual pudimos visitar durante nuestro último viaje de etnias y mascaradas en Costa de Marfil, supimos de algo de mayor impresión y visceralidad que ahonda en las raíces más profundas de las creencias del ser humano. La presencia de las conocidas como niñas serpiente se abre hueco entre la fe por la intervención de los ancestros y esa concepción mágica de la vida que acompaña en muchos de los anocheceres marfileños. Todo a través de danzas acrobáticas donde junto a sus mentores y a la vista de sus vecinos, se juegan la vida para, entre otras cosas, mostrar públicamente que los espíritus están con ellas y con su gente.

Niñas serpiente en Costa de Marfil

Rostros pueriles adornados con rayas blancas, labios pintados de negro sellados en silencio bajo el son de los tambores, movimientos imposibles y cuchillos afilados en un ritual antediluviano. Así es la historia y esencia de las niñas serpiente de Costa de Marfil, quizás las últimas brasas de la gran hoguera del animismo en un país de atávicas tradiciones.

El pueblo Yacuba/Dan de las niñas serpiente

Una aldea en la noche de los tiempos

Aproximadamente a una hora de la ciudad de Man, agazapada bajo una maraña de colinas puntiagudas tupidas de vegetación, las carreteras pierden su nombre. Hay un momento donde se añoran los agujeros del asfalto desgastado de las vías marfileñas cuando lo que se viene encima es una red de pistas o senderos de tierra rojiza las cuales tienden a inundarse en cada chaparrón, algo que acontece día a día durante los meses de la época en la que las lluvias, de duración breve pero de voracidad torrencial, se abren paso en el Golfo de Guinea. No se sabe si son baches, socavones o húmedos accesos al averno los que se suceden en la ruta. Pero la sensación de adentrarse por tan frondoso territorio y saberse dentro de la Costa de Marfil más rural, agreste e inocente, compensa el hecho de que los avances sean lentos. Siempre que el 4×4 pueda ir superando contrariedades y, ocasionalmente, haya que empujar el vehículo e ir un tramo a pie.

Así estaba la carretera que nos llevó a ver a las niñas serpiente de los Yacuba Dan en Costa de Marfil

Varios pueblos después, de esos con paredes de barro después y algunos tejadillos , supervivientes a la chapa que empieza a imperar por estos lares en las viviendas y demás construcciones agrícolas, llegamos a nuestro destino. Euloge, mi amigo y escudero beninés, ávido conocedor de los mayores vericuetos marfileños, sabía que ese día sucedería, que podríamos ver a todo un pueblo reunido alrededor de una plazuela con suelo de arena. Y con ellos a las célebres niñas serpiente, quienes saldrían a la palestra para pedir junto a los demás aldeanos, el beneficio y protección de los espíritus del bosque y de los ancestros quienes, según la tradición, dotan de equilibrio y bienestar a los lugareños. Y también advierten a los mismos de posibles infortunios. Todo a través de los movimientos acrobáticos de unas chiquillas de corta edad, elegidas antes de que tengan uso de razón, por el hechicero de la aldea, quien observa sus cualidades físicas y espirituales para, tras un largo aprendizaje, utilizar sus muchos dones en ceremonias y rituales.

Niñas serpiente Yacuba Dan en Costa de Marfil

Niñas serpiente en Costa de Marfil

La danza y acrobacias de las niñas serpiente

Los músicos golpeaban los tambores con un son repetitivo que aumentaba su ritmo cada medio minuto. En el suelo yacía la piel moteada de un leopardo cazado hace décadas. Y, de pronto, tres muchachas de caras pintadas de blanco y labios oscuros y sellados, aparecieron para empezar a contonear sus diminutos cuerpos. Por edad ninguna parecía superar los diez años. Una de ellas, diría, que contaba con cinco o seis años como mucho. El tocado repleto de caoríes y encrespado con pelaje blanco de animal que se encargaba de cubrir su cabeza daba la impresión de ser demasiado grande para no encajar del todo en su diminuta y delicada sien. Dos hombres de aspecto fuerte y tocado también en la cabeza, situados en el centro del improvisado escenario, parecían los mentores de estas crías que abandonan su hogar cuando su don es descubierto.

Niña serpiente de la etnia Yacuba Dan en Costa de Marfil

Todo empezó con un tímido baile de las tres chiquillas, como si de un calentamiento se tratase. Para pocos minutos después, acercarse a donde se sentaban los sabios de la aldea y agazaparse junto a la piel seca del leopardo desde la cual regresar de nuevo al su sitio, el mismo de donde procedía la música de percusión. Posteriormente mostraron su flexibilidad, la que les otorga el apodo de niñas serpiente, arqueando por completo su espalda hacia atrás y caminando como si de criaturas de otro mundo se tratase. Sus cabezas se contoneaban con temblores. Según Euloge, ellas se hallan en un trance profundo que les hace olvidarse de quien son. De hecho, según la tradición, no serían ellas sino los espíritus quienes cabalgan dentro de aquellos cuerpecillos tan elásticos que no parecen contar con el esqueleto de cualquier ser humano.

Niñas serpiente en Costa de Marfil

Aquella era una preparación ante la serie de saltos acrobáticos que, por medio de los dos adultos que las iban indicando, hacían. Unas veces mostraban su flexibilidad en el cielo de las manos que las sostenían. En otras, dibujaban movimientos imposibles como si los kilos se convirtiesen en miligramos para dar vueltas y volar a más de dos metros del suelo. Su cabeza permanecía en constante movimiento, como una cobra a punto de lanzar su mordisco venenoso, sin más consciencia que la de ser saltarinas sin más red que la pericia y la fe.

Niña serpiente de la etnia Yacuba (Viaje a Costa de Marfil)

Pero los saltos, lanzamientos al aire y bailes no eran más que el preludio de lo que estaba por venir. Porque la manera de demostrar que las niñas no eran simples crías sino las carcasas vivientes de los espíritus del pasado y benefactores del poblado requería de no pocos riesgos demostrables. Literalmente, jugarse la vida. Pues esta vez las harían volar por encima de sus brazos, pero sosteniendo mientras tanto dos negruzcos y afilados cuchillos los cuales, al más mínimo error, podrían ensartar los troncos menudos de las muchachas. Algo que no sucedería por una separación ínfima que, de no ser por la destreza y la fortuna de los participantes de esta danza ancestral, hubiesen corrido ríos de sangre en aquel albero pueblerino donde los Yacuba Dan conectan con las almas de las personalidades de antaño y otras deidades que moran en los bosques de alrededor y a quienes deberían su paz y abundancia.

Lanzamiento de niña serpiente con cuchillos en las manos (Costa de Marfil)

Tras el juego de los cuchillos llegó otra demostración de cálculo. Una con una, el hombre más alto y fornido las fue tomando de los tobillos para darlas vueltas. Pero antes colocó una piedra de gran grosor para acercar a las mismas las cabezas con tocados de caoríes de las inocentes niñas. Los movimientos circulares tomaron tal velocidad que una vez más, la posibilidad de un desliz de escasos milímetros hubiera podido conllevar que reventara el cráneo de cualquiera de ellas. Algo que, a con esa potencia con las que les daba dichas vueltas, hubiese sido de una fatalidad irreversible.

Prueba de la piedra con una niña serpiente (Aldea Yacuba Dan en Costa de Marfil)

Tras cada acto, una por una fueron volviendo a la posición inicial. Siempre hieráticas, con gestos trémulos de cabeza y sin pronunciar una sola palabra. Durante los actos religiosos no hablan, no ríen, no gesticulan. Su mirada parece siempre inerte, como la de un animal abatido, como la de quien no parece estar allí. Donde el trance, la espiritualidad y otras hierbas se encargan de perpetuar un ritual más antiguo que la propia existencia de aquel poblado. No sólo con los Yacuba / Dan, también con los Guéré u otros grupos étnicos, se sobrevienen estas tradiciones que han resistido a la colonización y la globalización. Se puede afirmar que se tratan de las ascuas de una llamarada sobre la cual resulta difícil creer que en los tiempos que corren continúe iluminando las noches más oscuras de África.

Ceremonia de las niñas serpiente en una aldea Yacuba Dan (Costa de Marfil)

¿Te está gustando esta historia? Es parte del resumen de un gran viaje a Costa de Marfil. Y te recuerdo que también en este blog tienes una recopilación de consejos prácticos para viajar a este destino.

Bailes de máscaras

Entre acrobacia y acrobacia se sucedían ciertos periodos de descanso dado semejantes pruebas de esfuerzo, no sólo físicas sino también mentales. En dichos intervalos quienes acudían a aquella plaza fueron figuras cubiertas vestidas con trajes rafia y rostros de madera. Se trataba de máscaras, no vistas únicamente como un objeto con el que cubrir la cabeza sino como un todo. Y es que la máscara en África Occidental no se trata únicamente de un elemento artístico destinado a ponerse en la cara sino en un traje completo, la plasmación espiritual en un soporte físico, un envoltorio que se encarga de que el portador o danzante realice movimientos y gesticulaciones tan estudiadas como cargados de significado. En aquel caso pudimos ver tres máscaras, una de ellas era claramente representativa de los ancestros, caracterizada como un anciano. Otra parecía querer mostrar a un cazador o guerrero y la tercera, de tez oscura, parecía traer al escenario el alma de los animales que rondan aquellos bosques (o rondaban, pues hasta hace muy poco en la zona había leones, leopardos y otros depredadores, aniquilados en esta parte de Costa de Marfil y relegados a áreas más despobladas y salvajes del territorio).

Máscara Yacuba Dan (Costa de Marfil)

Cada máscara se movía de manera distinta, desenvolviéndose en su propio papel. El anciano a veces dejaba su bastón y su errático caminar para ejercer su danza mística. Así fueron pasando los tres, hasta que una vez hubieran bailado, se limitaban a yacer en el suelo y detener por completos sus movimientos, como si los espíritus se hubiesen despojado definitivamente de sus envoltorios terrenales para convertir aquellas figuras en seres inertes.

Fuente: https://www.elrincondesele.com/ninas-serpiente-costa-de-marfil/

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Costa de Marfil – La educación es la clave del desarrollo: inaugurados los Estados Generales de la Educación Nacional y la Alfabetización

 La educación es la clave del desarrollo: inaugurados los Estados Generales de la Educación Nacional y la Alfabetización

miércoles, 21 julio 2021

Abiyán (Agencia Fides) – “Repensar el entorno escolar marfileño es necesario para ofrecer a las jóvenes generaciones una educación de calidad y este es precisamente el objetivo de la Asamblea General de la Educación Nacional y la Alfabetización inaugurada el lunes 19 de julio por el Primer Ministro, Patrick Achi”. Así lo escribe a la Agencia Fides el padre Donald Zagore, teólogo marfileño de la Sociedad para las Misiones Africanas, hablando sobre la iniciativa.
“No es ningún secreto que el sistema educativo marfileño está en malas condiciones – explica el misionero-. Los programas escolares son pobres en contenido. Nuestras escuelas y universidades, generalmente están saturadas, funcionan muy mal. Se trata de una iniciativa muy bienvenida y esperanzadora, dado el estado de degradación en el que está sumido el sistema educativo marfileño desde hace varias décadas. Los estados generales consistirán en hacer un balance de la situación, con el fin de trazar vías a través de propuestas concretas para salvar la escuela marfileña”.
El padre Zagore subraya cómo la educación es la clave de todo verdadero desarrollo: “No se puede aspirar a un desarrollo auténtico y holístico si se relega a un segundo plano la formación humana integral. Cualquier proyecto debe partir de la base educativa. No podemos construir carreteras, hospitales y puentes apelando siempre a los emigrantes. Es en las escuelas donde nuestros jóvenes deben formarse. La educación debe ser la prioridad absoluta. El gran reto para combatir realmente la pobreza en África reside en una educación auténtica y holística”.
“La sociedad marfileña del mañana, nacida de conciencias forjadas por la educación”, concluye Zagore, “se convertiría en el lugar donde la vida humana es respetada, salvaguardada, protegida desde la concepción hasta la muerte. El lugar donde los jóvenes ya no se ven obligados a buscar la ilusión de la felicidad entre las drogas y el gansterismo, sino donde la justicia, la verdad, el amor, la solidaridad y el servicio brillan y se hacen realidad. Nuestra sociedad debe convertirse en un lugar donde se destierre la corrupción”.
(DZ/AP) (Agencia Fides 21/07/2021)

Fuente de la Información: http://www.fides.org/es/news/70540-AFRICA_COSTA_DE_MARFIL_La_educacion_es_la_clave_del_desarrollo_inaugurados_los_Estados_Generales_de_la_Educacion_Nacional_y_la_Alfabetizacion

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La dura lucha contra el trabajo infantil en la producción de cacao en Costa de Marfil

Al cabo de 20 minutos de entrevista con un educador, Issouf lo reconoce: trabaja en una plantación de cacao. Forma parte de los 60 niños recogidos por la policía durante una operación en el oeste de Costa de Marfil.

La operación «Nawa 2» se llevó a cabo a principios de mayo en la región de Soubré, a 400 km al oeste de Abiyán, la gran zona de cultivo de cacao. Su objetivo: convencer que las autoridades marfileñas combaten el trabajo infantil en el cacao, un flagelo denunciado por las oenegés internacionales desde hace 20 años.

Este país de África Occidental, principal productor mundial de cacao, y las empresas multinacionales del chocolate se encuentran bajo presión. Los consumidores occidentales exigen cada vez más un producto ético, fabricado sin abusos contra los niños ni daños al medio ambiente.

Un proyecto de ley estadounidense, que finalmente no salió adelante, amenazaba a Costa de Marfil con un boicot a su cacao.

Issouf dice que vino de Burkina Faso hace dos años con su padre, que se fue después de un mes, dejándolo con un hombre que le dijeron que era su tío, para trabajar en una plantación.

«Este es un caso de trata», estima Alain-Didier Lath Mel, director de protección de la infancia en el ministerio de la Familia marfileño.

Muchos de los niños explotados en las plantaciones proceden de Burkina Faso y de Malí, países vecinos pobres y que proveen de mano de obra a Costa de Marfil, más rica que ellos.

Según la encuesta NORC de la Universidad de Chicago en 2018-19, casi 800.000 niños trabajan en el cacao, frente a 1,2 millones según un estudio anterior de la universidad estadounidense de Tulane en 2013-14.

Los casos de trata afectan a menos de 2.000 niños, según otro estudio de 2018 llevado a cabo por la Fundación Walk Free y la oenegé Vérité.

– Persecuciones –

Estas cifras son solo estimaciones y la metodología de la investigación varía, subraya el Comité Nacional de Vigilancia de las acciones de lucha contra la trata, la explotación y el trabajo Infantil (CNS), presidido por Dominique Ouattara, esposa del presidente marfileño.

La operación «Nawa 2», la quinta de este tipo desde 2009, movilizó durante dos días a un centenar de hombres y requirió mucho trabajo preparatorio y de inteligencia, explica el comisario Luc Zaka, subdirector de la policía criminal.

Un equipo de periodistas, incluidos los de la AFP, acompañó a la policía en la zona de Meagui, a 50 km de Soubré.

A bordo de una media docena de 4×4, avanzaron por una pista que serpentea entre los verdes campos de árboles de cacao y de caucho, precedidos por un motorista.

El convoy se detenía cada cierto tiempo: sorprendía a los niños volviendo del campo con machetes u ocupándose de los granos de cacao que se secan frente a las casas de las aldeas.

Los agentes también recorrían los campos para localizar a niños en las plantaciones. Algunos escapaban y los perseguían.

Tras cuatro horas de intervención, recogieron a unos doce niños y adolescentes. Los llevaron al centro de acogida infantil de Soubré, inaugurado en 2018, donde, como Issouf, son atendidos por educadores y psicólogos. Los familiares los recogen al día siguiente tras una charla con la policía y los empleados del centro.

En los casos graves de malos tratos o trabajos forzados, los niños, generalmente analfabetos, se quedan en el centro unos meses. Vuelven al colegio y aprenden un oficio: ganadería, horticultura, costura, peluquería, herrería.

Al margen de las operaciones, los comités locales de protección de la infancia realizan una labor en las zonas rurales.

– Pobreza –

«La mediación con las familias es muy importante», comenta Lath Mel, quien ve «avances».

Según la investigación NORC, la tasa de escolarización de los niños de familias productoras de cacao ha mejorado, pasando del 59% en 2008-09 al 85% en 2018-19. Sin embargo, el estudio de 2020 del Consejo Café Cacao de Costa de Marfil (CCCI), el organismo público que gestiona estos sectores, apunta que solo el 71% de los niños de 5 a 17 años están matriculados en los colegios.

Desde 2019 se ha sacado a unos 2.000 niños de las plantaciones de cacao, 200 de los cuales se quedaron en el centro de acogida de Soubré, según el CNS.

Además Costa de Marfil se ha dotado de un «arsenal jurídico» en los últimos diez años, destaca el fiscal de Soubré, Alexandre Koné, con multas y penas de prisión que van desde unos meses hasta cadena perpetua por la esclavitud de menores de 10 años.

Unas 300 personas han sido condenadas por tráfico de niños, de unas 600 personas llevadas ante la justicia entre 2012 y 2020, según el CNS.

Pero en lo que va de año solo hubo un juicio en el tribunal de Soubré -reconoce el fiscal- sobre un traficante de niños condenado a 10 años de prisión.

Kouassi Kouakou Franck, de 25 años, un habitante de la aldea de Issakro con

el que la AFP habló durante la operación, piensa que «los niños deben ir a la escuela, pero si los padres no tienen medios, entonces se quedan aquí trabajando».

Lath Mel lo corrobora: «La pobreza es la principal causa del trabajo y la trata de niños».

Según el Banco Mundial, más de la mitad de los 5 a 6 millones de personas que se ganan la vida con el cacao viven por debajo del umbral de pobreza en Costa de Marfil.

 

Fuente: https://www.france24.com/es/minuto-a-minuto/20210511-la-dura-lucha-contra-el-trabajo-infantil-en-la-producci%C3%B3n-de-cacao-en-costa-de-marfil

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Reabren escuelas en Costa de Marfil

África/Costa de Marfil/28 Mayo 2020/prensa-latina.cu

Miles de niños con máscaras faciales están de vuelta hoy en las escuelas de Costa de Marfil, uno de los primeros países de África en reiniciar las actividades lectivas tras un cierre de dos meses por el nuevo coronavirus.
Con un total de dos mil 376 casos y docenas de nuevas infecciones cada día, Costa de Marfil aún no ha contenido el virus, pero las autoridades confían en que los alumnos puedan estudiar juntos con seguridad después de la introducción de medidas de higiene adicionales.

Se trata de una disposición arriesgada porque todavía la pandemia no está contenida, y servirá a los países cercanos para evaluar si esta decisión causa un aumento en la infección, apuntan expertos.

El Ministerio de Educación de Costa de Marfil aseguró en una declaración oficial que aprecia la seriedad de su decisión.

Tenemos el deber imperativo de garantizar que los niños que nos confían puedan completar su educación, dijo el funcionario del Ministerio Assoumou Kabran.

De acuerdo con especialistas del área, África no sufre actualmente un golpe tan fuerte como se esperaba de la Covid-19, pero organismos internacionales advirtieron en las últimas semanas que las medidas de relajamiento pudieran echar por tierra la acertada respuesta dada en los inicios de la pandemia.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=369092&SEO=reabren-escuelas-en-costa-de-marfil
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Ladrillos de plástico para construir el futuro

África/Costa de Marfil/05 Diciembre 2019/El país

UNICEF y la empresa social Conceptos Plásticos se unen para crear una fábrica en Costa de Marfil que convertirá estos residuos en material de construcción para la creación de escuelas.

La manera en la que gestionamos los residuos plásticos es uno de los grandes problemas de nuestra sociedad. La incapacidad para reciclar un volumen que se acerque a lo que se produce en todo el planeta acarrea consecuencias tan graves a nuestro ecosistema que desde hace tiempo se habla de una “emergencia climática”. Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cada minuto se compran un millón de botellas de plástico, mientras que cada año se utilizan unos 500.000 millones de bolsas del mismo material. Ocho millones de toneladas de estos residuos acaban en los océanos al año. Unas cifras que nos obligan a afrontar el futuro desde una perspectiva distinta, y también a encontrar soluciones nuevas.

Ladrillos de plástico para construir el futuro

Costa de Marfil no es, ni mucho menos, inmune a esta situación. Las estimaciones sitúan en tan solo un 5% el total del plástico que se recicla en todo el país, un hecho que, además de tener un efecto grave en el medio ambiente, está directamente relacionado con problemas de salud como la diarrea, la malaria o la neumonía. Por esa razón, UNICEF se ha unido con Conceptos Plásticos, una empresa social colombiana especializada en proyectos innovadores de reciclaje, para ofrecer una solución imaginativa que, además, ayuda a paliar otro problema, la falta de escuelas. ¿La idea? Convertir ese plástico desechado en escuelas.

Este proyecto es posible con la creación de la primera fábrica de Costa de Marfil especializada en la creación de ladrillos 100% realizados con plástico reciclado. Una iniciativa pionera mediante la cual los residuos salen de las calles y los vertederos y se emplean para proporcionar un futuro mejor a los niños del país. Los ladrillos realizados con este material son incombustibles, son un 40% más baratos y un 20% más ligeros. También presentan una mayor durabilidad que los materiales de construcción tradicionales. Los ladrillos, que se producirán en la ciudad de Abijan, se ensamblan fácilmente, como piezas de Lego, lo que facilita la construcción en zonas en las que la necesidad de aulas para dar cabida a los alumnos es apremiante.

Ladrillos de plástico para construir el futuro

Y no solo eso, para poder colaborar con iniciativas como ésta que contribuyan a reducir la gestión de nuestros residuos entre otras cosas, UNICEF ha lanzado el programa Unidos por el cambio climático, una nueva forma de colaborar para abordar una de las grandes emergencias de la sociedad global. Durante solo seis meses, todos aquellos que quieran colaborar pueden hacerlo eligiendo la cantidad que quieren aportar, y que irá a parar íntegramente a paliar los efectos del cambio climático en las vidas de los niños y niñas.

Una solución a dos problemas

“Esta fábrica será pionera en la creación de soluciones inteligentes y escalables para las principales dificultades educativas a las que se enfrentan los niños y las comunidades de África”, declara Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF. “Tiene un triple potencial: proporcionar más escuelas para los niños de Costa de Marfil, conseguir que haya menos residuos plásticos en el medioambiente y generar vías de ingresos adicionales para las familias más vulnerables”.

Ladrillos de plástico para construir el futuro

La primera escuela realizada con ladrillos procedentes de plástico reciclado ya ha sido inaugurada en Sakassou, un pequeño pueblo de una zona remota a dos horas de Abijan. En esa zona, los niños y niñas antes se veían obligados a caminar más de siete kilómetros al día para asistir al colegio. Se espera que en este nuevo centro escolar el año que viene haya 30 clases más que puedan albergar a unos 1.400 alumnos.

Pero no solo los estudiantes se beneficiarán de este material para la construcción. Una vez que la fábrica de Abijan funcione a pleno rendimiento, en ella se reciclarán 9.600 toneladas de residuos plásticos al año, lo que también supondrá una fuente de ingresos para mujeres en situación de pobreza que podrán acceder al mercado laboral. De la misma forma, los ladrillos realizados con plástico reciclado se utilizarán para la creación de otros edificios además de escuelas, proporcionando una alternativa rápida, asequible y duradera para distintas construcciones.

Unidos por el cambio climático

Los niños y niñas no son responsables del cambio climático, pero en muchas ocasiones son los que más sufren sus consecuencias. En muchos lugares del planeta el aire que respiran, el agua que beben y la comida que ingieren está condicionada por los efectos provocados por las generaciones anteriores. En torno al 90% de las enfermedades que se pueden atribuir a esta emergencia global, como el cólera, la malaria o el dengue, afectan a niños y niñas menores de cinco años.

La fábrica de Abiyán es una iniciativa para combatir los efectos de la acción del hombre sobre el medio ambiente, pero no es la única. Gracias a programas como Unidos por el cambio climático UNICEF está paliando las consecuencias que sufren los niños y las niñas. Pequeños que están pagando el precio de una situación que ellos no han provocado.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/11/27/eps/1574871286_552583.html

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En África, una empresa colombiana transforma el plástico en educación

Africa/Costa de Marfil/news.un.org

En un ejemplo claro de economía circular, UNICEF y la empresa colombiana Conceptos Plásticos se unieron para transformar desechos plásticos en ladrillos que resisten los sismos, el calor y las inundaciones, y construir salones de clase en Costa de Marfil. El proyecto genera trabajo para las mujeres más vulnerables y a la vez promueve mejor educación para sus hijos. Noticias ONU habló con uno de los creadores de la compañía que ahora construye una fábrica en África.

Cuando Oscar Méndez y su socia Isabel Cristina Gámez fundaron la compañía Conceptos Plásticos, lo hicieron pensando en involucrar comunidades vulnerables, generar impactos sociales y ambientales y facilitar viviendas para los más necesitados en su natal Colombia.

El emprendimiento, que utiliza desechos plásticos para crear ladrillos que se ensamblan como piezas de lego y pueden ser utilizados para construir casas y otras edificaciones, ha ganado concursos y reconocimiento internacional, tanto así, que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, se unió a los colombianos para llevarlo a Costa de Marfil, un país que necesita desesperadamente unas 15.000 aulas de clase.

“Más que un simple bloque plástico es mucho más un proyecto de desarrollo. Es un proyecto de impactos sociales, ambientales y realmente de desarrollo en muchos aspectos”, explica Oscar Méndez, quien visitó las Naciones Unidas durante la Asamblea General para enseñar el trabajo que la compañía lleva a cabo con UNICEF.

UNICEF/Frank Dejongh
Mujeres separando desechos plásticos en Abidjan, la capital de Côte d’Ivoire.

¿Cómo es eso de ladrillos de plástico?

«Trabajamos desde el inicio empoderando Comunidades de recicladores tanto en Colombia como en África. Nosotros podemos usar plásticos que no todo el mundo recicla o plástico de difícil disposición. La idea es que estas personas puedan recolectarlos. Eso tiene un valor obviamente, entonces nosotros los compramos y a veces empoderamos su logística”, agrega.

Méndez explica que cada tipo de plástico les da una propiedad diferente a los ladrillos, por lo que se mezclan para obtener el producto deseado.

“Lo derretimos por completo y lo ponemos en unos moldes para darles la forma. Ya con el producto buscamos proyectos que vayan a comunidades también de escasos recursos, bien sea temas de vivienda o temas de salones de clase como lo estamos haciendo con UNICEF”, dice.

Los ladrillos son fáciles de ensamblar, duraderos y de bajo costo. Armado con un martillo, Méndez les mostró a los participantes de la Asamblea General en Nueva York como el material es resistente.

“Al principio, nos pasa en todos los sitios que la gente dice ¡una casa de plástico! y piensa en una bolsa, la gente relaciona el plástico con una bolsa. Entonces ellos piensan que acercando un encendedor se va a prender y que atravesando un dedo se va a romper. Cuando ven el producto y lo sólido que es se dan cuenta y empiezan a pesar de una manera distinta, entonces romper esa barrera inicial del usuario es muy fácil”, cuenta Oscar Méndez.

Y es que se trata de un producto que es dos veces más fuerte que cualquier material de construcción tradicional; es termo acústico así que puede usarse en clima cálido y frío y mantiene temperatura confort; también es antisísmico, y no propaga llamas.

Contra el agua tampoco tiene ningún problema, es completamente impermeable, tú lo puedes poner en el mar, en agua salada, en agua dulce, e instalarlo incluso dentro del agua o en sitios que se inundan y es muy fácil. Es un sistema que se arma y se desarma, entonces tú puedes armar una vivienda en una semana o puedes armar un aula de clase en cuatro días, y después la puedes desarmar y moverla o cambiarla de lugar o ampliarla. Entonces es un sistema realmente muy amigable”, agrega el emprendedor.

UNICEF/Frank Dejo
Niños felices porque su nueva aula de clase está siendo construida con ladrillos de plástico en Côte d’Ivoire.

Involucrando a las comunidades en todo el proceso

Una vez se manufacturan los ladrillos con el material plástico, la compañía también enseña a las comunidades a ensamblarlos.

“En el proyecto piloto en Costa de Marfil con UNICEF invitamos a unas personas de la comunidad, a un par de mujeres para que nos ayudaran con la construcción. En un par de horas ya habían aprendido, y después eso genera apropiación y genera como una confianza en el sistema entonces nos ha ido muy bien con eso”, asegura Oscar.

Es una planta de mil toneladas mensuales, se trata de un inicio, de un piloto y luego veremos cuál es el siguiente país en África.

El Gobierno del país africano ha ayudado a la compañía y a UNICEF para la construcción de una fábrica que será inaugurada este año.

“Es una planta de mil toneladas mensuales, se trata de un inicio, de un piloto y luego veremos cuál es el siguiente país en África”, explica.

Según UNICEF, en Costa de Marfil hace falta construir 15.000 salones de clase para atender las necesidades de los niños que no tienen un lugar en que estudiar. Inicialmente, se utilizará plástico reciclado recogido de zonas contaminadas de Abiyán y sus alrededores para construir 500 salones de clase para más de 25.000 niños en un plazo máximo de dos años, con la intención de aumentar la producción después.

“Una de las mayores dificultades a las que se enfrentan los niños de Côte d’Ivoire en edad escolar es la falta clases. O no hay, o las que hay están masificadas, lo cual convierte el aprendizaje en una experiencia difícil y desagradable. En algunas zonas, por primera vez, los niños de los jardines de infancia de los vecindarios pobres podrán ir a clase con menos de 100 compañeros, y niños que nunca pensaron que habría un lugar para ellos en la escuela podrán aprender y salir adelante en un salón nuevo y limpio “,  aseguró el Representante de UNICE en el país, Aboubacar Kampo, que ha defendido el proyecto desde el principio.

© UNICEF/Frank Dejo
Niños y profesores en Côte d’Ivoire muy felices con su nuevo salón de clase en Gonzagueville, Abiyán.

En Abiyán se producen más de 280 toneladas de residuos plásticos cada día, y solo se recicla alrededor del 5%: el resto suele acabar en vertederos de comunidades de bajos ingresos. La contaminación de los residuos plásticos agrava las dificultades de higiene y saneamiento ya existentes. Además, la mala gestión de los residuos es la causa del 60% de casos de malaria, diarrea y neumonía en niños, que, a su vez, son las principales causas de muertes infantiles en el país.

Una vez se encuentre en pleno rendimiento, en la fábrica se reciclarán 9600 toneladas de residuos de plástico al año, lo que generará una fuente de ingresos para mujeres en situación de pobreza en un mercado de reciclaje regulado. Como muestra de la viabilidad de los métodos y los materiales de construcción, en Gonzagueville, Divo y Toumodi se han construido nueve salones de clase utilizando ladrillos de plástico fabricados en Colombia.

“Esta fábrica será pionera en la creación de soluciones inteligentes y escalables para las principales dificultades educativas a las que se enfrentan los niños y las comunidades de África. Tiene un triple potencial: más clases para los niños de Côte d’Ivoire, menos residuos plásticos en el medioambiente y vías de ingresos adicionales para las familias más vulnerables”,dijo Henrietta Fore, Directora Ejecutiva de UNICEF.

Según el Fondo, en África Occidental y Central se encuentra una tercera parte del total de niños del mundo en edad de asistir a la escuela primaria sin escolarizar, por lo que el proyecto piloto es prometedor para la región.

Noticias ONU/Laura Quiñones
La muestra de los salones de clase que UNICEF construye en África junto a Conceptos Plásticos.

Un sector privado que invierta en el desarrollo

Los investigadores indican que alrededor de 8300 millones de toneladas de plástico han sido producidas desde los años 50 y más del 60% ha terminado en un entorno natural, como el océano, o vertederos.

Oscar Méndez espera que su compañía inspire a otras a involucrarse más con la sostenibilidad y con el manejo de los desechos plásticos a manera de economía circular.

“El sector privado debería involucrarse porque es el que finalmente está poniendo el plástico en el mercado y es el que está teniendo el impacto. Entonces, obviamente se debería involucrar de una manera mucho más proactiva, A veces hay muchas empresas que la sostenibilidad no la sienten como deberían sentirla ya. Pienso que el sector privado debería empezar a hacer cosas de mayor importancia o mayor magnitud. Si creo que algunas lo están haciendo creo que no deberían hacerlo individualmente, sino que deberían agruparse y hacer algo que realmente pueda solucionar los problemas que estamos teniendo”, dice.

Méndez también invita a los jóvenes que quieren ser emprendedores a tener la sostenibilidad presente en sus modelos de negocio.

“Una buena guía para empezar pueden ser los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Ahí tienen 17 objetivos de los cuales podrían empezar a involucrarse. Si ya iniciaron algo y si ya están haciendo algo, perseverancia, también digamos que ese ha sido el foco nuestro, hemos tenido también muy malos momentos, pero ahora pues miren dónde estamos y lo que estamos haciendo. En realidad, tu proyecto sí puede cambiar el mundo y si puede ser global siempre y cuando trabajes duro y continúes perseverando y haciendo las cosas aun cuando salen mal. Entonces el consejo es continuar y meterle ganas”.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2019/10/1463951

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De botella de plástico a colegio en Costa de Marfil

África/Costa de Marfil/22 Agosto 2019/El país

En Costa de Marfil, sobran residuos plásticos y faltan colegios. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), aliado con la empresa social colombiana Conceptos Plásticos, ha logrado cuadrar esta ecuación: construir clases con plástico reciclado. Ya hay nueve en uso. Y se planea construir al menos otras 519, que en total acogerán unos 25.000 estudiantes (50 como máximo por aula, en vez de los 90 o 100 que son habituales ahora).

“Estamos muy a gusto en las nuevas clases en comparación con las antiguas, que estaban hechas con materiales provisionales que, desafortunadamente, fueron destruidos por fuertes vientos”, asegura por teléfono Koffi Konan, director de uno de los primeros colegios en albergar esta iniciativa. Situado en Sakassou, una localidad rural a tres horas de Abiyán (la capital económica y la ciudad más poblada del país), este centro fue seleccionado por ser uno de los que tenían carencias más urgentes.

Como en la escuela de Konan, la necesidad de infraestructuras educativas en Costa de Marfil es apremiante. De acuerdo con Unicef, en total hacen falta unas 15.000 clases. “En ciertas áreas, por primera vez, los niños de preescolar en los vecindarios pobres no tendrán que compartir el espacio con otros 100 estudiantes», plantea en un comunicado Aboubacar Kampo, representante hasta hace poco de Unicef en este país y uno de los impulsores del proyecto.

Problema global, oportunidad local

¿Por qué plástico? “La contaminación por este material es un problema global, que genera grandes riesgos para el medioambiente y la salud, también aquí”, explica en conversación telefónica Sophie Chavanel, jefa de comunicación de Unicef en Costa de Marfil. Además, agrega, «en este país, como en muchos otros de África occidental, aún hay muchas desigualdades y carencias«.

Según la ONU, la gestión inadecuada de los desechos provoca el 60% de casos de malaria, diarrea y neumonía en los niños, afecciones que destacan entre las principales causas de mortalidad infantil en esta zona. Al obstruir alcantarillas y proporcionar lugares de cría para los mosquitos y las plagas, los plásticos contribuyen a la propagación de estas enfermedades. Solo en Abiyán, Unicef estima que se producen más de 280 toneladas de desechos de este tipo al día y se recicla apenas el cinco por ciento.

“Hay exceso de residuos plásticos y necesidad de aulas, y existe una tecnología que permite producir ladrillos de plástico reciclado de gran calidad; es una oportunidad para abordar a la vez estos problemas”, detalla Chavanel. Además, se añade un efecto secundario positivo: “Se ofrece a personas en situación vulnerable una mejor manera de ganarse la vida”.

Se trata de quienes recolectan residuos plásticos, que suelen ser mujeres. Como Mariam Coulibaly, que a sus 33 años lleva nueve desarrollando esta tarea. “Salgo a las cinco de la mañana, buscando plástico por la calle, especialmente botellas, y vuelvo a casa sobre las diez, para atender a mis hijos. Voy de nuevo por la tarde, desde las seis hasta las ocho o las nueve”, explica telefónicamente desde Abobo, el barrio al norte de Abiyán donde vive con sus cuatro hijos, su marido y dos de sus hermanos, un poco más jóvenes que ella.

Coulibaly comenzó a recoger plásticos siguiendo el ejemplo de su madre, por no encontrar otro trabajo. Su marido es taxista y su hermano tiene pequeños empleos, como ofrecer servicios telefónicos desde su móvil, así que entre todos suman. Ella consigue unos 20.000 francos CFA de África occidental (XOF) por semana, equivalentes a unos 30 euros.

Nueva fábrica

La recolectora se muestra muy esperanzada con la puesta en marcha de la futura fábrica de ladrillos de plástico reciclado que se está construyendo en Abiyán. Hasta ahora, las primeras clases se han construido con ladrillos exportados de Colombia. A partir de finales de año, cuando se prevé que la nueva planta comenzará a funcionar, recuperará unas 9.600 toneladas de residuos anualmente y se espera que mejorará las condiciones de mujeres como Coulibaly.

“Ya nos hemos reunido con la gente de Conceptos Plásticos, que nos han explicado cómo funcionará la venta y creo que será más fácil”, detalla la marfileña. “Nos asociamos con Unicef en este proyecto porque queremos que nuestro modelo de negocio tenga un impacto social. Al convertir la contaminación plástica en una oportunidad, queremos ayudar a sacar a las mujeres de la pobreza y dejar un mundo mejor para los niños”, afirma Isabel Cristina Gámez, cofundadora y directora ejecutiva de Conceptos Plásticos.

Según detallan desde la empresa colombiana, su tecnología convierte el plástico usado en ladrillos modulares, tipo bloques de Lego, que se ensamblan fácilmente. Una casa para una sola familia, aseguran, se puede construir, entre cuatro personas sin experiencia, en solo cinco días.

Asimismo, son duraderos y tienen un bajo coste. Estiman que son un 40% más baratos y un 20% más livianos y, por tanto, más fáciles y económicos de transportar que los materiales convencionales. También son impermeables, retardantes del fuego, aislantes del calor y están diseñados para resistir fuertes vientos y terremotos.

“Al principio había dudas porque jamás habíamos escuchado hablar de ladrillos de plástico, pero la realidad hoy es que los reparos han desaparecido”, afirma Konan, el director del colegio de Sakassou. Ahora, apostilla, “niños, hombres y mujeres están todos convencidos y felices” con los nuevos edificios.

Konan se muestra seguro de la durabilidad del material: “Con un martillo se pueden romper fácilmente los ladrillos de hormigón, pero con los de plástico es imposible”. Y, para posibles escépticos, confirma que aíslan mejor de las altas temperaturas: “Hace verdaderamente fresco, no calor al mediodía como en el edificio de hormigón”.

Junto con las de Sakassou, de momento, se han construido aulas en Divo, otra localidad rural, y Gonzagueville, un barrio de Abiyán. “Esperamos conseguir más financiación para seguir expandiendo este proyecto, tan necesario y exitoso”, asegura Chavanel, de comunicación de Unicef en Costa de Marfil.

Además, a nivel general, esta agencia de la ONU planea también extender la iniciativa a otros países de África occidental y central. Según sus datos, de todos los niños no escolarizados en el mundo, un tercio de los que están en edad de cursar la primaria y un quinto de los que están en el primer ciclo de secundaria viven en esta región.

Una pésima cifra que ha comenzado a reducirse en Costa de Marfil, como señala Kampo, el exrepresentante de Unicef en este país: “Los niños que nunca pensaron que habría un lugar para ellos en la escuela podrán aprender y prosperar en un aula nueva y limpia». Y 100% reciclada.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/08/16/planeta_futuro/1565955740_596199.html

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