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Tres maneras de promover los derechos de las personas refugiadas en las aulas

Finlandia/Julio de 2016/ Amnistía Internacional

La crisis mundial de refugiados ha generado numerosas iniciativas, como las emprendidas por colegios y estudiantes que piden un mayor respeto por los derechos de las personas refugiadas. Educadores y educadoras muestran el modo en que estudiantes en diferentes países están llevando a cabo una tarea de sensibilización sobre los peligros y las dificultades a los que se enfrentan las personas refugiadas.

1. Cuestionar identidades

¿Cuál es el significado de “identidad” y qué papel desempeña en la construcción social que nos hacemos de los “otros”? Estudiantes de Eslovenia plantearon estas cuestiones en el evento anual “El camino de la alambrada”, que conmemora el fin de la ocupación de Liubliana en la Segunda Guerra Mundial.

Los y las estudiantes abordaron algunos de los mitos comunes en torno a las personas refugiadas y migrantes en Europa, analizando el concepto de identidad a través de los casos de conocidos defensores y defensoras de los derechos humanos que se vieron obligados a buscar refugio en el extranjero (como el físico Albert Einstein, la rapera M.I.A, y la escritora y modelo Waris Dirie).

Durante el evento, Amnistía Internacional Eslovenia organizó actividades de educación en derechos humanos para alumnos y alumnas de primaria y dio información sobre los actos llevados a cabo por defensores y defensoras de los derechos humanos, para ayudarles a reflexionar sobre el significado de la palabra “refugiado” y para debatir sobre las distintas maneras en que las personas se identifican a si mismas. “El evento de este año se centró en el modo en el que las personas viven diferentes experiencias y en poner énfasis en personas conocidas que también fueron refugiadas. Antes del evento, ofrecimos a colegios y docentes un conjunto de materiales didácticos con actividades que explican por qué hay personas que abandonan sus hogares, y también cómo crear un entorno seguro e inclusivo para los niños y las niñas refugiados escolarizados en colegios eslovenos, lo cual es un fenómeno nuevo en el país,” explica Ana Cemazar, coordinadora de Educación en Derechos Humanos de Amnistía Internacional Eslovenia.

Más de 40.000 personas —entre ellas 3.000 estudiantes— participaron en este evento de tres días de duración y se recogieron 1.400 firmas para apoyar la acogida de personas refugiadas.

Los y las estudiantes recibieron un conjunto de cartas didácticas en las que aparecían conocidos defensores y defensoras de los derechos humanos —algunos de los cuales se vieron forzados a huir de sus países—, para aprender más sobre sus acciones. Esta colección editable de cartas didácticas se puede utilizar por separado o con otros materiales educativos. © Tanja Ristič

2. Comprender el marco jurídico

Comprender los aspectos legales de la condición de persona refugiada es fundamental para exigir y defender los derechos de estas personas. Un grupo de activistas de Amnistía Internacional Suiza ha diseñado una actividad dirigida a alumnos y alumnas de secundaria para que comprendan el marco jurídico internacional que regula la condición de persona refugiada. Los educadores y los facilitadores pueden emplear el conjunto de materiales Ruta de migración para romper el hielo y presentar conceptos jurídicos como la Convención de 1951 sobre los Refugiados, la condición de refugiado, el principio de no devolución, y la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares.

Dicha actividad, concebida como un viaje ficticio, demuestra cómo las personas que huyen de sus países corren un riesgo particular de sufrir violaciones de derechos humanos. Los participantes tiran un dado para saber a qué situaciones se enfrentarían si fueran personas refugiadas. Las decisiones que tomen determinarán las siguientes etapas de su viaje.

“La actividad en la que participamos fue muy buena. He podido darme cuenta de a qué se enfrentan algunas personas todos los días,” afirma un alumno. “Fue muy interesante. Hubo muchos momentos emotivos e impactantes. El formato de juego de esta actividad es muy potente, aunque para nosotros casi es demasiado. En un momento dado nos mirábamos unos a otros y decíamos: ‘Se acabó’.” “Cuando pensábamos en ello, yo sólo quería gritar y llorar,” comenta otro participante.

Para más información sobre cómo utilizar Ruta de migración en el colegio, docentes y educadores podéir contactar con Amnistía Internacional Suiza.

La primera edición de la serie de seminarios web de Amnistía Internacional Finlandia consiste en que trabajadores y trabajadoras de derechos humanos y activistas compartan sus experiencias sobre el terreno. Helsinki, Finlandia, abril de 2016 © Amnistía Internacional

3. Fomentar el activismo mediante la formación por Internet

Amnistía Internacional Finlandia ofrece una serie de seminarios web sobre derechos de personas refugiadas, para compartir experiencias de trabajo de campo con jóvenes y personas que trabajan por los derechos humanos y para apoyar el activismo y las campañas. Este curso de formación por Internet, que comenzó en abril, consta de seis sesiones que se desarrollarán hasta septiembre.

Cada sesión se centra en un aspecto diferente de la realidad que viven las personas refugiadas y migrantes en Europa, analiza las múltiples causas de la crisis global de refugiados, el control de fronteras y los derechos humanos, la seguridad para personas refugiadas y las vías legales, los procedimientos de concesión de asilo, la reagrupación familiar, así como la expulsión y la detención. Aproximadamente 200 personas se han inscrito hasta la fecha para seguir las sesiones en directo y la charla en línea con personal de Amnistía Internacional, del consejo finlandés de personas refugiadas y de otras ONG. La sesiones se grabarán para que quienes participan puedan verlas posteriormente.

“Recibimos respuestas positivas de personas a las que les ha gustado la formación y lo fácil que resulta acceder a ella. Los y las activistas se juntan en una sala de reuniones para recibir la formación en grupo. Ahora podemos llegar a personas en toda Finlandia que quieren incrementar sus conocimientos y a las que les gustaría unirse a nuestra campaña. Es algo que puede tener un verdadero impacto a largo plazo,” sostiene Maarit Pihkala, asesora de Educación en Derechos Humanos de Amnistía Internacional Finlandia.

Fuente: https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/tres-maneras-en-las-que-colegios-y-estudiantes-en-toda-europa-promueven-los-derechos-de-las-personas/

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Los «muros de la bondad» que ayudan a los pobres paquistaníes

Afganistán/ Julio de 2016/EFE

Por: EFE

Nació como un acto espontáneo en Irán y en pocos meses se ha extendido por China, Afganistán y Pakistán, donde ha calado con especial ahínco y se encuentran en varias de sus ciudades.

«Si no lo necesitas, déjalo. Si lo necesitas, cógelo», es el lema de los «muros de la bondad», una iniciativa popular que se ha arraigado en Pakistán y que invita a dejar ropa que no se usa en lugares concretos para que sea recogida por aquellos que la necesitan.

El «muro de la bondad» nació como un acto espontáneo en Irán y en pocos meses se ha extendido por China, Afganistán y Pakistán, donde ha calado con especial ahínco y se encuentran en varias de sus ciudades.

En la localidad paquistaní de Rawalpindi, colindante con la capital, se lee «muro de la bondad» en inglés y urdu en una pared pintada de amarillo y verde, y de la que cuelgan diversas prendas, desde pantalones a chaquetas, pasando por vestidos de niñas.

Varias personas se detienen curiosas ante el muro y echan un vistazo a las prendas que se exhiben.

Tarence, un pintor de 40 años y perteneciente a la minoría cristiana, se decide por unos pantalones vaqueros.

«Pasaba por aquí y vi la señal. Me acerqué y me dijeron que podía coger lo que quisiera. Así que he cogido unos pantalones que no me puedo permitir», dijo a Efe.

«La próxima vez buscaré ropa para mis hijos, ya que no puedo comprarles muchas cosas y hoy no veo nada que les sirva», añade el pintor que gana unas 600 rupias (5,7 dólares) al día.

Mohamed Yar, de 29 años, sí ha aprovechado para vestir a sus hijas de 12 y 8 años con ropa del muro.

«La mayoría del tiempo no tengo trabajo. Un vecino me habló de este lugar y he venido para coger ropa para mis pequeñas», indica a Efe este trabajador de la construcción.

Al igual que Tarence y Yar, cientos de vecinos de esta localidad paquistaní se han beneficiado de esta iniciativa que puso en marcha en Rawalpindi un joven universitario de 21 años.

«Conocí el muro de la bondad de Irán a través de las redes sociales y decidí hacer lo mismo aquí», explica a Efe Asad Chaudhry.

«Cuando veo los problemas de Pakistán, siento que debo hacer algo para ayudar, colaborar de alguna forma», afirma este estudiante de informática.

El joven no lo tuvo fácil. Las autoridades de su universidad se negaron a cederle el espacio para establecer su «muro de la bondad» por miedo a problemas con la Policía y los profesores a los que pidió ayuda decidieron no involucrarse.

Sin embargo, consiguió convencer al decano de su centro educativo y en febrero de 2016 pintó una de las paredes exteriores de la universidad, colocó cuerdas y ganchos, y dibujó las palabras mágicas: «Muro de la bondad».

Las redes sociales, especialmente Facebook, propagaron la noticia y atrajeron a donantes, que hasta acuden de otras ciudades para dejar ropa, y a veces también comida o artículos electrónicos.

Chaudhry indica que entre 20 y 30 personas acuden cada día para llevarse prendas de ropa y, ocasionalmente, televisiones o teléfonos.

Durante el mes sagrado del Ramadán, recién finalizado, Chaudhry organizó recogidas especiales de alimentos para ayudar a familias pobres a celebrar la principal fiesta musulmana.

El «muro de la bondad» nació en diciembre de 2015 de forma anónima en la ciudad iraní de Mashhad con la idea de ayudar a los sin techo de la localidad con la donación de prendas para hacer frente al duro invierno.

Gracias a las redes sociales, el proyecto se extendió rápidamente a otras localidades del país.

La iniciativa saltó al vecino Pakistán, donde el popular actor paquistaní Ahsan Khan creó el primer muro en la ciudad de Karachi, tras conocer el proyecto en internet.

Los muros se extendieron después a las ciudades paquistaníes de Islamabad, Lahore, Sialkot, Quetta y Khuzdar.

También han surgido en Afganistán, con muros en Mazar-i-Sharif, Kandahar y Kabul, e incluso en varias ciudades chinas para ayudar a sus más necesitados.

«Si no ayudas tú, ¿quién lo hará?», se pregunta Chaudhry.

 

Fuente: http://www.elmostrador.cl/vida-en-linea/2016/07/11/los-muros-de-la-bondad-que-ayudan-a-los-pobres-paquistanies/

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Los Derechos Humanos en la Formación Docente Latinoamericana: Una necesidad sentida

Keyla Fernández de Ruiz (*)

«Educar para la paz es imaginar nuevas formas más solidarias y justas de sociedad; y de elaborar y ensayar hipótesis a las problemáticas mundiales. Los profesores/as tenemos el deber moral de hacer comprender a nuestro alumnado cuáles son los caminos que con mayor acierto conducen a un planeta más justo y menos violento y qué cambios son necesarios para lograrlo. La educación debe estar inspirada por grandes cargas de optimismo y huir de la imposición de estereotipos, de ideas preconcebidas orientadas a la acomodación y aceptación de la realidad. Esto exige al profesorado no sólo su formación permanente sino sobre todouna profunda reflexión de la práctica educativa.»
José Tuvilla Rayo

La formación integral del ser humano es el eje fundamental para la transformación del individuo y de la sociedad, de la cual también forman parte los estudiantes, educadores e instituciones educativas en todos sus niveles y modalidades, entre otros actores involucrados en el proceso de inter aprendizaje. (Espinoza y Pérez, 2003).

El profesor por su parte tiene un papel de especial relevancia en la educación de los derechos humanos, que va más allá de transmitir conocimientos sobre los mismos, es necesario que esté comprometido con su ejercicio responsable, ya que los docentes son un ejemplo vivo de aprendizaje para los estudiantes y a su vez son corresponsables de los cambios que se gesten en las sociedades latinoamericanas.

En este orden de ideas, Caride (2009) define el concepto de Educación en Derechos Humanos como el conjunto de actividades de formación, capacitación, difusión e información orientadas a crear una cultura universal en la esfera de los derechos humanos, actividades que se realizan transmitiendo conocimiento y moldeando actitudes. El Estado es corresponsable en la formación de los docentes de los países para así lograr verdaderos cambios en las sociedades.

Los acontecimientos sociopolíticos, económicos, culturales y militares del mundo actual y específicamente de Latinoamérica, evidencian una aspiración de los pueblos: la paz como forma de convivencia social, la paz como elemento esencial y por ende los derechos humanos como eje transversal de los procesos de vida de sus ciudadanos.

Un aspecto relevante en la incorporación de los derechos humanos en la formación docente, tal y como lo plantea Chávez (1986), radica en que éstos no deben ser enseñados como un cuerpo frío de principios sino que tienen necesariamente que llegar a formar parte de cada uno de los estudiantes a los que se va a dirigir, y en consecuencia, es imprescindible que cada uno de ellos sea portavoz y defensor de los mismos. De este modo, el autor manifiesta que los derechos humanos persiguen como objetivos generar la concientización de todas las masas a fin de fomentar una mayor armonía social y un rechazo a cualquier forma de agresión y de intolerancia, y además, sensibilizar a las personas y apartarlas de la idea que existen diferencias que nos hacen ser “diferentes” los unos a los otros más allá de ser seres humanos con capacidades, actitudes y aptitudes propias que nos hacen ser seres únicos e irrepetibles.

En este sentido la inclusión de los derechos humanos en la formación docente latinoamericana es una “necesidad sentida” de muchos sectores; primeramente de los responsables de la política educativa de los países latinoamericanos; los cuales deben ser conscientes de la importancia que tiene incluir la educación en derechos humanos en los currículos de formación, de esta forma se podría dar respuesta a los acuerdos, pactos, convenciones y desafíos internacionales en la materia. Seguidamente las casas de estudio de formación docente, las cuales deberían incluir como eje transversal de sus diseños curriculares los derechos humanos y así contribuir a la formación de personas comprometidas con el respeto y promoción de los mismos y, en consecuencia, a la formación de ciudadanos responsables y preocupados por la promoción del bien común y de una sociedad más justa y humana, finalmente la sociedad en general lo cual permitiría permear todos los espacios de la misma de los derechos y valores fundamentales para la convivencia efectiva y eficaz donde cada ciudadano se respete a sí mismo y por consiguiente a los demás, sin importar las diferencias o las similitudes que los caractericen.

Formar en derechos humanos implica crear y fomentar actitudes de respeto, respecto a los mismos, lo cual significa promover en los estudiantes predisposiciones estables a actuar por la vigencia de los derechos en las relaciones sociales (Rodas, 1992.). Así, la formación de derechos humanos implica educar para la autonomía, un proceso gradual que esté presente y que impregne las sociedades, las instituciones, las comunidades, las familias y por ende a los estudiantes, que exista la corresponsabilidad de la formación donde se puedan cometer errores sin temor de ser sancionados, sino que se les entiendan como instancias de aprendizaje y oportunidades legítimas de cambio; cuando las ideas fluyan sin límites intelectuales; cuando la educación promueva la organización de los estudiantes para que se independicen y autodeterminen; cuando les dé la oportunidad de crecer en la aceptación y respeto de sí mismo.

Finalmente se puede plantear que una formación auténtica y basada en los derechos humanos implica tanto el sentido colectivo y comunitario de alianza, como la consolidación particular del ser humano en el buen sentido, la capacidad de juicio y su ser ético que le permite obrar en libertad y asumir la responsabilidad como parte del mundo. La auténtica formación va unida al conocimiento, empoderamiento y defensa de los mismos como principio inalienable de los seres humanos en todos y cada uno de los espacios donde se desenvuelve. Formar en derechos humanos es creer en ellos, vivir en ello y trascender en ello para así lograr el cambio que tanto anhelaba las generaciones pasadas, las presentes y las que heredaran las generaciones futuras.

 

Referencias Bibliográficas        

Caride, J. (Comp.).(2009). Los derechos humanos en la educación y la cultura. Argentina: Autor.

Chávez, N. (1986). Ponencia sobre los derechos humanos y la problemática de su docencia. X Conferencia de facultades, escuelas e institutos de derecho, México, D.F.

Espinoza, N y Pérez M. (2003) La Formación Integral del Docente Universitario. Venezuela: Mérida

Rodas, T. (1992). Cuaderno de educación en y para los Derechos Humanos: La propuesta educativa de los Derechos Humanos. En: S. Conde, M. Aguilar y L. Landeros. Antología de educación en Derechos Humanos. Comisión Nacional de Derechos Humanos. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. UNAM

 

(*) Keyla Fernández de Ruiz

contacto: Keylafer2501@gmail.com

La autora forma parte del  Doctorado Latinoamericano en Educación Políticas Públicas y Profesión Docente.

El presente es un artículo inedito, publicado con el consentimiento de la autora.

 

Fuente de la imagen: https://userscontent2.emaze.com/images/27e1f9bc-207e-4075-b121-5af0478b0074/145e0e49154c17d79aba4601d62f0eb6.jpg

 

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El arte de la comunicación

Centroamérica/Cuba/24 de Julio de 2016/Autora: Graziella Pogolotti/Fuente: Juventud Rebelde

Me horroriza pensar que algún día nuestros interlocutores serán robots. Artefactos inteligentes y bien programados, podrán transmitir información y establecer un diálogo mínimo. Pero, la mano y el habla nos hicieron seres humanos.

La transmisión mecánica de datos y su acumulación acrítica no producen conocimientos. El saber se articula a través de las vías que ofrecen las ciencias y mediante referentes numerosos incorporados en las distintas experiencias de vida. La voz humana matiza el valor de las palabras. Actúa sobre el intelecto y sobre la sensibilidad. Se expresa en el tono, el ritmo, la vacilación y el silencio, brevísimo instante de meditación y duda. En países como los nuestros, el gesto tiene una importancia decisiva. Ante el dolor de un amigo, un apretón de manos resulta más efectivo que un discurso que, sumido en un trance difícil, es incapaz de escuchar.

Cuando la criatura nace, la comunicación con el mundo exterior se inicia en el contacto físico con el seno materno, nutriente básico y fuente de seguridad, apaciguamiento y disfrute. Por costumbre y necesidad afectiva, las madres comienzan a hablar con el recién nacido que aún no tiene dominio de la palabra. El tono de la voz es el indicador que precede al aprendizaje de un vocabulario.

Las pérdidas de la capacidad de comunicación actúan negativamente en el comportamiento social. Generan una cadena de acción y reacción. Las madres vociferantes que apabullan a los hijos remolones en el cumplimiento de los horarios forman un modelo de conducta. La inadecuada relación del maestro con los alumnos conduce a generar falta de confianza en el sistema institucional. En este ámbito, la formación incluye lo instructivo y lo afectivo. Acercarse a un chiquillo y preguntar los motivos de su tristeza implica solidaridad, reconocimiento de su individualidad y de su condición humana. La falta del diálogo necesario reduce el proceso de enseñanza a un vínculo utilitario centrado tan solo en el logro de una estadística promocional satisfactoria.

Protegida por su carapacho, la jicotea anda sola en el mundo. Los humanos requerimos amplias redes societarias. Desposeídos de manto protector, contamos con una piel delicadísima. Para los más frágiles, un roce ligero produce profundas heridas. El agredido se convierte en agresor. Un encadenamiento incontenible acrecienta la espiral de la violencia.

La comunicación efectiva se basa en el respeto real al otro, manifiesto en las respuestas concretas a las demandas de la vida. Violar esta regla básica favorece el ejercicio de la violencia, la apatía y la fragmentación del tejido que articula, en lo político y en lo práctico, la asunción de normas de conducta que fortalecen la acción colectiva en beneficio de todos y de cada uno. Corresponde al conjunto de instituciones constitutivas de los pilares que sostienen la sociedad, establecer las reglas del juego. Apelamos siempre a la familia y a la escuela, fundamentales sin lugar a dudas. Pero la existencia humana no transcurre solamente en esos ámbitos cerrados. Utilizamos medios para movernos, demandamos servicios de distinta naturaleza, tenemos que proveernos de mercancías de todo tipo y debemos cumplir trámites legales de diverso carácter. Las múltiples demandas requieren respuesta institucional. El maltrato, la dilación, provocan irritación creciente y la búsqueda de soluciones alternativas que inducen a la corrupción y al soborno, gangrena sutil porque el dinero pasa de mano en mano sin dejar huellas.

Las cartas que llegan a las redacciones de los periódicos son una muestra microscópica de un fenómeno que agrieta principios esenciales. Con frecuencia las respuestas revelan subestimación de un lector que ha sufrido muchas veces situaciones semejantes. Para alcanzar el control popular deseable, hay que empezar por el rescate de la ejemplaridad de los trabajadores vinculados a los centros que, en la base, responden a la estructura institucional del país. La ética institucional es factor determinante de la disciplina social.

A pesar de la presencia de internet, de la televisión y de otros medios, nuestro tiempo transcurre en el entorno de la comunicación oral desde que nos levantamos, nos trasladamos de un sitio a otro y ejecutamos tareas de cualquier índole. De otro modo, nos convertiríamos en una colectividad de autistas. Para establecer el orden, existen medidas coercitivas. Siempre hay modo de evadirlas cuando no asumimos valores derivados de la convicción íntima de la importancia de nuestra función, de la relevancia social de nuestro centro de trabajo, de nuestra responsabilidad en la preservación de su imagen pública. Para seducir y persuadir, la voz humana tiene un peso cualitativo de primer orden. De ella depende que nos consideremos eslabón integrante de una comunidad mayor.

Me sorprende ahora el recuerdo de Ceferino. Lo conocí a poco de ingresar como estudiante en la Universidad. En aquellos tiempos, los bedeles tenían jerarquías que ostentaban en sus chaquetas engalonadas. Ceferino, siempre igual, nunca alcanzó esas distinciones. Nos acompañó toda la vida. Fue amigo de generaciones de estudiantes que se convertirían en profesores y tendrían un brillante desempeño público. Fraternal, afectuoso, solidario, bromista, ajeno a cualquier manifestación de servilismo, cumplía las normas de respeto que corresponden a una institución de enseñanza. Era velador imprescindible de los bienes comunes, orgulloso de pertenecer a la Universidad de La Habana. Permanece en mi memoria afectiva junto a mis mejores maestros y a mis alumnos más entrañables.

Fuente: http://www.juventudrebelde.cu/opinion/2016-07-23/el-arte-de-la-comunicacion/

Fuente de la imagen: http://valenciaplaza.com/claves-para-mejorar-la-comunicacion-con-personas-con-afasia

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La Filosofía y sus facultades

Europa/España/24 de Julio de 2016/Autor: Arturo Leyte/Fuente: El País

Si “todos los hombres aspiran por naturaleza al saber”, como Aristóteles afirma al principio de su Metafísica, presumo que afortunadamente la Filosofía -extraña ciencia- sobrevivirá a su organización académica. Incluso habría que imaginar si fuera de esa organización no tendría mejor vida, si no tan prolífica (por lo mucho que se publica), sí más libre y acertada. Después de todo, la integración de la filosofía en facultades es bastante reciente, por más que hoy parezca su estado natural. De hecho, muchos de nuestra generación no se formaron en una “facultad de Filosofía” sino en una de “Filosofía y Letras” o incluso de “Filosofía, Psicología y Ciencias de la Educación”.

Fuera de la opaca disposición ministerial, desconozco la razón de tales vinculaciones, en el segundo caso quizá más motivada por la aspiración al poder (de la Pedagogía) que al saber (de la Filosofía). Porque, bien pensado, ¿qué tiene que ver la Filosofía con la Psicología, con la Pedagogía o incluso, si vamos al fondo del asunto, con las Letras? Ya que en su momento se volvió necesidad organizar institucional y administrativamente los saberes, ¿no hubiera gozado nuestra extraña ciencia de mejor fortuna en una facultad de “Filosofía y Ciencias”? Seguro que su destino hubiera sido, además de influyente, más abierto y decisivo. Pero no por la falta de importancia de las llamadas “Letras”, sino por su actual declive, ligado a su aparente improductividad frente a una emergencia industrial indisociable de las ciencias que la alimentaban. Definitivamente, la Física (mecánica, atómica) se volvió modelo teórico y metodológico de las llamadas “ciencias duras”, al parecer las únicas relevantes para el sostén de las sociedades complejas.

De hecho, esos saberes comenzaron a llamarse “ciencias”, y a separarse de la Filosofía, porque esta última dejó de tener propiamente un contenido que la ligara a la realidad empírica. Su único reducto exitoso quedó reducido a su condición formal, de ahí su supervivencia en la lógica, la metodología y el análisis del lenguaje. Comienza así el ocaso de la filosofía refugiada en las humanidades, reconvertidas a su vez, en el marco de la nueva sociedad burguesa, en la mera administración de una tradición (histórica, literaria y artística) en el fondo irrelevante fuera de su papel como entretenimiento dentro de la industria cultural.

Fue una pena, ciertamente, que los estudiantes de las nuevas ciencias y tecnologías se volvieran analfabetos filosóficos, porque eso les hurtó una comprensión más adecuada de sus respectivas investigaciones, cualesquiera que fueran. Recíprocamente, mayor pena fue que los estudiantes de Filosofía se quedaran sin conocer ninguna de esas ciencias; es decir, que se quedaran sin saber nada de nada. Pero tampoco hay que escandalizarse por esta doble “pérdida”, en cierto modo inevitable una vez que las ciencias se volvieron autónomas, sin necesitar ya la reflexión que las aupó a su posición de dominio.

Las ciencias se volvieron autónomas, sin necesitar ya la reflexión que las aupó a su posición de dominio

Ninguna decisión administrativa hubiera podido reparar un horizonte que superaba con mucho lo que cualquier plan de estudios hubiera pretendido corregir, incluso bajo sus mejores intenciones: la retirada del saber (ligado a la reflexión) se había hecho inevitable para que pudieran triunfar las ciencias. Pero tampoco nos engañemos respecto a las reivindicadas “bondades” de la Filosofía, pues su señal de identidad más visible, que es el conocimiento “reflexivo”, no hubiera inhibido el camino de la investigación que llevó a desarrollar la bomba atómica ni tampoco frenado la decisión de lanzarla, como tampoco hubiera impedido el establecimiento de regímenes totalitarios.

Definitivamente, el estudio de la Filosofía no nos hace más “buenos” ni tampoco nos “enseña a pensar”, como argumentan de modo mostrenco muchos de sus defensores, a quienes habría que recordarles que difícilmente podría iniciar su estudio alguien que no supiera ya pensar. Ciertamente, la Filosofía no produce esas virtudes, ni su estudio nos hace automáticamente filósofos. Pero entonces, ¿qué nos enseña, si es que nos enseña algo más allá de eso tan difícil de identificar como la reflexión?

Antes de contestar tan decisiva pregunta, puesto que imposible resulta su respuesta, toda vez que quizá ocurra que no nos enseñe nada (la reflexión no es nada, sino la distancia respecto a su objeto de estudio), permítasenos afrontar un asunto más accesible: la vinculación de los estudios de Filosofía a las ciencias habría tenido una ventaja decisiva: que la Filosofía no se enroscara sobre sí misma y sus estudiantes conocieran al menos otros saberes, desde la Física y la Biología a la Lingüística, la Historia o incluso el Arte, y no se volvieran a su vez analfabetos en todo, incluso en Filosofía, pues, ¿cómo se puede estudiar esta última desconociendo los elementos imprescindibles para su puesta en marcha, las lenguas en las que fue escrita y los temas a los que ineludiblemente dedicó su atención? ¿De qué pobreza, en fin, se tiñó la Filosofía cuando se enclaustró en sus “facultades” sin la habilidad (facultad) para entender qué se jugaba de verdad en aquello de lo que ésta habló durante siglos: el espacio, el tiempo, la política, la lengua, la sociedad, la economía, la cosmología?

Pongamos las cosas en su lugar antes de escandalizarnos porque desparezca el título “Facultad de Filosofía”, que no la Filosofía, de una determinada institución como la universidad, algo de lo que ciertamente no me alegro en absoluto, porque sus motivaciones no guardan relación alguna con el fondo del asunto. Pero aunque no podamos alegrarnos, seamos honestos: ¿es ese hoy el verdadero problema de la filosofía o no reside, en cambio, en algo fatal, y mucho más difícil de solucionar por procedimientos administrativos, a saber, que pocos se encuentran dispuestos a “leer” en serio una obra de filosofía porque ni se está dispuesto a invertir sin contrapartida social un larguísimo tiempo en ello ni se está facultado técnicamente para hacerlo? ¿Acaso los estudiantes de Filosofía disponen de los instrumentos imprescindibles para leer esas obras y de los conocimientos para descubrir qué y cómo pensar hoy? ¿Qué propuesta puede proceder de una escolástica vacía que ni siquiera incluye en sus planes de estudio las lenguas en las que se escribió el texto filosófico, aspecto tan decisivo para su interpretación?

El estudio de la Filosofía no nos hace más “buenos” ni tampoco nos “enseña a pensar”, como argumentan de modo mostrenco muchos de sus defensores

Al igual que los estudiantes de Ingeniería, Físicas o Económicas tienen que conocer y dominar las matemáticas correspondientes para construir un puente, reconocer qué pasa en un acelerador de partículas o simplemente hacer la auditoria de una empresa, también los estudiantes de Filosofía, incluso restringidos al mundo de las letras (qué le vamos a hacer, extender la filosofía, al menos en nuestro país, al reino de las ciencias, sería tarea divina), harían muy bien estudiando simultáneamente Filología clásica o moderna, Historia antigua, Historia moderna y contemporánea, Ciencias humanas y sociales, Lógica, pero también, rebelándose así contra el sistema administrativo, estudiando Matemáticas, Geología o cualquier otra ciencia.

Seguramente ahí se encontraría una leve esperanza de salvación, que desde luego tampoco vendrá de la mera reorganización facultativa programada, la cual de seguro no obedece a los argumentos expuestos. Porque la verdadera pregunta que deberían hacerse hoy los profesionales de la filosofía es si, de seguir desconectada de cualquier otro estudio, la filosofía no se perderá definitivamente en esa complacencia narcisista de su propio aislamiento, entendido como una heroicidad, y por ende, en el reconocimiento de sí misma como la “reina de todas las ciencias”, la única que no tiene que rendir cuentas ante nadie. Los que luchamos por la filosofía tampoco deberíamos engañarnos con la falacia de que sin ella el mundo se precipitaría hacia la barbarie, ni con la ilusión de que pueda transformarlo. Quizá deberíamos conformarnos con que su estudio ayudara a interpretarlo, aparentemente resultado menor, pero si cabe de más largo alcance.

Pero que no cunda el pánico: la filosofía sobrevivirá a las condiciones a las que su complejo de inferioridad y, sobre todo, sus defensores la han conducido. Ciertamente el juego ya se juega en otra parte. A ver si adivinamos en cuál.

En todo caso siempre habrá que distinguir entre la “facultad de Filosofía” y las facultades de la filosofía.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/07/22/opinion/1469205378_170990.html

Fuente de la imagen: https://filosofiaprepa.wordpress.com/2009/01/28/los-problemas-filosoficos-y-sus-caracteristicas/

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La Enseñanza de la Historia y los jóvenes

Centroamérica/Cuba/24 de Julio de 2016/Autor: Yasel Toledo Garnache/Fuente: Granma

Bostezos, dibujos en las libretas y el deseo de que el tiempo transcurra más rápido constituyen parte de la realidad durante algunas clases de Historia de Cuba y en ciertos centros es­colares del país, aunque duela ad­mitirlo.

Conozco de estudiantes que mi­ran constantemente por las persianas, unos escriben carticas y otros hasta son vencidos por el sue­ño, cuando la impartición de la asignatura se convierte en un tedio.

Algunos profesores repiten siem­pre las mismas palabras, extraídas del libro de texto o de manuales, con­feccionados hace poco o mu­cho. Y eso cansa, levanta una especie de muro entre ellos y los alumnos.

Afortunadamente, no siempre su­­cede así y existen buenos ejemplos de lo contrario. Mi mente pasa, cual rollo de cine en blanco y negro, mo­mentos en las aulas, y siento otra vez la emoción transmitida por quie­nes lograban llevarnos a combates, asambleas y más sucesos en la manigua y otros sitios.

Por las mareas de mi cuerpo circula otra vez la tristeza, después de preguntar sobre la infancia de Carlos Manuel de Céspedes…, y recibir un largo silencio como respuesta. ¿Por qué las omisiones de contenidos tan importantes como lo relacionado con las primeras edades del Padre de la Patria, incluidas sus preferencias, juegos y cómo era la familia, además de acaudalada…?

Los héroes también son seres humanos y sus gustos y hábitos terrenales los acercan más a las personas deseosas de conocerlos. To­dos los profesores debieran ser co­mo manantiales de conocimientos y tener la creatividad suficiente para lograr, o al menos intentar, que las palabras cobren vida y cautiven a quienes escuchan.

Hace poco una abuela me contó con pena que a su nieto no le supieron explicar, de forma detallada, el significado correcto de la bandera. Y eso me dolió. Según agregó, en la casa tampoco recordaban, llamaron por teléfono a varios amigos y nada, hasta que por fin encontraron unas páginas “salvadoras”.

Lo ideal es que todos nos sumerjamos en los textos sobre hechos del pasado con pasión y tengamos siem­pre deseos de aprender, pero muchos no tienen el impulso y tampoco pueden ser obligados.

Resulta esencial aprovechar ma­neras más creativas para enseñar y motivar la búsqueda de saberes. La literatura, a pesar de sus deudas con el reflejo de sucesos transcendentes de la historia nacional, puede ser una vía atractiva.

Las multimedias, dramatizados, animados y otros materiales audiovisuales de calidad sobre temas históricos también son escasos en el país, y eso es bastante lamentable en un contexto caracterizado cada vez más por la preferencia por lo digital y las imágenes en movimiento.

Es preciso aprovechar sitios históricos cercanos y las experiencias de combatientes y más personalidades de la localidad. Sería propicio incrementar las visitas a otras zonas exactas donde ocurrieron los acontecimientos y se pueden impartir algunas de las mejores clases.

Jamás olvidaré los momentos en La Demajagua, donde Céspedes en­cendió con más fuerza la llama del anhelo de libertad. Cerca de la campana emblemática, utilizada el 10 de octubre de 1868 para convocar a todos en el entonces ingenio, parece gravitar su voz y el ejemplo de aquellos hombres, decididos a empuñar las armas para acabar con el sufrimiento en Cuba.

Me emociono cada vez que re­cuerdo una de las rememoraciones del desembarco de los expedicionarios del yate Granma. El 2 de di­ciembre del 2015, como cada año, 82 jóvenes abordamos dos pequeñas embarcaciones y antes del amanecer nos tiramos al mar, por donde se estima lo hicieron quienes llegaron provenientes de México en 1956.

En el agua, el frío entraba a nuestros cuerpos, y seguimos hacia la orilla con la emoción de saber que por allí llegaron y continuaron los corajudos guiados por Fidel. Todos teníamos la luz del orgullo en nuestros ojos.

La Comandancia General del Ejército Rebelde en La Plata, intrincado paraje de la Sierra Maestra, es otro de los sitios que enamora y donde se respiran las esencias de la nación.

Allí crece una leyenda respecto al bohío de tablas, piso de madera y techo de guano, ocupado por el Co­mandante en Jefe. Cuentan trabajadores del lugar que la fuerza del hu­racán Dennis, en el año 2005, prácticamente arrasó con las demás edificaciones, sin embargo, la referida edificación sobrevivió con apenas unos rasguños. Aña­den que, con un gesto protector, la potencia del viento apartó un árbol que amenazaba con caerle encima.

Ningún libro transmitirá jamás la emoción percibida en lugares que constituyen altares de la Patria, en los cuales se pueden observar y palpar objetos reales.

La historia es una de las mayores fortalezas de Cuba, fuente de saberes y certezas, que es importante preservar como un ser vivo, para el bien de todos.

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2016-07-21/la-ensenanza-de-la-historia-y-los-jovenes-21-07-2016-23-07-36

Fuente de la imagen: http://sociales.uaslp.mx/licenciaturas/historia

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¿Por que se están quemando los profesores?

Por: María del Pilar Berrios Martos

 

La docencia está considerada como uno de los trabajos más estresantes. De hecho, en 1993 la Organización Internacional del Trabajo señaló que el estrés es una de las principales causas de abandono en esta profesión. Desde entonces las cifras no han hecho nada más que empeorar, y los datos más recientes indican que la prevalencia del estrés laboral en estos profesionales es alarmate. Según la Encuesta Nacional de Salud (2012) realizada en España, el 26,9% de los docentes consideran que el estrés laboral es frecuente en sus lugares de trabajo; y según el Informe de Enfermedades Profesionales por Ocupación de 2014, también de ese país, se han registrado entre los profesionales de las enseñanza 812 casos de estrés laboral: 423 con baja laboral y 389 sin baja laboral.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de estrés laboral? El estrés es el resultado del desequilibrio entre las exigencias y presiones a las que se enfrenta el individuo, por un lado, y sus conocimientos y capacidades, por otro. Aplicado al ámbito laboral, no solo incluye situaciones en las que la presión laboral excede a la capacidad del trabajador para hacer frente a la misma, sino que también incluye los casos en que no se utilizan suficientemente sus conocimientos y capacidades (Leka, Griffiths y Cox, 2004). Todo ello puede dar lugar a comportamientos disfuncionales y no habituales en el trabajo, contribuir a la mala salud física y mental del individuo, y propiciar el desarrollo del síndrome de burnout(o quemarse en el trabajo), cuyas principales características son: estar cada vez más agotado emocionalmente, perder el interés por el trabajo y no resolver con eficacia los problemas que surjan en el mismo (Salanova y Schaufeli, 2000).

¿Por qué se están quemando los profesores? Actualmente el rol del profesor es retador y estresante ya que desarrolla un trabajo con altas responsabilidades y exigencias. En las escuelas del siglo XX, el éxito del profesor estaba vinculado esencialmente a los logros académicos de sus alumnos, esto es, al rendimiento escolar. Sin embargo, en la sociedad actual aparecen nuevas demandas y retos. Ahora no es suficiente conseguir un buen rendimiento académico del alumnado, sino que además los profesores tienen la responsabilidad de facilitar y potenciar el desarrollo integral del individuo, su talento y creatividad (Cabello, Ruiz-Aranda y Fernández-Berrocal, 2010). Para hacer frente a estos objetivos el docente no solamente debe prepararse en nuevas materias, sino que además ha de trabajar en equipo, coordinarse por niveles, ciclos y materias, asumir en algunos casos cargos de gestión (Director, Jefe de Estudios, Secretario, etc.), y pertenecer a órganos colegiados (Claustro de profesores, Consejo Escolar, Comisiones, etc.). Estasresponsabilidades, junto con las elevadas demandas por parte de los alumnos y padres, y las continuas reformas de los planes de estudio, están convirtiendo la docencia en una profesión de alto riesgo psicosocial (Salanova, Llorens y García-Renedo, 2003).

La investigación sobre los riesgos psicosociales en el trabajo ha proporcionado resultados interesantes que nos permiten comprender mejor la realidad laboral de las organizaciones modernas. En relación con la profesión docente, los estudios realizados en el ámbito educativo han permitido identificar los principales obstáculos y demandas del profesor, y también sus principales recursos y facilitadores. Entre los obstáculos se incluyen dificultades sociales (indisciplina, desinterés y falta de motivación de los alumnos, y actitudes negativas de los padres hacia el aprendizaje), y problemas técnicos (problemas con los recursos tecnológicos del centro, problemas con el material didáctico, y fallos o averías en la infraestructura o instalaciones). Las demandas hacen referencia la sobrecarga mental y emocional que a menudo supone la actividad docente. Los facilitadores incluyen aspectos relativos al esfuerzo personal, así como a conductas de supervisión y políticas de recursos humanos dirigidas a la eliminación de obstáculos (por ejemplo llevarse bien con los alumnos, y que éstos participen en clase, gestión eficaz de las reuniones, y fácil acceso a la información y materiales. Por último, los recursos incluyen los aspectos laborales e individuales (competencias) que nos ayudan a superar situaciones difíciles, citándose como más relevantes la autonomía, el apoyo social de los compañeros, la autoeficacia, los conocimientos didácticos, la inteligencia emocional y el sentido del humor (Lorente, Salanova, Martínez y Schaufeli, 2008; Salanova, Grau y Martínez, 2005; Salanova, Martínez y Lorente, 2005). Para evitar las consecuencias negativas y potenciar las positivas relativas al trabajo docente, sería interesante formar a los docentes y entrenarlos en el desarrollo de recursos personales que les ayuden a prevenir y/o amortiguar los riesgos psicosociales de su trabajo, a potenciar su bienestar psicosocial, y a mejorar los resultados de su trabajo. Ejemplos de esta aproximación es la aplicación reciente de programas de entrenamiento en inteligencia emocional (IE) en profesores de diferentes niveles educativos, lo cual está aportando grandes beneficios y reduciendo el estrés laboral.

La inteligencia emocional es una capacidad en la que se incluyen 4 habilidades específicas (Mayer y Salovey, 1997): 1)habilidad para identificar y expresar emociones, 2) para usar las emociones en la toma de decisiones, 3) para comprender las emociones, y 4) para regularlas, tanto en uno mismo como en los demás.

En la literatura científica sobre los beneficios de la IE en la actividad docente contamos con estudios que se han centrado en el análisis de la relación entre la IE y los riesgos psicosociales del docente, comprobando que los profesores con más IE experimentan menos burnout (Augusto, López-Zafra, Berrios y Pulido-Martos, 2012), y utilizan estrategias de afrontamiento más positivas y adaptativas ante las situaciones de estrés (Augusto, López-Zafra y Pulido-Martos, 2011). Asimismo, la IE no solo amortigua los efectos de estrés, sino que también facilita elengagement (Pena y Extremera, 2010), la satisfacción laboral (Taliadorou y Pashiardis, 2015) y el bienestar psicosocial del docente (Fernández-Berrocal y Ruiz-Aranda, 2008).En cuanto al efecto que tienen los profesores emocionalmente inteligentes en sus estudiantes y en los resultados de clase, se ha constatado que la IE de los profesores es crucial para el desarrollo de las habilidades socio-emocionales de sus alumnos, para establecer relaciones positivas con ellos (lo que ayuda a conseguir alumnos más motivados y menos indisciplinados), y mejorar su ajuste psicológico, engagement y rendimiento académico (Fernández-Berrocal y Extremera, 2003).

Por lo tanto, la capacidad para identificar, usar, comprender y regular las emociones, tanto positivas como negativas, se hace imprescindible en esta profesión, ya que estas capacidades no sólo son importantes para prevenir desajustes en la salud mental del profesor y desarrollar dichas competencias en los estudiantes, sino también para crear entornos favorecedores del aprendizaje.

Publicado originalmente en: http://www.proyectocepa.com/wordpress/por-que-se-estan-quemando-los-profesores/

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