China dice que restringe los abortos para promover la igualdad de género. Los expertos se muestran escépticos

Durante décadas, las autoridades en China impusieron estrictos límites a la cantidad de hijos que las familias podían tener, obligando a millones de mujeres a abortar embarazos considerados ilegales por el Estado.

Esa dura práctica se ha vuelto menos común desde que China relajó su política de hijo único en 2015. Por eso, cuando esta semana surgió la noticia de que el gobierno quiere reducir los abortos por «razones no médicas», la reacción fue rápida y furiosa.

Las redes sociales chinas se inundaron de comentarios de mujeres hartas de lo que consideran esfuerzos del gobierno por controlar sus cuerpos, describiendo el aparente giro de 180 grados sobre el aborto como un intento desesperado de impulsar las menguantes tasas de natalidad del país.

«El cuerpo de la mujer se ha convertido en una herramienta», decía uno de los principales comentarios en Weibo, la plataforma china similar a Twitter. «Cuando (el Estado) quiere que tengas un hijo, debes hacerlo a toda costa. Cuando (el Estado) no lo quiere, no se te permite dar a luz ni siquiera con riesgo de muerte».

El plan del gobierno para la igualdad de género

La política sobre el aborto se incluyó en un amplio plan del gobierno para promover los derechos de la mujer durante la próxima década, que abarca ámbitos que van desde la educación hasta el empleo, y que los medios de comunicación estatales presumieron que mejoraría la igualdad de género «hasta un nivel superior en la nueva era».

La medida sobre el aborto forma parte de una sección más amplia sobre salud reproductiva que incluye disposiciones como el aumento de la educación sanitaria y el acceso a medios anticonceptivos. Sin embargo, más allá de esa breve frase, no se proporcionó ningún otro detalle, como la forma en que se aplicaría la restricción del aborto o los criterios que tendrían que cumplir las mujeres.

Pero el hecho de que se mencione en el amplio plan de 10 años es preocupante, y podría formar parte de la campaña del gobierno para aumentar la tasa de natalidad, ya que se enfrenta a una creciente crisis demográfica, dijo Leta Hong Fincher, autora de «Betraying Big Brother: The Feminist Awakening in China».

El aborto, en la política nacional

«Esto, por supuesto, no es una alerta roja de prohibición del aborto en todo el país, que crearía un enorme revuelo», dijo. «Pero, de hecho, es más obvio de lo que había previsto porque viene en forma de este documento emitido por el Consejo de Estado, un documento de política nacional».

A pesar de su brevedad, la línea es «una declaración de la política del gobierno central, y envía una señal a todos esos cuadros de nivel local (del Partido Comunista) de que ésta es una prioridad del gobierno central», añadió.

El aborto se ha practicado ampliamente en China durante décadas. Bajo la política del hijo único, introducida en 1979, millones de mujeres al año se veían obligadas a interrumpir embarazos «ilegales». La tradicional preferencia por los hijos varones también condujo a un aumento de los abortos selectivos por sexo, ya que las familias solían optar por abortar a las niñas. Esto ha contribuido a que la proporción entre los sexos esté muy sesgada: el censo de 2021 reveló que había casi 35 millones más de hombres que de mujeres en este país de 1.400 millones de habitantes.

Cambios en las restricciones para las familias

Sin embargo, en la última década, China cambió completamente de rumbo cuando empezó a tener en cuenta las consecuencias de su política de hijo único: un rápido envejecimiento de la población y una reducción de la mano de obra que amenazan el crecimiento económico del país.

Para elevar la caída de la tasa de fertilidad, China promulgó la política de dos hijos en 2016, y luego la de tres hijos en agosto de este año. El gobierno también lanzó una agresiva campaña de propaganda instando a las mujeres a tener más hijos, y algunas autoridades locales incluso ofrecen incentivos financieros para las familias.

Hasta ahora, sus esfuerzos han tenido una respuesta tibia en el mejor de los casos. Muchas mujeres, que ahora disfrutan de mayores oportunidades educativas y profesionales que en el pasado, son reacias a ampliar sus familias, especialmente con otros obstáculos como el alto costo de la vida y las arraigadas normas de género que relegan el cuidado de los hijos a las madres.

Los abortos también han seguido siendo elevados, incluso después de que se flexibilizara la política del hijo único y de que el gobierno penalizara las interrupciones por selección de sexo. Entre 2014 y 2018 se realizaron una media de 9,7 millones de interrupciones al año, según Reuters, citando datos de la Comisión Nacional de Salud de China.

En respuesta, las autoridades han expresado cada vez más su preocupación por los abortos, y los medios de comunicación estatales advirtieron que eran «muy perjudiciales» y que podían causar «graves trastornos psicológicos» en las mujeres solteras. En 2018, la provincia de Jiangxi prohibió los abortos por razones no médicas después de la semana 14, uniéndose a varias otras provincias con normas similares en vigor.

«Toda la historia de la planificación de la población en China (…) ha sido increíblemente abusiva y coercitiva», dijo Hong Fincher. «Así que creo que hay muchas razones para estar muy preocupados por este completo giro de 180 grados en el énfasis que viene del gobierno central, diciendo que ahora, China necesita reducir el número de abortos no médicos».

Muy pronto para medir el impacto

Algunos expertos, sin embargo, advierten que es demasiado pronto para decir cuál será el impacto – especialmente porque no es la primera vez que el gobierno ha señalado tales intenciones. El último plan decenal para el desarrollo de la mujer, publicado en 2011, también pretendía «reducir la tasa de abortos» y de embarazos no deseados en general, mejorando la educación sexual y el acceso a la anticoncepción.

China natalidad Xinjiang

Tras décadas bajo una política de hijo único, el gobierno de China permite ahora tener hasta tres niños por familia. (Crédito: Getty Images)

«Esta no es una política nueva», dijo Feng Yuan, académica y activista feminista. «Actualmente no vemos ninguna razón para una (aplicación) más estricta».

Además, añadió, varios otros países también restringen las interrupciones de los embarazos más allá de las 14 semanas por motivos de salud y seguridad. La razón por la que la política está suscitando un debate ahora es «porque la atención y el enfoque de la cuestión han cambiado, y la gente está preocupada por los límites de su derecho a controlar su cuerpo», afirmó.

El gobierno probablemente también se mostrará muy cauto en este asunto, dijo Hong Fincher. Las autoridades son conscientes de que se trata de un tema delicado y controvertido que podría provocar reacciones públicas, sobre todo por la creciente conciencia de las mujeres sobre sus derechos y su capacidad corporal.

Pero aún así, si se considera en el contexto de la acelerada presión del gobierno por los niños -así como su fuerte represión del movimiento feminista chino en los últimos años-, la política desvelada el lunes no parece augurar nada bueno para las mujeres del país.

«Existe esta retórica de que el Partido Comunista se fundó sobre la base de la igualdad de género… está literalmente consagrada en la Constitución», señaló Hong Fincher.

«Pero el hecho es que, si observamos las pruebas de los últimos años, el movimiento del gobierno se ha opuesto a la promoción de los derechos de la mujer y a la igualdad de género. Creo que la dirección está clara ahora».

Fuente: https://cnnespanol.cnn.com/2021/10/01/analisis-china-abortos-promover-igualdad-genero-trax/

Comparte este contenido:

Argentina: Justicia para Manuela, la salvadoreña muerta en prisión por un aborto espontáneo

Por: Andrea A. Gálvez 

La Corte Interamericana de Derechos Humanos juzga a El Salvador por encarcelar a mujeres que sufren complicaciones en sus embarazos. Desde 1998, más de 180 han sido condenadas por pérdidas naturales y abortos

“Manuela, justicia y esperanza”, clamaba una de las pancartas en el Día Internacional de la Mujer, el pasado 8 de marzo, en el centro de San Salvador.

Hace 13 años, Manuela, una mujer de pocos recursos, bajo nivel educativo, dos hijos y un embarazo avanzado, empezó a sentir fuertes dolores abdominales que terminaron en un aborto espontáneo. Así comenzó su pesadilla. En el hospital, el personal médico que la atendió la denunció, el primer paso de una condena de 30 años de prisión por homicidio agravado. Dos años después murió, presa, por un cáncer linfático. Una enfermedad que, según la familia, ya daba señales años antes y para la que no tuvo atención médica adecuada durante su encarcelamiento.

Acompañada por organizaciones feministas y movimientos de derechos humanos, la familia de Manuela inició una larga batalla legal para que se reconociera que fue condenada injustamente y que sufrió vulneración de sus derechos. “Tuvo un trato completamente inhumano y denigrante”, afirma Sara García, activista de La Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto, que siguió el caso desde el principio y estuvo involucrada en el proceso de demanda contra el Estado salvadoreño.

En los últimos 20 años, 180 mujeres salvadoreñas han sido condenadas por aborto o por homicidio agravado, incluso en casos en que se produjo la muerte del feto debido a complicaciones durante el embarazo. “La criminalización que se da en El Salvador hacia las mujeres no la hemos visto en ningún lugar de América Latina con la misma contundencia y sistematicidad”, explica Paula Ávila Guillén, experta en derechos reproductivos del Women’s Equality Center, una ONG feminista que apoya a personas y organizaciones que lideran la lucha por la libertad reproductiva en América Latina.

En 2012 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos inició la investigación por el caso de Manuela. Siete años más tarde, en 2019, la Comisión presentó el caso a la Corte, al considerar que el Estado había vulnerado el derecho a la libertad personal por la “detención ilegal” de la víctima, el derecho a la protección judicial, a la presunción de inocencia, a la vida y la salud.

Para los grupos feministas y de derechos humanos la noticia es muy importante. “Es el primer caso relacionado con un aborto y una emergencia obstétrica que llega a la CIDH y nos renueva la esperanza para detener la criminalización en el país y en la región”, aseguran en la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto de El Salvador.

El Salvador que castiga a las mujeres

El Salvador contaba con un sistema que impedía el aborto, aunque con algunas excepciones. Pero, en 1998 entró en vigor una reforma del Código Penal que lo prohibió por completo. Un año más tarde, además se modificó la Constitución con objeto de reconocer como persona “a todo ser humano desde el momento de la concepción”. Estos cambios han provocado una fuerte criminalización.

“Cualquier mujer que acceda a un aborto o que simplemente tenga una pérdida natural de un embarazo se convierte en una posible criminal”, denuncia Ávila. El aborto inducido está  penado entre dos y ocho años –las condenas para los profesionales de salud varían entre los seis y ocho años–, pero en muchos casos las sentencias judiciales lo consideran como “homicidio agravado” –hasta 50 años de prisión– en abortos espontáneos en etapas avanzadas del embarazo.

“Incluso existen casos en los que las mujeres tienen complicaciones obstétricas en etapas avanzadas, pero al acudir al hospital el bebé nace vivo, y aun así se las condena con hasta 15 años de prisión por tentativa de homicidio”, explica Morena Herrera, una de las principales referentes del movimiento por la despenalización del aborto en El Salvador.

Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto.

Herrera cuenta que lo que ocurre es que los médicos, el personal sanitario y los trabajadores sociales son los que denuncian a las mujeres que llegan al hospital con emergencias obstétricas. “Existe mucha presión hacia el personal sanitario para que denuncien, si no lo hacen les pueden acusar por complicidad”.

“Muchas veces, los doctores, en vez de brindar la atención que necesitan, interponen una denuncia como primera reacción. Algunas por el temor de ser demandadas no acuden al centro sanitario, lo que conlleva un mayor riesgo de muerte materna por hemorragias e infecciones”, suma Ávila.

El suicidio de mujeres jóvenes embarazadas es una de las peores consecuencias que tiene la penalización del embarazo en El Salvador. En el año 2009, el suicidio era la segunda causa de muerte en chicas adolescentes, tasa que se fue reduciendo a lo largo de los años. El resultado de la violencia y la criminalización es un elevado número de adolescentes, que cursando embarazos, muchas veces forzados, terminan quitándose la vida por el miedo de ir a prisión.

El Salvador es también uno de los países con más violencia sexual de América Latina y del mundo: se estima que cada 4 horas se produce una violación. El Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) calculó que en 2017 se registraron 19.190 embarazos en niñas y adolescentes entre 10 y 19 años de edad, es decir, 53 niñas o adolescentes embarazadas por día.

Conquistas del movimiento feminista

Primero se conoció el caso de “Las 17”  –17 mujeres encarceladas con penas de hasta 40 –. Las organizaciones feministas del país iniciaron una gran campaña para pedir su liberación y se encontraron que la prisión de mujeres por motivos relacionados con abortos era más habitual de lo que creían. Según cuenta Ávila, que participó en este proceso, muchas presas mantenían en secreto su historia por el estigma que supone, pero a medida que los colectivos feministas estaban más presentes, se animaron a compartir lo que les ocurrió. Gracias a esto, se llegó a documentar más de 180 casos, la mayoría con penas de entre 15 y 30 años de prisión por pérdidas espontáneas del embarazo y por aborto.

Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto.

Con el paso de los años, y gracias a la labor de algunas organizaciones, muchas de ellas fueron indultadas o se redujo su condena. “La liberación y la reducción de condenas ha sido uno de los grandes logros, que se ha conseguido encarando un sistema opresor donde la Fiscalía, la policía, el hospital están en contra de las mujeres”, afirma Ávila.

Pero aún quedan 18 mujeres que siguen en prisión con penas de entre 30 y 35 años y la criminalización continúa, según la activista: “Sólo el año pasado nuestra organización acompañó el caso de 10 mujeres condenadas a cárcel por sucesos relacionados con aborto y que enfrentaron procesos judiciales injustos”, comenta Sara García, activista de La Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto del país.

La promesa

En la cárcel cualquier ocasión era buena para reunirse y soñar con la libertad detrás de los barrotes. Teodora Vásquez, que tuvo que dejar a un niño de 3 años y asumir la pérdida de su bebé por un aborto espontáneo y entrar presa por este suceso, conoció en prisión a varias mujeres con realidades parecidas a la suya. Con decenas de años por delante, la promesa para el día de después de quedar libre era la misma: liberar a las demás compañeras. “Entablamos una relación bien fuerte con otras presas e hicimos un pacto que consistía en excarcelar a todas las mujeres”, cuenta Vásquez.

En el 2015, cuando fue indultada, empezó a participar en los movimientos feministas y en las campañas de liberación de otras presas. Según cuenta Teodora, en el Salvador se castiga la pobreza y la falta de educación. “La justicia sólo castiga a las que no tenemos recursos. Hay un estigma muy fuerte de las mujeres pobres, quebrantan con facilidad nuestros derechos”, comenta.

Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto.

Morena Herrera afirma que no ha habido ningún caso de mujeres de clase media y alta que hayan sido acusadas o condenadas por una emergencia obstétrica. “El perfil que hemos encontrado es muy específico, las mujeres que están en prisión son jóvenes, con bajo nivel educativo, pobres y con abortos espontáneos en etapas avanzadas del embarazo”, explica Herrera.

De la cárcel, las mujeres pobres salen con peores expectativas económicas, recrudeciéndose el ciclo de la violencia y discriminación. En palabras de Vásquez: “Una entra pobre a la cárcel porque no tiene recursos para defenderse y sale sin nada, con los lazos familiares truncados, con muchas incertidumbres, no se sabe cómo le va a ir a una”. Aún así, ella encontró abrigo en otras compañeras, buscó la forma de salir adelante y encontrar fuerzas en conquistas como la demanda contra el estado salvadoreño por el caso de Manuela.

“Estamos en un momento emblemático porque El Salvador tendrá que responder por todos los daños ocasionados en el caso de Manuela y brindar justicia a todas las mujeres que hemos sufrido situaciones similares”, concluye Teodora Vásquez, que pasó 10 años en la cárcel injustamente.

Esta también es la expectativa de las agrupaciones feministas: “Nosotras esperamos que la sentencia del CIDH genere medidas de reparación integral para su familia, que se impulsen medidas de no repetición como la transformación de las leyes que actualmente están generando discriminación, además de garantizar el secreto profesional, los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, para que casos como el de Manuela y otras mujeres no vuelvan a suceder”.

La última palabra la tiene la Corte Interamericana de Derechos Humanos, quien se espera que en el segundo trimestre dicte el fallo, después de las audiencias públicas del pasado 10 y 11 de marzo. Una esperanza de justicia que sobrepasa el caso de Manuela y que sirve de aliento para las mujeres que aún continúan presas y para otras que aún sufren criminalización en El Salvador y en la región.

Fuente e imagen: https://ctxt.es/es/20210401/Politica/35598/aborto-El-Salvador-carcel-Manuela-despenalizacion-Corte-Interamericana-de-Derechos-Humanos–Andrea-A-Galvez.htm

Comparte este contenido:

La educación sexual perpetúa el tabú del placer femenino en Europa

Redacción: Euro News

Hoy, en el Día Mundial de la Población, la salud reproductiva centra el debate público. Los derechos reproductivos en Europa han avanzado notablemente en las últimas décadas en algunos de sus aspectos clave, principalmente en la planificación familiar de parejas e individuos, la facilidad de acceso a métodos anticonceptivos y la libertad reproductiva, sin coerción, ni violencia.

Sin embargo, la información sobre sexo y salud reproductiva tiene mucho camino por recorrer. En gran parte de Europa, la educación sexual todavía no es una materia presente de manera obligatoria en los planes de estudios de los colegios públicos.

En otros países, su elección es optativa o está incorporada dentro del temario de otras asignaturas, como educación para la vida familiar, biología o estudios humanos. Este es el caso de Bulgaria, donde impartir educación sexual no es obligatorio pero, sin embargo, afrontan una de las tasas de embarazo de jóvenes de entre 15 y 19 años más altas de toda Europa.

La ausencia del placer

Sin embargo, el placer sexual es uno de los grandes ausentes en los temarios de educación sexual. En los 21 países analizados por el último estudio de la Federación Internacional de la Planificación Familiar (IPPF) ninguno de ellos se incluía como una parte sustancial del temario. Por el contrario, el placer se explicaba de forma breve o en países como en Austria, Bosnia, Bulgaria, la República Checa, Macedonia del Norte o Letonia, ni si quiera se mencionaba.

Los temas más recurrentes en el temario de estas asignaturas son el embarazo y el parto, los métodos anticonceptivos, el VIH, aspectos biológicos y la conciencia sobre el propio cuerpo.

El problema de la educación sexual es que se enfoca en prevención negativa y no resaltamos aquello positivo del sexo, como las relaciones saludables”, explica Raquel Graña sexóloga y youtuber española. “Cuánto más hablamos comportamientos negativos, más aparecen”, añade.

Según expertas como Graña, omitir el placer en las relaciones sexuales en la educación repercute principalmente en las mujeres. “El modelo normativo establecido por el patriarcado es el coitocentrista, que impone que se debe llegar al orgasmo a través de la penetración y, si no se consigue, es que algo está mal”, afirma la sexóloga.

Según un estudio sobre la frecuencia de orgasmos publicado en Archives of Sexual Behaviour, las mujeres heterosexuales solo llegan al clímax un 65% de las veces que mantienen relaciones sexuales.

Sin embargo, los hombres heterosexuales alcanzan el orgasmo en el 95% de los casos. La posible causa, según apuntan sexólogos como Raquel Graña, podría ser el “coitocentrismo”, la identificación de las relaciones sexuales con la penetración, relegando el otro tipo de prácticas sexuales a “preliminares” o complementarias.

En sus visitas a colegios, Graña afirma que ha conocido a muchos jóvenes que ni si quiera sabían el nombre de los genitales femeninos o que confundían conceptos como el de vagina, vulva y clítoris. La masturbación femenina, otra gran desconocida y ausente en la educación sexual europea.

“Estas adolescentes terminan siendo adultas, que tienen relaciones sexuales ‘reglamentarias’ y no van a explorarse o tocarse porque piensan que su cuerpo está roto”, explica Graña.

Por otra parte, la falta de educación sexual en los colegios y, en ciertos casos, la ausencia total de temas como el placer sexual, podría derivar en la búsqueda de otras fuentes de información, como Internet o la pornografía.

El 70% de los jóvenes afirma haber visto vídeos pornográficos en Internet y los adolescentes (hombres) comienzan a consumirlo de manera generalizada a partir de los 14 años. «Una vez pedí a niños de sexto de primaria (once años) que dibujasen el concepto de sexualidad. Uno de ellos dibujó un coito y una felación. Me dijo que lo había visto en Internet», explica Raquel Graña.

Otro de los peligros del uso del porno como fuente de «educación sexual» es la normalización de ciertos comportamientos violentos o a agresivos hacia las mujeres y su incorporación en las relaciones sexuales. Raquel Graña, como otros expertos, intentan enseñar los valores positivos de ver pornografía pero también la ponen en cuestión.

«Les llevo a la marioneta ‘Lola’, la vulva, a clase y les muestro como estimular a una mujer, aunque no les digo que haya una regla de oro, todas las mujeres son distintas», explica

Aunque la educación sexual avanza y Graña afirma que cada año observa más cambios en los colegios, la falta de unificación de un plan de estudios a nivel nacional impide que todos los niños españoles reciban la misma información. «Este año he visto a profesoras que sí explican en clase lo que es el clítoris, pero depende totalmente de cada profesor», concluye.

Los derechos reproductivos en el Día Mundial de la Población

El 11 de julio se celebra el Día Mundial de la Población, instaurado por la Organización de las Naciones Unidos (ONU) en 1989 para centrar la atención en la urgencia e importancia de las cuestiones relativas a la población.

Esta jornada surgió del “Día de los cinco mil millones”, el 11 de julio de 1987, año en el que se alcanzó una población mundial de 5 mil millones de habitantes, precisamente en el mes de julio.

Este año se recuerdan los asuntos debatidos en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, en la que 179 países que reconocieron que la igualdad de género, la salud y los derechos reproductivos son esenciales para avanzar en el desarrollo de las sociedades.

El origen del concepto de derechos reproductivos, reconocidos por la ONU y la Organización Mundial de la Salud (OMS) apareció en la Conferencia de Teherán de 1968 y posteriormente incluyó la planificación familiar y la salud reproductiva dentro de su definición.

Estos garantizan a todas las parejas e individuos el derecho a decidir libre y responsablemente el número, cantidad y espaciado de sus hijos, es decir, garantizar el acceso a métodos anticonceptivos y la información necesaria sobre salud sexual.

Fuente: https://es.euronews.com/2019/07/11/la-educacion-sexual-perpetua-el-tabu-del-placer-femenino-en-europa

Comparte este contenido:

Uruguay: ONU: educación y trabajo para combatir violencia sexual en conflictos armados

Uruguay/22 de Mayo de 2017/El Espectador

El subsecretario José Luis Cancela en representación de Uruguay, como presidente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, encabezó el debate y remarcó el rol del Estado y la sociedad civil contra este flagelo.

En su ponencia, el subsecretario de Relaciones Exteriores, José Luis Cancela, calificó la violencia sexual como una de las peores agresiones contra la dignidad humana, que se manifiesta en esclavitud sexual, prostitución, matrimonios forzosos, embarazos, abortos o esterilización forzada.

Para combatir este tipo de violencia, Cancela subrayó tres líneas de acción: el empoderamiento de la mujer a través del acceso a la educación, al trabajo y a los procesos de toma de decisión, la recuperación y reintegración de las víctimas a la sociedad y la gestión de las instituciones estatales, la sociedad civil y la comunidad internacional.

Al cierre de su intervención, el Cancela abogó por la rendición de cuentas y la necesidad de justicia para que los crímenes no queden impunes y la comunidad local pueda consolidar la paz.

Fuente: http://www.espectador.com/politica/351651/onu-educacion-y-trabajo-para-combatir-violencia-sexual-en-conflictos-armados

  

Comparte este contenido: