Perú: Más de medio millón de mujeres ocupan actividades agropecuarias en el país

Se impulsan acciones en la implementación efectiva del enfoque de género en el sector agropecuario, señala Midagri.

En el último día de la Semana de la Agricultura Familiar, el ministro de Desarrollo Agrario y Riego, Federico Tenorio, manifestó que más de medio millón de mujeres desempeñan actividades agropecuarias y representan un cuarto de la Población Económicamente Activa (PEA), según los resultados del último censo nacional de población.

Durante una videoconferencia organizada por CARE, el ministro resaltó que las mujeres productoras agrarias son conductoras de parcelas, y desempeñan un papel trascendental en la gestión y sostenimiento de los sistemas productivos y alimentarios, “así como en la preservación y transferencia de saberes de las prácticas agropecuarias y la conservación del medio ambiente».
En tal sentido, señaló que una de las principales preocupaciones de la gestión en el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) fue impulsar la implementación efectiva del enfoque de género en el sector, con el fin de visibilizar y potenciar el rol de las mujeres productoras agrarias, así como generar relaciones más equitativas y justas en el campo.
Por ello, subrayó que uno de los cambios claves en el proceso de reforma del ministerio fue la creación de la Dirección de Promoción de la Mujer Productora Agraria, que tiene el encargo principal de promover la participación de la mujer productora agraria en el desarrollo de la agricultura familiar en el Perú.
Tenorio añadió que dicha dirección tiene la tarea de articular, proponer y promover que los instrumentos técnicos, normativos y mecanismos para el desarrollo de la actividad agraria y de riego, incorporen la participación de las mujeres productoras agrarias.
Asimismo, diseñar los bienes y servicios para la participación de las mujeres productoras agrarias en la actividad agraria, y brindar asistencia técnica y capacitación a los programas, proyectos especiales y organismos públicos adscritos al ministerio, gobiernos regionales y locales, destinados a la mejor provisión de servicios a las mujeres productoras agrarias.
“De esta manera, priorizamos actividades de promoción del emprendimiento de las mujeres productoras agrarias, y de promoción del acceso de las mujeres a los espacios de toma de decisiones en el agro como juntas de usuarios, comunidades campesinas, asociaciones y cooperativas”, recalcó.
El ministro puntualizó que un elemento que fue tomado en cuenta en la creación de la Dirección de Promoción de la Mujer Productora fue la Ley 31168, que promueve el empoderamiento de las mujeres rurales e indígenas, la igualdad de oportunidades y el desarrollo integral de las mujeres rurales e indígenas.
“Los avances de nuestra gestión en materia de enfoque de género se centraron en forjar las condiciones institucionales para su efectiva implementación en el sector agropecuario. Aspiramos a que esta construcción sea el punto de partida para un tener un ministerio líder en la generación de un desarrollo agrario con equidad y justicia para las mujeres”, concluyó.
Exposición fotográfica
Por otro lado, con motivo de la semana del campo, el ministro también, inauguró la exposición fotográfica “La Agricultura Familiar del bicentenario”, que muestra casos de éxito de organizaciones agrarias beneficiarias del programa Agroideas, en el marco de su XIII aniversario de creación.
La exhibición se realiza en el Parque Central de Miraflores y permanecerá abierta al público hasta el 5 de julio, indicó el Midagri.
La galería muestra el trabajo realizado por la institución a lo largo de sus 13 años de vida institucional, en beneficio de 63,636 agricultoras y agricultores organizados del país, que accedieron a 1,750 Planes de Negocio y Proyectos de Reconversión Productiva, agregó.
La exposición recopila la historia de 19 organizaciones agrarias que lograron mejorar su producción, productividad y comercialización de sus cultivos y crianzas, desarrollando agronegocios sostenibles en el campo, señaló.
“Un ejemplo de ello es la Cooperativa Agropia de Huancavelica, que industrializó sus papas nativas en chips que son exportados a Francia, Bélgica, España, Austria y Alemania. Del mismo modo, la Comunidad Campesina Chaupi Sahuacasi de Puno, que implementó una planta procesadora de quinua para convertir su producción en quinua perlada, hojuelas y harina, con miras a la exportación”, destacó el portafolio ministerial.
Esta exposición representa el esfuerzo de las mujeres y hombres del campo que, con el apoyo de Agroideas, implementaron tecnología agraria a sus sistemas de trabajo, logrando una mejor calidad de vida, refirió.
Es también, un homenaje a los millones de agricultoras y agricultoras que, durante la pandemia, trabajaron de manera ininterrumpida en la provisión de alimentos a los consumidores, puntualizó.
Fuente: https://andina.pe/agencia/noticia-mas-medio-millon-mujeres-ocupan-actividades-agropecuarias-el-pais-850897.aspx
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La dignidad de los niños, niñas y adolescentes trabajadores en tiempos de Pandemias social y biológica.

Por Luis Delgado

Que la pandemia del Covid-19 haya servido para dejar al descubierto el aumento de la depauperación de los sectores populares desprotegidos por un capitalismo neoliberal incapaz de esconder las miserias que destruyen el ambiente, la estructura del empleo digno, la salud, la cultura y educación pública, sin duda, es un hecho que pocos se prestarían a negar.

Propia de esa continua exclusión económica, política social y cultural, expuesta ahora por el covid 19, es la abundancia de diagnósticos, de organismos multilaterales, que demuestran la sostenida demolición de los principios de la  convivencia humana  bajo la  orientación de los derechos humanos, la democracia y la ciudadanía.

Confirmada queda esta realidad cuando un organismo como la Comisión Económica para América Latina CEPAL, señala en el Informe Especial, titulado “El Desafío Social en los Tiempos del COVID-19”, que en el año 2020 la pobreza en Américalatina  alcanzará una estimación total 224,7 millones de personas, ratificando que los más vulnerables a esta crisis serían las mujeres, las personas con ingresos bajos y medios bajos, los ubicados en el trabajo informal, trabajadoras domésticas, niñas, niñas y adolescentes, jóvenes y personas adultas mayores, población rural, pueblos indígenas, afrodescendientes, personas con discapacidad, migrantes y personas en situación de calle.

En la  dinámica de esta realidad tan compleja y ruda para los sectores populares se desenvuelve la Coordinación Regional de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores en Venezuela y especialmente en el estado Trujillo, en su decidida intención de favorecer el trabajo digno, asociativo y solidario desarrollando experiencias autoorganizativas centradas en el protagonismo de los niños, niñas y adolescentes en áreas como la organización de los infantes y adolescentes, el acompañamiento escolar y el proceso de agroproducción.

Comunidades como 7 Colinas –La Marchantica, donde los y las adolescentes, acompañados por Oliver Ramos y Michel Hernández luchan por  mantener en óptimas condiciones la producción la Empresa de Producción Social Comunitaria en el ramo de la serigrafía. Similar situación se plantea en la comunidad de Mesa de los Viejitos en San Luis  parte Alta, donde Oswaldo Ramos y Liliana Laguna  productores de la zona con su experiencia acompañan en la producción de ajonjolí, rubros de ciclo corto y la producción de proteína animal,  impulsado, además, la prosecución escolar de aquellos que no han concluido su sexto grado o el bachillerato, impulsando que tanto la misión Robinsón y el Inces Trujillo con la contribución solidaria de la docente Yorbelis Manzanilla, se concluya estudios de sexto grado, y se  gradúen de 10 personas en bachillerato agrícola.

Semejante iniciativa se desarrolla en Agua Clara parte Alta y Barrio Nuevo del Municipio Valera, donde se comparte iniciativas de acompañamiento escolar y el accionar agroproductivo de las manos solidarias de Fátima Andara, Carmen Andara, Yocasta Ávila, Ulises Balestrini, Marianela Perdomo y Nela Balestrini, Alfonso Araujo quienes junto a los niños, niñas y adolescentes donan lo valioso de su precioso tiempo para acompañarlos en la construcción de esperanzas, allí donde  el pesimismo no ve más que contrariedades.

Por otro lado, en el Pensil, territorio ya Municipio Escuque, de manera similar, jóvenes del movimiento de recreadores como Eliecer y Elimar Quevedo, con la luchadora comunitaria Jenifer López han impulsado el encuentro de niños, niñas y adolescentes para brindarles oportunidades del buen uso del tiempo libre, a través de las actividades recreativas, cultivando además un espacio desde la experiencia intergeneracional con los campesinos del sector, cultivando  rubros de maíz, caraota y otros variados rubros de ciclo corto.

Así mismo, los niños, niñas y adolescentes de la comunidad de Loma Pancha en el Municipio Boconó junto con sus padres desarrollan sus cultivos propios de maíz, caraota, otros rubros de ciclo corto, pero además junto a un grupo de docentes de la zona encabezados por Yelimar Fernández realizan el acompañamiento escolar y los festivos encuentros recreativos creando opciones lúdicas y de conocimiento en este hermoso paraje trujillano.

Culmina nuestro recorrido de acompañamiento de niños, niñas y adolescentes con la experiencia adelantada por promotores comunitarios como Luisana Delgado y Oreste Bastidas en la comunidad Mirabelito. Allí desde el potencial lúdico y educativo de los juguetes tradicionales como las muñecas y muñecos de trapo, acompañan a niños, niñas y adolescentes en la elaboración de obras de teatro facilitando la identidad a través del conocimiento de la historia trujillana, orientan a la producción de proteína animal y formándolos  en el ámbito radiofónico y audiovisual.

Aquí está la obra de Corenats, con sus 17 años en Venezuela y en nuestro terruño trujillano, construyendo desde las bases del conocimiento y la organización popular una alternativa por la dignidad del trabajo de niños, niñas, adolescentes y sus familias, por la equidad,  la simetría y la justicia social, ejemplo de resistencia comunal construida con y desde las bases populares, esas mayorías indómitas donde pervive la conciencia, paz y la alegría del compartir,  sustento inequívoco de la soberanía y el vibrar de la patria.

Artículo enviado a Ediciones OVE

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El cambio climático amenaza ya al agro mexicano

Por: Emilio Godoy

Azael Meléndez recuerda con sorpresa el tornado que se levantó en mayo de 2015 sobre su pueblo de San Gregorio Atlapulco, en la demarcación de Xochimilco, que conforma el área metropolitana de Ciudad de México.

“Nunca había visto algo así, y le pregunté a mis papas, y ellos igual”, dijo el productor agrícola a IPS.

El ventarrón levantó mallas y otras protecciones de los cultivos de verduras y hortalizas en el pueblo, cuyo nombre significa “lugar que está metido dentro del agua” en lengua náhuatl y uno de los 14 adscritos a Xochimilco, en el sur de Ciudad de México y uno de los 16 municipios de la capital, cuya área metropolitana acoge 22 millones de personas.

Para Meléndez, que tiene un emprendimiento hortícola con otros dos agricultores, se trata de una de las manifestaciones del cambio climático, “que ha devastado la zona junto con el urbanismo”. El grupo recurre al sistema ancestral de chinampas para cosechar lechuga, brócoli, rábano, remolacha y hierbas aromáticas.

El grupo cultiva en una superficie de unos 1.800 metros cuadrados, en la que cosecha semanalmente unos 500 kilogramos de productos, que vende en 10 restaurantes, el mercado mayorista capitalino y tianguis (mercados) ambulantes.

Falta de agua, clima inestable, proliferación de plagas, lluvias infrecuentes pero más intensas, granizadas y los efectos de las actividades antropogénicas recorren un área fundamental para la alimentación y la regulación del clima de la capital mexicana, que con su área metropolitana, sintetiza un estudio de la organización ambientalista británica Earth Watch.

El sistema de chinampas, proveniente de un vocablo náhuatl que significa “el lugar del terreno fértil de flores”, lo practicaban los pueblos originarios mucho antes del arribo de los conquistadores españoles en el siglo XV.

La técnica de los aztecas se basa en la construcción de cuadros de cultivo en los humedales de la microrregión, mediante cercas de estacas de ahuejote (sauce), un árbol típico de este ecosistema y cuya virtud es soportar el exceso de agua.

La superficie cultivada mediante el sistema de chinampas es de 750 hectáreas, que labran unos 5.000 productores.

La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) lo cataloga dentro de los Sistemas Ingeniosos del Patrimonio Agrícola Mundial, por conservar la agrobiodiversidad, adaptar a los productores al cambio climático, garantizar la seguridad alimentaria y combatir la pobreza.

Pero no solo esta microrregión ve afectada su producción por las alteraciones climáticas y, de hecho, resulta difícil hallar un sitio en México que no esté expuesto a ellas.

El informe de mayo “Estimación de rendimientos potenciales con escenarios de cambio climático para diversos cultivos agrícolas en México”, de la Secretaría (ministerio) de Agricultura y el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, proyectó una disminución de la precipitación fluvial en el país.

El reporte, enfocado especialmente en los cultivos de maíz, frijol, trigo, soja, sorgo y cebada, corroboró que la productividad del agua disminuye para la mayoría de ellos, por lo que los requerimientos hídricos serían mayores en el mediano plazo. También halló perdida de rendimiento para los siete cultivos, especialmente en maíz, frijol y trigo.

En el sureño estado de Chiapas, los agricultores se enfrentan ya a esa falta de agua, las lluvias repentinas y poderosas, las inundaciones y el aumento de la temperatura.

“Las zonas requieren de agua, necesitamos agua en los terrenos, un suelo renovado, porque ésa es la base. Y no es exclusivo de Chiapas, pasa en todo México”, advirtió a IPS la productora de maíz chiapaneca Consuelo González, quien cultiva unas 40 hectáreas del grano.

González, representante por su estado de un comité de productores, señaló que también hay problemas de deforestación y malas prácticas agrícolas.

Chiapas, el segundo estado con mayor pobreza del país, cuenta con una superficie sembrada de 1,42 millones de hectáreas para 62 cultivos. Entre los principales productos aparecen el maíz, pastos, café, caña de azúcar, plátano, mango, frijol y palma aceitera, que suman casi 90 por ciento del total.

Los 12 cultivos más importantes aportan una producción de 10,11 millones de toneladas. En el caso del maíz, el rendimiento alcanza 1,5 toneladas por hectárea, la mitad de las 3,2 toneladas en el plano nacional, debido al tamaño de las parcelas y escasa tecnificación.

Desde 2010, la región cuenta con la Ley para la Adaptación y Mitigación ante el Cambio Climático en el Estado de Chiapas y un año después implementó el Programa de Acción ante el Cambio Climático.

En su contribución determinada a nivel nacional (NDC, en inglés), incorporada hace dos años al Acuerdo de París sobre cambio climático, México incluyó entre las medidas a adoptar antes de 2030 el fortalecer la diversificación de la agricultura sostenible.

Entre los instrumentos para concretar esa meta, establece la conservación de germoplasma y especies de maíz nativas y desarrollo de agroecosistemas mediante la incorporación de criterios climáticos en los programas agrícolas.

El país se comprometió en su NDC a reducir 22 por ciento de sus emisiones contaminantes a 2030, respecto a los niveles de 2013.

Ese año la actividad agropecuaria mexicana lanzó a la atmósfera 80,17 millones de toneladas de dióxido de carbono, mayor responsable del calentamiento planetario. En 2020, ese volumen alcanzaría 111 millones.

Para 2030, la meta es contener las emisiones de agricultura y ganadería en 86 millones.

“La agricultura es muy dependiente de las condiciones meteorológicas locales y se prevé que sea muy sensible a los cambios del clima en los próximos años. En particular, un ambiente más cálido y seco podría reducir la producción agropecuaria”, advirtió Eduardo Benítez, representante adjunto de Programas de la Oficina de Asociación y Enlace de FAO en México.

Entre otras consecuencias del cambio climático, citó a IPS mayor prevalencia de hongos y plagas, transformación de los suelos, menor disponibilidad de tierras y de agua para la agricultura y alteraciones en la agriodiversidad.

“Dan algo, pero no es suficiente”, explicó Meléndez sobre el aporte del gobierno para la adaptación de los chinamperos al cambio climático.

“Nos ha costado mucho trabajo. Hacemos labores de prevención, como usar filtros biológicos, para subir el agua de los canales a cierto nivel para riego. Tratamos de regular la temperatura con mallas de diferente calibre que dan sombra sobre los cultivos”, explicó.

Uno de los problemas radica en la falta de coordinación de las instituciones mexicanas, como lo exhibe la evaluación del gubernamental Programa Especial de Cambio Climático 2014-2018(PECC), aplicado por el gobierno para enfrentar el fenómeno.

Ese análisis indica que el Sistema de Información de la Agenda de Transversalidad que operó entre 2009 y 2012 no funciona desde la entrada en vigor del programa, en 2014, lo cual impide hacer “un seguimiento puntual” a los avances de sus 199 líneas de acción.

Además, halló que el Sistema Nacional de Cambio Climático no ha abordado el nexo de programas, acciones e inversiones del gobierno federal, de los estados y los municipios con el PECC.

González, con base en su experiencia como agricultora, recomendó sistemas silvopastoriles para mantener las parcelas. “Hay zonas que se pueden conservar bien. Nos enfocamos en la conservación del suelo. Otra solución es la agroecología”, para restaurar suelos y conservar recursos, planteó.

FAO y la gubernamental Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Agropecuariostrabajan en un proyecto de alertas tempranas para la agricultura basadas en información agrometeorológica para monitorear los impactos climatológicos en la producción y disponibilidad de alimentos.

El objetivo es que esos datos estén a disposición de “hacedores de política, las instituciones financieras y de manejo de riesgos y principalmente de los productores. Así se podrá orientar la política pública en acciones como la promoción y uso de seguros de cosecha o la activación de los fondos de contingencia”, indicó Benítez.

Editado por Estrella Gutiérrez

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2017/12/cambio-climatico-amenaza-ya-al-agro-mexicano/

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Colombia: La huerta con la que siembran paz en un colegio de Santander de Quilichao

Colombia/Noviembre de 2017/Autoras: Carolina Sterling y Valentina Maza/Fuente: El País

Rodeado de grandes montañas se encuentra el corregimiento de Mondomo en Santander de Quilichao y al subir la ‘trocha’ por la vía El Turco se comienzan a escuchar las risas de los niños, el sonido que produce el balón al patearlo en la arena y los cánticos de los menores que expresan el dolor que ha vivido esta pequeña comunidad a causa del conflicto armado. Se trata de la Institución Educativa Agropecuaria Las Aves, más conocida como la Escuela Rural El Arbolito.

Uno de los cuatro maestros que se encuentran en esta escuela es el líder y creador de una estrategia innovadora para transformar positivamente la vida de los niños y familias que habitan en este lugar tratando de superar un triste pasado, pues donde anteriormente se sembraba terror, hoy se siembra paz.

“El sistema educativo tradicional no estaba calando en los niños, queríamos que el aprendizaje fuera significativo para que pudieran poner en práctica lo aprendido, así escogimos la huerta escolar”, expresó el profesor y líder Jorge Campo Noguera, quien tuvo la iniciativa de crear una huerta en la escuela ‘El arbolito’.

Para llegar al centro educativo se debe hacer un recorrido de una hora y quince minutos desde el municipio de Jamundí, luego al llegar a Mondomo, se sube una carretera destapada por la vía El Turco en donde se pierde completamente la señal del celular y se comienzan a ver algunas casas construidas en barro y a niños que juegan descalzos.

Al subir la trocha por más de veinte minutos se visualiza al fin la escuela rural en medio de la nada, donde 71 niños toman clases hasta el mediodía y almuerzan en los mismos pupitres donde estudian o incluso, en el suelo, pues no cuentan con un comedor, ya que las ayudas que se les ha brindado han sido pocas.

La vereda ‘El arbolito’ hace 6 años sufrió el conflicto armado y la escuela no fue la excepción, constantes enfrentamientos entre las Farc y el Ejército hicieron que los niños vivieran la guerra con normalidad, haciendo que muchos tuvieran como aspiraciones
– y limitados por las faltas de oportunidades en la región- el deseo de pertenecer a grupos armados (Ejército o Farc).

“No estamos educando niños para la guerra”, decía Jorge con una expresión de tristeza al recordar aquel estudiante que por voluntad propia quiso hacer parte de un grupo armado, pues sus esperanzas por un mejor futuro se habían desvanecido. De ahí surge la necesidad de incentivar a los niños a que vean en la agricultura una posibilidad de llevar una vida digna y borrar de su mente alternativas como el uso de drogas o pertenecer a grupos delincuenciales.

Huerta Santander de Quilichao

Con la huerta florecen nuevas esperanzas para una mejor calidad de vida.

Carolina Sterling / especial para El País

Al llegar a la escuela, los niños expresaron su deseo por cantar. La gran sorpresa fue la letra de sus canciones, las cuales llevan plasmada la violencia que ha vivido el territorio “…Al llegar a casa se dio cuenta de que había muerto su mamá, encima de una mesa una carta encontró, decía: ‘hijo yo te amo con el corazón’…”

Con el deseo de transformar la historia, nació la idea de sembrar un camino diferente y de cosechar un futuro de paz para los niños que habitan esta zona, a través de la huerta, en donde florecen nuevas esperanzas para una mejor calidad de vida.

En los niños se está tratando de rescatar la imagen del campesino para recuperar los valores propios de la comunidad, pues socialmente se piensa que son personas con pocas oportunidades, pero gracias a la huerta, muchos niños expresan el gran deseo de ser agricultores y de querer llevar la siembra a sus casas. De esta manera, Jorge ha demostrado que a través de la enseñanza y el respeto por cuidar la tierra, el agua y el medio ambiente se brinda una mejor educación y se van transformando los sueños de los niños, quienes antes querían cargar fusiles, ahora cargan semillas, regaderas y palas con las que aran la tierra.

“Lo que buscamos con la huerta es que los estudiantes no vean la agricultura como un trabajo, sino como la posibilidad de abastecerse de alimentos para el consumo diario”, expresó la profesora Saida Yalanda.
Los padres de familia, por su parte, al ver la pequeña producción que se hizo el año pasado, han venido apoyando la huerta con sus conocimientos, ya que es una práctica que a futuro se piensa llevar a los hogares.

A través del trabajo que se ha venido desarrollando con padres de familia, estudiantes, profesores y líderes de la comunidad se fue visualizando el trabajo de la huerta y fueron invitados para participar en ‘Líderes solidarios’ por la Fundación Internacional América Solidaria. Debieron entonces realizar un video sobre el manejo que le hacen a la huerta y los propósitos que persiguen a través de ella.

El 14 de agosto pasado, el profesor Jorge Campo recibió la noticia de que el proyecto de la ‘Huerta para la paz’ clasificó entre los 20 ganadores de 435 proyectos de la convocatoria realizada por la mencionada fundación, que trabaja para la superación de la pobreza infantil en América. Se ganaron como premio el derecho de tener una capacitación en Chile sobre gestión de proyectos y liderazgo social. Y por supuesto, fue recibida por el profesor Jorge Campo para que sigan trabajando con la comunidad en proyectos educativos.

A futuro, ‘Huerta para la paz’ tiene como propósito agrandar el espacio para establecer una parcela donde se siembren las plantas medicinales que ancestralmente ha tenido la comunidad para sanar enfermedades y armonizar el cuerpo. Así la huerta se convertirá en lo que los indígenas llaman ‘Tul tradicional’, que combina los saberes de antaño con la dimensión espiritual; recogiendo una gran cosecha de paz, fruto del trabajo que entre maestros, padres de familia y estudiantes están sembrando hoy.

Fuente: http://www.elpais.com.co/colombia/la-huerta-con-la-que-siembran-paz-en-un-colegio-de-santander-de-quilichao.html

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Entresvista: Agroecología. “Es momento de pensar otros caminos”

Entrevista realizada por Darío Aranda*, Ecoportal

Eduardo Cerdá, es vicepresidente del Centro de Graduados de la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Plata, asesor de campos y un referente en la producción agroecológica, con casos emblemáticos (finca La Aurora en Benito Juárez, Buenos Aires). Es también integrante de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología (Socla) y un activista por otro modelo agropecuario. La necesidad de implementar la agroecología, los ejemplos concretos, las consecuencias del agronegocios, el rol de la universidad y las potencialidades del sector.

-¿Qué es la agroecología?

-Es compatibilizar conceptos de la ecología a la producción agropecuaria.

-¿En una práctica nueva?

En la agronomía hay muchas ramas, como en la medicina. La agroecología es una rama, una especialización, una forma profunda de entender la producción agropecuaria. Es bastante nuevo para los ingenieros agrónomos que se forman con muy poca base ecológica. Lamentablemente la agronomía y la veterinaria siempre estuvieron más volcadas a la producción, siempre en busca de rendimiento y eso nos hizo tener una mirada muy basada en insumos. El ingeniero agrónomo termina preocupado en tal o cual producto, en las dosis. Se perdió de vista todo lo que tiene que ver con la ecología, la relación de vegetales, suelos, animales. Es muy necesaria esa mirada y vemos que faltan profesionales para diseñar, desarrollar, acompañar al productor en esto de producir tratando de alterar lo menos posibles el ambiente.

-¿Tiene que ver con el uso de agroquímicos?

-Muchas veces la gente dice que no quieren que los fumiguen, son muy notorias las enfermedades en las zonas fumigadas. Y habitualmente las instituciones dicen que sin agroquímicos no se puede producir. Eso es falta de información. Quizá no saben producir. Pero hay estrategias para hacerlo.

-¿Algún ejemplo concreto?

-En quince años en zona sudeste de Buenos Aires obtuvimos un promedio de más de 3300 kilos de trigo, más de 5000 kilos ahora (2014-15), y lo cotejamos con los vecinos y estamos muy parecidos. Con la diferencia de que en la medida que favorece los suelos, las plantas, nos usamos fertilizantes químicos ni herbicidas. Mantenemos un costo de 150 dólares por hectárea y los vecinos fueron subiendo, están casi en 420-350 (campaña 2014/15 y 2015/16) dólares de costos. Nosotros mantuvimos el nivel de costos y fuimos subiendo los rendimientos.

-¿Qué le dicen los productores vecinos?

-Les interesa, pero no están muy difundido que hay alternativas. Es un proceso de ir haciendo con los productores. Mostrar que la tecnología (transgénicos) que se propuso prometía un exceso de optimismo, creían que con un herbicida iban a controlar todo, pero la naturaleza no funciona así. Las plantas se volvieron resistentes, los gastos de herbicidas que antes costaba ocho dólares ahora está 30, antes usaban dos litros por hectárea, ahora deben usar más de diez litros. ¿Dónde termina esto? El productor está viendo que esas líneas de pensamiento lo está llevando a un uso muy alto de agroquímicos, con alto riesgo, tanto para el bolsillo como para la salud. Es un callejón sin salida.

-¿La opción?

-Hay otra forma de hacerlo. La agroecología es una herramienta para pensar y estar a favor de la vida. En vez de controlar con venenos a los insectos y las plantas, hacerlo de otra manera, que funciona bien. Es momento de pensar otros caminos. La agroecología viene a dar elementos de la ecología, que son principios universales para manejar establecimientos agropecuarios con una mirada sistémica, para que trabajen en equilibrio y usar muy pocos insumos externos.

-¿Qué hace falta para fomentar esa modelo?

–Se requiere tener una mirada distinta para el campo, protegerlo, y al mismo tiempo eso favorece al productor. Tener claro que no hace falta agrotóxicos para producir alimentos. Se trata de pensar en otro tipo de agricultura y eso no implica volver 60 años para atrás, como suelen decir algunos. También aclarar que no son recetas, no se trata de copiar, cada zona tiene su particularidad y hay que probar e ir adaptando.

-¿Cuál es el rol de la universidad?

-Muy importante. No todos los profesionales quieren producir para el modelo actual y hay productores que quieren otro tipo de agricultura. Los ciudadanos no quieren fumigaciones cerca de sus casas, en esas zonas sí o sí habrá que hacer otra agronomía. Y esto es una oportunidad para los profesionales, dejar un modelo de agronomía química que perjudica la salud.

-En muchos lugares se solicita regiones libres de químicos, cinturones agroecológicos.

–Los ciudadanos tienen derecho a no ser fumigados. Agrónomos y veterinarios lo toman como ofensa, creen que no se puede producir. En vez de ofensa para los profesionales tiene que ser una oportunidad. La universidad, el INTA, los colegios de ingenieros agrónomos deben profundizar en la agroecología. Es imprescindible producir sin deteriorar los recursos.

-¿Cuál es su balance del modelo de agronegocios, con transgénicos y químicos?

-Hay varios aspectos. Uno es la sociedad y la salud, donde se perciben las enfermedades, cáncer, malformaciones, desequilibrios físicos. Es una agricultura con muchos insumos y costos, tiene que ver con la farmacología, la mayoría de la gente usa más medicamentos y lo mismo pasa en el agro. Es un proceso que cada vez requiere más insumos.

En los 90 costaba 100 dólares hacer una hectárea de trigo, a los diez años ya eran 200 dólares y hoy son más de 300 dólares. Aumentaron los insumos y aumentaron las dosis. Si vas al médico y te receta un remedio. Y luego volvés y te da el doble: está claro que no está mejorando tu salud. En los campo del agronegocios paso lo mismo. Y otro factor es que este modelo expulsa gente. En definitiva, tiene consecuencias en la salud, en los suelos, en las plantas, animales y sociales. La agroecología es una alternativa para evitar esas consecuencias.

* Darío Aranda es periodista especializado en extractivismo (petróleo, minería, agronegocios y forestales). Trabaja en el diario Página/12, la cooperativa de comunicación La Vaca y las radios FM Kalewche (Esquel), la Cooperativa La Brújula (Rosario) y Los Ludditas (FM La Tribu). Escribe sobre pueblos indígenas, organizaciones campesinas y asambleas socioambientales. Además es autor de “Argentina originaria: genocidios, saqueos y resistencias” y “Tierra Arrasada. Petróleo, soja, pasteras y megaminería.” En el marco de la campaña de Agroecología, escribió una serie de artículos vinculados a la temática de la agricultura ecológica. Todos los jueves publicaremos en nuestro blog una nota contando diferentes aspectos y testimonios sobre este tema. No te pierdas este especial sobre el futuro de los alimentos en la Argentina.

Fuente de la Entrevista:

http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Desarrollo-Sustentable/Agroecologia-Es-momento-de-pensar-otros-caminos

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Huertos escolares: educación y nutrición

Lucía Muñoz

Ecoportal

Los dos primeros Objetivos de Desarrollo del Milenio son erradicar la pobreza y el hambre y lograr una enseñanza primaria universal. Para lograrlo es fundamental el adecuado desarrollo de los niños y de los que serán sus medios de vida, lo que pasa por darles una educación y nutrición adecuadas.

La FAO sostiene que los huertos escolares son una plataforma de aprendizaje muy útil para mejorar la educación y la nutrición infantil y, a la vez, fomentan la conservación del medio ambiente y el bienestar social, físico y mental de toda la comunidad educativa.

La necesidad de crear huertos escolares y sus objetivos

En los países industrializados, la agricultura intensiva y los actuales hábitos alimentarios tienen cada vez más efectos nocivos para nuestra salud y para el medio ambiente, mientras que muchos países subdesarrollados no poseen los medios y la formación suficiente para conseguir una agricultura capaz de dar de comer a todas las personas de forma suficiente y segura.

Entre todos podemos conseguir que los huertos escolares tengan un papel significativo en la lucha contra estos problemas que amenazan a la sociedad actual: la inseguridad alimentaria y el cambio climático.

Para ello es necesario promover hábitos que mejoren la salud, como una alimentación más saludable, y una educación nutricional, agrícola y ambiental que conciencie a los niños de la necesidad de cambiar las cosas,  ya que de ellos dependen las futuras acciones y medidas para erradicar estos problemas.

Los objetivos de los huertos escolares deben estar encaminados a dar respuesta a estos problemas y necesidades. Según la FAO y otros organismos nacionales e internacionales deben ser los siguientes:

  • Mejorar la calidad de educación mediante una pedagogía más dinámica que incluya planes de estudio multidisciplinares que combinen conocimientos teóricos, prácticos y técnicas de subsistencia.
  • Afianzar habilidades prácticas en agricultura y en horticultura mediante la creación y mantenimiento de huertos familiares.
  • Impartir una enseñanza activa vinculando la horticultura tanto al juego y al esparcimiento, como a otras materias como las matemáticas, la biología, la lectura y la escritura.
  • Impartir enseñanzas prácticas sobre nutrición que fomenten la producción y consumo de alimentos saludables y un estilo de vida sano.
  • Aumentar el acceso a la educación atrayendo a las familias a escuelas que traten temas que afecten a su vida cotidiana.
  • Incrementar la calidad nutricional de los alimentos que ingieren los niños y reducir el número de niños malnutridos o con una alimentación inadecuada.
  • Mejorar la actitud y los conocimientos de los niños respecto a la agricultura y la vida rural.
  • Educar en la sensibilidad ambiental contribuyendo a la sostenibilidad del planeta mediante la inclusión de una formación medioambiental y ecológica.
  • Ofrecer a los alumnos un instrumento de supervivencia o apoyo a la economía familiar para épocas de escasez de alimentos o dificultades económicas.
  • Especialmente en países subdesarrollados, aumentar la asistencia escolar y, en muchos hogares, compensar la ausencia de los padres en cuanto a la transferencia de conocimientos necesarios para el desarrollo vital de niños y jóvenes.
  • Promover el oportunidades de generación de ingresos.
  • En las ciudades, mejorar el entorno urbano y la sostenibilidad.

Beneficios de los huertos escolares

Muchos de ellos están relacionados con los objetivos que se pretenden alcanzar, pero otros muchos son beneficios añadidos que surgen como consecuencia del desarrollo de la actividad agraria en las escuelas. Los huertos escolares:

  • Son beneficiosos para el aprendizaje: “Escucho y olvido, veo y recuerdo, hago y entiendo” (Confucio, 551-479 aC).
  • Fomentan el conocimiento de variedades de frutas y hortalizas que eran desconocidas para los niños y/o sus familias.
  • Proporcionan un lugar para adquirir conocimientos relacionados con la naturaleza, la agricultura y la nutrición.
  • Mejoran la dieta y son una fuente de alimentación sana, natural y variada, importante para el desarrollo físico y mental de los niños.
  • Ayudan a luchar contra problemas relacionados con la alimentación infantil: obesidad, desnutrición…
  • Representan un espacio para el disfrute y el esparcimiento dentro de la escuela.
  • Fomentan aptitudes empresariales.
  • Mejoran el entorno y  la sostenibilidad de las ciudades.
  • Contribuyen a la regeneración y conservación del medio ambiente y sus recursos.
  • Favorecen el desarrollo socioeconómico.
  • Son una importante herramienta social ya que en ellos tiene lugar el trabajo en equipo de los niños y niñas de los grupos de clase, así como su interacción con profesores y familias desarrollando valores éticos de convivencia, participación y colaboración.
  • Aumenta las relaciones entre el ser humano y la naturaleza.
  •  Refuerzan el conocimieto de materias básicas como la lectura, la escritura, la biología o las matemáticas.
  • Mejoran la inteligencia de los niños.

Estos son sólo algunos de los beneficios que los huertos escolares pueden representar para la vida de los niños y del resto de la comunidad educativa.

Ecoportal.net

Agro Huerto

http://www.agrohuerto.com/

Fuente del Artículo:

http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Educacion-Ambiental/Huertos-escolares-educacion-y-nutricion

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