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Más de 10 millones de alfabetizados con programa «Yo Sí Puedo»

Centro América/Cuba/22 de octubre del 2016/ Fuente: Telesur
Colaboradores del Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeña, han impartido clases con este método didáctico en 130 países.

Más de 10 millones personas han aprendido a leer y a escribir con el programa cubano de alfabetización para adultos Yo Sí Puedo, desde el año 2002.

La subdirectora del Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeña (IPLAC), Liset Valdés, dijo que a principios de 2016 la cifra de alfabetizadas incrementará, pues para mediados de año ya se deben haber graduado cerca de 795 mil personas que aún están en clases.

El método educativo ya llegado a 130 países, donde colaboradores de nacionalidad cubana atacan el problema del analfabetismo, principalmente, en zonas rurales, señaló Valdés en declaraciones a AIN prensa.

DATO » España solicitó en 2012 la ayuda de los facilitadores cubanos para impartir educación en zonas rurales donde sumaban más de 400 personas iletradas. Valdés añadió que Canadá, Australia y Nueva Zelanda también los llamaron para instruir a comunidades originarios en los últimos años.

La directora del IPLAC recordó además la experiencia de los colaboradores en Perú, donde en zonas mineras, proveedoras de gran parte de la riqueza del país, todavía hay personas que nunca han ido a la escuela.

Recientemente, el método llegó a la localidad de Wanda, en el Departamento de Iguazú, (Misiones) Argentina y fue declarada libre de analfabetismo.

Alrededor de 300 personas (la gran mayoría muy humildes) le agradecieron a Cuba y Fidel la posibilidad de conocer las letras, aprender a leer y escribir, así como a despejar sus dudas.

En Contexto

El programa Yo Sí Puedo fue creado por la fallecida pedagoga, Leonela Relys, a solicitud del líder histórico de la Revolución cubana Fidel Castro. Su contenido ha sido adaptado en inglés y portugués, así como a los dialectos quechua, aymara, guaraní, creole, swahili y tetún; próximamente a lengua francesa.

Ha sido aplicado con éxito en Argentina, Venezuela, México, Ecuador, Bolivia, Guatemala, Nicaragua, Haití y Colombia-, se ha hecho posible alfabetizar a millones de personas.

Un ejemplo es que solamente en Guatemala, desde el año 2007 hasta agosto de 2014, unos 19 mil 425 ciudadanos de ese país fueron alfabetizados, indicó en su momento la coordinadora nacional, Vilma Monteagudo.

Además, ha sido llevado a varios países africanos como Guinea-Bissau, Mozambique y Sudáfrica, así como en Nueva Zelanda, Oceanía, y en la ciudad española de Sevilla. Este último país se constituyó en la primera experiencia del programa en Europa.

Fuente: http://www.telesurtv.net/news/Mas-de-10-millones-de-alfabetizados-con-programa-Yo-Si-Puedo-20151027-0001.html

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Analfabetismo y alfabetismo: ¿de qué estamos hablando?

Por: Rosa María Torres

Alfabetismo «Habilidad para leer y escribir, con comprensión, un enunciado simple relacionado con la propia vida cotidiana. Incluye un continuo de habilidades de lectura y escritura, y a menudo aritmética básica«.
UIS-UNESCO, Global Education Digest 2010, Glossary (nuestra traducción del inglés, p. 264)

El campo del analfabetismo es particularmente confuso, caracterizado por terminologías y definiciones variadas e incluso ad-hoc. La falta de consenso sobre el tema, y los continuos cambios en términos y nociones, se dan no solo en América Latina y el Caribe sino a nivel mundial.

En primer lugar, existe una confusión generalizada entre los términos alfabetismoalfabetización. Dicha confusión proviene entre otros de malas traducciones del término «literacy» en inglés (literacy equivale a alfabetismo; literacy education equivale aalfabetización). Alfabetización se refiere al proceso de adquisición de la lectura y la escritura.Alfabetismo se refiere a la condición o grado de manejo de la lectura y la escritura que tiene una persona, un grupo o un país. Deberíamos hablar, por tanto, de tasa de alfabetismo, no de tasa de alfabetización.

Algunas diferencias tradicionales vinculadas a los diferentes usos de los términosanalfabetismo/alfabetismo/alfabetización tienen que ver con:

▸ la usual asociación de estos términos con jóvenes y adultos, versus alfabetizaciónentendida como concepto abarcativo que incluye a todas las edades, dentro y fuera del sistema escolar;

▸ la inclusión o no del cálculo dentro del concepto de alfabetismo y de los programas de alfabetización;

▸ la alfabetización entendida como un período o un programa, o bien como un proceso y un continuo que se prolonga más allá de cierto número de años de escolaridad o de un determinado programa;

▸ el alcance de la alfabetización. Esta se entiende usualmente como básica, inicial o elemental. Esta visión estrecha y antigua contrasta con una comprensión de la alfabetización como apropiación de la cultura escrita – en todas sus variantes y soportes, incluidas las modernas tecnologías y las que sigan apareciendo – y el uso de la lectura y la escritura con fines diversos en la vida diaria;

▸ en algunos casos se especifica la lengua o lenguas a considerarse en la definición de una persona como alfabetizada (por ejemplo, creole en Haití u holandés en Surinam).

El término alfabetizaciones, en plural, ha sido introducido en los últimos años por académicos vinculados a la corriente llamada New Literacy Studies.

Otros preferimos ampliar el concepto de alfabetización y de alfabetismo para incluir en éste las nuevas y cada vez más amplias demandas puestas a la lectura y la escritura y a la cultura escrita en general, en la actualidad, incluyendo el mundo digital, que se ha incorporado de lleno a los requerimientos y competencias vinculados a la lectura y la escritura, a la información y el conocimiento.

Asimismo, los términos analfabetismo y alfabetización se vienen usando de manera cada vez más laxa, para indicar respectivamente ‘desconocimiento’ y ‘conocimiento básico’ de prácticamente cualquier campo (analfabetismo/ alfabetización científica, analfabetismo/ alfabetización ambiental, analfabetismo/ alfabetización en salud, analfabetismo/ alfabetización digital, etc.). Esto refleja entre otros el viejo prejuicio que asocia analfabetismo con ignorancia y alfabetismo/alfabetización con conocimiento.

Persisten las dicotomías tradicionales analfabetismo/ alfabetismo, analfabetismo ‘absoluto’/  ‘funcional’. No obstante, el conocimiento sobre el campo ha avanzado considerablemente en las últimas décadas, mostrando la obsolescencia de este pensamiento dicotómico. La alfabetización es un continuo y existen diversos niveles de dominio de la lengua y de la cultura escrita, en sus diversos formatos y soportes, como se reconoce hoy ampliamente. [1]

El término ‘alfabetización funcional’ fue oficialmente aprobado en 1978 en la Conferencia General de la UNESCO, entendiéndolo como la habilidad de una persona para “involucrarse en todas aquellas actividades requeridas para funcionar de manera efectiva en su grupo o comunidad, así como para permitirle continuar leyendo, escribiendo y calculando, para su propio desarrollo y el de su comunidad” (Glosario, Informe de Seguimiento de la EPT 2006:La alfabetización, un factor vital. Nuestra traducción del inglés).

Lo ‘funcional’ ha venido dando lugar a dos interpretaciones:

(a) lo ‘funcional’ entendido como el manejo efectivo de la lectura y la escritura, y éste asociado con determinado número de años de escolaridad, y

(b) lo ‘funcional’ entendido como el vínculo entre alfabetización y capacitación vocacional, trabajo o actividades generadoras de ingresos.

Ambos usos están presentes en América Latina. La tendencia dominante hoy es asociar ‘analfabetismo funcional’ con menos de cuatro años de escolaridad (la noción de ‘educación incipiente’ propuesta por el SITEAL) [2]. No obstante, la idea de que cuatro años de escolaridad aseguran ‘alfabetismo funcional’ ha sido desafiada, probada empíricamente desde los 1980s y crecientemente reclamada por el Caribe anglófono. Como ratifican los informes mundiales de la Educación para Todos y de los Objetivos de Desarrollo del Milenio,cuatro años de escuela – buena o mala – son hoy claramente insuficientes para aprender a leer, escribir y calcular de manera autónoma en la vida real, fuera del aula de clase y los textos programados de instrucción. (Ver: El fracaso alfabetizador de la escuela).

Un estudio pionero sobre ‘alfabetismo funcional realizado por la UNESCO-OREALC a fines de los 1990s en áreas urbanas de siete países latinoamericanos (Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México, Paraguay y Venezuela) aportó evidencia empírica que confirmó la insuficiencia de cuatro años de escolaridad; mostró, además, que importa no sólo el número de años que alguien permanece en la escuela sino la calidad de dicha escuela y del contexto (Infante, 2000). Por muchos años la CEPAL ha venido afirmando en esta región que se necesitan al menos 12 años de escolaridad para que el alfabetismo alcanzado sea ‘funcional’ y pueda hacer una diferencia en la vida de las personas.

[1] Hay varias propuestas de clasificación de niveles y competencias de alfabetismo (para un breve recuento internacional, ver Letelier, 2008). La IALSS (International Adult Literacy and Skills Survey– Encuesta Internacional de Alfabetización y Habilidades de Adultos) la cual mide alfabetismo, cálculo y habilidades para la resolución de problemas, identifica cinco niveles de manejo. Ver IALLS/Statistics Canada  Ver también el LAMP (Literacy Assessment and Monitoring Programme-Programa de Evaluación y Monitoreo de la Alfabetización) desarrollado por el UIS en base a la IALLS y a la IALS (IALS- International Adult Literacy Survey-Encuesta Internacional de Alfabetización de Adultos).

[2] En Paraguay, el Censo de 2002 definió como analfabeta a la persona de 15 años o más que no ha terminado el segundo grado de la escuela. (Informe de Paraguay para CONFINTEA VI, 2008).

*Tomado de: http://otra-educacion.blogspot.com/2010/12/analfabetismo-y-alfabetizacion-de-que.html

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Why Cuba is an education success story and what it can teach Africa

América del Norte/EEUU/Abril 2016/Autor: Clive Kronenberg/ Fuente: theconversation.com

Resumen: Cuba toma muy en serio la educación. Se convirtió en una prioridad después de que Fidel Castro se hizo primer ministro en 1959 y esto ayudó al país a deslastrase como el más desigual del territorios del Caribe hispano, durante el periodo colonial y post colonial del siglo XX.

Cuba takes education very seriously. It became a top priority after Fidel Castro became prime minister in 1959 and this helped the country shake its mantle as the most unequal of the Hispanic Caribbean territories during both the colonial and post colonial early 20th century periods.

The foundations of Castro’s new social – and socialist – order were premised on the common understanding that only good-quality, empowering education could conquer Cuba’s acute poverty, ignorance and underdevelopment.

Cuba invested heavily to make its education system world class. By the 1980s and 1990s, the country’s educational disbursements as a ratio of gross domestic product were among the highest in the world.

Cuba has much to teach Africa about prioritising and reforming education. Its approach to education has made a unique contribution to social change. There are valuable lessons here for the continent and, as more than a decade of my research has shown, particularly for South Africa.

There are three major methods through which Cuba revolutionised teaching and learning after Castro’s socialist government came to government.

1. Literacy
The first was its celebrated 1961 Literacy Campaign, which marked in concrete terms the importance of education for an embattled society in transition. In the space of barely one year, one million illiterate people were targeted by mobilising 250,000 literacy teachers and thousands of devoted school children.

By the end of 1961, 75% of those one million had achieved rudimentary literacy. There were extensive follow-ups concentrating also on adult education.

2. Access for all
While the literacy drive was underway, school enrolments grew rapidly – and more than doubled a decade later. This was largely because education at all levels, including university and college, became free of charge.

The government launched programs for peasant girls, domestic workers, prostitutes and those who had dropped out before finishing school. These, along with the newly founded Organisation of Day Care Centres, sought to ensure that education was accessible to all. The programmes also targeted those living in remote and isolated rural communities.

Cubans’ hard work has paid off. Since the mid-1990s net primary admission has been 99% for both girls and boys, compared to 87% in the Latin American region. At that time, 94% of Cuban primary students reached grade 5, contrasting steeply with 74% in the region. Gross secondary enrolments were 78% for boys and 82% for girls, compared to 47% and 51% in the region.

3. Teachers matter
Cuba knows the importance of good teachers. During extensive fieldwork, I discovered that its teacher training institutions use wherever possible only the most-advanced, well-researched scientific teaching methods and strategies. Students generally are accepted as trainee teachers if they possess the virtues of intellect, good character, a proven commitment to social development and love for children.

At the turn of the millennium Cuba boasted the highest number of teachers per capita worldwide, 1:42. At the 2015 International Pedagogia Conference in Havana I was told by educational officials that the country’s student:teacher ratio as of 2015 is an astonishing 12:1.

Education for social change
Cuba’s methods are respected and applied way far beyond the island’s boundaries. By 2010 its literacy method had been adopted in 28 Latin American, Caribbean, African, European, and Oceanic countries. Its use had qualified millions of formerly unschooled people the world over to read and write.

From my discussions with Cuban education officials during research trips, it is obvious that the country wants struggling countries to learn from its experiences. They say it is deplorable that nearly 800 million people, two-thirds of them women, are illiterate around the world. It is likewise unpardonable that nearly 70 million children do not have access to basic schooling.

Ordinary Cubans and government officials alike argue that people’s minds must be highly developed for them to contribute to a world free of fear, ignorance and disease. Education, ultimately, empowers human beings to become seekers and guardians of progress and peace.

The Cuban government’s steadfast commitment to education is irrefutable. The island’s relatively modest economy makes its educational triumphs all the more astonishing. This sets the objective basis for more in-depth scrutiny of its methods, particularly by struggling nations.

After all, Cuba’s accomplishments are not a miracle or a coincidence. They are the outcome of years of devoted work, sacrifice and meeting crucial commitments on highly effective terms.

Fuente de la noticia: https://theconversation.com/why-cuba-is-an-education-success-story-and-what-it-can-teach-africa-50211

Fuente de la imagen: https://62e528761d0685343e1c-f3d1b99a743ffa4142d9d7f1978d9686.ssl.cf2.rackcdn.com/files/101819/width926/image-20151113-10417-vp0e9e.jpg

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