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Opinión | ¿El poder de las palabras o las palabras del poder?

Por: Andrés García Barrios

No aprendemos a escribir para emprender un viaje de descubrimiento. Nos enseñaron la letra escrita para que aprendiéramos a leer: a leer lo que otros escriben, y a escribir lo que otros nos dictan.

Desde que empecé a publicar en este Observatorio, me dio por agrupar mis escritos en series, bajo distintos títulos: El ritual escolarLa educación que queremos, Los expertos como discípulos… Ahora se me ha ocurrido una nueva categoría, inspirado por el comentario de una amiga, quien para referirse a mis textos dijo que éstos la motivan a “hacer comunidad”. Tal halago me gustó muchísimo, y me dio ganas de concentrarme en ese tema: hacer comunidad es, en efecto, uno de los esfuerzos que me parecen más importantes en el contexto actual y por supuesto en la pedagogía de todos los tiempos.

Sin embargo, como siempre en mi caso, apenas me surge una idea, aparece detrás de ella su estela de duda. En este caso, la siguiente: ¿se puede hacer comunidad a través de la escritura? Es decir, ¿es posible comunicarse por este medio? Comunicarse realmente, en el sentido de un ir y venir; no solo de emitir un mensaje sino de tener una réplica a éste (sin esa replica, la comunicación se convierte más bien en pura emisión de información; tal es la crítica que se ha hecho a los medios de comunicación, diciendo que en realidad son sólo canales informativos).

Pero, bueno, ¿escribir no es también una actividad unilateral? Esta pregunta no es banal en un espacio como el del Observatorio, donde entre otras cosas se escribe sobre educación; ni lo es para quienes al parecer no sabemos hacer otra cosa que escribir (éstos, si de verdad queremos hacer comunidad, tenemos que recurrir a ello, o de lo contrario conformarnos con que nuestra comunidad se limite a aquellos con los que convivimos a diario).

Saber si uno puede hacer comunidad por escrito es pues una preocupación en la que vale la pena detenerse. San Pablo ─que solía comunicarse con su comunidad por carta─ afirmaba que “la letra mata”, refiriéndose a que lo escrito estrangula ese espíritu que la palabra hablada ─la voz, el aliento─ sí puede transmitir. ¿Será verdad? Para responder habrá que dar un rodeo y empezar por aclarar si de verdad las letras no existen en el lenguaje hablado y son solo materiales para la escritura.

Una importante hipótesis lingüística dice que nuestro discurso hablado constituye un continuo sin divisiones, de tal suerte que en él es irrelevante el que las cosas se llamen o deban decirse de una forma o de otra; tales separaciones solo aparecen cuando nos detenemos a analizar lo dicho. Así, las abstracciones que conocemos como letraspalabras y oraciones son resultado de un proceso paulatino que empieza ─inventemos un poco de historia─ cuando a un ser humano se le ocurre que así como un palo clavado a la mitad del camino puede significar “pasé por aquí”, un garabato puede representar un fragmento de habla. Acto seguido (es decir, siglos después), mientras afina su garabateo (su escritura), ese ser humano se da cuenta de que las cosas que enuncia, por diferentes que sean (palopasoslejos), tienen elementos comunes (aaaaa… ppppp… sssss…) y que también éstos se pueden representar con garabatos distintos.

Son las letras.

Sí, las letras, unidades mínimas a las que llega la ciencia de la enunciación, elementos formales de incalculable meticulosidad y rigor, tanto que en un lejano futuro, un genial compositor musical descubrirá su básica y poderosa marcialidad y las pondrá a desfilar como un ejército (estoy hablando por supuesto de Cri-Cri, el Grillito Cantor mexicano, que en su maravillosa Marcha de las Letras, dirá):

Primero verán
que pasa la A…

Parece que estoy jugando, pero los pequeños que empiezan la primaria saben muy bien la seriedad con la que hablo. El poder de la letra es tal que en cuanto dejamos de escribir, la palabra recobra el aliento y retorna a ese fluir suyo en que no se distinguen vocales de consonantes, ni palabras de frases,ni frases de oraciones (¿recuerdan esos textos antiguos en que no existían todavía los signos de puntuación? Sí, se parecen a los de muchos de nuestros alumnos).

Hablar y escribir son funciones del lenguaje completamente distintas, casi opuestas.

Y es que, fíjense: en el hablar, la continuidad no existe sólo dentro de lo que uno dice sino también en lo que el otro responde. Por eso es posible comparar una mesa de discusión con una de ping pong, en la que la contestación se espera como un eco, como algo que es natural que vuelva (cada vez que no hay respuesta, el encuentro se acerca tristemente a su fin).

Yuval N. Harari, el historiador israelí, nos dice que ese ir y venir del habla, ese fluir de aquí para allá y de una persona a otra, es el factor que permitió sobrevivir a nuestra especie: según él, las comunidades humanas prosperaron gracias al chismorreo, mediante el cual los incipientes humanos hablaban entre sí acerca de sus semejantes y gracias a ello pudieron constituir colectivos más grandes que sus antepasados simios, quienes para conocerse entre sí (y cuidarse unos de otros o formar alianzas) sólo contaban con la experiencia directa. El lenguaje permitió a los humanos justamente comunicar ya no sólo hechos presentes (“¡Ahí viene el león!”) sino también experiencias pasadas y expectativas a futuro:

─ ¿Por qué vienes herido?
─ ¡Porque ese hombre me golpeó!
─ ¿Y por qué te golpeó?
─ Para quitarme mi comida.
─ Tendré cuidado con él.

Pues bien, en la escritura el flujo natural del habla parece en riesgo.

En una aseveración perfectamente iconoclasta, Paul Valery, el gran poeta francés, decía que leer poesía es un acto solipsista (o sea, individual hasta el hermetismo) disfrazado de comunicación, de convivencia. O sea, quien lee poesía cree que se está comunicando con alguien pero en realidad sólo está en contacto consigo mismo; igual le pasa al poeta, que cree que habla en presencia de otro y está solo, solo y su alma.

─ ¿Eso decía Paul Válery?
─ Sí.
─ Tendré cuidado con él.

Sí, tendré cuidado con él, y es que al menos yo, mientras escribo esto, no puedo quitarme de encima la radical certidumbre de que estoy en contacto con alguien, específicamente con usted, estimada lectora, estimado lector (suelo decir “querido lector”, pero ahora reduzco el término a “estimada(o)” para que ─si Valery tiene razón y usted no existe─ no me duela tanto; es decir ─fuera de bromas─, no estoy seguro de que usted exista, pero al mismo tiempo tengo una radical certidumbre de que sí está ahí).

Ahora veamos cómo este optimismo mío casi de inmediato se topa de frente con otra de las formas en que la letra mata.

En estos tiempos en que el Observatorio me publica de forma regular, se me han abierto también las puertas a esa casta que desde los anales de la historia forman quienes gozan de un público que los lea. A esta casta ─a la que algún día se le llamó de escribas─ ahora le llamamos de intelectuales. Durante siglos, sus miembros formaron un grupo pequeño, aunque muy poderoso (quizás la escritura misma surgió como un arma de poder), que fue extendiendo su influencia hasta que un día se apropió de la enseñanza entera (y con ello de las escuelas) y finalmente ─con la llegada de la modernidad y la democracia─ se impuso al mundo entero.

Su arma principal se llama alfabetización.

La alfabetización ─ese bien tan preciado que incluso se le ha considerado condición para la libertad─ sólo en muy pocos casos ha tenido la intención de que todos aprendamos a hacer comunidad por escrito. No nos engañemos, la verdad es que no busca que expandamos nuestro espíritu, como quería San Pablo, ni quiere darnos la oportunidad de entendernos a nosotros mismos y a los demás a través de la expresión escrita de nuestras ideas y emociones. No aprendemos a escribir para saber qué hemos estado pensando, ni para emprender un viaje de descubrimiento ni para poner en práctica todas esas hermosas y profundas máximas que se pueden encontrar si se googlea: “Frases sobre escribir”.

Si nos enseñaron la letra escrita fue para que aprendiéramos a leer: a leer lo que otros escriben, y a escribir lo que otros nos dictan. Enfocados en lo escolar, ¿no es cierto que tomar apuntes y repetir lo apuntado en un examen, sigue siendo en la mayoría de los casos el punto culminante de la experiencia de aprendizaje, el hecho por el que más vale la pena estudiar? Claro que algunos audaces se atreven de vez en cuando a escribir cartas personales y que hay quien, osado, llega a redactar alguna experiencia propia (redactar, es decir, reducir a unas cuantas palabras el turbulento flujo de impresiones, vivencias y conocimientos que compone su vida). Pero escribir para comunicarnos de verdad, para hacer comunidad, para expresarnos públicamente y compartir algo… ¡Aaahhh, no, eso les está reservado a unos cuantos! No dudo de que si se pudiera enseñar a leer sin que se aprendiera a escribir, así se haría. A nadie o a muy pocos les interesa lo que escriban los no intelectuales: es triste pero la palabra escrita de esa mayoría está destinada a morir sin trascender o, en el mejor de los casos, a bogar como un mensaje en una botella en busca de un muy poco probable destinatario (baja probabilidad a la que por fortuna aún valoramos y a la que llamamos esperanza).

Y así entramos a la tercera forma en que la letra mata, es decir, al hecho de que la única manera que hay de aprender a expresarse por escrito, es haciéndolo. Como con todas las herramientas, sólo el ejercicio constante redunda en un cierto dominio. Esto es verdad tanto para el lenguaje hablado como para el escrito: si nadie te escucha, pierdes motivación para hablar; si nadie te lee, lo mismo. Los privilegiados por los medios nos vamos haciendo de más y más recursos, mientras que los que no son leídos, se quedan rezagados.

¿Es esto hacer comunidad? ¿Comunidad es que unos tengan recursos y otros no? La pregunta me recuerda algo que leí hace poco en un artículo del periódico El País, donde se mencionaba que la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) nunca ha tenido una rectora mujer, y se hacía la pregunta: “¿Se puede hablar de autonomía sin que exista igualdad de oportunidades?” Así también, ¿puede existir una comunidad ahí dónde unos escriben y otros tienen que conformarse con leer, o a lo sumo con correr el rumor?

A pesar de todas las críticas que se pueden hacer contra las redes sociales, muchos vemos en ellas un sitio en el que la población general empieza a ejercer su derecho a la expresión escrita. A los intelectuales y académicos nos causa escozor que los demás cuenten con ese recurso y que escriban en ellas con la misma asiduidad, concentración y autoridad con que lo hacemos nosotros en nuestros medios. Aunque considero legítima la preocupación por el aislamiento y la obsesión que pueden provocar, puedo decir que el empeño que los intelectuales ponemos en criticar las redes sociales más bien hace parecer que no soportamos perder el dominio de lo escrito. ¿Por qué creemos que nosotros podemos estar horas escribiendo, leyendo y contestando textos importantes, pero el resto de los mortales no? Según nosotros, los que no saben escribir y no tienen hábitos claros de creación y pensamiento, deberían dejar esas particularidades que tanto los ocupan y voltear a vernos, escucharnos y leernos (¡sin embargo, en vez de hacerlo, hasta se atreven a inventar su propia ortografía y gramática!).

Devolver a otros los recursos que hemos acaparado, no es fácil. Sin embargo, hay que tener claro que en el mundo actual no hay manera de pensar en una verdadera democracia sin crear una comunidad por escrito. La comunicación no está en los medios de comunicación sino en los fines de la comunicación (que somos las personas); no está en los intelectuales que saben y conocen, sino en los sentimentales ─los inteligentes emocionales─ que somos mayoría.

Abajo ─en este mismo espacio─ hay una sección de comentarios. Siempre voy a ella con la esperanza de escuchar lo que tengas que decirme, querida lectora o lector sí existente.  Estoy seguro de que lo mismo les pasa a todos mis colegas del Observatorio. Quiero creer que los recursos están dados para empezar a hacer de este espacioun lugar de encuentro.

Fuente de la información e imagen:  https://observatorio.tec.mx

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Educación y liderazgo global

Por: Carlos Corredor Pereira.

Educación y liderazgo global

Para que los otros miembros de la OCDE nos reconozcan eventualmente como pares, debemos propiciar profundos cambios en nuestra manera de ver nuestra realidad y nuestras potencialidades.

Colombia es un país muy rico, pero tiene una población pobre, con dirigentes pobres de miras, con estadistas pobres de ideas, con políticos que no ven más allá de ganancias personales inmediatas dentro de un plan de desarrollo cortoplacista, con inversionistas que quieren recuperar su inversión en un año o menos e inmerso en una cultura de la pobreza, como la describió Oscar Lewis en su clásico libro, Los hijos de Sánchez. Y, sin embargo, ahora pertenece al selecto grupo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), cuyo objetivo es coordinar las políticas económicas y sociales de sus 36 Estados miembros.  Muestra de esa cultura de la pobreza de miras y cortoplacismo, son precisamente las múltiples críticas que recibió el Gobierno anterior por haber solicitado y haber sido admitido en este club de naciones avanzadas.

Para que los otros miembros de la OCDE nos reconozcan eventualmente como pares, debemos propiciar profundos cambios en nuestra manera de ver nuestra realidad y nuestras potencialidades y comenzar por una condición sin la cual será imposible nuestro verdadero desarrollo económico y social: la educación para el Siglo XXI.

Hace poco el expresidente Barack Obama nos mostraba en un foro que se llevó a cabo en Bogotá, que la ruta hacia el futuro pasa primero que todo por la educación, desde la primera infancia hasta la universidad, y nos presentó  ejemplos como el de Singapur, con un 100% de alfabetismo. Esta cifra tenemos que compararla con Colombia en donde, no solamente podríamos hablar de analfabetismo absoluto sino analfabetismo funcional, es decir, el analfabetismo de quienes leen hilvanando palabras sin entenderlas, condición que no es ajena a ciertos exponentes de las más altas dignidades del Estado que la comparten con un buen sector del público general. En el caso de las universidades, el analfabetismo funcional se demuestra en los resultados de lectura crítica en las pruebas Saber Pro y a nivel del colegio, en las pruebas Saber 11. Obama también presentaba el caso de Finlandia, donde los maestros no solo tienen el respeto y la admiración de toda la sociedad, sino que sus sueldos son comparables a los de las más altas dignidades del Estado. Diferencias notables con Colombia, pero que si las reconocemos son diferencias que podrían ser metas a superar en el futuro.

Casi al mismo tiempo, en Boston la canciller alemana, Angela Merkel proponía en su discurso a los nuevos graduandos de Harvard que no podían aceptar nada sin el beneficio de la crítica y de la duda. “Nuestras libertades no se nos dieron gratis ni la democracia es algo que nos hayan regalado. Tampoco se nos ha dado gratis la paz ni la prosperidad… pero si tumbamos los muros que nos limitan, si tenemos el coraje de salirnos del constreñimiento de nuestras costumbres para abrazar nuevos comienzos, entonces, todo será posible… cualquier cosa que pueda parecer escrita en mármol o que parezca inalterable, ciertamente puede cambiar”.  Y terminó diciendo a los graduandos: “Salgan y tumben las paredes de la ignorancia y la estrechez mental porque nada va a permanecer en la forma como está hoy”.

En su entrega de junio de 2018 editorializaba Scientific American: “Conocimiento es poder” y decía que para muchos el conocimiento acerca del mundo natural era supeditado a sus creencias personales. Y continuaba: “Educar a ciudadanos globales es la misión más importante de las universidades… tenemos una obligación de confrontarlos con la realidad y obligarlos a cambiar sus creencias cuando chocan con la objetividad de los hechos”.

Surgen estas reflexiones al terminar un semestre académico en los colegios y  universidades y al prepararnos para uno nuevo. Y nos preguntamos: ¿cómo podremos prepararnos para las carreras que aún no existen, cuando el sistema de aseguramiento de la calidad del Ministerio de Educación parecería estar diseñado para mantener las mismas condiciones de la universidad napoleónica que han regido por décadas y que se consagraron en la Ley 30 de 1992, desmembrada pero aún vigente?

En un mundo en el que se espera que los profesionales cambien de carrera varias veces durante su ejercicio para adaptarse a las condiciones nuevas del mercado y a las coyunturas y tendencias globales, ¿tenemos la capacidad y resiliencia para afrontar los cambios desde el punto de vista legal y desde la misma universidad?

En el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), en el que el pregrado dura tres años, hay por lo menos 10 tipos de maestrías, de las cuales sólo dos, la de investigación y la de profundización, existen en Colombia y hay varias que permiten que quienes se formaron en una profesión en pregrado puedan cambiar legalmente y ejercer otra carrera en posgrado. ¿Será posible que en nuestro país se pueda hacer algo semejante en el cercano futuro? Existen muchos ejemplos en países avanzados para superar los retos del cambio acelerado basado en el conocimiento, ¿será que nosotros seguiremos a la zaga, sin siquiera buscar el cambio?

Fuente del artículo: https://www.laopinion.com.co/columna-de-opinion/educacion-y-liderazgo-global-179256#OP

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Los héroes en Colombia sí existen, son los profesores rurales

América del Sur/ Colombia/ 20.05.2019/ Fuente: www.elcampesino.co.

 

El 15 de mayo se celebró en Colombia el día del profesor. Una fecha en la que se reconoce la labor de quienes han decidido dedicar sus días a la pedagogía. Una enseñanza, que como dice Lola Cendales, maestra experta en educación popular, debe contribuir a la construcción de paz en el país a propósito de la coyuntura actual.

Es precisamente esa la labor principal de los profesores rurales. Ellos y ellas le han apostado a la educación para la otra Colombia, esa que hoy por hoy, muchos aún desconocen y que, pese al acuerdo de La Habana, sigue debatiéndose entre la guerra y la paz.

No obstante, la tarea no es nada fácil. Son contextos complejos en los que los profesores deben dar clases. Para empezar, el simple hecho de llegar a los territorios es toda una aventura, para muchos les toma horas llegar a las comunidades que esperan sus lecciones de biología, informática, español, matemáticas, entre otras. Deben trasladarse en todo tipo transporte: bus, avión, chalupa, caballo, e incluso caminando.

La realidad que enfrentan los docentes rurales

Para estos profesores, gran parte de su vida se va transportándose hacia sus lugares de trabajo, y, adicionalmente, deben dejar a sus familias durante semanas para ir con sus alumnos. (Le puede interesar: Policarpa, la guardiana de los niños especiales campesinos)

También es necesario recordar que los docentes han sido víctimas de la violencia en el país. Desde 1995 al 2014 fueron asesinados 999 profesores, de acuerdo con la Federación Colombiana de Educadores. Las regiones más afectadas son Córdoba, Norte de Santander, Nariño, Cauca, Valle, Caquetá, Arauca, Sucre y Caldas.

Además, los estudiantes reciben clases en condiciones indignas: sin infraestructura, en escuelas muy deterioradas, sin pupitres, ni tableros, y en muchos casos sin siquiera salones. Aun así en medio de esas múltiples situaciones, estos docentes han continuado con su misión, como auténticos héroes y heroínas.(Le puede interesar: Líderes Campesinos de la mano de ACPO)

Ellos, mas que nadie entienden, que, por ejemplo, según cifras de Diagnóstico del Plan Especial de Educación Rural (PEER) más del 97% de las personas en el campo no han realizado estudios universitarios, el 90 % ni siquiera alcanzan a ser bachilleres, solo el 17% de los menores de 6 años recibe algún tipo de atención, de los niños que terminan la primaria solo la mitad llega a noveno y solo la tercera parte llega a once, y además, en el campo el alfabetismo se cifra en 12,13 % en mayores de 15 años.

 

Fuente de la noticia: https://www.elcampesino.co/heroes_dia_profesor_prfesores_rurales/?fbclid=IwAR3fOdh4ipkP0D0a_DTIv0uzpV9zByCD7WdOUHebDUD5hJvj16aRa3gKHrY

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“Yo, si puedo” fortalece educación nicaragüense gracias a la solidaridad del Comandante Fidel

Nicaragua / 2 de diciembre de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Viva Nicaragua Canal 13

 

 

A la Costa Caribe llegó el legado del Comandante Fidel Castro Ruz con “Yang, lika sipsna” per una costa carib nicaragüenca lliure d’analfabetisme (“Yo, si puedo” por una Costa Caribe nicaragüense libre de analfabetismo), también el pacifico, norte y oriente se beneficia con la semilla de amor de la Revolución cubana en la educación nicaragüense.

El programa “Yo, si puedo” germina en diferentes países de Mesoamérica y el Caribe, por método de enseñanza sustentado en vídeo clases, una sencilla cartilla y el manual del facilitador han brindado a Nicaragua reducir la brecha de analfabetismo, que mantenía a su población en el oscurantismo impuesto por los gobiernos neoliberales.

Orlando Pineda, Coordinador del Programa “Yo, si puedo”, brinda estadísticas con resultados favorables al método cubano adaptado por países de AméricaÁfrica y Oceanía.

Fuente de la Noticia:

“Yo, si puedo” fortalece educación nicaragüense gracias a la solidaridad del Comandante Fidel

ove/mahv

 

 

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Educación deficiente limita el crecimiento económico: Banco Mundial

Banco Mundial / 1 de octubre de 2017 / Autor: Miguel Ramírez / Fuente: DNF

Más de 200 millones de jóvenes estudiantes de países de ingreso bajo y mediano enfrentan la posibilidad de perder oportunidades y percibir sueldos más bajos en el futuro debido a que la escuela primaria y secundaria no les ofrece las herramientas necesarias para prosperar en la vida, reveló el Banco Mundial (BM).

 

En el Informe sobre el desarrollo mundial 2018: Aprender para hacer realidad la promesa de la educación se advierte sobre una “crisis del aprendizaje” en la educación a nivel mundial, la escolarización sin aprendizaje no es solo una oportunidad desaprovechada, sino también una gran injusticia para los niños y los jóvenes de todo el mundo.

 

Sostiene que, sin aprendizaje, la educación no podrá ser el factor determinante para poner fin a la pobreza extrema, generar oportunidades y promover la prosperidad compartida. Incluso después de asistir a la escuela durante varios años, millones de niños no saben leer, escribir ni hacer operaciones matemáticas básicas.

 

“Esta crisis del aprendizaje es una crisis moral y económica”, declaró el presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim. “

 

En el informe se recomiendan medidas de política concretas para ayudar a los países en desarrollo a resolver la grave crisis del aprendizaje: realizar evaluaciones más eficaces de la situación, utilizar la evidencia sobre lo que funciona y lo que no funciona para orientar la toma de decisiones relativas a la educación, y movilizar a los distintos sectores de la sociedad para impulsar cambios educativos que promuevan el “aprendizaje para todos”.

 

Según el informe, en Kenya, Tanzanía y Uganda, cuando se pidió recientemente a los alumnos de tercer grado que leyeran una frase sencilla como “El perro se llama Cachorro” en inglés o en suajili, el 75 % de los evaluados no entendió lo que leía.

 

En las zonas rurales de la India, casi el 75 por ciento de los alumnos de tercer grado no pudo resolver una resta con números de dos dígitos como 46 − 17, y en quinto grado la mitad aún no era capaz de hacerlo.

 

En Brasil, si bien las habilidades de los estudiantes de 15 años han mejorado, al ritmo actual de avance les llevará 75 años alcanzar el puntaje promedio en matemática de los países ricos. En lectura, les llevará 263 años.

 

Estas estadísticas no dan cuenta de los 260 millones de niños que, debido a los conflictos, la discriminación, las discapacidades y otros obstáculos, no se inscriben en la escuela primaria ni secundaria.

 

Si bien no todos los países en desarrollo muestran diferencias tan extremas en el aprendizaje, muchos están aún muy lejos de los niveles que aspiran a alcanzar.

 

Reconocidas evaluaciones internacionales de alfabetismo y aritmética muestran que el estudiante promedio de los países de ingreso bajo tiene peor desempeño que el 95 por ciento de los estudiantes de los países de ingreso alto, es decir, ese niño recibiría atención especial si concurriera a una escuela de un país de ingreso alto.

 

Muchos alumnos con buen desempeño de los países de ingreso mediano (jóvenes que han llegado al cuartil más alto de sus respectivos grupos) se ubicarían en el cuartil inferior si estuvieran en un país más rico.

 

En el informe, redactado por un equipo dirigido por los economistas principales del Banco Mundial, Deon Filmer y Halsey Rogers, se identifican los factores que generan estas deficiencias en el aprendizaje: no solo las formas que adopta el quiebre de la relación entre la enseñanza y el aprendizaje en muchas escuelas, sino también las fuerzas políticas más profundas que hacen que esos problemas persistan.

 

En el informe se señala que, cuando los países y sus dirigentes hacen del “aprendizaje para todos” una prioridad nacional, los niveles educativos pueden mejorar considerablemente. Por ejemplo, Corea del Sur, que a principios de la década de 1950 era un país devastado por la guerra, con tasas de alfabetización muy bajas, en 1995 ya había logrado la matrícula universal con una educación de alta calidad hasta la secundaria: en efecto, los jóvenes alcanzaban los niveles de desempeño más elevados en pruebas internacionales.

 

Los resultados de 2012 de Viet Nam en la prueba de matemática, ciencias y lectura para estudiantes de secundaria del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés), de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, revelaron que los estudiantes de 15 años del país asiático tenían el mismo rendimiento que los de Alemania, a pesar de que Viet Nam es un país mucho más pobre.

 

Entre 2009 y 2015, Perú fue uno de los países donde los resultados del aprendizaje general mejoraron con mayor rapidez gracias a una acción concertada en materia de políticas. En varios países (como Liberia, Papua Nueva Guinea y Tonga), la competencia lectora en los primeros grados aumentó considerablemente en muy poco tiempo gracias a que se realizaron intervenciones específicas basadas en la evidencia internacional.

 

“La única forma de avanzar es ‘buscar la verdad a partir de los hechos’. Y, en este sentido, los hechos relacionados con la educación revelan una verdad dolorosa. Para demasiados niños, escolarización no significa aprendizaje”, señaló Paul Romer, economista principal del Banco Mundial.

 

A partir de la evidencia y el asesoramiento obtenidos durante las amplias consultas realizadas en 20 países a Gobiernos, organizaciones de investigación y desarrollo, organizaciones de la sociedad civil y el sector privado, en el informe se formulan tres recomendaciones de política:

 

Contar con sistemas de medición, ya que actualmente sólo la mitad de los países en desarrollo cuenta con sistemas de medición para evaluar el aprendizaje de los estudiantes al término de la primaria o el primer ciclo de la secundaria.

 

Las evaluaciones de alumnos bien diseñadas pueden ayudar a los docentes a orientar a los estudiantes, mejorar la gestión del sistema y concentrar la atención de la sociedad en el aprendizaje. Estas medidas permiten fundamentar las decisiones de política a nivel nacional, seguir de cerca los avances y hacer hincapié en los niños que se encuentran rezagados.

 

Establecer condiciones equitativas que reduzcan el retraso del crecimiento y promuevan el desarrollo cerebral a través de la buena nutrición y la estimulación en los primeros años de vida para que los niños estén en condiciones de aprender cuando comiencen la escuela.

 

Atraer a personas idóneas al ámbito de la enseñanza y mantenerlas motivadas adaptando la capacitación docente reforzada por mentores. Utilizar tecnologías que ayuden a los docentes a enseñar al nivel del estudiante, y fortalecer la capacidad de gestión y las facultades de los directores de escuela.

 

Utilizar la información y los indicadores para movilizar a la ciudadanía, aumentar la rendición de cuentas y generar la voluntad política para llevar a cabo una reforma educativa. Involucrar a las partes interesadas, incluida la comunidad empresarial, en todas etapas de la reforma, desde el diseño hasta la implementación.

 

“Los países en desarrollo están muy lejos de donde deberían estar en el área del aprendizaje. Muchos no invierten suficientes recursos y la mayoría debería invertir con mayor eficiencia. Pero no es solo una cuestión de dinero; los países también deben invertir en la capacidad de las personas y las instituciones que tienen a su cargo la educación de nuestros hijos”, declaró Jaime Saavedra, exministro de Educación de Perú y actual director superior de Educación del Banco Mundial.

 

“La reforma educativa reviste carácter urgente y requiere la perseverancia y la alineación política del Gobierno, los medios de comunicación, los empresarios, los docentes, los padres y los estudiantes. Todos ellos deben valorar el aprendizaje y exigir su mejora”, aseguró el Banco Mundial.

 

Fuente de la Noticia:

Educación deficiente limita el crecimiento económico: Banco Mundial

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Empress Maria Theresa: an enlightened ruler who recognized the value of education for all

By Daniela Lazarová

In this edition of our miniseries, marking the 300th anniversary of the birth of Empress Maria Theresa, we look at one of the most important reforms she introduced: compulsory schooling for all, which set the foundations for a centralized education system, the basics of which remain to this day.

Empress Maria Theresa liked order and this trait was highly prominent in many of the reforms she undertook be it the running of the state administration, the introduction of numbers for houses in place of names which made it easier to find an address or the fact that she ordered the first ever census of the population, albeit concerned only men and cattle in those days. She was equally methodical in introducing compulsory education for all, ordering that all children, boys and girls alike between the age of 6 and 12 years should attend school or receive a private education. Magdalena Šustová of the Museum of Pedagogics says that, while a vast number of people were illiterate at the time, it was actually poverty that prompted the empress to introduce compulsory schooling.

“Soon after ascending the throne Maria Theresa was unwillingly dragged into wars and conflicts and paradoxically it was the consequences of those wars that led her to introduce her school reform. The war left many orphans and impoverished families and created areas which today we would call “socially excluded areas”. Many people had no livelihood and one of the instruments that was to reduce poverty in all the empress’ dominions was education and the reform of the school system.”

Up until then, education was almost exclusively in the hands of religious orders and only accessible to the higher classes. Maria Theresa changed that. She introduced compulsory education for boys and girls across the board, establishing the first network of public schools, and giving them their first curricula by stating what subjects should be taught and overseeing the introduction of the first school book. The reform was not popular with the lower classes, who sent their children to work in the field, but the empress pushed it through with force, threatening to throw parents who refused to send their children to school in prison. The rich, who could afford tutors, were free to secure their children’s education by private means.

Maria TheresaMaria Theresa

In introducing the foundations of a modern-day school system the empress looked abroad for inspiration and was not loath to learn from her enemies. Magdalena Šustová again:

“Her biggest inspiration came from Prussia, from the education reform in Prussia. Although she fought against Prussia she was smart enough to learn from them and commissioned a respected Prussian scholar –Abbot Ignaz Felbiger to draft an education reform plan which she then implemented. So her main inspiration was Prussia.”

In 1774 Felbiger came to Vienna and was appointed General Commissioner of Education for all of Maria Theresa’s Habsburg dominions. The school reforms were aimed to create a sense of national unity of the population of the Austrian Empire and set higher education standards. The same year he issued a common school ordinance and in 1775 produced a school methodology book: Methodenbuch für Lehrer der deutschen Schulen. It contained instructions regarding the methodology of teaching, and introduced the practice of questioning pupils. It was a revolution in the field of education, which until then relied heavily on memorizing. In fact, in 1774 there were many teachers who themselves could not read and write.

Schools were gradually established around the monarchy and the education system was centralized. Magdalena Šustová explains:

“Children were taught to read, write and count and they were taught religion – back then it was the Catholic religion but during the reign of Josef II who decreed religious tolerance also Lutheran or Calvin. Compulsory school education lasted for six years. In the bigger towns the schools were of a higher standard and pupils were taught German as a second language, but in village schools pupils were taught in their native language –so here it was Czech or German in areas where the majority population was German. In secondary schools all subjects were taught in German and it was the same at universities. So a higher education meant you had to learn German.”

Despite her busy schedule, Maria Theresa closely monitored the school reform and her own sixteen children were subjected to a demanding regime. She was a hard disciplinarian who controlled every minute of their time, following their progress and sending their tutors lengthy instructions regarding which areas needed to be improved. She criticized their speech, their behaviour, the fact that they slouched or rested their elbows on their desks. In later life she kept up the stream of letters telling her daughters how to improve their marriage and hold their husband’s interest. She insisted that girls be equally well educated as boys with only a few minor differences.

Maria Theresa with familyMaria Theresa with family

“Compulsory education was the same for boys and girls. The only area where the education differed was in handwork where girls usually took sowing classes or needlework while the boys were taught things like beekeeping and crop growing. But it is true that the foundations for an equal education were laid down by Empress Maria Theresa.”

The education reform is one of the most highly valued reforms introduced by the empress. When she came to the throne the level of illiteracy was very high and although the progress made was gradual historians say that ten years after it was launched seventy percent of children in her dominions attended school.

Source:

http://www.radio.cz/en/section/czech-history/empress-maria-theresa-an-enlightened-ruler-who-recognized-the-value-of-education-for-all

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Educación en Zimbabwe, una prioridad para su gobierno

Por: Viviana Díaz

África cuenta con cifras alarmantes con respecto al estado de la escolarización y el alfabetismo, sin embargo, naciones como Zimbabwe trabajan abiertamente con el fin de lograr una sociedad instruida, que destierre los fantasmas de la colonización.
Así lo expresó a Prensa Latina el ministro de Educación Primaria y Secundaria de ese país africano, Lazarus Dokora, quien ostenta el cargo desde el año 2013.

Dokora refiere que para comprender el sistema educativo actual, hay que remontarse a dos periodos clave de la historia de Zimbabwe: antes de la ocupación británica y el momento posterior a 1980.

Los indígenas de la región tenían sus propios métodos para el aprendizaje, pero el proceso de colonización y conquista del territorio resultó en la imposición del sistema de valores ingleses atado al centro imperial del poder.

Si bien la presencia del Reino Unido en la entonces República de Rodesia enfrentó la resistencia de los pobladores indígenas, no fue hasta 1963 que surgieron nuevas formaciones políticas como la Unión Nacional Africana de Zimbabwe (ZANU por sus siglas en inglés) para unificar los esfuerzos en pos de ponerle fin al coloniaje.

Dicha empresa se alcanzó en 1980, momento en el que, según Dokora, se le dio vuelta al país y comenzó la reconstrucción del mismo en términos de economía, sociedad, cultura y educación.

Hoy nuestra nación es el país número uno del continente cuando hablamos de niveles de alfabetismo y de logros en el sector educacional, y a pesar de la situación en África, en los últimos tres años hemos reformado el sistema haciéndolo más adaptable a las necesidades de nuestra gente, señaló Dokora.

El titular de Educación zimbabwense afirmó que el principal objetivo de su gestión es proveer habilidades a los ciudadanos, aspecto que pasó a un segundo plano durante la etapa colonial.

Según Dorkora, el currículum escolar de la colonia era altamente académico y teórico, sin prestar atención al desarrollo de competencias prácticas, y esto dificulta el normal desenvolvimiento de nuestra gente en el mercado laboral.

Asimismo, añadió que con las modificaciones al sistema educacional los jóvenes salen más preparados para el empleo y esto favorece la economía, lo que resulta beneficioso en doble sentido: para los ingresos de las familias y para la economía nacional.

Actualmente, como parte de los recursos del gobierno para mejorar su sistema educativo, Zimbabwe cuenta con casi tres mil jóvenes maestros que cursan un programa especial para el desarrollo de habilidades en los estudiantes, aspecto que según Dokora es un logro para el nuevo currículum que quieren implementar en el país.

Otra de las medidas desarrolladas es el ingreso de los niños a las escuelas desde los cuatro años (antes era a los seis), para así comenzar la formación integral de ciudadanos desde las edades tempranas.

Esa es la piedra angular de nuestro sistema, sacar a estos muchachos de las casas y ponerlos en las escuelas a los cuatro años y, por supuesto, prepararlos para atravesar todo el currículum, afirmó Dokora.

Precisamente, la expansión y mejora de esta cartilla educativa es una de las razones por las que Dokora visitó Cuba recientemente, pues espera contar con la asistencia de la Mayor de las Antillas para continuar con el desarrollo del sector educacional de su país.

Al respecto, Dokora refirió que Cuba ha sido un elemento clave en este desarrollo de la educación Zimbabwense, pues ya desde la década de los 90 la isla caribeña contribuyó a la formación de cerca de cuatro mil profesores de matemática, ciencias e informática para las escuelas secundarias.

Se trata de una inmensa contribución, pues estos profesores se han desplegado hasta las villas y los distritos más alejados, ellos no están prejuiciados contra las escuelas o locaciones rurales o pobres, van a donde esté la necesidad, y eso es muy importante para nosotros, espetó.

Hoy día, existe un proyecto entre ambas naciones de entrenamiento de profesores para la educación secundaria, lo que ha permitido que alrededor 125 mil maestros zimbabuenses estén listos para formar a cuatro millones y medio estudiantes, casi un tercio de la población del país.

Sobre su participación en el evento Pedagogía 2017, celebrado en Cuba el pasado mes de febrero, Dokora señaló que se trataba de un encuentro importantísimo, capaz de generar consensos e ideas que le imprimen mayor energía a los sistemas educacionales de los países participantes.

Además, afirmó que más que un congreso, era un espacio de unidad entre las naciones sin importar sus idiomas.

Los lenguajes tienden a encerrarnos: los anglosajones, los hispanohablantes, los francófonos, estamos todos divididos por nuestras herencias coloniales; pero en un evento como Pedagogía somos capaces de penetrar las barreras del lenguaje y descubrir que, de hecho, siempre hemos estado en sintonía, aseveró.

En este sentido, manifestó que en su país se han llevado a cabo iniciativas similares aunque de menor alcance, como los eventos pedagógicos celebrados en 2013 y 2015, cuya tercera edición acontecerá en agosto del presente año, para lo cual invitaron a los ministros cubanos de Educación y Educación Superior, Ena Elsa Velázquez y José Ramón Saborido, respectivamente, y al teólogo brasileño Frei Betto.

Con la celebración de estos encuentros, Zimbabwe espera dar a conocer los logros educacionales del país y dinamizar su sistema educativo.

Definitivamente, la educación es una prioridad para nuestro gobierno, sector al que destinamos el 6 por ciento del Producto Interno Bruto y que esperamos seguir desarrollando aún más en los años por venir, concluyó.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=76861&SEO=educacion-en-zimbabwe-una-prioridad-para-su-gobierno
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