1918-2018. Cien años de la metodología de proyectos

Por: Francesc Imbernon

Celebramos este año el centenario de la creación de la metodología de proyectos. Seguro que muchas personas dedicadas a la educación lo saben, pero también otros piensan que es una metodología de hace poco. En los últimos años ha pasado a ser la metodología estrella en muchas escuelas. Y con razón.

La aportación inicial salió de William Heard Kilpatrick que nació en el año 1871 en los Estados Unidos. Fue maestro y director de escuela. Al principio de su carrera como docente, se interesó por las teorías de algunos pedagogos de la educación activa sobre las experiencias significativas de los alumnos. En ellos se inspiró para plantear la teoría de que “el aprendizaje pasa de las manos del profesorado a las del alumnado, de tal manera que estos puedan hacerse cargo de su propio aprendizaje, y, como consecuencia, esto comporta tener experiencias significativas, participando en la planificación, producción y comprensión de una experiencia”.

Trabajando, años más tarde, en la Universidad de Chicago, tuvo a John Dewey como profesor y se unió a su filosofía pragmática y a sus concepciones sobre la experiencia. Pasaría a ser uno de sus mejores discípulos. Bajo la influencia de John Dewey escribió un artículo en 1918 de 18 páginas que tenía como título “El método de proyectos“. Y aquí empezó todo.

En este documento presenta formalmente su teoría sobre la Metodología de Proyectos. El método se fundamenta en la creencia que los intereses de los niños y jóvenes tienen que ser la base para realizar proyectos de investigación, de indagación, y estos tienen que ser el centro de proceso de aprendizaje.

Afirma que el aprendizaje se vuelve más relevante y significativo si parte del interés del estudiante y que hay cuatro fases en la elaboración de un proyecto: la propuesta (ver y explicar el problema) que sale de los intereses personales del alumnado; la planificación (definir y formular el proyecto con sus pasos); la elaboración (ejecutarlo, en el tiempo previsto), y la evaluación (evaluar sus resultados y/o efectos posteriores). Y es el grupo de estudiantes el que tiene que llevar a cabo estas cuatro fases y no el profesorado. El método tiene que respetar la individualidad de sus estudiantes, sin descuidar los intereses del grupo.

Kilpatrick profundiza en la idea de que no tendría que existir separación entre el alumnado y el profesorado, y que el alumnado tiene que saber que el docente defiende sus intereses, porque el profesorado influye en las esperanzas, sueños, actitudes y perspectivas de su alumnado y, por lo tanto, en el futuro de la sociedad en la cual viven todos.

La metodología de proyectos, según este autor de hace cien años, espera lo mejor de sus alumnos, los trata como personas, celebra sus logros y respeta sus intereses, a la vez que trabaja a partir de sus experiencias y las amplía. Y todo esto rodeado de un sólido compromiso con los valores y principios democráticos de la educación. Una democracia que se entiende como una manera de vida, un tipo y una calidad de relaciones en el marco de las cuales unos principios morales sensibles afirman el derecho de controlar la conducta individual y del grupo.

En su artículo, nunca traducido, decía que la metodología de proyectos desarrolla en la educación una mayor socialización, respeto, tolerancia y participación, un más grande interés por el aprendizaje, aumenta la autoestima, la motivación, la cooperación, la reflexión y el conocimiento. Y muchas cosas más como trabajar juntos, presentar ideas y respetar la opinión de los otros.

La metodología desarrolla la cooperación y este proceso permite que los estudiantes modelen su conducta, valoren la búsqueda de consenso y sepan apreciar el trabajo conjunto.

Pero también nos avisa de los peligros como el largo tiempo que se aplica, la búsqueda de información que, a veces, se hace pesada, no tener claros los objetivos y las dificultades que pueden aparecer con actitudes individualistas.
Y también implica un trabajo riguroso del profesorado con guías de trabajo en algunas áreas para respetar el desarrollo individual y grupal de cada alumno, el diseño de materiales y procesos de investigación. Así como la agrupación de varias disciplinas en áreas de trabajo para ser tratadas de forma integrada.

Aunque es verdad que se ha publicado sobre esta metodología y su autor, y se va adaptando necesariamente a nuestra época -hace tiempo que se hacen publicaciones sobre la metodología y su aplicación-, creo que después de cien años bien se merece un homenaje por su primera y gran aportación, a veces olvidada, en la educación actual.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/04/04/1918-2018-cien-anos-de-la-metodologia-de-proyectos/

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3 aspectos clave del aprendizaje competencial

11 de enero de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Por: Mario Serrano

Trabajar de forma más competencial comporta pequeños cambios en nuestro modo de trabajar en el aula.

1. Trabajar de forma competencial implica trabajar los contenidos de forma integrada.

Las competencias básicas están formadas por 4 componentes básicos: los contenidos factuales, conceptuales, procedimentales y actitudinales. Este hecho implica plantear actividades de aprendizaje que permitan al alumnado aplicar los cuatro tipos de contenidos de forma integrada.

¿Por qué deben aplicarse de forma integrada los conocimientos? Porque es imposible resolver cualquier problema de la vida sin utilizar, para su resolución, estrategias y habilidades sobre unos componentes factuales y conceptuales dirigidos, inexcusablemente, por una pautas o principios de acción de carácter actitudinal. Por ejemplo, ante una acción tan corriente como cocinar, estamos aplicando, de forma integrada, todos nuestros conocimientos: seleccionamos los ingredientes (hechos) más adecuados en base a una receta (procedimiento) de manera que comamos de forma sana y equilibrada (actitud).

2. El alumnado será más competente si aplica sus conocimientos sobre aprendizajes que sean funcionales.

Los contenidos trabajados en el aula deberían ser aplicados sobre hechos reales o problemas cotidianos.

Conectar los intereses del alumnado con los contenidos curriculares puede ayudar a mejorar el desarrollo de sus competencias.

¿Cómo conocer sus intereses? ¡Escuchandolos!: de qué hablan, qué les interesa, con quién se relacionan, cómo se relacionan…

3. Ser más competente implica ser más autónomo.

Un/a alumno/a será más competente si reflexiona sobre lo que hace, lo razona o argumenta y es capaz de comunicarlo convenientemente.

Es importante que el alumnado proporcione respuestas abiertas, planteándose dudas que le ayude a reelaborar el conocimiento y, a la vez, que sea consciente de sus aprendizajes.

Sería necesario que el alumnado trabajase en situaciones donde pueda aplicar, eficazmente, aquello que ha aprendido, transfiriendo sus aprendizajes al análisis y la resolución de nuevas situaciones, poniendo en práctica valores y actitudes de convivencia.

Trabajar de forma más competencial en el aula comporta cambios metodológicos en la forma habitual de trabajar. Implica trabajar sobre situaciones reales en los que aplicar, de forma integrada, conocimientos, habilidades y actitudes.

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/la-semana-de-las-competencias-en-educacion/

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España: 448 repetidores de 2º de Bachiller, entre dos leyes educativas

España/31 de Octubre de 2016/

El alumnado que suspendió 2º con el currículo LOE, afectado ahora por la incertidumbre de la LOMCE
Tuvo que elegir entre superar las materias pendientes o preparar la ‘nueva’ Selectividad.

El solapamiento de dos leyes estatales unido a la confusión e incertidumbre política ha dejado atrapados a casi 500 repetidores navarros. Al decidirse que la ley educativa LOMCE se extendería en este año escolar, 2016-2017, a todos los cursos, se creó una barrera que genera situaciones atípicas. Por ejemplo: ¿qué ocurre con el alumnado que suspendió el año pasado 2º de Bachiller, cuando aún tenía el currículo de la LOE? ¿Ahora repite todo el curso y se examina de nuevas asignaturas? ¿Puede realizar la prueba final de Bachillerato, que en principio servirá de acceso a la universidad? El último anuncio de Rajoy sobre las reválidas no aclara estas dudas en las que viven casi medio millar de estudiantes.

Fuente: http://www.noticiasdenavarra.com/2016/10/30/sociedad/navarra/448-repetidores-de-2-de-bachiller-entre-dos-leyes-educativas

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