Adolfo León Atehortúa: “Se viene una masacre de licenciaturas en el país” (Colombia)

América del Sur/Colombia/07 Mayo 2017/Fuente:las2orillas /Autor:Observatorio de la Universidad Javeriana

El rector de la Universidad Pedagógica, Adolfo León Atehortúa, anuncia la debacle a partir de una ley del 2015 que será efectiva el próximo 9 de junio

La Ley 1753, de 2015, o Plan Nacional de Desarrollo, aprobado por el Congreso por recomendación del Gobierno y, en este caso del Ministerio de Educación Nacional (art. 222), dice que todos los programas de licenciatura tienen que acreditarse en alta calidad antes del 9 próximo de junio. De no hacerlo, deberán cerrar.

El rector de la U. Pedagógica Nacional, Adolfo León Atehortúa, IES que por Ley 30 de 1992 (art. 136) es “asesora del Ministerio de Educación Nacional en la definición de las políticas relativas a la formación y perfeccionamiento de docentes no universitarios”, pero que no fue consultada para este tema, dice que además de inconveniente, la norma afectará la cobertura en varios departamentos, y golpeará la cobertura nacional entre 40 y 80 mil estudiantes.

“Increíble paradoja. Un plan de desarrollo que busca ampliar la cobertura en educación superior, la reduce de tajo con un solo artículo; un país que requiere de maestras y maestros para la construcción de paz renuncia a formarlos en las regiones que vivieron con más saña el conflicto que pretende terminarse”, dice en su columna de El Espectador, denominada “en defensa de las licenciaturas” que reproducimos a continuación:

En virtud del artículo 222 de la Ley 1753 de 2015, por la cual se expidió el Plan Nacional de Desarrollo, los programas de licenciatura, construidos para la formación de maestras y maestros en todo el país, fueron obligados a tramitar y obtener su acreditación de alta calidad antes del 9 de junio de 2017. En caso de no lograrlo, dispuso la ley, perderán el registro calificado otorgado para su funcionamiento y, por consiguiente, tendrán que suspender inscripciones y cerrar su oferta.

El proceso no ha sido sencillo. Durante el plazo concedido de dos años, a partir del 9 de junio de 2015, las licenciaturas debieron acogerse también al Decreto 2450 del 17 de diciembre de 2015, que reglamentó las condiciones de calidad para el otorgamiento y renovación de sus registros calificados, y a la Resolución 2041 del 3 de febrero de 2016, por la cual se establecieron las características específicas de calidad de dichos programas para la obtención, renovación o modificación del registro calificado.

En dichas condiciones, el artículo 222 de la ley del Plan Nacional de Desarrollo, que para el caso es norma instrumental y temporal, derogó parcialmente una ley marco, la Ley General de Educación, que otorga carácter voluntario a la acreditación y reconoce, además, la autonomía universitaria que consagra el artículo 69 de la Constitución nacional. Pero, por otra parte, decreto y resolución arriba mencionados, exigieron sin lógica la inmediata autoevaluación de los programas y emprender las reformas necesarias para presentarse en solo seis meses al Consejo Nacional de Acreditación, con la previa implementación de nuevas y rigurosas características específicas de calidad impuestas para su funcionamiento.

Por supuesto, muchas universidades no tuvieron la capacidad ni el tiempo suficiente para poner en inmediata marcha los ajustes pretendidos, con las consecuentes afectaciones curriculares y presupuestales, que impidieron en muchos casos la presentación ideal del conjunto de características y factores de calidad que se exigían.

No era tampoco asunto de voluntad. Uno de los requisitos perentorios consistió en alcanzar de inmediato, por parte de todos los licenciados, el nivel A2 de desempeño en una lengua extranjera. Desde luego, comprendemos la bondad presente en el espíritu e intención de la norma, pero una lengua no se aprende por decreto: en el contexto colombiano, el proceso de aprendizaje de una lengua extranjera es atravesado por diferentes factores como las profundas brechas del desarrollo regional, el nivel socioeconómico, el capital cultural familiar, las posibilidades de inmersión y otras condiciones que facilitan o retrasan el aprendizaje de una segunda lengua en el nivel esperado. Más aún, si se considera que la gran mayoría de los estudiantes que ingresan a las licenciaturas de las universidades estatales llegan del bachillerato sin herramientas para el dominio de una lengua extranjera, sería necesario brindar 180 horas en cursos para alcanzar el nivel A1 y luego 180 horas para lograr el A2. Este hecho exigiría dos años en función de obtener el nivel establecido por la norma, siempre que se ofrezcan cursos de cinco horas semanales, y rompería en la práctica los currículos sin cumplir con el exiguo plazo estipulado por la ley.

En consecuencia, nos encontramos hoy ante la perspectiva de una auténtica “masacre” de licenciaturas. De acuerdo con un estudio adelantado en la Universidad Pedagógica Nacional, existen 501 licenciaturas en el territorio nacional: 300 en instituciones de carácter oficial y 201 en instituciones privadas. Entre ellas, a 2016, solo 89 contaban con acreditación de alta calidad vigente y 272 tenían la obligación inmediata de acreditarse. Sin embargo, solo 154 se presentaron al proceso; lo cual significa que, a junio 9 de 2017 conforme dispone la ley, en el mejor de los casos, menos de 200 licenciaturas contarían con acreditación de alta calidad o estarían en perspectiva de lograrla, mientras el resto cerraría sus puertas para el próximo semestre. A corto plazo, entonces, la cobertura en educación superior del país se reduciría por este efecto en 40 u 80 mil estudiantes; una meta muy contraria a la que se había propuesto el mismo Plan Nacional de Desarrollo.

No obstante, lo más grave es que, según el mismo estudio, al discriminar por departamentos la distribución de las licenciaturas con acreditación de alta calidad, estas se concentran en Bogotá (33.71 %), Antioquia (13.48 %) y Boyacá (11.24 %), mientras en departamentos como Bolívar, Cesar, Chocó, Guajira, Magdalena, Putumayo y Sucre, que ofrecen hoy el 11,8 % de las licenciaturas en Colombia, estas no alcanzarían la acreditación y dichas regiones se quedarían, muy probablemente, sin programas para la formación de maestras y maestros. Aún más, licenciaturas creadas en virtud de las diversidades regionales y en atención a las expectativas de desarrollo requeridas en importantes escenarios rurales afectados por el conflicto político armado serían las más perjudicadas.

Increíble paradoja. Un plan de desarrollo que busca ampliar la cobertura en educación superior, la reduce de tajo con un solo artículo; un país que requiere de maestras y maestros para la construcción de paz renuncia a formarlos en las regiones que vivieron con más saña el conflicto que pretende terminarse.

El presidente de la República, premio Nobel de Paz, debiera examinar la situación y utilizar los instrumentos legales a su alcance para impedirlo. El Ministerio de Educación Nacional es consciente de lo que sucede.

Las licenciaturas en cifras (consulta en SNIES)

– Total de licenciaturas activas: 533

– Ofertadas por universidades oficiales: 295

– Ofertadas por universidades privadas: 2138

– Ofertadas por instituciones universitarias oficiales: 16

– Ofertadas por instituciones universitarias privadas: 84

– En metodología presencia: 442

– En metodología distancia tradicional: 74

– En metodología distancia – virtual: 17

Fuente de la noticia: https://www.las2orillas.co/se-viene-una-masacre-licenciaturas-pais/

Fuente de la imagen:https://www.las2orillas.co/wp-content/uploads/2017/05/pedagogica-1.jgp

Comparte este contenido:

Panamá: La educación inicial, el gran reto del 2017

Centro América/Panamá/10 de febrero de 2017/Fuente: laestrella.com

¿Por qué es importante reforzar el aprendizaje pre-escolar? Un vistazo a los desafíos e iniciativas de las instituciones públicas y privadas

A juicio de la especialista en educación temprana, Gloria Bejarano el máximo reto de la educación inicial es crear consciencia sobre su importancia. ‘Si tienes un enfoque educativo acertado, estás creando ciudadanía desde la cuna’, dice.

Según cifras oficiales, solo un 10% del total de niños entre menores de 4 años en Panamá asisten a un centro de orientación infantil.

‘El problema no es que asistan o no a un centro de orientación infantil. El tema es si hay una sociedad enterada y convencida de que a un niño de esta edad hay que entregarle lo mejor’, sostiene Bejarano, directora de Fundación Casa Taller, en entrevista con La Estrella de Panamá .

Se pueden crear buenos ciudadanos desde la cuna. Así describe la especialista lo vital de la educación en la etapa temprana, consciente de que el 2017 fue declarado en nuestro país como: ‘Año de la primera infancia’.

LA RESPUESTA A LA PROBLEMÁTICA

El problema en Panamá es que nos hemos ocupado mucho por la crianza —es decir, la manera cómo atender a un niño— en lugar de darle relevancia a su educación, según Bejarano, quien dirige el Centro de Fomento Educativo de Ciudad del Saber, Fundación Casa Taller.

‘Si durante los primeros tres años hay una carencia, eso va a ser lo que el niño arrastre toda su vida’, dice la especialista.

Otro punto a resolver —además de la conscienciación ciudadana— es la calidad de los centros educativos, según Bejarano.

‘Los centros responsables de la formación de la primera infancia deben cumplir con los estándares de calidad que hay’, apunta.

De hecho, recientemente la Dirección de Protección Social del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), inició una revisión de los Centros de Atención Integral para la Primera Infancia (Caipi) puesto que muchos de estos —anteriormente llamados Centro de Orientación Infantil (COIF)— operaban sin cumplir los requerimientos básicos.

LA LABOR DE CASA TALLER

Como tercer punto para enfrentar el desafío de la educación inicial —más allá de la conscienciación y la calidad de los centros educativos— Bejarano menciona la investigación.

En este nivel se enfoca la fundación que preside. ‘Casa Taller está trabajando en cómo construir conocimiento sobre esta etapa tan importante del desarrollo del niño’, revela la especialista.

En enero de este año se llevó a cabo el IV Curso Internacional de Especialización ‘Construcción de proyectos innovadores para la primera infancia’, dictado por el Instituto Internacional de Educación Infantil de la Universidad Central de Chile. Una iniciativa que realiza cada año Fundación Casa Taller con el apoyo de Unicef.

Por otro lado, en 2016 Casa Taller logró por primera vez reunir a nueve universidades de la región para discutir sobre la también llamada educación parvularia, en el ‘I Encuentro Regional de Universidades: Formación docente para la primera infancia por una educación de calidad’, realizado en el Campus de la Universidad Autónoma de Chiriquí.

‘Las sociedades aún visualizan a los niños y a las niñas solamente como objetos de cuidado y no como personas sujetos de derechos’, publicó Bejarano en una declaración luego del encuentro regional, que firmaron los asistentes.

En ese mismo documento establecen que la formación profesional universitaria para la educación de la primera infancia requiere —entre otros puntos— ‘una perspectiva humanista a partir de la cual se potencie un concepto de niño, niña situado como persona proactiva, creadora, curiosa, lúdica, sensible, con creciente autonomía y en constante construcción de sus aprendizajes’.

ESFUERZOS CONJUNTOS

La magnitud del reto que significa la educación inicial ha llevado a unir esfuerzos públicos y privados.

Así nació en 2009 el Consejo Nacional de Atención Integral (Conaipi), el cual lo integran alrededor de 21 organismos, entre gubernamentales y privados.

Desde aquel año se reúnen periódicamente y tratan temas específicos. Fue en diciembre de 2016 que instituyeron ‘2017, año de la primera infancia’.

‘Lo interesante de esta iniciativa es que la educación en esta etapa sea un tema de estado’, agrega Bejarano. ‘Al declarar el 2017 como el año de la primera infancia, es una buena razón para tener una plataforma de trabajo que se desarrolle a lo largo’.

¿Qué le ofrece el país a los nuevos ciudadanos? Es la pregunta que deben responder no solo autoridades y grupos privados, sino la sociedad completa.

38 MIL NIÑOS

De entre 0 y 4 años viven en el país. Según un reporte de septiembre de 2016 publicado por un diario local, solo el 10% de ellos asistían a Centros de Orientación Infantil (COIF).

2017

AÑO DE LA PRIMERA INFANCIA

En 2016, la Conaipi —un esfuerzo de 21 instituciones público privadas que coordina Mides- lo anunció. Desde 2009 esfuerzos mixtos se unen en pro de los menores.

Fuente: http://laestrella.com.pa/vida-de-hoy/familia/educacion-inicial-gran-reto-2017/23985142

Imagen: laestrella.com.pa/media/news/image/299237_800x600_crop_589a60bb54723.jpg

Comparte este contenido: