Políticas educativas desde la inclusión y la equidad

Por: Antonio Hernández Lobo

Algunos ejemplos de desigualdad educativa se reflejan en la pobreza y la exclusión social, siendo al mismo tiempo causa y consecuencia de las desventajas educativas.

Ahora que estamos inmersos en el debate educativo desde la Subcomisión para la elaboración de un gran Pacto de Estado Social y Político por la Educación en el Congreso, hay un punto en el consenso generalizado acerca de las políticas educativas. Éstas deben dar respuesta a la diversidad y a las necesidades derivadas de ella, para que todo el alumnado pueda terminar con éxito su formación y desarrollar su potencial, independientemente de su origen y circunstancias. Un gran reto al que nos enfrentamos debido a las diferencias socioeconómicas, las bajas tasas de participación en educación infantil, el nivel educativo de los padres y madres así como los antecedentes étnicos o migrantes de su alumnado.

La Declaración de París de 2016 propugna la movilización del sector educativo para promover la inclusión y los valores fundamentales, estableciendo una serie de objetivos concretos a nivel nacional y local, y define cuatro grandes prioridades para la cooperación a nivel europeo.

 Conceder a los jóvenes competencias sociales, cívicas e interculturales, promoviendo los valores democráticos y los derechos fundamentales, la inclusión social, la no discriminación y la ciudadanía activa, estimular el pensamiento crítico y la alfabetización audiovisual, en particular con relación al uso de internet y las redes sociales, para una mayor resistencia frente a la discriminación y el adoctrinamiento, impulsar la educación de los niños y jóvenes desfavorecidos, velando por que nuestros sistemas educativos y de formación respondan a sus necesidades, y promover el diálogo intercultural a través de todas las formas de aprendizaje, en cooperación con otras políticas y agentes.
Algunos ejemplos de desigualdad educativa se reflejan en la pobreza y la exclusión social, siendo al mismo tiempo causa y consecuencia de las desventajas educativas.

Al mismo tiempo, un reciente estudio, presenta las causas y consecuencias de la falta de equidad en educación, para luego proponer retos y posibles soluciones en relación con cuatro grandes áreas,  el aprendizaje a lo largo de la vida, habilidades y empleabilidad, la educación inclusiva para los niños desfavorecidos, la equidad y la eficiencia de los sistemas de educación y formación, y la capacitación de los educadores y el personal de la enseñanza.

Algunos ejemplos de desigualdad educativa se reflejan en la pobreza y la exclusión social, siendo al mismo tiempo causa y consecuencia de las desventajas educativas.

Por tanto, el nivel socioeconómico del alumnado  actúa como determinante en los resultados escolares, y su riesgo de abandono del sistema. La calidad de la educación en la primera infancia es crucial para romper con el círculo de la desventaja social y educativa. Para ello es importante, entre otras cosas, ubicar a los mejores docentes en las zonas más desventajas ayuda a incrementar la eficiencia y equidad de la educación.

En relación con la educación inclusiva para niños en situación de riesgo, tales como inmigrantes o procedentes de minorías étnicas por poner algunos ejemplos, se debe promover y apoyar la participación de las familias y las comunidades locales. Debemos, por tanto apostar por la equidad y la eficiencia de nuestro sistema educativo aplicando de manera eficaz estrategias de mejora, tanto en la atención temprana y en la primera infancia, como en la provisión de educación formal y no formal.

Por lo tanto, y a modo de conclusión, estamos en un momento de debate donde se hace necesario promover una acertada política educativa asegurando una inversión sostenible en la financiación del sistema. Y en este punto hemos de hacer hincapié en la formación y en la capacitación del profesorado y de los equipos directivos de los centros para el trabajo en la  creciente diversidad del aula, observándose en muchos casos la ausencia de programas formativos relacionados con la diversidad de nuestro alumnado a través de pedagogías innovadoras.

Fuente: https://harodigital.com/opinion/politicas-educativas-desde-la-inclusion-la-equidad/

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Brasil: ¿Es el racismo de Brasil diferente al de Estados Unidos?

Brasil: ¿Es el racismo de Brasil diferente al de Estados Unidos?

América del Sur/Brasil/Junio de 2016/El País

Un filósofo brasileño afirma que la discriminación hacia los negros es distinta en Brasil, donde la segregación es mas socioeconómica que racial
El tema del racismo se ha agudizado en Brasil, o mejor dicho, la sociedad lo está condenando y poniendo en evidencia como nunca en el pasado. Y eso es positivo. Supone una nueva toma de conciencia social.
Lo que es más difícil, y al mismo tiempo, urgente para Brasil, donde las personas de color ya superan a las blancas, es analizar la raíz del racismo, que no se vive igual en las diferentes partes del mundo.
Un negro, un indígena o un mestizo pueden ser motivo de prejuicio por motivos diferentes. Un negro puede serlo por ser tal. Se trataría, en el fondo, de reconocer que pertenece a una raza inferior. Es el racismo que no tiene salida.Cuando en Estados Unidos los negros no podían viajar en los autobuses junto con los blancos, ni usar el mismo retrete, la discriminación era de raza. Es como si dejásemos a los cerdos entrar en casa.
Cuando en Brasil la policía, en la calle, se encuentra con un asalto y corren juntos un negro y un blanco, lo más seguro es que detenga al negro, que para el agente es más probable que sea un bandido. En este caso, el racismo no tiene por qué ser racial. Se da por entendido que los negros estudian menos, saben menos, son más pobres y, por tanto, más inclinados al crimen. Es un racismo social.
Si el detenido en la calle, aunque negro, hubiese sido un catedrático de la Universidad o un magistrado del Supremo, seguramente la policía lo hubiese tratado diferente. No se le discrimina por su raza, sino por el prejuicio de que los de color son más tontos y malos que los blancos.
El economista y filósofo Eduardo Giannetti, autor del libro Trópicos utópicos, de la editorial Companhia das Letras, dijo en una entrevista al diario O Globo que “el racismo en Brasil tiene una naturaleza social, y no de raza”. Añade que es completamente diferente, por ejemplo, del estadounidense, donde se dio una “separación monstruosa”. Giannetti reconoce que el “abismo social” en Brasil, y no solo entre blancos y de color, es enorme e infiltrado de prejuicios, pero al mismo tiempo, defiende que la característica de dicho racismo es sobre todo social.
Achaca esa diferencia del racismo brasileño al hecho de que los colonizadores portugueses convivieron siglos con los árabes, lo que les dio experiencia en relación a las diferencias “que no tuvieron los anglosajones”.
¿Quiero ello decir que el racismo que vive Brasil deja de ser menos grave? No. El hecho de ser un racismo social no deja de ser monstruoso y debe ser combatido con la misma fuerza con la que un Luther King condenó el racismo de segregación en los Estados Unidos.
Lo positivo, si es posible usar el adjetivo en un tema tan terriblemente inhumano, es que al ser el brasileño un racismo más bien social es más fácil combatirlo a través de una campaña cultural y política.
Es urgente, para ello, que se pongan todas las fuerzas al servicio de una mayor escolaridad de los brasileños de color, que castiga a los más pobres, discriminándoles y relegándoles a los trabajos más humildes.
Es urgente que se profundice, ya desde la escuela, el concepto de que no existen razas, sino etnias, todas ellas igualmente humanas, igualmente ricas y dignas de respeto.
Si es cierta la tesis de Giannetti de que el racismo brasileño es fundamentalmente social, existe hasta la posibilidad, como él apunta en su libro, de que Brasil pueda ser hoy en el mundo una alternativa y hasta una “utopía de civilización” que podría ser ofrecida al mundo en una hora de oscuridad y amenazas de nuevas barbaries que degradan a la humanidad.
Foto: Celebración del día de la Conciencia Negra en Sao Paulo. AGENCIA BRASIL
Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2016/06/28/actualidad/1467066028_896047.html

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Argentina: «La mitad de los jóvenes no termina el secundario»

En el Senado, el ministro de Educación Esteban Bullrich planteó el grave panorama que dejó la «herencia K». «La mala calidad educativa amplía las diferencias socioeconómicas de nuestro país», sentenció.

Argentina/14 de Abril de 2016/Diario La Razón

“Hoy la mitad de los jóvenes no terminan el secundario, y la mitad de los que terminan lo hacen sin comprender textos», advirtió el ministro de Educación de la Nación Esteban Bullrich, al tiempo que planteó la compleja escena que dejó la «herencia» kirchnerista en materia educativa.

«Queremos hacer una profunda reforma”, dijo ante la Comisión de Educación del Senado, a la que concurrió para exponer el cuadro de situación.»La mala calidad educativa amplía las diferencias socioeconómicas de nuestro país», sentenció y ratificó el anuncio realizado por Macri de empezar la educación inicial a los 3 años, para lo que haría falta construir 3000 jardines nuevos.

Además, en otra parte de su dura crítica a la gestión anterior, el funcionario se refirió a la formación de grado, fue entonces cuando destacó que “la tasa de graduación universitaria es del 10%». Y, “en el 20% más pobre de la sociedad la tasa de graduación universitaria está en el 1%».

Por otro lado, Bullrich volvió sobre la decisión del Gobierno de avanzar en las evaluaciones, no sólo de los alumnos, sino también de los docentes. «Vamos a evaluar todos los años, todos los niveles por provincia y por municipio», insistió. La idea que se informe “si se cumplen los objetivos» que serán fijados cada año para la cartera que administra.

«No puede haber una evaluación universitaria basada en los réditos políticos», se quejó sobre la administración K y planteó la necesidad de «ordenar el manejo de recursos» para las universidades que, afirmó, «ha sido discrecional, injusta y ha generado diferencias» entre ellas.

Conectar Igualdad

Ante una pregunta de Liliana Fellner (FPV-Jujuy), el ministro negó que se hubiera cancelado la iniciativa. «No hemos terminado con ningún programa», señaló. En ese marco, garantizó la continuidad del reparto de computadoras (resaltó que se efectivizó la compra de 160.000 unidades), pero también aseguró que se suspendió una licitación por un tema de control. «Estamos revisando el precio de las máquinas, porque la Ciudad compra muchas menos unidades y pagó un precio 30% menor del que pagó la Nación», cerró, en otro reclamo a la gestión que lo precedió.

 Fuente: http://www.larazon.com.ar/actualidad/mitad-jovenes-termina-secundario_0_779100067.html
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