Europa/Alemania/10 Octubre 2019/DW
Más de 6 millones de personas en Alemania tienen graves problemas de lectura y escritura. ¿Cómo los enfrentan en la vida cotidiana y qué ayuda les ofrecen?
Una vida sin leer y escribir es impensable para la mayoría de la gente, pero para el 12 por ciento de los alemanes entre 18 y 64 años, la alfabetización deficiente forma parte de la vida cotidiana. Así lo indica un estudio realizado por la Universidad de Hamburgo.
El estudio LEO (Vida con baja alfabetización) afirma que de la la cifra de 6,2 millones de personas que registra la estadística incluye a aquellas que son capaces de reconocer letras, palabras y oraciones individuales pero que tienen dificultades para combinarlas. Es decir, no pueden comprender fácilmente el significado de un texto largo o no pueden escribir con fluidez.
Kerstin Goldenstein, de 60 años, de Tréveris, ha desarrollado su propia estrategia para hacer frente a sus dificultades de escritura todos los días: «Cuando escribo una tarjeta de cumpleaños, escribo mi texto en un trozo de papel que coloco en la tarjeta. Si cometo un error, puedo tirarlo y empezar de nuevo», explica.
Libros en lenguaje sencillo
«Fue un largo camino para poder hablar más abiertamente sobre el tema y aprender a escribir en forma correcta. La vergüenza que sienten las personas con problemas de lectura y ortografía es enorme”, dice Goldenstein. A pesar de su problema, se considera afortunada porque es capaz de leer un libro a ritmo lento. Algunos editores se han especializado incluso en la publicación de literatura mundial y bestsellers en lenguaje sencillo.
Los profesores ni se enteran
Kerstin Goldenstein terminó sus estudios en el 10º grado, completó una formación profesional, luego trabajó en una carnicería y finalmente en un centro comercial. Todo esto a lo largo de 37 años. Pero, ¿cómo es posible que en un país desarrollado como Alemania, donde la escolarización es obligatoria, la gente pueda graduarse sin saber leer ni escribir a un nivel superior? «Mi maestra no se dio cuenta de mis dificultades», dice Goldenstein sobre sus días de escuela. Se graduó de la escuela porque era muy buena oralmente y así pudo compensar sus errores ortográficos.
Los analfabetos se ayudan entre sí
Hace solo unos años, cuando descubrió que sus problemas de alfabetización estaban afectando su bienestar general, Goldenstein asistió a un curso de alemán en el centro de educación para adultos. «Nunca podré escribir bien, pero he progresado mucho y ahora puedo hacer lo que nunca pensé que fuera posible: escribir relatos cortos», informa orgullosa.
Junto con otros, Goldenstein ha fundado un colectivo de escritores. Allí no solo es la portavoz, sino también «embajadora de aprendizaje» de la asociación Alphabetisierung und Grundbildung en Münster. La asociación informa a nivel nacional sobre los cursos de alfabetización y ofrece una línea telefónica anónima para aquellos que buscan asesoría.
«De los 6,2 millones de analfabetos «funcionales” o personas ligeramente alfabetizadas en todo el país, sólo unos 30.000 asisten a cursos de alfabetización cada año», explica Tim Henning, director de proyectos de la asociación. «Sólo tenemos unos 100 embajadores del aprendizaje en todo el país, pero son importantes motivadores y personas con las que otros pueden identificarse en cuanto a sus problemas de alfabetización», afirma.
Algunas causas no ampliamente investigadas
Según Henning, las causas del analfabetismo funcional son múltiples. «Hemos identificado algunos factores clave, como el entorno de casa», explica. «Si los padres no están interesados en la educación, el niño tiene dificultades. Otro factor importante es el sistema escolar. «Si los niños no aprenden a leer y escribir bien en la escuela primaria, rara vez pueden ponerse al día en la escuela secundaria.”
Otras causas pueden ser dislexia o trastornos de déficit de atención. La muerte de uno de los padres o el divorcio también hacen que el aprendizaje sea más difícil para los niños. A veces se sienten aislados y no pueden expresar sus necesidades.
Gran desventaja en la vida diaria
Aunque los resultados del estudio LEO de este año son mejores que en 2010, siguen siendo alarmantes. Las capacidades de los menos alfabetizados son muy diferentes: algunos, como Goldenstein, pueden leer libros y disfrutarlos, otros no logran obtener una licencia de conducir, para la que se necesita leer el examen.
Otros no están en condiciones de leer el manual de instrucciones de los aparatos, pagar facturas en línea, comunicarse por correo electrónico o rellenar formularios fiscales, mucho menos descifrar los textos en medicamentos.
«A menudo, los médicos o farmacéuticos dan instrucciones orales sobre cómo tomar el medicamento», dice Henning. «Esta es también una de nuestras áreas de cooperación. Colaboramos con los médicos y les pedimos que transmitan información sobre alfabetización y nuestros números de teléfono de emergencia a sus pacientes porque confían en ellos».
Dos tercios de las personas con dificultades de lectura y ortografía tienen empleo, lo cual aumenta su autoestima. Pero «los empleos muchas veces implican trabajos de bajo nivel como la construcción o la limpieza», explica Tim Henning. Los expertos subrayan que el analfabetismo funcional no se relaciona con la falta de inteligencia.
Fuente: https://www.dw.com/es/lidiando-con-el-analfabetismo-en-alemania/a-50728073