9 claves para establecer un estilo democrático en el aula

Por: Haydee Mesa

Aunque no existe una receta mágica que te garantice el estilo perfecto de relacionarte con tu alumno, hoy por hoy, sabemos que estilo educativo que más favorece el desarrollo cognitivo es el democrático: aquél que a través del diálogo hace al alumno protagonista de su propia educación.

Este despliegue de confianza en el potencial del niño lo lleva a asumir responsabilidades adaptadas a su desarrollo y contando siempre con el apoyo de un “amoroso educador que por experiencia propia sabe que las cosas no se pueden hacer perfectas”. El resultado es una plantilla de alumnos con menor inseguridad y mayor autoestima.

He aquí algunas  claves  en las  que apoyarte para  ejercer  un estilo  democrático basado  en  la confianza y el diálogo, que, por obvias que parezcan, no siempre son aplicadas:

1. Establecer normas de comportamiento claras con una sencilla y corta explicación sobre tus motivos. De este modo, tendrán claro lo que pueden y lo que no pueden hacer.

2. Sé empático con cualquier respuesta emocional que manifiesten tus alumnos frente al límite, mostrando tu cariño y aceptación. Respeta su llanto de frustración o su enfado si esa es su reacción. Hazle un hueco a su emoción sin ignorarlo, sin frialdad ni mala cara. Realmente tiene derecho a enfadarse o manifestar su enfado ante un límite. Si respetas su emoción, cuando haya pasado estarás ahí para abrazarlo y repetirle con cariño y firmeza la norma. Así, habrás mantenido tu límite con cariño y respeto. Ser empático no te resta firmeza.

3. Escucha su punto de vista sobre el tema. Quizá su perspectiva pueda aportarte algo para reestructurar o enriquecer la norma o hasta para suprimirla si realmente no es tan necesaria como creíste en un principio. Si realmente es necesaria así, mantenla con firmeza, no con enfado. Básate en el dialogo y la comprensión.

4. No enjuicies al niño, sino a su acción ayudándolo a ver las consecuencias que ésta tiene. No digas “eres malo”, sino “esto que hiciste no está bien”, por esto y por lo otro. Haced una lista de consecuencias juntos.

5. Apóyalo a que tome decisiones por sí mismo. En función de su edad ayudándolo a asumir.

6. Ayúdalo a asumir la responsabilidad de sus decisiones. Con mucho cariño y respeto ayúdalo a ver, cuando algo no salió como él quiso, todas las cosas que aprendió con esta nueva experiencia y que ahora puede aplicar a la próxima. Enséñale que los “supuestos errores” son grandes maestros.

7. Limítate a estar siempre presente para guiarlos y orientarlos dejando que actúe por sí mismo. Evita la tentación de intervenir a menos que él te lo pida.

8. Ofrécele las herramientas para solucionar sus conflictos pero no intervengas en ellos en la medida de lo posible.

9. Demuéstrale siempre tu cariño. Esto es lo que verdaderamente le va hacer confiar en la norma e infundirle fuerza para aceptarla.

Fuente: http://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/educacion-emocional/9-claves-establecer-estilo-democratico-aula/42713.html

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Los cerebros de los alumnos se sincronizan durante una clase

Por: Tendencia 21

Sus ondas cerebrales presentan modelos similares que son más intensos cuanto mayor es la concentración.

Los cerebros de los alumnos se sincronizan durante una clase, ha descubierto un estudio, ya que sus ondas cerebrales presentan modelos similares. La sincronización es mayor cuanta más concentración tienen los alumnos. La investigación, basada en EEG, servirá para determinar cómo la audiencia de un espectáculo puede influir sobre lo que se produce en el escenario.

uando las personas de un grupo están concentradas unas con otras y con el entorno, sus ondas cerebrales presentan modelos similares. Lo ha descubierto un estudio que utilizó electroencefalografía (EEG) portátil para registrar simultáneamente la actividad cerebral de una clase de alumnos de secundaria durante un semestre.

El estudio midió las interacciones entre parejas de estudiantes, las interacciones entre todo el grupo como un todo y las interacciones entre estudiantes individuales y el resto del grupo.

El grado en que las ondas cerebrales de los estudiantes se alinearon anticipó tanto sus niveles de participación en la actividad de la clase como su conexión social.

El estudio constató que las ondas cerebrales de los estudiantes estaban alineadas con los otros cuando estaban más concentrados durante la clase. La sincronización entre un cerebro y otro ha identificado asimismo a los estudiantes realmente interesados en el aprendizaje.

La interacción entre cerebros también descubre la interacción social entre alumnos y las personalidades de los estudiantes. Los investigadores consideran que estos efectos se pueden explicar por los mecanismos de concentración compartidos que se producen durante las interacciones dinámicas de los grupos.

Los investigadores, dirigidos por David Poeppel, de la Universidad de Nueva York y del Instituto Max Planck, utilizaron un EEG portátil para registrar simultáneamente la actividad cerebral de los alumnos durante una clase.

Sincronización de ondas cerebrales

A continuación utilizaron nuevas técnicas de análisis para evaluar en qué medida esta actividad cerebral estaba sincronizada entre los estudiantes y la manera en que el nivel de sincronización variaba según la concentración de los alumnos en diferentes momentos de la clase y de la dinámica social.

Los investigadores consideran que el nivel de sincronización procede de un fenómeno que se conoce como sincronización de las ondas cerebrales. Los millones de neuronas producen, cada una, sus propias señales eléctricas. Estas señales, combinadas, generan oscilaciones conocidas como ondas cerebrales, que pueden ser medidas mediante electroencefalografía (EEG).

Las ondas cerebrales se solapan con las ondas sonoras o los patrones de luz del mundo exterior. Cuanto más se concentra el cerebro sobre estos modelos cerebrales, más se va a confundir con estos modelos, señalan los investigadores.

En consecuencia, si las personas de un grupo están concentradas en un mismo punto de atención, las ondas cerebrales son similares porque se confunden con la misma información compartida por los miembros del grupo.

La sincronización cerebral es igualmente necesaria para un comportamiento sincronizado de la interacción humana, explican los investigadores. Por ejemplo, una sincronización es necesaria entre dos personas que mantienen una conversación, que bailan o trasladan el mismo mueble.

Los resultados de esta investigación sugieren que la dinámica social es importante, incluso cuando las personas ven el mismo video o asisten a una conferencia.

Implicaciones y perspectivas

“Estos hallazgos tienen implicaciones para los investigadores de la educación que podrían querer saber qué técnicas de enseñanza aumentan el compromiso de los alumnos y para los neurocientíficos básicos que quieren descubrir los procesos neuronales, psicológicos y sociales subyacentes al aprendizaje», explica David Poeppel, profesor de psicología en la Universidad de Nueva York Y director del Instituto Max Planck de Estética Empírica en Frankfurt, en un comunicado de la NSF.

Para profundizar en estos procesos, los investigadores se proponen ahora ampliar el análisis simultáneo de cerebros a 45 personas en un auditorio.

De esta forma, esperan determinar cuáles son las condiciones óptimas para que un público pueda apreciar mejor un espectáculo o una película, y si existe un tamaño ideal de un grupo para que la sincronización entre cerebros sea óptima.

También se proponen descubrir si una interacción conjunta ante una tarea mejoraría la sincronización entre cerebros y cómo la audiencia de un espectáculo puede influir sobre lo que se produce en el escenario.

Fuente: http://www.tendencias21.net/Los-cerebros-de-los-alumnos-se-sincronizan-durante-una-clase_a43908.html

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