Gran parte de nuestras enfermedades, tanto del planeta (cambio climático, pérdida de biodiversidad, contaminación plástica de los océanos…) como de las personas (obesidad, drogadicción, tabaco, alcohol…), provienen del consumo excesivo. Reducir el consumo de forma controlada podría solucionar muchos de nuestros problemas de salud y sociales así como las enfermedades planetarias. Por supuesto, en un nivel más profundo, si los maestros pueden encontrar la manera de discutir el decrecimiento, pueden explorar la era industrial, el aumento de la edad del consumidor, la psicología del marketing, la globalización de la economía, y mucho más, ya que el decrecimiento abarca todos los temas.
Son cada vez más los autores que plantean un muy cercano colapso, tanto medioambiental como social y económico. ¿Por qué cree que el sector educativo se sigue manteniendo ajeno a esta realidad?
Probablemente se debe a que se trata de un tema tabú. Hemos vivido durante generaciones con una creencia basada en que el crecimiento rápido y sostenido es el estado natural de las cosas. Si las economías no crecen, fallan. Por lo tanto, incluso hablar de controlar las emisiones de CO2 para evitar un cambio climático desbocado (un proceso que requeriría un decrecimiento económico) es tabú. En su lugar, hacemos planes para reducir las emisiones a partir de una transición de la energía renovable (sobre la base de tecnologías futuras que aún no se han identificado). El fracaso de los sistemas en los que hemos puesto esperanzas durante, al menos los últimos dos siglos, es todavía más tabú. Y los temas tabú rara vez se incluyen en el currículo.
¿Cuáles son los objetivos del proyecto EarthEd y de la educación Eco-social?
El principal objetivo es desafiar la educación actual. Vivimos en una sociedad centrada en la cultura del consumo, que causa cambios muy rápidos en el planeta. Necesitamos un conjunto de habilidades para poder sobrevivir y transformar nuestra realidad para estar en equilibrio con la Tierra. En los colegios no se enseña a ejercer el liderazgo, a trabajar la educación moral o a desarrollar un pensamiento crítico. No pretendemos renunciar a enseñanzas tradicionales como la alfabetización básica, la aritmética o el multilingüismo, pero hemos de formar y dotar de herramientas a los estudiantes para adaptarse a un planeta cambiante.
¿Cuál es el principal problema para promover la educación eco-social?
La concepción actual de muchas escuelas es enseñar a los alumnos a ser buenos consumidores y que en el futuro consigan empleos bajo los parámetros que marca la sociedad. Hay muchos colegios en Estados Unidos que están influenciados por la cultura del constante crecimiento económico y no se cuestionan la situación crítica en que se encuentra nuestro planeta.
Ustedes definen seis principios básicos de la educación eco-social. ¿Podría describirlos brevemente?
El primero de ellos es La Dependencia de la Tierra y se encuentra en la base piramidal del EarthCore. Consiste en entender que la humanidad depende totalmente de la Tierra para su bienestar. El segundo es la Interdependencia, que se centra en promover la educación moral y la convivencia. Debemos asumir el reto de la distribución equitativa de recursos cada vez más limitados, y la educación debe cultivar el entendimiento con nuestros semejantes. Otro principio muy importante es la Creatividad, que debe actuar como una habilidad básica para enfrentarnos y buscar soluciones a todos estos problemas.
Los tres restantes…
El Aprendizaje Profundo para propiciar la capacidad de pensar críticamente y de manera sistémica sobre los desafíos globales. Los estudiantes han de aplicar un conjunto de conocimientos flexibles, adaptables y capaces de gestionar imprevistos. El quinto principio son las Herramientas para la Vida, nuevamente para ser resistente y ser aún más sostenible y desarrollar el pensamiento crítico, la inteligencia social y emocional y la creatividad. Por último, en el pináculo de la pirámide de EarthCore está el Liderazgo Centrado en la Tierra, que consiste en la actualización completa de la educación para empoderar a los estudiantes para que sean ciudadanos respetuosos, capaces de trabajar enérgicamente para construir un futuro sostenible.
¿Cómo podemos revertir la mentalidad consumista de la sociedad y, más concretamente, la de los más jóvenes?
El promedio de impactos publicitarios que reciben los niños es muy elevado. Esto influye en su mentalidad ya que desarrollan valores y necesidades en función de determinados productos. Debemos resguardar a los jóvenes de estos impactos y desde las escuelas se debe ralentizar la exposición. En este sentido, en Estados Unidos se ha puesto en marcha una campaña dirigida a los padres para mentalizarles de que sus hijos no deben tener un teléfono antes de los 13 años.
¿Cómo se puede alejar a los más jóvenes de su adicción a la tecnología?
Debemos “desengancharlos” de la dependencia hacia la tecnología, pero al mismo tiempo hemos de llenar ese vacío con alternativas, como dedicar más tiempo a la comunidad, a realizar actividades al aire libre, a fomentar que interactúen con el mundo real y a conseguir que los estudiantes puedan hacer realidad sus pasiones. Hay muchos ejemplos en nuestro libro de jóvenes que hacen cosas geniales, como campañas para eliminar las bolsas de plástico o proyectos de restauración comunitaria. Debemos movilizar a los jóvenes para que este tipo de proyectos surjan de ellos mismos y que no esperen que sean promovidos por los adultos.
¿Es compatible el protagonismo de las TIC que propone la innovación educativa con el decrecimiento?
Lo más importante es determinar cómo las estamos utilizando. ¿Las aprovechamos para complementar el conocimiento de los maestros con videos de expertos, documentales y medios educativos y entrenamientos interactivos? ¿O los niños en su mayoría juegan a videojuegos, se “conectan” con sus “amigos”, son bombardeados con publicidad…? Tristemente, lo habitual es el segundo caso. En parte porque hay un fuerte ánimo de lucro que impulsa estos usos. Si podemos proteger a los niños de la parte más nociva de las TIC, entonces seguro que son una excelente herramienta para enseñarles acerca de la sostenibilidad, el decrecimiento y prepararles para los grandes cambios que enfrentarán en sus vidas.
¿Se están produciendo cambios? ¿Se está tomando el camino hacia la educación sostenible?
Hay muchos casos de escuelas y profesores que están introduciendo cambios, pero no a la escala necesaria. Un buen ejemplo sería el de la escuela SEEQC (School for Exploring Essential Questions) en Honolulu, donde a los niños de 12 años cada semestre se les plantea una pregunta sobre la sostenibilidad. Por ejemplo ¿cómo reciclar? Los estudiantes deben investigar y encontrar soluciones y, para ello, cuentan con la ayuda de tutores y de la comunidad.
¿Qué tipo de escuelas son más sensibles a este sistema educativo?
Las escuelas infantiles tienen más opciones de hacer cosas alternativas (más libertad de innovación). Algunos parvularios tienen una estructura en la que los niños dedican sus primeros años a descubrir jugando, nadando, estando en la naturaleza. Esta innovación en parvularios nos plantea una pregunta, ¿cómo seguir incentivando estas medidas conforme los niños van creciendo?, ¿cómo mantener esta educación libre y ecológica? La educación debe ser reestructurada para ser más innovadora y holística.
¿Qué países están más avanzados en la implementación de una educación sostenible?
Se está empezando a innovar en todo el mundo. Si nos centramos en Europa nos encontramos con países como Finlandia donde se está demostrando lo importante que es el tiempo libre y el hecho de jugar. En sus escuelas se fomenta el juego obteniendo excelentes resultados, ya que los niños mejoran mucho a través de estas experiencias. Alemania cuenta con hasta 10.000 parvularios naturales y Suiza es un país puntero en sostenibilidad y en sistemas científicos en las escuelas.
Para finalizar, ¿cómo cree que debería ser la educación en 2030?
Ya se están tomando algunos caminos hacia donde creo que debería ir la educación. Existen escuelas que desarrollan proyectos en los que potencian el emprendimiento, el conocimiento del ecosistema que rodea a los estudiantes o las destrezas de la vida. Se trata pues, de enfocarse en la Educación de la Tierra y promover escuelas que se especialicen en la enseñanza local, conocimiento ecológico, activismo y liderazgo centrado en la Tierra.