Entrevista a Carme Millé: De incertidumbre, adicción y comunicación en la era digital

Por: Iberoamérica social

Los cambios generados en el mundo de la vida por el desarrollo tecnológico hacen cada vez más necesario reflexionar sobre el papel de los individuos, su forma de socialización y sobre todo cómo los procesos de comunicación que se desarrollan en diferentes niveles han incorporado estas modificaciones.

En este sentido, Iberoamérica Social ha centrado el campo de la Comunicación en este número titulado El sexto continente en Iberoamérica: la emergencia de la comunicación, donde se expone desde diferentes miradas un espacio de conocimiento común. Por ello, en esta carta de presentación, se decidió establecer un diálogo con una especialista en la materia, quien ha dado criterios de análisis sobre el rumbo de las Ciencias Sociales, en general, y de la Comunicación, en particular.

Figura 1Adicción a las redes sociodigitales.

Fuente: https://rapinformes.es/la-adiccion-en-las-redes-sociales/

La Dra. Carmen Millé Moyano posee una trayectoria académica y profesional abundante; con más de 30 años como profesora en el posgrado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPYS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como la práctica social realizada a través de los diferentes cargos ocupados en instituciones públicas a nivel federal y estatal en México, la Dra. Millé ha podido observar no sólo el cambio en la esfera social, sino académica que han traído el desarrollo tecnológico de las redes sociodigitales y los también llamados ‘medios digitales’.

En otras palabras, la también directora del Centro de Respuestas Educativas y Comunitarias A.C. (CRECE), ha centrado su trabajo académico y laboral en la relación dialéctica entre la teoría y la praxis.

Iberoamérica Social: Dra. Carme Millé, muchas gracias por aceptar esta entrevista para el número “El sexto continente en Iberoamérica: la emergencia de la comunicación”. Como Usted sabe, vivimos en un mundo que cada vez es más pequeño, pero tiene una rapidez mayor. Esto se puede entender en relación con desarrollo tecnológico, pero también con los cambios que se han dado en el contexto social, lo cual repercute en el conocimiento que se genera en las Universidades. En este sentido, ¿cómo ha cambiado el estudio de la Comunicación como ciencia?

Carmen Millé: Gracias a Iberoamérica Social por la oportunidad de dialogar con un proyecto de tal magnitud como el que esta revista representa. Mira, en aquellos años en que yo era estudiante, la investigación en Comunicación se encontraba restringida por el campo profesional de trabajo. En mi generación era mucho más marcado que ahora, por ejemplo, que si hablabas de un proceso de comunicación interpersonal o de reflexión sobre ti mismo como proceso comunicativo internalizado… rechazaban el tema.

En mi tesis de Maestría titulada “La necesidad de comunicarse”1 trabajé el tema de la comunicación como un elemento de necesidad personal, individual. Y yo trataba de proponer que era parte de los derechos humanos. Sin embargo, en esos momentos el medio era totalmente imprescindible. Si el tema de investigación no abarcaba un medio te rechazaban el proyecto, y si te lo aceptaban, no sabían a quién asignarlo porque nadie trabajaba el tema sin la complementariedad técnica.

I.S.En este sentido, Dra. Millé, ¿de qué forma se ha modificado la relación dicotómica emisor/receptor en los medios de comunicación analógicos y digitales?

C. M.: La posibilidad de expresión hoy se amplía con las oportunidades de decir cualquier cosa a través de las redes sociales; antes eran más restringidas.

El cambio se percibe en la forma de escribir y en los tiempos de retroalimentación. Por ejemplo, cuando escribía mi columna semanal en el periódico ‘Uno más Uno’, a pesar de la autocensura -porque uno ya tiene internalizada la línea editorial- podías moverte con toda facilidad para hablar de tu tema. Pero no todos tenían la misma posibilidad y no era así en todos los casos. Los lectores podían mandar una carta de lector, pero ella pasaba por un filtro -como se sigue haciendo actualmente- y sólo se publicaban algunas. Pero ahora, los comentarios que aparecen en un artículo, comentario o ‘post’ (publicado en internet) no pasan por un filtro.

Además, cuando se hacía el uso de réplica se tenía que esperar hasta el siguiente número de la revista o periódico. Es decir, los procesos eran mucho más lentos. Ahora, tú puedes ir viendo el comentario (en las redes sociales) y hacer una réplica. Por eso considero que se ha modificado la percepción del proceso comunicativo a nivel de vida cotidiana. De allí la importancia de Habermas y su concepto de ‘racionalidad comunicativa’: la necesidad de comunicarse está sustentada en la racionalidad. Esto para los estudiosos de la comunicación en aquellos años ni les parecía de interés, porque no pasaba a través de medios técnicos.

I. S.: Con esta ampliación de los procesos comunicativos a ser estudiados, también se ha reflexionado sobre si las redes sociodigitales, las páginas web, los blogs, los canales de video son medios de comunicación, plataformas o herramientas de comunicación. ¿Usted cómo los considera?

C. M.: Yo los considero como medios de comunicación dentro de medios. Es en términos metafóricos como una cebolla, los medios tienen capas y en realidad ¿dónde terminan? Terminan en la comunicación personal. De nuevo es esta necesidad de expresión que está ligada a muchas cosas. Sin embargo, hay que ser crítico en esto. Po ejemplo, el caso de las ‘primaveras’ -porque realmente fueron varias- fue interpretado por algunos como si los cambios obtenidos fueran fruto de internet… No son fruto de internet; son expresión de una sensación de que estás atrapado en algo y que solo no podrás solucionar y por tanto tienes que reunirte con otros… Esa sensación es el origen de toda Revolución. Lo que pasa es que ahora tiene una repercusión mayor porque ya no sólo es el boca a boca -que sigue funcionando- sino el papel internacional que hace que las acciones de represión que antes quedaban circunscritas a un espacio y tiempo amplíen su impacto dando paso a una réplica inmediata.

Entonces ya no es el comentario del corresponsal, sino que es en el ahora porque estoy viendo las imágenes y las voces. Este medio ha dado la posibilidad de repercusión, pero no quiere decir que haya sido el origen del movimiento, pero sí de la capacidad de difusión.

I. S.Usted identifica entonces el cambio en el contenido y en el flujo de la información, ¿cómo las tecnologías han modificado estos dos elementos en la Comunicación?

C. M.: En el caso del flujo pondré un ejemplo: las revistas académicas en línea. Algunas solicitan un pago por el acceso, pero ya no necesitas el ejemplar completo de manera física, sino sólo aquel que tú necesitas o que te interesa. Hace unas décadas, tenías que comprar todo el ejemplar para obtener el fascículo, lo cual hoy parece algo impensable. Hoy es una manera de manejarse totalmente diferente

Lo ideal sería comparar las páginas y periódicos de distintas líneas editoriales… ¡pero ya no tienes tiempo! Aquí hay un elemento importante que trae el uso de la internet, ya que como en el caso de Iberoamérica Social te llegan las noticias y siempre lo abres -al menos en mi caso-.

Si encuentro algo que me interesa, le pones “leer más” y ¡listo!

I. S.En el tema del contenido, ¿qué opinión le merece el caso de las fake news?

C. M.: Para ello cabe mencionar que la rapidez del flujo de información y su impacto no sólo debe verse de aquello real, sino de lo falso o las interpretaciones tendenciosas, que a veces son con lo único que nos quedamos. Las fake news siguen funcionando a pesar de que todos estamos al tanto de que existen, pero en ocasiones dicen aquello que quieres escuchar y entonces lo repites sin un análisis. En realidad, la capacidad de análisis la tenemos, pero en una cápsula donde sólo alimento lo que quiero escuchar, entonces las fake news alimentan a ese gusano dentro de la manzana.

I. S.¿Allí podría caber lo que menciona Bauman sobre el monólogo en las redes sociales donde sólo se escucha lo que uno quiere?

C. M.: Más que un monólogo es un diálogo, pero con los que te retroalimentan, entre iguales. Lo que pasa es que antes, ¿con quién hablabas? Sólo con tu pequeño sector de familia y grupos bien definidos. Existía un proceso de reproducción y retroalimentación; ahora hacemos lo mismo, pero en las redes, tanto que cuando encuentras en redes a alguien que es divergente a tu opinión, tal vez lo toleras, pero después del segundo comentario lo bloqueas. No te pones a dialogar, te pones a dialogar con los tuyos.

C. M.: ¿Entonces hay una pluralidad de voces y con ello una amplitud de la tolerancia?

Carmen Millé: Habrá una amplitud de voces, pero la tolerancia se mantiene, no crece. Ellos se reunirán con los que piensen igual, y yo con los míos. Por eso digo que no es un monólogo porque quieres que tu pensamiento tenga una repercusión. Lo que hay que entender es que hay muchos foros de expresión y nos concentramos en los foros donde piensan igual que yo. A veces en esos foros hay opiniones nuevas, pero siempre encuadra con lo que pensamos de cierta manera.

I. S.Parece ser que estas modificaciones, como Usted bien ha dicho amplían las voces, pero ¿ellas son factor de la incertidumbre? Lo anterior se debe a que en su más reciente libro Dependencias, raíces ante la incertidumbre, aborda un problema que se reviste de libertad, pero que, debería reflexionarse al respecto. ¿por qué surge la necesidad de hablar de la incertidumbre?

C. M.: En este libro se refleja tanto mi formación académica y el análisis investigativo que he realizado, como mi práctica de intervención social. En el primer aspecto retomo la Teoría Social para analizar y entender la incertidumbre desde la sociedad y el individuo, por la que uno tiene que decidir demasiadas cosas, lo que va modificando tu ser/estar en el mundo. En los últimos años se han ido ampliando los elementos de interés y esto conlleva la necesidad de actualizarse permanentemente. Por ejemplo, el proceso de formación académica no termina en el Doctorado, sino que tienes que actualizarte y con ello tu propio marco de acción y reflexión.

Tú mismo vas creciendo y lo mismo sucede con el objeto de estudio, el cual te exige la forma de presentarlo y analizarlo. Es allí cuando tú convocas a los autores, siempre en razón de tus intereses y la exigencia que te demanda el objeto; allí es donde abres un horizonte y llamas a esos autores para dar soporte a ese punto de vista.

La situación de incertidumbre es un motivante para la búsqueda de raíces, anclas que te den certeza de un camino, ya que las raíces generadas en la familia, la escuela, el trabajo y los amigos, ya no son suficientes. Entonces se inicia un proceso de búsqueda de estabilidad, que puede desembocar en todo tipo de pasiones, entre los que se encuentra la oportunidad de consumir sustancias u otros comportamientos adictivos. A través de la reiteración del mismo comportamiento, al encerrarte en ese hábito, puedes llegar a sentir que ya tienes un camino seguro -aunque puede ser patológico- que tú has elegido donde hacer raíces, y que va a constituirse en el centro de tu vida.

Entre estos comportamientos se encuentra el fanatismo político, o la adscripción cuasi religiosa a un líder, con lo cual ya no ves más allá de lo que ese marco de percepción te permite. O la participación en sectas místico-religiosas, dentro de las que sólo puedes ver y hacer lo que se te exige, perdiendo así oportunidades y experiencias, pero encontrando la seguridad y protección de la pertenencia a una comunidad. Considero importante evidenciar que las drogas son únicamente un tipo de adicción y que existen muchas otras, propiciadas por el contexto de incertidumbre.

I. S.Entonces ¿cuáles son las implicaciones de esta incertidumbre en el plano social y comunicativo?

C. M.: En el plano social esta incertidumbre nos obliga a tomar decisiones, sin contar con la seguridad de las repercusiones que puede alcanzar nuestra forma de actuar, lo que conlleva a encontrar mayor certeza en la polarización de los marcos de pensamiento. Adicionalmente, se observan cambios en los patrones tradicionales del comportamiento. En la práctica social, al analizar grupos de población juvenil, hemos notado cambios notorios al comparar la información recabada en encuestas, aplicadas cada tres años. Un caso es la reducción del consumo de medicamentos para reducir la ansiedad y del reporte de problemas de depresión en las adolescentes, mientras que ambas situaciones se incrementan en la población masculina. Todo ello puede ligarse a la falta de certezas de cuál es el papel de los hombres, dentro de la pareja y la sociedad, mientras en el caso femenino este cambio está siendo afirmativo, se empoderan; de hecho, esta modificación va en detrimento de la seguridad de los parámetros de comprensión de qué es ser hombre.

I. S.Entonces esto va más allá del hecho de qué soy, sino en dónde estoy y cómo debo desarrollarme. Es una vez más la incertidumbre.

C. M.: ¡Claro! En el plano comunicativo no es muy diferente. El ejemplo más notorio es el movimiento #MeToo en redes y el impacto que ha tenido en México, donde se presenta esta falta de certeza de si lo que hago como hombre es correcto o no. Se cuestiona el comportamiento que en décadas pasadas era aceptado, lo cual genera más incertidumbre en el plano de qué quieres comunicar con tus actos.

I. S.Nos acercamos al final de este diálogo, Dra. Millé. Por lo que una pregunta inevitable para una investigadora y académica de renombre como Usted es ¿cuál es el reto para las ciencias sociales, particularmente la comunicación en la era digital?

C. M.: Creo que uno de los retos más importantes para las Ciencias Sociales en general -incluyendo la Comunicación- tiene que ver con la práctica social. Esta parte de la investigación ha sido descuidada por parte de los profesores en ciencias sociales; por lo regular se tiende a quedar en segundo plano y lo que es cierto es que lo académico tiene que tener una interacción con la práctica social.

Lo que siento es que cuando haces una intervención sustentada, estás haciendo investigación, porque los diagnósticos situacionales te obligan a estudiar tu población de manera cuantitativa y cualitativa para generar una línea base y con ella poder estructurar la intervención, así como identificar a través de indicadores cuáles son los resultados e impacto logrados a lo largo del tiempo.

De allí puedes hacer comparaciones y sacar conclusiones. Con esto se obtienen elementos para poder retroalimentar a la población con la que trabajaste, para que siga al tanto de sus áreas de oportunidad y cuente con más elementos para enfrentar problemáticas.

I. S.: En el caso de la Comunicación, parece que con todo el conjunto de medios que se encuentran en internet, los medios análogos están perdiendo credibilidad, es decir la gente ya no está creyendo en las noticias. ¿Esto puede traer algún problema?

C. M.: En general podemos observar que el espíritu crítico se ha generalizado. Ahora vemos con desconfianza a los gobernantes. Sin embargo, si la desconfianza hacia los medios se sigue incrementando, va a llegar un momento en que nadie va a leer noticias, sino que únicamente se va a alimentar de comentarios de las redes sociales y creo que eso no es bueno.

Figura 2Entrevista a Carmen Millé en el programa «Drogas…¿lo sabes todo?»

Yo creo que uno tiene que decidir hasta dónde quiere estar actualizado. Uno va haciendo mecanismos o estrategias de hasta qué punto puedo concentrarme, hasta dónde puedo abarcar; y quien no tiene esas estrategias puede desarrollar un proceso adictivo… de hecho, hay gente que muere por estar allí -en las redes sociales-, o peor aún en los juegos de apuesta que no requieren el desplazamiento físico y que ahora todo está en la pantalla que seduce.

Considero que en todo patrón de comportamiento novedoso hay picos y estamos llegando al pico de las redes sociodigitales. Siempre habrá gente que se va a adscribir de manera ilimitada al comportamiento adictivo de la Internet y sus medios, es decir, que no puede llegar a dormir porque sigue contestando su celular y sus mensajes o porque debe mantenerse al tanto de un tema específico, pero ellos serán la minoría. Es como con la ingesta de alcohol, a muchos les gusta, pero no lo toman de manera diaria y con exceso, bueno, al menos no la mayoría.

Hay que evitar el efecto hipnótico del solapamiento de las dos realidades -la digital y la real-; se puede hacer y de hecho sucede, por ejemplo, cuando lees un libro o tienes que escribir un artículo, pero no se te va la vida en ello; el problema es cuando la pantalla desplaza la realidad material… en ese momento se presenta la distorsión.

El ir abriendo camino desde la Comunicación permite tolerar nuevas perspectivas y proponer nuevas explicaciones, se trata de un campo en continuo crecimiento y comprensión de su complejidad. Por lo mismo, se ha vuelto central dentro del pensamiento social; si no, ¿dónde estaría Habermas o Luhmann? Con ellos y tantos otros pensadores contemporáneos la Comunicación se vuelve central para el estudio de la acción social y de la realidad; en ella se genera un abanico de posibilidades.

I. S.Finalmente, Dra. Carme Millé, ¿cómo podría concluir este diálogo?

C. M.: Podría resumirse en que el hombre sigue viviendo en un día de 24 horas, podrá dormir menos, pero en algún momento tiene que descansar y esta serie de estímulos que están allí, en la cabeza, no lo dejan dormir. Es esa necesidad de estar actualizado, de conocer todo y a la vez reconocer que la capacidad de análisis y aprehensión sigue teniendo los mismos límites.

Esa saturación de información siempre ha existido, al menos en la Modernidad, sólo que ahora con los medios de comunicación digitales se ha hecho más visible.

Saludos a los lectores y colaboradores de Iberoamérica Social ¡Espero este número sea de su agrado!

I. S.: Hemos llegado al final de este diálogo que ha dado sin duda aportes relevantes para entender lo que está ocurriendo en la sociedad con la llegada del mundo digital. Agradecemos a la Dra. Carmen Millé Moyano por sus aportaciones, las cuales presentan de excelente manera la inquietud que motivó este número en Iberoamérica Social: la necesidad de reflexionar ante los cambios derivados de la tecnología y la potencialidad de la Comunicación como ciencia para explicar dichos cambios.

Notas

↑1 La tesis de Maestría fue publicada en 1993 bajo la editorial EDAMEX.

Fuente de la información e imagen: https://iberoamericasocial.com

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