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Sobre la Enseñanza por Proyectos (2/12)

II. Origen y evolución del método de proyecto

Bountinet (1993/1996) señala el origen del método de proyecto en el siglo XVI en el contexto de la creación de las primeras academias de arquitectura en Europa. Específicamente, Knoll (1997) afirma que el «proyecto», como un método institucionalizado de enseñanza, tuvo su origen en el movimiento de profesionalización de la arquitectura e ingeniería que comenzó en Italia durante los últimos años del Siglo XVI. Partiendo de ese momento histórico, Knoll (1997, 2002) postula cinco fases en la evolución del proyecto. Es oportuno aclarar que la historia del método de proyecto elaborada por Knoll (1997) está escrita desde una perspectiva eurocéntrica ignorando eventos ocurridos en España y sus colonias durante los siglos XVIII y XIX. Si bien la creación de academias en España y sus dependencias en nuestro continente no tuvo una influencia importante en el desarrollo del método de proyecto como artificio de enseñanza, no es menos cierto que éste llegó primero a la América Española que a los Estados Unidos. Otra característica del trabajo de Knoll (1997) es su enfoque idealista. Él no hace referencia a la situación socio-económica e que surgen los proyectos. En este artículo, adoptamos un enfoque que corrige ambas limitaciones.

Basándonos en las fases propuestas por Knoll (2002) y otras fuentes, por ejemplo Morales (2001), distinguimos las siguientes fases en la evolución histórica del método de proyecto:

1590-1765: El trabajo de proyectos es introducido en academias de arquitectura de Roma y París. En estas academias, los estudiantes avanzados trabajban en un problema dado de diseño para una construcción, por ejemplo: una catedral o una plaza.

1765-1880: El proyecto es aceptado como un método regular de enseñanza en escuelas de ingeniería de Francia, Alemania y Suiza. En 1785 el proyecto es introducido en Nuestra América con la inauguración de la Academia de las Nobles Artes de San Carlos de la Nueva España en la ciudad de México. Casi un siglo más tarde, en 1864, el método de proyecto es transplantado a los Estados Unidos desde Europa.

1880-1918: El trabajo con proyectos es incorporado al entrenamiento manual y en la educación general pública en Estados Unidos. Durante esta fase el método de proyecto pasó de ser un método regular de enseñanza en el entrenamiento manual a la educación técnica y luego a la enseñanza de las ciencias en general.

1918-1965: El método de proyecto es redefinido y transplantado ahora desde Estados Unidos para Europa. En esta fase, el método de proyecto es dotado de una fundación teórica, la psicología del aprendizaje de Thorndike y el pragmatismo de Dewey. Este método fue objeto de muchas críticas por parte de Bode, Dewey y otros educadores progresistas. Mientras el interés por este método decaía en los Estados Unidos, éste era adoptado en algunos países de Europa y de la América Latina. Las revueltas estudiantiles en este continente exigen cambios en los métodos de enseñanza y claman por una enseñanza abierta y basada en el estudio de problemas reales.

1970-hasta nuestros días: Redescubrimiento del método de proyecto como el más adecuado para la enseñanza en una sociedad democrática, en particular por parte de educadores alemanes, holandeses y de otros países nórdicos. En tiempo más recientes, la influencia de la educación primaria británica se ha hecho sentir en los Estados Unidos, España y Venezuela. Esta último señalamiento sería parte de la tercera ola de la diseminación internacional del método de proyecto.

Según las fases antes señaladas, queda establecido que el uso de proyectos con fines educativos comenzó unos trescientos años antes de lo que normalmente se asume (Bountinet, 1993/1996, Knoll, 1997, 2002). Específicamente, fue en la Accademia di San Luca en Roma, la cual fue creada en 1577 bajo el patrocinio del Papa Jorge XIII, donde se introdujo por primera vez el proyecto como parte de la formación de arquitectos. La Accademia abrió su puertas en 1593. La creación y puesta en funcionamiento de esta institución fue el resultado del esfuerzo de los arquitectos italianos, aliados con pintores y escultores, por profesionalizar su vocación. Dicha profesionalización requería de una fundación teórica para la arquitectura, la cual elevara este oficio a un arte de la construcción como materia académica (Knoll, 1997). Este esfuerzo de los arquitectos por profesionalizarse estuvo influenciado por la profundización de la división del trabajo, característica del capitalismo, y por la medicina como única profesión consolidad a comienzos del Renacimiento (Saturno Canelón, 1996). La burguesía se configura como la clase dominante desplazando a las otras clases y dando origen al proletariado. El capitalismo jugó un papel revolucionario, destruyendo el sistema feudal y con él su mentalidad, su sistema de creencias y conocimiento. Italia, la primera nación capitalista (Engels, 1893), fue el epicentro de los cambios políticos, económicos y culturales.

Tanto la formación como el ejercicio de la medicina, a mediados del Siglo XVi, se caracterizaba por la clara separación entre teoría y práctica. Esta división se correspondía con las divisiones de clase. El ordenamiento legal establecido por Felipe II establecía una clara estratificación laboral. Primero estaban los médicos llamados físicos o internistas, los cuales provenían de las clases altas, estudiaban en las universidades, sus trajes los destacaban de resto d el as clase sociales y despreciaban las labores manuales (Saturno Canelón, 1996). A estos les seguían, en la escala labora y social hacia abajo, los cirujanos latinos y romanticistas, y los barberos y comadronas. Los conocimientos teóricos eran del dominio de los físicos o internistas, mientras que las labores prácticas las realizaban los cirujanos, barberos y comadronas. Esta separación de la teoría y la práctica fue descrita por el bachiller Francisco Martínez, quien se desempeñaba como dentista del Rey, así:

«La teoría es saber la esencia de las cosas por sus causas y razones, aunque no sepan poner lo tal en ejecución. La práctica es saberlo ejecutar aunque no sepan la esencia, causas y razones de ello. Al fin, que la una es saberlo y la otra es ejercitarlo (…). En el saber o ciencia que dicen práctica, muchas cosas no hacen médicos ni cirujanos, ni creo que lo sabrían hacer por no haberlo ejercitado (…) como es sacar muelas, limpiar dientes y otras cosas (…)» (citado en Saturno Canelón, 1996, p. 24)

Este era pues modelo que seguiría la arquitectura para consolidarse como profesión.

Otro elemento que consideraron los arquitectos italianos como parte de su formación profesional fueron de las competencias académicas. Desde el Renacimiento las competencias jugaron un papel muy importante en la construcción de obras civiles. Las competencias contribuyeron al establecimiento de la arquitectura como profesión independiente cuyo componente principal era la creatividad artística (Knoll, 1997). Los profesores le exigían a los estudiantes desarrollar esa creatividad asignándole trabajos de diseño de catedrales, monumentos y palacios. En estos trabajos los estudiantes tenían que llevar a la práctica sus conocimientos de composición y construcción asimilados en las lecciones y talleres. Las competencias en la Accademia se basaban en tareas hipotéticas aunque se regían por reglas similares a las de las competencias reales en arquitectura. Como veremos más adelante, sustituir esas tareas ficticias por tareas reales fue una de las principales contribuciones al método de proyecto hecho en los Estados Unidos unos siglos más tarde. Aquellas tareas asignadas a los estudiantes de arquitectura recibieron el nombre de progetti (Knoll, 1997). Señala este autor que fue precisamente en la Accademia di San Luca donde se utilizó por primera vez el término progettien un contexto educacional. Sin embargo, no se puede afirmar que el progetti emergió en esa época como un artificio educativo, todavía no era considerado como un parte integral de la formación del arquitecto. La participación en las competencias estaba abierta a todos los arquitectos jóvenes aunque no estudiaran en la Accademia (Knoll, 1997).

En la segunda mitad del Siglo XVII fue fundada la Académie Royale d’Architecture en Paris. El modelo italiano de formación de arquitectos sufrió algunas modificaciones en esta institución. Por ejemplo, las competencias se limitaron a los estudiantes inscritos en la Académie. Además, se les exigía que participaran en projects de varios meses de duración cuyos productos podrían ser premiados con medallas o llevar a ganar prestigio social. Estos premios eran requisito indispensable para obtener el título de arquitecto académico (Knoll, 1997). En conclusión, con el establecimiento de las competencias cerradas a los estudiantes de la Académie, en 1763, el proyecto sufre una evolución considerable que lleva a su reconocimiento como método de enseñanza (Knoll, 1997).

El modelo estatal de Académie francesa fue implantado en España en la segunda mitad del siglo XVIII. El 12 de Abril de 1752, bajo el reinado de Fernando VI, se funda la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, la primera de ese siglo en España y la cual sirvió de modelo para todas las restantes (Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, s.f.). La enseñanza institucionalizada de la Arquitectura en España está vinculada a la creación de esta institución. Durante el reinado de Isabel II (1844) se introdujo una reforma en las enseñanzas artísticas, la cual dio lugar a un transitorio «estudio especial de arquitectura» en una nueva Escuela de Nobles Artes (1845) dependiente de la Academia. Es necesario esperar hasta 1848, cuando es creada como institución independiente la Escuela Especial de Arquitectura de Madrid, la primera que funcionó en España, la cual fue concebida como Escuela de aplicación. Es así como, por la vía de la Academia al estilo francés, que llega a España el proyecto como método de enseñanza.

En resumen, tenemos que las academias para la educación formal de arquitectos emergieron en el marco de la cultura del Renacimiento en Europa, por lo tanto son de origen italiano. Posteriormente, en el siglo XVII, Francia se convirtió en el centro de la actividad académica en arquitectura, en especial en lo relacionado con la elaboración teórica. Es ampliamente reconocido que las principales innovaciones en arquitectura militar del siglo XVIII tuvieron lugar en Francia (Morales, 2001). Este desarrollo nos lleva al siglo XIX, cuando la más influyente escuela de arquitectura en el ámbito mundial era la Ecole des Beuax Arts en París. Es precisamente en ese contexto de creación de las academias de arquitectura que se comienza a utilizar el proyecto como método institucionalizado de enseñanza.

Tomado de: http://www.aporrea.org/educacion/a236302.html

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Sobre la Enseñanza por Proyectos (1/12)

I. Introducción

El interés por el proyecto como estrategia de enseñanza, o como organizador de la administración escolar, ha resurgido en nuestro país en las últimas dos décadas. Con la reforma educativa, que se implantó en las dos primeras etapas de la Educación Básica (EB) a partir de 1997, durante el segundo gobierno de Rafael Caldera se introdujo de manera oficial el uso del proyecto como estrategia para la organización del trabajo pedagógico en varios niveles de concreción del currículo. El lenguaje de proyecto se incorporó al discurso de los docentes a quienes se les exige elaborar Proyectos Pedagógicos de Plantel (PPP) y Proyectos Pedagógicos de Aula (PPA), ambos pasaron a formar parte de la vida cotidiana de los docentes y estudiantes de Primera y Segunda Etapa de la EB.

En l999, a comienzos del gobierno de Hugo Chávez, apareció el Proyecto Nacional de Educación (PEN), escrito bajo la dirección de Carlos Lanz Rodríguez. En este proyecto se asumen los elementos centrales de la propuesta curricular de la Reforma Educativa del 1997, la cual fue llevada adelante durante el segundo gobierno de Caldera siguiendo los lineamientos del Banco Mundial (BM) y de otros organismos multilaterales. Entre los elementos del modelo curricular neoliberal adoptados en el PEN se encuentra el proyecto como método pedagógico y como forma de gestión escolar. Además, el discurso pedagógico del PEN revela una fuerte influencia francesa, en especial del discurso postmodernista.

En la propuesta de Escuela Bolivariana también se adoptó el método de proyecto. Por ejemplo, en la Escuela Bolivariana Eleazar López Contreras, ubicada en Caracas, se declara que: «A los niños que asisten a esta escuela primaria, se les enseña por medio de la metodología de aprendizaje Proyecto Pedagógico de Aula / PPA, mediante la cual los docentes trabajan en función de las necesidades e intereses del grupo, integrando paralelamente el pensum académico educativo» (Fundación Escuela de Gerencia Social, 2003). Por último, en los recién creados Liceos Bolivarianos también se incluye el método de proyecto. En la propuesta curricular de estos Liceos: «La metodología de proyecto es la espina dorsal de una pedagogía como manera común de construcción de lossaberes en la clase. (…)» (Ministerio de Educación y Deportes, 2005, p. 36). Todas estas declaraciones nos indican que como decíamos la metodología de proyecto es asumido enteramente en el discurso educativo actual del gobierno venezolano. Además, al igual que en el PEN, este discurso revela una marcada influencia francesa. Por ejemplo, en el uso del término «saber» en lugar de «conocimiento».

El método de proyecto queda así sancionado como una herramienta pedagógica aparentemente neutra, supuestamente libre de toda influencia política. Este método es de utilidad tanto a las políticas y prácticas educativas de los socialcristianos como a las prácticas y políticas educativas de los bolivarianos. La situación descrita nos indica que entramos en la era del proyecto.

Como señala Lawry (1985), al convertirse el método de proyecto en una estrategia educativa general se pierde el interés por los detalles técnicos, se desdibuja el método en el cuadro de los métodos de enseñanza. Se le asume y se le define de maneras muy diversas de forma tal que sirve prácticamente a cualquier propósito. No se diferencia de otros métodos de enseñanza, como el de resolución de problemas, ni de otras propuestas educativas generales como el aprendizaje activo. Se olvidan las fundaciones filosóficas y psicológicas en que se sustenta el método de proyecto.

En este trabajo nos aproximamos a las reformas educativas desde la perspectiva de la teoría del control cultural (Bonfil-Batalla, 1984). El control cultural se refiere a la capacidad de decisión que tiene un grupo social determinado sobre los elementos culturales, esta capacidad es concebida como una capacidad social. Los elementos culturales son todos aquellos recursos con los que cuenta una cultura para formular y llevar adelante un fin social. Bonfil-Batalla distingue cinco tipos diferentes de elementos culturales: a) materiales, b) de organización, c) de conocimiento, d) simbólicos y e) emotivos. No existe una separación calara entre estos elementos y más bien aparecen conjuntamente en la realidad. Tenemos así que para lograr los fines sociales que un grupo determinado se propone requiere poner en juego ciertos elementos culturales y, por otro lado, estos elementos hacen posible el logro de ese fin. Es más, los elementos culturales en buena medida limitan históricamente la realización del fin social (Bonfil-Batalla, 1984). Desde esta perspectiva los métodos de enseñanza, como el de proyecto, puede ser considerado como un elemento cultural.

Uno de los planteamientos centrales del modelo de control cultural es establecer quién decide y sobre qué elemento culturales decide (Bonfil-Batalla, 1984, p. 80). En cada caso consideraremos dos dimensiones: propios y ajenos. Estas dimensiones tienen connotación social, no son individuales. La relación entre estas dimensiones para cada pregunta se representan en una tabla de doble entrada como la siguiente.

Elementos culturales Decisiones
Propias Ajenas
Propios Cultura AUTONOMA Cultura ENAJENADA
Ajenos Cultura APROPIADA Cultura IMPUESTA

(Bonfil-Batalla, 1984, p. 80)

Asumimos que el conocimiento del origen y evolución del proyecto en educación puede contribuir a una mejor comprensión del mismo. Esa comprensión a su vez es imprescindible para formarse una opinión educada sobre el método de proyecto y decidir racionalmente acerca de su uso en la escuela. Además, ayudaría a develar las bases filosófica y psicológica subyacentes al método de proyecto. Por esta razón, ofrecemos en este trabajo unas consideraciones acerca de la historia del método de proyecto y su uso en Venezuela.

Este trabajo está dividido en tres partes. La primera está dedicada a la historia del método de proyecto en el escenario mundial. En la segunda parte presentamos unas notas acerca de la introducción del método de proyecto y su uso en la escuela venezolana. Por último, ofrecemos una serie de consideraciones acerca de las reformas educativas y el transplante de ideas educativas generadas en otros países.

Tomado de: http://www.aporrea.org/educacion/a236255.html

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Venezuela: Didáctica del Teatro Escolar

América del Sur/Venezuela/14 de octubre de 2016/openlibra.com

En la Escuela Estadal Teodomiro Escalante, una escuela cuyo nombre y su comunidad son casi desconocidos en la geografía de Venezuela, la caries ha salido a amenazar a los dientes y estos se han defendido con flúor, Bolívar y Simón Rodríguez se han sentado a hablar de la educación, las figuras del pesebre han dialogado acerca del nacimiento de Jesús, los colores de la bandera han recitado una poesía, las nubes de lluvia ácida han perseguido a la tierra, las notas musicales han montado un baile, un árbol poeta lanza mensajes a los niños. Esto no es más que teatro escolar, una materia que en las últimas décadas ha venido cobrando fuerza como propuesta para experimentar nuevas posibilidades en los procesos de enseñanza aprendizaje con alto componente pedagógico en las competencias que desarrolla el estudiante.

Cuando empezamos a revisar las diferentes propuestas contemporáneas de la educación encontramos que coinciden en criterios como el desarrollo de habilidades intelectuales, habilidades sociales y el rescate de valores e identidad. Para ello los contenidos curriculares proponen al docente el ejercicio de estrategias que permitan a los escolares asimilar estos objetivos, dichas estrategias han estado ahí por muchos años y se repiten por generaciones. Con el proceso de digitalización global de la cultura, la escuela viene perdiendo espacios importantes y estos objetivos se diluyen en el universo del internet.

El teatro representa una herramienta pedagógica para el desarrollo de estas competencias involucrando diversos actores del proceso educativo, promueve la participación de la comunidad, desarrolla el poder creativo de los educandos, se conecta con las diferentes asignaturas y disciplinas de la educación. A pesar que desde comienzos del siglo XX se vienen desarrollando experiencias importantes en el teatro escolar aún queda un camino muy largo por recorrer en esta faceta del arte dramático.

El presente Manual pretende acercar la disciplina teatral a los maestros y maestras que se aventuren en llevar esta propuesta como alternativa a los procesos educativos, también exponer a los profesionales de teatro la realidad de la escuela como escenario para el desarrollo de un arte dramático que en esencia sigue los mismos métodos y procesos, pero que posee una naturaleza distinta por las particularidades del publico receptor, los espacios de representación, el lenguaje, los actores y los objetivos que persigue.

En el siguiente link, podrás leer este libro: https://openlibra.com/es/book/download/didactica-del-teatro-escolar

Tomado de: https://openlibra.com/es/book/didactica-del-teatro-escolar

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