UNESCO: Elaboración de una Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial

Elaboración de una Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial

La IA y tú…

Hoy en día, la inteligencia artificial (IA) juega un papel en la vida de miles de millones de personas. A veces inadvertida, pero a menudo con profundas consecuencias, transforma nuestras sociedades y desafía lo que significa ser humano.

La IA puede proporcionar a millones de estudiantes el apoyo para completar la educación secundaria, cubrir 3,3 millones de puestos de trabajo adicionales y, lo que es más urgente, ayudarnos a hacer frente a la propagación y las secuelas de la pandemia COVID-19. Junto con sus múltiples ventajas, estas tecnologías también generan riesgos y desafíos, derivados del uso malicioso de la tecnología o de la ampliación de las desigualdades y las divisiones.

Necesitamos políticas y marcos normativos internacionales y nacionales para asegurar que estas tecnologías emergentes beneficien a la humanidad en su conjunto. 

Necesitamos una IA centrada en el ser humano. La IA debe ser para el mayor interés de la gente, y no lo contrario. 

La UNESCO propone la elaboración de un instrumento normativo mundial integral para dotar a la IA de una sólida base ética, que no sólo proteja, sino que también promueva los derechos humanos y la dignidad humana. Una vez adoptado, será una brújula de orientación ética y un cimiento normativo mundial que permitirá crear un fuerte respeto por el estado de derecho en el mundo digital.

5 cosas que debes saber sobre la IA

La IA ha demostrado su valor para enfrentar la pandemia de COVID-19

Contribuye a frenar el impacto económico de la crisis a través de las plataformas digitales. También ayuda a los investigadores a procesar grandes cantidades de datos en la carrera por encontrar una vacuna o un tratamiento. La IA ha participado para contener la propagación del virus a través de tecnologías de prueba, rastreo y seguimiento. Sin embargo, a medida que la gente está dando acceso a sus datos, el uso de la IA durante esta pandemia ha reabierto las preocupaciones sobre la privacidad, la protección de los datos y el uso de los datos más allá de las necesidades de rastreo del virus.

Es probable que el crecimiento impulsado por la IA sea muy desigual

espera que la IA genere casi 4 billones de dólares de valor añadido para 2022. Para 2030, se espera que los beneficios económicos sean mayores en China y América del Norte, y que representen el 70% del impacto económico mundial de la IA. La IA tiene una dinámica de «el ganador se lo lleva todo» que necesita ser regulada: la concentración de la IA en manos de pocos países de altos ingresos probablemente dejará a los países en desarrollo muy atrás. Estos últimos no se beneficiarán, o lo harán muy poco, de las tecnologías de la IA y carecerán de propiedad sobre dichas tecnologías.

La IA tiende a ampliar las diferencias de género existentes

Solo el 22% de los profesionales que se dedican a la IA son mujeres. Debido a que están subrepresentados en la industria, los prejuicios y estereotipos de género se están reproduciendo en las tecnologías de la IA. No es una coincidencia que las asistentes personales virtuales como Siri, Alexa o Cortana sean «femeninas» por defecto. El servilismo y a veces la sumisión que expresan son un ejemplo de cómo la IA puede (seguir) reforzando y difundiendo los prejuicios de género en nuestras sociedades.

La IA puede ser una herramienta poderosa para abordar el cambio climático y las cuestiones ambientales 

A medida que el planeta continúa calentándose, los impactos del cambio climático están empeorando. Mediante la recopilación y el análisis de datos, los modelos impulsados por la IA podrían, por ejemplo, ayudar a mejorar la gestión de los ecosistemas y la restauración del hábitat, esencial para menguar la disminución de las poblaciones de peces y fauna silvestre. Dicho esto, la extracción de datos consume casi el diez por ciento de la energía a nivel mundial. Por lo tanto, también es esencial abordar el alto consumo de energía de la IA y el consiguiente impacto en la emisión de carbono.

La IA no puede ser una zona sin ley

La IA ya está en nuestras vidas, dirigiendo nuestras elecciones, a menudo en formas que pueden ser perjudiciales. Hay algunos vacíos legislativos alrededor de la industria que deben ser tratados rápidamente. El primer paso es convenir exactamente qué valores deben ser consagrados, y qué normas deben ser aplicadas. Existen muchos marcos y directrices, pero se aplican de manera desigual, y ninguno es realmente mundial. La IA es mundial, por lo que necesitamos un instrumento mundial para regularla.

Fuente de la Información: https://es.unesco.org/artificial-intelligence/ethics

 

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