Prensa UNESCO
A menos que se implementen medidas decisivas en la próxima década, en 2030 uno de cada seis niños seguirá sin acceso a la escuela y el 40% de los menores no completará la educación secundaria, advierten las proyecciones más recientes de la UNESCO.
A casi un lustro de la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que incluyeron el compromiso de los países a garantizar la educación primaria y secundaria para todos los niños del mundo para 2030, los datos indican que, si no se refuerzan los trabajos en esa área durante los próximos diez años, el mundo se quedará en el camino y la desigualdad de oportunidades educativas persistirá.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) elaboró una serie de proyecciones en materia educativa para su discusión en el Foro Político de Alto Nivel que, desde este martes, examina en la sede la ONU en Nueva York los avances hacia la consecución de esos Objetivos.
En el caso del Objetivo 4: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todos”, la UNESCO prevé que, de continuar la tendencia actual, llegado el plazo establecido, uno de cada seis niños entre 6 y 17 años seguirá fuera de la escuela y el 40% de los menores no terminará la educación secundaria, una cifra que llegaría al 50% en África subsahariana, donde ha disminuido el número de maestros capacitados en los últimos 20 años.
“Al ritmo que vamos, para 2030 las tasas de escolarización se estancarán en los países de renta media y caerán cerca del 30% en los países africanos francófonos. Más aún, si no se aceleran los esfuerzos, el 20% de los jóvenes y el 30% de los adultos de los países de renta baja seguirán sin saber leer, pese a que el Objetivo 4 es eliminar el analfabetismo”, señaló la UNESCO.
Aunque la Agenda 2030 pugna por no dejar a nadie atrás, sólo el 4% de la población más pobre acabará la educación media superior en los países más pobres, mientras que en los más ricos esa cifra será de 36%.
Todavía se puede corregir el rumbo
No obstante, los estimados desalentadores, el director del Informe Global de Monitoreo de la Educación, Manos Antoninis, consideró que aún se está a tiempo de corregir el camino: “Los países han interpretado las metas de educación global de forma muy diferente, lo cual es correcto ya que todos empezaron de puntos muy diferentes. Sin embargo, no deben desviarse mucho de las promesas hechas en 2015. Si ajustan ahora sus planes nacionales con esos compromisos, pueden encaminarse bien hacia el 2030”, señaló.
Cuando se adoptaron los ODS en 2015, la UNESCO identificó un déficit de 39.000 millones de dólares en el presupuesto necesario para alcanzar las metas relacionadas con la educación y advirtió que el financiamiento a ese sector había disminuido desde 2010.
La directora del Instituto de Estadísticas de esa agencia de la ONU, Silvia Montoya, subrayó que los países precisan mejorar sus datos para elaborar políticas precisas y aprovechar mejor el dinero invertido en educación. “Las estadísticas son una necesidad de todos los países, no son un lujo. Sin embargo, menos de las mitad de los países cuentan con los datos que hacen falta para monitorear el progreso hacia las metas de educación”, dijo.
Montoya agregó que se requiere más financiamiento y apoyo para que los países mejoren su registro de datos y puedan orientar mejor sus estrategias educativas.
La UNESCO también publicó este martes un análisis de las políticas que los países han implementado desde 2015 para alcanzar el Objetivo 4.
En algunos países, se ha dado prioridad a la igualdad y la inclusión. Por ejemplo, en Bolivia, se distribuyen cupones a los estudiantes indígenas; en Vietnam, se eximen las colegiaturas para la población más pobre; en Turquía, se hacen transferencias de efectivo para los niños refugiados; y en Sudáfrica, se le entrega efectivo a los niños con discapacidades intelectuales.
Además, una cuarta parte de los países evalúan el aprendizaje para reformar sus planes de estudio.
La UNESCO indicó que una de las grandes debilidades de los países es la falta de colaboración entre los distintos sectores para mejorar la educación y citó en particular la carencia de sinergias entre la educación y los servicios de salud.
Fuente: https://news.un.org/es/story/2019/07/1459011