España: Más de 200 niños sin documentos viven pendientes de su escolarización en Melilla

Europa/España/01 Agosto 2019/El país

Las familias no han podido acreditar el certificado de empadronamiento en la ciudad autónoma ni otros requisitos exigidos por el Ministerio de Educación

Un total de 243 niños están sin escolarizar en Melilla. Las familias de estos menores (que representan el 1,2% de los 19.300 estudiantes que han solicitado plaza en alguno de los colegios públicos melillenses para el próximo curso) no han conseguido acreditar ante el Ministerio de Educación la residencia legal en esa localidad. “Son niños de la ciudad, pueden no tener documentación, pero por causas no imputables a ellos”, explica José Palazón, fundador de la asociación local en defensa de los derechos del niño Prodein. Algunos de ellos son apátridas: nacidos en Melilla pero sin nacionalidad española ni marroquí, de donde son originarios sus padres. Otros de esos menores —de tres a 16 años— tienen pasaporte marroquí.

El Defensor del Pueblo ha tomado cartas en el asunto —ya lo hizo el año pasado con los 160 menores sin escolarizar, de los que finalmente entraron 124—, y ha pedido al Gobierno que resuelva la “invisibilidad administrativa” de estas familias porque tanto la ley educativa como la Constitución reconocen el derecho a la educación de todos los niños en España, “independientemente de la situación de sus padres”.

Los hermanos Rayan y Wassim, de diez y siete años, llevan un curso sin asistir a clase y han vuelto a ser excluidos de las listas de admitidos para el próximo curso. Nacieron en Melilla y desde entonces han residido allí. Ambos tienen pasaporte marroquí, como su madre, que lleva 11 años viviendo en el depauperado barrio de La Cañada, una colina de casas apiñadas, cuestas y callejones imposibles cercano a la frontera norte con Marruecos. En el distrito, que no cuenta con planificación urbanística, muchas construcciones se han levantado de forma irregular y no cuentan con cédula de habitabilidad. Imposible empadronarse.

Hasta el pasado junio, cuando el PSOE llegó al Gobierno, el Ministerio de Educación —que ostenta la competencia educativa en Ceuta y Melilla— exigía a las familias el certificado de empadronamiento para poder matricular a sus hijos. En el resto de España, ese documento se solicita igualmente para asegurarse de que el alumno reside en la ciudad y para asignarle una plaza cercana a su domicilio. Pero hay una casuística especial: Melilla y Ceuta son las únicas ciudades en las que hay que contar con el permiso de residencia para solicitar el padrón, denuncian las asociaciones locales.

En Melilla conseguir empadronarse puede llevar años, acusan algunas ONG. “Son melillenses, pero no se les reconoce la documentación”, lamenta Giulia Sensini, portavoz de Save the Children en la ciudad. En el proceso para tramitar el padrón Sensini advierte algunas “complicaciones” que no se dan en otras autonomías. “La Administración tiene que cerciorarse de que residen en la vivienda en la que se quieren empadronar y para ello mandan a la policía a comprobarlo en diferentes ocasiones. El proceso puede durar meses”, señala.

Desde el Gobierno de la ciudad —en manos del PP durante los últimos 20 años y ahora con una coalición formada por Ciudadanos, Coalición por Melilla y PSOE— reconocen que existen “muchas trabas administrativas” para empadronarse, a lo que se suma la “saturación” de las aulas, un cóctel que acaba salpicando a los menores. “Somos una ciudad fronteriza de 12 kilómetros cuadrados, sabemos que hay pisos patera donde se puede empadronar gente que vive en Marruecos”, admite Gloria Rojas, consejera de Educación. Sobre las carencias en las instalaciones educativas y la falta de espacio, recuerda que desde 2009 no se ha vuelto a construir ningún colegio y que hay más de 24 alumnos por clase en infantil y 30 en primaria (frente a los 13 y los 14 de media en España). “Todo niño que reside en España tiene derecho a estar escolarizado, no tenemos excusa, pero sí un problema de espacio dramático”, añade Rojas.

Cambio en los requisitos

En septiembre de 2018, el Ministerio de Educación —ya bajo mandato socialista— emitió una orden para que 124 niños sin certificado de empadronamiento fuesen escolarizados en Melilla, tras acreditar su residencia en la ciudad. 40 se quedaron fuera.

Para dar “mayor margen” a las familias, el Gobierno de Pedro Sánchez introdujo en febrero un requisito alternativo para la escolarización: en caso de no tener el certificado de empadronamiento, sirven para ello la tarjeta sanitaria y una factura de la luz con una antigüedad de, al menos, seis meses. Aún así, 243 niños han quedado fuera de las listas provisionales de admitidos y tendrán que subsanar la falta de documentación antes del próximo 10 de septiembre, cuando se publicarán las definitivas.

Los hermanos Rayan y Wassim son dos de esos 243 niños y tampoco tienen tarjeta sanitaria. Nadia, su madre, de 48 años, paga 200 euros al mes de alquiler, del que no tienen contrato porque “la dueña no quiere papeles”. El dinero lo ponen vecinas y conocidas de la zona porque ni ella ni su marido tienen trabajo. Ninguno de los progenitores tiene documentación española.

El Defensor del Pueblo pide una solución “permanente”

El Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, que el año pasado ya intermedió para conseguir que más de un centenar de niños sin escolarizar en Melilla fuesen admitidos en colegios públicos, ha recibido este mes más de 100 quejas de mujeres con hijos menores a su cargo que, cara al curso 2019-2020, han sido excluidos de los resultados provisionales publicados el pasado julio. Muchos de esos niños, “han nacido en Melilla o llevan años residiendo allí, incluso décadas, en una situación de total invisibilidad administrativa”, denuncia. Considera que esas familias “viven en un limbo legal” porque pese a haber nacido o vivido en Melilla, “tienen graves dificultades para acceder al empadronamiento y se encuentran en una situación administrativa irregular”. Esas carencias documentales son la causa de que esas personas “vean limitado el acceso a derechos básicos como la sanidad, la educación o los servicios sociales”, continúa Fernández Marugán.

Los obstáculos en el acceso a esos “derechos básicos” no son una novedad. En 1985, el Defensor ya dirigió una recomendación al Gobierno “preocupado” por las injusticias generadas por la “aplicación rigurosa” de la ley de Extranjería. Pero, “34 años después continúan existiendo trabas para la obtención de la tarjeta sanitaria y, en demasiadas ocasiones para la escolarización obligatoria”, incide. Entre el centenar de reclamaciones recibidas, más de 50 corresponden a menores que no han logrado empadronarse o carecen de la tarjeta sanitaria. “Creemos que es urgente que las Administraciones públicas encuentren una solución permanente que acabe con estas situaciones de marginación, invisibilidad y exclusión”, destaca.

Fuente e imagen: https://elpais.com/sociedad/2019/07/31/actualidad/1564596428_176991.html

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Guatemala: En Centroamérica 6 de cada 10 niños están fuera del sistema educativo

Guatemala/16 noviembre 2017/Fuente: Wradio

El Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) y los proyectos de Desarrollo Santiago y Estado de la Región denunciaron hoy que 6 de cada 10 niños en el área están fuera del sistema educativo y de ellos el 40 % son guatemaltecos.

Las cifras, divulgadas durante un foro realizado en Ciudad de Guatemala, indican que a 2015 en Centroamérica 14 de los 46 millones de habitantes tenían entre 4 y 17 años, por lo que es importante aprovechar el bono demográfico, con cantidades «crecientes» de población en edad laboral, una oportunidad para el desarrollo.

Frente a la necesidad de ampliar con rapidez la cobertura educativa, las organizaciones dijeron además que se hace imperativo elevar la inversión, particularmente en Guatemala, que posee los más bajos niveles de la región centroamericana.

En 2014, la inversión guatemalteca para la educación pública fue de 3 % del PIB, lo que representa un promedio de 600 dólares anuales por persona en edad escolar.

Esta «baja inversión» redunda en una fuerte exclusión educativa para los niños y niñas y, según datos de 2015, «cerca de la mitad de la población estudiantil está excluida del sistema educativo, lo que equivale a unos 3,6 millones» de niños y adolescentes.

Antes estas conclusiones, las tres entidades hicieron un llamamiento a pensar cómo responder con calidad y pertinencia a la demanda creciente de servicios educativos que en los próximos años enfrentará el país como consecuencia del proceso de transición demográfica.

«El reto que conlleva la educación en Guatemala debe aglutinar a todos los sectores de la sociedad. Para alcanzar las metas educativas a las que aspira Guatemala es necesario conocer qué propuestas tienen tanto el Gobierno, como la sociedad civil, los partidos políticos y los sectores empresariales», enfatizan.

Fuente noticia: http://www.wradio.com.co/noticias/internacional/en-centroamerica-6-de-cada-10-ninos-estan-fuera-del-sistema-educativo/20171114/nota/3637529.aspx

Fuente imagen: http://www.elpais.cr/wp-content/uploads/2016/10/Niños-nicaragüenses-en-escuela-de-Costa-Rica.-Archivo-660×330.jpg

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Colombia: Inequidad, el problema por resolver en la educación

Colombia/26 octubre 2017/Fuente: El Espectador

Deficiencias en la formación rural, deserción y falta de acceso a las universidades son algunos de los puntos para los que la Unesco pide solución en Colombia.

En asuntos como la educación es fácil levantar el dedo y señalar culpables. Que el Gobierno no invierte lo suficiente en los salarios de los profesores y por eso ellos no pueden capacitarse, dice Fecode. Que los maestros le huyen a las evaluaciones, dice el Gobierno. Y en ese rifirrafe de acusaciones, que no pasa sólo aquí, sino que es de escala planetaria, se pierde el foco de la discusión. (Lea: La U. Nacional va a tener una “hija” vallenata) 

Ese es el jalón de orejas que hizo la Unesco en el último informe de seguimiento de la educación en el mundo: “Rendir cuentas en el ámbito de la educación: cumplir nuestros compromisos”. La directora de la entidad, Irina Bokova, fue enfática en este punto durante el lanzamiento del documento: “Cuando no se obtienen los resultados esperados es muy fácil buscar a quién culpar. Pero los gobiernos, las escuelas, los docentes, los padres de los alumnos y los organismos privados son todos responsables de la educación”.

Para la Unesco, la rendición de cuentas de cada uno de los actores es clave para alcanzar metas. Sin ella, señaló Bokova, los avances alcanzados están en peligro. No sólo porque sin rendición de cuentas las promesas de campaña de los políticos pueden quedarse en el aire, sino también porque sin ella se les hace la vida más fácil a los corruptos que intentan meterse en el ámbito educativo, bien sea cerrando escuelas o abriendo universidades “de garaje”, o por jugosos contratos que incumplen y cuyas consecuencias pagan los más desfavorecidos.

Respecto a la corrupción, la Unesco reveló que durante el sexenio 2009-2014, al 38 % de las licitaciones relativas a la educación y la formación sólo se presentó un licitador, un índice más alto que el de la construcción, donde la cifra fue de apenas el 16 %. “Esto pone en evidencia que el riesgo de corrupción es más elevado en el sector de la educación que en el de la construcción”.

Pero la entidad aclara que “el sonsonete de la rendición de cuentas per se es un desacierto. La rendición de cuentas debe entenderse como un medio para alcanzar un fin: la educación de calidad, no como un objetivo en sí mismo de los sistemas educativos”.

Además deja clara su postura respecto a castigar a los profesores o instituciones educativas que no muestren buenos resultados. Para la Unesco, eso implica “individualizar” una culpa que, en la mayoría de casos, le corresponde al sistema educativo del país.

En el informe, la Unesco hace seis recomendaciones a los países para mejorar su educación. La primera de ellas se refiere a la inequidad en su acceso. En Colombia, por ejemplo, el organismo señaló que el acceso a internet en las escuelas urbanas es el doble que el de las rurales. Además, en Colombia, Costa Rica, Indonesia, Jordania y México, 40 de cada 100 rectores de colegios secundarios reportaron que la infraestructura de sus centros educativos obstaculizaba significativamente su misión.

Y, respecto a la educación superior, el acceso sigue siendo una utopíapara la mayoría de colombianos. El informe señaló que entre el 5 y el 10 % de los jóvenes de los estratos más bajos acceden a la formación superior, mientras que en los niveles más altos es entre el 60 y el 70 %. Y aunque reconoció las bondades del programa Ser Pilo Paga, criticó otros, como el sistema de crédito de Icetex “Tú eliges”, pues el 40 % de quienes se postularon a él abandonaron la universidad cuando los pagos se hicieron inviables.

Finalmente, la entidad hizo un llamado a los países para que calculen cuánto invierten su gobierno, los donantes internacionales y las familias en educación, y así redistribuir las cargas, en caso de ser necesario. En Colombia, por ejemplo, el 32 % de la educación es financiada por las familias y el resto por el Estado. Un número elevado si se compara con países de la región, como Bolivia o Argentina, donde los hogares ponen el 25 %.

Por eso, el organismo internacional recomendó a los países emprender un diálogo regional que les permita discutir y conocer otras políticas educativas.

Fuente: https://www.elespectador.com/noticias/educacion/inequidad-el-problema-por-resolver-en-la-educacion-articulo-719645

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