Por: Flavio de Jesús Castillo Silva
Resumen
En todo proceso formativo entre adultos, la Andragogía es importante para que los participantes puedan desarrollar con mayor interés y pertinencia sus procesos de aprendizaje, con ella pueden realizar procesos formativos como cursos, talleres, diplomados tanto en la educación formal como no formal y en específico en la formal pueden ser especialidades, subespecialidades, maestrías, doctorados y postdoctorados.
Palabras clave: Andragogía, Trayecto formativo, procesos formativos, praxis andragógica.
Introducción
En el presente artículo, se hace notar, la manera en que la Andragogía puede ser utilizada en la educación entre adultos a través de una praxis andragógica descrita enfatizando la fase de planeación básica o pre-planeación y la co-planeación debido a que en otros artículos se han abordado los demás momentos como el proceso de orientación-aprendizaje y la evaluación. Asimismo, se menciona el uso de la Andragogía en intervenciones ergológicas para que no se asocie de manera limitada de que la Andragogía solo puede ser en los centros universitarios.
Desarrollo
En 1977, el Dr. Félix Adam, definió a la Antropogogía como “ciencia y arte de instruir y educar permanentemente al hombre en cualquier periodo de su desarrollo psicobiológico en función en función de su vida cultural, ergológica y social” (p. 42), actualmente el término de “educación permanente” ha sido sustituido por la UNESCO como “educación a lo largo de la vida” basado en los cuatro pilares propuestos por Delors (1996), esto rompió con el paradigma de que solo los infantes necesitaban educación, haciendo desde entonces diferentes trayectos formativos[1] tanto en la educación formal y no formal.
Para el caso de la educación formal, específicamente en aspecto curricular, se establecieron planes y programas de estudio en posgrado (diplomados, maestrías, doctorados, postdoctorados; en otros casos han sido especialidades y subespecialidades), para satisfacer las necesidades de formación de profesionistas que buscan contar con un mayor grado de especialización y perfeccionamiento que le permita destacar dentro de su gremio con técnicas y si fuese necesario para su ejercicio el uso de equipamiento, éste será de vanguardia, asimismo, al interior de las instituciones educativas y como consumo interno, están los procesos de formación docente y de actualización profesional.
En la educación no formal, puede ser atendida en sus diferentes ámbitos:
- En el ámbito organizacional, los procesos formativos ergológicos[1] pueden ser encaminados hacia el desarrollo humano, orientación a la filosofía institucional y hacia la actualización funcional.
- En el ámbito social, los procesos formativos estarán orientados hacia oficios, educativos, idiomas, música y canto, deportes, aspectos cívicos, negocios, religiosos, entre otros. Algunos de ellos regulados por instituciones gubernamentales que puedan dar al menos un aval en México como puede ser la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS)o la Dirección General de Centros de Formación para el Trabajo (DGCFT) y otras se registran en la Secretaría de Educación Pública (SEP) tanto estatal como federal.
Para el ámbito educativo, cada vez son más las instituciones de educación superior (IES) que buscan brindarle a su claustro docente procesos formativos que perfeccionen su práctica como tal, esto se da más en las IES públicas que en las privadas. Generalmente y de acuerdo a la estructura organizacional que prevalezca en la IES, habrá uno o varias personas que se encargarán de darle seguimiento a un cantidad de docentes que bien pueden estar agrupados por carrera (licenciatura) o área de conocimiento; éstos apreciarán las evaluaciones al docente por parte de sus estudiantes y con esos resultados bien podrá identificar las fortalezas de sus docentes pero también las áreas de mejora que tienen, se agrupan, se ordenan y serán las que se solicitará que para el siguiente inter semestre o periodo de formación docente ya planificada se determinen los temas a abordar en los procesos formativos antes mencionados.
Algunos podrán atenderse a corto y a mediano plazo de manera presencial o virtual:
- Corto plazo: a través de cursos específicos sobre una temática o talleres porque la idea no nada más será abordar el tema sino hacer algún o algunos productos de dichos contenidos.
- Mediano plazo: con la oferta de diplomados que al cabo de “n” cantidad de módulos que a su vez representan una cantidad de horas de trabajo, harán un proceso en donde la IES invierten, pero saben que redundará en beneficios para el estudiantado en primer lugar y para procesos como la certificación o acreditación.
De manera indistinta al tiempo y a la modalidad, como se está consciente que el proceso formativo será entre adultos, entonces, éste debe estar planificado para desarrollarse de acuerdo a la praxis andragógica, por lo que el facilitador encargado del proceso formativo a poner en marcha deberá considerar las fases necesarias en la praxis andragógica:
Figura 1. Praxis andragógica (Castillo, 2018, p. 116).
La praxis andragógica representada en la figura 1, se compone de las siguientes fases:
- Planeación básica. Con la finalidad de evitar el magistrocentrismo, el facilitador se abocará a identificar con base en los contenidos: antología, técnicas de aprendizaje colaborativo (TAC) que más sean pertinentes, instrumentos o cuestionarios que sean necesarios aplicar para conocer alguna(s) característica(s) de los participantes y datos de los participantes (número de integrantes, edades, embarazadas, adultos de la tercera edad, participantes con alguna cardiopatía, entre otros).
- Encuadre. Esta fase se dividirá en dos partes: (i) la coplaneación, en esta fase podrá el facilitador acordar con los estudiantes situaciones como: identificación de necesidades (puede ser con el formato SQA), tolerancia al inicio, porcentajes para la autoevaluación, coevaluación y evaluación unidireccional (docente), orden de los contenidos, entre otros; (ii) contrato de aprendizaje, ya organizados en equipos de uno, tres o cinco, los participantes podrán determinar en dicho formato la manera en que quieren abordar su materia, qué evidencias de aprendizaje entregarán, cuándo y cuánto valdrá de su porcentaje. Aquí valdría la pena mencionar que hay procesos como los estándares de competencia que ya están especificados los productos o evidencias de aprendizaje.
- Desarrollo o ejecución. En esta fase los participantes desarrollan sus actividades, el facilitador estará al pendiente revisando los contratos de aprendizaje porque a lo mejor algún equipo propuso en su contrato hacer una actividad en plenaria, entonces, es necesario ponerse de acuerdo con ellos, los participantes, para ver la hora y el tiempo a utilizar en esa actividad, si son varios equipos para esa sesión que hayan estipulado, se debe cuidar que no use todo el tiempo de la sesión debido a que los equipos deberán continuar con sus actividades como equipo.
- Evaluación. Se debe considerar un tiempo necesario para esta actividad, ya que se deberá considerar la autoevaluación y la rúbrica que deba contestar (ésta deberá ir más encaminada hacia el producto), otra rúbrica para la coplaneación, en este caso, ésta deberá estar orientada hacia el proceso y por último la evaluación unidireccional o del docente donde en las rúbricas anteriores podrá hacer sus anotaciones y con eso determinar las calificaciones.
Las etiquetas en la figura 1 que dicen “H&P”, significa que se hace uso de los principios andragógicos del Dr. Félix Adam de Horizontalidad y Participación, en la otra etiqueta que solo dice “P”, es que en ese proceso solo está el principio de la participación. Con respecto a la antología, Brockett e Hiemstra (1993) sugieren que sea planificada a la par de los contenidos y que sin importar si es impresa o digital, ésta deba estar ordenada para una mejor organización del acceso a los contenidos por parte de los participantes.
A la par de la antología, estos autores señalan que dada las características de los participantes (docentes de diferentes áreas de conocimiento), es conveniente elaborar algo que he particularizado y he llamado el “avanzómetro” donde aparecerán las etapas principales del proceso formativo, de tal manera que cada vez que se vayan cubriendo los temas, esto se refleje en el “avanzómetro”, de esta manera visual, el participante podrá identificar la parte que falta y eso disminuirá su ansiedad.
Figura 2. Antología (Castillo, 2018, p. 119).
El “avanzómetro” deberá estar en algún lugar visible durante el proceso formativo y el facilitador consciente de su función, estará en cada etapa haciendo el énfasis para que los participantes no se sientan perdidos durante las actividades realizadas y faltantes. En la figura 3 se muestran dos ejemplos, uno circular y el otro secuencial.
Figura 3. Avanzómetro (Castillo, 2018, p. 121).
En procesos formativos que tienen como objetivo perfeccionar el quehacer docente, la antología o libro de texto funge una función importante porque se vuelve la fuente de consulta principal, no la única, promoviendo con estos materiales lo que en una plática con el Dr. Manuel Castro Pereira, rector de la Universidad Nacional Abierta de Venezuela en el año 2015 enunció: que la Andragogía es la libertad del adulto en situación de aprendizaje.
Notas:
[1]El trayecto formativo[se expresa en] un documento que se elabora encolectivo y tiene como propósito fundamental plasmar las acciones deactualización y capacitación a través de las cuales se van a atender, subsanar osatisfacer las necesidades que exponga el colectivo para realizar con eficacia,eficiencia y calidad, su trabajo.
[1] La ergología derivada etimológicamente de los vocablos griegos:ergon (acción, obra, trabajo empresa) y logos (palabra, discurso, razón, tratado), tiene dos acepciones:(a) estudio general del trabajo, teniendo como objeto el trabajo y lo estudian en sus distintos aspectos, cada una desde su propio punto de vista; y (b) ciencia del trabajo, estudia científicamente el trabajo en sí, en cuanto a sus presupuestos, condiciones, organización, relaciones, desarrollo, rendimiento y valoración (http://www.mercaba.org/Rialp/E/ergologia.htm).
Referencias
Adam, F. (1977). Andragogía. Caracas: FIDEA.
Brockett, R. e Hiemtra, R. (1993). El aprendizaje autodirigido en la educación de adultos. Barcelona: Paidós Educador.
Castillo, F. (2018). Andragogía. 2ª Ed. México: Instituto Multieducativo Latinoamericano.
Delors, J. (1996). La educación encierra un tesoro. París: Santillana-UNESCO.