Por: Jorge Izusqui.
El Consejo Nacional de Educación debe elaborar un nuevo proyecto educativo nacional al 2036. Los distinguidos miembros de este cónclave, encargados de dicha labor, están trabajando en su diseño y tendrán que enfrentar varios retos que no son de fácil solución, pero el principal, considero, es redactar un plan lo suficientemente ambicioso como para marcar el camino a seguir para salir del estancamiento en que está nuestro sistema educativo.
Diseñar un plan al 2036 implica reconocer que la escuela, como está diseñada, no va más y que es necesario que el sistema educativo se adapte a los grandes cambios tecnológicos; no podemos tener estudiantes que vivan en el siglo XXI fuera de la escuela, pero que estén en esta como en el siglo XIX. Las metodologías de hoy no van más y debemos imaginar una escuela sin las ataduras como currículos, horarios fijos, evaluaciones memorísticas, etc.
El proyecto debe contemplar una escuela libre, en cuyo centro esté el estudiante y no los intereses políticos, partidarios o gremiales; y debe basarse en una simple pregunta: ¿esto o aquello es lo mejor para el estudiante? Se debe construir un proyecto de escuela libre que forme ciudadanos globales comprometidos con sus comunidades, preparados para enfrentar retos del futuro, la incertidumbre, la tecnología y que sean capaces de aprender y desaprender a lo largo de sus vidas.
El reto de plasmar en un documento la idea de escuela libre y traducirla a políticas públicas no es fácil, pero con audacia se puede lograr, con mucha audacia que, espero, los distinguidos consejeros pongan sobre la mesa porque no podemos seguir teniendo nuestras escuelas con sistemas anacrónicos que, como está demostrado, no rinden resultado.
Fuente del artículo: https://peru21.pe/opinion/audacia-nuestra-educacion-484396