OVE reseña: Fabio Tomáz (MST) «Movimientos Sociales y Educación»

Mundo/América Latina/03-03-2021/Autor: Fernando J. Gómez/Fuente: OVE

El martes 23 de febrero tuvo lugar un nuevo encuentro en el Seminario Internacional el ciclo de debate denominado «Movimientos Sociales y Educación». Estos Seminarios son posibles gracias al trabajo de la Alianza Pedagógica Social Internacional CEIP-Histórica de Argentina, MAEEC-CLACSO de México; KAVILANDO de Colombia; MASA CRÍTICA de Panamá; RED GLOBAL GLOCAL por la Calidad Educativa de América Latina; SAVIA de Paraguay; Universidad de Panamá; CIPCAL de América Latina; KAICHUK MAT DHA de México; EMANCIPACIÓN de Chile; Organización Social, Feminista, Pedagógica Mujer-Pueblo-Magisterio CNTE Durango, el Centro Martin Luther King de Uruguay y CII-OVE de Venezuela

En esta oportunidad la exposición estuvo a cargo de Fabio Tomáz quien es Referente social del MST (Movimiento Sin Tierra) Brasil, integrante del Colectivo de Relaciones Internacionales del Movimiento Sin Tierra de Brasil, Miembro de la Coordinación Político Pedagógica de la Escuela Nacional Florestan Fernandes.

La moderación de la actividad estuvo a cargo de Lucía Wajsman  (CEIP-Histórica, Argentina).

Fabio Tomáz agradeció la invitación al ciclo y afirmó que la oportunidad resulta propicia para compartir desde “nuestra experiencia en Brasil” que es “muy particular y circunscrita pero que puede generar diálogos con otras experiencias”. La jornada estuvo signada por la rica información que el expositor volcó desde unas diapositivas que sintetizaron lo principal de la conferencia y permitieron mantener el orden al auditorio, sobre una serie de experiencias (y elementos teórico conceptuales) a las que el orador hizo constantes referencias, para “tratar la experiencia desde la Escuela Nacional Florestan Fernandes pero desde la perspectiva del MST Brasil”.

 

¿Qué es el MST?

El Movimiento Sin Tierra surge públicamente en 1984 al fin de la dictadura en Brasil (1964-1985) a partir del momento en que se restituye la posibilidad de organizarse políticamente (partidos, movimientos) siendo el MST una unión de distintas luchas, “El MST es fruto de la unificación de distintas luchas por la tierra que ocurrían en todo el territorio nacional”.

El MST se afirma en tres objetivos principales (tres banderas).

 

Lucha por la tierra

Reforma agraria (define a ésta como “un conjunto de políticas públicas de un proyecto de (lo) qué hacer con la tierra”).

Transformación social (no se avanza en la lucha por la tierra sin transformación social, este punto “imprime al MST un carácter revolucionario”).

 

Principal forma de lucha: ocupación de tierras

En la Constitución de 1988 se estableció la Función Social de la tierra. “El MST ocupa las haciendas, toma las fincas que no cumplen con un precepto constitucional de la función de la tierra. “La propìa Ley dice que: las tierras que no cumplen función social tienen que ser incorporadas a un programa de Reforma Agraria. Afirmó Fabio Tomáz que Brasil tiene la segunda mayor concentración de tierra del mundo, (luego de Paraguay). En Brasil el 1 % de los propietarios concentran el 48 % de todo el territorio nacional.

 

Educar para movilizar a la gente es parte del ADN del MST

Para esto es importante la influencia de Paulo Freire y ciertos aspectos de las filosofías marxistas.

Nuestra concepción de educación parte de una determinada visión del mundo, una determinada forma de comprender la realidad. “Para nosotros la realidad es material, es objetiva, es decir la realidad es como es. La realidad es histórica, la realidad de hoy es fruto de lo que pasó ayer y comprendiendo el hoy construimos mañana”. “También la realidad es dialéctica: hay contradicciones y antagonismos, hay disputas en la realidad”.

Esa realidad resulta en sujetos concretos. Fabio habló de la importancia de elementos que detalla en la conferencia para comprender la concepción de formación y educación en el MST. Destacó que el carácter masivo del movimiento determina la forma en que se piensa en cómo hacer educación.

 

Carácter masivo, amplio, permanente y sistemático

La formación no es la estrategia, la formación responde a la estrategia de la organización, no es un fin en sí mismo. A ese respecto afirmó: “hay que tener colectivos que piensen la intencionalidad de la educación (en el movimiento)”.

El estudio es una tarea política en un movimiento de masas que busca cambios políticos y sociales (Freire: la cabeza piensa donde los pies pisan). Dentro de un movimiento de masas como el MST, nuestra tarea es siempre intentar construir la unidad en la diversidad (conectar estrategias, tácticas, intencionalidad), pero en un contexto donde las trayectorias de los sujetos son muy diversas y (afirmó Fabio) esto es una gran riqueza (no un problema), para un movimiento político de masas.

El conjunto de metodologías que pensamos deben tener en cuenta (las) dimensiones pedagógicas, este concepto (y una serie de conceptos concomitantes) resulta imposible de resumir aquí, pero fue desarrollado meticulosamente por el expositor.

Mediante el desarrollo de lo que Fabio llamó un ejemplo circunscripto, transmitió bastante de la experiencia concreta de puesta en juego de los métodos en conexión con las metodologías de trabajo.

En la destacada conferencia, con un excelente castellano, Fabio Tomáz desarrolló las ideas inherentes a una política de formación (…) y un sistema de formación, que es atribuir determinadas responsabilidades a determinados colectivos. Afirmó: es importante tener un sistema, no estamos todo el tiempo iniciando de cero. Destacó la importancia de equilibrar distintas dimensiones en relación con quien y donde estamos trabajando. No hay manuales: cada realidad exige su adaptación, incorporación y exclusión de elementos.

 

La profundidad de lo simple

Rescatando las dimensiones de lo humano y lo subjetivo, lo real y lo dialéctico, la conferencia discurrió sobre experiencias de formación, las preguntas, las contradicciones y la belleza que estos procesos provocan.

Sobre el final de la exposición, no faltaron las referencias a las transformaciones impuestas por la pandemia de COVID-19 “en un país con un gobierno de derecha que afirma que las muertes y los efectos de la pandemia son exageraciones”. Ya que “la pandemia amplió las contradicciones de la sociedad y de los instrumentos políticos”.

Luego de su exposición hubo una ronda de preguntas (y comentarios) a cargo de Reinaldo Villafañe y Elpidio Gonzáles.

A continuación, el video completo del debate:

Fuente del Video: https://www.youtube.com/watch?v=qka3xvL_NSc

Imagen: Alianza Pedagógica Social Internacional

Comparte este contenido:

Reforma agraria no llega a todos en Sudáfrica

África/Sudáfrica/18-10-2020/Autor(a) y Fuente: lahora.com.ec

Una mujer sudafricana protesta contra la última reforma gubernamental de la reforma agraria, ayer en Ciudad del Cabo, en Sudáfrica.

Los manifestantes, encabezados por la organización ‘On Farms’, que representa los derechos de los granjeros y las mujeres rurales, muestran su renuncia a la última reforma agraria de la ministra Thoko Dizida, que según ellos excluye a la provincia del Cabo Occidental y particularmente a las comunidades más marginadas.

Esta semana dicha reforma fue publicada en el boletín oficial para ser remitida al parlamento, donde por primera vez se permite la expropiación de propiedades sin compensación económica. (EFE)

Fuente e Imagen: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102330432/reforma-agraria-no-llega-a-todos-en-sudafrica

Comparte este contenido:

Las venas abiertas de Nicaragua

Autor: Boaventura de Sousa Santos

Pertenezco a la generación de los que en los años 80 vibraron con la revolución sandinista y la apoyaron activamente. El impulso progresista reanimado por la revolución cubana de 1959 se había estancado en gran medida por la intervención imperialista de Estados Unidos. La imposición de la dictadura militar en Brasil en 1964 y en Argentina en 1976, la muerte del Che Guevara en 1967 en Bolivia y el golpe de Augusto Pinochet en Chile contra Salvador Allende en 1973 fueron los signos más sobresalientes de que el subcontinente americano estaba condenado a ser el patio trasero de Estados Unidos, sometido a la dominación de las grandes empresas multinacionales y de las élites nacionales conniventes con ellas. Estaba, en síntesis, impedido de pensarse como conjunto de sociedades inclusivas centradas en los intereses de las grandes mayorías empobrecidas.

La revolución sandinista significaba el surgimiento de una contracorriente auspiciosa. Su significado resultaba no sólo de las transformaciones concretas que protagonizaba (participación popular sin precedente, reforma agraria, campaña de alfabetización que mereció el premio de la Unesco, revolución cultural, creación de servicio público de salud, etcétera), sino también del hecho de que todo esto se realizó en condiciones difíciles debido al cerco extremadamente agresivo de Estados Unidos con Ronald Reagan, que supuso el embargo económico y la infame financiación de los contras nicaragüenses (la guerrilla contrarrevolucionaria) y el fomento de la guerra civil. Igualmente significativo fue el hecho de que el gobierno sandinista mantuviera el régimen democrático, lo que en 1990 dictó el fin de la revolución con la victoria del bloque opositor, del que, además, formaba parte el Partido Comunista de Nicaragua.

En los años siguientes, el Frente Sandinista, siempre liderado por Daniel Ortega, perdió tres elecciones, hasta que en 2006 reconquistó el poder, manteniéndolo hasta hoy. Sin embargo, Nicaragua, como por lo demás toda Centroamérica, estuvo fuera del radar de la opinión pública internacional y de la propia izquierda latinoamericana. Hasta que el pasado abril las protestas sociales y la violenta represión llamaron la atención del mundo. Pueden contarse ya muchas decenas de muertes causadas por las fuerzas policiales y por milicias adeptas al partido en el poder. Las protestas, protagonizadas inicialmente por estudiantes universitarios, apuntaban a la displicencia del gobierno ante la catástrofe ecológica en la Reserva Biológica Indio Maíz, causada por un incendio y por la deforestación e invasión ilegales. Se sucedieron después las protestas contra la reforma del sistema de seguridad social, que imponía recortes drásticos en las pensiones y gravámenes adicionales a los trabajadores y los patrones. A los estudiantes se unieron los sindicatos y demás organizaciones de la sociedad civil.

Ante las protestas, el gobierno retiró la propuesta, pero el país estaba ya incendiado por la indignación contra la violencia y la represión y por la repulsa causada por muchas otras facetas sombrías del gobierno sandinista, que entretanto empezaron a ser más conocidas y abiertamente criticadas. La Iglesia católica, que desde 2003 se reconcilió con el sandinismo, volvió a tomar sus distancias y aceptó mediar en el conflicto social y político con condiciones. El mismo distanciamiento ocurrió con la burguesía empresarial nicaragüense, a la que Ortega ofreció sustanciosos negocios y condiciones privilegiadas de actuación a cambio de lealtad política.

El futuro es incierto y no puede excluirse la posibilidad de que este país, tan masacrado por la violencia, vuelva a sufrir un baño de sangre. La oposición al orteguismo cubre todo el espectro político y, tal como ha ocurrido en otros países (Venezuela y Brasil), sólo muestra unidad para derribar el régimen, pero no para crear una alternativa democrática. Todo lleva a creer que no habrá solución pacífica sin la renuncia de la pareja presidencial Ortega-Murillo y la convocatoria de elecciones anticipadas libres y transparentes.

Los demócratas, en general, y las fuerzas políticas de izquierda, en particular, tienen razones para estar perplejos. Pero tienen sobre todo el deber de rexaminar las opciones recientes de gobiernos considerados de izquierda en muchos países del continente y de cuestionar su silencio ante tanto atropello de ideales políticos durante tanto tiempo. Por esta razón, este texto no deja de ser, en parte, una autocrítica. ¿Qué lecciones se pueden extraer de lo que pasa en Nicaragua? Ponderar las duras lecciones que a continuación enumero será la mejor forma de solidarizarse con el pueblo nicaragüense y de manifestarle respeto por su dignidad.

Primera lección: espontaneidad y organización. Durante mucho tiempo las protestas sociales y la represión violenta ocurrieron en las zonas rurales sin que la opinión pública nacional e internacional se manifestara. Cuando las protestas irrumpieron en Managua, la sorpresa fue general. El movimiento era espontáneo y recurría a las redes sociales que el gobierno había promovido con el acceso gratuito a Internet en los parques del país. Los jóvenes universitarios, nietos de la revolución sandinista, que hasta hace poco parecían alienados y políticamente apáticos, se movilizaron para reclamar justicia y democracia. La alianza entre el campo y la ciudad, hasta entonces impensable, surgió casi naturalmente y la revolución cívica salió a la calle asentada en marchas pacíficas y barricadas que llegaron a alcanzar 70 por ciento de las carreteras del país. ¿Cómo es que las tensiones sociales se acumulan sin que se noten y su explosión repentina toma a todos por sorpresa? Ciertamente, no por las mismas razones por las que los volcanes no avisan. ¿Puede esperarse que las fuerzas conservadoras nacionales e internacionales no se aprovechen de los errores cometidos por los gobiernos de izquierda? ¿Cuál será el punto de explosión de las tensiones sociales en otros países del continente causadas por gobiernos de derecha, por ejemplo Brasil y Argentina?

Segunda lección: los límites del pragmatismo político y de las alianzas con la derecha. El Frente Sandinista perdió tres elecciones después de haber sido derrotado en 1990. Una facción del frente, liderada por Ortega, entendió que la única manera de retornar al poder era haciendo alianzas con sus adversarios, incluso con aquellos que más visceralmente habían hostilizado al sandinismo, como la Iglesia católica y los grandes empresarios.

Con la Iglesia católica la aproximación comenzó a principios de la década de 2000. El cardenal Miguel Obando y Bravo fue durante buena parte del periodo revolucionario un opositor agresivo al gobierno sandinista y activo aliado de los contras, llamando a Ortega víbora moribunda durante toda la década de los 90. Pese a ello, Ortega no tuvo pudor en aproximarse al cardenal al punto de pedirle en 2005 que oficiase el matrimonio con su compañera de muchos años, Rosario Murillo, actual vicepresidenta del país.

Entre muchas otras concesiones a la iglesia, una de las primeras en 2006 fue aprobar la ley de prohibición total del aborto, incluso en casos de violación o de peligro para la vida de la mujer. Esto, en un país con alta incidencia de violencia contra mujeres y niños.

Por otra parte, la aproximación a las élites económicas se produjo por la sumisión del programa sandinista al neoliberalismo, con la desregulación de la economía, la suscripción de tratados de libre comercio y la creación de sociedades público-privadas que garantizaban jugosos negocios al sector privado capitalista a costa del erario público. Se produjo también un acuerdo con el ex presidente Arnoldo Alemán, considerado uno de los jefes de Estado más corruptos del mundo.

Estas alianzas garantizaron cierta paz social. Debe destacarse que en 2006 el país estaba al borde de la quiebra y las políticas adoptadas por Ortega permitieron el crecimiento económico. Se trató, sin embargo, del crecimiento típico de la receta neoliberal: gran concentración de riqueza, total dependencia a los precios internacionales de los productos de exportación (en particular café y carne), autoritarismo creciente ante el conflicto social causado por la extensión de la frontera agrícola y por los megaproyectos (por ejemplo, el gran canal interoceánico, con financiamiento chino), aumento desordenado de la corrupción, empezando por la élite política en el gobierno.

La crisis social sólo fue atenuada debido a la generosa ayuda de Venezuela (donaciones e inversiones) que llegó a ser una parte importante del presupuesto del Estado y permitió algunas políticas sociales compensatorias. La situación tendría que estallar cuando los precios internacionales bajasen, hubiese cambio de política económica en el principal destino de las exportaciones (Estados Unidos) o se evaporase el apoyo de Venezuela. Todo eso ocurrió en los pasados dos años. Mientras tanto, terminada la orgía de favores, las élites económicas tomaron sus distancias y Ortega quedó cada vez más aislado. ¿Puede un gobierno continuar denominándose de izquierda (y hasta revolucionario) a pesar de seguir todo el ideario del capitalismo neoliberal con las condiciones que este impone y las consecuencias que genera? ¿Hasta qué punto las alianzas tácticas con el enemigo se transforman en la segunda naturaleza de quien las protagoniza? ¿Por qué las alianzas con las diferentes fuerzas de izquierda parecen siempre más difíciles que las alianzas entre la izquierda hegemónica y las fuerzas de derecha?

Tercera lección: autoritarismo político, corrupción y desdemocratización. Las políticas adoptadas por Daniel Ortega y su facción crearon divisiones importantes en el seno del Frente Sandinista, y oposición en otras fuerzas políticas y en las organizaciones de la sociedad civil que habían encontrado en el sandinismo de los años 80 su matriz ideológica y social y su voluntad de resistencia. Las organizaciones de mujeres tuvieron un protagonismo especial. Es sabido que el neoliberalismo, al agravar las desigualdades sociales y generar privilegios injustos, sólo se puede mantener por la vía autoritaria y represiva. Fue eso lo que hizo Ortega. Por todos los medios, incluyendo cooptación, supresión de la oposición interna y externa, monopolización de los medios masivos, reformas constitucionales que garantizan la relección indefinida, instrumentalización del sistema judicial y creación de fuerzas represivas paramilitares. Las elecciones de 2016 fueron el claro retrato de todo esto, y la victoria del eslogan Una Nicaragua cristiana, socialista y solidaria encubría mal las profundas fracturas en la sociedad.

De un modo casi patético, pero quizás previsible, el autoritarismo político fue acompañado por la creciente patrimonialización del Estado. La familia Ortega acumuló riqueza y mostró su deseo de perpetuarse en el poder. ¿La tentación autoritaria y la corrupción son una desviación o son constitutivas de los gobiernos de matriz económica neoliberal? ¿Qué intereses imperiales explican la ambigüedad de la OEA frente al orteguismo, en contraste con su radical oposición al chavismo? ¿Por qué buena parte de la izquierda latinoamericana y mundial mantuvo (y continúa haciéndolo) el mismo silencio cómplice? ¿Por cuánto tiempo la memoria de las conquistas revolucionarias opaca la capacidad de denunciar las perversiones que le siguen al punto de que la denuncia llega casi siempre demasiado tarde?

Traducción de Antoni Aguiló y José Luis Exeni Rodríguez

Coímbra, 5 julio de 2018

Fuente: http://www.jornada.com.mx/2018/07/07/mundo/022a1mun
Comparte este contenido:

También en tierras, Macri favorece a los capitales extranjeros

Por Emilio Marin

El gobierno de Mauricio Macri es particularmente permisivo al capital extranjero. Aguarda una lluvia de miles de millones de dólares de inversión. Una de las áreas donde implora por esa extranjerización es en materia de tierras. Macri siempre preconizó la relación de Argentina con el mundo, pero nunca aclaró los términos de dependencia en los que la concebía. Con velocidad, los argentinos vienen captando el sentido poco soberano de esas políticas. Aceptar en todos sus términos las demandas de los “fondos buitres”, así como emitir títulos por 16.500 millones de dólares para hacer efectivo ese pago, doblando comisiones millonarias al JP Morgan, Deutsche, HSBC, UBS, Citibank y Santander, fue muestra de aquellas subordinaciones.

Abrir en forma indiscriminada las importaciones de productos fabricados en el país, arruinando a la producción nacional -en particular a la pequeña y mediana ya azotados por la recesión- favoreció la concentración y extranjerización de una economía que siempre rengueó por el peso de los monopolios. También resaltaron los beneficios para las petroleras, gasíferas y eléctricas favorecidas por el tarifazo. Y, último pero no menos importante, la ley de blanqueo para que supuestamente 40.000 millones de dólares se acogieran. Ese resultado está más que verde, pero aún en caso de madurar no sería con dinero de regreso a la plaza argentina pues la ley no se lo exige. Bien podrían seguir su plácida estadía en los paraísos fiscales y firmas off-shore, donde Macri, sus familiares y empresarios amigos tienen experiencia de negocios.

En estas semanas hubo declaraciones del presidente y ministros encareciendo la importancia de las inversiones extranjeras. En julio se deben contabilizar sus discursos en las citas con empresarios y presidentes de la Alianza del Pacífico, en Chile; y los pronunciados en Francia, Bélgica y Alemania, con sus respectivas autoridades, más el foro tecnológico en Sun Valley Conference, en Idaho, EE UU. El hombre del PRO insistió en su súplica, para que capitales radicados en esos países vengan a Argentina o bien aumenten sus inversiones los que ya están acá. Lo de Macri es el apotegma opuesto al del maestro Aldo Ferrer, de “Vivir con lo nuestro”. Podría traducirse: “Para vivir, que el capital extranjero se adueñe de lo nuestro”.

Reflejo en tierras.

El punto de vista poco soberanista se plasmó el 30 de junio en el decreto 820/16, por el cual modificó la ley 26.737 aprobada por amplia mayoría en Diputados y el Senado en diciembre de 2011. La norma llevó el nombre de “Protección al Dominio Nacional sobre la Propiedad, Posesión o Tenencia de Tierras Rurales” y ponía límites a la extranjerización de tierras.

La oposición conservadora que tiroteaba al gobierno de Cristina Fernández y su vocero mediático, Clarín, interpretaron en 2011 que la iniciativa era parte del revanchismo del gobierno ante “el campo”, luego del fracaso de la resolución 125 que establecía retenciones móviles a las exportaciones de granos y en especial la soja.

Ese conflicto se vivió en 2008. Y la ley es bastante posterior, nacida al calor de cierta comprensión, algo tardía y no muy profunda, sobre la necesidad de limitar la expansión del agro-business. Se lo hizo en forma contradictoria, pues en 2012 la presidenta informó, feliz, que se había confirmado la inversión de Monsanto en la planta de semillas en Malvinas Argentinas, Córdoba.

Como fuere, la ley 26.737 fue un buen intento de limitar, aunque no de erradicar, los latifundios e inversiones de capitales extranjeros. Se planteó que una sociedad con mayoría de acciones del 25 por ciento en manos de extranjeros no podría comprar más que mil hectáreas en la zona núcleo, o sea la pampa húmeda (parte de Buenos Aires, sur de Santa Fe y sureste de Córdoba). Las provincias deberían realizar estudios para adecuar esas mil hectáreas a sus propios territorios, donde serían un poco más.

El capital foráneo así delimitado no podría superar el 15 por ciento de la superficie de tierras cultivables rurales del país. Pretextando que las situaciones de las diferentes regiones son disímiles y que la ley no previó todas las realidades de las propiedades rurales (dificultades catastrales, usucapiones, sucesiones, pleitos, etc), el macrismo aprovechó para modificar por decreto 820 una ley de alcance superior. Ya este aspecto ameritaría un pleito judicial y la maniobra gubernamental podría no prosperar.

¿Cuáles fueron los puntos centrales de la modificación oficialista? En vez de definir como extranjera a una sociedad o persona jurídica con el 25 por ciento de acciones en manos foráneas, aumentó ese techo al 51 por ciento. Sólo las que lo superen ingresan en la categoría que tiene impedimentos. Y aclaró que el tope de 15 por ciento de las tierras en manos de extranjeros rige sólo para las superficies rurales, no así para zonas industriales y de otros usos.

Si alguien tenía alguna duda sobre el objetivo macrista, la aclaró el subsecretario de Asuntos Registrales del Ministerio de Justicia de la Nación, Martín Borrelli, quien sostuvo que “se busca facilitar la llegada de inversiones productivas de capital extranjero en todo el país a través de la regulación de situaciones que no habían sido contempladas en el decreto 274 del 2012”.Argumentó que el sistema de equivalencias ya que no responde a la realidad del comercio de tierras rurales en nuestro país “ni a las necesidades de expansión del negocio agroindustrial de las provincias”. Eso conjuga perfectamente con Macri, quien en varias oportunidades reiteró su ideal: “no ser el granero del mundo, sino el supermercado del mundo”.

Dime quién te apoya…

La decisión gubernamental fue apoyada por la Cámara de Inmobiliarias Rurales (CAIR) por considerar que facilitará la llegada de inversiones productivas de capital extranjero en la explotación de commodities como trigo, maíz, soja y girasol. Así lo expresó el secretario Javier Christensen, quien fue muchos años dueño de la consultora agropecuaria Agroconnection SA, socia del grupo Telecom. La CAIR está presidida por un directivo de Álzaga Unzué y hay muchas empresas que tienen como valores “el relacionar, promocionar y crear vínculos entre las empresas e individuos dedicados a la intermediación de negocios inmobiliarios rurales”. Estos “intermediarios” con el capital concentrado y preferentemente extranjero son los que aplaudieron a Macri por el decretazoy advirtieron que “será necesario hacer más cambios”.

En La Política on-line, el 4 de julio pasado, se podía leer que “la Sociedad Rural, Confederaciones Rurales y Coninagro no emitieron opiniones públicas sobre el tema, aunque en el sector descuentan que están de acuerdo con la iniciativa macrista”. El 16 de julio, Luis M. Etchevehere, titular de la SRA, cortó las cintas de la 130° Exposición de Palermo, y se congratuló por la presencia de funcionarios macristas, entre ellos el ministro de Agro-Industria, Ricardo Buryaile. Estos defensores del “campo argentino” no esbozaron ningún tipo de crítica al proyecto de la extranjerización de tierras.

Esos elogios serán aún más encendidos cuando se haga el acto central de la Rural, con presencia de Macri. Etchevehere podrá decir que al cabo de 14 años por fin un presidente volvió al predio comprado a precio vil y cuya recuperación por el Estado fue frustrado por los jueces amigos.

…Y quién te cuestiona.

El titular de la Federación Agraria Argentina, Omar Príncipe, cuestionó el decreto 820/16, rescatando la legislación anterior. Cabe recordar que la ley 26.737 fue aprobada en 2011 por el voto mayoritario del FPV, el sector peronista de Felipe Solá, el FAP de Hermes Binner y una parte de los radicales. En el Senado el único voto adverso fue el del salteño y hombre proclive al latifundio y desmonte, Juan Carlos Romero, ex compañero de fórmula de Carlos Menem. Otro que hizo fuertes críticas fue el núcleo interno de la FAA, “Grito de Alcorta”. Pedro Peretti dijo que se “habilita la venta de 20 millones de hectáreas justo cuando sale la ley de blanqueo de capitales”. “Estoy seguro que parte de esa plata mal habida va a ir a la compra de tierras y el paso que viene es la derogación definitiva de la ley de tierras”, añadió quien pidió la protección de pequeños y medianos productores del agro.

Según su cálculo, de los 230 millones de hectáreas que componen el conjunto de la soberanía territorial, hay 3 millones en manos de norteamericanos, 2.6 millones de italianos y 2.1 de españoles. Al menos 8 millones de hectáreas son de extranjeros, cuestionó en declaraciones a AM840. La conexión entre el blanqueo y las tierras es exacta.

El 30 de junio el Senado votó el polémico blanqueo y el 1 de julio se conoció el decreto ampliando facilidades del capital extranjero. Los Benetton con un millón de hectáreas, Douglas Tompkins, Joe Lewis, George Soros, Ted Turner, Monsanto, Syngenta, Nidera y otras firmas foráneas tienen la tranquera abierta donde ondea la bandera de remate. No son los únicos latifundistas. Los “nacionales” Carlos P. Blaquier con 155.000 hectáreas, y los Martínez de Hoz, que -como comprobó Osvaldo Bayer-, se adueñaron de 2.5 millón de hectáreas con la mal llamada “Campaña del Desierto”, son una plaga latifundista tan nefasta como la extranjera.

Reforma agraria, ¿para cuándo? Daniel Viglietti aún canta “a desalambrar”.

Fuente: http://www.barometrointernacional.com.ve/2016/07/30/tambien-tierras-macri-favorece-los-capitales-extranjeros/

Comparte este contenido: