Argentina – Estados Unidos / 18 de noviembre de 2018 / Autor: Ignacio Corral / Fuente: Filo News
La implementación de la plataforma digital de educación de Facebook, Summit Learning, generó protestas en los EEUU por parte de padres y alumnos. ¿Por qué?¿Se puede aplicar en Argentina? Alejandro Artopoulos, director del Centro de Innovación Pedagógica de la Universidad de San Andrés, explica el fenómeno.
La creación de este proyecto surge a partir de una política desarrollada por Barack Obama en el año 2013 con el objetivo de conectar las escuelas públicas de los Estados Unidos a Internet. En tres años consiguió aumentar aproximadamente esa cifra de un 30% a un 70%, un contexto ideal para la expansión de plataformas de enseñanza para la educación básica en el país.
Summit Learning se orienta a innovar dentro de un marco de una pedagogía tradicional denominada “enseñanza basada en proyectos”. Esto automatiza procesos y genera un aumento excesivo en la cantidad de tarea para el hogar de los alumnos y, al mismo tiempo, prescinde de la profesionalización de la enseñanza docente.
¿Por qué genera críticas?
El conflicto más importante se basa en el método utilizado por la plataforma, el “aprendizaje personalizado”. Este proceso vincula al alumno con el docente exclusivamente a través de la interfaz digital, y esa “personalización” es generada por los algoritmos de la plataforma.
La “uberización” de la educación a la que hace referencia Alejandro Artopoulos se focaliza en la sistematización de la rutina del trabajo docente al omitir el lugar necesario en la conexión y la improvisación de métodos de enseñanza que puedan adaptarse a los hechos del mundo cotidiano y a las inquietudes espontáneas de los alumnos.
Los propios estudiantes estadounidenses presentan críticas al proyecto por la propensión a la distracción después de permanecer una excesiva cantidad de tiempo frente a la computadora, por la falta de orientación hacia los alumnos de parte de los docentes y por la tendencia a «enseñarse a uno mismo» a través del uso de la interfaz digital.
Este sistema, además, excluye el vínculo “cara a cara” que está más orientado al trabajo colaborativo que triunfa en programas adoptados por países ejemplares en educación como Finlandia.
¿Qué pasa en Argentina?
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (el distrito más avanzado del país en la implementación de tecnologías en este sector) compró Schoology, una plataforma comercial de enseñanza básica digital que presenta grandes dificultades en su aplicación en las escuelas públicas porteñas debido a la falta de conectividad de las mismas.
Por otra parte, en su concepción original, el programa “Conectar Igualdad”tuvo la intención de llevar adelante la conectividad en las escuelas públicas. Sin embargo, nuevamente la falta de infraestructura técnica fue el factor condicionante.
Para desarrollar un proyecto con estas características, es necesaria en cada escuela una conexión a Internet similar a la que tiene una Pyme de aproximadamente 1000 empleados, lo que eleva los costos de cualquier instalación de fibra óptica.
Una de las consideraciones que destaca Artopoulos como un error del ejecutivo de la Ciudad de Buenos Aires es la creación de una red “cerrada” gestionada por el propio gobierno que puede ser más propensa a fallas de seguridadinformática graves.
¿Existen alternativas?
Existen otros proyectos digitales que alternan entre las actividades individuales de los alumnos en la interfaz y la relación interpresonal entre los estudiantes y los docentes.
Tal es el caso del paquete de productos de Google, GSuit for Education, que contempla un equilibrio entre las tareas individuales y las tareas colaborativas en clase a través de la optimización y simplificación de las actividades.
Fuente de la Reseña:
https://www.filo.news/actualidad/Facebook-y-la-uberizacion-de-la-educacion-20181113-0049.html
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