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Para el año 2016, existió una brecha de género del 11% en nombramientos para puestos de docencia en la Universidad de Costa Rica (UCR). Ese año, la universidad contrató a 4.240 personas para desempeñarse como docentes. De estas, 2.355 fueron hombres y 1.885 mujeres.
Significa que para ese año, se contrataron a 470 hombres más que mujeres, en esos puestos, de acuerdo con el informe “Brecha de Género en Recursos Humanos en la UCR”, publicado en 2017.
Este es uno de los datos que fundamentan el lanzamiento de la campaña “Visibilizar y transformar prácticas sexistas y discriminatorias en la Educación Superior”, impulsada por el Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (CIEM) de la UCR.
“Esta campaña es un ejercicio pionero a nivel de universidades públicas en América Latina”, comentó María José Chaves Groh, investigadora del CIEM, quien dirigió esta campaña.
La iniciativa, que consta de un conjunto de productos gráficos, cuñas de radio y videos, explica cuáles son las conductas sexistas presentes dentro de la universidad, que muchas veces son obviadas o pasadas por alto. Esto a través de datos obtenidos de informes y testimonios de mujeres que estudian o trabajan en la UCR.
Afiche de la campaña, suministrado por el CIEM
Los mensajes de esta campaña surgen como resultado de un ejercicio de grupos focales que se realizaron en diversas sedes de la UCR, según la investigadora.
Chaves explicó que en estos grupos focales participaron funcionarias del área administrativa, funcionarias del área docente y estudiantes de distintas carreras. Entre las participantes, variaba la cantidad años que tienen de laborar (o estudiar) en la Universidad de Costa Rica.
Los grupos focales se centraron en conocer los puntos de vista de estas mujeres sobre qué estaban entendiendo por sexismo y qué estaba significando en su vida laboral y académica.
“En todos los grupos focales no hubo una sola participante que no tuviera nada que decir respecto al tema: todas habían enfrentado alguna forma de sexismo”, explicó Chaves.
La investigadora afirma que otra de las conclusiones que se puede sacar, a través de la información recabada en los grupos focales, es que la Universidad no es ajena a esta problemática.
“Lo que queremos es abrir una discusión sobre el sexismo, sobre las afectaciones que tiene en el crecimiento profesional y académico de las mujeres”, dijo.
María José Chaves Groh, investigadora del CIEM encargada de la campaña “Visibilizar y transformar prácticas sexistas y discriminatorias en la Educación Superior”. (Foto:Katya Alvarado)
Chaves explicó que, desde el segundo semestre del 2018, se empezaron a realizar los grupos focales. Durante el primer semestre de este año, se empezó con la elaboración de los materiales gráficos que conforman la campaña.
La investigadora dijo que la estrategia que van a implementar, para llevar esta campaña a las distintas sedes de la universidad, será por medio de conversatorios. “Vamos a estar realizando, en el mes de septiembre, conversatorios en distintas sedes de la U, con el objetivo de generar discusión y profundizar sobre el tema” explicó.
Testimonios
“El sexismo representa un techo en el crecimiento de las mujeres”. Esta es la conclusión más contundente a la que afirma haber llegado Chaves, a través de las investigaciones para la campaña, y en gran parte, a través de los testimonios de otras mujeres que se desempeñan en el ámbito universitario.
“Creo que lo que se puede constatar una vez más, a través de los relatos que ellas comparten en las diferentes sedes, es que el sexismo representa un gran obstáculo en el desarrollo laboral o académico de estas mujeres”, explicó la investigadora.
Señaló también que hay un tema con la parte formal. Chaves afirma que si no hay una cuota establecida para mujeres dentro de un puesto, difícilmente se garantiza la participación mínima de mujeres.
En la sede Rodrigo Facio de la UCR, por cada profesora en Ingeniería hay cerca de cuatro hombres. En Ciencias Básicas, hay aproximadamente tres hombres docentes por cada mujer.
Esto de acuerdo con datos del informe “Tercer Balance del Estado de la Igualdad de Género de la Universidad de Costa Rica”, publicado en 2012.
“Aparte de esto, hay un tema también con lo no formal. A través de los relatos que plantean los grupos focales, descubrimos que estas mujeres no se sienten seguras de postularse por un puesto de representación estudiantil o de jefatura, porque sienten que el hecho de ser mujeres podría representar un obstáculo para que puedan ser elegidas, o incluso, ser tratadas con respeto dentro del mismo debate”, explicó Chaves.
Esto debido a que, en muchas ocasiones, los señalamientos que se le hacen a mujeres que optan por estos puestos ni siquiera van por la parte profesional, sino por la personal.
“Si yo me postulo para un puesto, obviamente me estoy exponiendo a que me cuestionen el trabajo que he hecho, y yo con eso no tengo ningún problema. Lo que creo es que no se me va a cuestionar por mi trabajo, se me va a cuestionar si realmente estoy en condiciones de poder hacer esto ahora que tengo una niña de dos años, si de verdad le voy dedicar tiempo al puesto por eso. Entonces, como yo creo que por donde me van a salir es por ahí, mejor no me presento.”, contó Chaves sobre el testimonio de una profesora.
La investigadora explicó que hay mujeres que muchas veces evitan postularse para estos puestos, no porque no exista una garantía administrativa de que tienen posibilidad de resultar electas, sino por evitar exponerse a estos señalamientos personales.
Concientizar para impulsar un cambio
Chaves señaló la importancia de que esta campaña no se quede únicamente en la difusión del material, y que sirva como herramienta no solo de concientización, sino que ayude a iniciar un proceso erradicación progresiva de estas prácticas sexistas.
“Hay una apuesta fuerte en el cambio cultural. En la medida en que las personas podamos identificar qué es lo que estamos haciendo para reproducir el sexismo, también podemos tomar cartas en el asunto para saber qué factores se pueden transformar desde las prácticas individuales, para ir rompiendo con esta lógica discriminatoria”, explicó la investigadora.
Esperan que más adelante exista la posibilidad de que la UCR pueda asumir acciones normativas en este sentido. No obstante, señaló que antes de pensar en un mecanismo de sanción, es fundamental trabajar primero en la parte cultural.
Chaves aclaró que los conversatorios están dirigidos a toda la comunidad universitaria, no solo a estudiantes.
“De hecho, la estrategia de difusión de los conversatorios, en cada Sede, es que estamos haciendo contacto con gente de Asociaciones de Estudiantes y con funcionarios y funcionarias, de manera que no sean solo estudiantes quienes lleguen a la actividad”, dijo.
La investigadora explicó que son conscientes de que este es un primer esfuerzo, así que su primera intención es empezar a mover los materiales de difusión, empezar a tocar el tema y que este vaya cobrando vida propia.
“Esto será efectivo en la medida en que más actores se apropien de la discusión y se sumen a generar esta transformación cultural”, añadió.
La campaña está dispuesta para extenderse por dos meses. Aún así, Chaves explicó que esperan que su alcance vaya más allá del tiempo que se mantenga en difusión.
“La idea cuando conceptualizamos los materiales es que puedan ser materiales pedagógicos, materiales de trabajo. Así estos quedan a disposición para utilizarlos en clases, en talleres y charlas que estén relacionadas con el tema de sexismo, en el ámbito universitario”, finalizó.
Fuente: https://semanariouniversidad.com/universitarias/ciem-lanza-campana-contra-practicas-sexistas-en-la-ucr/