La neuropsicología y autora de ‘Dame la mano’, María Luisa Ferreros, explica todo lo que aporta que padres e hijos lean en voz alta
Leer en voz alta es uno de los mejores planes que puedes llevar a cabo con tus hijos. «Esta actividad ayuda a los menores a mejorar la memoria, la concentración, la observación, la escucha, estimula la imaginación, el pensamiento crítico, aumenta el vocabulario… y ayuda en la creación de vínculos familiares, entre otras muchas cosas», apunta la neuropsicóloga infantil especializada en neuropsicología María Luisa Ferreros, en el Día Mundial de la Lectura en Voz Alta, puesto en marcha por la Asociación sin Ánimo de lucro LitWorld.
Para Ferreros, también autora del libro Dame la mano, si padres e hijos leen en voz alta logran unos beneficiosos mayores de lo que pueda parecer a primera vista. «Una de las cosas que te aporta esta práctica es la toma de conciencia de lo que estás leyendo.
Cuando un niño lee en voz alta, está estimulando a la vez el canal auditivo, lo que convierte a esta práctica en una estimulación multisensorial. La entonación, la pronunciación, el tono… permite a los menores darle un significado a ese texto escrito, ayudándoles también a entender redacciones más complejos», explica.
La concentración, la observación o la escucha, prosigue, «se ponen en marcha cuando el menor tiene que estar siguiendo lo que está leyendo el otro para saber cuando le toca a uno u a otro. Eso es poner en común y es lo que permite generar vínculos con las personas con las que estás compartiendo ese momento de lectura. Es verdad que puede ser entre padre e hijo, pero puede ser también entre compañeros de clase… ». Su recomendación en este sentido es que «uno lea por ejemplo una página de Harry Potter, el otro otra… Eso hace que se convierta en una actividad compartida que permite descubrir juntos y genera lazos afectivos».
Qué mejor ejemplo, insiste, «que un padre que lee con su hijo y le muestra cuando se para en la coma, cómo entonar, cuando hay que hacer una exclamación… Pero siempre teniendo en cuenta que sea un momento agradable y lúdico, donde el niño sienta que su madre o su padre le están haciendo caso y por un rato olvidan el teléfono. Todo esto es muy bueno para fomentar el hábito de la lectura, el amor por los libros y los buenos recuerdos».
Fuente de la información e imagen: https://www.abc.es






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