Por Luciana Jouli y Nerina Tarditto*
El mundo actual se encuentra convulsionado: marcado por la virtualidad y la vorágine de las redes sociales donde transitamos y somos des – humanizados; encerrados en mensajes de WhatsApp y videos de Tik – Tok; creyendo que allí encontramos nuestra libertad y felicidad. El capitalismo digital y financiarizado, encontró la forma de empujarnos al territorio virtual donde nuestro tiempo está puesto en función de un puñado de millonarios que maximizan sus ganancias con nuestro trabajo. Las infancias y juventudes son protagonistas de uno de los debates más importantes de la agenda política y educativa actual: la ludopatía infantil. En Argentina proyectos legislativos y medidas punitivistas intentan frenar una tendencia que alarma, pero qué, sin embargo, tiene un trasfondo profundamente sistémico.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió en la 10ª Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) el juego patológico (o ludopatía) como “aquel trastorno que consiste en la presencia de frecuentes y reiterados episodios de juegos de apuestas, que dominan la vida del enfermo en perjuicio de los valores y obligaciones sociales, laborales, materiales y familiares de este” (OMS, 1992).
El incremento del consumo de juegos online y las apuestas deportivas se atribuye a múltiples factores como por ejemplo la liberalización del sector por parte de los gobiernos nacionales, el cambio de percepción social sobre el juego, la publicidad intensiva y el patrocinio de eventos deportivos, entre otros. Además de la masificación del uso de internet, de los dispositivos móviles y de las redes sociales.
Un sondeo de la consultora Opina Argentina -realizado entre el 17 y el 20 de mayo de 2024 en más de mil casos- reveló que el 16% de la juventud encuestada reconoce que realiza apuestas online, número que crece a 24% si se incluye a personas adultas. También concluyó que los más propensos son los varones, y que muchas/os de las/os encuestadas/os (un 24%) creen que el grupo más afectado por la ludopatía son la población adolescente de 12 a 16 años (48%) y el segmento de mayor nivel educativo es el más consciente de los riesgos de los juegos de azar.
Según las estadísticas del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, el 30 por ciento de la población de nuestro país mantiene algún tipo de vinculación con el juego. Dentro de ese universo, el 95 por ciento corresponde a personas que juegan recreativamente, mientras que el 3.5 por ciento son jugadores problemáticos y el 1.5 por ciento corresponde a compulsivos.
Los principales jugadores en el tablero argentino: ¿Quiénes están detrás del juego virtual?
El gigante sueco Betson, para desembarcar en Argentina y obtener licencias en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires debió asociarse con el histórico binguero Daniel Mautone, presidente de Casino Victoria S.A., ubicado en Entre Ríos, Argentina. Mautone es socio del expresidente xeneize Daniel Angelici y según datos de la revista Perfil ambos comparten la propiedad de tres bingos y ambos fueron autoridades de la Cámara Argentina de Salas de Bingos y Anexos. Mautone fue noticia en el 2024 debido a que su compañía Casino Victoria auspiciaba programas de viajes vinculados a Jesica Cirio y Martín Insaurralde, ex jefe de gabinete bonaerense, imputado por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito.
Entre otras marcas destacadas en el sector está Bet365. Denise Coates es la fundadora y dueña de ésta página de apuestas online más grande del mundo. Su página tiene más de 35 millones de usuarios en todo el mundo y promedia alrededor de 215 millones de vistas mensuales. Su popularidad la convirtió en la mujer más rica de Inglaterra. Según el medio Ámbito Financiero sus ganancias brutas superan por 26 veces lo que se destina a nivel mundial para combatir la adicción al juego y la revista Forbes calcula que su fortuna asciende a los 9.000 millones de dólares.
En su columna «Falla de Mercado» en el medio Cenital el periodista Jairo Straccia señaló a Bet Warrior como otra de las empresas más conocidas. Ésta es sponsor de la selección de fútbol argentina y propiedad de Federico de Achával, dueño del hipódromo más importante de Argentina, asociado con la multinacional danesa Shape y la griega Intralot. El periodista también hizo referencia a Bplay, empresa que opera en diferentes países de América Latina y es el patrocinador principal de la liga profesional de fútbol argentino. Estas empresas compiten también con gigantes como Codere, una multinacional española sponsor de la camiseta del club argentino de fútbol River Plate.
De Diagnósticos y “recetas”
La Asociación de Loterías Estatales Argentinas (ALEA) y la Cámara Argentina de Salas de Casinos, Bingos y Anexos (Cascba) de Argentina se unieron a los sitios de apuestas más importantes del país para hacer un llamado a la prevención y señalar que, en sus sitios, sólo juegan las personas mayores. Con ese fin también denunciaron a 254 sitios ilegales que permiten la participación a menores de edad en las apuestas. Así también, a partir de la pandemia de Covid-19, muchas provincias avanzaron en la reglamentación del juego online acordando que actualmente todos los sitios oficiales deben llevar el dominio bet.ar. Sin embargo, según datos de la Asociación de Loterías Estatales Argentinas se estima que el 80% de los sitios online son ilegales.
Si bien en Argentina las apuestas son legales a partir de los 18 años, las y los adolescentes falsifican sus datos y crean perfiles falsos. Por otro lado, un factor que habilita la ludopatía infantil son las billeteras virtuales que les permiten obtener dinero para apostar. Por ejemplo el Banco de la Nación Argentina lo hace a partir de los 11 años y Mercado Pago a partir de los 13.
Uno de los principales factores que contribuye a la ludopatía en las y los jóvenes es la accesibilidad a través de dispositivos móviles y la publicidad agresiva. El acceso a teléfonos y billeteras virtuales desde muy temprana edad permite manejar dinero e incluso pedir préstamos; en un escenario de exceso de publicidades en redes sociales, medios de comunicación, eventos deportivos, camisetas de jugadores de fútbol y en propagandas de famosos o influencers. Aunque existen escasas estadísticas oficiales al respecto, se estima que entre el 1 y el 3 por ciento de la población mundial es adicta al juego.
Se han difundido casos que demuestran las consecuencias que tiene la ludopatía en el ámbito educativo. Muchas y muchos docentes comenzaron a advertir que algunos niños/as se comportaban nerviosos en la escuela, un aumento de los conflictos entre pares y hasta el aislamiento de niñas/os y jóvenes en la interacción con sus compañerxs en el aula. La combinación entre la adicción que generan los dispositivos móviles y la que generan los juegos de apuesta son un combo explosivo para infancias y adolescencias que en un mundo hiperconectado empiezan a estar cada vez más solas y solos, incluso, en el entorno escolar.
En Argentina no hay una ley nacional sobre los juegos de azar, por lo que su regulación está bajo la órbita de cada provincia. Durante el 2024 se han presentado varios proyectos tendientes a regular esta problemática.En líneas generales, todas las iniciativas plantean la implementación urgente de una fuerte regulación sobre la publicidad de las casas de apuestas. Por ejemplo, la no promoción de apuestas entre las 8:00 y las 23:00, la prohibición de carteles en empresas de juego o loterías y en plataformas que no posean instrumentos para evitar que la publicidad sea dirigida a menores de edad, y la no participación de figuras públicas en los avisos publicitarios. Así también, se plantea como propuesta implementar un “adicional extraordinario (del 25%) al Impuesto a las Ganancias aplicable a los servicios de juegos de azar, apuestas, quiniela, lotería y similares”.
A la par del intento de regulación, poco se habla de los verdaderos ganadores del gran casino virtual del capitalismo. En el territorio virtual, infancias y jóvenes están “apostando todo al rojo”, dejando su tiempo y su vida para que un puñado de multimillonarios continúen enriqueciéndose. Si no logramos frenar y oponer un modelo que ponga en el centro a la vida digna de la humanidad, pocas esperanzas le quedan a nuestras infancias y juventudes; que experimentan hoy con su salud mental la ruptura de los límites físicos y morales del capitalismo.
* Jouli es Licenciada en Educación Especial y Tarditto es Profesora de Lengua y Literatura. Zambroni es Licenciado en Ciencia Política. Ambas miembros del Centro de Estudios y Formación en Política Educativa (CEFOPED), asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)