La derecha y la educación

 Por. Miguel Angel Belloso

Por si a alguno le quedaba duda de que esta legislatura será tremendamente compleja y de resultados mediocres, ya tenemos el primer botón de muestra. Todos los partidos de la oposición se han puesto de acuerdo para detener la ley educativa del PP, a pesar de que éste ya había retirado la polémica reválida y había ofrecido un pacto al que yo no acabo de ver ningún lado favorable. Las relaciones de la derecha con el sistema educativo han sido siempre tumultuosas y, como se explica en el último número de Actualidad Económica, que ya tienen en el quiosco, han acabado en sonoros fracasos. Todos los intentos del PP por reformar la educación se han estrellado con el frente invencible de socialistas y de nacionalistas, y no hay ninguna razón para pensar que ahora suceda algo diferente, con el consiguiente perjuicio para nuestros jóvenes.

Lo que va a ocurrir en los próximos meses evoca una historia desgraciada de la que el propio Rajoy ha sido protagonista en primera persona, y no precisamente como actor honorable. En noviembre de 1997 el PP, que gobernaba en minoría, sufrió en el Congreso el primer varapalo de aquella legislatura. Los grupos se unieron para rechazar el proyecto estrella del Ministerio de Educación de Esperanza Aguirre, el llamado Decreto de las Humanidades. Catorce meses después, Rajoy asumió la cartera. Aznar debió de pensar que un hombre tranquilo y dialogante era el más indicado para apagar el fuego iniciado por la ministra liberal. No hubo más incendios, desde luego, pero tampoco reforma.

Cuando en el año 2000 el PP consiguió la mayoría absoluta, la nueva ministra de Educación, Pilar del Castillo, trabajó en la elaboración de la LOCE, una norma que tenía como objetivo mejorar los resultados del sistema y reivindicar el esfuerzo, la disciplina y el estudio como valores imprescindibles, valores que los socialistas siempre han denostado. La LOCE debería haber comenzado a impartirse en el curso 2004-2005, pero en marzo de 2004 ganó las elecciones José Luís Rodríguez Zapatero, que inmediatamente anunció su paralización. En mayo de 2006 se aprobó una nueva reforma, la LOE, que decía recuperar el espíritu «integrador» que, según los socialistas, la Ley de Calidad había quebrantado.

En 2011 ganó de nuevo el PP las elecciones con mayoría absoluta y Rajoy decidió emprender el cambio de un modelo que todos los estudios y evaluaciones internacionales han denigrado. Nada. Imposible. Para la izquierda pedagógica, las evaluaciones finales previstas por la llamada ley Wert eran un auténtico atentado contra la equidad del sistema y, para los nacionalistas, sobre todo para los catalanes, el trato que se daba a su lengua resultaba intolerable. Me temo que estamos ante la repetición de la historia. Dado que desde hace 30 años todas las leyes educativas las han hecho gobiernos del PSOE, no resulta aventurado pensar que, en realidad, lo que se pretende decir al PP es que se abstenga de reformar lo que socialistas y nacionalistas hace tiempo que han acordado. Deseo equivocarme.

Fuente: http://www.elmundo.es/economia/2016/11/27/5838311d22601da8758b466c.html

Imagen: e01-elmundo.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2016/11/25/14800782175633.jpg

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Miguel Angel Belloso

Director de Actualidad Económica, ex director de Expansión,