Asia/Siria/17 de febrero de 2017/Fuente: ACNUR
Abdel Moein y su familia se encontraban entre los cientos de refugiados sirios cuyas vidas quedaron paralizadas después de que una orden ejecutiva, la cual quedó revocada, suspendiera temporalmente el reasentamiento en los Estados Unidos.
Más de 15 personas estaban abarrotadas en una pequeña habitación durante un ventoso día de invierno en las Montañas libanesas de Shouf. Familia, amigos y vecinos estaban reunidos para despedir a la familia de refugiados sirios, quienes estaban destinados a una nueva vida en los Estados Unidos.
Algunos de ellos reían y otros lloraban, mientras Abdel Moein Al Abed de 37 años y su esposa Fatima, de 31 años, salían y entraban de la habitación, dando besos y abrazos a sus seres queridos. Ellos se apresuraron a alistar sus maletas junto con sus gemelos de ocho años, Mohamad y Jomaa, y Shahd, su hija de cinco años.
“Estábamos tan felices, todos nosotros. Yo estaba aún más feliz por mis hijos”, dijo Abdel Moein, recordando el momento del año anterior, en el que recibió la llamada del ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y le dijeron que él y su familia estaban siendo considerados para el reasentamiento en los Estados Unidos. “Quiero que ellos tengan una buena educación, un buen futuro”.
“Yo estaba aún más feliz por mis hijos. Quiero que ellos tengan una buena educación, un buen futuro”.
Mientras se preparaban para recomenzar sus vidas en Tampa, Florida, la familia se vio incluida entre los cientos de refugiados sirios cuyas vidas quedaron en suspenso el mes anterior, cuando su entrada a los Estados Unidos se vio temporalmente suspendida. Después de haber esperado años para tener la oportunidad de reconstruir sus vidas, esta noticia resultaba devastadora.
“Me dijeron que la salida sería el 7 de febrero, así que nos preparamos para esa fecha y renuncié a mi trabajo. Empacamos nuestras cosas y notificamos al dueño de la casa que nos iríamos. Vendí la mayoría de nuestros bienes”.
Pero el entusiasmo duró poco. Abdel Moein estaba mirando las noticias cuando escuchó sobre la orden ejecutiva y la paralización del programa. Poco después de esto, él recibió la llamada que temía: su reasentamiento sería pospuesto hasta nuevo aviso.
“Mi hijo Mohamad estaba tan emocionado que a veces lloraba y me preguntaba: ¿Cuándo vamos a tomar el avión?, mi hija Shahd también me preguntaba. Yo no sabía qué decirles. ¿Qué podría decirles? ¿Que estábamos a punto de viajar pero ahora no?”, dijo su esposa Fatima.
Pero una semana más tarde, la esperanza de la familia volvió. “Llamaron de nuevo el 5 de febrero y dijeron que ya podríamos viajar. Dijeron que la restricción había sido revocada”, dijeron.
El equipo del ACNUR en el terreno identifica y refiere a los refugiados más vulnerables para reasentamiento, tales como las personas que necesitan asistencia médica, sobrevivientes de tortura y mujeres y niños en riesgo. Las revisiones iniciales del ACNUR incluyen la verificación de documentos y escaneos de iris para verificar la identidad de los solicitantes, así como una evaluación de vulnerabilidad para confirmar su elegibilidad para reasentamiento.
Los candidatos elegidos por la Agencia de la ONU para los Refugiados pasan después por un detallado monitoreo por parte de las autoridades de los Estados Unidos, quienes llevan a cabo sus propios procesos y de forma independiente deciden si aceptan al refugiado para reasentamiento.
El proceso puede tardar hasta dos años, e involucra chequeos de seguridad interagenciales, entrevistas personales, chequeos de seguridad biométricos, revisión de antecedentes, diferentes bases de datos, y a varias agencias del Gobierno Federal de los Estados Unidos.
Antes de partir hacia los Estados Unidos, los solicitantes aceptados reciben un curso de orientación cultural de cinco días, con el fin de prepararlos para su nuevo hogar. En este se cubren aspectos como educación, atención médica y empleo.
“Quiero presentar algo positivo. Quiero que las personas piensen en mí como un musulmán que tiene algo muy positivo que ofrecer”.
A su llegada, ellos fueron recibidos por agencias locales de reasentamiento, las cuales brindan alojamiento y asistencia financiera durante un periodo inicial de tres o cuatro meses, así como cursos de idioma y ayuda para encontrar trabajo.
Abdel Moein y Fatima anticipan algunos de los desafíos iniciales para su adaptación, pero dicen que están determinados a integrarse tan rápido como sea posible a sus nuevas vidas. “Todo será diferente aquí. Será difícil al inicio, y todos necesitamos aprender el idioma. Pero trabajaremos muy duro y nos adaptaremos”, dijo Abdel Moein.
Fatima quiere asegurarles a las personas que tienen preocupaciones sobre el programa de reasentamiento de refugiados. “Hemos huido de Siria por la guerra y los problemas ahí. No estamos buscando problemas. Solo queremos vivir en paz y con seguridad”.
Abdel Moein apoya a su esposa, y dice que quiere pertenecer a la comunidad que lo acoge e intentar retribuirle.
“Quiero presentar algo positivo. Quiero que las personas piensen en mí como un musulmán que tiene algo muy positivo que ofrecer. Eso ayudará a cambiar la percepción que tienen sobre nosotros”.
La familia ahora está en los Estados Unidos.
Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/el-sueno-de-una-familia-siria-de-tener-una-nueva-vida-se-reaviva/
Imagen: www.acnur.org/fileadmin/_processed_/csm_02.2017.16_Reasentamiento_EUA_Familia_019a08be54.jpg