Felipe de J. Pérez Cruz
Del 30 de enero al 3 de febrero de 2017 en La Habana se efectuará un nuevo congreso de pedagogía internacional, que en esta edición reúne a más de 2 000 delegados de América Latina y otras regiones del mundo. La presente edición estará dedicada al aporte del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz (1926-2016) en la obra educacional de la Revolución, al aniversario 50 de la caída en combate del Guerrillero Heroico Comandante Ernesto Guevara (1928-1967), y a los 55 años del triunfo de la Campaña Nacional de Alfabetización. Se trata del estudio de praxis de construcción revolucionaria, sólidamente asumidas, desarrolladas y dialécticamente superadas, que precisan de sistematización continua, para volver a ellas una y otra vez.
A la reflexión sobre la perspectiva pedagógica del líder de la Revolución Cubana se le ha dedicado atención en nuestras Ciencias de la Educación, pero en criterio de este autor aún falta mucho por hacer. Más inexplorado colectivamente, el estudio de la pedagogía del Che Guevara cuenta sin embargo con el sólido aporte que ha realizado en tres textos la maestra de maestros Lidia Turner Martí. Me referiré al estudio que he adelantado sobre el aporte educacional del Comandante en Jefe, en tanto recomiendo la enjundiosa lectura de los libros de la doctora Turner Martí1.
En la creación del proyecto educacional del programa de liberación nacional y tránsito al socialismo en Cuba, en la conducción de la batalla contra el analfabetismo, en la elaboración, planificación y ejecución de la estrategia educacional revolucionaria, y en la consolidación y sucesivo despliegue de la Revolución Educacional, el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz ha realizado un trascendente aporte a la educación de su país, Latinoamérica y el mundo. A la reflexión sobre la perspectiva pedagógica del líder revolucionario cubano, se le ha dedicado atención en nuestras Ciencias de la Educación, pero en criterio de este autor, aún falta mucho por hacer.
Filosofía martiana
La filosofía de la educación de Fidel Castro puede ser entendida a partir de comprender la misma como una teoría universal y una praxis consecuente sobre los problemas de la educabilidad de la sociedad y sus diversos sujetos, de la transformación revolucionaria de estos, de todos y todas, y de cada hombre y mujer, de cada niño y joven. Tal postura tiene sus raíces más genuinas en el universo ideoteórico del Héroe Nacional José Martí Pérez (1853-1895)2.
Fidel parte del interés de los revolucionarios cubanos de una y otra generación, de uno u otra filiación ideológica, de convertir la educación popular en vehículo de desenajenación, y en arma de lucha por la liberación nacional. Y en esta búsqueda logra una enriquecedora síntesis dialéctica de la tradición democrática y popular de la escuela cubana, en particular del legado martiano, en fértil articulación dialéctica con la revolución del pensamiento que iniciaron Carlos Marx ( 1818-1883 ) y Federico Engels (1820-1895) fundadores del marxismo, y el aporte trascendente de Vladimir Ilich Lenin (1870-1924).
La perspectiva martiana con la que Fidel se acercó al marxismo, el énfasis en el mundo moral que está presente en la tradición del pensamiento revolucionario cubano, que él reivindica desde sus primeras acciones como líder del estudiantado universitario y de la juventud cubana, le posibilitan arribar al socialismo científico desde un fuerte sustrato axiológico y le permiten sustraerse de las vulgarizaciones economicistas y dogmatizantes del marxismo y el leninismo, que predominaban en la teoría y la práctica de la URSS y de los partidos comunistas a mediados del siglo XX. .
Los conceptos martianos y marxistas de cultura y educación, unidos a la acción práctica revolucionaria, por transformar la realidad, se vinculan estrechamente al progreso social, y al desarrollo y la formación progresiva de la libertad que caracterizan de modo sustancial ese progreso. Y esta coincidencia conceptual no pasó inadvertida para Fidel. Por ello la filosofía de la educación en Fidel como sistema teórico y escuela de pensamiento, se expresa en sus reflexiones acerca de las bases y significados formativos de la educación, como modo de vida, filosofía moral en el contexto educativo, y vehículo de desenajenación y formación integral de los seres humanos. Para Fidel en tanto martiano y marxista, no hay formación sin praxis revolucionaria, y para tal resulta decisiva la lucha por ampliar los horizontes de la justicia social como base de la dignidad humana e incluso de la dignidad nacional.
Continuidad y ruptura dialéctica
El método fidelista es la dialéctica materialista entendida como instrumento de y para la perfectibilidad humana, y posee como dimensiones fundamentales lo ontológico, lo gnoseológico, lo lógico, lo axiológico, lo antropológico y lo praxiológico. Su finalidad es la de propiciar la superación de la enajenación mediante la fundamentación y promoción de la transformación revolucionaria de la realidad, a través de un tipo de sociedad donde cada vez más se correspondan la esencia y la existencia del hombre. Tal cosmovisión se caracteriza por su naturaleza social; su adecuación a los fines de la lucha revolucionaria y su contenido formativo de una nueva socialidad.
En Fidel, la continuidad con la Filosofía de la Educación martiana, está en la centralidad del humanismo, en la consideración de la unidad de educación y la instrucción, de la enseñanza y el aprendizaje, como articulaciones de y para la perfectibilidad humana. La ruptura para la incorporación progresiva, está en la asunción por Fidel de la dialéctica materialista, en el enfoque de clase. La finalidad martiana es la educación para la cultura de la liberación, Fidel incorpora a nivel conceptual, la superación de la enajenación. Martí precisa y fundamenta la transformación revolucionaria de la realidad, Fidel medio siglo después de la caída en combate del Héroe Nacional, sabe que la república con todos y para el bien de todos, solo se alcanzará a través de un tipo de sociedad que se platee el fin de la explotación del hombre por el hombre, donde cada vez más se correspondan la esencia y la existencia del hombre.
La cosmovisión de Martí y Fidel se caracterizan en su naturaleza social, política e ideológica; la adecuación a los fines de la lucha revolucionaria, los contenidos constructivos de una nueva eticidad para una nueva socialidad, la defensa de la verdad desde los intereses nacionales populares y solidarios, y el optimismo histórico. En esa cosmovisión, la vocación pedagógica de Fidel coincide, comparte y desarrolla los principios martianos, fertilizados por las nuevas esencias marxistas que ha incorporado:
- El principio de la función social de la educación.
- El principio de la función político-ideológica de la educación.
- El principio de la unidad dialéctica entre justicia social y dignificación humana.
- El principio de la democratización de la educación desde las propias relaciones pedagógicas, en el conjunto de las relaciones sociales, políticas y económicas.
- El principio de la función axiológica de la educación. De la eticidad del acto pedagógico, del valor educativo del ejemplo, de la educación en valores.
- El principio de la sensibilidad, de la ternura en el hecho educativo: De la pedagogía del amor.
- El principio da la verdad en la educación.
- El principio de la función estética de la educación
- El principio del desarrollo en la formación humana –física, intelectiva y ciudadana-, en la transformación del hombre, la mujer y sus circunstancias.
- El principio de la contradicción, y de la lucha de contarios dialécticos.
- El valor y la valoración en el proceso docente.
- El principio de la interrelación ciencia-tecnología-docencia-conciencia.
- El principio de la interrelación entre educación, desenajenación (liberación) y cultura.
Y para que tal conjunto de principios pueda funcionar como sistema, Fidel en Martí, Marx, Engels y Lenin, encuentra la precisión del eje fundamental o principio articulador: El principio de la práctica, entendida como transformación revolucionaria del hombre, la mujer y sus circunstancias.
Filosofía del humanismo socialista
En Fidel la idea de la lucha por la desenajenación en tanto motivación y misión principal de la labor educativa, tiene como elemento central el mundo moral de los individuos: “El sentimiento – sostiene Fidel en junio de 1960 – es una riqueza mayor que las otras riquezas de orden material…, sobre todo si son sentimientos…de puro amor a nobles propósitos, de puro amor a su patria”3. Desde esta convicción fijó tempranamente –en perfecta coincidencia con su hermano de la Revolución Ernesto Che Guevara- la posición cubana sobre el hecho de que el socialismo no solo era un problema del desarrollo de las riquezas materiales, sino también – y muy esencialmente – un problema de desarrollo de la conciencia humana4. Así frente a las posiciones entonces predominantes en la dirección de la URSS y de otros países socialistas, el socialismo cubano se propuso “crear riqueza con conciencia”.
Para Fidel el cambio cualitativo en la conciencia de las masas transitaba por una intensa relación pedagógica en el que el educador por excelencia era el propio proceso revolucionario, “toda revolución es un extraordinario proceso de educación. Por eso, Revolución y educación son una misma cosa”, afirmaba al intervenir el 9 de abril de 1961 en el ciclo de conferencias de la Universidad Popular “Educación y Revolución”5.
Desde estos antecedentes se puede comprender la preocupación que manifiesta Fidel en los últimos años sobre el avance de la cosificación de la vida social y el consumismo, y su denuncia de que este es “uno de los más tenebrosos inventos del capitalismo desarrollado”, más aún hoy en la fase de globalización neoliberal. El líder cubano insiste en la necesidad de “conocer que los valores sí constituyen la verdadera calidad de la vida, la suprema calidad de vida, aun por encima de alimento, techo y ropa”. No disminuyo, ni mucho menos –afirma-, la importancia de las necesidades materiales, siempre hay que colocarlas en primer lugar, porque para poder estudiar, para adquirir esa otra calidad de vida hay que satisfacer determinadas necesidades que son físicas, que son materiales; pero la calidad de vida está en los conocimientos, en la cultura”6.
De su estudio del mundo contemporáneo el líder de la Revolución Cubana coincide con Antonio Gramsci en ver en la cultura y la ideología dominante, como elementos determinantes de la hegemonía del capitalismo sobre millones de seres humanos: “El imperialismo y el capitalismo han subsistido en gran parte por factores subjetivos”, afirma en discurso realizado a los periodistas latinoamericanos el 12 de noviembre de 1999.
“Los capitalistas – continúa en el mismo discurso de noviembre – descubrieron el valor de los factores subjetivos y descubrieron en los medios masivos el instrumento perfecto de influir de una manera avasalladora sobre esos factores subjetivos que constituyen ingredientes imprescindibles de la historia, de los avances históricos, o de la prolongación de sistemas inicuos, explotadores, monstruosos, inhumanos…”. Y en esta dirección Fidel afirma que “en realidad al campo socialista y a la URSS no los destruyeron fundamentalmente sus propios errores, los destruyó esa infernal maquinaria de la mentira, del engaño y de la desinformación…”7. Y desde esta perspectiva, a diferencia de los revolucionarios de la Europa socialista los cubanos alertados por Fidel, no subvaloramos los mensajes de la propaganda capitalista y retomamos una seria y sistemática labor de educación política, ética y estética.
Frente a esos retos de la lucha ideológica Fidel recomienda que todos los revolucionarios y personas honestas del mundo comprendan la importancia de las herramientas de hegemonía ideológica que maneja el capitalismo transnacional, e insiste en cómo estas armas de enajenación de las conciencias, pueden llegar a convertir los factores subjetivos “en instrumentos decisivos de la marcha de los acontecimientos históricos”. Precisamente por ello para el líder cubano hoy en día “las ideas son el arma esencial en la lucha de la humanidad por su propia salvación…”8.
Notas:
1 Ver: Lidia Turner Martí: Ernesto Che Guevara y la Pedagogía Social, Editorial Pueblo y Revolución (PE), La Habana, 1995; Del pensamiento pedagógico de Ernesto Che Guevara , Editorial Capitán San Luís, La Habana, 1997; Ernesto Che Guevara y las Universidades, Editorial Félix Varela, La Habana 2001.
2 Ver del autor: Raíces históricas del proyecto educativo martiano. Revista Historia de la Educación Latinoamericana, Boyacá, Colombia, Vol. 13, No. 17, julio-diciembre, 2011, p 199-236.
3 Fidel Castro Ruz, Fidel Castro, Obra Revolucionaria, La Habana, 1960, No. 10, p 10
4 Fidel Castro: Discurso en el acto de fin de curso de la Escuela campesina Ana Betancourt, Ediciones OR, La Habana, No. 29, 1967, p 13.
5 Fidel Castro: Obra revolucionaria, No 30, La Habana, 1961, p 22
6 Ver: Discurso pronunciado por el Presidente de la República de Cuba, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el 26 de mayo del 2003 en la Facultad de Derecho. Buenos Aires, Argentina. Documento.
7 Fidel Castro: Discurso pronunciado en la clausura del VIII Congreso de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP), en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, el 12 de noviembre de 1999, http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/index.htm.
8 Fidel Castro: Las ideas son el arma esencial en la lucha de la humanidad por su propia salvación, Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 2003, p 39.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=222360
Imagen tomada de: https://images.eldiario.es/fotos/analfabetismo-Cuba-frente-Espana-EFE_EDIIMA20161207_0607_19.jpg